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Número 433-434

Serie XLIII

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Diccionari d'Historia Eclesiàstica de Catalunya

INFORMACIÓN BIBLIOGRÁFICA
Pablo II consiguió, también con esfuerzo y con años, una paz
eclesial como no la habían conocido sus predecesores. Y· este
hombre apagado, opaco le definiría mejor, tuvo días más tran­
quilos
en Santander. También hay· que añadir que lo peor de la
diócesis se
habla

secularizado.
Le sucedió, en 1991, José Vilaplana Blasco. No es .un genio
pero ha sido un excelente obispo de Santander. Querido de sus
fieles
y de sus sacerdotes. No es un don José Eguino pero es el
que más se le aproxima desde que murió . el obispo bueno. Se
habla
en estos días de que quieren promoverle. Pienso que seria
un error. Perde1ia él, perderla Santander y tal vez no ganarla nadie.
El trabajo de Cuesta, a quien se le notan sus filias y su res­
peto. jerárquico es sin e1nbargo muy interesante_ y pennite cono­
cer, en ocasiones sólo adivinar," la crisis de una ·diócesis españo-:-­
la en los .últimos años. Es un estudio trabajado, por supuesto,
mejorable
pero muy digno de leerse.
Hemos leído, y analizado, ya cuatro volúmenes de _esta Histo­
ria de las diócesis de España. Tres, absolutamente lamentables.
Este ya es otra cosa muy distinta. ·Espefe1nos que suponga una
rectificación de los errores anteriores. Con todo lo dicho, mi valo­
ración
es positiva.
PRANCISCO JOSÉ FERNÁNDEZ DE LA C!G01"A
DICCIONARI D'HISTORIA ECLESIÁSTICA
DE CATALUNYA
'''
Don Albert Manent, uno de los colaboradores de_ la obra que
comentamos, en carta particular a quien estas líneas escribe, res­
pondiendo a una critica que habfa hecho de un libro suyo, que
no le gustó, me ¿retaba? a ver que e_rrores encontraba en el
Diccionario en cuestión, obra que _sin .. duda estima magníflca,
e) 3-vols. Barcelona, Generalitat de Catalunya y Editorial Claret, 1998, 2000
y 2001, 667, 773 y 749 págs.
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INFORMACIÓN BIBLIOGRÁFICA
"con 240 colaboradores y diez mil entradas". Pues, vamos a satis­
facerle. Y como digo siempre
que me refiero a obras que abar­
can veinte siglos, también
en esta me limitaré a la Edad contem­
pormea sobre la que creo tener algún conocimiento. Tampoco
demasiados.
Y, tratándose de un Diccionario, también he de
manifestar que no me he leido todas las voces sino aquellas que
me interesaron algo o mucho.
Josep Maria Gasol, al tratar de
Marti Alsina i Sevarroja, dice
que en 1879 ingresó en .el noviciado claretiano, entonces en el
Rosellón por exilio de los misioneros a causa de la revolución de
1868 (!, 64). ¿En plena restauración aun estaban los claretianos
desterrados? Pero es
que el mismo Diccionario nos dice que
regresaron a España en 1875 O, 539).
Salvador Rarnon i Vinyes en la voz que dedica al cardenal
Arce Ochotorena dice que
en 1922 fue nombrado vicario capitu­
lar
de la diócesis de Pamplona pero como el obispo López de
Mendoza no murió hasta 1923 y lo era desde 1899, en 1922 no
hubo ningún vicario capitular en Pamplona. También dice que en
1928 fue nombrado obispo de Zamora cuando parece ser que la
fecha del nombra1niento fue el
5 de febrero de 1929. No fue tras­
ladado a Oviedo
en 1937 sino el 22 de enero de 1938. Y al obis­
po que llama Muñiz era Muniz, sin tilde. Tampoco fue elevado al
cardenalato
en 1945 sino en 1946 0, 104). Para veintinueve li­
ne·as
a inedia págin.a, no está n1al.
Joan Garrabou i Bigas dice que Leandre Arrué fue nombrado
obispo de Jaro (Filipinas)
en 1895, cuando lo fue diez años antes,
el
27 de marzo de 1885 a, i35).
Jesús Castells i Serra llama a quien fue obispo auxiliar de
Toledo, administrador apostólico
de Barbastro y obispo de
Tarazona, Isidoro Badía Sarradell, lsidre
Badia Serradell (!,
174), aunque reconozco que también algún otro autor le llama
Isidro. Jordi Giró i
Patis incurre en un error ya de laureada. Segu­
ramente el clérigo más famoso del catalanismo, obispos exclui­
dos, fue, junto con Collell, Carlos
Cardg_ Sanjuán. En todos los
textos
que he visto sobre él figura el año 1958 como el _de su
muerte. Pues este
señm nos dice que murió en 1959 (1, 431).
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INFORMACIÓN BIBLIOGRÁFICA
Josep M. Pons i Guri hace a Jaime Catalá obispo de Canarias
(1878-1879), cuando
no lo fue nunca(!, 488).
Joan Bada i Ellas dice que
_el obispo de Barcelona Pedro D!az
de Valdés murió en 1809 cuando falleció dos años antes (II, 22).
Jesús Castells i Serra dice que el obispo de Barbastro, Fort,
falleció
en 1885 cuando su muerte había ocurrido na.da menos
que· treinta años antes.
Me parece que Ramon Miravall i Do!~ exagera en su catala­
nismo
al llamar a Santiago de Compostela Sant J aume de Gallcia
(II, 247).
Pau Casadevall i
Costa dice que el segundo apellido del obis­
po de Orihuela, Maura, es Gilabert, cuando es Gelabert (II, 267).
Valeria Labaia i Ballestar dice· que Carlos Laborda fue nom:
brado obispo de Palencia en 1831 cuando lo fue en 1832 (II,
461).
· Eugeni Cortade dice que el arzobispo de Avignon, Llobet, falle­
ció
en 1958, cuando su muerte ocurrió el año anterior (II, 499).
Carme Ton·es i Graell se cree que· tos. paúles son monjes (II1
598).
Valeria Labara. i Ballestar dice que el obispo Miranda Bistuer
"fue nombrado obispo
de Astorga, si bien, antes de ser preconi­
zado, recibe el obispado
de Segovia (1904)". No sabemos bien
que entenderá Labara por preconizar pero ciertamente es un sig­
nificado sui generis
y no coincidente con el del resto de los mor­
tales ni con el de la Iglesia. Miranda fue preconizado obispo de
Astorga por el Papa San Pio X el 12 de noviembre de 1903 y con­
sagrado como prelado asturicense el 2
de febrero de 1904. A
fines
de este último año fue trasladado a Segovia.
Evangelista Vilanova llama a Romualdo
Santalucía. Clavero!,
Santalucía Claveroal
(II, 637). .
Joan Bada i Ellas nos dice que Modrego fue obispo de
Cuenca (1939-1943) cuando jamás fue titular de aquella diócesis
(II, 637).
Genis Samper

i Triedu llama a Miguel Fenollera, Enollera (Il,
752).
.
Aureli Alvarez Villa ingresa en el noviciado. al famoso jesuita
P. Palau en 1855, ocho años antes de que hubiera nacido (III, 9).
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INFÓRMACIÓN BIBLIOGRÁFICA
J osep Clara i Resplandis se cree que Becerril de Campos se
llama Becerril de los Campos y hace nacer al obispo Pérez
de
Arenillas cuarenta y un años después de su muerte (III, 71).
Albert Manent i Segimon llama
al obispo de Osma, Lagüera
Menezo, Lagüero Meneno (III, 83)
Ramon Corts i Blay y Ramon Ordeig i Mata
duplican a
Francesc Pou sin que el coordinador advirtiera la duplicidad (III,
130-131). Albert Manent i Segimon dice
que el cardenal Reig nació en
Agullent cuando vino al mundo en Valencia capital (III, 220).
Ramon Ordeig i Mata dice que
Luis Riba y -Altarriba nació en
1883 cuando lo hizo en 1910 (III, 233).
Ernest Zaragoza i Pascual dice que Ignacio Ribot murió
en
1813 y fue abad de Santa María de Bellpuig de les Avellanes entre
1828
y 1831 (III, 242).
Valeriil Labara i Ballestar se inventa unas Cortes de 1812,
seguramente
por aquello de que a causa de la Constitución, que
si fue de ese año, le sonaba la fecha (III, 272).
Daniel Codina i Giol al
escribir la voz Angel Rodamilans
omite el insignificante dato
de que fue asesinado (III, 275).
Aunque reconozco que esta .01nisión es excepcional pues son
numerosisimos los sacerdotes y religiosos de los que se hace
constar cual fue su final.
·
Ferran Blasi i Birbe dice que Adolfo. Rodriguez Vida! fue
nombrado obispo
en Chile en 1980 y renunció en 1995. Fue nom­
brado
en 1988 y renunció en 1994 OII, 278).
Ramon Miravall i
Do!, dice que Ros fue nombrado obispo de
Tortosa en 1915 y Jo fue el año anterior (III, 288).
Ramir Viola i Gonzalez
no está muy ducho no ya sólo en geo­
grafía sino
en cultura general. Su Guejuelo de Barro es Guijuelo
del Barro.
Ya es bastante más grave llamar a Alba de Tormes, Alba
de Torres. Tal vez ni le suene Santa Teresa de Jesús (III, 296).
Ramon Miravall i
Do!~ nos hace alucinar con la voz Víctor
Damián Sáez y Sánchez Mayor. Todo es un puro dislate. En 1833,
según este "historiador"
era canónigo de Toledo cuando, como él
mismo reconoce
era obispo de Tortosa desde 1824. Y en ese año
de 1833
la Regencia· española, será la Reina Gobernadora a la
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INFORMACIÓN BIBLIOCRÁFICA
muerte de Fernando VII, le nombra ministro universal. Esto últi­
mo fue cierto pero diez años antes. La intervención franco-rusa
le
hace caer. Más bien la francesa que era la que tenfa al ejército
en España al mando de Angulema. Entonces el rey agradecido le
condecora con la
Orden de Cristo de Portugal. No soy muy
ducho en condecoraciones pero pienso que esa la darla el rey
portugués y
no el español. Todo es una pura confusión que se
acrecienta -cuando hace int~rvenir, pirece _que en 1824, · al Papa
Gregario XVI que no llegó al solio pontificio hasta 1831.
Ernest Zaragoza i Pascual al hablar
de Juan Safont 'nos dice
que fue miembro
de la masoneria, de ideas liberales y rehusó un
obispado. ¿Cuándo? Porque en tiempos de Fernando VII no se
nombraban obispos masones y desde finales
de 1833 a octubre
de 1847 no se nombraron obispos en España, con las excepcio­
nes, -pactadas con Roma, de TOrres Amat y Romo en enero de
1834 (III, 312).
Tampoco la "Redacción"
es muy afortunada en alguna de sus
notas. Así, Francesc de Sane;, n1uerto según se nos .dice en 1823,
participaba en 1841. en la reorganización .de la Academia de
Buenas Letras de Barcelona.
Valentf Girbau i Tapies sitúa a Vega
. de Valdetronco en
Palencia, cuando está en Valladolid (III, 404).
Roma Sol i Clot llama al conocido escritor Niteto Alonso
Perujo, Aniceto (III, 419).
Eugeni Perea i Simón
hace cardenal a Antolín López Peláez,
que no lo fue nunca (III, 420).
Ernest Zaragoza i Pascual dice
que el obispo de Daulia, José
.Beriito Serra, nació en 1811 y creem'?s qlie nació el año anterior
(III, 428).
Agustl Boadas i Llevat y Josep Martl i Major dicen que el obis­
po de Vich, Strauch era capuchino, cuando era franciscano (III,
478).
.
Jestis
Castells i Serra ignora la. fecha de nacimiento y defunción
de Ignacio Maria de Sulla: "(Tremp, Noguera, XVIII-Lleida, s. XIX)"
para decirnos siete líneas después que murió en 1854 (III, 483).
Enrie Bartrina
debe creerse que Ansejo es un pueblo de La
Rioja, confundiéndolo sin duda con Ausejo (III, 520).
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INFORMACIÓN BIBLIOGRÁFICA
Casimir Martí i Martí incurre en un error ya de orla. Hay dos
obispos que el catalanismo eclesial adora aunque todavía no
haya llegado ninguno a los altares, Vida! y Barraquer y Torras y
Bages. Como era de esperar a este
último se le dedica página
y: media, extensión verdaderamente desusada en las -restantes
voces. Pues no sabe Marti cuándo nadó el ilustre obispo de
Vich. Dice
que en 1845. Pues nació el año siguiente, en 1846
(III, 551).
Ramir Viola i Gonzalez, estos Gonzalez, con acento llano, son
por lo menos pintorescos, habla de una "instrucción pastoral
colectiva del episcopado español" firmada
en 1813. Además de
no existir, era imposible. Cie1to que hubo una instrucción pasto­
ral, o, mejor dicho, dos,
pero no fueron colectivas del episcopa­
do español. Simplemente fueron de los obispos refugiados en
Mallorca. Y el colectivo ascendió a ocho en un caso y a seis en
el otro (III, 563)
A Ramon Corts i Blay no se le dan bien los nombres extran­
jeros como por ejemplo Geranmger o Wiserrnan, que hieren la
vista
an, 597):
Ramon Miravall i Dolf no se esforzó mucho para redactar la
voz Velarde y Velarde, Bernardo, obispo de Tortosa
y arzobispo
de Zaragoza. No sabe cuándo nació
ni cuándo murió. Fechas s.in
embargo al alcance de cualquiera CTII, 639).
Ramir Viola i Gonzalez retrasa un año el nombramiento de
Juan Villar para la diócesis de Jaca pues dice
que fue en 1927 y
tuvo lugar
en 1926 an, 703).
Nadie puede leer un Dicciünario voz por _voz. Ni puede
encontrar los errores de cada una. Entre otras cosas porque hay
infinidad de personas cuyo nombre es la primera vez
que me lo
encuentro, de las que
no sé nada y de las que me lle varia un
tiempo larguísitno contrastar lo que en el Diccionario se dice con
otras fuentes. Trabajo pues ímprobo e inútil, salvo para dárselo
hecho a los editores
si pensaran en una segunda edición .. Creo
que con lo
que les aporto ya tienen suficiente favor.
Pero
si de personas en su mayor parte muy conocidas saltan,
a vuelavista, deficiencias
tan notables, es lícito suponer que hay
muchfshnas 111ás.
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INFORMACIÓN BIBLIOGRÁFICA
No quiero entrar en la ideología subyacente en no pocos de
los redactores. Valga lo dicho
en mis criticas al libro de Manent
y a otro mucho más sectario de Raguer, publicadas ambas
en
Verbo.
Diré, finalmente, que todas las rectificaciones que apunto las
he comprobado
en otros textos, salvo las tan evidentes como
Alba de Torres u otras similares. Cabe
que en algún caso esas
referencias me hayan llevado a
IIÚ a algún error. Espero que sean
mínimos,
si alguno hay.
¿Cabe deducir,
por todo lo expuesto, que el Diccionario es
una obra inútil? Pues, no. Pero, evidenteinente, es_ manifiesta­
mente mejorable.
FRANCISCO JOSÉ FERNÁNDEZ DE LA C!GOflA
Mario Antonio Zinny: PREGÚNTALE
A TU ABUELO¡•¡
Fue Ellas de Tejada quien nos recuerda que el primero en
presentar su obra en forma de diálogos fue Platón, en un inten­
to de "mostrar las cosas más elevadas y las verdades más sublimes
partiendo de conocimientos vulgares
al alcance de todas las inte­
ligencias'.
Platón, al utilizar esta metodología, quería "demostrar
la sencillez de
la dialéctica y su capacidad para alcanzar cimas
de sublimidad'.
No es por ello de extrañar que nuestro autor,
Mario Antonio Zinny, haya escogido este método de exposición
para presentamos
un libro breve y sencillo en el que nos quiere
presentar sus opiniones y recuerdos sobre diversos aspectos de
la vida social, política y económica de la Argentina conte1nporá­
nea; para ello el autor plantea el desarrollo del 1nismo a través. de
una conversación. que un inquieto nieto, ávido de conocer diver­
sos aspectos del pasado y el presente de su Patria, mantiene con
su abuelo, persona ·a la que respeta y venera.
(*) Editorial Dunken, Buenos Aires, 2004, 146 págs.
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