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Número 433-434

Serie XLIII

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Mario Antonio Zinny: Pregúntale a tu abuelo

INFORMACIÓN BIBLIOGRÁFICA
No quiero entrar en la ideologfa subyacente en no pocos de
los redactores. Valga lo dicho en mis críticas al libro de Manent
y

a otro mucho
más sectatio de Raguer, publicadas ambas en
Verbo.
Diré, finalmente, que todas las rectificaciones que apunto las
he comprobado
en otros textos, salvo las tan evidentes como
Alba de Torres u otras similares. Cabe
que en algún caso esas
referencias me hayan llevado a
mí a algún error. Espero que sean
mínimos, si alguno hay.
¿Cabe deducir, por todo lo expuesto, que el Diccionario es
una obra inútil? Pues, no. Pero, evidentemente, es. manifiesta­
mente mejorable.
FRANCISCO Jos~ FERNANDEZ DE LA C!GOl Mario Antonio Zinny: PREGÚNTALE
A TU ABUELO <'l
Fue Ellas de Tejada quien nos recuerda que el primero en
presentar su obra en forma de diálogos fue Platón, en un inten­
to de
"mostrar las cosas más elevadas y las verdades más sublimes
partiendo de conocimientos vulgares
al alcance.de todas.las inte­
ligencias'. Platón, al utilizar esta metodología, queria ".demostrar
la sencillez de la dialéctica y su capacidad para alcanzar cimas
de sublimidad'.
No es por ello de extrañar que nuestro autor,
Mario Antonio Zinny, haya escogido este método de exposición
para presentarnos
un libro breve y sencillo en el que nos quiere
presentar sus opiniones y recuerdos sobre diversos aspectos de
la vida social, política y económica de la Argentina contemporá­
nea; para ello el autor plantea
el desarrollo del mismo a través de
un?-conversación que un inquieto nieto, ávido de conocer diver­
sos aspectos del pasado y el presente de su Patria, mantiene con
su abuelo, persona a la qué respeta y venera.
(*) Editorial Dunken, BueD.os Aires, 2004, 146 págs.
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INFORMACIÓN BIBLIOGRÁFICA
No me resisto, antes de pasar a comentar el presente libro
(breve, pero· sin-duda sumamente interesante) a pre_sentar ---'-aun­
que séa con unas breves líneas-a Mario Antonio Zinny, un repu­
tado notario argentino, miembro· de número de la Academia
Nacional del Notariado, del Instituto de Ciencias Jurídicas y Socia­
les de Santa
Fe, y correspondiente de la Academia Nacional de
Derecho y Ciencias Sociales
de. Córdoba. Autor de innumerables
libros
juñdicos y, a pesar de ello, merecedor de destacados pre­
mios literarios, entre ellos el
Premio José Pedroni, concedido en
1970 por un libro de poemas. Seguramente es mucho más lo que
se podría decir de nuestro autor, pero tal
vez lo más importante se
desprenda del mismo título del libro,
Pregúntale a tu abuelo. Mario
Antonio Zinny es precisamente
eso, un abuelo; pero no un simple
abueló, sino un abuelo que desea intervenir activamente en la edu­
ci.cióri y for1naciótl de su nieto, un abuelo ·conocedor-~ vez por
los años y la experiencia-del mundo que le rodea, de ese mundo
que levanta verdades a medias, que inventa grandes falsedades,
que trata de asentarse sobre enormes engaños históricos, y que
alejado de la Fe de sus mayores trata de sustituirla con falsos ído­
los; de ese :mundo que sólo le interesa crear alietúgenas absortos
en banalidades. Ante este panorama, es evidente que este abuelo,
ante las preguntas que su nieto le plantea, aproveche para tratar
de transmitir una
realidad diferente a la conocida po~ aquél.
Los primeros capítulos de esta obra están dedicados a la
juventud, a la juventud de ayer y de hoy, a ese mundo universi­
tario que ·por. no tener ya no tiene ni ídolos en los que creer,
salvo en el mero materialismo. El abuelo le describe la juventud
actual como una generación que vive en otro mundo. . . un
mundo y una edad dorada de pura diversión sin obligaciones,
con universidades y colegios que les enseñan poco y mal, y que
todo lo admiten, incluso aquellos que no guardan la más mínima
compostura social. Una juventud compuesta
por grandes consu­
midores que rehuye cualquier tipo de compromiso, sea del tipo
que sea. Una juventud sin criterio propio y
que se deja manipu­
lar, y no sólo por los mensajes subliminales.
La opinión sobre el inundo universitario y sus circunstancias
es ·si cabe aun más crítico. Mario Antonio Zinny critica esa políti-
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INFORMAC/ON BIBLIOGRÁFICA
ca de excesiva especialización que ha invadido nuestras aulas,
donde las materias suelen estudiarse como si ocuparan compar­
timentos estancos y como si unas materia_s no tuvieran nada que
ver con las demás. Pero ante la pregunta del nieto de si hace
falta más práctica, la respuesta
es tajante. "No. Les falta, más que
nada teorí;{ una base sólida de conocimientos, conocimientos
generales, sobre todo, para que la práctica les sirva de algo. Y
eso
es Jo que no se les enseña. En su Jugar se les empacha con pro­
gramas elefantiásicos, que sólo de memoria
es posible retener ...
Y qué absurdo resulta pretender que en cuatro o cinco meses
un
chico estudie al mismo tiempo todas, absolutamente todas las
bolillas de
esos programas que comprenden, por ejemplo, los con­
tratos, los derechos reales, las obligaciones, las sucesiones o
1as
sociedades, pero no analizados en sus aspectos generales como
para dotar
al alumno de una base ... sino estudiados de manera
exhaustiva, pretendiendo a veces que resuelva de entrada el
más
rebuscado y atipico de los casos'. El abuelo apuesta por reducir
esos programas
y por una educación más global y humanista:
"Hay que reducir a Jo fundamental el contenido de las materias,
complementándolo con cultura,
esto es, con un poco de la histo­
ria, la sociología y la filosofia que se les apliquen;y explicarlas a
todas el sistema del
caso. Casos sencmos ... que sirvan para com­
prender y asentar conocimientos, y
no rebuscados, atfptcos, que
sólo sirven para confundirlos. Y de
esa manera los programas
pueden reducirse a poco
más de la mitad, y será más fácil estu­
diarlos'. En este momento la conversación continúa entre abue­
lo y nieto, por diversos derroteros
en los que se discute sobre la
necesidad de a<:Iquirir los conocimientos generales necesarios
para comprender las materias a estudiar y la necesidad de tratar
de buscar especialistas, coriocimientos teóricos y prácticos, etc.
En el tercer capítulo el nieto se interesa por los agitados años
de la violencia política
en la Argentina, años que comprendieron
dos largas décadas, desde 1959 a
1979, y en los que el pueblo
argentino se enfrentó a
un conflicto larvado de guerra civil, el
cual dividió profundamente a
la sociedad argentina, y en el que
es difícil encontrar sus orígenes,
y difícil de adivinar, aun, sus
consecuencias.
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INFORMACIÓN BIBLIOGRÁFICA
En esta ocasión el a.bue.lo no se mostrará sorprendido ante el
interés de· su joven nieto por el tema, es más, parece que espe­
raba qu~ ese tema Uegaria a plantearse. Aquellos que, en un
contexto diferente al argentino, abandonamos la universidad, al
menos .. como estudiantes, hace algo más de una 'década, aún
recordamos los murales dedicados al Che Guevara o los pasqui­
nes.
respaldando las acciones subversivas de los movimientos
guerrilleros de diversos países_ iberoamericanos, cuando _rio los
carteles de apoyo a los presos de ETA, GRAPO y demás bandas
criminales de similares características. No es de extrañar, pues,
que un joven argentino que entre en .la Universidad y se encuen­
tre con una situación similar a la que ~uchos hemos vivido, acre­
centada. aún más si cabe por los recientes hechos históricos de
aquél país hermano, sienta
una cierta curiosidad por el tema.
El abuelo comienza sus explicaciones aclarándole que la vio­
lencia es tan vieja como el mundo, y
que la misma ha sido exal­
tada
por Nietzsche, quien la describía como Ce] gran estimulante
de la vida histórica";
por Marx, el cual hablaba de ella como "la
partera de un nuevo mundo"; por Lenin, quien la consideraba
"un paso inevitabllf' en el proceso revolucionario; por Spengler,
para quien la violencia era
"el antídoto de la decadencia", o
Sorel, quien la
ve·" como la gimnasta callljera que restaurará la
Juventud social'.
Cabría decir que todos ellos -al igual que
111:uchos otros que no son citados en ·esa breve referencia-Sir­
vieron de soporte intelectual pata justificar y exaltar la violencia.
politica ·como un elenierito innato y necesario .a la tnisma; pero
era evidente que el joven estudiante .no estaba interesado en una
clase teórica sobre el pensamiento de Georges Sorel y su libro
Reflexiones sobre la violencia y que, por el contrario, sí en cono­
cer los antecedentes y la evolución de la violencia de_sencadena­
da
en Argentina en las últimas décadas.
Sería
en la primavera de 1959, cuando un grupo de hombres
de los comandos de la resistencia: peronista,
que actuaban en la
zona noroeste del país, decidieron encarar
la primera e1qJerien­
cia de guerrilla rural de la Argentina contemporánea. De ahí
que
sea esa la fecha elegida por el abuelo. para centrar su breve, pero
interesante __ repaso histó1ico. Durante ese año y el siguiente, va-
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JNFORMAC!ÓN BIBLIOGRÁFICA
rios grupos de militantes peronistas intentaron instalarse y man­
tener una guerrilla
en la zona boscosa de Tucumán, en el depar­
tamento de Chicligasta; al sur de la
provincia, se trataba del
Ejército de Liberación Nacional-Movimiento Peronista de Libera­
ción, aunque
han sido conocidos con aquel otro que .les hizo
popularmente conocidos: los Uturuncos.
El nombre de Uturuncos procede del sobrenombre de Juan
Carlos Díaz,
uno de los 22 jóvenes que en la madrugada del 25
de diciembre de 1959 asaltaron la comisaria de Frias, la segunda .
ciudad en .importancia de Santiago del Estero. Detrás del movi­
miento se encontraba
John Wtlham Cooke, un joven dirigente
peronista, procedente de la juventud radical, más concretamente
del movimiento
FORJA (Fuerza de Orientación Radical . de la
Joven Argentina) refugiado,
por aquel entonces, en la Cuba cas­
trista. El.abuelo le aclara que seria el misnúsimo Juan Domingo
Perón quien desde el exilio había convocado a la resistencia,
aunque era evidente que desde la vereda de enfrente las accio­
nes del general Pedro Eugenio Aramburu
y del Almirante Isaac
Francisco Rojas, tras
la llamada Revolución Libertadora, habrian
avivado el fuego con las restricciones, cuando
no -.se podía aña­
dir-de la represión al movimiento peronista.
Pero la violencia política escapa a.
la situación interna de
Argentina,
y a la situación de semiclandestinidad del peronismo
y el abuelo no duda en enmarcar la misma en el panorama glo­
bal del continente americano, para lo que cree necesario referir­
se a un hecho de gran trascendencia política, la Conferencia
Tricontinental de
La Habana, de donde saldria la llamada Orga0
nización Latinoamericana de Solidaridad, que presidida por Sal­
vador Allende, establecía "Que para la mayoría· de los países del
continente el problema
de organizar, Jnidar, desarroliar y cul­
minar la lucha armada constituye J¡oy la tarea inmediata y fun­
damental del movimiento
revolucionartd'. Es evidente que la
Cuba castrista alentó, promocionó
y respaldó a cuanto movi­
miento de izquierda (nacional o marxista) surgía
en el continente.
Uno de los hechos más sobresalientes de lo que se
puede
considerar como un primer periodo histórico (1959-1969) de la
violencia política argentina, y con el cual se cerrarla el 1nismo,
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INFORMACIÓN BIBLIOGRÁFICA
sería el llamado 'Cordobazo". Sin entrar en detalles, cabría decir
que tal acontecimiento se producta cuando el movimiento obre­
ro de Córdoba resuelve
un paro general de las actividades labo­
rales de
37 horas a partir de las 11 horas del 29 de mayo de 1969;
el paro debla ir acompañado de concentraciones públicas de pro­
testa.
Los estudiantes peronistas acordaron respaldar las resolu'.
ciones tomadas por la Confederación General de Trabajadores (el
sindicato peronista
por excelencia). Para el día fijado columnas
de miles de trabajadores intentan tomar la ciudad, intento
que
tratan de impedir las fuerzas de orden público, el enfrentamien­
to se
hace inevitable, y la jornada se cierra con decenas de muer­
tos, varios cientos de heridos y millones de pérdidas económicas.
Ahora bien, lo curioso del caso es cómo diarios y agencias de
comunicación internacionales difundieron la noticia horas antes
de
que acontecieran los sucesos narrados aqui de fonna escueta.
El gobierno de Juan Carlos Onganfa (1966-1970) fue duro en la
represalia; pero:
¿se buscaba esa actuación policial? Los peronis­
tas responsabilizaron de esa actuación
al general Aramburu, con
el que ya tenían viejas cuentas pendientes, como los fusilamien­
tos del genera!Juan José del Valle y otros responsables del levan­
tamiento peronista de
1956; un año después de los hechos sería
"ejecuta.do" por los "Montoneros". Un 1nes 1nás tarde un giupo de
este nuevo movimiento guerrillero ocupaba la localidad cordo­
besa
de La Calera. En fechas cercanas a este hecho otro toma la
localidad de Garín, distante
unos cuarenta kilómetros de la Capi­
tal Federal, aunque
en esta ocasión la acción es atribuida a las
Fuerzas Armadas Revolucionarias
{FAR). La violencia ya no es
cosa únicámente de los peronistas de la llamada izquierda nacio­
nál y junto a ellos actúan otras organizaciones guerrilleras de

dis­
tinta tendencia, tales como el trosk:ista Ejército Revolucionario del
Pueblo o el Movimiento Nacionalista "Tacuara", el cual evolucio­
naría desde
un catolicismo militante inicial a un nacionalismo
pro-peronista y violentista, lo cual provocaría la salida de
una
buena parte de sus inspiradores, entre ellos el padre Julio Men­
vielle, que rechazaban ambas opciones.
El regreso de Perón no tranquilizó los ánimos ni apaciguó a
los extremistas de izquierda
y derecha. Los Montoneros llegaron
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a enfrentarse a Perón, y tras su muerte las diferencias y enfrenta­
mientos entre los diversos sectores del pero_nismo s'e incre1nerita­
ron hasta el punto que se hacía necesario una salida urgente y
perentoria: el golpe de Estado de marzo de 1976. Se instaura una
Junta Militar presidida por Jorge ·R. Videla, Emilio E. Massera y
Orlando R. Agosti, se abre as! paso a un periodo histórico de la
nación argentina conocido como "el proceso". En el camino que­
daban las vidas de multitud de argentinos, entre ellos la de los
destacados pensadores tradicionalistas Jordán Bruno Genta, asesi­
nado el 27 de octubre de .197 4 por un comando terrorista del ERP,
y la de inolvidable colaborador de estas páginas Carlos Saccheri.
Llegado este punto el abuelo hace
un alto en su exposición y
recuerda a su nieto que el golpe era esperado por
gran parte de la
población, entre ellos son destacados los respaldos de conn<>tados
intelectuales como Jorge Luis Borges, Horado Esteban Ratti, funesto
Sábato, o el de la Unión Cfvica Radical, a los cuales habria que in­
cluir otros como
-curiosamente--el del llamado Partido Socialista
de los Trabajadores (organización política de tendencia troskista).
Sobre
es.te respaldo -y ante la más que posible sorpresa del
nieto-el abuelo da lectura a viejos re_cottes de _ prensa, comó
aquel en el que Sábato explicarla su posición: "La inmensa maya­
da de los argentinos rogaba casi por favor que las FueTZas Ar­
madas tomaran el poder. Todos nosotros deseábamos que se ter­
minara ese vergonzoso gobierno de mafiosos ... el desorden gene­
ral, el crimen y el desastre económico eran tan
grandes que los
nuevos mandatarios
no alcanzaban ya a superarlos · con los
medios de
un Estado de derecho .. , los crímenes de la extrema
izquierda
er.an respondidos con salvajes atenta.dos de represalia
de la extrema derecha. Los extremistas de izquierda habían lle­
vado acabo los
más infames secuestros y los crfmenes monstruo­
sos
más repugnantes'.
Pese a todo, la guerrilla continuó actuando y en 1976 llegó a
contabilizarse 1nás de trescientos atentados, pero los miS:111os se
redujeron drásticamente para 1977, año en el que sólo se produ­
jeron solamente
82 atentados, para pasar en 1978 a 35 y a 5 en
1979. Para esa fecha parecía que el triunfo de las fuerzas del
orden sobre la violencia era absoluta.
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Puede que esto no signifique la violación de eso que se ha
dado en llamar "derechos humanos", y desde luego no es un.
tema a trab! ··entre ·e1 abuelo y su -nieto, pero los antecedentes
aquí vertidos servirán al lector para comprender que la Argentina
de aquellos años estaba abocada. a la Guerra
Civil. Son revelado­
ras las palabras de algún jefe guerrillero (Miguel Ángel Bonasso),
quien recuerda:
"Hicimos cosas monstruosas que tenemos que dis­
cutir'. Aunque en un arrebato de (inismo á.segura: "cometimos
algunos errores... en Jugar de matar a Rucci tendriamos que
haber matado a López
Rega", como si el hecho de arrebatar una
vida humana, aunque ésta fuera la de "el brujo" justificase un acto
de tal naturaleza.
La última parte de este libro está dedicada a analizar la crisis
económica
por la que atraviesa la Argentina. Ante la pregunta del
niei:o de "¿por qué nos ha ido tan mal?', la respuesta del abuelo
es corta, clara
y tajante: "Nas ha ida tal mal, entre otras cosas,
porque el Estado ha venido gastando más de Jo que recauda".
Emisión de moneda sin respaldo, inflación y corrupción serian las
principales causas.
En
el análisis que Mario Antonio Zinny realiza ante su nieto
sobre estas cuestiones acude a las predicciones que sobre los
problemas que acarrearía una excesiva inflación le realizara nues­
tro. querido director Juan Vallet de Goytisolo en un viaje que éste
realizara a comienzos de
la década de los setenta a la Argentina
y
en el cual le habria asegurado que si la Argentina no era capaz
de salir rápido de la inflación
tendria en muy poco tiempo el pri­
vilegio de
convertirse en uno de los pueblos más corruptos de la
historia, porque pocas cosas
"generan más inmoralidad e injus­
ticia que
una inflación prolongada". La inflación generarla espe­
culación, desigualdad, envidia y odiosidades; además de conver­
tirse en un serio ob.Stáculo a las reuniones económicas y políticas
de carácter internacional o la desaparición de la clase media.
Por su
parte el autor de este pequeño opúsculo también acude
a las
reflexiones de un escritor peronista de izquierdas, Juan José
Sebreli, quien en uno de sus últimos libros, Critica de las ideas
políticas
argentinos, éxito editorial y ampliamente comentado en
diversos inedias académicos, comienza por describir que una
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Argentina que en los inicios del primer gobierno de Perón tendria
una gran prosperidad económica, gracias entre otras cosas i las
divisas acumuladas durante la
II Guerra Mundial y la industrializa­
ción realizada durante
!a década del 30, a comienzos del . tercer
milenio acarrea
una deuda externa de 140.000 millones de dólares,
en un Estado que es incapaz de reducir los salarios de sus más de
270.000 asesores, y ello sin contar los miles de cargos públicos que
la
estructura federal del Estado reclama.
Mario Antonio Zinny
no cae en el error de culpar a un gober­
nante concreto
ni lá.s causas de esa crisis, ni los efectos· de la
misma, unos y otros han llevado al país a la situación en la que
se encuentra. La. causa: falta de un proyecto nacional. Un nuevo
presidente dedica
más tiempo en tratar de desmontar los logros
del anterior
que en reparar los errores del mismo.
Sin querer alargar más los cotrientarios sobre este
breve opús­
culo,
tan sólo basta por decir que se trata de un libro entrañable
en cuanto su planteamiento, con acertadas_ ·reflexiones en. sus
comentarios sobre la juventud y su educaci_ón, y un interesante
acercamiento a dos de los problemas que han marcado la recien­
te historia de Argentina: la violencia
política y la crisis económi­
ca. Sin
duda un libro que debelian leer los jóvenes argentinos,
para encontrar en él algunas de esas interrogantes que se· plan­
teaba ese joven nieto que acudía
en busca de respuestas ante su
anciano. abuelo.
JoslÍ DfAz NIEVA
Sta. M.• Faustina Kowalska: DIARIO
LA DNINA MISERICORDIA EN MI AIMA <'>
La vida de la santa polaca autora del Diario se desarrolla
entre
1905 y 1938, pasando los últimos 12 años. de su vida en el
convento. Esta· Santa, contemporánea de Juan Pablo 11, fue c3.no:-
(*) Ediciones Levántate, Granada, 2003, 697 págs.
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