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Número 265-266

Serie XXVII

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Salvador Abascal: Tomás Garrido Canabal: sin Dios, sin curas, sin Iglesias

INFORMACION BIBUOGRAFICA
dad, a los grandes valores del cristianismo 'y la civilización euro­
pea.
Se recuerda el honor, el patriotismo, la gloria de ·morir por
un ideal y, sobre todo, a la valentía en este mundo acobardado·
que ha dejado
de apreciar los más elementalés cinúeotos para
su vida eo libertad y, resignadariieote, acepta el «mejor rojo que
muerto».
La religión, la familia, el amor y el mutµo auxilio de
pareotesco y amistad y todas aquellas virtudes a las que los pue­
blos no deben renunciar sin perecer. Decía Soljenitsyn que los
que, procedeotes del Este,
consigueo llegar a ese Occideote lla­
mado «libre» quedan desilusionados al constatar que solo se les
ofrece, eo plena desnudez, la riqueza material. Es un mundo
que ha olvidado lo eseocial, lo que siempre
se .halla preseote eo
cualquier
estrato de. esclavitud del Oriente: el porqué y para
qrié se vive.
J. M. PIÑOL
Abascal, Salvador: TOMAS GARRIDO CANABAL: SIN
DIOS, SIN CURAS, SIN IGLESIAS
(*)
En esta extraordinatia labor' qué Salvador . Abascal ha em­
prendido de darnos una historia de Méjico. cÜstinta de la pa,:­
cialísima versión oficial, nos eottega 'ahora un nuevo ejemplar
de este. análisis contrarrevolucionario de
la trayectoria de su pa­
tria ·en la que apenas quedan ya lagunas que rellenar. Sobre todo
tras
el ariuncio de su próximo trabajo que vetsátá sobre Lázaro
Cáideoas
y que dej!loiÍ prácticamente conclusp el .análisis de la
revolución _mejicana. . ·
· Abascal, que participó personalmente eri )as durísimas luchas
por' salvar el Méjico católico de la oleada tevolticionaria que pre­
tendía
aniquilarlo, se decidió por una tarea mucho más impor­
tante que la del soldado que empuña el fusil: la de narrar para
la
posteridad aquellos sucesos. Y ·si, como 'eri el caso de Abascal,
coincideo fusil
y pluma, el relato no tiene solo el mérito del es­
tudio y la consulta de documentos sino t,ambién el calor de la
vida arriesgada en el combate.
···,
Ya no recu_erdo. las notas, que he publicado eo Verbo ,para
dar noticia a sus
lectores de los estudios históricos de Salvador
Abascal; Gomez
Parías y Santa Anna, Juárez ( del que me atrevQ
a rerordarle aquí que le falta l.a segunda parte y su prolongación
en Lerdo
c:le Tejada, _que· con el análisis de la primera parte· c:l~
p'orfiriá'tó, la fase fihal ya éstá referida en su Madero, y un libro
(*) 1919-1935. Editorial Tradición. México, 1987, 279 págs.
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sobre !turbe y sus inmed_iatas y penosas consecuencias, constirui­
rían una extraordinaria historia de Méjico), Madero, la Constitu­
ción de 1917, que es
la lacra que el Méjico católico tendrá que
borrar
algún día para ser la gran nación católica que la Guada­
lupana
y el heroísmo cristero exigen, y ahora Garrido Canabal,
que
es pretexto para ocuparse de unos años especialmente trá­
gicos de la historia de Méjico
sobre_ los que sin duda volverá
al ocuparse de Cárdenas. __
Y a quisiera España contar con una historia de sus dos últi­
mos siglos como
la que Abasca] escribió de su patria desde el
bando
católico_ que, generalmente, abandonó este sector a los ene­
migos de la Iglesia.
Garrido Canabal
es para Abascal, como decimos, el hilo con­
ductor para introducirse
en esos años agitados en los que la ma­
sonería y la revolución terminaron de consolidar su dominio so~
bre Méjico. Pudo haber elegido otro personaje, ciertamente, pero
éste vale perfectamente para su propósito.
De familia pudiente,
esrudiante cuando
la revolución carrancista, será el revolucionario
por excelencia en Taba seo, cifrándose su programa en el trilema:
«Sin Dios, sin curas, sin ·iglesias». No es necesario comentar más.
Esos tres postulados se encierran en uno. El odio al catolicismo.
Poco consiguió, pese a sus sanguinarias campañas. Lázaro Cár­
denas, el triunfador final, no quería a Garrido y menos
lp quería
en Méjico. Avila Camacho le permite el regreso. Garrido
Canabal
no quiere pasar por su Tabasco en el cual la religiosidad del _pue­
blo vuelve. a levantar las iglesias que él des.t:ruyó. También esta­
ba bastante de vuelta Garrido de sus ideas 4omunistas. O, al me­
nos, eso manifestaba.
Uno de sus hijos se llamaba _Lenin. Tuvo especial empeño
en morir fuera de
la Iglesia. Pero su obra fue un inmenso fra­
caso. Méjico sigue siendo católico: Con Dios,
con curas y con
iglesias.
FRANCISCO JosÉ FERNÁNDEZ DE LA CIGOÑA
Femamlo Rivera Barroso: Ail . · Fernando Rivera es el Gerente General de Ediciones Promesa
de México, dedicada a la propagación del pensamiento católico.
Recientemente,
patrocinada por FUNDICE, entidad de similares
fines,
de. fa que Rivera es vocal de difusión, le ha publicado un
libro titulado
Año 2000, en el que pronostica, según figura en la
(*) Ediciones Promesa, México, 1988.
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