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Número 427-428

Serie XLII

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Nueva guerra y nuevo orden mundial

NUEVA GUERRA Y NUEVO ORDEN
MUNDIAL
POR
ÁLYARO D'ÜRS C'l
Con expectativa incierta me presento con este libro "no-paci­
fista" a
la "tribuna ideológica" italiana, porque su autor, aunque
"hombre
de paz", por su experiencia existencial, debe meditar
necesariamente sobre la guerra,
y no participa de ninguna mane­
ra del pacifismo democrático hoy imperante. Este pacifismo
que
no ha eliminado la guerra, sino el "tus bellf', con la consecuen­
cia
de que las guerras de hoy, inevitable1nente "sucias", carecen
de derecho, y de que el "enemigo", que debiera ser considerado
siempre digno
de respeto, se transforma en vil "criminal". Me
convenció a escribir
la amistad de un correligionario tradiciona­
lista
de nuestra Guerra española (1936-1939), Javier Nagore, al
que dedico este obra.
e) La muerte de nuestro ilustre colaborador, el profesor Alvaro d'Ors, el 1
de febrero pasado, ha convertido en prácticamente póstuma la tercera edición,
primera en italiano, de su libro La violenda y el orden. Ignoramos si el autor
llegó a ver algún ejemplar; lo cierto es, en cualquier caso, que ·ta distribución
del libro ha sido posterior a su fallecimiento. Esta edkión italiana va precedida
por un prólogo redactado especialmente para la misma por el profesor d'Ors, y
se completa con un epilogo de Gian Piero CalabrO profesor de Filosofia del
derecho de la Universidad de Calabria en Cosenza, ·bajo el · título "El anti-tota­
litarismo cristiano
de Alvaro d'Ors", y con una nota bio-bibliográfica redactada
por Paola Helzel, que también ha traducido el libro, traducción que don Álvaro
llegó a revisar. Nos
ha parecido interesante ofrecer a los lectores de Verbo este
texto inédito en castellano, en traducción de M. A., al no haber hallado el ori­
ginal (n. de lar.).
Verbo, núm. 427-428 (2004), 581-584. 581
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ALVARO D'ORS
Este libro se compone de tres partes. La primera -retros­
pectiva-explica la necesidad histórica de la justa reacción na­
cional contra la anarquía
de una República (1931-1936) que la
información periodística trata
de esconder bajo el pretexto de
la legalidad. Esta no fue, además, propiamente una "guerra
civil", sino una nueva "cruzada" re~igiosa contra el Con1unismo
y la Anarquía, asi como la antigua cruzada española fue contra
el Islam. Por tanto, esta guerra no logró construir t1n nuevo
réghnen político, co1no en ca1nbio sucede con las guerras "civi­
les", de las que depende ordinariamente la identidad de las
naciones.
Sigue una "perspectiva" sobre la necesidad y legitimidad de
la violencia para restablecer y mantener
un orden verdadera­
mente civil. Esta segunda parte quiere presentar
una teoria poli­
tica funda1nental. La "prospectiva" final anuncia, sin ninguna
¡)retensióri profética, el funiro del órden internacional resultan­
te de 1a· victoria mundial de 1945. Cuando el editor, para la
segunda impresión, 1ne sugirió actualizar esta parte en cónsi­
deración a los acontecimientos del decenio precedente (1987-
1998), especiahnente la "calda del muro
de Berlin", preferi no
cambiar nada. Porque, a mi juicio, la caída de este muro no ha
significado
la desaparición del Comunismo, como algunos han
creído, sino Una profunda alianza entre los dos vencedores de
1945: para anexionar la Economía al Capitalismo y la Ética al
Co1nunismo. Y a este reparto universal, efectiva1nente, todavía
hoy estamos anclados.
Libro no-pacifista,
en efecto, aunque se inspire en la paz per­
sonal
de quien, aun consciente de la propia debilidad, es hom­
bre de fe, y por ello abierto moralmente a la contradicción con
los hombres de voluntad contraria, pero que a la vez se halla
finne
en la esperanza de que el único "Señor de la historia" ter­
minará
por enmendar los errores del siglo, escondidos bajo la
actual
political correctness.
Escribo hoy estas líneas para los lectores italianos, hoy que
nos encontramos con algo de nuevo que requiere nuestra aten-
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NUEVA GUERRA YNUEVO ORDEN MUNDIAL
ción: son los hechos de reciente aparición, intentos o deseos de
iniciar una nueva guerra universal contra aquel orden interna­
cional decretado con la "paz" de 1945. Son dos los aconteci­
mientos
de gran relieve, aunque de diversa importancia y signifi­
cado,
que han ocurrido. El primero tiene lugar en Génova, como
protesta contra la "globalización", esto es, contra el proyecto
de
inspiración masónica de sustituir la universalidad ideal de la
Iglesia con la universalidad real de la econonúa capitalista, aun­
que la violencia usada
para impedir tal realización no tenga
conocimiento claro del sentido más profundo del proyecto
que
combate.
El segundo acontecimiento que ha herido inexorablemente
el
mundo occidental ha sido la espectacular agresión islámica a
los Estados Unidos,
con una demostración tan restallante como
no se conocía desde el lanzamiento de las bombas atómicas
sobre el Japón, al fin
de la II Guerra Mundial. Si bien este
reciente acto de violencia, así co1no muchos otros de los últi­
mamente acaecidos,
vienen clasificados como "terroristas", en
realidad son actos "bélicos". No ya en los modos de la tradicio­
nal guerra territorial
de "ocupación" militar del suelo, sino en el
nuevo mod? de hacer la guerra con "golpes" precisos por
sorpresa. No ya guerra de "ejércitos" regulares, sino de grupos
de "comandos" elegidos y aislados. La guerra maritima, desde
siempre, y la moderna estrategia de bombardeo aéreos y lanza­
miento
de misiles, ya propiciaban esta nueva fonna de guerra
no-territorial, que al ser unilateral, irregular y sucia se presenta
como "terrorismo" ante el pacifisn10, el cual, aborreciendo toda
idea de guerra1 quiere ver criminales en quienes son ene1nigos.
En realidad, se trata de enemigos que deben ser considerados
como tales, sin olvidar -sin embargo--que estos presuntos cri­
minales pueden ser considerados "héroes" por los adversarios.
Y no se puede olvidar el hecho "misteriosamente" paradójico de
que la actual constelación de conflictos bélicos tenga hoy su
epicentro en Jerusalén, desde siempre la mayor fuente de con­
tradicción religiosa.
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No es fácil, sin embargo, prever cómo estos hechos, apa­
rente1nente incoherentes1 de guerra contra el orden mundial,
puedan obrar en el futuro, y si acabarán por entrar en conexión
entre ellos. Seña por tanto prematuro, en el contexto de nuestra
"prospectiva", ofrecer previsiones necesariamente oscuras. Dejo
al respetable lector italiano que supla mi actual abstención, recu­
rriendo
al propio ingenio.
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