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Número 331-332

Serie XXXIV

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Patricio H. Randle (ed.): Ante el colapso de la educación

INFORMACION -BIBLIOGRA:FICA.
tesis». El inteligente -como suyo-prólogo del profesor Alber­
to Caturelli con el que se abre el libro, cabalmente no viene a
afirmar otra cosa.
Patricio H. Randle (ed.): ANTE EL COLAPSO DE LA
EDUCACION
(*)
Un años más, la prestigiosa «Asociación para la Promoción
de
los Estudios Territoriales y Ambiental.es» (OIKOS), bajo la
dirección de nuestro amigo el catedrático argentino Patricio H.
Randle, da a 1as prensas las áctas del Simposio celebrado en
Buenos Aires los días 9, 10 y 11 de mayo del año recién termi­
nado,
esta vez con el auspicio de la «Corporación de Gentíficos
Católicos». Y un año más, tanto la temática como ej enfoque y
la ejecución, no pueden sino merecernos el juicio más favorable.
Como nos encontramos ante dieciséis ensayos de autores distin­
tos, precedidos de una introducción del coordinador y coronados
por un epílogo sin firma, que
se desarrollan en más de doscien­
tas páginas, prefiero ceñirme a una rápida ojeada
del contenido
del volwnen y a un análisis
más detenido de las contnbuciones
introductoria y conclusiva.
En primer término, parece claro que, en la mente de quienes
han concebido e ideado la obra
-desde luego Randle no lo ocul­
ta-, la elección del término colapso no es casual. Centrada par­
ticularmente en la Argentina
de hoy, aunque sin duda extensible
a cualesquiera otros ámbitos, viene a reflejar acabadamente la
si­
tuación en que se encuentra la educación. En primer término -se
nos explica-, es adecuado calificarla con un término que es origi­
nariamente médico, por cuanto su condición es de índole patoló­
gica. En
segundo lugar, porque es exacto destacar el estado de
postración en que
se encuentra, que -pese a ser diagnosticable
con
facilidad-hace ya cierto tiempo que ha alcanzado un giro
repentino. Y finalmente,
pueda determinación del hecho obedece
claramente a una
atonía manifiesta de los centros nerviosos --esto
es, estimuladores-de la cultura, de la que la educación es con­
secuencia necesaria. Colapso, pues, concluye, en el sentido más
estricto de la palabra, para recuperarse del cual haría falta un
renacer de fuerzas que sólo
es posible si un principio vital las
anima.
(*) OIKOS, Buenos Aires, 1994, 211 págs.
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INFORMA.ClON BIBUOGRA.FIC.A
¿ Cuáles son las coordenadas que enmarcan el esfuerzo de los
autdres? Las extraemos también del ensayo del profesor Randle:
el afán de innovación sin medida, que muchas veces no venia
precedido de la indagación cuidadosa de las raíces, implicaciones
y frutos del menor cambio, está en el enfoque superficial
y toda­
vía aproximativo, aunque no por ello desnortado, del problema;
más allá, el telón _de fondo está constituido por la más radical
enfermedad social, de la que
no puede sino brotar una educación
en crisis;
se trata, pues, no tantd de hablar el lenguaje técnico
de los pedagogos o de los expertos, cuanto de auscultar las ten­
dencias culturales profundas que están en
la base de la crisis so­
cial y, consiguientemente, de la educativa: relativismo, escepticis­
mo, liberalismo, voluntarismo, historicismo, naturalismo, secula­
rismo, proporcionalismo ético, situacionismo, humanismo o cienw
tifismo, en una enumeración que podtfa acdmpañarse --de hecho
se hace en el guión-de referencias a pasajes de la encíclica
Veritatis splendor; situados, por tanto, en el universo conceptual
y en el contexto cultural de la ¡,ostmodernidad, las perspectivas
no son favorables sino desde las atalayas teológicas que nos po­
nen delante el dinamismo no sólo de la gracia sino también de la
naturaleza.
El solo repaso de
los títulos de las contribuciones y de los
ndmbres de los autores -muchos buenos amigos, entre quienes
permítaseme destacar al profesor Bemardino Montejano-, es su­
ficientemente expresivo del interés que, a no dudarlo, la obra
reúne.
Lo que no quita, y nadie podtla pensar razonablemente
lo contrario, para que en muchos
casos deseáramos entablar diá­
logo con
los autores, reclamando precisiones, demandando desa­
rrollos o incluso negando algunas afirmaciones. Sólo a tirulo de
ejemplo
-y si lo digo es exclusivamente en razón del interés que
ha despertado en
mí el libro-mencionaré el que me parece ex­
cesivo entusiasmo por la pedagogía anglosajona de los «Great
Books», recientemente puesta en solfa por el profesor Frederick
D. Wilhelmsen en un artículo de gran interés y con
el que alcanzo
mayor acuerdo que
con la defensa que es dado encontrar en el
volumen que comento. Pero vayamos
al índice: «Dificultades
para educar a un sujeto condicionado por el medio ambiente»
(Juan Carlos Montiel); «Un Estado indiferente en un contexto
cultural que no ayuda» (Bernardino Montejano); «La irrupción
de las ciencias humanas»
(Aníbal D'Angelo Rodríguez); «La fa­
lacia de la nueva escuela» (Antonio Caponnetto); «La adaptación
y
el permisivismo como notas que desnaturalizan la dinámica edu­
cativa« (Horacio
Sánchez Parodi); «Excelencia sin gloria» (Eduar-
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INFORM.A.CION .BIBLIOGRA.FICA
do B. M. Allegri); « ¿No hay algo rescatable en la educación de
la primera mitad de siglo?» (Jorge N. l'erro}; «¿Por qué fracasa
la educación norteamericana? Historia y diagnóstico» (Ricardo
de· la Torre); «¿Qué está . en la mita de la .rebelión postmodernis­
ta en educación?» (Donadío Maggi
de Gandulfo); «¿Es posible
educar realmente sin. transmitir valores?» (Nelly Muzzio); «Edu­
cación del carácter y
de la voluntad» (Mario Caponnetto); «Educar
por las virtudes cardinales» (María L. Lukac de Stier}; «La resi­
dencia médica: una experiencia fuera de contexto» (Hugo Este,
va); «¿No será hora de volver a la escolástica como método .edu­
cativo?» (Federico Mihura Seeber); «¿Es posible una educación
'que haga al hombre libre hoy en día?» (Roberto T. Helguera)
y
· «Crisis educativa y crisis religiosa: concomitancias. La Iglesia
en
su papel educador» (Alfredo Sáenz, S, J.).
Para Verbo, que siempre prestó especial atención a los pro­
J:,lemas de la educación y la enseñanza -me es· muy grato señalar
especialmente los nombres de Rafael Gambra,
Julián Gil de Sa­
gredo, José Gil Moreno de Mora y, sobre todo, Estanislao Can­
tero, entre las· plumas que los han desentrañado en nuestras pá­
ginas-, es, una gran satisfacción poder presentar a sus lectores
una obra
como la que el profesor Patricio Randle y sus merito­
rios
. colaboradores nos han obsequiado sobre el colapso de la
educación y
su. posible salvamento.
MIGUEL AYUSO.
Luis María Sandoval: LA CATEQUESIS POLITICA
DE LA IGLESIA (*)
· Se trata de un estudio profundo y completo de la doctrina
política en el Catecismo de la Iglesia Católica, de reciente publi­
cación. Así, llama la atención de forma inrnediata por su actua­
lidad; sin embargo, éste
es el menos esencial de sus atractivos.
Porque lo mejor del Catecismo
es su perennidad, la inmutabili­
dad de
la doctrina que predica. Y el libro de Sandoval representa
una síntesis fundamental del
pensamiento si>ciopolítico de la Igle­
sia, llamada a convertirse
en una de las obras básicas de la · Ciu­
dad Católica.
El libro
se estructura en cnatro partes, de las que constitu­
yen
el núcleo principal la segunda y la tercera.
(*) Editorial Speiro, Madrid, 1994; 281 págs ..
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