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Número 331-332

Serie XXXIV

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Juan A. Casaubón: Historia de la filosofía

[Nf,ORMACION BIBLIOGRAFICA.
vestigación que el dr. Ayuso .nos presenta es digna de aplauso y
su autor digno de todo
agradecimiento.
JOSÉ FERMÍN GARRALDA AruzcUN.
Juan A. Casaubón: HISTORIA DE LA FILOSOFIA (*)
· Todo lo que sigue puede resumirse en estas palabras: estamos
ante un pequefío
«gran libro», el que a muchos les hubiera gustado
escribir. Pequeño en extensión (287 págs.); grande en contenido:
no sólo
es una historia del discurso humano sobre filosofía, sino
que
es una historia crítica. Es decir, el autor marca su propia po­
sición en el tema y se compromete en los juicios valorativos que
hace: «Hay, pues, una filosofía perenne» dice ya al
final de la
obra. Y desde esta
fildsofía instrumenta su aparato crítico.
El próblema de la «filosofía cristiana» -es decir, si la filo­
sofía admite calificativos, o es neutra-fue tema crucial en los
años 1927,1936, cuando E. Gilson se enfrenta con éxito en el
«debate de la Sorbona» con Bréhier y Brunschvig que defendían
el carácter abstracto de la filosofía. Al final Gilson impone su
tesis de la aportación de
la Revelación a la filosofía griega con la
«metafísica del Exodo» que con el dogma de «creatio ex nihilo»
y los resultados metafísicos de
«Soy el que Es (Ex. 3,14), mien­
tras que los entia reciben el «ser» por participación, imprime un
giro a la mejor filosofía griega
-Plai6n, Aristóteles-de incal­
culables consecuencias que «jamás habían vislumbrado los grie­
gos» ( d. A. Livi, E. Gilson, 200 ), al posibilitar la síntesis -que
no sincretismo---- del orden-delcser platónico con la potencia y
el acto de la substancia aristotélica.
Desde esta firme base, Casaubón puede leer
la filosofía, tal
como hoy conocemos su desarrollo, señalando las des-viaciones
idealistas o empiristas de la filosofía actual, así como las caren­
cias inevitables de los grandes filósofos clásicos. Así, v.gr., señala
cómo «pese a Heidegger, es obvio que Parménides habla siempre
del Ente
(eón), y no separadamente del Ser (einai) ... Es que una
adecuada distinción entre el ente
-los entes-y el Ser supone la
d(Xtrina de la distinción metafísica de esencia y ser (actus essen­
di) ... Pero entonces ya no sería Parménides, sino Santo Tomás
de Aquino» (pág. 31). Traemos
esta muestra de la obra que cla­
ramente refleja la metodología expositiva de ella, que no sólo
(*) Ed. Abeledo-Perrot, Buenos Aires, 1994.
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INFORMA.CION BIBLIOGRAFICA.
enseña la Historia de la Filosofía sino también la reflexión sobre
la misma. Esta
es la ventaja de partir de un previo, y firme esque­
ma intelectual, sin intentar ocultarlo;
por pretendidas «razo­
nes» ( ¿?) de «oportunidad» que convierten los manuales de his­
toria de la filosofía
en meta etudición, no filosofía.
Esta exposición es extremadamente
útil en la filosofía mo­
derna y actual, más citada ahora cuando el pensamiento clásico
es casi desconocido.
La exposición es lineal y utilizando un voca­
bulario asequible a todo el mundo.
Por ello este pequeño «gran
libro» es apropiado no sólo para una enseñanza media, aunque
hace referencia a las Historias
para especialistas, Copleston,
Fraile
y Urdánoz, Hirschberger, etc., y también a libros esen­
ciales en el conocimiento de los más importantes autores. Pero1
y esto creo es importante, es un libro especialmente apropiado
para aquellas personas con inquietudes culturales
y formación
universitaria o superior, pero técnica o científica. Es una lástima
que este libro no alcance una gran difusión en España.
No como crítica, sino como sugerencias para mejorarlo vamos
a poner tres:
a) Creo que sería buena una alusión a Filón de Alejandría,
que permitiría resaltar el paso de la filosofía griega inmanente a
1a transcedencia creadora, como antes dijimos, que cambió el
curso del discurso filosófico.
En el libro esto se expone pero, en
mi entender difusamente en relación con la importancia que tiene.
b) Igualmente setfa bueno distinguir entre el neotomismo
decimonónico y el de Lovaina del actual, con especial insistencia
en Gilson,
Ramírez y, sobre todo en Fabro, mucho más cerca del
auténtico pensar del Aquinate que las sistematizaciones neotomistas.
e) Por último, creo debería añadir algo sobre la filosofía
práctica
-Etica y Política-y su actual estado de crisis de fun­
damentos con que se cierra el ciclo filosófico de la Ilustración.
Sugiero nombres como R. Aron, A. Touraine,
N. Bobbio en socio­
logía
y política. Y otros como Taylor, Dworkin y, sobre todo,
A. Mclntyre que
ha supuesto una revolución en el pensamiento
ético moderno. .
El resumen de toda la obra está en las últimas frases: «Sólo la
philosophia perennis enfrenta la lamentable . decadencia, la cual,
por otra parte, va acompañada de espantosas guetras mundiales o
regionales. E incluso se desemboca en la negación del hombre
mismo (Levy-Straus, Foucault);
y, en la práctica, en los totali­
tarismos y amoralismos contemporáneos. . .. Esto debe movernos
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ÍNFORMACJO'N BIBLIOGRAFICA
a un retorno a la filosofía perenne que nada niega: hay cosmos y
hay hombre;
:hay verdad, hay ser y hay Dios. Filosofía que, por
!Jtra parte, permite la apertura a lo sobrenatural» .
.ANTONIO SEGURA FERNS.
Alberto Boixadós: EL NUEVO ORDEN MUNDIAL Y EL
MOVIMIENTO DE LA NEW AGE O HUMANISMO
COSMICO
(*)
En Verbo se ha procurado siempre, en nuestra labor -según
reza el subtítu!O---...: de «formación cívica y acción cultural, según
el derecho natural y cristiano», no perder de vista las nuevas for­
mas de subversión del orden natural. Así, principalmente por la
pluma de nuestros queridos amigos Manuel de Santa Cruz y
el
Dr. Felipe Fernández Arqueo, . han asomado a las páginas de la
revista temáticas
como las relacionadas con la masonería y las
sectas. Siempre en la intención, por
lo demás confesada, de tras­
cender la taxono:triía c-0n_ el combate, la «sección de información»
con la «de op~raciones». El movimiento conocido como New
Age, por tanto, no podía pasar inadvertido para nuestros obser­
vatotios
y, así, de la mano de un opúsculo de nuestro amigo fran­
cés -el alma de la interesante revista Action Familia/e et Scolaire­
Arnaud de Lassus, quien firma estas líneas daba a la estampa en
1991
(Verbo, núm. 295-296) unas reflexiones introductorias so­
bre el problema. Ahora, un libro del viejo y admirado amigo de
esta casa, el argentino Alberto Boixad6s, es causante de que vol­
yrunos sobre el asunto, siempre int~resante y preocupante al mis­
mo tiempo.
Ante todo, unas palabras sobre el autor. Catedrático durante
muchos años de «Introducción a la Literatura» y «Literatura
Uiúversal» en la Universidad Nacional de Córdoba, escritor y
periodista afamado, el profesor Alberto Boixadós se ha distinguido
siempre en
el panorama de las las letras contrarrevolucionarias
por aunar
el estudio y la crítica de los problemas sociales, polí­
ticos
y cultur,¡les con la dedicación fructuosa a la creación artís­
tica.
En esta úl~a faceta lo han venido a consagrar, sobre todo,
el
re1ato · poemático Primavera sagrada o lá novela Siembra de
sil~cio, mientras que aquélla ha cuajado en libros tales conio
Polltica en la cultura de masas, Literatura. y poder, o Lt, renova-
'(*) Ediciones Theoria, BuenOS Aires, 1994; 190 págs.
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