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Número 195-196

Serie XX

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Vinko Nicolic: Stepinac

INFORMACION BIBUOGRAFLCA
la tarea de purificar la religión, mezcladl con nuestras escorias. Es
el trabajo

que la
Iglesia en sus mejores hijoo debe emprender: to­
mar

el látigo
y e,opu!sar a los mercaderes del .'fomplo".
JULIO GARRIDO.
Vinko Nikolic: STEPINAC (*)
Coincidiendo con el XX aniversario de la muerte del Carde,ial
Luis Stepinac se

publica esta obra, bajo
el título original croata
de "Stepinac mu je irne", que en algo más de mil páginas recoge
un acopio de testimonios, recuerdos y documentos, inéditos en su
mayor parte y de valor hi.stórico indiscutible, acerca de 'la señera
figura del
mártir que

fue
el Cardenal Primado de Croacia, el Arz­
obispo

de
Zagreb, Mons.

Luis
Stepinac.
Esta obra, cuidadosamente presentada, expuesta en la última
Feria

Internacional de Libro en
Frankfurt, ha llamado

poderosamen­
te la atención tanto de los croatas
desperdigados por Europa, como
de los visitantes extranjeros, puesto que constituye una abundatísi0
ma fuente de información para toda persona estudiosa y de modo
muy
particullar para la

joven generación
croata· que

no tuvo ni oca­
sión ni
posibllidad de

conocer la verdad
sobre el caso de

Mons. Ste­
piuac ya que el titoismo
y el postitoísmo se cuidaban y cuidan,
muy
muchó de

no dejarles indagar en ello.
En favor de la obra que aquí nos interesa habla de modo sig­
nificativo, por ejemplo, el
hecho de
que, nada más publicarse,
el
Gobierno yugosfavo cursó inmediatamente sendas órdenes de pro­
hibición de su
circulacion por el territorio yugoslavo;

más
aún, des­
ató

una nueva· campaña de
· calumnias contra el C.rdenal Stepiuac
y en general contra 1a Iglesia Católica en Yugosla-.,ia. Esto obedece
a
que
al recuerdo del Cardenal Ste¡:,inac se hace . cada vez más vivo
entre los croatas,
como -también. a

las
-solemnes COnmemoracio'nes
del
XX aniversario de su fallecimiento que· tuvieron lugar en el
mundo
entero. Así, por ejémplo, en el Congreso de los EE.UU. la
figura de Mons. Stepinac fue destacada como ejemplo de un deci­
dido defensor
del hombre y luchador por sus deredhos fundamen­
tailes,
y el Consejo Munkipal ele la ciudad de N'u.,-.,a · York tomó
en·

un:a
sesion solemne la decisión de dedkar una de las ¡,lazas de
la ciudad a 'la memoria del! Cardenal Stepinac,
En

vista
de esta renóvada actoalidad-deil'Cimlenal·Stepinac,' muy
(*)· Dos to~:. Edkirui~ de :la ·Revis~_ ~ata, M~niclt -,.J3~ce1Qha,,- 319$();
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INFOR.MACION BIBLJQGR.AFICA
en contra de aquclla predicción d~ Tito · de que Stepinac quedoría
pronto

olvidado,
la obra que re.seiiamos aquí llega en un momento
muy oportuno, pues como base
y fuente de estudios pertinentes y,
de traducciones a diversos idiom,i,, podtá tener no poca utilidad
universal.
JÍl primero de los dos tomos que la componen contiene en
460 páginas
tres grandes capítulos, a

saber:
"Autottetrato de
Luis
Stepinac, drama de una vida
y tristjsimo proceso", con aportacio­
nes
tan autorizadas como fa de Pío XII, de quien procede la cali­
ficación del juicio contra Mons. Stepinac como
"tristísimo proceso",
la del Vicepresidrote del Senado francés Ernest Pezet, quién recalcó
que

el proceso contra Mons. Stepinac no fue motivado por otra cosa
que por las llamadas
"razones de

Estado", luego
las declaraciones
de

Winston
Churchill, Fran9>is Mauriac,

Paul
Onde!, Arndld Toyn°
bee, Mons. Fulton Sheen y muchas otras personarlidade11 de los más
diversos
estamentos de la .sociedad de todo el mundo, siendo sobre­
manera

significativa la declaración del Comité Judío Americano
en
la que entre otras cosas se dice textualmente lo sigulente: "Jun­
to con Pío XII, el Arzobispo
Stepinac fue

el mejor defensor de
!Qs judíos

perseguidos
en Europa". ·
El

tomo segundo de
la obra tiene 582 páginas y los siguientes
,seis capítulos: "'.Enfermedad y muerte de un justo", "Su tumba
será la de un santo", "l..Jn gran testigo de la fe", t·1Testimonios",
"El hijo heroico", "La belleza como inspiración y •P,Untes para
la síntesis de un retrato".
En este totno se retlata principal[mente todo lo relacionado con
el confinamiento del

Mons. Stepinac en la casa
parroquial ·de su
pueblo
natal, Kra.sié, y con su · muerte.
Entre
numerosísimos documentos y testimonios cabe destacar
aquí
til dictamen de un

grupo de
médicos norteamericano.s que,
debido

a
la presión ejercida por el Presidente Eisenhower, tuvo
que autoti2ar Tito

a visitar
al y,a gravemente enfermo Cardenal
Stepinac; del cual se des¡,tende que

tanto
la causa
de
su enfermedad
como

también la
evdlución muy desfavorable

de
la misma obedecían
a
los hondísimos sufrimientos del Catdenal sometido
a trato
inhu­
mano ...
Y ,las págiruis dcl diario

del
párroco de Krasié, quien
tuvo
la opottunidad y privllegio de trato directo con el Catdenal Stepi­
nac desde
1a llegada del mismo a la casa de Ki:asié, hasta · su muer­
te,
representan un

testimonio
dé valor incalrulable, de

modo muy
especial! la parte que se refiere a los últimos momentos de la vida
del
Carden.a.
J>or ,trata:rse en su mayoría de documentos, recuerdos y te,sti~
monios, hasta· ahora

·inéditos, cabe augurar
a esta

valiosa· obra un
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INPORM.A.CION BlBUOGRAFICA.
éxito garantizado
entte.

los
compattiotas del Cardenal Srepinac, y
1l11 interés y atención especi~ entre los . estudiosos del! tema pen­
dientes, de momento, de las traducciones que sin en editarse.
R. O.
EJERCICIOS ESPIRITUALES dirigiidos por SAN JUAN
DEAVILA. Edición preparada por Joaquín Marturet, S. l.(•)
Al deteiminat el último Omcilio Ecuménico en su más im­
portante documento
la tnisión del seglru: en el seno de la Iglesia,
sólo después de
haber aludidQ a su crecimiento en Cristo y al tes­
timonio de virtud propio de su vida de laicos, añade que, "además",
uniendo también
si¡s fuerzas, tiendan a sanear las estruetutas, am­
bientes
y costumbres de la
sociedad en Jo que

pudieran incitar al
pecado, para conformarlas a las. normas de la justicia, y que favo­
rezcan más que impidan la práctica de las virtudes. Y si el pecado
y las virtudes son los intereses que se juega el cristiano como tal
en la vida
social lo mismo que en la individual, es también el
hombre
nuevo de
San Pablo, cristianizado, mentalizado por la vida
y docttina . de Jesucri.sro, el único proragonista posible en la cons.
ttucción

de
!la auténtica
Ciudad
Católica.
"Si

el Señor no edifica la casa, en vano se esfuerzan los que la
edifican"
(Sal 126). De El tiene que venit, por consiguiente, el
influjo social

del cristiano para
dicha empresa. Y

que
la solución
se
encuentte

en los Ejercicios
Espirituales de

San
Ignacio como
en
ninguna
otra parte,

lo daba
por cierto el

tnismo autor
· de
ellos,
al
escribit que eran "todo Jo mejor que en esta vida puedo yo pensar,
sentir y entender, ya que para que el hombre se aproveche a si
mismo,

ya para que fructifique
y haga aprovechar a ottos muchos".
Lo que los Ejercicios cont'ienen de valores humanos, que no de
teológicocristianos, como es la sabiduría humana que por ellos se
respira,
y la sistematización del orden externo con que en su prác­
tica se procede, ha sido
repetidamente · estimado

y adoptado aun
en medios hostiles a la Iglesia para fines opuestos a los de ella. Y
el más

alto magisterio católico, por su parte,
los ha
propuesto
. mo­
dernamente

con incansable
insistencia: como
medio, no sólo de la
reforma y ordenación interior del hoJ;nbr:e, sino de auténtica rege-
(•) Salamanca, Impr. Calatrava, 1980; - en venta en Librería Loyola,
San Sebastián y EGDA, Núñez de Balboa, 115, Madrid; 334 págs.
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