José María Petit Sullá, Obras completas

José María Petit Sullá: Obras completas, Fundación Ramón Orlandis i Despuig-Tradere, s. l., 2 vols., 852 págs. (en total).

El profesor José María Petit, fallecido en 2007, catedrático de Filosofía de la naturaleza de la Universidad de Barcelona y principal discípulo del profesor Francisco Canals, al que premurió, fue un destacado colaborador de estas páginas. En la edición de las Obras completas (aún no completada) que presentamos, y que reúne en un tomo compuesto de dos volúmenes sus artículos doctrinales, rápidamente se echa de ver. Pues, como es natural, tras Cristiandad, la revista barcelonesa donde halló su hogar intelectual (como vehículo de los anhelos de la Schola Cordis Iesu a que consagró lo mejor de sus afanes), es nuestra Verbo la que aparece más citada. Y es que, en efecto, José María Petit, junto con su maestro Canals y su amigo (y nuestro) José María Alsina, han sido constantes en participar en la obra de la Ciudad Católica, de la que Juan Vallet siempre que dijo que era común con ellos. Así lo vimos siempre, por lo menos algunos, desde Madrid.

Las temáticas de la escuela se evidencian sin la menor dificultad sólo con ojear sus páginas. Allí están la devoción al Sagrado Corazón, el anhelo del Reino de Cristo, el amor a la Santísima Virgen y al Patriarca San José… Y el análisis de la política, singularmente de la española, con las categorías de la tradición católica. Se abre la obra con la presentación de José María Alsina, la semblanza biográfica de Antonio Prevosti y la introducción a los artículos doctrinales de José María Mundet, todos buenos amigos, además de la bibliografía de nuestro autor. Queda por aparecer un segundo tomo, con sus escritos filosóficos, que completará la obra.

La relectura de estas páginas hará mucho bien, intelectual y espiritual. Dentro de la escuela –confiamos– en que germinó este pensamiento original por radicado. Más ampliamente en el seno del pensamiento católico auténtico. Y también, desde luego, en los sectores más amplios de un pensamiento que aunque se llama y quizá quisiera ser católico no acierta a hallar el norte.

Miguel AYUSO