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Número 255-256

Serie XXVI

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Providencia divina y libertad

PROVIDENCIA DIVINA Y LIBERTAD
La relación entre Providencia Divina y libertad del hombre.
«La
relaci6n entre Providencia Divina y libertad del hombre
"no es de antítesis., sino de comunión_ en el amor: Incluso el
"problema profundo de nuestro destino futuro halla en la Re­
n veladón Divina, especificamente en Cristo, una .luz providen­
,, cía! que, aun manteniendo intacto el misteriq, nos garantiza la
"voluntad salvifica del Padre. En esta perspectiva, la Divina·
"Providencia, lejos de ser negada por
la presencia del mal y del
"sufrimiento, se convierte en el baluarte de nuestra esperanza,
"dejándonos entrever c6mo ·sabe sacar bien incluso del mal».
JuAN PABLO 11:-Catequesis durante la audien­
cia
general del miércoles 30 de . abril. L'Osser­
vatore Romano, edición semanal en lengua espa­
fiola, afio XVIII, núm. 18 (905), domingo 4 de
mayo de 1986.
La Providencia Divina y la función de la libertad humana,
«En nuestro camino de profundizaci6n en el misterio de Dios
"como· Providencia, con frecUencia, tenemos que afrontar ésta
"pregunta: si Dios está presente y operante en todo, ¿c6mo pue­
"de ser

libre el hombre? Y, sobre todo:
¿qué significa y qué
"misi6n tiene

su libertad? Y el amargo
/ruto del

pecado, que
"procede de una libertad equivocada, ¿cómo ha de comprender­
"se a

la
luz de

la Divina Providencia?
,,
»El hecho de que el mundo visible se corone con la creaci6n
"del
hombre,
nos abre
prospectivas completamente nuevas sobre
"el misterio

de la Providencia Divina. Lo destaca la
afirmaci6n
"dogmática

del Concilio Vaticano I cuando subraya que, a los ojos
"de la

sabiduria
y de la ciencia de Dios todo. permanece "abier­
"to" ( "·aperta"), ·en derto modo n desnudo" ( nnuda~'); incluso
"aquello que realiza por obra de su libertad la creatura raciónal:
"lo
r¡ue

será resultado de
una elecci6n razonable y de una libre
"decisi6n del hombre. También en relaci6n a esta esfera, la Pro­
"videncia Divina

conserva su superior causalidad creadora
y or­
"denadora. Es la transcendente superioridad de la Sabiduría que
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Fundaci\363n Speiro

"ama, y, por amor,. actúa con poder ,y suavidad y, por tanto, es
"Providencia que con solicitud y paternalmente gula, sostiene,
"conduce a
su fin ,a la propia.criatura, tan
ricamente
dotada, res­
"petando

su libertad».
JUAN PA11LO II:. Catequesis durarit< la audien­
cia general del miércoles 21 de mayo. L'Osser­
vatore Romano, edición semanal .en-lengua es­
pañola, afio XVIII, núm. 21 (908), domingo 25
de mayo de 1986.
La autoteleología del hombre en el misterio de la Providencia
de
Dios.
«El homb.re, creado a imagen y seme;anza de Dios, es la
· "única

criatura visible que el Creador ha querido
"por si mis­
"ma"
(Gaudium et spes, 24). En el mundo, sometido a la trans­
" cendente

sabidur!a
y poder de Dios, el hombre, aunque tiene
"como fin a Dios, es, sin embargo, un ·ser que es fin en sí miS­
"mo: posee como persona una finalidad propia (auto-teleologia),
"por_Ja cual tiende i:i 'auto-realii.arse; Enriquecido con -un don,
"que "es también una misión, el hombre está sumido en el miste­
"rio de

la Providencia Divina».
JuAN PABLO II: Catequesis durante la audiCD.­
cia general del miércoles 21 de mayo. L'Osser­
Vdtore Romano, edici6n semanal en lengua es­
pañola, año XVIII, núm. 21 (908), domingo 25
de mayo de 1986.
El. plan eterno de la creación y la libertad del hombre.
«En este punto de encuentro del plan eterno de la creaci6n
"de Dios con la libertad del hombre se perfila, sin duda, un
mis­
"terio tan inescrutable como

digno de adoraci6n. El misterio
"consiste en la·ínti11Za felaci6n, más,ontol6gica que sicológica, en­
''tre la acción divina y lá autodecisi6n humana. Sabemos que esta
"libertad
de decisi6n

pertenece
al dinamismo
natural de la
cria­
"tura

racional. Conocemos. también por experiencia
. el
hecho de
"la libertad humana, auténtica; aunque
herida y débil. En cuanto
'' a

su relaci6n con la causalidad divina, es
oportuno recordar
el
"acento puesto por Santo Tomás de Aquino en la concepci6n de "la providencia como
expresi6n de

la Sabidur!a
-divina que
todo
nlo ordena al propio fin; "ratio ordinis rerum in finem", "la
"ordenaci6n racional de las cosas hacia su fin" (cf. Summa Th.,
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Fundaci\363n Speiro

"l, 22, 1). Todo lo que Dios crea recibe esta finalidad -y se
"convierte, por tanto, en obieto de la Providencia Divina (cf.
ib.,
"l, 22, 2). En el hombre --creado a imagen de Dios-toda la
"creación visible-debe acercarse ,.a Dios, .encontrando r:/.,camino
"de
su

plenitud definitiva..
De este pensamiento, ya expresado,
"entre otros, por
San '1reneo (Adv. Haereses, 4, 38; 1105-1109),
"se .hace eco la enseñanza del .Concilio Vaticano II sobre el desa­
"rrollo del
mund6 por la 4tci6n 'del' hombre (cf. Gaudium ·et spes,
"7). El verdadero desarrollo ·~sto' es, el progreso- que el
"hombre está llamado a realizar en el mundo, no debe tener s6lo
"un caráctel' "técnico", sino, sobre todo, "ética", para llevar a
"plenitud en el mundo creado el reino de Dios. (cf. Gaudium et
"spes, 35, 43, 57, 62J».
Ju.'N PABLO· II: Caiequesis durante la audien­
cia general del miércok:s 21 de mayo. L'Osser­
, vatore -Romanv~ edición. -.sem®.al · ea lengua e;:S­
pañola, año XVIII, núm. 21 (908); domingo 25
de
n¡ayo de

1986.
Aunque_ la Proyidencia dirige la historia humana, ,debemos
trabajar por el bien de fa familia huxnana usando nues­
tros talentos.
«Es también importante recordar que el destino del mundo
nno éstá enteramente ·en .nuestras manas. D~os es el Creador ;Je
"todo,

y la
Providencia de Dios dirige la historia humana. Es, SÍ'!
"embargo, deber nuestro traba¡ar par el bien de toda la familia
"humana, haciendo us.o de _nueSitros .talentos persona/,es. Hemos
"de procurar atender a las necesidades de todo· et mundó. y no
"e.xcluir a nadie de nuestro amor. Somos, evide_ntemente, respon~
"sables de nuestros acto!, pero también somos responsables del
"bien que de;amos de hacer.
Hemos de
pedir ayuda
a Dios
para
¡)'nuestras vidds 'y' -para nuestto mundo, y cotlfiar en ·-·e1 que
"es poderoso para hacer que copiosamente abundemos más de lo
"que pedimos

o pensamos, en virtud del poder que actúa en
"nosotros"
(EfJ; 20): Nuettra dependenckde Dios, nuestra cons­
"tante
necesidad de El, y su preocupación amorosa por todos no­
"sotros, forman parte de la verdad de la
vida».
JuAN PABLO II: Saludo a la población y ben­
dición desde el
balcón de la «City Hall», de
Brisbane, martes día 25. L'Osservatore Romano,
edición semanal en lengua española, afio XVIII,
núm. 49 (936), domingo ,7 de diciembre .de 1986.
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