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Número 265-266

Serie XXVII

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Homilía del P. Agustín Arredondo, S. J. [San Fernando 1988]

FESTIVIDAD DE SAN. FERNANDO 1988
HOMILIA DEL P. AGUSTIN ARREDONDO, S. J. EN LA
MISA DE SAN FERNANDO
lnstitltif)amente _ deseamos 'Di'Dir. Y la misma 'Oida, en sus apren­
siones y 'Di'Dencias .más elementales. nos gusta. Nos gusta, pero no nos
satisface.
Aspiramos a' más. QÚ"eremos explicarnos esa 'Dida. Somos ra­
cionales, y aspiramos a conéebir un sentido de nuestra existencia que
nos_ explique.- con . certeza nuestra razón de ser: nuestro por qué y nuestro para qué.
A
que pocos hombres se les habia dado esto antes de Cristo. Pla­
tOnes y Aristóteles,, hubo muy pocos; y en_ torno a ellos se agruparon
en escuela_ hombres que pretendían ,que se ·tes enseñara: a 'Di'Dir como homb;res.
La suert~ del ,:esto. por lo demás, e.ra dar culto a su 'Dientre de una
u otra fomia, como dirlQ San Pablo (Philip. 111, 19); recurrir a con­
trahechas di'Dinidades de su mitologia a tas que habia qu_e hacerse
propicias; admitir
un_ incontrolado eclecticisino de las religiones de los
pueblos con que .trataban.
y respiiar et enrarecido ambien~e de ta duda
y el agno~ticismo.
_En _cambio,_ cQr, Cristo. y su doctrina 'DOl'Ofmos a tomar, y muy
perfeccionada, la pristina concepción de Si que la humanidad tµ'DO
desde su· origen y conseroó apenas durante-tos siglos posteriores. _
En la primera lectura de hoy leemos el saludo inicial de una de
las cartas del :prime., papa, San Pedro, qúe se dirige «a los que les ha
cabid(J -en ·suerte una fe tan preciosa COt1)o a nosotros» (II Petr. J, 1).
Ya
sabemos qué somo's, de-dónde 'Denimos y ad6nde 'Damos. Y ese
mismo sentido y dirección es et que 'Di'Dimos y culti'Damos los intere­
sados por la
Ciudad ·Católica en nuestras reuniones y publicaciones.
Por-_esa fe, y con ta práctita de las 'Dirludes que ella anima, se llega
en fin a la cima, señalada por San Pedro, del amor y caridad, qu_e
es ta,_.maner.á más perfecta y. digna de 'Di'Dit'.
La palabra· evangélica leida después nos amplia la misma idea.
enseñada por el único Hombre que, según -El di¡o, met'ece con toda
ptenitUd e~ noinbt'e de:·MaeStro (Mt. XXIII, 8): el_ niundo ei Ufl.a 'Diña
que se nos ha encat'gado _por Quten es su ·propietario (Me. -XII, 1).-Y
nos
_la entregado perfectamente equipada, l_e;os de enrargamos que
parti(!n4o de cerQ nos buscáramos el teffeno y empezáranws a traba­
bajar desde la plantación de la primera cepa. El fue quien «plantó la
'Diña, la rodeó con una éerca, ctl'Dó un lagar, construy4 la Casii del
guarda, la at'1'end6 a-unos labradores y se marchó de 'Diaje». Y ahora
'Diene nuestra-tabOr para enriquecer la sa'Dia_ de la plantación, enri­
que.cernos. unos a otros con ta doctrina de la Rf!'Detaci6n cristiana y
del magist-erio de la Iglesia, y lograr et máximo fruto, que es to que
éXige toda-labor agri.cola y ta raz6n de ser de_ sus afanes ..
. Y
¿qué üene que 'Uer con esta nuestra 'Diña el gran Rey de Cas­
tillá y Le6n, Fernando 111, a quien elegimos desde_ el principio Po,:
patrono? . . . ,
· , 'Homb,e· fue
él también «a quien te cupo en suerte una fe tan
preciosa como a
iioso-troS>, y uná-'Oiñt;i igualmé1#e 'lJasta que la tierra
española.
Y una madre, Berenguela, hija del Alfonso de las Nll'Das de
Tolosa, que te cri6 en esa fe~ y hasta le leg6, sagazmente y no sin di­
ficultades, esta dichosa
-oiña de Esptiña.
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En efecto, fue ta fe que de Berenguela recibiera la que con los
años, fuera hµciendo madurar en su corazón opimos frutos de santi­
dad;
Jo .mismo que Blanca dé Castilla, hermana de Berenguela, .for­
mara para ta perfección
c,jstiana al .santo . Luis -de Francia, primo ·her­
mano. de Fernando._ Y fue también la sagacidad materna la que lo­
gró ingeniosamente para su hijo ta ·doble-corona. de Castilla y León.
La primera, haciéndose proclamar Reina de . Castilla a la .muerte de
Enrique I antes
de que Alfonso IX de León, padre de Femando, .. con~
siguiera para si tal corona,· y renunciando inmediatamente a esta s·u­
prema dignidad a ftz'Dor-de su hijo. Y_ta de León, pactando tal acuerdo
a la muerte de su esposo con tas dos hi¡as de éste, Sancha y Aldonza,,
a ·las que prometió a cambio determinada .suma de_ dinero.
Así quedaron 'Dinculados para la-posteridad Castilla y León; e
igualmente vinculados Castilla
y León quedaron con el excelso Reino
de
los-Cielos, mientras un Rey ¡anto np pretendiera sino. gobeTnar los
reinos de este mundo con las altas consignas de la
Ley de Dios.
Y esa fue la 'Diña recibida por. Femando de su Dueño, Dios, para
que-Ja -traba;ara y extendiera. .
La extendió bien, en 'Oerdad, con la ilusión de reconquistar la ti"e­
rra. hispana que 'Dil traición -disgregara siglos :antes. Y al conseguir de
nuC'Do Murcia, Jaén. Córdoba, Bada;oz y Se sus
más sonadas ·conquistas), y hace, 'Dasallo suyo a1 Rey de Granadar
de;a 'Virtualmente
concluida la reconquista secular. que no iba a ser definiti'Uamente coro-nada hasta casi -tres ·siglos después por la ·gesta
de los Reyes Católicos.
Y es con su
fe cristiana y con su santidad de vida Con lo que se
ocupa en el culti'Oo siempre 'Dariado y siempre constante de ta viña
de sus afanes. Porque se gue"ea en cristiano cuando la causa es no­
ble,
y tos medios empleados también. Por eso Fernando tuvo siemp'l'e
como dogma bélico no hacer la guerra .más que contra el enemigo
común: et moro,
y ;amás cóntra _otros príncipes cristianos. Tampoco
en la gue"a batalló sin treguas, .sin posibilidades de pactos de paz, y
sin
ta generosidad· del perdón con.cedido ·en lo posible a los vencidos.
Y sobre todo grande fue Ferñando en la g'Ué"a cuando se le per­
mitía desatenderla, y abandonar -tan ardua labor dé -quitar las male~
zas
de. la 'Diña para dedicarse a abonarla y dispensarle eficaces riegos
de piedad y humanismo. Siendo la guerra un terrible mal que. 8'Ditar
en lo posible, no distrajo al .R.ey de tas exigencias del gobierno de to
ya conquistado.
A
más de administrar ta jUSticia con ~a oporlf!nidad y exactitud que
su puesto
exigía, no le falta tiempo para poner la primera piedra de
tas por
siempre admif'abtes catedrales de Burgos y Toledo, y promo~
'Ver la construcción de otras; fomenta la fe y religiosidad de los que
le acompañan en la
gue"a; facilita .ta expansión de las Ordenes men~
dicantes de dominicos y franciscanos recién nacidas. Y en lo cultural,
refuerza la UnitJersidad de Salamanca con la anexión a ella de la de
Palencia; traduce el
Fuero Juzgo visigótico; y escribe en el lenguaje
Castellano,
·ya de cien .años de edad para entonctflS, t_a nueva legisla­
ción que para sus reinos promulga. Y al · arte de tas catedrales une
et
cultivo personal de la poesía y -ta música; comp_one tal cual canti­
ga, secundada después por las inmortales de su hijo et Rey Sabio;
y le queda tiempo para participar en torneos, arro;ar ta lan_za, cazar
y jugar
al ajedrez.
En ta 'Disita· del pasado 9 de diciembre al Sumo Ponttµce por parte
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de selectos protagonistas. de nuestra -Ciudad Católica, con ocasion de
los 'Deinticinco años de ta publicación de la Te'Dista Verbo; exhortó
precisamente el Papa a los Presentes a profundizar en et legado cul­
tural de -nuestro pueblo, con
el dinamismo y la critica propia de esta
tabor. De
dinamismo. supo el Rey Fernando que contribuyó tanto a
formar ese legado patrio que tenemos .. Y de dinamismo critico, para
elegir -los auténticos
'Dalores descubiertos, según el consejo del Após­
·tol
(I Thes. V, 21): «Prqbadto _todo, y quedaos con lo que es bueno:
labor necesaria en todo tiempo, por ser sino del mundo en que 'Divi­
mos la ine'Ditable mezcla .del verdadero trigo y la cizaña, con la cual
es fuerza coexistir, y de la cual en todo momento debe quedar entre­
sacada la 'Derdad». Ni ta posteridad ha de alaba, luego -a San Fer­
nando por haber hecho mt«ffetu cosas, cuanto por haberlas hecho bien.
Recojamos las palabras.
de aliento del' Padre Santo en aquella me­
morable
ocasi6ti;· y sin negar el sano pluralismo en eztas aludido, con­
firmémonos
-en nuestio principio de_ que aqu{ no reconocemos modo
alguno de vencer distinto de con'Dencer.
Tampoco busquemos la fuente · de nuestro éxito por otro camino
distinto de la
unión con ·Dios, que. es to que hizo triunfar a F"emando.
Por eso nos hemos reunido en una iglesia para .buscar ese dinamismo
en el imperecedero y uni'Dersal tesoro-que es la Misa, un dia de este
mayo más -mariano que los otros años por haberlo querido asi el
Papa.
Bien entendía San
Fernando. esta manera de triunfar. Aquelta ima­
gen de la Virgen por algo iba siempre acompañándote colgada del
ar-.
zón de su cabalto;_ y a Ella brinda especialmente ta entrada triunfal
en Sevilla, que Maria conquista antes que nadie, cual después de si­
glos nos recuerda aún la
Virgen de los Reyes entfoniZada en aquetta
catedral. ·
Y. el Sacramento de los Altares que se· pondrá dentro de ·unos mo­
. n¡entos a n~estra disposición, nos recuerda también la última comu­
. ffl6n del moribundo Fernando,_ perpetuada Posteriormente por di'Dersos
autores de la pintura, y po, -quien en c,6nica inigualable contaba ál
mundo con augusta pluma esta suprema escena de su padre: salta del
lecho ante la presencia de
Cristo, se echa al cuello una soga, Y re­
cibe. con_ toda fe al que di;o _ que quien comiera su pan 'OiViria eter­
namente (lo. VI,. S2).
El que vino a iluminar a los qu"e yacian en -las tinieblas y muerte
del agnosticismo y-la desorientación (Le. 1, 79), nos traiga esa Verdad
que
·es El (lo. XN, 6), único que puede dirigir eficazmente nuestras
inteligencias por el. camino de la paz.
DISCURSO DE MARIA DEL CARMEN DE LA ClGOJ'i Y CANTERO
Querif!os amigos de la Oudad Católica:
·como todos los años nos ·hemos reunido hoy aqui para honrar a
nuestro -Patrón, San
Fernando, y pedirle que siga-inspirando nuestra
acción .. Echando
-un·a ojeada a las cr6nicas de los pasados años, y
son ya 21, he comp_robado que se ha enlazado a este rey· santo desde
todos los aspectos. de su
'Oi-da.
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