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Número 503-504

Serie L

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Jean Sévillia, Historiquement incorrect

Jean Sévillia, Historiquement incorrect, Fayard, París, 2011, 372 págs.

En 2003, por los tipos de Perrin, el escritor y crítico literario Jean Sévillia dio a las prensas su libro Historiquement correct, subtitulado «para acabar con el pasado único», que conoció versión castellana con título alterado que dificultará una eventual traducción del presente (pues convirtió lo «correcto» en «incorrecto»). En el mismo trataba del feudalismo (y el redescubrimiento de la Edad media), las cruzadas (como respuesta a la expansión militar del Islam), los cátaros y la Inquisición medieval, la España de los Reyes Católicos (con la leyenda negra), las guerras de Religión (particularmente en Francia, del Edicto de Nantes a su revocación), el antiguo régimen (de nuevo fundamentalmente en la Francia de la monarquía capeta), la Ilustración y la tolerancia (principalmente la revolución intelectual de la Enciclopedia), la Revolución y el Terror (de 1789 a 1799), la Comuna de 1871, católicos y obreros (con el reflejo del catolicismo social), la abolición de la esclavitud, el pacifismo en el periodo de entreguerras, fascismo y antifascismo, resistencia y colaboración, el asunto Pío XII (y la difamación contra el papa), la descolonización (a partir de la acción típicamente republicana del colonialismo).

En síntesis, Sévillia, que ya había mostrado sus dotes de polemista en su Le terrorisme intellectuel (2000), seguía dispuesto a rechazar las tesis más significativas de la historiografía dominante, que venía a constituir una suerte de «corrección histórica» paralela a la «corrección política» de matriz (pese a lo que se ha dicho tantas veces) más puritana que marxista.

Ahora, en esta nueva entrega, prosigue la tarea de descifrar el pasado a fin de mejor esclarecer el presente, convencido de que para comprender la actualidad es necesario conocer la historia en sus pliegues. En diez capítulos presenta una serie de cuestiones candentes y que, desde luego, condicionan el futuro: ¿Debe el mundo occidental a los mahometanos las bases de su saber? ¿Fue la Iglesia de tiempos pasados hostil a la ciencia? ¿Ha constituido un crimen la colonización? ¿Tiene origen cristiano el antisemitismo? ¿Es posible un Islam francés?

Con todo su interés, no alcanza –a nuestro juicio– las cotas de su compatriota y nuestro ilustre colaborador, además eximio hispanista, el llorado Jean Dumont.

Juan CAYÓN