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Número 437-438

Serie XLIII

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Milagros y Fernando Lloréns Casani: Héroes o traidores. Teruel, la verdad se abre camino

INFORMACIÓN BIBLIOGRÁFICA
que.nos ofreciera otro con lo que falta de.éste. Aunque nos teme­
mos que ello de nuevo
rebasarla las novecientas páginas y nos
baria reclamar un tercero y un cuarto con más precision~s. Que
si .están tan bien escritos como éste se leerán con sumo gusto y
notable aprovechamiento.
FRANCISCO ]OSÉ FERNÁNDEZ DE LA C!GOl'IA
Milagros y Femando Llorém Casani : HÉROES
O TRAIDORES. TERUEL,
LAVERDAD
SE ABRE CAMINO'~
El lector se encuentra ante una impresionante narración del
sitio y heroica defensa de Teruel
por los nacionales en la última
guerra de España. El libro es impresionante por varios motivos.
Me refiero al dramatismo propio de esta gran tragedia y al he­
roísmo de sus protagonístas, a la controvertida rendición de esta
ciudad -su recuperación por los nacionales exige otro libro-, a
la acción trepidante que recorre estas páginas, al valor testimo-:
nial del libro, a la ansiedad que la forma y contenido de éste pro­
vocan
en el lector, o bien a los objetivos de los autores al embar­
carse en tan dificil investigación.
Este libro está
formalmente muy bien escrito. La narración
es detalladísima. Y el lector queda inmerso en una acción plena
de valores humanos y patrióticos llenos
de heroismo, y hasta
experimenta la tensión, las esperanzas y angustias
de los defen­
sores de Teme!. En
fin, el estilo es directo y subjetivo, ya que
parte de
las vivencias de los propios defensores, lo cual, unido
al trepidante tema, hace que de alguna inanera: el lector reviva
los hechos con la óptica y experiencia directa de quienes fos
sufrieron.
(*) Ed. Lloréns, 2005, 432 págs., 160 x 225 mm., 34 euros.
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INFORMACIÓN BIBLIOGRÁFICA
Pasemos a los contenidos. Este libro recuerda el heroísmo
de la tropa y mandos de los sitiados, y también analiza la trai­
ción atribuida
por algunos al coronel Domingo Rey d'Harcourt.
Es hora de hacer este análisis pues, según Eloy Clemente,
"durante la larga etapa franquista Oa batalla de Teruel) fue un
tema tabú, que resultó siempre molesto para el Dictador" (págs.
9 y 28).
Los autores ofrecen un· relato único con una gran unidad
expositiva, a pesar de la diversidad de fuentes históricas. Los tes­
timonios recogidos
son importantes y corresponden a fuentes
primarias. A
veces, la lectura da la sénsación de algún desorden
para quien desea conocer siempre la fuente utilizada, toda vez
que, siguiendo
un estilo propio de los testigos presenciales, no
siempre es fácil saber de qué fuente se trata: si es un testigo de
historia oral, un testimonio escrito ----contrastado o n~, o bien
el criterio .de los autores.
Desde las primeras páginas se retratan los principales propó­
sitos revolucionarios de la izquierda política
en España (págs. 15-
23), y se deja constancia del lema por Dios y por España de los
defensores de Teruel.
Así, una vez desvelados y analizados los
contenidos, y siendo testigos del combate y angustias .de los sitia­
dos, quizás mayores que
las del Alcázar de Toledo, el lector está
capacitado para preguntarse si la tropa, los mandos y el coronel
en jefe defensor de Teruel, son héroes o traidores, y en qué
grado.
El esquema del libro es muy sencillo. Gran parte de sus pági­
nas (págs. 53-269) narran,
con todo lujo de detalles, los hechos.
Se basan en testigos directos, relativos a la defensa exterior de la
capital turolense (días
15 a 21-XII-1937), a su heroica defensa
interior, a
la rendición condicionada del coronel Rey el 8-I-1938,
y a la posterior reducción
del otro coronel, don Francisco Barba
Badosa, con
un truco innoble de los rojos que faltaron a la pala­
bra dada (pág. 251). Otra parte del libro corresponde a los 13
meses que abarca el durísimo y hasta cruel cautiverio por diver­
sas prisiones (Valencia, Barcelona, Tarragona, y Seo de Urge!)
por
parte de los antiguos defensores, los infructuosos intentos .de
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INFORMACIÓN BIBLIOGRÁFICA
canje, las evasiones de unos, el fusilamiento de otros y la llega­
da
de un tercer grupo a Francia (págs. 271-359). Esto justifica el
subtítulo del libro:
"Teruel, la verdad se abre camina". Al final
de la investigación, los autores realizan un análisis que da ori­
gen al título "Héroes o traidores", con opiniones contrastadas
(págs. 361-388).
Asi pues, el título del libro es adecuado al con­
tenido, y reúne las cualidades de naturaleza objetiva y hasta
periodistica.
Acompaña a lo anterior
una bibliografía. actualizada, en la
que seria deseable seguir las normas generales de bibliotecono­
mfa, y diferenciar las fuentes primarias de las secundarias. Le
sigue una relación de archivos sin indicar los fondos consultados,
y de
23 periódicos y publicaciones sin precisar los archivos o
hemerotecas
donde se conservan. Al indice onomástico le sigue
un apéndice gráfico. A este respecto, el lector echa de menos un
buen mapa de los alrededores de la ciudad, que le permitirla
identificar la abundante toponinúa utilizada en la narración de la
defensa del exterior de Teruel. Haga el lector la prueba de utili­
zar un buen plano, y revivirá los hechos con una mayor fuerza. ·
También se echan en falta fotografias de las ruinas de Teruel, de
las que Arrarás recoge algunas
de las más impresionantes. Estas
linútacion<"s son comprensibles de no haber una gran empresa
editora, lo
que nos obliga a agradecer de nuevo a los autores su
esfuerzo editorial.
Sin embargo, lo más relevante de este libro es su considera­
ble importancia
historiográ/1ca, que justificamos con CUATRO AR­
GUMENTOS, el último de los cuales explayamos al final con una
aportación personal.
El PRIMER Monvo que hace a este libro importante para la his­
toriograffa,
es la importancia que tuvo la propia BATAUA DE ThRUEL
durante la guerra de 1936-39. A decir de Joaquín Arrarás, "J,a
batalla de Teruel es la gran bifurcación; en ella tomaron los
hechos el camino que habla de conducir al desastre inmenso del
Gobierno rojo
y a la dispersión y capitulación de su lfjérdto"
(Historia de la Cruzada Española, 1941, voL VII, pág. 77). Sin
duda, el lector ya tiene conocinúentos de esta batalla, la de los
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INFORMACIÓN BIBLIOGRÁFICA
60 días ("Toe Times" de Londres), desarrollada entre el 15-XII-
1937
y el 22-II-1938. De su total de días, 24 de ellos pertenecen
a los heroicos defensores
de Terne!, hasta que el 8 de enero el
coronel Domingo Rey capituló y entregó la comandancia militar,
manteniendo sin embargo, el coronel Francisco Barba, la resis­
tenciá en el Seminario Conciliar.
SEGUNDO. Este libro es importante porque expone, con todo
detalle, las operaciones diarias de la DEFENSA HEROICA de Terne!
y
sus alrededores. Al ataque del enemigo republicano se suma­
ba el frio (-30º), la nieve y la niebla. Recordemos que el coro'
ne! Barba defendía el exterior de la ciudad con 4.500 hombres
para un frente de 60 km. A ellos se suman los 2.000 hombres
que tenía el coronel Rey en la guarnición de Teruel (págs. 50-
51, 151),
más los 2.000 civiles voluntarios que tomaron las
armas. Estas tropas frenaron durante
24 días la gran ofensiva
del mejor Ejército marxista, "del
verdadero Ejército de los ro­
jos" (Arrarás). Este
se componía de 12 Brigadas republicanas
con un total de 120.000 hombres, pertrechados con una pode­
rosa artillería de 42 baterías, 200 tanques y blindados soviéti­
cos, y más
de 200 aviones (cazas y bombardeos) (pág. 204).
Estas tropas las mandaba el general Hernández Sarabia, y con­
taron
con la atenta mirada del presidente de Gobierno Negrín,
del ministro Prieto, y
del E. M. de Barcelona, próximos todos
ellos a Teruel.
Sí; los átacantes eran entre 20 ó 25 veces superiores en
número a los defensores (pág. 51). Terne! primero quedó des­
guarnecida al volcarse la batalla
en la periferia, y después
quedó sitiada e incomunicada. Verdaderos a_contecimientos he­
roicos tuvieron lugar
dentro de la ciudad en el convento de
San Francisco, el Casino, el Banco de España, el hotel Aragón,
la iglesia
de Santiago, el cuartel de la Guardia Civil, el con­
vento de Santa Clara, la Comandancia Militar, y el Seminario
Conciliar. 1
Por lo que se refiere a la defensa de Terne!, el detalle expo­
sitivo
de este libro completa la visión general de Arrarás y
Martínez Bande. Por último,
debe aplicarse la crítica documental
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INFORMACIÓN BIBLIOGRÁFICA
e histórica sobre lo que se dice de la represión por los nadona­
Jes én Terne! (pág. 47), pues otros dijeron cosas muy falsas sobre
la represión
en Badajoz.
Vayamos al
TERCER PUNTO .. Son importantes las numerosas
FUENTES primarias (escritas y orales) utilizadas en este libro (págs.
29-32),
que desvelan tanto lo escrito como lo oculto hasta hoy.
El libro está muy bien documentado, como se recoge en las
págs.
31 y 32 y a lo largo del texto. De alguna manera, hay
uria notable presencia del Cuerpo
de Artillería pues, no en
vanb, uno de los testigos presenciales fue el ca()itán artillero
Fernando Lloréns Pérez-Casariego, al que está dedicado el libro,
además
de la importancia del terrible ataque de los cañones
republicanos.
CUARTO. Este libro es importante porque todo él; y sobre
todo desde la pág. 361, desh.ace la LEYENDA NEGRA sobre la ren­
dición
de Terne! a las tropas republicanas. Ésta la crearon las
circunstancias, quizás algunas necesidades
de propaganda, y
varios evadidos del sitio entre los 134 que se fugaron con éxito,
de un total de casi 200 que lo intentaron. Los autores del libro
detallan quienes
eran el P. Gil, Ferrán, Sabino, Asensio y el
alcalde Maicas, destacando
su poca autoridad moral para hablar
sobre los hechos (véase págs. 221-223, 228-230 y 380-388).
Las
deserciones de la tropa en situación límite son un tema aparte
(págs. 222, 245).
Según la narración, los mandos
de los sitiados, comenzan­
do por el coronel Domingo Rey, tuvieron el inquebrantable
propósito
de morir antes que entregar la plaza o claudicar. Ahi
están los hechos, los partes radiotelegráficos, el rechazo de
varias ofertas presentadas por el mando republicano, la inexpli­
cable lentitud
de las tropas de socorro nacionales que llegaron
a estar a
150 metros de distancia, el falso humanitarismo de los
republicanos etc. Para desmontar
el injusto baldón de traidor
puesto por algunos al coronel Rey, los narradores se esmeran­
en recoger todas las circunstancias por las. que atravesaron los
defensores
de Terne!, especialmente la absoluta imposibilidad
de la resistencia, la indecisión de los mandos de l.as tropas de
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INFORMACIÓN BIBLIOGRÁFICA
auxilio, y, sobre todo, la necesidad de salvar de la muerte a una
gran cantidad de civiles.
En este libro, el coronel Domingo
Rey, jefe militar de Terne!,
y sus jefes y oficiales son totalmente rehabilitados.
Es más, pasan
a
la categoria de los héroes por varias razones. Tales son la defen­
sa heroica de la plaza (criticándose con acierto el
numantinismo,
págs. 378-9), los sufrimientos durante trece meses de cautiverio, el
falso humanitarismo de los republicanos, el martirio final del coro­
nel
Rey junto con el obispo Anselmo Polanco y otros españoles
(págs. 349-351), cometido
por fuerzas regulares republicanas. A
ello se añade la fuga parcial de los presos
du0rante el cautiverio,
y, sobre todo, el procedimiento Sumarísimo 315/1938, que resul­
ta una prueba contrastada de primer orden. El coronel Domingo
Rey -como el coronel Francisco Barba-, aparece en este libro
como persona y militar leal, noble, fiel a la causa española,
y, lo
que es más meritorio, leal en la desgrada, en su persecución por
los buenos, y en la oferta que le hicieron los republicanos duran­
te el cautiverio. Como
en el citado libro de Arraris.
El libro relata con atención la inexplicable lentitud de movi­
mientos de los nacionales, cuyas avanzadillas llegaron a entrar
en
los aledaños del Terne! sitiado (pág. 211), asi como las dificulta­
des del
ftío (-30º), la nieve y la niebla (pág. 231). Pero además
pone en entredicho, a causa de dicha lentitud, al Alto Mando
General (págs.
215, 231), y desvela los errores de apreciación de
la Situación por los generales nacionales que _acudían en socorro
de los situados. Sin estos errores no hubiera ocurrido la rendición
por parte del coronel Domingo Rey para salvar a la población
civil. Esto invalida la critica a la capitulación, que pudiera basar­
se
en el recuerdo del heroismo del alcázar de Toledo (algunos de
sus héroes defendieron Teruel) y otros lugares emblemáticos, en
la importancia moral de una resistencia a toda costa en el trans­
curso de
una dura batalla y una difícil guerra, y en el desconoci­
miento de la situación real
de los sitiados por parte de las tropas
nacionalés de auxilio.
El libro explica por qué el repliegue de los nacionales a la
ciudad de Teruel no fue antes de tiempo, y omite por irrelevan-
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INFORMACIÓN BIBLIOGRÁFICA
te el por qué no se voló el puente que unía la ciudad vieja con
en ensanche general, pues de hacerlo, imposibilitaba la entrada
de los generales nacionales Dávila, Aranda y Varela. Los autores
también
ponen en entredicho a los mandos nacionales que
daban largas inexplicables
en el canje de los prisioneros de
Teruel que estaban en las cárceles republicanas.
Si este libro sistematizase la tesis del Cuartel General de
Salamanca, quizás lo secundario desviase la atención
de lo prin­
cipal, esto es, el heroísmo del coronel
Rey. Según Arrarás, "Al
perderse Teruel por capitulación, una buena parte de la opinión
nacional, casi toda, interpretó aquello como
una traición de D'
Harcourt.
Luego, serenadas las pasiones, ese parecer no ha sido
conflrmadd' (Arrarás, op. cit., pág. 57). Para este autor, la rendi­
ción
de la Comandancia militar y del Seminario produjo asombro
y hasta indignación
en los Cuarteles generales, pues: "La convic­
ción de que les era posible resistir durante plazo
más largo con­
tribuyó a que
se difundieran interpretaciones extremas, tales
como las de la traición, pronto desmentida por
un razonamiento
más depurado y por los hechos' (Arrarás, pág. 67). Digamos que
el coronel Francisco Barba
no rindió su reducto del Seminario
Conciliar. Eran momentos tensos
de una lucha heroica y de una
propaganda que incidía en la lucha y en la guerra. En realidad,
los cronistas Manuel Aznar y Luis
M. Lojendio no admitieron la
tesis
de la traición. Tampoco el historiador Joaquín Arrarás en su
citado libro
de 1941.
A falta de ejemplos de hemeroteca
en el · libro de Lloréns
Casani, aporto el caso del periódico carlista
"El Pensamiento
Navarro" (Pamplona),
que siguió la tónica general en la España
nacional. En este diario, la batalla de Teruel
era una preocupa­
ción diaria
que ocupaba muchas páginas. Antes de la capitula­
ción del coronel Rey, todo son alabanzas a los situados, a quie­
nes califica
de "continuadores de las grandiosas gestas del Alcá­
zar de Toledo, de Oviedo, de Belchtte y de Santa María de la
Cabeza"
("El Pensamiento Navarro", nº 12.431, 1-1-1938). Sin
embargo,
de repente, en medio de la tensión y frenesí de la bata­
lla
de la que el lector de alguna manera forma parte, se da la
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INFORMACIÓN BIBLIOGRÁFICA
noticia de la rendición (condicionada) de los baluartes que defen­
día
el coronel Rey.
El 13 de enero, Agustín de Azcona publicaba un artículo de
extensión media, que habla cuatro veces de traición, dos de des­
lealtad
y una de miseria moral, atribuido todo ello al coronel
Rey. Casi nada. En él afirma· que la rendición es "un ligero episo­
dio sin importancia",
quizás para dar ánimos en la reconquista
de Terne!, ya iniciada y finalizada el 22 de febrero. Este artículo
termina con estas durísimas palabras referidas al coronel
Rey, aún
sin nombrarlo: "(este ligero episodio)
(. .. ) ha puesto de manifies­
to la miseria moral y la traición de un hombre que antes que imi­
tar al general Moscardó en Toledo, que prefirió conservar el
· honor
aunque perdiese la vida y la de .Jos suyos, ha querido sal­
var la vida porque como un marxista más, la estimaba más que
el
honol" (EPN, nº 12.441, 13-1-1938). Creo que el autor no hubie­
ra escrito esto de leer los testimonios recogidos en este libro, el
emitido por el teniente Castells en su defensa del coronel Rey
durante el proceso 315/1938, las consideraciones sobre la resis­
tencia numantina (pág. 378-379),
si hubiera conocido la dura pri­
sión y fusilamiento martirial del coronel.
Rey, etc. ·
En la última página de dicho periódico y día,
"El Pensamiento
Navarro" afirma
que en Salamanca "está plenamente comproba­
da la deslealtad con que
ha procedido eljefe Domingo Rey, (pues)
ocultó a sus tropas el despacho que había recibido del Genera­
lísimo Franco', fechado del 23-XII-1938. Los autores Lloréns
Casani también recogen este despacho (pág. 168). Pues bien,
aunque
no dicen si realmente se leyó a todas las tropas de la ·
guarnición
de Teruel, como lo ordenaba una posdata final, lo
cierto es que el

coronel Rey reunió a los oficiales
en un consejo
de guerra para hablar de la rendición, y que se levantó un acta
firmada por todos los presentes (págs. 238-242). Por la vista y el
oído, · 1as· sitiados tenían Constancia de la presencia de tropas
nacionales de auxilio.
Para terminar esta aportación, añadiré
que dicho diario car­
lista inserta
un reportaje sobre los sitiados que se evadieron antes
de la rendición del Terne!. Pues bien, el periodista habla de la fla-
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INFORMACIÓN BIBLIOGRÁFICA
queza y la impericia del coronel Rey, califica de valientes y de
"HÉROES, así con mayúscula", a dichos evadidos, y, lo que es
·inadmisible para el lector del libro de Lloréns Casani, inserta en
el epígrafe sobre "La rendición", entre otras cosas, lo siguiente,
"(..) En ese momento trágico, filé cuando los valientes turolenses,
deddidos a todo antes que. entregarse
al enemigo, pusieron en
obra
su proyectd' de evasión (134 lo lograron). Contrástese esto
con los hechos que el libro
de Lloréns Casani narra en las págs.
228-230 y 380-382. Una vez más, la historia
deben escribirla los
historiadores, y
no en el momento de los hechos. Si los autores
se quejan con razón
de los licenciados en Historia que juzgan
sobre la pericia militar de Napoleón, ¡qué será cuando los evadi­
dos implicados
-más si se trataba de · algunos de ellos--opinan
sobre algo que les interesaba decir
en unas circunstancias deli­
cadísimas!
Animo a
una nueva edición del libro, a la que sugiero corre­
gir las erratas
de linotipia, y diferenciar, de la letra del texto, las
num_érosas cartas insertas. También animo a incluir un buen
plano de los alrededores de Terne! (el de la pág. 413 no sirve)
con los puntos más significativos y la evolución
de la línea del
frente, así como varios textos de la prensa nacional que acusaron
de traidor al coronel Rey, y fotografias de la ciudad en ruinas.
En adelante, la historiografia
debe tener muy en cuenta este
libro para corregir tanto los errores como las frecuentes ignoran­
cias sobre la Cruzada y Guerra Civil. La verdad sobre lo ocurrido
en Teruel pone al héroe en su debido lugar. Además, el mundo
c;ivilízado debe conocer el heroísmo de los nacionales (el "VJVa
España y los héroes de Teruel" de la División 52, pág. 201), el cri­
men de los republicanos que cañonearon la población civil (pág.
194) (lo de Guernica
-verdad o leyenda-se queda pequeño),
el
engaño de los rojos al coronel Barba, la total falta de humani­
dad
en el trato a los prisioneros, y el asesinato del coronel Rey y
el obispo Polanco, entre otros. No se trata
de demonizar a nadie, .
sino decir la verdad, máxime ante la actual tergiversación de la
historia
por algunos historiadores ideologizados y por algunas de
las más altas instituciones políticas.
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INFORMACIÓN BIBLIOGRÁFICA
Junto al hero!smo de la defensa del alcázar de Toledo, delas
ciudades de Oviedo y Huesca, del cuartel de Simancas, del san­
tuario
de Santa Maria de la Cabeza, de Belchite, de Villarreal...
debe ponerse, merecidamente, el hero!smo de los defensores de
Teruel.
JOSÉ FERMfN GARRALDA ARlZCUN
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