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Número 201-202

Serie XXI

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La verdad

LA VERDAD
¿Qué es la verdad?, ¿para qué sirve la verdad?, son pregun­
tas que no deben ser confundidas-.
«¿Qué es la verdad? Quizás vosotros -mism()s soi.r te'Stigo:s de
"cómo esta pregunta, tan antig11a y tan connatllf'td al hombre,
"suscita como ning11na otra p,rplejidad e indiferencia en los am­
" bientes
de vuestra sociedad, debili:tada por

el
pragmantism(J, q11e
"liende " trad11dr esta preg11nta fundamental
en thWs términos bien
"diferentes: ¿para qué sirve la verdad? Empobre,r,do el interrogante
"en
esta form,,, no s111dta ya ningún imeréJ projundQ en

el hombre.
»Un" verdad 11/iNzada al servido de

los
propio! intereses QCupa
"el lugar de la verdad que da al
hombre su infranqueable y f11sta
"medida
y que lo define como hombre,

en
toda su dignidad de ima­
" gen
de Dio,. La diferffleia es profunda, porque cuando el hombre
"rehú1" la tarea
de hacer radicar s61idamente su propia libertad en
"el terreno de la verdad, justo en aquella prim'efa actitud de la
"conciencia, empieza a hipotecar su libertad misma: .ru «tttar moral
"queda ya casí comprometido, por estar descentrado en su mismo
"punto de part'ida y en sus aspiraciones. Pensad en esto: quien no
"quiere atemperar el uso de la propia libertad se,;ún aquella dedsiva
"verdad en torno a la condición y destino del hombre, se expone a
"defar,e engullir por los que podrían definir,e como, mecanismos de
"la adaptación
social. ¿libertad ilimitada o, má! bien, rutina y uni­
"formidad? ¿Libertad o sumisión? Si en el desempeño de su tarea
"culturtd, el estudiante se da por sati!fecho 1ólo con, l,;s verdddes
"pragmáticas, entrará en
la vida profe~ional como

el
espectador que
"entra a tientas en un teatro oscuro, guiado sólo por la tenue luz
"del

escenario.
La dirección y el puesto se !o señalmán otros: serán
,, éstos
los únicos permitidos por un sistema de s11bvalores que, con
"sus leyes implacables_, limita todo criterio moral y reduce todos /o'.f
"ided!es al interér por el éxito, el prestigio o el dinero'.
"
»Ciertamente, el utilitarismo y el mdterialítm.VJ práctico, tan ex­
"tendido1 hoy día, no constituyen el humus má! propicio para hacer
3
Fundaci\363n Speiro

"q11e brote la exigen ria cristiana de ur,a verdadera libertad ¡ de 1171a
"verdad libre de los condicionamientos de las modas; precisamente
"por est'o no,s pa.-ece q11e la universidad -la vida y ta c11lt11ra 117li­
"versitarrkl- merecen y exigen de vosotros ese servido. Es decir,
"exigen es-fuerzo para testimoniar con el ejemplp los frutos perso­
"nales ¡ so,,:ia/es de una /rbertad emparejada con lar verdddes úlli­
"mas sobre Dios Y· sobre el hombre.»
JuAN PABLO p: Alocución a los estudiantes
con motivo de celebrarse el XIII Congreso orga­
nizado por el Instituto de Cooperación Universi­
taria (!CU) del «Opus Dei», el 14 de abril de
1981, L'Osservatore Romano, edición semanal en
lengua española, año XIII, núm. 17 ( 643), do­
mingo
26 de abril de 1981.
La verdad que nos hace libres no es una ah.tracción .sino una
luz que ayuda a
descubrir el sentido

humano y
divino de
la vida.
«La universidad me parece 1171 ámbito esperialmente adecuado para
"descubrir
y aceptar con coherencia la propia vocación de cristianos
"que viven:
en

el
mundo y se sienten responsabAes del mismo. Es
"un gran cometido el de los universitarios: no se le puede reducir
"a la necesidad de acumular conocimiento'S de diversos sectores en
"en los dütintos campos del saber. Os agu"'1'da el cometido, la fa­
"tiga,
de integrar las verdades pardales con la V erd "libertad

con
la responsabilidad moral, en 11n,; sólida unidad de
''vida cristiana.
»Este esfuerzo os hará ver cada d/a cómo la verddd, a /" que
"estáis abriendo las puertas de vuestra mente y de vuestro corazón,
"no
es una teoría abstracta, que permanece di margen del empeño_
"profesional. Es una luz que se proyecta sobre el trtJbajo cotidiano
"y ayudti a descubrir su sentido humano ¡ divino,, la únict> perspec­
"tiva dentro

de
la cual se

ejerce
real.mente I" libertad dél hombrti
"que
es la liberación de las coac,:iones de/ mal. He ahi ta libertad
"que
el

hombre
puede hacer suya, so/,amente a condición de ponerse
"humildemente a buscar
la Verdad última.
»Orientados hacia esta verdr,d que concierne a vuestra persona
"y vuestro fin, estf/Ís descubriendo, la grandeza del cometidd q11e
"se
ha confiado ¡ las inmensas posibilidades de s"1Nrio que se abren
"a cuantos confieren un horizonte divino a la propia vocación pro­
"fesional. "La verdad os hará libres" (Jn 8, 32), dice festis: la
"veirdad que El tmuncia al hombre no es, pues, una abstrdeción1 sino
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Fundaci\363n Speiro

"11-na luz que ca/(J en nues~ra vida. Es El mismo que procld.ma: ttYo
"soy el cdmirto, la verdad y la vidd' (ib., 14, 6). El es el gui" p,;,-a
"11rta vidti libre de las co'1Cáones del egoísmo y de la má?lipuldáón
"s(J(ial.
»Quf,.riera
que en el ánimO' de todO's vo:so-tros hallasen ecr, las
"palabras del Evangelio de San fuan: "Et vita erat lux hominum:
"la vida era la luz de los hombres" (ib., 1, 4). El Verbo eterno de
"Dios se ha hecho hombre; la Verdad
y la Vida eterna se h" dcer­
"cado a no-sotro,s ha,déndose vida humana y, por lo mismo, httcién­
"dose también donación hasta la muerte,
como contemplam:os en
"esJO'S días santos. He aq_td,. traducida en enseñttnZ'fJ. real, la verdad
"más profundt, que le ha sido dada a conocer al hombre respecto
"a la vida. Crislian&
es

el
que libre' y gozosamente imprime a la
"propia existencia et nuevo ritmo, que la venida de

Cristo
ha dado
"a
la vida humana. Tened siempre la valentía de emplear así vues­
"tra libertad, dejando que en vuestra existencita -inteligencia, semi­
"bilidad, afectos-pulse este nuevo, ritmo de vida inaugurado por
"el
Hi¡o de Dfos hecho hombre.»
JUAN PABLO II: Alocuci6n a. los estudiantes
con motivo
de celebrarse el XIII Congreso orga­
nizado por el Instituto de Cooperación Universi­
taria (ICTJ) del «Opus Dei», el 14 de abril de
1981, L'Osservatore Romano, edición semanal en
lengua española, año XIII, núm. 17 ( 643), do­
mingo 26 de abril de 1981.
La primacía de la verdad y la primacía del ho:ml>re se coor­
dinan
armoniosamente.
< primacía de la verdad y la primada del hombre, lejos de
"oponerse, se unen y se coordinan. armtmiosamente p.ara·quien bus­
,, que con sinceridad y respeto el realismo con tr:Jdd.f sus consec11en­
,, cias.
»De ahí se sigue que, al igm:il que hay """' manera equivocada
" de concebir el progreso técnico co-nvirtiéndo-lo• en el absolutO' del
"ho,mbre, poniéndolo al servicio de la sdtisfacción de sus deseos
" más superficiales, falsamente identificados con

el
éxito, y la feli­
" cidad, hay 1amblért una manera eqllivocadti
de

concebir
e'/ progreso
"de nuestro pensamfento, sobre la vel'dad del hombre. En este cam­
"po, os dais cuertla de ello, el pro!!_reso se hace profundizando, irt­
"tegrando-~ Los erro-res son corregido1i pero fueron errores, mientras
"que no hay verdad sobre el hombre, sobre el sentido de l "personal y comunitaria que pueda ser 1'superdda" o convertirse en
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Fundaci\363n Speiro

"e"or. Esto es importante para vosotros q11e, en una sociedad en "plma 11111/adón, debéis trabajar por su pro gres o h""""1o y sot:idJ,
"integrando
¡,. verdad '{Ue os llega del pasado en ar¡uella '{Ue 0s
"permitirá ha »En función de la verdad del humbre, en qecto, debe recha­nzarse el materialismo, en tt>t:Úls sus formas, pues siempre es fuente "de esclavilttd: esclavitttd a una bús'lueda de bienes mdleridies o, "mucho peor aún, esclavitud del hombre, ctterpo y dima, a ideo/o­
" gías dleas, siempre, en dqinitiva, esclavilUd del, hombre
al hombre.»
JuAN PABI.o 11: Alocución a los jóvenes y a
grupo de
intelectuales en Kinshasa, domingo 4 de mayo de 1980, L'Osserva/01'e Romano, edición
semanal en lengua española, año

XII, núm. 19
(l9l), dominso 11 de mayo de 1980.
La conciencia persoual es oomo un ojo sin luz sino cuando
mira a su
auténtica fuente.
«A mmudo se habla de recur,o a la conpencia persot1dl, o/vi­
" dando, sin embargo, que esta condencia e! rom,o' el ojo que no po:ree
"por sí mismo M l11z1 sino sol.amente cuando mira hada su auténtica "fuente.»
tJuAN PABLO II: Alocución a la Conferencia
Episcopal alemana reunida en
e1 seminario de Fulda, el
17 de noviembre de 1980,
L10sser11a­
lore Romano, edición semanal en lengua espafio­Ja, año XII, n6m, 48 ( 622), domingo 30 de no­
viembre de 1980,
Ciencia operativa, utilitaria y ciencia "gratuita" que busca la verdad.
«A diferencia de tan/ar atras ciencias de ¡,. 1UJ111rdJez,¡, '{tte se c11l­
"tivan y desarrollan con particular sr,licitud porque colocan en las
"man0s
del
hombre
el poder para transformar el mttndo en '{Ue "vive, vuestra ciencia es, en cierto sentido, 111tta ciencia ,.,grtJ111itd1
• 11 No dQ poder al hombre para con.rJ'ruir ni para destruir, sino que
"secunda .ru puro deseo
1 su profundo ideal de conocer. Y esto, en "un mund0 fuertemente tentado de utilitarism'O y de sed de domi­"ni "
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Fundaci\363n Speiro

»Pero en verdad conO'cer el mundo no· es cosa gratuita ni. inútil;
"más tNÍn, es algo absolutam'ente necesario para f(lnocer q11ién es
"el hombre.

No
en balde la visión del

cosmos
en las diversas épacas
"y en las diver.rar culturas ha-.estado siempre estrechamente ligada
"y ha influida fuertemente sobre la visión que est>S culturas han
"tenido

del
hombre. Ahora
bien, si el
conacimienlo de las dimen­
"
sione.r desmesuradas. del cosmos htJ bo"ada la itµsión de que nues­
,, tro planeta o· nuestro sistem:a solar sean el centro físico del 1111i­
JJ verso1 no por ello el hombre se ha visto disminuido en su dignidad. 11 AJ .contrarioJ f., aventurta de la ciencita nos ha hecho desc11bffl' 1 11 experimentar con vivacidad nueva la inmensidad y la trascencen­
,, ria
del espíritu h«m,ma, capaz de penetrar en los abismos del uni-
11verso1 de escrutar sus leyes1 de trazar su historia, elevándose a un
"nivel incomiparablemente más-
aüo que el de las otreas critduras que
11
le rodean. ,,
» ... en el fondo, ¿no se trata «aso del únko y gran misterio}
,., que es el que está en la raíz de todas las cosas, del cosmos y de su
"origen, así como también
de quien es ctapaz de investigar y com-
11prender ese misterio? Si el universo-es como 1111a. palabrd. inmensa
"que, aunque fati gasa y lentamente puede, en fin de cuenlt>S, ser
"descifrada
y entendida, ¿quién es el que le dife ,.¡ hambre esa
"palabra? lA voz
y el pensamiento del creyente se sienten estreme­
,, cer después que vosotros Ir> habéis conduddo- 1oibre los caminos
"y por las profundidades de I" inmensidad; y, sin embargo, yo, tes­
"tigo de

la
fe en los umbrttl,es del tercer milenio, pronuncio una 11vez m-ás, con tem01' y crJn gozo, el numbre bendito,: Dios, Creador
"del cielo,
'j de la tierra, cuyo amor nos fue revektdo en Cristo· nues­
"tro Señor.»
JUAN PABLO II: Homilía con ocasión de la
«Jornada mundial de las misiones», el sábado 20
de octubre de
1979, en la basílica de San Pedro,
L'Os.rervatore Romano, edición semanal en len­
gua española, año XI, núm. 46 (568),
dontlngo
18 de noviembre de 1979.
La verdad frente a la violencia.
«Uno de (os enga;Jos de la ·1liolencia consiste en tratar -parfl
"j11stificació11 propia-
de desacreditar sistem¡/tiM y radicalmente al
"adversario,
sus actuaciones y !tJS estructuras sodo-ideol6gictJS en las
"que se mueve y piensa. El hombre de paz sabe reconocer la parte
"de verdad que hay en f.o-da obra humana y, más todavía, las po.ri­
,, bilidades de verdad que "brigan en lo proftmdo de todo hombre.
7
Fundaci\363n Speiro

»No es que el deseo de paz le haga cerrar lo, oios ante las ten­
,, siones; las injusticias y luchas que forman parte de nuestro mu11do.
"El las mira de frente. Las llama por su nombre, por respeto a la
'·'verdad.. Más aún, @:C'kk/o profundamente en las rnsas de la paz,
"el
hombre
no
puede menos
de ser
todavía m'ás sensible a todo lo
"que contradice a la paz. E,to le mueve a mw.rtigar valientemente 11 las causas realn del,. mal y de la injustici.a, para buscarles remedios
"apropiados. La verdad es fuerza de paz porque per,íbe, por una
"especie
de cunnaturalidad, los elementos de verdad que hay en el
"otro y que ella trata de dlcanzar.
»La verdad no
permite desesperar del adversario. El fombre de
"paz, que ella inspira, no redare o! adversario al error en el que
"lo ve sucumbir, al contrario, él reduce el error a sus verdaderas 11proporciones y recu"e a la razón, al c-orazón y a la conriencia del
"hombre, para ayudarle a reconocer y a acoger la verdad. Est" da
"a la den1111cia de las inju.rticias una tonalidad específica: esta de­
"num:ia n" siempre
puede impedir que lo! responsables de la.r in­
"justicias se endurezcan ttnle la verdad claramente manifestad~, pero,
"ál menoJ'i ést~ no provoca sistemáticamente tal e11d11recim;mto, c11-
11ya.r victimas pagan a 'menado lds conse,cnenddf, Uno de los gran­
,, de! engaño! que corrompen las relaciones
entre
individuo.r y grupos
"consiste, para
mejor estigmatizar el e"or del adversario, en de1-
11prestigiar
todos

los
aspectos, incluso jrtstos y buenos, de s11 ac­
"tuación, La verdad va par otro-s caminos y así conserva todas sus
"posibilidades a la paz.
»Y,
sobre

todo,
la verdad permite aún más no dese1perar a las
"víctimas
de

la
injusticia; no permite conducirlas a la desesperación
"de la resignad6n " de,
la violencia. Induce a apostar po,· las fuer­
"zas
de

la
paz que abrigan los hombres u los pueblos que sufren.
"Cree que, ,consulidándolas
en

la
conciencia de su dignidad y de
"sus derechos imprescindibles, ella los fortalece para someter las
"fuerzas de opresión a presiones eficaces de transformación, más
,, eficaces
que loJ fo'co.r de vio!emia generalmente sin mJñanai a no
"ser un mañana de

mayores
sufrimientos.»
8
JuAN PABLO II: Mensaje para la celebración de
la «Jornada mundial de
la Paz», el 1 de enero de
1980, VO.r.rervatore Romano, edición semanal en
lengua española, afio XI, núm. 51 (573), domin­
go 23 de diciembre de 1979.
Fundaci\363n Speiro

¿ Qué es la verdad?
«P01' ''no-verdad" hay q11e entender todas las form "los niveles de ausencia, de rechazq, de menosprecio de le, verdad:
"mentira propiamente dicha, información parcial y deform'dda, pro­
"pttganda sectaria1 manipulación de los medios de com'tlflicaci6n, etc.»
JUAN PABLO II: Mensaje para la celebración de
la «Jornada mundial de la Paz», el 1 de enero de
1980,
L'Osservatore Romano, edición semanal en
lengua española, afio XI, núm. 51 ( 573), domin­
go 23 de diciembre de 1979.
La v,,rdad y fas formas actuales de no-verdad.
«SI es verdad -y nadie lo pone en duda- q11e la verdad sirve
"a la causa de

la
¡,az, es también indiscutible que la ''no-verdad"
"camina a
la

par con
la causa de la violencia y la guerra.
"
»¿Es necesario mencionar aqui todas las diferentes formas bajo
"lar que se presenta esta ~·nu-verdad"? Baite solamente indicar unos
"ejemplos. Porque, Ji una inquietud legíJima se abre paso ante la
"proliferación de la vio,/.mcia en /" vida socirá, nationrá e interna­
"cional, y ante las amenazas manifiestas contra la paz, la opinión
"pública es, a menudo, menos sensible a todas las formas die •tno­
"verdad" que están en la base de la violencia y le preparan un te­
"rreno prapicio.
»La violencia se impregna de mentira y tiene necesidad ik la men­
"tira, pro.curando asegúrarse una respetabilidad en la opinión mun­
" dial, a través de justificaciones totalmente extrañar a_ su propia na­
"turaleza
y, por lo demás, frecuentemente contrtlaictorias entre .ellas
"mismas. ¿Qué decir de la práctica consistente en imponer a quienes
"no comparten las mismdf posicümes -para mejor combatirlos o
"reducirlos al silencio- la etiqueta de enemigos, atribuyéndoles in­
"Jen1ciones
hostiles y 1estimatizándolos como agresMe'S a través de 1111a
"propaganda hábil y continua?
»Otra f01'ma
de ''no-verdad" se manifiesta en la repulsa a re­
"conocer y respetar los derechos o-bjetivamente legítimos e inalie­
"nables de los que rehúsan aceptar una ideologl" particular o apelan
"a
la libertad de pentar,;i,enlo. El rechazo "de la verdad" se -pone
"en obra, cuando .se atribuyen intetreione.r de agresión a lo.s que ma­
"nifiestan claramente qM, su única inquietud es la de protegerse y
9
Fundaci\363n Speiro

"defenderse contra las amenazas reales que -por d'?sgracia--exis-11ten siempre,

tanto
en el interior de una nacíón como entre lo.1
11 p11eblos.
»Indignaciones sieleclivas, insinuaciones pérfidas, manipulación de
11
las in-formaciones, de.1.crédito sistemáticamente lanzado sobre el ad-
11versario -.111 pertona, sus
intenciones y sus actos-, chantaje e 11intimidación: he aquí el menosprecio de la verdad, p11esto en obrta,
"para d.erdrrollar un
clim" de incertidumbre, dentro del cual se quie­
"re coM'cionar a
las pertonas, a lo.1 grupos, a los

Gobiernos,
a la.1
"mismas in1tantias internacionales a unos 1ilencios
resignados y cóm­
"pli,ees1 a compromiso'! pdrcia/es y a reacciones irracionales: aietitudes
"todas ig,,dlmente susceptibles
de favore¡cer el ¡uego homicida de la
"violencia y atacar la causa de

la
paz. ,,
»Restaurar la verdad 1es1 ante todo-, llamar por su nombre los "actos de violencia bajo toda,s sus formas. H"y q11e llamar al homi­n cidio por su nomlbre: el homicidio es un -homicidio y las- motiva­
"dones políticas
o ideológicas, lejo.r de cambiar su naturaleza, pier­
,,
den por el contrario, su dignid "nombre a la tortura y, con lo:r términos apropiados, a todas las
"formas
d.e opresión y explott11:ión del hombre por el hombre, del
"hombre por

el
Estado, y de un puebl" por otro ptAeblo. Hay que
"hacerlo

no
para aquietar la conriencia con rllido-sa.r denuncias que
"ama! gaman
todo

-no
se llama entonces a la..r cosas por su nom­,, bre--- ni para estigmatizar y condenar a ¡,., personas y los pueblos, "sino para ayudar al cambio, de actitudes y de mentalidades, y para "dar a la paz su oportunidad.»
Ju.AN PABLO JI: Mensaje para la celebración de la «Jornada mundial de la Paz», el 1 de enero de
1980, L'OsJeNJatore Romano, edición semanal en lengua española, año XI, nwn. 51 (573), domin­go 23 de diciembre de 1979.
Una concepc1on errónea del homhre y de sus dinamismos constitutivos, alimento

de la no-verdad.
«En la hase de todas estas formas de •tno-verdad11
1 alimentán­
" dolas y
alimentándose

de
ellas, hay una concepción errónea del ,, hombre y de sus dinamismos constit11tlvqs. La primera mentira, la
10
Fundaci\363n Speiro

"fd!sedad ftmdamentd! es la de no creer ,en el horNbre, en el hom­
" bre

con todo
su potencid! de

grandeza
y, adem!,s, en su necesidad
"de redención del mal y del pecado qr,e está

en él.
»Derivada de ideologías diversas, _con frecuencia opuestas entre
"sí, se difunde la idea de que el hombre y la humanidad entera rea­
" /izan su progreso

sobre todo por la
lucha violenta. Se ha creído
"pod,er verificarla en la historia.

Se
han hecho' esfuerzos por con­
,,vertirla en teoría.
Progresivamente

se ha
llegado a l"-costumbre
de
"analizar todo-, tanto en la vida social como en la internacional, en
"términos excl11sivo-s de relaciones de fuerza y, consiguientemente,
"de organizarse para imp·oner sus intereses. Ciertamente, esta ten­
" dencia ampliamente difundida de

recurrir
a la prueba de fuerza
upara httcer
justicia está, a veces, contenida por tregtttM tápticas o
"estratégicas,
Pero, mientras se deje flotar lea amenaza, mientras S+f
,, sostengan selectivam.mte ciertas violencias favorables a intereses e
"ideologías, mientras se mantenga la afirmación de que el

progreso
"d.! ta justida es en ,í/timio· análisis un re.rultado de la lucha vitJ­
"lenta,
los matices, los

frenos
y las seleccíones cederán peri6dica­
"menle a la lógica

simple
y br«tal de la violencia, que puede llegar
"hasta la

exaltación
suicida de la violencia por la violencia.
"
»Promover la verdad como fuerza de la paz es emprender un es--
11/uerzo constante para no utilizar nosotros mismos, aunque fuese
"para el bien, las armas de

la mentira.
La mentira. puede deslizarse .ro­
,, lapadmnente
en

todas
partes. Para '1!Mntener establemente la sin­
" ceridad, la

verdad con nosotros
mismos, hace fa/.ta un esfuerzo pa­
"ciente, decidido, para btis.car
y encontrar la verdad superior y uni­
"versd! acerca
del

hombre,
a la luz de

la
cual podremos valorar las
11 diversas situaciones, y a la luz de Ita cual nos juzgaremos en pri­
"mer lugar
a

nosotros
mismos y nttestra propia sinceridad.

Es im­
"posible
instalarse en la duda, la sospecha,

el
relativismo escéptico
"sin

deslizarse
rápidamente en la

insinceridad y
en la mentira. La
"pttZ, he dicho más arriba, está amenazada, cuando reina la incerti­
" dumbre, la duda y la sospecha, y la violencia sale ganando. ¿Que­
"remos verdaderamente la
paz?

Entonces tenemos
que ahondar bas­
""tante
más en nosotros mismos para ené'ontrar las zonas donde, más
"allá
de las divisiones que constatamos en. nosotros y entre nosotros,
"podamos reforzar la

convicción de
que los

dinamismos constitutivos
"del hombre, el

reconocimienta de
su verdadera naturaleza, /,e lle­
"van al encuentro-, al respeto mutuo1 a la fraternidad y a la paz. Esta
"laboriosa búsqueda de

la verdad
objetiva y universal, sobre

el hom­
,, bre cre-ará, con s11 acción y sus r,esultados, hombres de· paz y diá-
11
Fundaci\363n Speiro

"logo, " ¡,. vez f11ertes y humildes con 1111a verdad, a la 'flle se da­
",Jn c11enta de deber servir, y no servir.se de ella para intereses de
nparte,>>
12
JuAN PABLO II: Mensaje para la celebración de
1a «Jornada mundial de la Pa~», el 1 de enero de
_1980, L'Osseroatore Romano, edición semanal en
lengua española, año XI, núm. 51 (573), domin­
go 2.3 de diciembre de 1979.
Fundaci\363n Speiro