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Número 265-266

Serie XXVII

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San Fernando 1988

SAN FERNANDO 1988
El 30 de mayo, festividad de San Femando, es la fecha en
que todos los
aííos nos reunimos los amigos · de la Ciudad Cat6-
lica
para festejar a nuestro Patr6n.
Eu primer lugar,
se celebr6 a las 8 de la tarde, en la parro­
quia de Santa Bárbara,
la Santa Misa, oficiada por el Padre Arre­
dondo,
S. J ;, quien nos ditigi6 un· pequeño sermón, tomando
como base la
lectura del Evangelio sobre los trabajadores de la
viña; resaltó el parecido que tienen nuestras vidas con el tra­
bajo en la viña y que no debemos «matar al hijo del dueño»,
que el Padre nos lo envía para interesarse por nosotros. Hizo
hincapié en las recomendaciones que el Santo Padre
hizo a los
responsables de
la revista Verbo y de Speiro en la audiencia
privada que tuvo lugar
en diciembre pasado. No pudo faliar el
recuerdo a
los que durante este año nos han abandonado. Para
terminar hizo una semblanza del
Rey Santo, destacando lo com­
pleto de su persona: guerrero, cristiano, benefactor de Ordenes,
hijo ejemplar, padre
...
La Iglesia se encontraba llena, a pesar de tratarse de la tar­
de de un lunes
casi veraniego. Finalizada la misa, en animada
conversaci6n entre amigos, nos trasladamos a los salones de
Ma­
nila, en la calle Génova, donde se celebro la cena.
A
los postres y como viene siendo habitual, intervinieron
varios oradores. Destacamos, en esta ocasión, la casi diríamos
atrevida juventud de los oradores. En primer lugar Miguel Ayu­
so, en nombre de los amigos. de la Ciudad Católica, dio las gra­
cias a. todos los presentes por acompañarnos en una celebración
tan entrañable como es la festividad de San Fernando. Disculpó
la asistencia de Rafael Botella García-Lastra, a quien le corres­
pondía cerrar el turno de intervenciones, de quien dijo que las
paradojas que la vida depara hacen que a la alegría que nos pro­
duce
el que recientemente haya superado con éxito las oposicio­
nes a Judicaturas, n_ós provoca el disgusto que .por esta nueva
situaci6n profesional no pudiera encontrarse en. aquel momento
con nosotros. No obstante, el discurso se reproduce a continua­
ción de esta crónica, con los de los ottos oradores.
A continuación tom6 1a palabra María del Carmen Fernán­
dez de la Cigoña Cantero. Con estos apellidos, a
los amigos de
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FESTIVIDAD DE SAN FERNANDO 1988
la Ciudad Católica poco hay que explicarles: estudiante de Dere­
cho, nos sorprendió con unas palabras firmes y llenas de conte­
nido; con razón dijo V ázquez de Mella, «cuando la mujer aban­
dona una causa, ésta no triunfa jamás».
Comenzó María del Catmen haciendo una . semblanza del
Rey Santo, para hacer alusión al tema
de la familia y de la im­
portancia que en una sociedad en crisis, como la actual, tiene la
célula básica de la sociedad; no faltaron alusiones a
los ataques
que hoy recibe, aborto, divorcio... Pasó a continuación a
analic
zar la situación actual de la juventud, haciéndose la pregunta de
si «¿no será que tampoco esa juventud ha visto la coherencia
necesaria que
la haga comprender que esos valores - carece
hoy la juventud~, con todo lo que pueden llevar consi­
go merecen la pena? ¿No será que también empiezan a decaer
los padres
como San Fernando? Hizo alusión a la labor de Spei­
ro, que significa sembrar y de la necesidad de reconsttuir la so­
ciedad de abajo a arriba. Terminó su discurso recordando la de­
voción mariana de San Fernando, y recitó una bella poesía en la
que se pone de manifiesto que España es !~ tierra de María
Santísima.
El turno de oradores, en esta ocasión reducido por la ausen­
cia antes comentada de Rafael Botella, cortió a cargo de Alberto
Jornet Navarto, joven abogado del
Colegio de Madtid, · quien
con un discurso
·pausado y profundo, nos hizo ver que la labor
de «sembrar»
va dando sus frutos. Felicitó a Juan Vallet por el
último galardón concedido por la Academia Montesquieu. Expli­
c6 el sentido que tiene el ponerse bajo la advocación de un Santo
Patrón y
!a razón de ser de la devoción· a los Santos en general,
como amigos íntimos de
Días. A continuación pasó a analizar la
importancia que tiene la ordenación de la
Socié!lad conforme a
las leyes divinas, cara al bien supremo por antop.omasia, que es
la salvación de las almas. De ahí.la importancia del conocimiento
y difusión de la docttina social de
la Iglesia, tarea en la que los
amigos de la Ciudad Católica estamos empeñados. Recordó que
«nuestra labor de servicio a la Verdad no-será, pues, únicamente
estudio y difusión, sino también la puesta en práctica de la doc­
trina». Terminó su intervención comentando-las impresiones de
un ditigente comunista convertido al catolicismo sobre el com­
promiso personal de que estamos tan necesitados.
Finalizados los. discursos
se prolongó la . tertulia hasta que,
poco a poco,
nos fuimos retirando a nuestros hogares .
.ANTONIO URZAIZ
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