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Número 397-398

Serie XL

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El alma «europea» de Europa

CRÓNICAS
(sobre la admisibilidad de las apelaciones en las Ordenaciones
del Reino)
y Ricardo Dip (sobre el tiempo y el juez penal).
El conjunto, variado y rico, es de nuevo resultado de los afa­
nes convergentes
de un selecto grupo de pensadores de diversos
pafses, he1manados
en la filosofía clásica, el tradicionalismo polf­
tico
y el hispanismo. Enhorabuena, pues.
• • •
Precisamente, en los últimos dfas del pasado mes de agosto,
se
hacia la presentación oficial del volumen en el Centro de
Estudios del Tribunal de Alzada Criminal de San Pablo, que por
vez primera convocaba oficialmente una conferencia, más allá
de las múltiples iniciativas que siempre acogió, entre otras las
I Jornadas Brasileñas
de Derecho Natural, resultado de las
I Hispánicas, y
que inauguraron José Pedro Galvao de Sousa y
Francisco Elfas de Tejada Spfnola. Con presidencia del Director
del Centro
de Estudios, José Renato Nalini, y con presentación
del juez
y profesor Ricardo Henry Marques Dip, curador del volu­
men, el profesor Miguel Ayuso habló
de "El derecho polftico rea­
lista
de José Pedro Galvao de Sousa" y respondió luego a las
muchas preguntas que
se formularon en un sabroso coloquio.
Entre los asistentes que llenaban la sala,
en primer lugar, la viuda
de José Pedro, Alexandra Chequer Galvao de Sousa, y sus hijos
con sus esposas,
y los disápulos Clovis Lema y José Fraga. Y tan­
tos amigos. Emocionante acto que se espera tenga prolongación
en estas gastadas Españas peninsulares, en concreto en Madrid,
donde
en la primavera se espera pueda celebrarse un acto en la
Real Academia de Jurisprudencia
y Legislación de Madrid, de la
que el homenajeado era académico honorario. Dios
lo quiera.
JUANCAYÓN
EL ALMA "EUROPEA" DE EUROPA
Otro año más tenemos que ocuparnos de la otoñal cita surti­
rolesa del Instituto Rosmini. En esta ocasión
ha sido, además, la
del
XL Congreso Internacional del Insütut Internaüonal d1!tudes
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CRÓNICAS
Européennes de Bolzano. Quizá de alú que se escogiera como
temática la del
alma "europea" de Europa, con guiño sutil del
director Danilo Castellano, que cuestiona asi
si "eso que llaman
Europa" se reconoce con sus triples origenes griegos
(en filoso­
ffa), romanos (en derecho) y cristianos (en teologia y espirituali­
dad), o
por el contrario es producto de una deriva aniquiladora
de los mistnos. En suma, la vieja cuestión, tantas veces nominal,
pero otras conceptual, que Francisco Ellas de Tejada levantó
polémicamente contra la civilización europea como opuesta a la
Cristiandad, y que otros han matizado, desde Christopher Dawson
a Michele Federico Sciacca. También este año se ha introducido
una innovación metodológica consistente en reducir al núnimo las
largas ponencias (una por jornada), aumentando en cambio las
comunicaciones más breves y el tiempo de
la discusión.
La ponencia inicial, filosófica, corrió a cargo del propio
Castellano.
Tras la apertura por el presidente del Instituto, profesor
Pietro Giuseppe Grasso, y los saludos de las autoridades presentes,
el profesor de Udine nos dirigió algunas observaciones sobre el
plurisignificado de Europa, seguidas de las respectivas conclusio­
nes.
Su discurso, brillante y polémico, se dirigió contra el corazón
ideológico y
por lo mismo a-problemático de la modernidad.
Europa se convierte así en un 1nito, que Castellano pone en evi­
dencia con su estilo siempre riguroso: "El problema de Europa
-concluyó-es, hoy como ayer, el de la civilización, que es un
problema de verdad. Un problema cuya solución no puede bus­
carse
en la simple Unión, porque tal Unión no es de por si una
comunidad política, reduciéndose a menudo a un alianza en térmi­
nos aristotélicos.
Asi pues, el problema de Europa no es el de darse
una Constimción, sino más bien el de reconocer su natural consti­
tución, que es su alma". Las comunicaciones, algunas escritas y pre­
sentadas
en tiempo, otras improvisadas, otras finalmente surgidas
de la propia discusión, fueron muchas. Deben señalarse especial­
mente
las de Claudio Finzi (sobre Europa y Occidente) y Consuelo
Martínez-Sicluna (sobre Europa y Cristiandad), asi como las inter­
venciones de
Fran9ois Montconduit y Franco Tamassia. También
una contribución de Francisco Gentile a la discusión, genial.
La segunda sesión, sobre el derecho, se distribuyó entre los
profesores Waldstein y Reiner, maestro y discípulo, ambos de la
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CRÓNICAS
Universidad de Salzburgo, con presidencia del profesor Scholler,
de la Universidad de Munich. Waldstein habló del derecho roma­
no como base de la cultura jurídica europea, mientras que Reiner
rastreó la pervivencia del derecho romano
en la jurisprudencia
del Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Mientras
que la pri­
mera fue al corazón de lo que se ha llamado el derecho común,
la segunda puso ejemplos extraídos de la técnica jurídica. Pre­
cisamente
por ello, el profesor Miguel Ayuso, en la primera de las
comunicaciones a dicha sesión, planteó con cierta mala uva el
problema de la evolución de los distintos conceptos del derecho
común,
que en el Medievo fue el derecho romano (con el canó­
nico y algo del germánico),
pero que luego fue el de las Codifi­
caciones (que era también
en buena medida derecho romano,
pero
en un contexto quizá contrario al de su neta significación)
y hoy muchas veces parece
que fuese el de las Constituciones.
Discurso contra
una cierta globalización juridica que parecía aflo­
rar en algunos momentos de la intervención de Reiner, al que
Ayuso opuso ejemplificativamente el problema del Tribunal Penal
Internacional. De nuevo Gentile, y también Grasso, Pagallo,
Scholler y Zannini intervinieron
en una animada discusión.
Finalmente,
la tercera sesión tuvo por eje la ponencia de Juan
Antonio Widow, nuestro gran amigo chileno, que completó el
cuadro de los días anteriores con
la visión teológica. De un modo
bien neto,
que algunos discretamente -en particular los proce­
dentes del mundo
germano-matizaron, pero que otros -en
concreto los representantes del mundo hispánico-compartie­
ron, puso el foco
en el aporte protestante como origen de la
modernidad y del proceso de destrucción de la civilización euro­
pea. En comentario de la ponencia del colega de Valparaíso,
Dalmacio Negro, Estanislao Cantero y Elvio Ancona fueron los
últimos
en intervenir en unas jornadas de particular riqueza y
relieve. En el ambiente siempre grato
de la Bolzano otoñal. Y en
el hogar intelectual acogedor y amable del Instituto Rosrnini.
A. T.
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