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Número 231-232

Serie XXIV

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De la «independentzia» a la «burujabetza»

DE LA "INDEPENDENTZIA'' A LA "BURUJABETZA"
POR
CARLOS IBÁÑJ!Z QunrrANA
Por falta de un cultivo para usos intelectuales, el vascuen­
ce carece de vocabulario propio
para designar muchos co¡¡cep­
tos

abstractos. Sin embargo, es un error creer que, por ello,
la más vieja lengua
de las Espafías no es apta para la · filosofía
o
el derecho, por ejemplo. Su carácter aglutinánte Ié confiere
una facilidad mayor que la que existe en las lenguas latinas para
formar nuevos
. vocablos

en esas
y otras

ciencias. Cuando Una-
"' muno afirm6 que

los vascos debíamos dejar nuestra lengua para
incorporarnos al progreso, lo
6nico que

demostr6 fue que no
había · penetrado

suficientemente el el conocimiento del vas­
cuence.
La palabra «in'dependencia», de tanto uso en el Derecho po­
lítico desde hace dos siglos, no tiene, en realidad, equivalente en
la .lengua vascongada. Hemos recurrido al Diccionario Vasco-Cas­
tellano del P. Plácido
Mújica, S, J., y hemos encontrado los· si­
guientes .neologismos: ASKATASUN, JABETASUN, BERJABETZA, BU­
RUJABÉTASUN
y JAREIKUNTZA. Analicemos lo que, en realidad, sig­
nifica cada uno de ellos:
AsKATASUN: libertad.
]ABETASUN: cualidad

de ser dueño de algo.
BERJABETZA: situaci6n

en que se es dueño de
sí mismo.
BURUJABETASUN:

cualidad de ser dueño de su propia perso-
nalidad.
]AREIKUNTZA: situación.

de libertad.
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CARLOS IBMEZ QUINTANA
Para inventarlos, los autores de los mismos se han fijado en
la situación propia del ser que disfruta
de esa supuesta indepen­
dencia, como podemos comprobar. Parece como si al referirse
a algo que cae dentro del
·predicamento de

«relación» prescin­
dieran de
los del)1ás seres.

Mientras
q\ltl la voz «independencia»
se
refiere directamente

a la ausencia
de una relación de subordi­
nación. Las lenguas modernas usan, casi todas, la palabra «inde­
pendencia» con las pertinentes variáciones fonéticas. El vocablo
.
alemán UN-AB-HAENGIG está formado de los mismos elementos que
IN-DE-PENDIENTE, sólo que con r.aíces germánicas. Como podemos
ver, en ninguna de_ las acepci_ones_ vas_cas reseñadas enc~ntramos
una que sea totalmente equivalente al vocablo «independencia».
Confieso que tengo cierta manía
. a
este vocablo, al menos
cuando es usado en términos absolutos.
Ha sido uno de los más
utilizados por los revolucionarios como señuelo para engañar a
las gentes.

Veamos un ejemplo:
Cuba se levanta contra España para lograr
la independencia.
Vence

en
la guerra. ¿Consigue la independencia? Respecto a Es­
paña, sí. Pero. pasa a depender de los Estados Unidos de otra
forma. Se libra de la dependencia de los Estados Unidos para
caer en la, esclavitud de Rusia.
La independencia absoluta es un
sueño.
Nun<;a es

una realidad. Ni siquiera en la vida de los sol­
terones, que se creen el prototipo de los
seres independientes.
Presentan

los demagogos a los pueblos el falso dilema de la
inalcanzable independencia absofota o la
más abyecta

sumisión.
Ocultan que
e_sa independencia

que
promet~, capacidad
absoluta
para hacer lo
. que

uno quiere, no se puede
dar nunca
en el
hombre ni en
las sociedades

formadas por hombres que
son se­
res

limitados.
Para llenar el hueco que en el idioma vasco existe, los revo­
lucionarios marxistas (ETA, en sus dos ramas, así como Herri
Batasuna
y Euskadiko Ezkerra, sus coberturas legales) han in­
troducido en el vascuence el término
INDEPENDENTZIA. Ajeno
lingüísticamente al idioma para designar un concepto también
extraño al pensamiento tradicional vasco.
1,
Recientemente se ha puesto en circulación otro vocablo: BU-
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DE LA «INDEPENDENTZIA» A LA «BURUJAJJETZA»
RUJABETZA: Se diferencia del ya reseñado BURUJABETASUNA en
que
la raíz -IZA indica estado o situación, mientras que -TASUNA
indica cualidad de algo. De modo que dicho término . viene a
significar «situación en que uno es dueño de sus propias decisio­
nes».
Lo leí por primera vez hace unos ocho o diez años en las
páginas del periódico
Goiz-Argi, en
determinado artículo cuyo
título no recuerdo,· aunque
sí el

nombre de su autor: José Luis
Iriarte, que luego sería senador
del PNV · por Guipúzcoa.
En

1981 ha aparecido un libro titulado
Revolución-Represión
o

Buru¡abetza. El combate
del pueblo
vasca par
su identidad.
Es autor del mismo un colectivo · denominado Grupo de Estudios
Políticos,
BULTZAGILLEAK (los que empujan) compuesto por:
Antonio de Irala: Miembro del Secretariado General de EAJ­
PNV (1931-1936). Durante el Gobierno Vasco presidido por
J.
A. de Aguirre:
- Secretario General de la Presidencia de Gobierno.
- Miembro de
la Delegadón Vasca en París.
- Delegado del Gobierno Vasco en Nueva York.
José Artola: Doctor en Derecho por
la Universidad Complu­
tense de
Madrid ..
Francisco Garri:tendia: Doctor

en Filosofía y Teoría política
por
la Universidad de Munich.
Jesé Luis Iriarte: Senador por Guipúzcoa.
Jan Mimentza: Editorialista de Goiz-Argi.
Jesé Murúa: Miembro del GBB y Secretario General del Or­
ganismo General de Euzko Gaztedi (marzo de 1956 a abril de
1958).
Se trara de
una obra

muy interesante
de la que me ocupé en
una serie
de artículos en el diario bilbaíno La Gaceta del Norte
y a la que dediqué críticas y elogios, concluyendo que suponía una
aportación positiva a la solución del problema vasco.
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CARLOS IBANBZ QUINTANA
Comienzan los autores haciendo un estudio minucioso de ETA
en sus dos
ramas · y

deinuesrran que tal organización es
. un
se­
ñuelo para aprovecharse de los vascos en
· un

intento de instau­
rar
en toda España un régimen comunista. Examina la situación
actual del País Vasco para concluir que
la solución no está en el
binomio revolución-represión, sino en el reconocimiento a los vas­
cos de su
BUR\JJABETZA. Lo importante es que no rechaza la vio­
lencia por meras razones sentimentales sino, por contra, a un orden justo y por ser incapaz de llevar a una solución. Pro­
ponen la
BURUJABETZA como auténtica y única solución, satisfac­
toria tanto para el País Vasco como para España. Del concepto
independencia
afirman (pág. 118) que, « ... en su sentido abso­
luto no deja de ser un slogan esencialmente exrravasco, que ... sólo puede responder a un· descarado oportunismo
político».
Se

aprecia en la obra una búsqueda de
la verdad objetiva y
un gran respeto a
la exposición razonada que no es muy común
entre los seguidores de aquel gran apasionado
que fue
Sabino
de Arana. Ya .he dado más arriba una traducción literal de
la palabra
BURUJABETZA: veamos ahora cómo la interpretan los autores de
la obra que nos ocupa: Es una autodeterminación, basada en dos
pilares:
130
1 .º El principio del respeto que, a su vez, supone:
a) Negar a cortes de reinos y repúblicas la facultad de
imponer su voluntad a los vascos.
b) Respetar a los vascos en su decisión de no imponer
su voluntad a los demás.
2.' El principio de voluntariedad y ·solidaridad, literalmen­ te dicen:
«Las
instituciones vascas

están constituidas sobre ese
principio roqueño
de voluntariedad, cooperación y
mutuo beneficio».
* * *
Fundaci\363n Speiro

DE LA «INDEPENDENTZIA» A LA «BURUJABETZA»
La BURUJABETZA, entonces, es un concepto que no sólo regu­
la las relaciones de los vascos con los demás pueblos, sino su vida interna. Los autores no entran a describir
cómo, ,serían las
relaciones
de los vascos con el resto de España: Mencionan ese
principio de mutuo respeto, y nada más.
No dicen si creen, o no, necesario
el mantenimiento de Es­
paña como unidad y la consecuente existencia de unas Cortes Es­
pañolas, en las que participaríamos los vascos. De otros pasajes
de la obra se deduce que admiten una Corona común. Nada dicen
sobre cómo sería
el órgano de autoridad común y sus faculta­
des
de gobierno.
Por nuestra parte, recordamos que
el principio de «respeto»
se vino observando en la Monarquía Española hasta la invasión
de los
modos de

gobierno europeizantes con la dinastía actual.
Ese principio de «respeto» está de acuerdo con nuestra más
ge-,
nuina tradición. También estamos de acuerdo en que mencionen
juntas a la voluntad con la solidaridad. La democracia actual, que
se basa en
la voluntad soberana y aislada, nos ha llevado a este
guirigay caótico. Dan la impresión, los autores de la obra en
cuestión, que juntan a
, la voluntariedad la solidaridad para que
ésta sirva de freno que impida se desboque aquélla. «Voluntarie­
dad,
sí; pero hay deberes que están por encima de ella», parece
que
quieren decir

los autores.
No indican -y hay que hacerlo constar
as!-si

ese deber
de solidaridad obliga a las instituciones vascas con las demás
instituciones españolas. Fácilmente podríamos demostrarles que
esa solidaridad ha existido en
el pasado, que no hay por qué rom­
perla en el presente. Es más, es necesaria en
el presente. Los
hechos de cada día demuestran que los
problemas del
País Vasco
y los de España son los mismos (1 ). Tenemos que caminar jun­
tos aunque no queramos: Caminemos como herrii.anos, como lo
hicimos en el pasado, y no como vecinos que apenas se soportan.
* * *
(1) Los propios auto~ insisten, y· demuéstranlo, en que ETA es un
problema español y no exclusiva.mente vasco.
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CARLOS IBA.NEZ QUINTANA
¿ Puede ser traducida al castellano la palabra BURUJABETZA
como «soberanía»?
A
mi juicio, no. El concepto soberanía, tanto en las monar­
quías europeas absolutas como en los regímenes revolucionarios,
indica algo que no tiene límites
de ninguna clase. El rey soberano
que
decía «El Estado soy yo», ha sido sustituido por un Par­
lamento que,
fingiendo representar
al «pueblo soberano» repite lo
mismo y ejercer un poder más absoluto todavía. Este «pueblo so­ berano»
termina cayendo

en el nacionalismo, que es más o me­
nos exacerbado según quien
lo profese. El nacionalismo termina
por hacer un ídolo de la nación
y degenera en imperíalismo. Y
eso
no solamente en la mentalidad
de Adolfo Hitler, sino en la
reflejada en estos párrafos escritos por Enrique Prat de la Riba,
«Sé
tú mismo. No imites, no busques en los otros, busca dentro
.· de

ti. No te amoldes a los demás,
haz que los demás se amolden
a ti. Allá donde
tú estés, está el eje de la tierra ... » (2). «Es,
pues, el imperialismo un aspecto del nacionalismo, un momento
de la acción nacionalista
..• » (3

).
La BURUJABETZA, tal como la conciben quienes han inventado
el término
y lo han puesto en circulación, es incompatible con
ese imperialismo. Está basada en un principio
de mutuo respe­
to. Está condicionada por un deber de solidaridad. Partiendo
de
esas dos limitaciones, no podemos pensar en una nación «dueña
1 absoluta de sus destinos» como la
definen una y otra vez los
modernos embaucadores de
la democracia.
No

queda para
BURUJABETZA otra traducción al castellano que
la de «soberanía social», que dijo Vázquez de Mella. Si bien esta
(2) Vid. Enrique Prat de la Riba, La nacionalidad catalana, traducción
y

prólogo de A.
Royo Villanova, Valladolid -Imprenta Castellana-,
MCMXVII, págs. 127 y 128.
(3) Ibúl., pág. 132. No obstante, esta frase y las correspondientes a la
anterior nota, es de advertir que la mentalidad _de Prat de la Riba, refle,
jada en sus Misceláneas iuridicas~ publicadas antes en Revista Jurídica de
Cataluña, no resulta revolucionaria sino netamente tradicional y cat6lica,
;Cambio en la obra citada? ¿Pretendió agradar a la clientela política a la
que se dirigía?
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DE LA «INDEPENDENTZIA• A LA «BURUJABETZA.
traducción no puede ser más que provisional, pues, como decía
Ellas de
Tejada (q. e. p. d.), un tradicionalista español no puede
emplear el término soberanía. desde que Bodino lo
utilizara para
designar un

poder que no reconoce superior.
¿ Será aceptado, con acogida suficiente, en el País Vasco el
término
BURUJABETZA en vez «independentzia» al decir de los batustano-marxistas? (4).
¿ Logrará el grupo Bultzagilleak influir en el pensamiento po­
lítico vasco?
¿Evolucionará ese grupo, consecuentemente, con los prime­
ros pasos que
ha dado hasta ·defender un sistema basado en el
pensamiento
cristiano,, como
lo fue la Monarquía Española, que
ruvo a los vascos como los súbditos más leales?
Creo que
la locura separatista tiene que acabar'. Algún día se
darán cuenta los hinchas futbolísticos de
Bilbao que

su Athletic
gana trofeos quedando campeón de España. En una palabra: los
vascos hoy desviados
(5) se volverán a incorporar al sentir y vi­
vir hispanos. Pero ello no ocurrirá a través de chalaneos entre
partidos políticos, sino cuando todos, olvidando
. los
señuelos que
nos han llevado por los nefastos caminos de
la europeización, vol­
vamos
a ser lo que nunca debimos dejar de ser.
Esperemos que los del grupo Bultzagi]]eak sean cada
vez más
vascos.

Pero vascos auténticos. A través de los versos del «Agur
.
Jaunak»

-antiguo canto con que
los vascos

saludaban a sus
di­
putaciones-reflexionará lo que significa que «todos hemos sido
hechos por
Dios» -,-«Danak Jainkoak

egiñak gara»-. Esa es
la
base de la solidaridad que hizo grande a la Monarquía Española.
Esa es
la base de la única solidaridad que puede traer a los vascos
la convivencia en paz.
(4} Batustanos -son los qui: empleaq.· el vascuence «batúa»-o unificado.
Engendro lingüístico llamado a fracasar y que contribuirá a la desaparición
del vascuence auténtico· como lengua viva.
(5) Este desvío no es exclusivo de los vascos. Diez millones de votos socialistas demuestran · que algo falla en toda España. Que nadie arguya
que los socialistas, al
fin y al cabo, se confiesan españoles.
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