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Número 427-428

Serie XLII

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Violencia doméstica

VIOLENCIA DOMÉSTICA
POR
ANTONIO DE MENDOZA CASAS
SUMARIO: l. INTRooucc·róN.-11. HlP6TBS1s.-III. DATOS: Datos sobre el tipo de con­
vivencia; Datos sobre muertes violentas de otro tfpo.-IV. REsULTADOS y CON­
CLUSIONES; En resumen, la condusión que se deduce del análisis de los datos. -
V. ¿SoWCIONF.S?-VI. EXPECTATIVAS DE FUTURO.~NDICE DE CUADROS B.5TADl'rncos.
l. INmooucaóN
El problema de la violencia denominada de género o domés­
tica es ciertamente grave y se ha conve1tido en polémico en los
últimos
tiempos al ser distorsionado políticamente, atribuyéndo­
le a esta violencia unas causas que si bien pueden ser ciertas, en
principio carecen de una base que no sea la meramente intuiti­
va. Como causas más destacadas, por un lado se esgrime la
influencia
del tipo de relación sentimental y por otro la atribución
de la violencia a una educación llamada machista.
Como ciertamente la intuición a veces yerra, de lo que se trata
es de comprobar si efectivamente existe una correlación entre la
violencia ejercida sobre la mujer y el tipo de relación sentimental
con el agresor, mediante el análisis de los datos disponibles.
Al nlismo tiempo conviene también verific¡tr otra intuición y
afirniación que circula como evidente y que solemos aceptar sin
más, y
es la de que el incremento de violencia sobre la mujer o
de género es un fenó1neno peculiar o al menos su incremento es
mucho 1nayor que el de otros tipos de violencia y en conse­
cuencia la sociedad y los poderes públicos deben tratarla no sólo
de modo preferente sino independiente.
Verbo, núm. 427-428 (2004), 615-640. 615
Fundaci\363n Speiro

ANTONIO DE MENDOZA CASAS
Es evidente que pueden existir otros factores distintos de los
que se deducen de la posible relación desigual hombre-mujer
que influyan en el incremento de violencia ejercida sobre la
mujer o sobre el incremento de violencia en general, co1no
puede ser la correlación con el aumento de consumo de drogas
y 1Jor ello se incluyen estadísticas sobre la evolución de muertes
a causa de envenenamiento y sobredosis. Otro factor que puede
incidir en el incremento de violencia sería el posible aumento de
enfer1nedades mentales o
el cambio de o:t;ientación en su trata-
1niento
que ha pasado de realizarse en clínicas especializadas a
ser externo incluso
en casos extremos, como se pone de mani­
fiesto en el articulo del diario ABC (pag. 49) de 3-6-04, en el que
dice que la cuarta parte
de la población ha sufrido un trastorno
mental, y las tres
cuaitas partes de estos no han recibido trata-
1niento. Ahora bien estos factores u Otros no mencionados de
menor entidad, no han sido objeto de este estudio que requeri­
ría mucha mayor amplitud.
Il. IIIPóTFSIS
l.º VIOLENCIA SOBRE LA MUJER COMO UN FENÓMENO ESPECÍFICO.
Previainente debemos comprobai· si efectivamente la violencia
de género es un hecho casi aislado y que por tanto debe ser tra­
tado-de una manera independiente. Para ello veremos la evolución
de
los fenómenos de violencia que afectan al total de la población
y su comparación con los que afectan solamente a la mujer.
Si resultara que no existe diferencia entre el incremento de
violencia ejercida sobre las mujeres o sobre los varones, nos
encontraríamos ·con que el problema real es en principio el incre­
mento generalizado de la violencia en la sociedad.
2.º VIOLENCIA EJERCIDA SOBRE LA MUJER Y SU RELACIÓN CON EL TIPO OE VÍNCULO
DE
PAREJA EXISTENTE
El siguiente objetivo, es co1nprobar si en la violencia domésti­
ca tiene o no alguna influencia el tipo de vínculo existente en la
pareja, ya sea esta matrimonial o la denominada "pareja
de hecho".
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Fundaci\363n Speiro

VIOLENCIA DOMJ1STICA
Para poder verificar hasta que punto existe relación entre
la violencia
en el hogar y tipo de lazo que une a la pareja en
convivencia, no siempre existen datos precisos y directos. Sin
embargo, las escasas estadísticas provenientes de diversas fuen­
tes pueden ser complementadas por otras indirectas mucho más
abundantes. Para la comprobación
de la peculiaridad de la muerte vio­
lenta
de mujeres, y por tanto extrapolable a malos tratos, hemos
tomado las estadísticas del Instituto Nacional de Estadística sobre
causas de fallecimiento en el período 1963-2001, desglosadas por
sexo, y 1nás concreta1nente las originadas por la violencia exter­
na. De esta forma podemos comparar las tasas de muerte por
millón de mujeres y las tasas medias por millón de toda la pobla­
ción, así como su evolución a lo largo del
período considerado.
En cuanto a los malos tratos ejercidos sobre
la mujer, parti­
mos
de las siguientes hipótesis:
a) En la violencia ejercida sobre mujeres, el dato más claro
es la muerte de una 1nujer a tnanos de su tnarido o com­
pañero, siendo la muerte "la punta del iceberg" de los
malos tratos. Esta hipótesis,
es compartida por el estu­
dio realizado
por la Fundación Mujeres (Raimundo Lulio
n.º 1) con el título "Informe sobre violencia de género
contra las mujeres en España. Tasas
y tendencias 1999/
2003'. También lo es por la mayoría de estudios tales
como el registro realizado
por la "Federación de Mujeres
Separadas
y Divorciadas' o por Juan de Avilés en varios
de sus artículos.
b} Consideramos la evolución del total de los homicidios
de mujeres en un período largo, como dato indicativo
y co1nplementario que guarda relación con la violencia
doméstica. Esto es así, aun careciendo .de datos sobre
el sexo del agresor y la relación con la víctima, puesto
que en períodos cortos se comprueba que la mayor
parte de los homicidios de mujeres son provocados por
su pareja.
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ANTONIO DE MENDOZA CASAS
c) Precisamos una estimación de la evolución del número de
parejas de hecho (no matrimoniales) a lo largo del tiempo
y la proporción que representa sobre el total
de parejas, ya
que es
una vía que indica el grado de correlación entre
homicidio y
vmculo existente en la pareja. Como comple­
mento a esta estimación y para verificar su bondad, la
comparamos a
Sll vez con la evolución de nacidos fuera
del matrimonio a
lo largo del mismo período 1963-2001.
lIL DATOS
Según infonnación del diario ABC, de 1-05-04, el número de
1nujeres asesinadas durante los primeros 4 meses del año ascien­
de a
18, cuyos responsables son en 8 casos los maridos, y en 10
los co1npañeros sentimentales. Poco después en un resumen
publicado
en el diario El Mundo (4-06-2004), de un total de 30
mujeres asesinadas hasta esa fecha, 2 lo fueron por el novio, 2
por el ex-novio, 13 por el marido, 1 por el ex-marido, 11 por el
compañero sentitnental,
1 por el ex-compañero sentimental y 2
son madres de la pareja, añadiendo a este resumen el asesinato
de 2 niños. Desglosadas por edades, tenemos que 16 parejas
están formadas
por personas de edades entre 15 y 40 años, 10 de
más
de 40 años y de 2 se desconocen las edades.
A
su vez la fundación "Mujeres' (c. Raimundo Lulio 1, 28010
Madrid)
en la ya citado "Informe sobre la violencia contra las
mujeres en España, homicidio/asesinato
J 999/2003; sobre noti­
cias aparecidas en la prensa"
recoge que el número de mujeres
muertas
por setnestre, es la que aparece en el cuadro 1:
CUADRO 1
AA os 1999 2000 2001 2002 2003
1.º Selll. 2.º sem. 3.° sem. 4.° sem. S.° sem. 6." Selll. 7." sem. S.° sem 9." sem.
24 31 37 28 36 37
38 39 45
55 65 73 77 45 (1.ºsem.) TOTALES
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VIOLENCIA DOMÉSTICA
En contraste con las cifras anteriores, los datos comparados
del Ministerio del Interior y los recogidos
por la "Federación de
Mujeres Separadas
y Divorciadas' de mujeres muertas por sus
convivientes o ex convivientes. ("La violencia contra la mujer en
la España de hoy: el ámbito familiar"; por Juan de Avilés, Análisis
n.0 47, 27-5-2002) da los datos que aparecen en el cuadro 2:
CUADRO 2
Años 1997 1998 1999 2000 2001
Muertas según
Min. Interior 35 35 42 43 42
Muertas según
Fd. Mj. S. y Div. 35 42
43 42
Los datos del Ministerio del Interior y los recogidos por la
Federación de Mujeres Separadas y Divorciadas coinciden.
Las diferencias con las cifras del Cuadro 1 se deben a que
estas últimas se refieren exclusivamente a muertes causadas por
sus parejas, que como se observa son la mayoña concretamente
el 66% de las muertes violentes de mujeres (1999-2001) han sido
causadas
por su pareja.
También según el registro
de la "Federación de Mujeres
Separadas
y Divorciadas', en los casos de muerte, el vínculo
con el agresor,
en el 55% de los casos es el marido, en el 24%
el compañero sentimental, en el 5% el novio y eri el 15% res­
tante el ex-marido, ex-co1npañero o ex-novio. ("La violencia
contra la mujer en la España de hoy: el ámbito familiar"; por
Juan de Avilés, Análisis n.º 47, 27-5-2002). La diferencia actual
entre compañero sentin1ental y novio parece inexistente, sobre­
todo en los medios de comunicación en los que el titular fre­
cuentemente califica como novio al que resulta
ser una pareja
estable
al leer la noticia completa y Jo mismo ocurre a veces con
la acepción 1narido o compañero séntimental, pero pese a ello
he optado por atenerme estrictamente al desglose publicado y
he tomado en consideración solamente los porcentajes de ma­
rido y co1npañero sentimental, con el inconveniente de que
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ANTONIO DE MENDDZA. CASAS
queda en la indefinición un porcentaje de tipo de vinculación
demasiado alto (20 ó 21%).
En el diario
ABC del día 27 de mayo de 2004, en su página
49, aparecen los siguientes datos sobre malos tratos y
su vincu­
lación con la pareja:
Malos tratos y su vlnculad6n con la pareja:
Cónyuges ..
Convivientes
...
Ex-convivientes .....
Novios .
Ex-novios
Ex-cónyuges
..
48,22 %
28,57 %
7,74%
5,95 %
5,95%
3,57%
Si prescindimos de incluir los novios y ex-novios entre los
convivientes, y repito,
aun teniendo en cuenta la ambigüedad
actual del tér1nino novios, y rehacemos los porcentajes teniendo
en cuenta por un lado los cónyuges y ex-cónyuges y por otro los
meramente convivientes y ex-convivientes, tendremos:
Personas que viven o han vivido en común en las que se han producido
malos tratos, según el tipo de relación:
Cónyuges y ex-cónyuges (matrimonio).
Convivientes
y ex-convivientes (parejas de hecho), ..
58,87 %
41,13 %
El resto de la serie de datos corresponde a las publicaciones
oficiales del Instituto Nacional de Estadística.
Datos sobre el tipo de convivencia
Para poder comparar las tasas referidas al tipo de conviven­
cia, es preciso conocer el número de parejas matrimoniales y el
de parejas de hecho (no matrimoniales).
Sobre el tipo
de convivencia no existen datos directos, por lo
que se ha realizado una estitnación sobre el tipo de convivencia
de pareja en España en los últimos 25 años, a partir de los datos
del
!NE, que se reflejan en el Cuadro 3 y al que se acompañan
explicaciones sobre su metodología.
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VIOLENCIA DOMÉSTICA
En la columna 7 del citado Cuadro 3 (n. º de muertes violen­
tas
de mujeres y entre paréntesis n.0 total de muertes violentas),
vemos que
el incremento de muertes violentas de mujeres guarda
una relación muy estrecha con el incremento de parejas de hecho,
que desde luego
puede ser casual, pero no cabe dudar de su exis­
tencia y en otro tema cualquiera 1nenos dado a consideraciones
viscerales la evidencia seria considerada como incuestionable.
Eso se
confirma con la relación temporal
de la columna 8 del
mismo Cuadro
3, que se refiere únicamente a homicidios propia­
mente dichos.
Lo mismo podría decirse de la columna 9, desafortunadamen­
te
de un corto periodo, pero que desde luego es evidente y que la
propia
"Fundación Mujeres', en el estudio reseñado, deduce que
el incremento entre
el primer semestre estudiado del año 1999 y el
9. º en el año 2003, es del 88%. A mi juicio esta interpretación sobre
el espectacular incremento
de violencia, aun siendo digna de tener
en consideradón, y aunque confirmaría la estrecha relación entre
violencia doméstica y parejas de hecho, está sesgada seguramente
por influencia de la experiencia de las partícipes en el estudio,
pues se refiere no solatnente a un periodo 1nuy corto, sino que
fracciona los periodos de co1nparación en semestres.
Los datos del Cuadro 4, se han recogido para confirmar o
desechar las estimaciones deducidas del Cuadro 3 referentes
al
número de parejas de hecho.
Por este método indirecto,
queda confirmado el porcentaje
de parejas de hecho no matrimoniales sobre el total de parejas
más o menos estable, entre
el 15 y 16% en el año 2001, es decir
por cada pareja no matrimonial existen 5,34 matrimonios.
Datos sobre muertes violentas de otro tipo
En el Cuadro n.º 5 del Apéndice, se han recogido además de
las muertes violentas, en su mayor parte homicidios, los datos
correspondientes a 111uertes por envenenamiento y sobredosis y
por suicidio, que como se puede observar al comparar las tasas
por 1nillón, han sufrido ta1nbién fuertes incrementos.
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ANTONIO DE MENDOZA CASAS
IV. REsULTADOS Y CONU.USIONES
l. 0 La violencia ejercida sobre mujeres o la llamada violen­
cia
de género forma parte de un fenómeno de fuerte incremento
de la violencia ejercida por un ser hu1nano sobre otro en la socie­
dad española. Como hemos visto en el corto período de menos
de 30 años (Cuadro 5), comparando las medias de tasas de muer­
te violenta
por millón de habitantes, en el período 1963-1967 de
1,24 con las del
período 1997-2001 de 12,87 por millón, vemos
que se multiplica por más de 10 (exactamente 10,40) en menos
de 30 años.
La constatación de este hecho demuestra que la violencia
ejercida sobre la mujer tiene
un crecimiento igual al medio e
incluso ligeramente inferior y
por tanto se engloba dentro de un
fenómeno de una sociedad cada vez más violenta.
Sin llegar a alcanzar los incrementos
de muertes violentas
ejercidas
por otra persona, resulta sorprendente que el incre­
mento de violencia afecte también a la tasa de suicidios, que
como se deduce del cuadro n.º 5, pasaron de una media de 46,7
por millón de habitantes durante el período 1963-1967, a una
media de 81,9 por millón durante el período 1997-2001, o lo que
es lo mismo un incre1nento del 750/o. Para el caso de las mujeres,
se pasa de una media 23,8 por millón a 38,9, lo que representa
un incremento del 68%.
A pesar de que el incremento de violencia sobre las mujeres
es semejante a la media del total
de la población, es significativo
que ese incremento se produzca de manera 1nás acusada a partir
de 1978. De todas formas el porcentaje de violencia ejercida
sobre los varones continúa siendo casi el triple de la ejercida
sobre las mujeres (2,56 veces
si tomamos el período 1997-2001),
medido siempre
en tasas por millón.
Resulta significativo
que sea precisamente Irlanda (país con­
fesionalmente católico y muy activo en la defensa de la vida
desde la concepción) el país
de la Unión Europea que con mucha
diferencia tiene el menor índice de homicidios de mujeres y por
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VIOLENCIA DOMÉSTICA
tanto debe deducirse que con menor grado de violencia de todo
tipo ejercida sobre estas.
En contraste, los países mas desarrollados como Suecia,
Finlandia, Francia, Alemania, Dinamarca, Bélgica, etc., tienen las
tasas de homicidios de mujeres más altas.
2.
º En la violencia ejercida sobre l_a mujer por su marido o
pareja de hecho
existe una estrecha correlación con el tipo de
vinculación de pareja existente, existiendo
un grado de violencia
mucho mayor
en las parejas de hecho que en los matrimonios.
Una conclusión inmediata es que la formación y valores que sub­
yacen en los que eligen el 1natri111onio como compromiso) elimi­
nan o atenúan la violencia en la convivencia de pareja.
Hemos visto que actualmente y a pesar del incremento de las
parejas de hecho, hay al menos 5,34 parejas matrimoniales
por
cada pareja de hecho. Al mismo tiempo, sabemos que de cada 79
homicidios de los que se conoce con precisión el tipo de relación
de pareja, según la "Federación
de Mujeres Separadas y Divor­
ciadas",
24 son de vínculo no matrimonial y 55 matrimonios, y en
los primeros 4 meses de 2004, de los 18 homicidios ocurridos en
los que la víctima es una 1nujer, 10 corresponden a relaciones
extra-matrimoniales y 8 a matrimonios.
De esos datos se deduce que es casi 2,5 (exactamente 2,33)
veces tnás peligrosa para la mujer el tener una convivencia de
"pareja" que una convivencia matri1nonial, y si se toman los daros
del primer cuatrimestre de 2004, es casi 7 (exactamente 6,68)
veces más peligrosa la convivencia extra-matrimonial que la ma­
trimonial. Como 111edia quedan los datos recogidos en el diario
ABC el 27-05-04, de los que se deduce que la violencia en las
parejas de hecho es casi 4
(3, 79) veces mayor que en los matri-
1nonios.
Aun tomados con la cautela que requieren los datos perio­
dísticos
que aparecen en el diario ABC de 27 de mayo de 2004,
y que se mencionan anterior1nente, estos no hacen más que con­
firmar las estilnaciones, de tal forma que si los tomamos por ser
los más recientes, tendríamos que la violencia en las parejas de
hecho es 3,79 veces mayor ·que en los 1natrimonios.
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ANTONIO DE MENDOZA CASAS
Para obtener estas relaciones, basta reducir a porcentajes la
violencia sobre las parejas matrimoniales
y sobre las parejas de
hecho.
Conviene insistir que estos datos avalan solamente que
un tipo
de vinculación afectiva con
un grado de compromiso débil favore­
ce la violencia de género de 1nanera muy acusada, pero evidente­
mente no demuestra que esta sea
la única causa de violencia.
En resumen, la conclusión que se deduce del análisis de los
datos, es la siguiente:
• La convivencia de "pareja" es mucho más peligrosa para la
mujer
que una convivencia matrimonial, o lo que es lo
mismo el riego de muerte para una mujer
por causa de la
violencia doméstica se multiplica -tomando como media
el conjunto de datos-por más de 4 en la convivencia
extramatrimonial o de pareja.
* La violencia ejercida sobre la mujer comparando el quin­
quenio 1963-1967 con el 1997-2001, se ha multiplicado por
10 (9,75). Para evitar el sesgo que representa comparar los
datos del primero y último año, mucho más abultados toda­
vía, se han comparado las medias
de periodos de 5 años.
No debe perderse de vista
que esta situación se produce
coincidiendo
con el deterioro de la relación familiar
mediante la implantación del divorcio y la generalización
de las llamadas parejas de hecho.
3.º En cuanto a las actitudes llamadas "machistas" del varón
o
de la sociedad en general si nos atenemos a los datos y al incre-
1nento acelerado de la violencia de género, sacartamos la con­
clusión de que o bien suponemos que las actitudes machistas han
aumentado exponenciahnente
en los últimos años o tendremos
que suponer
que por el contrario las actitudes machistas impiden
o reducen la violencia doméstica, o bien las actitudes 1nachistas
tienen poco o nada que ver con la tal y hay que buscar otra ex­
plicación.
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VIOLENCIA DOMÉSTICA
A pesar de que las dos primeras alternativas o posibilidades
parecen estar en contradicción con el sentido común, hay que
tener en cuenta que los datos lo único que demuestran es que es
descartable que el "machismo" sea una explicación del fuerte
aumento de violencia sobre
la mujer, pero nada nos dice sobre
su existencia.
Me inclino a pensar que la escasa incidencia de la violencia
de género en nuestro próximo pasado en comparación con lo
ocurrido en los últimos 20 ó 25 años -en su manifestación más
extrema
que es la muerte de la mujer-se debe a que el juicio
de la sociedad
en ese pasado era muy severo respecto a la vio­
lencia ejercida sobre la mujer, hasta el punto de que se conside­
raba
al maltratador como un no hombre (era una frase hecha
descalificadora
la expresión "no eres hombre" aplicada a los que
no respetaban a la mujer no ya ejerciendo la violencia sino con
actitudes despectivas), estando además expuesto a ser golpeado
por otro varón que tuviera coriocimiento del hecho, sin necesi­
dad de ser familiar de la víctima.
Una explicación podría ser que ese conjunto de actitudes
difí­
cilmente definibles pero llamadas "machismo" más o menos sote­
rradas, estaban frenadas, además de
por un tipo de atmósfera
social, por la educación católica-de respeto e incluso idealización
de la mujer y la desaparición de ambas bien descalificándolas
bien poniéndolas
en ridículo contraponiéndolas a la igualdad de
sexos, han provocado o al menos favorecido el aumento de vio­
lencia sobre
la mujer que ha generado la alarma social actual.
4.
º Carecemos de datos que diferencien la violencia discri-
1ninando si se producen dentro del matrimonio civil o del canó­
nico y creo que sería sencillo e interesante hacerlo puesto
que el
vínculo civil al ser un mero -contrato con efectos lhnitados no
tiene la solidez de la institución del matrimonio-sacramento que
fonna una entidad distinta "de .manera que ya no son dos sino
una sola carne (Mat. 19; 6)". Convendría conocer desde el punto
de vista meramente sociológico el grado de repercusión que tiene
este aspecto tan controvertido,
en la violencia ejercida sobre la
1nujer.
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ANTONIO DE MENDOZA CASAS
De todas formas, aun desconociendo el desglose de los datos
de violencia doméstica según el tipo de vinculación matrimonial,
los datos de
que disponemos son suficientemente significativos
para deducir
que el grado de violencia crece al debilitarse el vín­
culo entre la pareja. Esto por otra parte no hace más que confir­
mar la regla aplicable a cualquier contrato incluido el mercantil,
en donde un contrato verbal es más susceptible de generar con­
flictos que uno escrito, éste a su vez más que si el escrito está
elevado a escritura pública y éste más que si está registrado.
5. º Existe un aspecto no tratado por requerir un estudio
independiente y es el de la violencia ejercida por esquizofrénicos
o desequilibrados mentales y su relación con el incremento de
violencia, pues
puede resultar un dato significativo ya que se ha
pasado de
una postura en psiquiatría de recluir en manicomios a
los casos extremos de desequilibrio a un tratamiento externo, con
la dificultad práctica que conlleva el tratamiento regular de estos
enfer1nos.
6. º Paradójicamente la pretendida liberación sexual de la
mujer ha coincidido con
la multiplicación de la violencia que se
ejerce sobre ella, puesto
que todos los estudios coinciden en con­
siderar que otros tipos de violencia guardan relación con la muer­
te, en el sentido que esta es la violencia aplicada al extremo. Una
explicación podria ser que
en la relación hombre-mujer se ha
pasado de
una relación compensada por un fuerte grado de com­
promiso a una relación de dependencia femenina cuando
no de
explotación sin ningún tipo de compromiso que la equilibre, re­
trotrayendo esa relación a
una situación que se aproxima curio­
samente a la existente antes de la Era Cristiana.
Para una primera aproximación a la relación existente entre
muerte de una mujer y otros tipos de violencia, nos remitimos al
artículo "La violencia contra la mujer en la España de hoy: el
ámbito familiar" Ouan de Avilés; Análisisn.º 47). Para hacerse una
idea,
en el año 2001, fueron denunciados 24.163 casos de malos
tratos a mujeres
por su pareja y el número de muertes inflingidas
igualmente por su pareja fue de
42, lo que quiere decir 575 casos
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VIOLENCIA DOMÉSTICA
de malos tratos por cada muerte; pero es que además en el cita­
do estudio se dice que los casos reales de mujeres maltratadas,
es "con toda probabilidad muy superior al de. aquellas que se
deciden a presentar denuncia". Más adelante en el mismo estu­
dio
se reseña, "la mayor parte de los homicidios que tiene lugar
entre parejas
son el último episodio de una historia anterior de
malos tratos".
7. 0 Guardando relación con la violencia ejercida de un ser
humano sobre otro, puesto que se trata de violencia ejercida por
un ser humano sobre si 1nisma, no dejan de ser significativos los
datos sobre aumentos tanto en las tasas de suicidios como en las
muertes por envenenamiento y drogas. Se reflejan en el Cuadro 5,
y confirman el aumento paralelo de desprecio por la vida hu­
mana, sin entrar en el análisis de sus_ causas que requeriría otro
estudio.
8.
º Dado el concepto actual de parejas de hecho aplicado
también a las parejas homosexuales,
un estudio completo reque­
riría evaluar la violencia
en este tipo de parejas, pero aun cono­
ciendo su existencia, y a pesar de que me consta de que muchos
expertos afirman que es elevada, no he podido encontrar datos
que lo avalen o desmientan, pero que supongo que en el futuro
serán abundantes.
V. ¿SOLUCIONES?
Proponer soluciones reba.sa el objetivo de este trabajo, pero
desde luego lo que se deduce de los datos recopilados y del aná­
lisis
de los mismos es que los diagnósticos que se barajan en
declaraciones gubernamentales o en los medios de comunicación
sobre las causas de la violencia ejercida sobre la mujer y su incre-
1nento y que casi se reducen al denominado "machismo", no con­
cuerdan con la realidad. La evidencia se confirma con los datos
de la Unión Europea, por los que resulta que los índices más
altos
de homicidios de mujeres se producen precisamente en los
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ANTONIO DE MENDOZA CASAS
países nórdicos y centroeuropeos que se to1nan como modelo
atribuyéndoles la inexistencia de lo que se denomina machis­
mo (1). Para evitar interpretaciones sesgadas es preciso recalcar,
que esta evidencia es al margen de que efectivamente existan
esas actitudes "machistas".
En este sentido la decisión del Gobierno de crear un fiscal
especial y dedicar más de 400 juzgados a
la lucha contra la vio­
lencia doméstica, según noticia de El País del día 3 -06-04, o el
proyecto de "Ley contra la Violencia sobre la Mujer" causa cierta
desazón al dar la sensación de una improvisación con una finali­
dad 1nás propagandfstica que resolutoria. Lo mismo podría decir­
se sobre la decisión de aumentar el número de policías dedica­
dos a este problema siendo España
uno de los paises de Europa
con mayor densidad
de fimcionarios policiales.
Por otra parte, ya que
no soluciones, del estudio se deducen
dos conclusiones claras y varias preguntas, que me permito com­
partir:
Como conclusiones:
l.º no parece que pueda quedar duda de
que la sociedad actual, concretamente entre 1987 y 2001, es unas
8 ó
10 veces más peligrosa y violenta que la que existía entre
1963 y 1977, para el ciudadano común, y 2.º la violencia de géne­
ro doméstica sobre
la mujer se ejerce en mucha mayor medida
en las parejas de hecho que en las parejas matrimoniales.
Puesto que
la sociedad de 1963-1977 era mucho más segu­
ra
que la actual de 1985-2001, el método cientifico exige inves­
tigar:
l. 0 que elementos existentes en aquella sociedad evitaban
o reducían la violencia; 2.º si esos elementos pueden introdu­
cirse
en la sociedad actual y si es conveniente hacerlo; 3.º en el
caso de que no se pueden introducir los factores que hadan
aquella sociedad 1nás segura y pacífica o no conviene hacerlo,
¿qué medidas nuevas podrian tomarse para reducir el creciente
grado de violencia
en la sociedad actual?, y 4.0 ¿qué elementos
(1) Según los datos del INE, "Muertes violentas en la UE por causa", el índi­
ce medio de muertes por homicidio y lesiones it1flingidas intencionadamente por
otro;
mujeres por 100.000 habitantes durante el· período 1994-1999, fue: Irlanda
0,44; España 0,48; Alemania 0,77; Suecia 0,74; Finlandia 1,64.
628
Fundaci\363n Speiro

VIOLENCIA DOMÉSTICA
se dan en el matrimonio ausentes en las parejas de hecho, que
hacen del matrimonio una especie de refugio, al menos parcial,
para la mujer?
Como la explicación más sin1ple e inmediata a tan enormes
diferencias en el grado de violencia entre dos tipos de sociedad,
es el distinto grado de vigilancia y protección (policía) o
de re­
presión (reclusión), lo inmediato es comprobar los datos más cla­
ros y objetivos sobre estos supuestos.
Conviene advertir que la seguridad de período
1963-1977 en
comparación al actual 1985-2001, no se debe al número de poli­
cías puesto que actualmente
es casi el doble que en el período
anterior, ello sin contar las innumerables y agobiantes 1nedidas de
seguridad actuales antes inexistentes, o el ejército de guardias o
guardaespaldas más o menos privados
que se han creado y des­
conocidos
en el próximo pasado.
En cuanto a la represión, medida
en número de reclusos,
baste decir que el número medio de reclusos durante los 5 años
comprendidos entre
1963 y 1967, fue de 10.967 reclusos, mien­
tras que la cifra actual es
de 59.312 (Ministerio del Interior, 9-07-
2004)
y viene aumentando sin cesar semana tras semana. Si nos
atenemos exclusivamente al número de los que sufren reclusión
exclusiva1nente por delitos contra las personas, pasa de una
media 619 durante el período considerado 1963-1967 a 3.067 en
2002, sig1.üendo una evolución de incremento semejante al resto
de la población reclusa.
Si se comparan las radiograifas realizadas por diversos estu­
dios sociológicos de las dos sociedades españolas separadas en
el tiempo, 1963-1977 con la de 1987-2001, las diferencias obser­
vadas entre la segunda y la primera
son tan grandes que se
puede hablar en puridad de dos sociedades diferentes y se pue­
den resumir en:
• La sociedad actual (1987-2001) es más libre, fundamen­
talmente desde el
punto de vista sexual, de libe1tad expre­
sión y
de libertades políticas.
En la sociedad actual existe más paro y mayor inseguridad
en el trabajo.
629
Fundaci\363n Speiro

ANTONIO DE MENDOZA CASAS
• La delincuencia, incluido el terrorismo,. ha sufrido un fuer­
te aumento,
asf como el consumo de drogas.

Los índices de fertilidad efectiva de la mujer en España se
ha reducido a menos de la mitad y por tanto la capacidad
de
mantener estable la actual población (2).

Los porcentajes de práctica religiosa se han reducido a me­
nos de la mitad.
De la comparación de las dos sociedades surgen las diferen­
cias expuestas
en las que la ·mayoría de los análisis se muestran
de acuerdo. La primera, referente al grado de libertad, está com­
puesta de hechos medibles indirectamente y por tanto impreg­
nados de juicios de valor, y las otras cuatro son simplemente
hechos perfectamente evaluables de manera directa.
De cada una de las diferencias destacadas entre los dos tipos
de sociedad,
se pueden sacar algunas consecuencias al relacio­
narlas
con el incre1nento de violencia y que se pueden resumir
en las siguientes:
-Entre el mayor o menor grado de libertades, no hay indi­
cios de que exista correlación con el mayor o menor
grado de violencia existente en la sociedad.
-Entre los índices de paro y el número de delitos existe
cierta correlación, y posiblemente los problemas psicoló­
gicos
que genera la inestabilidad en el trabajo favorezcan
situaciones
de violencia doméstica, · pero esta con·elación
no está evaluada.
-El incre1nento de delincuencia común y terrorismo, es
fundamentahnente una consecuencia y no una causa, por
lo que en principio la correlación con la violencia domés­
tica es inexistente. En cuanto al incremento del consumo
de drogas, está relacionado con el aumento de violericia
(2) La tasa de fecundidad por mujer, era el 2,8 en 1976 y del 1,26 en 2002,
siendo la tasa de reposición de la población o de equilibrio del 2,1.
630
Fundaci\363n Speiro

VIOLENCIA DOMÉSTICA
en general y probablemente también con el aumento de
violencia doméstica.
-
La mayor o menor fertilidad, es un hecho, pero no hay
constancia de que exista relación con la violencia do-
1néstica.
-El hecho de la reducción de la práctica religiosa es a la
vez el resultado y la causa profunda
de la estructura de la
sociedad y las actitudes
de las personas que la forman. La
reducción de la práctica religiosa y por tanto la elimina­
ción de los principios
que defiende la Iglesia como rec­
tores
de la sociedad en su defensa de la dignidad del ser
humano -independientemente de su sexo, edad o sus
facultades fisicas e intelectuales-eliminan o reducen el
grado de conflictividad social o de violencia incluyendo
por supuesto la de género. La existencia de correlación
entre violencia y carencia de fe católica, es una evidencia
antigua, como se
pone de manifiesto en la cínica frase
atribuida a Napoleón:
"un cura me ahorra 10 gendarmes".
El corolario es inmediato, simplemente creando un ambiente
que favorezca el desarrollo del catolicismo y eliminando las con­
tradicciones entre el Derecho Natural tal como se ha entendido
tradicionalmente y lo entiende la Iglesia y el Derecho Positivo, se
favorecería una progresiva reducción de esa violencia y de algu­
nos de los múltiples tentáculos que la fomentan y sirven de
cobe1tura, como son: la permisividad e incluso co1nplacencia y
estimulo del consumo de drogas, el deterioro de la educación, la
degradación de calidad
en los medios de comunicación, la tole­
rancia en la violencia y explotación de niños1 la invasión de por­
nografia infantil, la insidiosa propaganda del aborto ocultando o
disimulando que se trata de la destrucción de
un ser humano, ...
Desafortunadamente, pasar
de una sociedad que vive en
armonía a otra en desajuste y descomposición es sencillo, pero
desandar
el ca1nino y t(atar de corregir las causas de ese desa­
juste exige un esfuerzo planificado y prolongado que poco tiene
que ver con medidas simplistas. La que se acaba de proponer
631
Fundaci\363n Speiro

ANTONIO DE MENDOZA CASAS
pertenece a las que exigen un esfuerzo prolongado y aunque evi­
dente, no es la solución1 sino simplemente una .medida para
reducir el grado de violencia tanto explícita como soterrada gene­
rada
en el seno de nuestra sociedad que exigirla además la crea­
ción de una attnósfera en la que tendrían que participar nume­
rosos
sectores, desde los inedias de comunicación hasta el siste­
ma educativo.
VI. llxPECTAilVAS DE FUfURO
No hace falta tener una bola de cristal para conocer la evo­
lución del problema de la violencia doméstica
en el próximo
futuro, para ello basta
con conocer las medidas que se toman
para atajar el problema.
Si las medidas son acertadas el problema
se reducirá, si son equivocadas probablemente tendrán poca
influencia
en la solución del problema, pero puede ocurrir que
las pretendidas soluciones sean tan equivocadas
que incluso
agraven el problema.
Que el problema se agravará es indudable, la duda que exis­
te es en qué 1nedida. La razón de esta conclusión es:
63z
l.º La evolución de la violencia doméstica ha sido en España
de un fuerte crecimiento llegando casi estabilizarse en los
10 años anteriores a 200 l.
2.º Estamos todavfa por debajo de las tasas medias europeas
de violencia a las que tendemos a acercamos.
3. 0 Las medidas que pretenden tomarse y que ya han comen­
zado a aplicarse ignoran o confunden la naturaleza del
origen del problema.
4.0 Otro conjunto de medidas propuestas actualmente, apa­
rentemente ajenas
al problema, referentes a la familia,
aborto, ·educación y medios de comunicación atacan pre­
cisamente a
la base sobre la que se sustenta la conviven­
cia pacifica doméstica y por tanto al socavarlas fomentan
la violencia.
Fundaci\363n Speiro

VIOLENCIA DOMÉSTICA
En un plazo de solamente 5 años, tendremos datos suficien­
tes para constatar los primeros efectos, que no se verán clara­
mente hasta dentro de 10 ó 15 años. Dichos efectos, solamente
se verán indirectamente a través de las muertes de mujeres
por
agresión de la pareja o cónyuge, pues son estos datos los de más
difícil manipulación al contrario
de lo que ocurre con los malos
tratos de palabra y obra tanto si
son denunciados como si no, en
los que cuantificar su incidencia real es muy difícil.
Dentro de ese plazo,
si_ como es de temer la situación ha
e1npeorado, las soluciones serán mucho más difíciles y costosas,
puesto que los efectos que se manifiesten serán consecuencia de
un deterioro social más profundo.
Conociendo
la evolución histórica de la violencia con causa
de muerte,
podria ajustarse la evolución de la violencia en el
futuro mediante una función exponencial dándole
una aparien­
cia científica, pero el incretnento_ de violencia contra las personas
con resultado muerte, ha sido tal en los últimos años, que si rea-·
!izáramos una extrapolación 1natthusiana, se1nejante a la que sue­
len esgrimir frecuentemente peliodistas y poUticos cuando se
refiereri a numeros~s temas, ya sea la contaminación o la evolu­
ción de divorcios o abortos, resultaría que de seguir aumentando
las muertes violentas
por agresión como lo ha hecho en los últi­
mos 30 años, tendriamos como resultado
que dentro de 180 ó
190 años la mitad de la población española (unos
20 ó 21 millo­
nes, incluidos los niños) se dedicará asesinar a la otra mitad.
633
Fundaci\363n Speiro

ANTONIO DE MENDOZA CASAS
APÉNDICE DE CUADROS ESTADÍSTICOS
CUADRO 3
1 2
3 4 5 6 7
8
9
Difer. N.º prob, Suma !NE Muerte
Tas, N.' ""
estiro, ,cum muerte Homicid violenta
Año de estimada pareja pareja violenta de mujer nupc, m,trim. pareja de de de mujeres por su
de hecho hecho hecho mujeres pareja
1963 7,62 236.658 (42)
(42)
1964 7,42 232.514 (20)
(20)
1965 7,20 227.460 (44)
(44)
1966 7,19 229.796 (54)
(54)
1967 7,20 232.624 (58)
(58)
1968 7,03 231.546
1969 7,18
238.973 (83)
(83)
1970 7,36 247.492 (214) (214)
1971 7,44
253.475 (84)

(84)
1972 7,64
262.481 (105)
(105)
1973 7,75 268.981 (103)
(103)
1974 7,63 267.171
(123) (123)
1975 7,64
271.347 (225) (225)
1976 7,26 260.974 (200)
(200)
1977 7,20
262.015
o o (249) (249)
1978 7,02 1258.070 0,36 13.234 13.234 (345) (345)
1979 6,64
246.349 0,74 27.455
40.689 (423) (423)
1980 5,88 220.674
1,50
56.294 96.983 73(390) 71(374)
1981 5,35 202.037
2,03 76.661
173.644 101(413)
71(321)
1982 5,09
193.319 2,29 86.975 260.618 106(422)
64(307)
1983 5,14
196.155 2,24
85.484 346.102
153(712)
76(390)
1984
5,15 197.542
2,23 85.538 431.640 165(747)
84(453)
1985 5,19
199.658 2,19
84.249 515.889 289(1229)
83(405)
1986 5,39 207.929
1,99 76.768
592.656 185(776) 94(407)
1987 5,57 215.771
1,81 70.116
662.772
203(686) 129(457)
1988 5,64 219.027
1,74
67.572 730.344 154(532)
94(349)
1989 5,70 221.470 1,68
65.275 795.620 133(534)
74(341)
1990 5,66 220.533
1,72 67.017
862.637 194(643)
106(381)
1991 5,59 218.121
1,79 69.846 932.482 157(524)
91(346)
1992 5,58 217.512
1,80 70.165 1.002.648 166(624)
92(347)
1993 5,15 201.463
2,23 87.235 1.089.883 160(537)
112(373)
1994 5,10 199.731 2,28
89.292 1.179.175 134(506)
91(353)
1995 5,12
200.688 2,26 88.585
1.267.759 129(459)
88(353)
1996 4,94 194.084 2,44
95.863 1.363.623 155(463)

105(343)
1997 5,00
196.499
2,38 93.534 1.457.156 132(467)
99(342)
35
1998 5,28
207.041 2,12
83.446 1.540.603 142(490)
100(355)
35
1999 5,25 208.129
2,13 84.441
1.625.043 158(528) 100(347) 42
2000 5,47 216.451
1,91
75.580. 1.700.623 150(538) 113(411) 43
2001
5,05 206.254
2,33 95.163 1.795.786 142(553)
96(418) 42
634
Fundaci\363n Speiro

VIOLENCIA DOMÉSTICA
COMENTARIOS AL CUADRO 3
Columna 2.-Refleja la tasa anual de nupcialidad publicada por el INE, que
se mantiene muy estable hasta el año 1977. A partir de 1978 cae de una forma
casi ininterrumpida.
Columna3.-fu!fieja el n.º de matrimonios en cada año publicado por el INE. Columna 4.-Elaboración propia que refleja la Tasa estimada diferencial
entre la tasa media teórica del período 1963-1977 y la de cada año a partir de
1978. Se éonsidera como hipótesis válida el que el númeró máximo de parejas de hecho de cada año se corresponde con la diferencia entre el índice medio de los
15
años anteriores a 1978 y cada año a partir de éste, que se corresponde con el
inicio el cambio de tendencia. Columna 5.-Elaboración propia que refleja el número probable de parejas
de hecho que se foirnan cada año. La estimación se realiza multiplicando la tasa
diferencial
en tanto por ciento de la columna 4 por la población de cada año. Columna6.-Elaboración propia·que refleja el número probable de parejas
de hecho acumuladas al firutl de cada año. Estimadas, sumando las que se for­
man cada año a las del año anterior. No se tiene en cuenta las reducciones por
fallecimiento de uno o los dos miembros de la pareja, que podría alcanzar el 0,3%
o el 0,4% cada año. Careciendo de datos sobre el porcentaje de parejas de hecho,
deliberadamente he realizado una estimación en la que se opta por la hipótesis
de porcentaje más elevado. Columna 7.-Número de mujeres fallecidas de muerte violenta, incluyendo además de los homicidios los denominados otras violendas, según datos del !NE.
Entre paréntesis
se refleja el n.º total de homicidios y otras violendas.
Columna 8.-Número de mujeres fallecidas de muerte violenta a manos de su pareja, según datos de varias fuentes que se mencionan anteriormente y que
se corresponden fundamentalmente con los datos del Ministerio del Interior.
La flnalidad de ·este cuadro es la de poder conocer el número de parejas
matrimoniales y el
de parejas de hecho (no matrimoniales).
Como sobre el tipo de convivencia no existen datos directos, se ha realizado una
estimación sobre el tipo de convivencia de pareja en España en los últimos 25 años,
a partir de los datos del INE, que se reflejan en las columnas 2 y 3 del cuadro n.º 3.
Para realizar la estimación, se ha partido de la tasa de nupcialidad, que tal como
aparece en la columna 2 se mantiene bastante est.able entre 1963 y 1977 con un míni­mo de 7,18 %o en 1969 y un máximo de 7,75 %o en 1973, dando lugar a una media
de 7,38%o y a partir de 1978 baja de una forma clara y casi ininterrumpida.
Se puede establecer la hipótesis razonable de que, en los 15 años compren­dido.s entre 1963 y 1977, el tipo de convivencia predominante era el matrimonio
y aunque fueran numerosas en términos absolutos las parejas de hecho fuera del
matritnonio durante
ese periodo, su porcentaje se puede considerar despreciable
y de.'lde luego muy estable. No influye en el cálculo de la diferencia para la esti­
mación
de parejas de hecho a partir del año 1978 en que se produce ·un punto
de inflexión en el porcentaje de niatrimonios. El número de casados existente en España en 2001, según datos del INE, era
de 9.575.724, que sumados a los 1.795.786 estimados como parejas de hecho, según aparece en la columna 5, nos da la cifra de 11.371.510 de parejas que con­viven corno tales sea· esta matrimonio o no en el año 2001. Es decir en ese año,
el 84,21
% son matrimonio y el 15,79% aproximadamente parejas de hecho. Para contrastar la bondad de esta estimación, se ha comparado con los hijos
extra-matrimoniales al final del
período que se dispone de datos, es decir año
2000, tal como se refleja en el cuadro 4, dando lugar a unas cifras muy parecidas
puesto que en el año 2000, da un porcentaje del 16,07 % del _tot.al de los hijos una vez deducido el porcentaje medio del periodo 1963-1977 (columna 6).
635
Fundaci\363n Speiro

ANTONIO DE MENDOZA CASAS
CUADRO 4
1 2
3 4
5 6
!NE
!NE !NE % nacim. Idetn.
Años nacim. nacim. total fuera mat. deducida
de
fuera
de total tasa media
matrim. matrim nacim. nacim. años 63-77
1963 662.517 12.764 675.281 1,89
1964 688.708 12.217 700.925 1,74
1965 667.749 11.254 679.003 1,66
1966 661.731 10.648 672.379 1,58
1967 672.039 10.130 682.169 1,48
1968 650.149 9.528 659.677 1,44
1969 649.606 9.325 658.931 1,42 .
1970 647.139 8.963 656.102 1,37
1971
. 655.782 8.988 664.770 1,35
1972 656.380 9.189 665.569 1,38
1973 655.513 10.823 666.336 1,62
1974 671.877 10.133 682.010 1,49
1975 655.817 13.561 669.378 2,03
1976 662.837 14.619 677.456 2,16
1977 641.103 15.254 656.357 2,32
1978 620.967 15.925 636.892 2,50 0,84
1979 585.123 16.869 601.992 2,80 1,14
1980 548.604 22.414 571.018 3,93 2,26
1981 509.450 23.558 533.008 4,42 2,76
1982 489.302 26.404 515.706 5,12 3,46
1983 460.078 25.274 485.352 5,21 3,54
1984 441.305 31.976 473.281 6,76 5,09
1985 419.939 36.359 456.298
7,97 6,31
1986 403.621 35.129 438.750 8,01 6,34
1987 391.474 35.308 426.782 8,27 6,61
1988 380.722 38.197 418.919 9,12 7,46
1989 370.234 38.200 408.434 9,35 7,69
1990 362.850 38.575 401.425 9,61 7,95
1991 356,351 39.638 395.989 10,01 8,35
1992 355.019 41.728 396.747 10,52 8,86
1993 344.300 41.486 385.786 10,75 9,09
1994 330.326 39.822 370.148 10,76 9,10
1995 323.176 40.293 363.469 11,09 9,42
1996 323.176 42.352 365.528 11,59 9,92
1997 320.635 48.400 369.035 13,12 11,45
1998 312.217 52.976 365.193 14,51 12,84
1999 318.155 61.975 380.130 16,30 14,64
2000 327.103 70.529
397.632 17,74 16,07
636
Fundaci\363n Speiro

VIOLENCIA DOMÉSTICA
COMENTARIOS
AL CUADRO 4
Columna 2.-Refleja el n.º de nacimientos de cada año dentro del matri­
monio, según datos publicados por el INE. Se mantiene muy estable hasta el año
1977. A partir de 1978 cae de una forma casi ininterrumpida.
Colum.na 3.-Refleja el n.º de nacimientos de cada año fuera del matrimo­
nio,
según datos publicados por el INE. Tiene su cifra más alta en 1945, con
38.709 y se reduce rápidamente a partir de ese año hasta 1963, en que la reduc­
ción continúa de forma muy lenta, ca.si estabilizándose hasta 1975 en que comien­
za a crecer de manera cada vez más rápida.
Columna 3.-:-Refleja el n.º total de nacimientos de cada año, según datos
publicados por el INE.
Columna 5.-Elaboración propia que refleja en tanto por ciento el porcen­
taje de nacimientos fuera del matrimonio sobre el total.
Columna 6.-Elaboración propia que refleja en tanto por ciento el porcen­
taje de nacimientos fuera del matrimonio sobre el total y que supera la media del
período 1963-1977.
La fioalkJad de este cuadro 4 es confirmar o desechar las estimaciones
deducidas del cuadro 3 referentes al núniero' de parejas de hecho y aunque solo
contiene datos a partir del año 1963 por razones de uniformidad en las compa­
raciones, conviene hacer la observación de que el número de nacimientos fuera
del matrimonio se reduce desde 1945, hasta estabilizarse en los años 60 y prime­
ra mitad de los 70, pero ello no puede atribuirse seriamente a un incremento del
puritanismo, puesto que de hecho ocurrió todo lo contrario. Por otra parte la tasa
de nupcialidad es muy estable.
La explicación más lógica de esta evolución desde 1945 hasta los años 70, es
la generalización de los medios anticonceptivos, por un lado la difusión por la
propia Iglesia Católica del conocimiento del ciclo menstrual y los medios natura­
les
de control de natalidad y por otro la generalización del uso del preservativo
sobre todo a partir de mitad de los años 50.
Puesto que el tanto por ciento de hijos fuera del matrimonio es I,UUY estable
entre los años 1963 y 1977, incrementándose muy rápidamente a partir del año
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Fundaci\363n Speiro

ANTONIO DE MENDOZA CASAS
CUADRO 5
1 2
3 4
5 6
7 8
Muertes Muerte
Poblac. Muertes violen en ven en. Tasa Tasa
Años (en violentas mujeres y por Suicidios por
miles) mujeres tasa por drogas millón millón
millón
mujeres
1963 31.350 17(42) 1,06(1,34) 413(1532) 25,77(48,87)
1964 31.737 5(20) 0,31(0,64) 388(1547) 23,92(48,74)
1965 32.158 15(44) 0,91(1,37) 404(1502) 24,61(46,71)
1966 32.558 11(54) 0,66(1,66) 366(1480) 22,03(45,46)
1967 32.950 12(39) 0,71(1,18) 385(1442) 22,90(43,76)
1968 33.348 10(33) 0,59(0,99)
1969 33.730 27(83) 1,57(2,47) (1476) (43,76)
1970 34.041 59(214) 3,39(6,29) 380(1424) 21,84(41,83)
1971 34.403 32(84) 1,82(2,45) 373(1473) 21.23(42,82)
1972 34.788 35(105) 1,97(3,02) 400(1523) 22,55( 43,78)
1973 35.158 29(103) 1,62(2,93) (1457) (41,44)
1974 35.544 47(123) 2,60(3,47) (1381) (38,85)
1975 35.915 56(225) 3,07(6,27) 355(1366) 19,46(38,03)
1976 36.293 57(200) 3,10(5,52) 401(1474} 21,79(40,61)
1977 36.655 52(249) 2,80(6,80) 397(1486) 21,37(40,54)
1978 36.995 67 (345)
3,58 (9,33) (1507) (4o,74)
1979 37.306 (423) (11,34) 0533) (41,09)
1980 37.588 73(390) 3,83(10,38) 92(219) 4,82(5,83) 415(1652) 21,76(43,95)
1981 37.683 101(413) 5,27(10,96) 208(388) 10,84(10,3) 450(1718) 23,45( 45,59)
1982 37.912 106(422) 5,49(11,16) 143(300) 7,41(7,91) 515(1851) 26,67( 48,82)
1983 38.095 153(712) 7;89(18,7) 87(258) 4,48(6,77) 588(2181) 30,31(57,25)
1984 38.269 165(747) 8,47(19,52) i14(296) 5,85(7,73) 657(2493) 33,72(65,14)
1985 38.412 289(1229) 14,78(32,00) 98(287) 5,01(7,48) 685(2514) 35,03(65,45)
1986 38.473 185(776) 9,45(20,17) 99(341) 5,05(8,86) 723(2755) 36,9(71,61)
1987 38.725 203(686) 10,3(17,72) 140(462) 7,1(11,93) 787(2804) 39,9(72,41)
1988 39.218 154(532) 7,72(13,57) 145(514) 7,26(13,11) 810(2960) 40,58(75,48)
1989 39.542 133(534) 6,61(13,51) 138(605) 6,86(15,3) 774(2987) 38,46(75,54)
1990 39.887 194(643) 9,59(16,13) 147051) 7,27(18,83) 804(2939) 38,74(73,68)
1991 38.872 157(524) 7,92(13,49) 191(971) 9,63(24,98) mc2916) 39,17(75,02)
1992 39.138 166(624) 8,32(15,95) 167(1022) 8,36(26,11) 682(2786) 34,I6(7l,18)
1993 39.791 160(537) 7,89(13,50) 171(986) 8,43(24,78) 754(3037) 37,17(76,32)
1994 40.229 134(506) 6,54(12,58) 191(1060) 9,32(26,35) 742(3171) 36,2(78,82)
1995 40.460 129(459) 6,26(11,35) 189(1062) 9,17(26,25) 749(3157) 36,33(78,03)
1996 39.669 155(463) 7,64(11,68) 177(1088) 8,72(27,43) 869(3320) 42,81(83,69)
1997 39.688 132(467) 6,81(11,77) 175(1068) 8,61(26,91) 847(3373) 41,66(84,99)
1998 38.853 142(490) 6,98(12,67) 174(1034) 8,54(25,95) 762(3261) 37,42(81,83)
1999 40.202 158(528) 7,70(13,07) 169(935) 8,23(25,83) 808(3218) 39,36(80,05)
2000 40.450 150(538) 7,26(13,31) 152(878) 7,35(25,68) 819(3393) 39,61(83,88)
2001 40.847 142(553) 6,82(13,54) 174(863) 8,35(24,3) 759(3189) 36,44(78,07)
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VIOLENCIA DOMÉSTICA
1978, he optado por atribuir la mayor parte del incremento de los nacimientos
fuera del matrimonio al incremento de parejas de hecho más o menos estables,
sin dejar de considerar que una parte importante de los mismos se debe a difu­
sión del concepto, entre la población escolar, de que las relaciones sexuales fuera
del matrimonio
son incluso aconsejables. El peso correspondiente a este último
factor
es muy difícil de cuantificar, pero no debe considerarse significativo en por­
centaje, al menos hasta la fecha.
COMENTARIOS AL CUADRO 5
Columna 2.-Refleja la población de cada año. La población de mujeres no
está desglosada aparte, a pesar de que se toma en consideración para el cálculo
de las tasas por millón de mujeres.
Col~ 3.-Refleja las muertes violentas de mujeres de cada año, y entre
paréntesis las muertes violentas totales. Incluye las muertes por ejecución Oa cifra
más alta aparece en 1975 con 4 varones) y las muertes por intervención legal con
armas de fuego.
Columna 4.-Las tasas por cada millón de mujeres y entre paréntesis la tasa
de muertes violentas totales por cada millón de habitantes.
Columna 5.-Refleja las muertes por envenenamiento y por sobredosis de
mujeres y entre paréntesis las muertes totales por las mismas causas.
Columna 6.-Las tasas por millón de personas correspondientes a la co­
lumna 5.
Columna 7 .-Las cifras absolutas de suicidios de mujeres y entre paréntesis
las
cifras totales por la misma causa
Columna 8.-Las tasas por millón de pcisonas correspondientes a la co­
lumna 7.
Los espacios en blanco se deben a que no se han recopilado los. datos de
ese afio.
La fioalfdad de este cuadro 5, es poder verificar si tiene fundamento la sos­
pecha de que un incremento de la tasa de muertes por envenenamiento y suici­
dio
muy alto y desproporcionada en mujeres podría indicar que la causa· origen
del incremento de esas muertes fuera un desequilibrio mental originado por
malos tratos. Tanto en los casos dé envenenamiento y sobredosis como en los de
suicidios, si bien el incremento de las tasas a lo largo del período es muy fuerte,
en el casb de mujeres el incremento es proporcionalmente menor que el que
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ANTONIO DE MENDOZA CASAS
corresponde a la población total, por lo que debe rechazarse la hipótesis de incre­
mento
de suicidios o envenenamientos causados u originados indirectamente por
malos tratos.
Se ha despreciado el posible trasvase estadístico de muertes p6r violencia
externa a las de fallecimiento por envenenamiento y sobredosis y suicidios, pues­
to que si_ bien no se descarta la posibilidad de que pueden existir casos aislados
no se considéra que puedan tener influencia en· las porcentajes ..
En cualquier caso, el poder comparar la evolución en el tiempo de las muer­
tes por Violencia ejercida por un tercero con las de suicidio y envenenamiento
puede resultar ilustrativa.
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