Jean Dumont: El nacimiento de la España moderna

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(que) exige una estricta separación entre judíos y goyim (no ju­
dios, gentiles) cuyo objeto es impedir la asimilación, amenaza
su­
prema para la perpetuación del pueblo judío (pág. 199), nos dijo
antes el Autor. Esto, a su vez, viene exigido
para el creyente orto­
doxo,
pues. «como señaló la revista francesa del movimiento luba­
vicl,, desde el punto de vista del Creador existe la misma diferencia
entre el judío y el no judío que entre este y el animal»
(pág. 277).
Hemos señalado aquí este caso extremo porque en el mismo
se ve claramente no sólo el enfrentamiento de este retomo a las
fuentes religiosas con la antes señalada
«limitación democrática»
(pág. 274) de la cultura
moderna, sino también c6mo se marca
un
límite . intraspasable a la «utopía ecuménica» porque «cada
una de las culturas religiosas ha .elaborado Verdades específicas
que, al ser causa
de fuertes reafirmaciones de identidad, son mu­
tuamente excluyentes. El ecumenismo se limita a la exclusión de
lo laico;
más allá de esto, los proyectos sociales divergen hasta
hacerse profundamente
antagónicos, alentando pontencialmente
despiadadas luchas en las cuales ninguna doctrina puede aceptar
compromisos sin perder el crédito de
sus adeptos» (pág. 276). Y
este hecho sociol6gico
es lo secundario: lo peor es que los com­
promisos sobre cuestidnes fundadas en la fe religiosa, la traicionan.
En resumen: el estudio sociológico de Kepel desarrolla el tema
del renacimiento religioso de la Humanidad llevándolo hasta
sus
últimas consecuencias. Algunas no muy agradables, por cierto. Lo
cual explica porqué en la presentaci6n · común de este tema más
que a las «razones» o a los. «hechos» muclios den importancia a
los «sentimientos» y a los «deseos», ·quedándose así en la super­
ficie del problema. Pero es tomar el mal camino dar preferencia
en este tema a las «razones
del· corazón» (Pascal) que a las del
entendimiento, pues así,
. por el ancho y agradable camino de
la «utopía», dan finalmente en el desastre.
ANTONIO SEGURA FERNS.
Jean Dumont: EL NACIMIENTO DE LA ESPA8A
MODERNA(*)
Si una obra de Jean Dumont en el concierto hispano es siem,
pre noticia jubilosa, indudablemente, la presente publicación lo es
y en tono subido. Y esto por diversas razones. Por supuesto, la
(*) Cuadernos del Aula de Teología l. Edita: Delegación de Pastotal
Universitaria. Attobispado de Mádrid, Madrid, 1993, 108 ¡,4gs.
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atención del autor a la realidad histórica. En segundo lugar, por­
que esta misma revista
Verbo se adelantó haciéndose eco, y en di­
versas ocasiones, de dicha atención a
la realidad histórica de la
Iglesia y
de nuestra Patria. Pero la presente publicación destaca
por una nota cualitativa: si bien no abarca más de 108 páginas,
la publicación
es promovida por la Delegación de Pastoral Univer­
sitaria del Arzobispado de Madrid.
El nacimiento de la España moderna recoge el curso que con­
vocara la misma Delegación de Pastoral Universitaria en colabo­
ración con la Universidad Complutense
de Madrid, y tuviera lugar
en
la Facultad de Geografía e Historia, los días 29 y 30 de no­
viembre
y 1, 2 y 3 de diciembre de 1993, en cinco conferencias:
l. Isabel la Católica. La gran cristiana olvidada (págs. 7-26).
11. La Evangelización de América (págs. 27-46).
111. La leyenda negra (págs. 47-66).
IV. La Inquisición española: sombras pero también luces
(págs. 67-88).
V. La persecución religiosa de la Revolución francesa, ¿pa­
tinazo o plan organizado? (págs. 89-108).
En el prólogo a la obra, José Miguel García, Delegado de Pas­
toral Universitaria, nos indica que «es llamativo
el desconocimien­
to que tiene
el universitario y en general el pueblo español de
su tradición histórica.
El pasado parece no interesar, se considera
como algo inútil, incluso rémora que dificulta el avance hacia el
el futuro, hacia el progreso. Sin duda este menosprecio tiene su
origen en
la filosofía ilustrada y su intento de romper todos los
lazos con la tradición, olvidando que de este modo
se destruye a
la persona
y al pueblo». Para poco más adelante señalar que, «en
el caso de España es muy probable que a esta mentalidad ilustrada
se añada un complejo de inferioridad, una vergüenza de su pasado
histórico. Durante siglos hemos
leídd nuestra historia con los ojos
de aquellos que se oponían o rechazaban la posición cultural,
so­
cial o polltica de España. La historia ha sido en manos del poder
político y económico
triunfador, una arma utilísima para derrotar
definitivamente a la que era considerada como enemiga
y contrin­
cante».
En las diferentes exposiciones de cada una de las conferencias,
Dumont vuelve en apretada síntesis
con la claridad que le carac­
teriza sobre consabidos temas «tabú», deshilando la madeja y
haciendo resplandecer la gloria
de la Iglesia y el trabajd fecundo
de España en lo humano y
lo divino.
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Sirvan estas palabras pata dar particularn;,ente las gracias al
Arzobispado
de Madrid, y en particular por el trabajo ímprobo
que desarolla la
Delegación de Pastoral. Universitaria y a la Uni­
versidad Complutense
por su apertura a la colabdración en pro
de la verdad hist6rica. Una última <:uestión: ¿por qué no procurar
su comercialización? Su
formato de libro lo pensamos,
un bien enorme.
EVAR!STO PALOMAR.
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