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Número 433-434

Serie XLIII

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Guido Soaje

INMEMORIAM
merosa familia. En ese reducto del tradicionalismo integro y en­
camado que es San Jenaro, en Pichi Mahuida, La Pampa, donde
el inolvidable caballero carlista José Ramón Garcia Ilorente y su
ejemplar y distinguida esposa Maña Jesús Gallardo
han cumplido
el milagro
de hacer florecer --en flores de hijos y nietos-el
páramo, he tenido ocasión
de disfrutar de la compañía de Guido
(hijo), Alberto y Pablo Soaje, y de las hijas
de éste, casadas con
vástagos de.! matrimonio García Gallardo.
Guido Soaje pertenece a
un mundo intelectual pero también
vital que para desgracia nuestra ya no existe. Como mis maestros,
y por la misericordia de Dios han sido muchos, son todos de su
generación, puedo afirmarlo sin temor a errar: hoy todos sonios
peores; hasta los (y; ay, ni siquiera me cuento entre ellos) mejo­
res. Su obra escrita, con ser valiosa, probablemente
no hace jus­
ticia
al hombre de una pieza. Las aristas de su personalidad son
incluso de envidiar en el panora1na crecientemente plano en que
va convirtiéndose nuestra universidad
y en general nuestro
mundo. El pensamiento tradicional hispártico está de luto. A su
familia y sus discipulos más cercanos, el más sentido pésame.
Que, más ampliamente, nos embarga a todos los cultores
de la
filosofia práctica
de signo clásico. Descanse en paz.
MIGUEL AYUSO.
m
Ha muerto un filósofo, en una época en la que los sofistas
abundan y los filósofos escasean (').
Ha muerto
un hombre amante de la Verdad que, desde muy
joven, pidió a Dios, como Salomón, el espíritu
de la sabiduña, y
lo antepuso a los reinos y a los honores. Juzgó
que las riquezas
nada eran en comparación con ella; la. amó más que la salud y la
(*) Reproducimos este texto, publicado en Cabildo, Buenos Aires, abril de
2005, 3. ª Época, núm. 45, que nos ha hecho llegar para su publicaciór:i nuestro
querido colaborador el profesor Bernardino Montejano (N. de la R.).
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INMEMORIAM
hermosura y la tuvo por luz porque su resplandor es inextingui­
ble (Sab. 7, 7-10).
Ha muerto un universitario cabal, en esta época en la cual pu­
lulan como hongos las universidades de pacotilla, que bajo el dis­
fraz de un nombre venerable, traicionan todos los días su espíri­
tu; un universitario a quien Dios le dio la gracia, que él supo apro­
vechar,
de estudiar hasta el último día de su existencia terrena.
Ha muerto un docente de alma, que vivió enseñando todos
los días1 incluso en su casa de Alta Gracia, mientras nuestra vista
gozaba
con el espectáculo de las serranías; allí vivía la universi­
dad de siempre, esa universidad que privilegió a los profesores
sobre los edificios y a la
metafísica sobre el dinero y el mercado.
Ha muerto un hombre cuidadoso del lenguaje, que supo usar
los términos en sentido estricto, los unívocos y los análogos, ene­
migo de los equívocos, en los cuales se esconden los engaños de
los sofistas de todos los tiempos.
Ha muerto un padre de familia, que con sus nueve hijos y
con sus decenas de nietos y bisnietos contribuyó a poblar la
Argentina con argentinos, en-estos tiempos oscuros de egoísmo
y de irresponsabilidad demográfica.
Ha muerto un patriota, que como no era tonto, nun·ca ocultó
su nacionalismo esencial. Cultivó la virtud de la piedad patrióti­
ca y sufrió
como heridas los males de la decadencia argentina.
Ha muerto
un hombre preocupado por la construcción del
bien común politico, escribiendo que es imposible lograrlo "en
sus aspectos principales, los
que confieren la más alta dignidad a
la vida colectiva, si la
conducción de la ciudad apunta a reducir
a los hombres a un común dellominador de enanismo moral por
el estímulo de los apetitos inferiores y por la imposición de hábi­
tos de servilismo,
de adulación al poderoso, de mendicidad sis­
temática, de renuncia a las legítimas libertades".
Ha muerto un honibre t.al vez de1nasiado severo, por empe­
zar consigo mismo, demasiado riguroso;_ por ese motivo gran
parte de su obra permanece inédita. Es tarea de su familia y d~
sus discípulos publicarla para que muchos puedan gozar de esas
joyas del espíritu.
BERNARDINO MONTEJANO
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