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Número 397-398

Serie XL

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Roberto de Mattei: Pío IX; Francisco Sosa Wagner: Pío IX. El último soberano; Vicente Cárcel Ortí: Pío IX. Pastor universal

INFORMACIÓN BIBLIOGRÁFICA
Roberto de Mattei: PÍO IX M; Francisco Sosa Wagner:
PÍO IX. EL ÚLTIMO SOBERANOº"; l1cente Cárcel Ortí:
PÍO IX. PASTOR UNIVERSAL, ... ,
La oportunidad de la reciente beatificación de Pío IX, que
vivió un larguísimo pontificado (1846-1878) lleno, por otra parte,
de importantísimos acontecimientos, ha hecho que aparecieran
en las librerías varias biografias de aquel Papa, de valor muy
desigual.
La mejor de las que hemos leído es la del profesor de histo­
ria
en la Universidad de Cassino, Roberto de Mattei, ya en su
segunda edición y
que para los lectores de lengua castellana no
tiene otro inconveniente que el de estar escrita en italiano.
Difícilmente se podrán decir más cosas en menos páginas
sobre el Papa
"liberal" en sus comienzos, despojado después de
sus Estados, que proclamó el dogma
de la Inmaculada Concep­
ción de María, publicó el
Syllabus y convocó el primer Concilio
Vaticano
que concluiría sus sesiones con la proclamación de la
infalibilidad pontificia.
Y
son precisamente esas cinco cuestiones medulares las que
vertebran este excelente libro
de historia, escrito por un católico
pero, también, por un historiador. Se refiere únicamente a los
años del pontificado, por lo que, los anteriores de Mastai Ferretti,
no son objeto de sus páginas. Y en pocas ocasiones me he sen­
tido tan identificado como
en este caso con el contenido de las
mismas.
('") Piemme, Casale Monferrato, 2.3 ed., 253 págs.
e-) Yalde, Zaragoza, 2000, 2.' ed., 307 págs.
( .. *) Edicep, Valencia, 2000, 235 págs.
Verbo, núm. 397-398 (2001), 739-772. 739
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INFORMACIÓN BIBLIOGRÁFICA
Los años "liberales" de Pío IX quedan reflejados en toda su
tragedia.
La política de concesiones del Pontífice llevaba al preci­
picio y
el precipicio llegó. Afortunadamente en esta ocasión no
hubo un Varennes y el Papa pudo llegar a Gaeta. Pero, ¿otra polí­
tica hubiera evitado el asesinato de Rossi, la fuga del Papa, la
República Romana? Seguramente tampoco. Pío
IX había intenta­
do lo imposible. Nadar a favor de la corriente, más despacio que
la corriente.
No lo intentaría más. A partir de ese momento siempre nada­
rá contracorriente, con enorme esfuerzo, con hercúleo esfuerzo.
Que alguna vez le arrastrará pero entonces ya no será el perde­
dor
que huye sino el vencido por la fuerza bruta que en la ntisrna
derrota conocerá el honor y la gloria. Para todos los católicos
siguió siendo el Papa Rey aunque estuviera prisionero
en el
Vaticano. Mientras que el rey victorioso, Víctor Manuel
TI, pasó a
ser para los católicos el símbolo de
la execración y de la perfidia.
No era nuevo esto en el cristianismo si tenemos en cuenta que
su fundador triunfó en la Cruz.
La Inmaculada, el Syllabus y el Concilio y la infalibilidad son
los tres hitos que utiliza Mattei para acotar la vida interior de la
Iglesia
en tres excelentes capítulos que trascienden el enunciado
de los mismos.
Magnífica obra
que sin la menor vacilación recomendamos a
quien quiera conocer de verdad a este gran Pontífice
que Juan
Pablo
II acaba de beatificar.
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También es la segunda edición la que hemos utilizado de la
biografía
que Sosa Wagner escribió sobre el "último soberano" de
los Estados Pontificios. Escrita desde la incomprensión, de Pío IX
y de lo que el Papa significa, no resulta grata a un lector católi­
co aunque es preciso reconocer que
la información que da sobre
el Pontífice es extensa e interesante.
Ya la editorial, para mí desconocida y en la que parece tie­
nen la propiedad unos, para nú también desconocidos, hermanos
Sanjuán Nájera, Anselmo y Manuel, resulta por lo menos sospe-
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INFORMACIÓN BIBLIOGRÁFICA
chosa. Sus publicaciones las encabeza El Anticristo de Nietzsche
y consisten prácticamente
en libros de alguno de los Sanjuán y
en las obras de un tal Karlheinz Deschner, con títulos tan suge­
rentes como
Historia sexual del cristianismo o La política de los
Papas
en el siglo XX, dos volúmenes que llevan los siguientes
reveladores subtítulos: "Entre Cristo y Maquiavelo" y "Con Dios y
con los fascistas". ¿Basura? Aunque es muy arriesgado juzgar los
libros
por los títulos yo me inclinaría a pensar que si.
El que hemos leido, de Sosa Wagner, tiene un prólogo de
Peces-Barba,
que no es tampoco una recomendación. Y una ver­
dadera obsesión
por el calzado del Pontífice: "las sagradas pan­
tuflas" (pág. 43), "besar las pantuflas de
Su Santidad" (pág. 285)
Varias expresiones que rozan lo ,soez o lo alcanzan plenamente
(págs. 13, 243, 291), las consabidas referencias a Antonelli o
Matteucci (págs. 71-72,
75-76), algunos errores como, por ejem­
plo, hacer obispos a quienes
no lo fueron o todavía no lo eran,
como Ramos
García o Tarancón y Morón (pág. 280), o diputado
de Cádiz a Martínez Marina (pág. 291),
no hacen recomendable
una obra que,
en otras varias ocasiones deja entrever su posicio­
namiento anticatólico y siempre en un tono bastante estúpido.
Citemos dos: el Papa, en Gaeta, como es de suponer, pediría a
Dios el fin de su destierro y
de la ocupación de Roma por los
revolucionarios. "Como pasaba el tiempo y tan Alta instancia no
acudió en su ayuda, decidió pedirla a las potencias amigas" (pág.
64). "Después de Mentana, Pio cree más
que nunca que resulta
imbatible, además de infalible" (pág. 103).
Las bromas, por lo
menos,
son de pésimo gusto. Yo creo que indican mucho más.
Estamos, pues, ante una biografia sectaria y, lamentablemen­
te, muchos lectores de la misma, sin conocimiento de la verda­
dera historia,
no se darán cuenta de ello y llegarán a un conoci­
miento sesgado de aquel gran Pontífice.
• • •
Por último, también se ocupó del Papa del Syllabus y del
Concilio el prolifico historiador eclesiástico Vicente Cárcel
Orti.
Su libro es el más elemental pero, desde su sencillez, permite
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INFORMACIÓN BIBL/OGKÁFICA
hacerse una perfecta idea de quien fue esta gran figura de la
Iglesia, hoy ya
en los altares. El lector que no tenga acceso a la
biografia de Mattei puede conocer suficientemente a Pío IX por
las páginas del escritor valenciano.
Aunque hemos de decir que en ocasiones se encuentra un
cierto complejo en el autor por no pasar por ultramontano ante
este Papa egregio del siglo antepasado. Por ejemplo, tiene razón
Cárcel cuando dice que "los anticlericales de
la segunda mitad
del siglo
xrx descargaron sobre él las calumnias más infames y
estúpidas" pero es hasta incongruente en su expresión cuando
añade: "Mientras que los ultramontanos exaltaron de forma tan
exagerada al Pontífice
que pretendieron incluso adelantarse al
juicio de la historia atribuyéndole el título de Grande" (pág.
12).
¿Es que los contemporáneos no pudieron llamar Grande a Napo­
león o a Beethoven?
No es la única reticencia
que hallamos por ese bobo intento
de pasar
por "moderno" frente al Papa de la intransigencia: "No
captó el significado del proceso histórico, del cual fue,
al mismo
tiempo, actor y víctima" (pág.
13). Lo captó perfectamente. Pero
convencido . de su responsabilidad
. asumió conscientemente el
papel de víctima, pues
no podía aceptar el de traidor a sus con­
vicciones y a la Iglesia.
El Papa hizo lo que entonces terúa que
hacer aunque
un Papa del siglo II o uno del XXI no tengan que
hacer lo mismo en muchas cosas. Salvo siempre el depósito de
la fe.
Es el reparo más serio que podemos poner al libro y que apa­
rece constanten1ente en un juicio verdaderamente ahistórico de
la figura del pontífice del que, por otra parte, se señalan también
virtudes y aciertos más
que notables. Ello, aunque desmerece la
obra,
no implica un juicio negativo nuestro sobre el libro de
Cárcel.
Que es un buen libro de divulgación aunque le sobre
tanta
excusatio non petita y conlleve alguna contradicción. Repe­
ticiones innecesarias no hacen, sin etnbargo, 1nolesta la lectura,
pues el libro está escrito con pluma fácil.
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INFORMACIÓN BIBLIOGRÁFICA
Nuestra recomendación es, por todo lo dicho, en primer
lugar, el libro de Roberto de Mattei, después el de Cárcel y desa­
consejamos el de Sosa salvo para aquellas personas cuya forma­
ción les permita discernir el dato del sectarismo.
FRANCISCO Jos~ FERNÁNDEZ DE LA.CIGO!I/A
Federico Femández de Buján: LA VIDA, PRINCIPIO
RECTOR DEL DERECHO,.,
El tema de la vida es, obviamente, uno de los más importan­
tes planteados a la humanidad
en estos comienzos de siglo y de
milenio, cuando la vida corre riesgos
-desde el momento mismo
de la procreación-que no cabía imaginar en otras épocas, y
cuando el hombre, ejerciendo como auténtico aprendiz de brujo,
parece querer asu1nir1 a través de manipulaciones alucinantes} las
funciones del Creador. Natural es, por tanto, que la bibliografia
en torno a la vida tenga una extensión creciente.
Las obras sobre ese tema contemplan la vida, generalmente,
desde
una determinada parcela y a la luz de una concreta disci­
plina.
El reciente libro de Federico Fernández de Buján, prologa­
do
por Laín Entralgo, se asoma empero a todos los campos, pues
aunque su título
-que califica a la vida como "principio rector
del
Derecho"-denote la primordial visión jurídica del autor, el
contenido desborda ese ámbito para ofrecer
un ensayo pentadis­
ciplinar de lo
que la vida sea.
La personalidad de Buján explica el enfoque del libro. Roma­
nista y jurista, catedrático de Universidad que ha estudiado
monográficamente varias instituciones de Derecho r01nano y
publicado libros sobre la reforma de los planes universitarios,
no
ha limitado su investigación a esos ámbitos, sino que la ha exten­
dido a otros varios de las Humanidades, con especial vocación a
(') Ed. Dykinson, Madrid, 1999; 172 págs.
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