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Número 437-438

Serie XLIII

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Europa. Un intento de prospección sobre su papel en el mundo

EUROPA
UN INTENTO DE PROSPECCIÓN SOBRE SU PAPEL EN EL MUNDO
POR
ANTONIO DE MENDOZA CASAS
SUMARIO: ELEMENTOS BÁSICOS: l. Deíinfci.ón de Europa; IL Gestación de la Nueva
Europa.-PROBIEMÁTICA ACTUAL: III. Europa y su fi.Jtura posicfdn geopolfti.ca.­
IV. GeopoUtica: China como catalizador.-PER.SPECTIVAS FuruRAS: V. ¿Cuándo
y cuánto?-VI. Otras cuestiones; VII. Conclusión.
llu!MENros BÁSICOS
I. Deflnición de Europa
El primer problema con que nos enfrentamos al trata! del
tema
de Europa es saber de qué estamos hablando en la actuali­
dad.
Si nos referimos a un concepto geológico, resulta que es sim­
plemente
un apéndice de Asia con unos límites mucho más impre­
·cisos que por ejemplo la Península Ibérica y no digamos África.
Si hablamos de biología en cualquier aspecto o de geografia ·
humana
no existe discontinuidad entre lo que se define como
Europa
y lo que se conoce como Asia Menor o Turquía asiática
y la propia Siberia, que ocupa casi la mitad de Asia.
En términos
de geografia fisica y de climatología, l.os montes
Urales como frontera natural son poco más que unas colinas que
interrumpen la gran llanura euroasiática
que va desde el Pacifico
hasta la costa atlántica de Francia. Esa diminuta cadena monta­
ñosa acaba por convertirse en el Sur prímero en una· llanura y
después en una extensa depresión que mue.re en el Mar Cas!)io
en la desembocadura del Volga.
Verbo, núm. 437438 (2005), 597-ól?. 597
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Si nos referimos a la Europa de la geografía política, los lími­
tes siguen siendo imprecisos puesto que hasta finalizada la gue­
rra del 14, Turquía se consideró una potencia europ'ea, no sola­
mente por su soberatúa sobre buena
parte· de los Balcanes, sino
que incluso se la denominaba coloquialmente como el enfermo
de Europa.
Lo mismo ocurría con Rusia sin hacer distinción entre
la Rusia europea
y la asiática, salvo para considerar despectiva­
mente al imperio ruso como potencia asiática.
Finalmente, si consideramos a la Grecia actual como el
núcleo cultural de Europa resulta que
buena parte de sus islas
como Mitilene o Rodas
pertenecen a la plataforma continental de
Anatolia o lo que se consider.ó Asia Menor. Si nos referimos al
Imperio
.roinapo de oriente, ¿cómo renunciar a Nicea-Iznik,
Éfeso, Pérgamo, Mileto, ... , o
la misma Arme!Úa, con tantas reso­
nancias
europeá.s y cristianas?
Sin que todas estas características dejen de tener algún peso,
ya sean geológicas, biológicas, fisicas o políticas, lo cierto es que
solo nos queda como algo realmente distintivo, frente al restó de
las comunidades humanas, lo cultural, tal como dice el entonces
cardenal Ratzinger
en la entrevista publicada en Le Fígaro y de la
que aparece un extracto en la separata de ABC, "Alfa y Omega"
del
23-.09-04: "Europa es un continente cultural y no geográfico".
Aceptando este concepto, nos
queda por determinar qué cul­
tura es la que define Europa
y en la que piensan los demás pue­
blos cuando se refieren a ella, difuminando los contornos de las
naciones,
al igual que hacemos nosotros con el Áfríca negra o
c.on Hispanoamérica.
Llegados aqw, la definición de Europa vista en la actuali­
dad, tampoco resulta aparentemente fácil, como pone de relieve
Miguel Ayuso (1) citando a Juari Vallet de Goytisolo y a numero­
sos autores de variado signo·.
Sin embargo, tratando de observar la realidad de una mane­
ra panorámica, veremos que si unos arqueólógos analizaran los
restos de nuestro. mtmdo europeo, tal como hemos hecho en
(1) MIGUEL AYUSO, -"¿Qué constitución para qué Europa?"-, Verbo (Madrid),
núm. 431-432 (2005).
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EUROPA
los últimos cinco siglos con el mundo grecolatino, ¿qué visión
tendñan?
Veñan una Europa con unas fronteras en el límite donde se
levantaron iglesias cristianas, cuyos restos caracteñsticos serian
pred~_minantes; unas monedas, frecuentes .dentro_ de esos límites,
y
en su mayoña con inscripcionesy símbolos cristianos; unos tex­
tos con diferente contenido pero en el i:¡ue al menos l!n tercio
tendrían contenido cristiano,
otro. tercio técnico y científico y el
tercio restante de diversos temas, pero al menos la mitad de estos
últimos
girando alrededor del cristianismo bien en sentido posi­
tivo o negativo; una escultura, pintura-o partituras musicales en
su .mayoña con orientación o inspiración cristiana; .un
poso de
una cultura anterior, la grecolatina, impregnada y rumiada, inclu­
so en sus textos legales, de cristianismo y todo ello.distribuido de
manera bastante uniforme a lo largo de dos milenios.
Podñan distinguir incluso las iglesias ortodoxas en Oriente o
católicas
en Occidente, continuan'40 en la Rusia asiática e inc~u­
so en Turquía, el Cáucaso, Siria y Lfbano, y lo mismo cabria decir
de las regiones septentrionales de Europa a las .que nunca llegó
Grecia o Roma pero sí su cultura tamizada por
el cristianismo a
partir de la Edad Media.
En
todo ese conjunto de hipotéticos restos, lo no cristiano o
anticristiano
seña un porcentaje insignificante que solo · servirla
para que los estudiosos no consideraran el mundo europeo como
monolítico.
Si de esos restos arqueológicos de Europa desapareciera toda
la aportación cultural del cristianismo o realizada por cristianos
plenamente consdentes
de serlo (monumentos, arte, literatura,
pensamiento, etc.) apenas quedarían unos .restos irreconocibles.
Sin embargo, si desaparecieran todas las aportaciones ajenas al
cristianismo o realizadas por
no_ cristianos o cristianos ·sólo nomi­
nalmente, prácticamente
no se notaria y probablemente la imagen
que nos daña incluso resultaña más completa puesto que gran
parte
de esas producciones han tenido como única finalidad expre­
sar lo contrario
que el cristianismo y por tanto no existiñan sin "él.
Las fronteras se podñan trazar con nitidez, aunque en algu­
nas de esas regiones de·
¡'marc_a~. se entremezclarian las iglesias
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con_las mezquitas, tal como ocurre en el Turquestán o en regio­
nes
de la antigua Yugoslavia, o bien como en Turquía, Líbano,
Palestina o Siria en que muchas iglesias han sido convertidas en
mezquitas.
No se puede ignorar
que la tradición cristiana es muy fuerte
eil esos países en los que nació el cristianismo y en donde, como
en el caso de Turquía, eÚslam es una religión impuesta hace poco
más
de 500 años y además traída por una minoría étnica de
origen mongol totalmente
e¡ctraña a la tradición helenística y cris­
tiana de esos territorios. ·Por-estas razones, si sus comunidades
desean integrarse en Europa y aceptan un régimen de libertad
religiosa e igualdad, creo
que la existencia del islam no obstacu­
lizaría
su integración en Europa, e incluso esto favorecerla no sólo
la práctica religiosa de las minorias cristianas sino incluso el regre­
so
al cristianismo de parte de la población a la que se le impuso,
en fechas relativamente recientes, la religión musulmana .
. La Revolución francesa primero, con su antecedente de la
revolución inglesa y después la bolchevique, penetraron profun­
damente· en Europa y. sobre todo en la organización de sus
Estados
1 envenenando y seccionando buena parte de las raíces
cristinas de las sociedades que forman el entramado europeo y
arrasando lo
que podriamos llamar ecosistema de la Cristiandad,
sin construir nada realmente nuevo. Sin .embargo, aun esta des­
trucción, no invalida el sustrato cristiano de Europa, sin el cual ni
tan siquiera existiríá. la Revolución o las revoluciones, y· cuyó
humus pennite la subsistencia de pequeños islotes en todas las
comunidades nacionales, donde aun sigue teniendo posibilidades
de brotar· de · nuevo con fuerza el cristianismo·.
II. Gestación de la nueva Europa
La Constitución de una entidad política, se puede definir
como
el reconocimiento de lo que es y la proyección de lo que
pretende ser en el futuro, y bajo estas premisas elabora un marco
de convivencia con sus reglas de juego político. Esto es así
no
solamente desde el punto de vista de la doctrina política con-
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EUROPA
vencional sino que es lo que, de una forma más o menos explí­
cita, dicen los propios textos constitucionales a pesar de
que a
menudo
no pasan de retórica.
En este sentido la Constitución americana
ha sido un éxito al
conseguir compaginar estos elementos con cierta flexibilidad. Por
contra la visión deformada tanto del
ser como de su proyección,
ha sido el motivo del fracaso reiterado de buena parte de las
Constituciones, de la que
es paradigma el caso español con 12
textos constitucionales (2) fracasados
en poco más de siglo y
medio y al que hay que añadir el actual, puesto ya
en cuestión a
pesar de su ambigüedad y de haber sido laboriosamente con­
sensuado.
La constitución europea propuesta --en el caso de que sea
una verdadera Constitución (3)--tiene parte de los elementos de
lo
que debe ser, pues por un lado no podía ignorar totalmente la
esencia cristiana
de lo que es Europa y por otro tampoco podía
soslayar
que los personajes que hicieron posible la gestación, el
alumbramiento y los primeros. pasos · de la Europa más reciente
fueron casi todos cristianos. Y más
concretamerú:e católicos prac­
ticantes, desde Roben Schumann y Monnet a Adenauer, pasando
por De. Gaspari.
El que estos católicos practicantes hayan militado en la demo­
cracia cristiana, quizás ha facilitado la penetración del tufillo que
envuelve el Preámbulo del proyecto de constitución europea y
su texto, que
no es otro que el que emana de los padres de la
Revolución francesa, tratando de suplantar al Cristianismo.
Los_
enemigos del cristianismo n_o quieren caer en un nuevo intento
de llevar a cabo una burda politica de tierra quemada como la
emprendida
no solo por parte de la propia Revolución france­
sa, sino también
por sus hijos bastardos (el bonapartismo, na-
(2) ENRIQUE TIERNO GALVÁN, ú,yes políticas fundamentales 1808-1936, Ed.
Tecnos, Madrid, 1972 (11 textos constitucionales hasta 1936 + Leyes fundamenta­
les y Ley Orgánica del Estado 1967 + Constitución 1978).
-(3) MIGUEL A.Yuso, op. cit., "¿Qué constitución para qué. Europa?", Verbo
(Madrid), núm. 431-432 (2005), que suscribiría cOmo punto de partida de la situa­
ción en que se encuentra Europa actualmente, con ligeras matizaciones en algu­
na concreción como la
de equiparar el caso de Turquía con el de Marruecos.
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zismo y comunismo) que con parecida saña combatieron al Cris­
tianismo y de manera muy especial a su vertiente ortodoxa y
católica.
Contrasta esa férrea resistencia a menciónar el cristianismo, con
la inclusión de artículos que por su carácter accesorio sobran en
cualquier constitución, y que además de discutibles desde el punto
de vista ético
son conflictivos desde el práctico, como el artículo
1.41 que admite explícitamente la guerra preventiva. Una guerra
preventiva nos abocará con mucha mayor facilidad a un conflicto
generalizado que los motivos mucho más serios y justificables -o
al menos explicables---- que provocaron la mayor parte de las gue­
rras, incluidas las dos mundiales, la de Corea o la de Vietnam.
Rafael Navarro-Valls,
en el discurso de su investidura como
doctor
honoris causa por la Universidad de Tuñn, afirmaba que
"los europeos pensamos con categoñas mentales griegas; los
esquemas juñdicos romanos
son fundamentales para . entender
nuestro derecho; pero el sustrato ideológico y ético que
empapa
el pensamiento. y derecho emopeo es, en su base, cristiano".
Remachando lo que dice Navarro-Valls, hay que declarar que
esas categorías· mentales griegas o los esquemas _jurídicos roma­
nos ni taÍl siquiera los conoceríamos sin el cristianismo, pero aún
esto habña que extenderlo al arte e incluso a la ciencia que retro­
cedeña
no menos de 500 años sin las aportaciones de las insti­
tuciones cristianas monacales, universitarias y de enseñanza en
general.
A pesar de esto, o quizás precisamente por ello, da la sensa­
ción de que ciertos sectores han convertido en obsesión eludir no
ya la mención del cristianismo, sino inCluso la de Dios.
En contraposición, el Papa Juan Pablo II mostraba repetida'
1neó.te su pi"eocupac.ión "porque en la Constitución eui'opea no
se refleje que el cristianismo conforma las raíces espirituales de
Europa".
Para interpretar las razones que movían al Papa a esta insis­
tencia, el Decano de la Facultad de Teología de la Universidad
de Navarra, dice: "Cuando
Juan Pablo II pide una y otra vez que
ese texto, cuya redacciones en.cuentra en estos m_omentos en la
recta final, reconozca explícitamente las "raíces cristianas", lo
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EUROPA
hace porque esa mención constituye una garantía de futuro para
que la persona humana y sus derechos inviolables e inaliena­
bles sigan
ocupando el lugar primordial que les corresponde.
Solo así será posible avanzar
por la senda de la civilización y la
prosperidad compartidas, sin olvidar a los
más débiles y desfa­
vorecidos" ( 4).
Ambas posturas
encontradas nacidas Una de la Revolu­
ción
y otra del cristianismo, saben muy bien por qué es im­
portante ese reconocimiento de las raíces cristianas de Europa.
Su
ausencia permite o .facilita una manipulación (5), inclu­
so del lenguaje, que dejaría desdibujadas las garantías que
proclama defender la Constitución. Su plasmación explícita
protege y avala la permanencia de esas garantías, o al menos
reduce su ambigüedad, al leerse e interpretarse a la luz del cris­
tianismo.
Precisamente la misión de Europa se,ría defender en ··el
mundo los valores del cristianismo y su cosmovisión, incluso
en el mundo islámico, y tratar _de alcanzar en todo el mundo la
misma libertad
para el cristianismo de la que goza el propio
islam u otras concepcio_nes en Europa· o en las comunidades
cristianizadas. Si bien el reconocimiento de -las raíces cristinas
de Europa en el Preámbulo de la Constitución no garantiza,
ni
mucho .menos, la asunción por Europa de su misión, ·no
cabe duda de que, .al menos, dejaría abierta la posibilidad del
crecimiento
de grupos que defendieran esa postura, que en
caso contrario es susceptible de ser .obstaculizada hasta el lí­
mite (6).
(4) M.ª DOMINGO GuTIÉRREZ, La Co11Stitución Europea: un preámbulo polé­
mico, Comares, Granada, 2004. Actas del Simposio Internacional de Derecha Con­
cordataria, de donde están tomadas las citas anteriores.
(5) Actualmente
se está viendo en la· Constitu'ción e¿¡pañola eón institucio­
nes o formas aparentemente tan claras como el·matrirrionio, la nación, la lengua,
la bandera, etc. -
(6) Muy recientemente, se ha pi'oducido el rechazo p::1r parte del electorado
francés y holandés de la lla1nada Constitüción europea, que abre un rayo de espe­
ranza, .si bien el concepto de "democracia", de los denxicratas de profesión, hace
temer que se encuentre una sia.!ida forzada.
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PROBLEMÁTICA ACTUAL
m. Europa y su futura posidón geopolítica
La encrucijada .en que se va encontrar Europa a corto plazo
depende de ella en pequeña medida, puesto que el escenario
mundial ha sido diseñado
con anterioridad o se ha fraguado casi
al margen de Europa. Lo que si depende de esa Europa en for­
mación, es el espúi.tu común que va a ánimar a sus ciudadanos.,
a qué tipo de sociedad aspira como hogar para sus descendien­
tes y
en qué mundo, la elección de los medios que va emplear y
cóffio alcanzarlos.
En este contexto, el mencionado artículo I.41 de la Cons­
titución es peligrosísimo para sus ciudadanos, dejando abiertas
las puertas para sumergirnos fácilmente
en una guerra no solo
ajena a los intereses 1natéria]es de sus ciudadanos sino contraria
a los valores morales de buena parte de ellos. Conviene recordar
que un tratado internaciOnal o constitución supranacional está
por encima de las constituciones nacionales.
El mundo .con el protagonismo de una potencia hegemónica
como EEUU, va permanecer así poco tiempo y se encamina rápi­
damente a una bipolaridad formada por un lado por EE_UU,
Europa e India y por otro, China y el islam. Ningún otro país o
grupo de países tiene posibilidades racionales
en este siglo de
alcanzar el estatus
de primera potencia, todo lo más a que puede
aspirar es a cambiar de bando.
Se trata de prever cuando se delimitarán claramente los cam­
pos,
cuando se iniciará la confrontación, y quizás el choque, y
tratar de saber
si hay forma de impedirlo .convirtiéndolo en sim­
ple competencia
con ciertas facetas de cooperación.
En esta confrontación, ¿qué es Europa?,
¿cuáles serán sus
fro~teras?, ¿quiénes formarán su núcleo?, ¿cuál será el espíritu
que la anime?
La Europa ideal definida como espacio cultural, tiene tan1bién
unos
lúnites geográficos distintos de los convencionales que con­
sideran
cinco partes del mundo. Van desde el Atlántico al Pacífico
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EUROPA
y desde el Ártico al Mediterráneo y el cinturón de desiertos asiá­
ticos, salpicado
de cordilleras como los Montes Tien Shan, que
divide Asia de Occidente a Oriente y en el que Mongolia ocu­
pando el desierto de Gobi y Afganistán por las cadenas monta­
ñosas del Hindu Kush, son enormes estados tapón,
en los que las
fricciones se convierten a veces en enfrentamientos a través de
facciones enfrentadas en el interior de esos países.
Esa Europa ideal, definida
por una cultura, delimitada geográ­
ficamente y
en buena parte también étnicamente, tiende a consti­
tuirse
en una entidad política cuyo núcleo es la CEE, y al que se
aproximan lo que era el antiguo espado soviético y .¿Turquía? Lo
que ocupaba la URSS, va incorporándose progresivamente a la
Europa política, y lo mismo ocurre con
Turquía aunque con ele­
mentos culturales que hacen vacilante su acercamiento.
A este espacio
europeo están subordinados, satelizados, ata­
dos o si se quiere un eufemismo; vinculados, todos los estados
africanos sin excepción, aunque los países musulmanes de
una
for1na más "inquieta".
La influencia en el espacio geográfico que se denominó al
Este de Suez, y que era coto cerrado de Inglaterra hasta 1948, se
ha perdido y ha sido
ocupado en su mayor parte por EEUU que
ha empleado la fuerza cuando se
han considerado amenazados,
ya sea en Corea, Vietnam, Afganistán, Irak o el Próximo 9riente.
Mientras, China ha respondido a todos los desafíos en sus fron­
teras, en Corea o Vietnam, pero de manera cautelosa, renuncian­
do a cualquier intervención en el Medio Oriente, salvo algún
gesto amable, como la carretera que cruza el Himalaya hasta
Pakistán. Dentro
de la actual órbita de EEUU, además de la totalidad
del continente americano1 se encuentra el Pacífico con Oceanía y
de una manera mucho más forzada Asia (excluido el antiguo
espacio soviético) y
por supuesto China y Corea del Norte. Irán,
el antiguo gendarme americano en el golfo pérsico, a pesar de su
actual desorden o nuevo orden todavía no es más que un país
díscolo.
En el otro lado: ¿Qué países entrarán
en la órbita de China en
un futuro inmediato? ¿Qué territorios y países formarán el islam
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pro-chino? ¿Qué territorios y países· serán dudosos? ¿Cuáles peri­
féricos?
Aparentemente, China se encuentra aislada e incluso
se
podría decir cercada, si no fuera porque el denominado tercer
mundo, más que inconiodo, se siente esclavizado y en su niayo­
ría recibirla a cualquiera como su libertador. Dentro de la influen­
cia china más o menos tenue se pueden incluir las numerosas y
crecientes minorias de emigrantes asiáticos en todo el mundo y
de
manera particular en el sudeste de Asia.
El mundo islámico, es también un mundo en expansióil y
abarca casi la mitad de África y casi todo el sur de Asia con la
excepción de la India y la mayor parte de la península de
Indochina. A su vez, incluso la India tiene también una conside­
rable población
musuhnana descontenta con su situación de
minoría marginada, lo que la mantiene en una posición de neu­
tralidad, formal más que real, y con un peso como potencia autó­
noma en rápida expansión, aunque sin las perspectivas de China.
El bloque europeo como aliado de EEUU, es en la actualidad
una potencia solo sobre el papel. Posee muchos eslabones débi­
les tales como la probable inclusión de Turquía en Europa (según
y
como se realice esa adhesión), unido a una considerable pobla­
ción musuhnana autóctona en los Balcanes y en el Caúcaso, que
inevitablemente acabarán por integrarse en Europa. A esto habria
que añadir la entrada masiva de población mahometana, turca y
magrebí fundamentalmente,
en la mayor parte de Europa occi­
dental. Incluso la capacidad económica de la Europa de la CCEE
está sobrevalorada, pues :muestra claros signos de agota.miento
en cuanto a capacidad de innovación.
Hispanoamérica, es un espacio firmemente sujeto a EEUU,
aunque no deje de contener elementos desestabilizadores que se
manifiestan con cierta virulencia periódicamente, como en el
caso de Cuba. Todos ellos han sido aplastados en el pasado sin
contemplaciones o sometidos a una dura cuarentena como en e_l
caso cubano y lógicamente en caso de conflicto abierto serán
reducidos de inmediato.
En este contexto, es precisamente Europa el elemento decisi­
vo, sobre todo si el Este, incluida Rusia, acaban i:htegrándose en
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EUROPA
la nueva Europa. Sin embargo, aun en el caso de que acabe asu­
miendo su verdadera identidad cristiana, se encontrará aislada si
no es capaz de entablar una relación satisfactoria con África y
quizás con Oriente Medio contribuyendo a resolver el enconado
problema palestino.
N. Geopolfttca: China como catalizador
En resumen, dentro de la órbita de EEUU, se encuentran
además de Canadá, Australia y Nueva Zelanda y toda Hispano­
américa, con la salvedad de que esta última se encuentra incó­
moda en esa posición. La excepcional posición de Cuba no la
excluye de estar
en la órbita americana, por muy comunista que
sea su régimen. En Asia, solamente India es un satélite relativa­
mente seguro, puesto que Filipinas tiene escasas posibilidades de
ser conservada y mucho menos con la política americana de niás
de un siglo de
minar el catolicismo y de mantener su economía
en un nivel colonial.
El caso de India es fundamental puesto que es una potencia
emergente, que
aun estando alejada de China, tiene un peso sig­
nificativo
al margen de su enorme población de más de 1.000
millones. Posiblemente los esfuerzos de China se encaminen a
lograr 1nantener su
neutralidad de una manera .más efectiva, para
lo que cautamente ya ha iniciado algunos pasos.
Precisamente, llegados a este
punto es cuando China puede
actuar como un catalizador inocente qué acelere el proceso de
fusión de una Europa ampliada y prolongada en Siberia. En la
órbita de esa Europa completa o ampliada por la incorporación
del Este incluida Rusia, o
en su defecto como aliada, se encuen­
tra únicamente el África subsahariana.
La llamada África ·negra, se encuentra en una situación con
respecto a Europa semejante a la de Hispanoamérica con res­
pecto a EEUU, si bien separada por el África musulmana que no
cesa en una prirrtitiva pero eficaz expansión hacia el Sur, y en
medida no despreciable también hacia el Norte en la propia
Europa. Esta África musulmana,
si puede zafarse de su depen-
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dencia de Europa, aún no siendo -un espacio homogéneo, se
inclinará al lado del más fuerte y muy probablemente a corto
plazo hacia China que le
puede ofrecer una posición de poten­
cia auxiliar o
de segundo orden semejante a la que le dio Arabia
el año
711 cuando intervinieron en Hispania apoyando a Witiza
en la guerra civil por el trono visigodo.
Debe tenerse en cuenta que en el mundo musulmán no háy
nada que permita atisbar -ni tan siquiera en un horizonte de dos
siglos-la posibilidad de ninguna comunidad capaz de aglutinar
ese mundo y terminar. por representar una amenaza para ningu:­
na potencia actual, ni desde _el punto de vista técnico, cultural o
económico, lo
que la obliga a un papel subordinado.
Por último, habria que determinar cuál será el entorno de
China
en los próximos 10 años.
En primer lugar está
el sudeste asiático, que comprende
Indonesia, Filipinas, Taiwan (Formosa), Birrnania, Tailandia,
Vietnam, Laos y Can1boya, países
que no podrán, y seguramente
no querrán, resistir la atracción de China, que tienen en conjun­
to una población de unos 400 millones y una cantidad de recur­
sos naturales enormes. Tampoco es probable que
Japón y Corea
del Sur
puedan resistir la atracción de China. De hecho China ya
ha tomado la iniciativa
de acercamiento celebrando acuerdos de
diferente tipo con todos los países del sudeste asiático e incluso
inaugurando un enlace aéreo con Táiwan.
En segundo lugar estin los países islámicos, llenos de frus­
traciones y odio contra Occidente, rebosantes de petróleo y otras
materias primas y algunos
de ellos con antiguos lazos con China,
que pacientemente los reconstruye una y otra vez. Un obstáculo,
que al mismo tiempo puede convertirse en una ventaja, es la
minoria musulmana dentro de las fronteras chinas
Si miramos las intervenciones y la política americana en el
conjunto del área, y su objetivo de aislamiento de China, resul­
ta ser bastante pragmática y
mucho menos tosca de lo que
observadores superficiales le atribuyen y se explica el apoyo
que recibe del Pentágono y de los sectores más influyentes
americanos al marge11. de vaivenes electorales puramente anec­
dóticos.
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El!ROPA
Desde esta perspectiva, parece más lógica la larga serie de
odiosas intervenciones :;ingle-americanas tanto -directas como
indirectas y ya desde finales de la II GM, en Oriente Medio
desde Palestina y Lfüano a Irán, Pakistán, Afganistán e Irak,. si
tenemos en cuenta éstos factores más que .la mera visión miope
del petróleo. De hecho así lo reconoce implícitamente un
observador en política internacional, como Daríó Valcárcel, que
en su columna. de ABC de 9-12-04, dice con cierta sutileza.
diplomática, "En
todo caso hay algo extremadamente raro en
todo esto. lrak es un asunto del todo secundario, un frente de
tercer orden .si se compara a la cuestión central de este comien­
zo de siglo, China, ... ".
Aun así está claro que, a pesar del éxito inicial de estas inter­
venciones,
el tiempo juega en contra de EEUU y como corolario
de Occidente. En este contexto, la reciente política de Aznar para
España podría tacharse de oportunista o de oportuna según se
mire,
pero no de torpe, mientras que la de Zapatero ... Para
EEUU, y también para Europa, el Oriente Medio es vital por razo­
nes en las que el petróleo es una mera cortina de humo. Esto no
excluye el calificativo de inmoral y desafortunada aplicado a las
recientes inteivericiones armadas anglo-americanas, que a mi j~li­
cio tenía alternativas menos traumáticas y más favorables a los
intereses occidentales.
A medio plazo, el viejo mundo se verá cortado en dos por
China y los países árabes y Europa probablemente se verá
envuelta
por el sur, en el que España y Portugal serán primera
línea
de un hipotético frente de. batalla donde · Marruecos y el
resto del Magreb,
pueden ser .empleados de nuevo como carne
de cañón de una élite, esta vez china en lugar de· la árabe de
Muza y Tarik
en el 711.
Además de
la posición de las piezas en la "Gran Partida"
sobre
el tablero. del mundo, en frase de Rudyard Kipling, con­
viene evaluar, aunque sea aproximadamente, su peso específico.
En Europa, y también
en menor medida en EEUU nos encontra­
mos que junto a una superioridad 1naterial estamos minados
doblemente por una creciente población emigrante de origen
asiático y otra musulmana y
por una debilidad física, mental y
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ANTONIO DE MENDOZA 'CASAS
espiritual propiciada por un hedonismo, que incluso desde el
punto
de vista puramente egoísta es totalmente suicida.
Precisamente es
en este punto decisivo del espíritu donde
está la clave de la Europa que queremos o simplemente si que­
remos Europa. O más bien ¿aspiramos a una asocia.ción econó­
mica y política .que facilite. solamente el ·lucro de un:a oligarquía,
sin ningún tipo
de freno ni cortapisa y de lo único ·que se trata
es de darse prisa para ser incluido en esa oligarquía? El proble­
ma está
en que esta última postura además de repugnante desde
el punto
de vista moral es torpe desde el punto de vista pragmá­
tico
pues lleva a la destrucción a corto plazo incluso de esa oli­
garquía.
EEUU, algo menos minado por una cultura hedonista, tiene
en su seno el mismo problema étnico y religioso. Además de la
población emigrante de origen· asiático e islámico, nos encontra­
mos con una expansión de los musulmanes entre la población de
origen africano o afro-ameri_canos.
PmtsPECTIVAS FurmiAs
V. ¿Cuándn y cuánto?
En el citado .artículo de Daría Valcárcel en ABC de 9-12-04,
continuando la cita, dice:
" ... ,China, L .. ], podrá comparar su PIB
con el de EEUU hacia 2035". Esta insinuación sobre la fecha de
un posible enfrentamiento con China desde el punto de vista
económico, resulta demasiado optimista, influida posiblemente
por datos ya desfasados.
Para aquel que C[Uiera tener una visión panorámica y actuali­
zada de Asia y muy particulatrnente de China, pueden resultar
esclarecedores los agudos artículos
de Rafael Poch en La Van­
guardia que aproximan mucho más la fecha en la que se ponga
de manifiesto la potencia china.
China tuvo
una producción de acero en el año 2003 superior
a 220 millones de toneladas (El País 25-02-2004), y
en 2004 será
prácticamente el triple
de la de EEUU y casi el 30% de la pro-
610
Fundaci\363n Speiro

EUROPA
ducción mundial. A esto hay que añadir, que es tal la avidez de
acero de este mercado, que su demanda ha provocado .una esca­
lada de precios en el mercado mundial. Algo parecido sucede
con el aluminio y el cobre. .
Es verdad que la producción de acero jlmto con el consumo
de energía
ha. dejado de ser la medida, casi exacta, del grado de
desarrollo y potencia económica
de un país,. pero sigue siendo
un indicador importante -mucho más fiable que el monetario-,­
del grado de madurez económica de un país.
Al mismo tiempo, comparando las cifras de China y EEUU y
sus crecimientos respectivos, según los datos publicados para el
año
2003 (Akal ediciones; anuario económico 2005), tendríamos
que, proyectando esos datos, China superarla a EEUU en PIB en
el año 2012, mientras su renta "per cápita" pasarla de ser de
menos de la séptima parte a más de la cuarta parte de la ameri­
cana. Como dato curioso baste decir que
en los 13. años. anterio­
res, mientras la renta a1nericana no llegó a duplicarse, la china se
multiplicó por más de cuatro.
La horquilla de previsiones de las cifras conocidas· nos da.
como resultado que entre el año 2009 y 2015, China alcanzará. el
PIB de EEUU. Estas cifras, que pueden resultar alarmantes, son
engañosas en dos aspectos divergentes. Por un lado el rapidísi­
mo crecimiento chino lo hace semejante a un adolescente que ha
tenido
un estirón en un año, y que a pesar de ser más alto que
la mayoría de los adultos le falta consolidarse física e intelectual­
mente,
lo que da lugar a que su envergadura no guarde relación
con su fuerza real. En sentido contrario, las cifras iguales resultan
también engañosas púesto que las medidas en términos maneta.:.
rios son aproximaciones y por otro la suma de cinco trabajado­
res chinos
con la quinta parte de renta de un trabajador ameri­
cano, no son equivalentes en _eficacia. Probablemente la relación
en términos de productividad sea de dos chinos por cada ameri­
cano e incluso se aproximen a la igualdad.
En las cümparaciones de renta entre chinos y americanos,
factores como la cantidad de alimento; la vivienda o el vestido
son casi irrelevantes1 e iilcluso pueden jugar a favor del trabaja­
dor chino_ más frugal, y eso ya lo experimentaron los propios
611
Fundaci\363n Speiro

ANTONIO-DE MENDOZA CASAS
americanos en su enfrentamiento con un Japón en la 11 GM, que
en teoría y sobre el papel no alcanzaba el 3% del PIB de EEUU.
Si se cruzasen esas apuestas a las que tan aficionados sori los
anglosajones, en .un enfrentamiento militar, salvo la aparición de
una nueva generación de armas secretas, de igual a igual entre
China y
EEUU, a partir del afio 2010, EEUU sin sus aliados euro­
peos, tendrá escasas probabilidades de
éxito y eso a pesar del
evidente atraso actual del ejército chino y sobretodo de su mari­
na que se puede considerar casi como inexistente. Probable­
mente, ambas potencias
quedarlan literalmente laminadas.
Ese teórico retraso de las Fuerzas Armadas chinas, se pone
de manifiesto en el articulo de José Reinoso (El País, 2-2-05), si
bien como ocurre· en la mayoría de los casos considero que está
desfasado
en sus evaluaciones y se refieren a no menos de cinco
años
atrás.
El Ejército chino es poco más numeroso que el de EEUU y
todÜs los indicios apuntan a que se aproxima rápidamente a un
grado de modernidad y eficacia parecido en todos los aspectos.
La diferencia mayor a favor de los ·chinos es sobre todo la exis­
tencia
de unas reservas de efectivos humanos prácticamente ili­
mitadas.
Temo que
la valoración del ejército chino, esté aquejada de
una
miopía parecida a la que padecían los polacos en 1939, que
consideraban al ejército alemán casi como producto de un
"farol" y que por tanto les darla tiempo de sobra a sus protecto­
res ingleses y franceses para acudir .en su ayuda. A pesar de que
desde que el mundo es mundo ha ocurrido siempre con los pro­
tectorados que los protectores solo se
protegen a sí 1nismos
sacrificando al protegido, los polacos o los checos o incluso
recientemente los vietnainitas, lo. aprendieron _de una manera
muy dura.
El retraso de las Fuerzas Armadas chinas es importante en
aviación, y sobre todo en la marina. Sin embargo sospecho que
es deliberado, puesto que cualquier avance significativo en este
campo
significarla la posibilidad de tomar la iniciativa por parte
de China, y
alarmarla de tal forma a EEUU que podrian conside­
rarlo como una amenaza, tal como le ocurrió a Inglaterr~ entre
612
Fundaci\363n Speiro

EUROPA
1905 y 1914 ante la expansión de la marina alemana (J). Es pre­
cisamente
en el campo naval, donde los periodos de maduración
se cuentan
por décadas más que por años, en el que el retraso
chino es de
al menos 15 años y lo que es más significativo, con
muy pocas posibilidades
de adquirir la técnica y la experiencia
en el manejo y mantenimiento de fuerzas navales importantes a
corto plazo;
Resulta irónico
que EEUU que ha temido . en los últimos 40
años un renacimiento de Europa o Japón como competidores, le
salga
un adversario "nazi" materializado en China de manera
inesperada, puesto
que la raza, la cultura, la nación y el socialis­
mo, bajo la
fonna de una dictadura comunista "sui géneris" alia­
da con una oligarquía económica de nuevo cuño, son la base en
que se asienta esa comunidad y que la aglutina en un espacio
geográfico compacto y de grandes dimensiones.
En este contexto, Europa tiene
ya señalado su campo junto a
EEUU, pero podria influir en el planteamiento del enfrentamien­
to, en sus dimensiones, en sus.formas e incluso en evitar el esta­
llido reduciéndolo a una simple competencia o cooperación.
Como -ya he mencionado anteriormente, en una verdadéra
globalización el papel de una Europa Cristiana, seria el de tener
en cuenta a las comunidades más pobres cooperando en su nive­
lación con los más ricos,
en un planteamiento que la Iglesia cató­
lica viene realizando, proponiendo y predicando desde hace
siglos adaptándose
en cada tiempo a las circunstancias reales rei­
nantes.
El tiempo se nos echa encima de tal forma que &i la estrate­
gia
no está diseñada, ya no hay tiempo, puesto que el límite para
hacer
creíble cualquier actuación es el año 2009, aunque posi­
blemente esa fecha
ya sea tarde, en el sentido que la iniciativa en
los campos de la economía y comercio internacionales, política
internacional e incluso el desarrollo de guerras locales en Asia,
(7) BARBARA w. TuCHMAN, Los caño'nes de agosto, Eclic. Península, Barcelona,
2004. Notable historia de los antecedentes e.inicio de la IGM, en la que se pone
de manifiesto la relación de causa a efecto entre la expansión de la_ marina ale­
mana a
partir de 1905 y la decisión de Inglaterra de p'artkípar en la ] GM consi­
derada :ya como inevital)le en. e:sa fecha.
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Fundaci\363n Speiro

A,NTONIO DE MENDOZA CASAS
empezará a pasar a manos chinas. Es posible que· el diseño de la
estrategia ya esté en ejecución en EEUU, lo que sería para echar­
se a temblar, pues nos encontraríamos
con una probable guerra
preventiva a
gran escala a partir del año 20o6 y con. Europa de
mera comparsa o de escenario de la guerra, cuando el nuevo
ejército chino no haya alcanzado su plenitud y sus fuerzas nava­
les se encuentren aún en es.ta.do embrionario.
El papel de Polonia, podría jugarlo esta vez Taiwan, Irán,
Mongolia, Pakistán; Corea, India o cualquier pais de
la peninsu­
la Indochina, e incluso el propio
Japón utilizados como elemen­
tos de tanteo, tanto por los propios EEUU como por China y en
donde podrían comenzar conflictos con la pretensión de provo­
car
un pretexto a través de elementos interpuestos, con el peli­
gro que supone
un riesgo mal calculado.
Desde
un punto de vista maquiavélico, lo ideal para EEUU y
algunos intereses europeos sería
un enfrentamiento India-China
en una guerra agotadora parecida a la de lrak-Irán, pero parece
un juego demasiado peligroso que podría provocar incluso un
cambio de bando en uno de los aliados potenciales.
VI. Otras cuestiones
Hay elementos y problemas de importancia para Europa, o
mejor dicho para
los. europeos, que ni siquiera se han mencio­
nado, como es la creciente dependencia económica y técnica
.de
Europa de EEUU; el papel del judaísmo y los judíos, con su
influencia
en la realidad religiosa, cultural y animica, aún cuando
su peso
ha sido frecuentemente exagerado; la división de los cris­
tianos como problema más importante después del de la pagani­
zación de la sociedad y como reverso la esperanza de
que se rea­
lice la unión
de los cristianos, que desde luego puede verse favo­
recida
por la unión de Europa.
En el plano político, el florecimiento de las micronacionali­
dades en cascada como síntoma de descomposición en un pro­
ceso sin
fin, en beneficio de una resucitada casta de caciques con
nueva
careta. Este fenómeno europeo, ¿por qué tiene que tern1i-
614
Fundaci\363n Speiro

EUROPA
nar en las regiones y no en las provincias, departamentos o mu­
nicipios?
Otro
elemento importante, que se ha soslayado hasta ahora,
es el
de la elección de una lengua común o koiné, fundamen­
tal para conseguir
la cohesión de una comunidad. Difícilmente
se
puede imponer una lengua minoritaria en Europa como
puede ser el inglés puesto que generaría muchas resistencias
al ser considerado ya como un idioma casi extra-europeo. Lo
mismo o~a, aunque quizás en menor medida, incluso con
el español. Por distintas razones de recelo, no parece que pu­
diera ser
acepta ma más extendido tiene
la desventaja de ser un idioma de un
país todavía no integrado y extraño al resto de los habitantes
europeos incluso en sus caracteres alfabéticos. Quizás la solu­
ción sería
un idioma puente entre lo latino, germano y eslavo,
con tradición cultural
Y. que no suscitase recelos como podría
ser el caso del rumano.
Ocurre otro tanto con el problema
de un ejército y una
defensa común -por cierto, temas-tratados con alguna extensión
en el' proyecto de constitución-y que apenas se ha rozado.
El problema de la debilidad material, en el sentido de defen­
sa, tanto de Europa como de los países europeos y
que se ha
puesto de manifiesto
en situaciones como las de Yugoslavia, no
ha sido tratado tampoco y aunque se puede medir y pesar, es
insignificante en comparación con le desarme moral. La única
defensa creible y completa
que con razón aspira a ser el núcleo
de
la defensa europea, tanto en el aspecto material como de
voluntariedad, es la de Francia y todas las demás son de una
debilidad manifiesta.
En el caso de Espafia; ni siquiera merece la pena mencionar
la existencia de su defensa, con una debilidad tal que parece
hecha a propósito para provocar, puesto que
no existe ninguna
circunstancia
que haya generado Ínás guerras y violencia que la
debilidad de
un adversario potencial. Es como si un joyero deja­
ra los escaparates con vidrios apropiados para la ventana
de una
vivienda; merecelia ir a la cárcel en compañía del ladrón por des­
cuidado e inepto.
615
Fundaci\363n Speiro

ANTONIO DE MENDOZA CASAS
En España misma tenemos como guerras provocadas o favo­
recidas
por nuestra debilidad, prácticamente todas las de los
siglos
XIX y xx, desde la Guerra de la Independencia contra Napo­
león y continuando con las guerras de independencia america­
nas, la guerra de Cuba con
EEUU, las guerras de Marruecos, e
incluso la Guerra
Civil en la que la debilidad y cobardía de las
derechas 1Jrovoca una avidez y unas ainbiciones desmedidas en
las izquierdas, es decir casi todas las guerras.
Mucho tnás
·marginal, pero de gran actualidad, es esa especie
de carrera de la:s multinacionales por establecerse· en China tras­
ladando gran parte de su producción a ese pa!s atra!das
por los
bajos.sala1ios, arriesgando t1na parte considerable de sus inver­
siones y de su tecnología.
Todos estos problemas, simplemente apuntados, con ser
im­
portantes no modifkarian las conclusiones a las que llego en el
próximo apartado,
por lo que su tratamiento lo pospongo.
VII. Coridusión
La prospectiva no es adivinación, o al menos no debe serlo,
sino un intento racional de prever el futuro histórico a corto
plazo (20-30 años) teniendo
en cuenta el marco general de las
situaciones actuales y el margen de alternativas de las líneas
maestras de acluación que está11 siguiendo los acontecinrientos
políticos y económicos más relevantes y que darán lugar a dife­
rentes futuros. Si ve11los u11 conductor borracho conduciendo a
gran velocidad .por t111a carretera de 1nontaña, es fácil prever que
-salvo que se detenga antes-acabará estrellándose o despe­
ñándose. Pero lo
que trata de establecer la prospectiva, después
de estudiar las caracteristicas del veh!culo y su velocidad, el com­
porta1niento del conductor ;.r el trayecto que está. -recorriendo, es
el tramo en que probable1nente se prod11zca el accidente, cuán­
to tardará en tenerlo y cual será su gravedad y en últilna instan­
cia con10 podría haberse evitado o reducido sus consecuencias.
Dentro de este contexto, la mayoria de las afirmaciones tan
categóricas .que he e:x:iJuesto, requerirían un desarrollo muy
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Fundaci\363n Speiro

EUROPA
amplio que rebasarla la pretensión de este artículo, por lo que el
lector deberá rellenar con su criterio los amplios huecos
que que­
dan y que desde luego le. pueden llevar a rechazar las premisas.
Quiero aclarar que el objetivo fundamental del artículo,
.es sobre
todo exponer las dificultades con que se enfrentará Europa a
corto plazo con
una estructura tan deficiente y un alma difumi~
nada, como lo que parece ser el objetivo de la actual clase diri­
gente tanto política como intelectual.
Es más, soy consciente de
que he tratado de una Europa que todavía no existe como tal ni
tan siquiera
en sentido juridico, pero que se está gestando depri­
sa
en una dirección que se vislumbra y que puede ser acelerada
por 1.1na criSis o terminar en un abortO: . .
Cuandó Europa se encuentre inerme ante China, no ya solo
por su ejército sino por el desarme moral de su sociedad, tal.
co1no le ocurrió al Imperio romano, con un ejército pero con sol­
dados sin ánimo para luchar ni ganas o motivación para defender
hada
por falta de respaldo de su propia comunidad, la tentación
puede ser demasiado fuerte para una nueva potencia.
Ahora bien, el problema clave que
he querido tratar es el de
que nos vamos a poiler en marcha con una Europa sin alma, o
con el alma tan enferma y debilitada, que convierte a Europa en
una especie de robot, vulnerable e indefenso en muchos asp('c­
tos,
por mucho poder económico que acumule. Dicho sea de
paso, un poder económico, que repito es mucho menor de lo
que suele proclamarse, puesto que para que sea real hay. que
controlarlo y eso ocurre eil Europá · en· una medida más bien
modesta incluso por parte de los chauvtnistas franceses y a mucha
distancia
por alemanes, italianos e ingleses.
Esta debilidad manifiesta
en todos los ámbitos, será una ten­
tación para los contendientes que tenderán a convertir Europa
en
campo de batalla y en posible objeto de reparto si la confronta­
ción termina
·en tablas.
Puede ocurrir que
_cuando los mismos que trataron de matar
el. alma europea por envenenamiento ·traten de reanimarla para
que defienda sus intereses y sus vidas, pasará,
lo mismo que con
el Imperio romano; que será demasiado tarde.
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