Índice de contenidos

Número 377-378

Serie XXXVIII

Volver
  • Índice

Entrevista al padre Samir Khalil Samir

CRÓNICAS
ENTREVISTA AL
PADRE SAMIR KHALIL SAMIR <'l
El padre Samir Khahl Samir, jesuita, nació en El Cairo y ense­
ña Teología oriental en la Facultad de Teología de la Universidad
San José de Beirut
en el Líbano. También enseña en el Instituto
Pontificio Oriental de Roma. Dirige
y ha fundado el CEDRAC
(Centro de Documentación e Investigación Árabe-Cristiano):
Como quiero afrontar el problema de la libertad religiosa de
los cristianos
en los países islámicos, quisiera comenzar por su
· experiencia personal: Vd. es de origen egipcio, vive y enseña en el
Líbano, en Beirut, en una tierra que durante muchos años ha
sido un ejemplo único de convivencia y respeto entre cristianos y
musulmanes;
Juego, con la larga guerra civil que ha sacudido el
país,
han cambiado muchas cosas. ¿Cuál es la situación de los
cristianos en el Líbano de hoy?
Puedo decir que la situación es buena por un motivo: porque
el Líbano
no es un pais islámico. Es un pais donde los musul­
manes son numerosos, tal vez mayoría, pero, por suerte, es un
pais que legalmente no se define como musulmán, a diferencia
de todos los otros
países árabes. El Llbano es el único pafs que
es, a la vez, árabe pero no musulmán; esto se manifiesta jurídi­
camente en el hecho de que, según el derecho, el Presidente de
la República debe ser
un cristiano, en tanto que el Primer
Ministro debe ser musulmán.
La realidad def Llbano, que viene
desde 1923, cuando se promulgó su Constitución, es fruto de la
C-) Con mucho gusto reproducimos, en versión castellana de Armando Mar­
chante,. la entrevista con el padre Samir Khalil Samil, aparecida en el Rapporto
1998sobre ~La libertad religiosa en los países de mayoóa ish1mica", editado por
el Secretariado italiano de Ayuda a la Iglesia necesitada (N. de la R.).
Verbo, núm. 377-378 (1999), 683-717. 683
Fundaci\363n Speiro

CRÓNICAS
actitud de los cristianos del Líbano, una actitud que siempre ha
sorprendido. Yo soy egipcio, he vivido en varios países árabes,
pero me ha sorprendido la diferencia que veo en los cristianos
del Líbano
y, en parte, en los de Siria. En Egipto tenemos una
actitud de esclavos, debida a siglos de sumisión que han produ­
cido
una capacidad de soportar. Ello ha producido también una
determinada espiritualidad, bellísima, en la que se ve la acepta­
ción cristiana del sufrimiento. En
el Líbano y en Siria, no. Los cris­
tianos
no callan cuando algo no va bien, aunque en Siria el por­
centaje de cristianos es inferior al de Egipto. En Siria
no tienen
miedo, tienen
una fortaleza que no se encuentra en Egipto. Esto
viene de siglos de historia y tal actitud ha llegado a ser una
segunda naturaleza.
Si en el Líbano los cristianos llegasen a ser
una minoría muy inferior a los musulmanes, los cristianos conti­
nuarían reivindicando sus derechos ciudadanos. Han creado otra
mentalidad.
¿Cuál es el fundamento
mosófico, ideológico y religioso de las
discriminadones
y persecuciones que alcanzan a los cristianos?
El problema del Islam no puede comprenderse sin hacer
referencia a la politica.
Las injusticias están en todas partes, esta­
mos habituados a considerar normal el hecho de que las
mino-
1fas tengan que luchar por sus derechos propios. Lo que llama la
atención es que
en los países musulmanes hay una identificación
inmediata entre religión y politica que legitima el estado de
inferioridad juridica de quien
no es de religión islámica. En los
países islámicos los fines
de quien tiene la responsabilidad de
gobierno
son dos: en primer lugar proteger la religión musulma­
na,
es decir, asegurarse de que sea observada con todos los
medios disponibles;
en segundo lugar el de extender el Islam a
todo
el mundo. Esta es la teoria clásica de los juristas musulma­
nes,
no es una novedad; el Islam es "religión y sociedad". Desde ·
este aspecto se comprende cómo se hace todo esfuerzo econó­
mico, cultural y político para extender
el Islam. Otra caracteristi­
ca del mundo islámico es
que la comunidad prevalece sobre el
individuo, lo que significa que la noción de libertad de concien-
684
Fundaci\363n Speiro

CRÓNICAS
da o de derechos del hombre (dos conceptos que desde hace
dos siglos caracterizan, para bien y para mal, al mundo occiden­
tal) sólo
en una mínima parte han sido acogidos por la cultura
musulmana.
El fundamento jurídico de las discriminaciones actuales fue ela­
borado entre los siglos
I y IV de la era islámica (correspondientes
al período que va desde los siglos VII al x de la era cristiana). En
este período fue elaborada toda la jurisprudencia y tal doctrina ha
llegado hasta nuestros días. También es preciso decir que al inicio
del siglo xx,
la cultura islámica fue recorrida por un amplio movi­
miento liberal, suscitado también por influjo de Occidente
que le
apareáa a tal movimiento como un modelo deseable de sociedad.
Ha habido grandes juristas que en el Egipto de los años treinta de
nuestro siglo
han producido una integración positiva entre el códi­
go napoleónico y
la legislación tradicional islámica. Todo esto ha
sido puesto nuevamente en discusión en los inicios de los años
setenta con la guerra de 1973, la crisis del petróleo, etc. La reac­
ción "integrista" ante las tendencias modernistas y liberales
habla
emergido ya cuando la abolición del Califato en 1924 por parte de
Ataturk; al final de los años
20 corresponde también el nacimien­
to del movimiento de los "hermanos musulmanes". En todo caso,
tal reacción ha suscitado la hostilidad de los gobiernos de todos los
Estado
árabes (piénsese en Naser). Tenemos que reconocer que la
concepción según la cual el Islam es "religión y Estado" aparece
como la más fiel
al proyecto original de Mahoma. Cuando los islá­
micos hoy reivindican este proyecto socio-político son fieles a la
tradición islámica, la más común y
la más auténtica.
En la cultura de los países
árabes musulmanes finahnente ha
prevalecido, en lugar de la categoría del ciudadano, la división
tradicional de
la sociedad entre creyentes Oos que siguen al
Islam) y
protegidos ( cristianos y hebreos) y descreídos ( cuya suer­
te
puede ser la muerte o la conversión al Islam). La realización y
la difusión de esta idea de la sociedad sigue siendo el sueño de
la tendencia tradicionalista.
¿Es hoy posible el Islam de un modo distinto? ¿Hay alguna
dialéctica u oposición entre distintas interpretaciones?
685
Fundaci\363n Speiro

CRÓNICAS
Creo que seria posible, pero en tal caso seria una nueva tra­
dición que hoy no es la que prevalece. El Islam nace desde su
origen como proyecto sociopolítico y también militar: esto es
evi­
dente tanto en el Corán como en la sunna, en la tradición que
incluye la vida y la enseñanza de Mahoma. Para un musulmán la
religión y la política son inseparables. En cambio, aquellos que
propenden a una separación entre los dos planos son los musul­
manes llamados
liberales, pero son vistos por la mayoría como
musulmanes sólo de nombre, su Islam suscita dudas, también
porque muchos
no son practicantes. Los liberales sostienen que
en el Corán y en la Vida de Mahoma hay dos etapas: la primera
es la del período de
La Meca Oos años 610-622); la segunda es la
del periodo de Medina Oos años que llegan hasta el 632, fecha
de la muerte
de Mahoma). Si se analizan las fuentes, según tal
interpretación, en el periodo de La Meca se nota que el discurso
es más espiritual que
polftico. El discurso de Mahoma aparece
fundado sobre la unidad de Dios, sobre el juicio final
que espe­
ra a todos después de la muerte (juicio
en base al cual cada uno
será recompensado con el cielo o castigado con el infierno) y,
finalmente, sobre la llamada a la justicia social, a la solidaridad
hacia los pobres. Este sería el Islam originario, el más auténtico
según los liberales, la idea primitiva según le fue revelada a
Mahoina. En cambio,
en Medina se habria desarrollado un Islam
político porque las circunstancias lústóricas han conducido a
Mahoma a crear
un sistema social, a organizar el Ejército, a hacer
guerras, etc.
La doctrina relativa a tal período para los liberales
sería, por lo tanto, secundaria, no necesaria, válida para aquellas
circunstancias históricas particulares y
no universalmente.
Tal interpretación
es rechazada por los islamitas fundamenta­
listas, quienes mantienen
que precisamente el segundo es el ver­
dadero Islam,
en tanto que el primero, el de La Meca, está con­
dicionado
por el hecho de que Mahoma no era completamente
libre para expresar su proyecto y habtia tenido
que hacer conce­
siones. Cuando
en Medina ha tenido plenos poderes, cuando ya
no era atacado por los de La Meca, es cuando se ha visto el ver­
dadero proyecto, que
es un proyecto socio-político, militar y reli­
gioso. Entre estas dos tendencias es la segunda, como hemos
686
Fundaci\363n Speiro

CRÓNICAS
visto, la que ha prevalecido sobre el resto y efectivamente es la
que parece más fiel al proyecto original de Mahoma.
¿De qué modo se realiza en los países islámicos este proyecto?
Debemos partir del presupuesto de que en la visión del Islam
todo medio es
bueno si contribuye a la finalidad última de la ins­
tauración del Estado islámico o a la protección del Islam. Esto se
ve
en la islamización de la escuela: todas las mañanas en Egipto
se inician
con la lecturas del Corán, los textos de las materias que
se enseñan están llenos de referencias al Islam, desde las mate­
máticas a
la Historia o la literatura, el aprendizaje del Corán es
obligatorio para todos.
Otro instrumento
es la humillación de los cristianos en todos
los niveles.
Si voy por la calle llevando con discreción la cruz
corro el riesgo de ser golpeado o injuriado.
Es normal ser insul­
tado
por los niños. Ya en el ámbito sociológico, por tanto, hay
una presión muy fuerte que desanima a los más débiles. En un
nivel más grave, el económico, la discriminación hacia los cris­
tianos hace que para éstos la posibilidad de encontrar trabajo sea
más
dificil y, frecuentemente, tal posibilidad queda limitada al
trabajo privado. A este respecto se
debe también tener presente
que muclúsimos países indican en el Documento de Identidad la
religión profesada y donde ello
no sucede es el mismo nombre
el
que revela la fe religiosa de cada uno y determina así su posi­
bilidad
de trabajar e incluso su remuneración.
También la información desempeña
un papel importante en
este aspecto: cada día, en el periódico se habla del Islam, a veces
se ataca violentamente a los cristianos. También en la televisión
la presencia del Islam es muy fuerte: los programas de informa­
ción hablan de los éxitos del Islam, los noticiarios
son interrum­
pidos
por la oración. En los debates televisivos frecuentemente
se lanzan acusaciones contra los cristianos, pero no está prevista
la presencia de un contradictor o el derecho de réplica; lo mismo
ocurre con los periódicos. En la calle,
por todas partes resuenan
las transmisiones radiofónicas
con las cinco oraciones precedidas
por llamamientos que pueden durar una hora. En Egipto hay una
687
Fundaci\363n Speiro

CRÓNICAS
radio estatal que transmite el Corán durante las veinticuatro horas
del
dia. Ocurre que el musulmán pío, sin mala u hostil intención,
mantiene el volumen muy alto para
que todos los vecinos pue­
dan oírlo (se trata de algo
común en el mundo árabe). Sin embar­
go, el efecto es que quien es cristiano debe escuchar todo el día
el Corán ... y muchos cristianos dicen que tenemos
que aceptar
todo eso
.. .
La presión social de la islamización es fortísima, tiene efectos
mucho más graves sobre los cristianos
que las normas legales, no
se puede entender esto si no se vive en un país musulmán y si
no se entiende el árabe. Este concurso de fuerzas coercitivas
tiene cierta analogía con lo
que ocurría en los países comunistas
donde la ley y las instituciones teóricamente garantizaban la liber­
tad,
pero de hecho no era así. Si consideramos que en setenta
años el comunismo casi ha logrado extirpar
el sentimiento reli­
gioso del pueblo ruso, debemos reconocer que si después de
tan­
tos siglos en el Cercano Oriente hay todavía comunidades cris­
tianas, es verdaderamente un milagro.
En esta situación extraña que Occidente permanezca inerte
ante casos evidentes de violación de los derechos humanos; para
la opinión pública, para los grandes medios de comunicación,
para las instituciones políticas este problema parece
no existir ...
Me parece que en esto Occidente está condicionado por su
propia hístoria; Occidente es sociológicamente de matriz cristiana,
pero ha luchado desde hace dos siglos hasta hoy para liberarse de
la religión y de su identidad. Así se ha difundido la idea de que
el cristianismo no debe entrar en cuestiones políticas, que es un
hecho interior, personal, que no debe tener relación con la vida
civil. Se ha privatizado la religión: además, muchos occidentales,
se han secularizado y tienen ante la religión dos actitudes posibles:
1) la religión no me concierne, es un hecho privado de cada uno;
2) la religión es un fenómeno que debe ser combatido.
En el origen de este
modo de pensar está también la polé­
mica contra
la Iglesia, entendida como institución dotada de una
estructura jerárquica, de organizaciones, etc. En cambio, cuando
688
Fundaci\363n Speiro

CRÓNICAS
se habla del Islam es frecuente decir que se trata de otra cultura
que tiene derecho a organizarse como crea mejor, como la poli­
gamia, la forma de Estado y el resto.
El tfpico razonamiento occi­
dental
pone en primer lugar el respeto de las otras culturas, pero
no cuando se trata de los cristianos de Oriente. Además, debido
a
que para muchos la religión no tiene sentido, tampoco este
problema de la persecución
de los cristianos es importante; final­
mente otros
han interpretado con categorías occidentales, fre­
cuentemente tomadas del marxismo, realidades completamente
distintas. Esto
ha llevado a escandalosas falsificaciones, como
aquellas para quienes la guerra civil del Líbano debía ser consi­
derada
una lucha de clases, una guerra de los musulmanes,
pobres y oprimidos, contra los cristianos, ricos y potentados.
La
realidad es completamente distinta.
Otro aspecto de este problema: Occidente que afirma
que
quiere respetar todas las culturas, se moviliza únicamente ante los
valores que considera fundamentales;
en lo que respecta al Islam
este
es el caso de la infibulación y, en general, de la condición
de
la mujer. Incluso la idea de tolerancia que se ha afirmado pro­
gresivamente
en Occidente, debe ser considerada en este ámbito
de problemas, porque tal idea ha evolucionado hacia
una actitud
peligrosa según la cual quien
es distinto tiene por ello más dere­
chos y goza casi
de mayores tutelas. Este modo de pensar tiene
también efecto sobre la cuestión que nos ocupa porque errónea­
mente se proyecta la situación minoritaria del Islam
en Occiden­
te y la condición de desventaja de los emigrantes islámicos sobre
cuanto sucede allí donde el Islam
es mayoritario o incluso reli­
gión de Estado.
Occidente parece tener un sentimiento de culpa hacia los
países del Tercer Mundo.
Esta es una de las tendencias que me preocupan: existe una
autocrítica sistemática, que llega hasta el masoquismo, que está
corroyendo a
la sociedad occidental. Yo la llamo el "meaculpis­
mo •. En los periódicos podemos encontrar toda clase de ataques
al cristianismo, toda posible tontería sobre la religión y sobre las
689
Fundaci\363n Speiro

CRÓNICAS
cosas más sagradas de nuestra religión y nadie puede permitirse
objetar nada:
es la libertad de pensamiento. Esto no es válido si
se escribe algo
no grato para las otras religiones, en particular
sobre el Islam y el hebraismo: entonces inmediatamente todos se
apresurarán a acusar y a condenar.
Y, sin embargo, Occidente es muy cauto cuando se trata de
países importantes desde
el punto de vista económico.
Basta ver el caso de la Arabia Saudita, un pais donde los más
elementales derechos del hombre
son sistemáticamente ignora­
dos, con el silencio absoluto incluso
de las grandes potencias.
Todos los paises desde Italia hasta los Estados Unidos saben que
en Arabia Saudita el derecho laboral es contrario a las normas de
la humanidad. En cuanto llegas se te retira el pasaporte y te con­
viertes
en un esclavo, no puedes salir de su pais sin su permiso.
De vez
en cuando se suscita un incidente diplomático porque un
trabajador occidental es maltratado, pero luego todo sigue sien­
do igual: el hecho es que los que padecen las injusticias son
sobre todo los trabajadores del Tercer Mundo (en primer lugar los
de Filipinas y
Sri Lanka) y asi nadie habla. Puedo comprender a
las Filipinas porque el dinero procedente de los trabajadores emi­
grantes
en Arabia Saudita es la primera fuente de riqueza del
pais,
pero esta complicidad es indecente en el caso de los paises
occidentales.
Es una actitud inmoral que afecta profundamente a
los pueblos árabes
que hoy miran a Occidente con la admiración
que siempre se reserva a los poderosos,
pero también con des­
precio porque comprenden que es Occidente el que
no tiene
principios.
VITTORIO EMANUEI.E VERNOLE
690
Fundaci\363n Speiro