Índice de contenidos
Número 201-202
Serie XXI
- Textos Pontificios
-
Estudios
-
Fidelidad cristiana e identidad nacional
-
En el cincuentenario de Acción Española
-
Cristianismo y mundo moderno según el profesor Sciacca
-
Gramsci: la revolución actualizada
-
Relaciones internacionales y superestructura mundial
-
La doctrina social de la Iglesia frente al socialismo
-
Filosofía polaca
-
Un nuevo régimen se instala en Francia
-
La descentralización socialista, ¿para qué?
-
- Actas
- Crónicas
- Ilustraciones con recortes de periódicos
- Información bibliográfica
- Notas

Autores
1982
Otra vez en torno a la tecnocracia
ILUSTRACIONES CON RECORTES DE PERIODICOS
ÜTR.A VEZ EN TORNO A LA TBCNOCRAClA.
El tema de la tecnocracia ha estado de actualidad en México. Puesto
sobre el tapete y reflejado en los periódicos. De la polémica suscitada
se ha hecho eco el periodista
José A. Pérez Stuart, en la secci6n POR
TAFOLIOS, del periódico de mayor circulación de la capital, EXCELSIOR,
de los dfas 11 y 14 de· septiembre. El viernes 11 de septiembre de
1981, con el subtítulo LA AMENAZA TECNOCRÁTICA, expuso el tema ·en los
párrafos que a continuáción· recortamos:
«Con motivo de la próxima selección del PRI, de su candidato
a la Presidencia de la República, se· ·ha desatado llD8l polémica
en 'torno a la conveniencia e inconveniencia de que el hombre
escogido ·pudiera, ser o no un .,tecnócrata~. Sin embargo, por lo
que se ha expresado hasta el momento, pocos, contados con los
dedos de una mano, han mostrado conocimientos sobre lo que
es la tecnocracia.
¿ Qué es?».
Juan
Vallet de
GOytiaolo se pregunta, en
su "Ideología,
Pra·
xia
y
Mito de
la Tecnocracia":
«Si
el desarrollo comporta a la vez destrucción, si la indus
trializacóll conlleva
contaminación,
si el
bienestar en aumento
está unido
a un incremento de la mortalidad,
si el
logro de un
equipo de
supermanes de
la técnica deja
tras si la escoria de
miles de
inad~ptados, hippies, de maleantes, drogadictos y des.
equilibrados, aunque la eStadistica refleje su número, ¿ cómo se
miden
sús éonsecuenciaS para
el futuro?
¿ Cómo se valoi-a lo que
Cualitativall1ellte se piei:-de o se imposibilita?».
A tal cuestionamiento, se le intenta responder
siempre, dice,
con
números, con estadísticas, con
gráficas, olvidando
con ello
que:
«La determinación estadística de la renta por
habitante y
de
las opciones educativas, profesionales, judiciales ...
, no
son datos
·suficientes
para medir
la justicia distributiva. La
justicia no
puede ser reflejada
por una estadística que nos muestre pro
medios,
puesto· que pará·valolar la justicia distributiva ha de ser
187
Fundaci\363n Speiro
188
examinada individualmente la distrihución en sus mínimos ele
mentos personales y no tan sólo en términos medios; ni puede
ser expresada en relaciones numéricas sino en
lai apreciación de
la cualidad, en términos de justicia y no de volumen».
¿ De dónde deriva ese afán de cuantificarlo todo? ¿ Y a dónde
nos puede llevar?
Jacques Billy (Les Techniques et le pouvoir, 1963), empieza
por definir al tecnócrata.:
«La tecnocraciÍl es
el ejercicio en el ámbito de la
economía,
de
la industria
y del comercio, al, nivel del. Estado o de la gran
ei,,,presa, del poder de organización y de la decisión más ge_neral
por un pequeño grupo de hombres de formación técnica, que
aceptan la
disciplina jerárquica, generalmente colocados bajo la
autoridad de
un jefe». La, tecnocracia le
acción (al poder político) al poner a su servicio las técnicas, mo
dernas de dirección- de la economía y de la sociedad; planifica
ción, presión fiscal, accióll-sicológica, etc., y de los medios para
la realización de los
programas: crédi.tos, grandes trabajos, cons
trucción, etc.».
Tal definición resulta inofensiva. n,eutra, sólo que lo pel.igroso
es que alrededor de eUa se genera t-Oda una ideología., todo un
modo de ser y de pensar, toda una cosmovisión del mundo y el
universo, de parte de
un grupo de hombres que tratan de impo
ner sus deseos, tratan de ordenar,
de cambiar al ser y al orga
nismo social, con ideas pr-econcebidas que no respetan la natu
raleza misma de las
cosas, las leyes natura,les, y que encuentran:
l. En la libertad humana, y
2. En la empresa privada, en la propiedad panicular.
Dos lll8les, dos dafíos, pues
todo
lo quieren ordenar aritmé
tica, matemática, autoritariamente por medio de un Estado-To dopoderoso, que obligue a los hombres
a hacer
lo que ellos han
ya predeterminado en su plan.
ÚJ más im.porta:nte es que n.o se es teffilÓcrata por ocupar una
cartera en el, mini.sterio o secretaría del área económi~ sino que
se es tecnócrata por convicción, aun ocupando un puesto en el
sector politico.
Por eso, Jean MEYNAUD (La tecnocracia, ¿Mito a ReaUdad?,
1968) ha definido a la «ideología tecnocrátiea> como una acti
tud_ que:
«Radiat en el, hecho de reservar el lugar central, a los fenó
menos-económicos: su construcción y articulación se retilúa en
fu:nei6n de la vida económica; se autojustifica en términos de
eficaoia económica para descubrir las soluci,ones 6ptimas en el
Fundaci\363n Speiro
terreno del bienestar social, Más específicamente señala que la
tecnocracia se caracteriza por el empleo de los métodos de las
creencias físicas para la
solu~ión de
los problemas
sociale1, y
por
la gran Confianza en
la téellii.ca de
la planificación para re
glamentar y desarrollar la
economía.»
Esta
evaluación de 101 fenómenos, esta ordenación de
la vida
en
forma matemática,
exige de los
tecnócratas, individuos
que
Alvin
ToFFLEB, en El Shock del Futuro (1971), ha retratado así:
«Además de la obses-ión económica y de la mwpia; los tec
nócratas padecen la enfermedad produc.da por el virus del eli
tismo. En. susi esfuerzos "alienta la noción de que los fines na
cionales (y por extensión locales) 00 la futura sociedad tendrían
que formularse en la cumbre. Esta premisa tecllocrática refleja
perfectamente
las
antiguas formas
burocráticas
de-organización,
en
las que
estaban separados
la
diirección y
los operarios, en las
que
m1a jerarquía
rígida y antidemocrática distinguía entre diri
gentes y dirigidos, los que
mandaban y los que obedecían, los
que elaboraban planes y los que los cumplían». Hoy,
«para
controlar
el cambio acelerado, necesitamos mecanismos de
ali
mentación
más
avanzados ...
»,
«y más demoCráticos».
Instalados
en el gobierno,
¿ a dónde nos llevarían? ¿ Qué ca
mino recorrerían?
¿ Cuál es su propósito? En futura ocasión lo
vecemos,»
El lunes 14 del mismo mes, con el subtítulo TBCNOCRACIA;.AUTORI
TARISMO,
continuó el comentario en los párrafos que a continuación trans
cribimos:
«Por lo ya expuesto aquí el viernes, en torno al debate sobre
si debe o no ser tecnócrata el sucesor, de·
José· López · Portillo,
puede
est-ablececse, en
base a los mismos
estudi.osos del
fenóme
no -hombres de la talla de Vallet de Goytisolo, Alvin Toffler,
etcétera-, que:
a) La tecnocracia no es la actividad normal del que. oca
sionalmente,
ocupa una cnrtera M un ministerio o secretaría del
sector económico, sino una ideolo¡fia, una forma de ser y de
pensftr de qui.enes, técnicos
de profesión en la economía
gone
calmente,
pretenden cobotizar a la sociedad, al
~at1U" de
meca
nizar toda1 las actividades del
hombre.
b) La tecriocracia exige; en su aplicació~ la formación de
élites que se liutocalifican como la& únÍC!'9 cap_aces de· di-rigir el
cuerpo· social~ y
189
Fundaci\363n Speiro
190
e) El tecnócrata, de_ lo que más desconfía es de la libertad,
pues ésta permite al hombre desarrollarse a través del libre al bedrío. Por eso, el tecnócrata
anula paulatinamente la iniciativa
personal, la enipresa privada y todo tiende a encerrarlo en la
esfera
e.stata'l.
¿Quiere_ esto decir que no hay diferencia entre socialismo y
tecnocracia?
Veamos lo
que explica Vallet:
l. Socialismo y tecnocracia coinciden en que suponen «una
concepción ideológica del mundo que admite una
mecanilzación
dirigida ce.Q.tralmente por
unos cerebros capaces de ordenarla e
impulsarla del modo más pefecto»:
Pero entre socialismo y tecnocracia hay dos diferencias:
l.
En el fin preponderante, que en el socialismo es la utó
pica sociedad sin
clases, regida
por una igualdad adecuada
se
gún las diferentes necesidades, y que en la tecnocracia es el in
cremento de la producción y del nivel general de vida;
2. Y en los medios predeterminantes, que en el socialismo
se centran en -la estatifieaeión de los medios de producción, y en
la tecnocracia, en
la planificación
centralizada de la economía y
en
la redistribución de la riqueza a través de impuestos cre
cientes.
Diferencias
sutileJ':!.
¿Pero
de qué medios
se vale
el gobernante tecnócrata? ¿Cuál
es
lm magnitud del daño que ocasiona?
l. En primer término, el Estado pierde una de sus caracte
rísticas naturales, la de la
impa:rcicdidad, -Y entonces, a-través de
reducciones fiscales,
créditos prefereneiales,
de ztmifieaciones te
rritoriales, obliga tácitamente a actuar como la élite tecnocrática
lo ha decidido de antemano en sus juntas privadas.
2. Lo anterior lleva a un segundo plano, que en 1952 ya
había advertido Pío XII:
«En no pocos países, el
Estado moderno va convirtiéndose
en
una gigantesca máquina administrativa; toda la escala de los
sec
tores
político, económico, social, intelectual, hasta el
nacimiento
y
la
muerte, quie"re convertirlos
en materia de su administra
ción» (núm. 18).
3. a) La cenitralización y organización mecánica de la so
ciedad.
3. b) Homogeinización o mtlJJificación de los indi.viduos.
3.· e) Una inflación indefinida, empujada por la aceleración
del progreso técnico, pues la tesis tecnocrática tiende a creer
que el desarrollo tecnológico implica una, dimensión siempre
Fundaci\363n Speiro
creciente, que aumenta la eficiencia económica y así lleva a un
mayor activismo tecnológico.
Un
Estado tecnocrático,
gigantesco, se vuelve, como las
«hol
dings»
y los Estado.!! socia..Iistas, ineficientes. Henri TABOLULET,
en La desaparición del diplodocus y el gigantismo industrial, así
lo explica:
«Su inercia, su mayor rapidez. la hacen igualmente más vul
nerable en un
medio de transformación rápida e incesante, de
igual modo como el "di.plodocus" ,-el "igu,an,odón!' y el "atlanto
sauno• desaparecieron1 a finale~ de la ero secundaria, por su
tiempo de reacci-ón elevado, resultante de la duración de reco
rrido del influjo nervioso en el campo desmesurado.
Precisamente, en marzo del año pasado, nuestro amigo Juan Vallet
de
Goytisolo-repiti6 en sendos simposios, organizados en San Antonio
de
Texas por
el grupo VISA, entre los dias 12
y 14, 1'5 y 17, las po
nencias LA TECNOCRACIA: sus OBJETIVOS UNIDIMENSIONALES y TECNOCRA
CIA, TOTALITARISMO
y MASIFICACIÓN; y en la Facultad Libre de Derecho
de México, el dia 17, expuso su conferencia TEOCRACIA Y TECNOCRACIA,
que repitió el día siguiente en ·la Univérsidad Popular Autónoma de
Puebla.
Comenzando por esta última, VERBO, a partir del pr6ximo- nú
mero, las
irá publicando.
191
Fundaci\363n Speiro
ÜTR.A VEZ EN TORNO A LA TBCNOCRAClA.
El tema de la tecnocracia ha estado de actualidad en México. Puesto
sobre el tapete y reflejado en los periódicos. De la polémica suscitada
se ha hecho eco el periodista
José A. Pérez Stuart, en la secci6n POR
TAFOLIOS, del periódico de mayor circulación de la capital, EXCELSIOR,
de los dfas 11 y 14 de· septiembre. El viernes 11 de septiembre de
1981, con el subtítulo LA AMENAZA TECNOCRÁTICA, expuso el tema ·en los
párrafos que a continuáción· recortamos:
«Con motivo de la próxima selección del PRI, de su candidato
a la Presidencia de la República, se· ·ha desatado llD8l polémica
en 'torno a la conveniencia e inconveniencia de que el hombre
escogido ·pudiera, ser o no un .,tecnócrata~. Sin embargo, por lo
que se ha expresado hasta el momento, pocos, contados con los
dedos de una mano, han mostrado conocimientos sobre lo que
es la tecnocracia.
¿ Qué es?».
Juan
Vallet de
GOytiaolo se pregunta, en
su "Ideología,
Pra·
xia
y
Mito de
la Tecnocracia":
«Si
el desarrollo comporta a la vez destrucción, si la indus
trializacóll conlleva
contaminación,
si el
bienestar en aumento
está unido
a un incremento de la mortalidad,
si el
logro de un
equipo de
supermanes de
la técnica deja
tras si la escoria de
miles de
inad~ptados, hippies, de maleantes, drogadictos y des.
equilibrados, aunque la eStadistica refleje su número, ¿ cómo se
miden
sús éonsecuenciaS para
el futuro?
¿ Cómo se valoi-a lo que
Cualitativall1ellte se piei:-de o se imposibilita?».
A tal cuestionamiento, se le intenta responder
siempre, dice,
con
números, con estadísticas, con
gráficas, olvidando
con ello
que:
«La determinación estadística de la renta por
habitante y
de
las opciones educativas, profesionales, judiciales ...
, no
son datos
·suficientes
para medir
la justicia distributiva. La
justicia no
puede ser reflejada
por una estadística que nos muestre pro
medios,
puesto· que pará·valolar la justicia distributiva ha de ser
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examinada individualmente la distrihución en sus mínimos ele
mentos personales y no tan sólo en términos medios; ni puede
ser expresada en relaciones numéricas sino en
lai apreciación de
la cualidad, en términos de justicia y no de volumen».
¿ De dónde deriva ese afán de cuantificarlo todo? ¿ Y a dónde
nos puede llevar?
Jacques Billy (Les Techniques et le pouvoir, 1963), empieza
por definir al tecnócrata.:
«La tecnocraciÍl es
el ejercicio en el ámbito de la
economía,
de
la industria
y del comercio, al, nivel del. Estado o de la gran
ei,,,presa, del poder de organización y de la decisión más ge_neral
por un pequeño grupo de hombres de formación técnica, que
aceptan la
disciplina jerárquica, generalmente colocados bajo la
autoridad de
un jefe». La, tecnocracia le
dernas de dirección- de la economía y de la sociedad; planifica
ción, presión fiscal, accióll-sicológica, etc., y de los medios para
la realización de los
programas: crédi.tos, grandes trabajos, cons
trucción, etc.».
Tal definición resulta inofensiva. n,eutra, sólo que lo pel.igroso
es que alrededor de eUa se genera t-Oda una ideología., todo un
modo de ser y de pensar, toda una cosmovisión del mundo y el
universo, de parte de
un grupo de hombres que tratan de impo
ner sus deseos, tratan de ordenar,
de cambiar al ser y al orga
nismo social, con ideas pr-econcebidas que no respetan la natu
raleza misma de las
cosas, las leyes natura,les, y que encuentran:
l. En la libertad humana, y
2. En la empresa privada, en la propiedad panicular.
Dos lll8les, dos dafíos, pues
todo
lo quieren ordenar aritmé
tica, matemática, autoritariamente por medio de un Estado-To dopoderoso, que obligue a los hombres
a hacer
lo que ellos han
ya predeterminado en su plan.
ÚJ más im.porta:nte es que n.o se es teffilÓcrata por ocupar una
cartera en el, mini.sterio o secretaría del área económi~ sino que
se es tecnócrata por convicción, aun ocupando un puesto en el
sector politico.
Por eso, Jean MEYNAUD (La tecnocracia, ¿Mito a ReaUdad?,
1968) ha definido a la «ideología tecnocrátiea> como una acti
tud_ que:
«Radiat en el, hecho de reservar el lugar central, a los fenó
menos-económicos: su construcción y articulación se retilúa en
fu:nei6n de la vida económica; se autojustifica en términos de
eficaoia económica para descubrir las soluci,ones 6ptimas en el
Fundaci\363n Speiro
terreno del bienestar social, Más específicamente señala que la
tecnocracia se caracteriza por el empleo de los métodos de las
creencias físicas para la
solu~ión de
los problemas
sociale1, y
por
la gran Confianza en
la téellii.ca de
la planificación para re
glamentar y desarrollar la
economía.»
Esta
evaluación de 101 fenómenos, esta ordenación de
la vida
en
forma matemática,
exige de los
tecnócratas, individuos
que
Alvin
ToFFLEB, en El Shock del Futuro (1971), ha retratado así:
«Además de la obses-ión económica y de la mwpia; los tec
nócratas padecen la enfermedad produc.da por el virus del eli
tismo. En. susi esfuerzos "alienta la noción de que los fines na
cionales (y por extensión locales) 00 la futura sociedad tendrían
que formularse en la cumbre. Esta premisa tecllocrática refleja
perfectamente
las
antiguas formas
burocráticas
de-organización,
en
las que
estaban separados
la
diirección y
los operarios, en las
que
m1a jerarquía
rígida y antidemocrática distinguía entre diri
gentes y dirigidos, los que
mandaban y los que obedecían, los
que elaboraban planes y los que los cumplían». Hoy,
«para
controlar
el cambio acelerado, necesitamos mecanismos de
ali
mentación
más
avanzados ...
»,
«y más demoCráticos».
Instalados
en el gobierno,
¿ a dónde nos llevarían? ¿ Qué ca
mino recorrerían?
¿ Cuál es su propósito? En futura ocasión lo
vecemos,»
El lunes 14 del mismo mes, con el subtítulo TBCNOCRACIA;.AUTORI
TARISMO,
continuó el comentario en los párrafos que a continuación trans
cribimos:
«Por lo ya expuesto aquí el viernes, en torno al debate sobre
si debe o no ser tecnócrata el sucesor, de·
José· López · Portillo,
puede
est-ablececse, en
base a los mismos
estudi.osos del
fenóme
no -hombres de la talla de Vallet de Goytisolo, Alvin Toffler,
etcétera-, que:
a) La tecnocracia no es la actividad normal del que. oca
sionalmente,
ocupa una cnrtera M un ministerio o secretaría del
sector económico, sino una ideolo¡fia, una forma de ser y de
pensftr de qui.enes, técnicos
de profesión en la economía
gone
calmente,
pretenden cobotizar a la sociedad, al
~at1U" de
meca
nizar toda1 las actividades del
hombre.
b) La tecriocracia exige; en su aplicació~ la formación de
élites que se liutocalifican como la& únÍC!'9 cap_aces de· di-rigir el
cuerpo· social~ y
189
Fundaci\363n Speiro
190
e) El tecnócrata, de_ lo que más desconfía es de la libertad,
pues ésta permite al hombre desarrollarse a través del libre al bedrío. Por eso, el tecnócrata
anula paulatinamente la iniciativa
personal, la enipresa privada y todo tiende a encerrarlo en la
esfera
e.stata'l.
¿Quiere_ esto decir que no hay diferencia entre socialismo y
tecnocracia?
Veamos lo
que explica Vallet:
l. Socialismo y tecnocracia coinciden en que suponen «una
concepción ideológica del mundo que admite una
mecanilzación
dirigida ce.Q.tralmente por
unos cerebros capaces de ordenarla e
impulsarla del modo más pefecto»:
Pero entre socialismo y tecnocracia hay dos diferencias:
l.
En el fin preponderante, que en el socialismo es la utó
pica sociedad sin
clases, regida
por una igualdad adecuada
se
gún las diferentes necesidades, y que en la tecnocracia es el in
cremento de la producción y del nivel general de vida;
2. Y en los medios predeterminantes, que en el socialismo
se centran en -la estatifieaeión de los medios de producción, y en
la tecnocracia, en
la planificación
centralizada de la economía y
en
la redistribución de la riqueza a través de impuestos cre
cientes.
Diferencias
sutileJ':!.
¿Pero
de qué medios
se vale
el gobernante tecnócrata? ¿Cuál
es
lm magnitud del daño que ocasiona?
l. En primer término, el Estado pierde una de sus caracte
rísticas naturales, la de la
impa:rcicdidad, -Y entonces, a-través de
reducciones fiscales,
créditos prefereneiales,
de ztmifieaciones te
rritoriales, obliga tácitamente a actuar como la élite tecnocrática
lo ha decidido de antemano en sus juntas privadas.
2. Lo anterior lleva a un segundo plano, que en 1952 ya
había advertido Pío XII:
«En no pocos países, el
Estado moderno va convirtiéndose
en
una gigantesca máquina administrativa; toda la escala de los
sec
tores
político, económico, social, intelectual, hasta el
nacimiento
y
la
muerte, quie"re convertirlos
en materia de su administra
ción» (núm. 18).
3. a) La cenitralización y organización mecánica de la so
ciedad.
3. b) Homogeinización o mtlJJificación de los indi.viduos.
3.· e) Una inflación indefinida, empujada por la aceleración
del progreso técnico, pues la tesis tecnocrática tiende a creer
que el desarrollo tecnológico implica una, dimensión siempre
Fundaci\363n Speiro
creciente, que aumenta la eficiencia económica y así lleva a un
mayor activismo tecnológico.
Un
Estado tecnocrático,
gigantesco, se vuelve, como las
«hol
dings»
y los Estado.!! socia..Iistas, ineficientes. Henri TABOLULET,
en La desaparición del diplodocus y el gigantismo industrial, así
lo explica:
«Su inercia, su mayor rapidez. la hacen igualmente más vul
nerable en un
medio de transformación rápida e incesante, de
igual modo como el "di.plodocus" ,-el "igu,an,odón!' y el "atlanto
sauno• desaparecieron1 a finale~ de la ero secundaria, por su
tiempo de reacci-ón elevado, resultante de la duración de reco
rrido del influjo nervioso en el campo desmesurado.
Precisamente, en marzo del año pasado, nuestro amigo Juan Vallet
de
Goytisolo-repiti6 en sendos simposios, organizados en San Antonio
de
Texas por
el grupo VISA, entre los dias 12
y 14, 1'5 y 17, las po
nencias LA TECNOCRACIA: sus OBJETIVOS UNIDIMENSIONALES y TECNOCRA
CIA, TOTALITARISMO
y MASIFICACIÓN; y en la Facultad Libre de Derecho
de México, el dia 17, expuso su conferencia TEOCRACIA Y TECNOCRACIA,
que repitió el día siguiente en ·la Univérsidad Popular Autónoma de
Puebla.
Comenzando por esta última, VERBO, a partir del pr6ximo- nú
mero, las
irá publicando.
191
Fundaci\363n Speiro