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Número 503-504

Serie L

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Bernardino Bravo Lira, Constitución y reconstitución. Historia del Estado en Iberoamérica

Bernardino Bravo Lira, Constitución y reconstitución. Historia del Estado en Iberoamérica (1511-2009), Abeledo Perrot, Santiago de Chile, 2010, 416 págs.

Bernardino Bravo Lira (Viña del Mar, 1938) es uno de los más distinguidos historiadores del derecho chilenos del último tercio del siglo XX. Profesor de la Universidad de Chile y numerario de la Academia Chilena de la Historia, es de formación germánica y orientación institucional. En 2010, precisamente, fecha de la aparición de este libro que comentamos, ha obtenido en su patria el reconocimiento del Premio Nacional de Historia.

Hallamos en buena medida en esta obra un destilado de sus preocupaciones y de su quehacer, presentado sintéticamente con ocasión de las celebraciones (por cierto, por él contestadas) del bicentenario de los procesos de independencia en Hispanoamérica. Pero si en otras ocasiones anteriores ha abordado el estudio de los partidos o del Estado constitucional, en esta ocasión se las ve con la entera historia del Estado en todo el Ultramar hispánico, que –a su juicio– se extiende a lo largo de cinco siglos.

Este es, precisamente, el primer asunto que debe ser sometido al tamiz de la crítica. Bravo Lira utiliza anacrónicamente los términos Estado, estatalización, constitución o nación, pues el mundo hispánico fue ajeno (en puridad sigue siéndolo) al hecho estatal (confundido con la nación a partir del romanticismo), fenómeno nacido en Europa de resultas de las guerras de religión y asentado sobre todo en Francia. El gran jurista Álvaro d’Ors, a partir de una intuición schmittiana, lo tiene sintéticamente explicado, aunque su desarrollo cabal lo debamos (más allá de algunas dificultades introducidas por una peculiar terminología) al historiador de las ideas Dalmacio Negro. Desaparecido don Álvaro, sólo cabe pensar en un fructífero intercambio de pareceres entre Bravo Lira y Negro, que quien escribe esta nota ha intentado sin éxito hasta ahora.

Como quiera que sea, el autor divide el texto en dos partes. La primera se corresponde con la constitución del Estado, que a partir de 1511 conduciría de las dos repúblicas (de españoles e indios) a la sociedad política a través de las sucesivas etapas del Estado jurisdiccional, protonacional, modernizador y monocrático. La segunda, a partir de la ruptura producida con la secesión, implica una reconstitución, regida por la «ventura y desventura de las constituciones escritas». Donde, tras un primer período de afirmación, se suceden la atrofia y aun el agotamiento de las constituciones. Una conclusión, expresivamente titulada «legitimación por buen gobierno o por procedimiento: Estado al servicio del derecho y derecho al servicio del Estado», seguida de cuadros sinópticos sobre las constituciones promulgadas en España, Portugal e Hispanoamérica, cierra la excelente obra.

Miguel AYUSO