Índice de contenidos
Número 231-232
Serie XXIV
- Textos Pontificios
- Aniversarios
-
Estudios
-
Importancia y necesidad del estudio
-
Ideología y religión en la Hungría de hoy
-
De la «independentzia» a la «burujabetza»
-
¡Demasiado Estado! ¿Menos Estado?
-
Meditación de la Revolución francesa (I)
-
Temas de la literatura utópica. Sus consecuencias en el pensamiento urbanístico de los siglos XIX y XX
-
El orden natural: fundamentos
-
El P. Victorino Rodríguez, O.P. y la escolástica, hoy. Presentación del libro «Temas-clave de humanismo cristiano»
-
Cómo pensaba un fraile español en tiempos de la Revolución francesa
-
- Actas
- Ilustraciones con recortes de periódicos
-
Información bibliográfica
-
G. W. F. Hegel: El sistema de la eticidad
-
Alexis de Tocqueville: Recuerdos de la Revolución de 1848
-
Manuel de Santa Cruz: Apuntes y documentos para la historia del tradicionalismo español (1939-1966)
-
Francisco José Fernández de la Cigoña: Jovellanos. Ideologías y actitudes religiosas, políticas y económicas
-
Germán Arciniega: América en Europa
-
C. Alberto Roca: Vida del Cardenal Arzobispo Cirilo de Alameda y Brea
-
- Crónicas

Autores
1985
Cómo pensaba un fraile español en tiempos de la Revolución francesa
COMO PENSABA UN FRAILE ESPA~OL EN.TIEMPO
DE LA. REVOLUCIO'N FRANCESA
POR
RAFAEL GAMBRA
(Trascripción, prólogo y notas)
Hoy podemos encontrar. sacerdotes y religiosos de todas las
ideas políticas. Dem6cratas, nacionalisras, tradicionalistas, socia
listas,
comunistaS, anarquistas, racistas-separatist86, etc, Algunos
suponen
que su adscripci6n política es consecuencia de su
fe
religosa o que, al menos, armoniza ·con ella. Los más sostienen
que la religi6n y política nada tienen que ver entre sL Ellos se
han adherido a tal o cual «opción política» con la misma liber tad con que pueden
· simpatizar
con un equipo u otro de fútbol.
Rara vez paran mientes en que esta actitud supone afirmar la
independencia del orden político respecto del· orden moral, y de éste respecto
del orden religioso.
Diríase, al oirles predicar esra libre «opcionalídad política»,
que la religión a la que se
han consagrado como sus ministros
es para ellos tan ajena a nuestro mundo como· la densidad astral
de
la más remora de las galaxias. Parecen querer decir como el
buen comerciante u hombre de empresa: no mezclemos el
ne
gocio
con nuestros gustos y
sinlpatías que l' amistat és l' amistat
i el negoci és el negoci. La religión es, en definitiva, de lo que
nosotros
vivinlos, y
hay que dejarla tranquila, sin que nos coarte
tampoco en nuestros gustos y aficiones, que «con la cosas de
comer no se juega». Su mentalidad recuerda demasiado a lo que
fue
en la
filosofía árabe medieval la famosa «teoría de las dos
verdades», que, para librar a los filósofos de censuras islámicas,
suponía que una y otra
-la racional y la religiosa- podían no
sólo diferir sino contradecirse entre
sí. porque pertenecían a
· órdenes y a facultades de conocimiento totalmente dispares.
Sin embargo, ¿ha
sid_o siempre así? ¿Es legítima para el cre
yente
esta dicotomía de
mundos y
la libre
«o¡,cionalidad» en
lo que no sea estrictamente religioso?
Como a menudo vale
más una
mostración que una demos-
231
Fundaci\363n Speiro
RAFAEL GAMBRA
tración, me ha. parecido ilustrativo exhumar aquí una carta de
un fraile español en tiempos de
la Revolución franoesa, carta
llena
de lugares comunes, pero en la que expresa con ingenui
dad y entusiasmo sus ideas, reacciones y sentimientos, precisa
mente ante los sucesos de Francia eo los días de la Convención
y del Terror. Se trata de un fraile cualquiera, con la visión
---
o común con todo otro clé
rigo
de su tiempo ( e:xcpeción hecha de algún «abate ilustrado»
de la Corte). Y, lo que es más significativo, análoga también a
la de cualquier otro de siglos anteriores si se hubiera visto
ante aquellos hechos. La carta posee, así, un valor de testimonio sobre la mentali
dad eclesiástica
anterior a la Revolución, cuando existía aún una
fe viva y una coherencia interna en la mentalidad de los · cató
licos.
Es
· una
expresión -todavía intacta
e· ingenua-
del
«uni
verso espiritual de la Cristiandad» en su primer enfrentamiento con la Gran
Revolµción. Resulta
indispensable, sin embargo,
situarla previamente en su motivación y en su contexto histórico
concreto, así como añadirle después algunas notas aclaratorias.
* * *
El 21 de enero de 1793 moría en la guillotina Luis XVI y
toda su real familia, titulares de la más antigua monarquía de
Europa, Era
el atentado cumbre que podía cometer un pueblo
considerado a
la sazón como amotinado contra un orden sacra
lizado
y· milenariamente
establecido. Las monarquías europeas,
y. la de España entre ellas, declaran la guerra a la Convención.
El espíritu religoso y monárquico de los españoles hizo a esta
guerra tan popular que los ejércitos
se· cubrieron
casi exclusiva
mente de voluntarios, y los estamentos todos de España y de
la América española contribuyeron espontáneamente a su soste
nimiento. Los éxitos iniciales en el Rosellón levantaron aún. más
el fervor popular. Varios de los Valles del
Pirl/leo conservaban
todavía
el de
recho
y el deber de defeoder la propia frontera a cambio de
estar eximidos de otra prestación militar. Tal era el caso del
Valle de Roncal
--el más
oriental del reino de Navarra-, cuyo
Alcade Mayor actuaba en estos casos como «Capitán a
Guerra»
al
mando de los hombres armados del Valle. Este paisanaje ar
mado consiguió algunos éxitos en
el comienzo de las hostalida,
des tras varias pequeñas batallas y escaramuzas . que merecieron
la felicitación del Gobierno en la Gaceta de Madrid. Y cuando
232
Fundaci\363n Speiro
UN FRAILE ESPAEIOL Y LA REVOLUCION FRANCESA
más tarde la guerra torció su suerte en la frontera occidental,
los roncaleses lograron sostener sus líneas frente a las ofensivas
de los revolucionarios hasta ser el único Valle de Navarra en que éstos no lograron penetrar. Esta actuación
les valió,
termi
nada la guerra,· dos nuevos blasones
para su
escudo de armas.
Es. precisamente
en los momentos de euforia de
esta guerra
cuando
el
fr,µl.e de
referencia, natural de
uno. de
los pueblos
de Valle
y residente
en Daráca -el capuchino Fr. Miguel de
Uztárroz, por lo demás perfectamente desconocido- escribe una
larga carta al Alcalde y «Capitán a Guerra» del Valle felicitán
dole por
sus
éxitos, y extenediéndose en consideraciones y piado
sos consejos. Su escrito, aparte del valor testimonial a que me
he referido, resulta sumamente pintoresco y de época. La carta
dice así:
«J. M. J. Daroca y noviembre 20 de 1793.
Paisano y
·muy Sr.
mío: Después de desearle a Vuesa
Merced, en compañía de los de su familia
y demás paisa
nos, salud y gracia en el Señor,
y ofrecerme gustoso a su
disposición y querer, he tenido por de mi obligación
m.a
nifestar
a V m. la suma complacencia que he recibido
de los progresos
y continuados aciertos. que durante esta
campaña
ha mostrado Vm. a la frente de nuestros paisa
nos los amados roncaleses, quienes movidos de su natural
honradez y
antiguo valor que en todo tiempo mostraron,
y no siendo menos en la presente ocasión a presencia de
unos vecinos enentigos que, atropeUando toda humanidad
y religión, no desean menos que la total destrucción de
nuestra tierra y Reino, con toda la Religión de nuestros mayores, intentando para este fin de todos los medios
para nuestra total ruina, como lo han ejecutado con su
natural y mísero Rey y Reina de Francia matándolos afren
tosamente en un cadalso, con otras iniquidades sin número
espantosas a la posteridad,
¿quién, pues,.
no se encenderá
en santa cólera y procuratá defender en cuanto pueda
lleguen a infestar y destruirnos la tierra, Reino
y Reli
gión (l),
aunque sea exponiendo si es menester la vida?
( 1) Puede verse todavía. en el lenguaje común de. aquella época la
antigua jerarquía_ cristiana de bienes o -valores ·que el hombre posee y que
le pueden ser arrebatados: la tierra, el Reino y la Religi6n. .
La tierra es el conjunto de bien.es materiales que posee un hombre o
una comunidad -sus deudos~ sus campos, su ·hacienda, sus casas: todo
lo que . puede ser invadido, raptado o saqueado---; el Reino es la estruc-
233
Fundaci\363n Speiro
RAFAEL GAMBRA
Y o de mi parte puedo asegurar a V m. que si en mi
mano hubiera estado poder ir a ser compañero de Vm. y
de mis amados
paisanos, sin duda lo hubiera ejecutado,
siquiera para animarlos
:V darles alguna· iristrucci6n según
la ocasión y mi corta capacidad lo permitiera, pero no
pudiendo ser esto, puede ser sirva mejor rogando incesan
temente al Señor les
dé futezás, valor
y salud para poder
rechazar y
ofender, dándoles victoria, contra los france
ses, encomendándoles para esto en
mis· oraciones
al Dios
de los Ejércitos y a su Santísima Madre, cuya causa tanto en esto se interesa; y
es prueba
de esto lo que hicieron en
Ntra. Sra. de Arraco (2), y sin duda hicieran
lo mismo
con
el Señor Sacramentado si por desgracia entraran en
el Valle (lo que Dios no permita) como lo han hecho en
otras partes derribando por tierra las Sagradas Formas;
no permita
tal maldad el Señor, antes los confunda o pe
rezcan, y dé fuerzas y valor · a los gloriosos defensores.
Doy a V m.
mil enhorabuenas por su acierto y talento
que ha
demostrado en · las
ocasiones que se han ofrecido
de batir a los enemigos que intentan entrar a destruimos
la tierta, y tanto más glorioso para Vm. y los paisanos cuanto ser por una gente que, faltándoles la disciplina
militar, les sobra valor y acierto, como lo han acreditado
en· las
ocasiones pasadas para batir con ignominia a los
franceses, y espero que durante estas inquietudes
prose-
tura, la. forma o d alma, que hace de aquella 'tierra y ~tes una patria
.... :.fas. leyes, _las costumbres, la mortarqufa-y' establece una continuidad
entre -las generaciones: todo aquelle .que puede ser violado o conculcado.
La Religi6n, en fin, es como el lazo de unión (o re-ligación) de la ciudad
t_errena con_ su fundamento sob_renatural: aquello que puede ser profa
nado, Es como, si co~ referencia a un edificio, dijéramos: Jos materiales
que lo componen, la :estructura u orden de sus estanciaS y el cimiento en
que se sustenta. _ -
Obsérvese que el orden jejárquiar de estos valores se. expresa en sen
tido inverso,.
de menor a mayor, como se acostumbra en el protocolo ecle
siástico: en una procesión, por· ejemplo, desfilan primero los acólitos, los
clérigos después, la presidencia más tarde y, por último, la imagen sagrada
o el Santísimo Sacramento. Es también de notar que-el grito o aclama·
ción
más usual entre los realistas
y. carlistas en las guerras del siglo pasado
fue el de
¡ Viva la Religión!, que se oponía precisamente al ¡ Viva la Cons.
titución!
de los liberales. Aquel grito fue sustituido en nuestro
siglo por
el de· ¡Viva Cristo Rey!, usado.·. pritnetamente por los cristeros· en las gue·
rras
religiosas
de
-Méjico. _ .
(2)
Nuestra Señora de
Ariaco: ermitá situada a
corta distancia de los
puertos de fronter/, que fue saqueada por . una partida infiltrada de los
sans.culotte. -
234
Fundaci\363n Speiro
UN FRAILE ESPA1WL Y LA REVOLUCION FRANCESA
guirán co11 igual tesón y cuidado en los lances que se
ofrezcan, no decayendo
jamás de
ánimo, antes sí con una
santa cólera procuren cuanto es de su parte mantener la
antigua gloria del Valle, dando ejemplo a todos para
ha
cer
lo mismo en una guerra tan
santa y
justa, que no se
interesa manos que la causa ded Dios
y del Reino, espe
rando
que el Señor les
dará acierto, conocimiento, su gta·
cía y ayuda para triunfar gloriosamente como hasta aquí
lo
han experimentado. Así será en adelante, y para esto,
deponiendo las propias fuerzas y sólo mirando al Señor
de quien son las victorias, y
atribuyendo todo
a su
divi
no
poder, poniéndose .bien con su Divina Majestad,
po·
drán
Vms.
tener segura la victoria en esta vida,
y des
pués
en la otra, en donde nos veamos por eternidades de
siglos
sin los disgustos y afanes de esta miserable vida.
Amén. Encargo a Vm. y a todos tomen especial devoción a
·
Ntra.
Sra. del Carmen y a, su Santo Escapulario,
trayén
dolo
consigo, y no dudo les servirá de mejor defensa en
las ocasiones que podrían servir los mejores arneses y
, petos, como la experiencia lo muestra en sus. devotos, de
cuyos triunfos logrados ¡ior medio del Santo Escapulario
en todos tiempos está llena
la tierra; y aunque no dudo
de la piedad de mis amados paisanos, estarán defendidos en esta parte, pues según me acuerdo ví en mi lugar
bas
tante
testimonio de esto; sin embargo, encargo a Vms.
sobremanera dicha devoción, asegurándoles que
la Santí
sima
Virgen les ayudará a medida de la devoción de cada
uno, como testifican los milagros sin número que . se leen
y oyen cada día, y para esto no sea con_ vana confianza,
sí con resignación y voluntad hacia el Señor, deponiendo
todo pecado que· es lo que impide
la gracia, que sea con
todos. Amén.
· Después
de todo esto,
y en prueba de lo mal que quie
ro
a una nación que ha vuelto· a Dios la ,espalda, como son
los insensatos franceses, con quienes usar de misericordia
es darles armas, leída esta carta, si les falta a Vms. taco (3)
para con los mosquetones y escopetas derribarlos por los
puertos abajo, puede servir este papel para ello.
(3) Taco: Cilindro de trapo o de papel que se colocaba entre la pól
vora y el proyectil. en las armas de fuego para que · el tiro adquiriera ma~
yor fuerza.
235
Fundaci\363n Speiro
RAFAEL GAMBRA
También sentí sobremanera cuando les llevaron a los
nuestros tanto
ganado ( 4 ), según
corrió. por
cierto, y mu
cho más me admiré del descuido, y paraje de tanto riesgo
donde los tenían, y cierto no sé cual
podía ser la con
fianza para
tanta seguridad, a no
ser que pensaran que
los franceses jamás
tentarían ninguna hostilidad; pero la
experiencia les habrá desengañado _aunque tarde, debiendo
estar ciertos, y
la experiencia enseña, que si pueden ha
cer eón engaño cualquier género de mal, en tal caso lo
hacen, por mas que den seguridad de lo contrario, por lo que
-siempre
será muy del caso vivir contra ellos hechos
unos Argos
(5), particularmente mientras duren en su re
volución, que será largo; de lo contrario llorarán sin re
medio el descuido que logren; por tanto, como tan inme
diatos, no hay que
fiar, pues de cada día será mayor su
insolencia, aunque ahora estarán Vms. defendidos de las
nieves»
(6).
«Reciba Vm. mis cordiales afectos, su cása, paisanos
y
particularmente los de mi lugar, parientes y hermanos,
lo mismo de parte de mis amadas las monjas y de Fray
Cipriano, que está bueno, que deseándoles lo mismo que
damos
· rogando
a Dios les dé acierto, felicidad y paciencia
en los trabajos presentes, que bien lo necesitarán, y mande
Vm. como puede a este· su afmo. capuchino que desea
verlo colmado de triunfos y b. s. m.
Fr.
MIGUEL DE UzTÁRROZ.
( 4) Se refiere a una captura o robo de ganado lanar por parte de los
franceses en la· zona próxima a la frontera. ·
(5) Hechos u~os Argos: significa estar «todo ojos».
( 6) Defendidos de las nieves: quiere decir .que para esa época del
año (noviembre),
-la ni~e impedirá ya en los altos puertos de la frontera
cualquier sorpresa de los
revolucionarios.
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DE LA. REVOLUCIO'N FRANCESA
POR
RAFAEL GAMBRA
(Trascripción, prólogo y notas)
Hoy podemos encontrar. sacerdotes y religiosos de todas las
ideas políticas. Dem6cratas, nacionalisras, tradicionalistas, socia
listas,
comunistaS, anarquistas, racistas-separatist86, etc, Algunos
suponen
que su adscripci6n política es consecuencia de su
fe
religosa o que, al menos, armoniza ·con ella. Los más sostienen
que la religi6n y política nada tienen que ver entre sL Ellos se
han adherido a tal o cual «opción política» con la misma liber tad con que pueden
· simpatizar
con un equipo u otro de fútbol.
Rara vez paran mientes en que esta actitud supone afirmar la
independencia del orden político respecto del· orden moral, y de éste respecto
del orden religioso.
Diríase, al oirles predicar esra libre «opcionalídad política»,
que la religión a la que se
han consagrado como sus ministros
es para ellos tan ajena a nuestro mundo como· la densidad astral
de
la más remora de las galaxias. Parecen querer decir como el
buen comerciante u hombre de empresa: no mezclemos el
ne
gocio
con nuestros gustos y
sinlpatías que l' amistat és l' amistat
i el negoci és el negoci. La religión es, en definitiva, de lo que
nosotros
vivinlos, y
hay que dejarla tranquila, sin que nos coarte
tampoco en nuestros gustos y aficiones, que «con la cosas de
comer no se juega». Su mentalidad recuerda demasiado a lo que
fue
en la
filosofía árabe medieval la famosa «teoría de las dos
verdades», que, para librar a los filósofos de censuras islámicas,
suponía que una y otra
-la racional y la religiosa- podían no
sólo diferir sino contradecirse entre
sí. porque pertenecían a
· órdenes y a facultades de conocimiento totalmente dispares.
Sin embargo, ¿ha
sid_o siempre así? ¿Es legítima para el cre
yente
esta dicotomía de
mundos y
la libre
«o¡,cionalidad» en
lo que no sea estrictamente religioso?
Como a menudo vale
más una
mostración que una demos-
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tración, me ha. parecido ilustrativo exhumar aquí una carta de
un fraile español en tiempos de
la Revolución franoesa, carta
llena
de lugares comunes, pero en la que expresa con ingenui
dad y entusiasmo sus ideas, reacciones y sentimientos, precisa
mente ante los sucesos de Francia eo los días de la Convención
y del Terror. Se trata de un fraile cualquiera, con la visión
---
o común con todo otro clé
rigo
de su tiempo ( e:xcpeción hecha de algún «abate ilustrado»
de la Corte). Y, lo que es más significativo, análoga también a
la de cualquier otro de siglos anteriores si se hubiera visto
ante aquellos hechos. La carta posee, así, un valor de testimonio sobre la mentali
dad eclesiástica
anterior a la Revolución, cuando existía aún una
fe viva y una coherencia interna en la mentalidad de los · cató
licos.
Es
· una
expresión -todavía intacta
e· ingenua-
del
«uni
verso espiritual de la Cristiandad» en su primer enfrentamiento con la Gran
Revolµción. Resulta
indispensable, sin embargo,
situarla previamente en su motivación y en su contexto histórico
concreto, así como añadirle después algunas notas aclaratorias.
* * *
El 21 de enero de 1793 moría en la guillotina Luis XVI y
toda su real familia, titulares de la más antigua monarquía de
Europa, Era
el atentado cumbre que podía cometer un pueblo
considerado a
la sazón como amotinado contra un orden sacra
lizado
y· milenariamente
establecido. Las monarquías europeas,
y. la de España entre ellas, declaran la guerra a la Convención.
El espíritu religoso y monárquico de los españoles hizo a esta
guerra tan popular que los ejércitos
se· cubrieron
casi exclusiva
mente de voluntarios, y los estamentos todos de España y de
la América española contribuyeron espontáneamente a su soste
nimiento. Los éxitos iniciales en el Rosellón levantaron aún. más
el fervor popular. Varios de los Valles del
Pirl/leo conservaban
todavía
el de
recho
y el deber de defeoder la propia frontera a cambio de
estar eximidos de otra prestación militar. Tal era el caso del
Valle de Roncal
--el más
oriental del reino de Navarra-, cuyo
Alcade Mayor actuaba en estos casos como «Capitán a
Guerra»
al
mando de los hombres armados del Valle. Este paisanaje ar
mado consiguió algunos éxitos en
el comienzo de las hostalida,
des tras varias pequeñas batallas y escaramuzas . que merecieron
la felicitación del Gobierno en la Gaceta de Madrid. Y cuando
232
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UN FRAILE ESPAEIOL Y LA REVOLUCION FRANCESA
más tarde la guerra torció su suerte en la frontera occidental,
los roncaleses lograron sostener sus líneas frente a las ofensivas
de los revolucionarios hasta ser el único Valle de Navarra en que éstos no lograron penetrar. Esta actuación
les valió,
termi
nada la guerra,· dos nuevos blasones
para su
escudo de armas.
Es. precisamente
en los momentos de euforia de
esta guerra
cuando
el
fr,µl.e de
referencia, natural de
uno. de
los pueblos
de Valle
y residente
en Daráca -el capuchino Fr. Miguel de
Uztárroz, por lo demás perfectamente desconocido- escribe una
larga carta al Alcalde y «Capitán a Guerra» del Valle felicitán
dole por
sus
éxitos, y extenediéndose en consideraciones y piado
sos consejos. Su escrito, aparte del valor testimonial a que me
he referido, resulta sumamente pintoresco y de época. La carta
dice así:
«J. M. J. Daroca y noviembre 20 de 1793.
Paisano y
·muy Sr.
mío: Después de desearle a Vuesa
Merced, en compañía de los de su familia
y demás paisa
nos, salud y gracia en el Señor,
y ofrecerme gustoso a su
disposición y querer, he tenido por de mi obligación
m.a
nifestar
a V m. la suma complacencia que he recibido
de los progresos
y continuados aciertos. que durante esta
campaña
ha mostrado Vm. a la frente de nuestros paisa
nos los amados roncaleses, quienes movidos de su natural
honradez y
antiguo valor que en todo tiempo mostraron,
y no siendo menos en la presente ocasión a presencia de
unos vecinos enentigos que, atropeUando toda humanidad
y religión, no desean menos que la total destrucción de
nuestra tierra y Reino, con toda la Religión de nuestros mayores, intentando para este fin de todos los medios
para nuestra total ruina, como lo han ejecutado con su
natural y mísero Rey y Reina de Francia matándolos afren
tosamente en un cadalso, con otras iniquidades sin número
espantosas a la posteridad,
¿quién, pues,.
no se encenderá
en santa cólera y procuratá defender en cuanto pueda
lleguen a infestar y destruirnos la tierra, Reino
y Reli
gión (l),
aunque sea exponiendo si es menester la vida?
( 1) Puede verse todavía. en el lenguaje común de. aquella época la
antigua jerarquía_ cristiana de bienes o -valores ·que el hombre posee y que
le pueden ser arrebatados: la tierra, el Reino y la Religi6n. .
La tierra es el conjunto de bien.es materiales que posee un hombre o
una comunidad -sus deudos~ sus campos, su ·hacienda, sus casas: todo
lo que . puede ser invadido, raptado o saqueado---; el Reino es la estruc-
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RAFAEL GAMBRA
Y o de mi parte puedo asegurar a V m. que si en mi
mano hubiera estado poder ir a ser compañero de Vm. y
de mis amados
paisanos, sin duda lo hubiera ejecutado,
siquiera para animarlos
:V darles alguna· iristrucci6n según
la ocasión y mi corta capacidad lo permitiera, pero no
pudiendo ser esto, puede ser sirva mejor rogando incesan
temente al Señor les
dé futezás, valor
y salud para poder
rechazar y
ofender, dándoles victoria, contra los france
ses, encomendándoles para esto en
mis· oraciones
al Dios
de los Ejércitos y a su Santísima Madre, cuya causa tanto en esto se interesa; y
es prueba
de esto lo que hicieron en
Ntra. Sra. de Arraco (2), y sin duda hicieran
lo mismo
con
el Señor Sacramentado si por desgracia entraran en
el Valle (lo que Dios no permita) como lo han hecho en
otras partes derribando por tierra las Sagradas Formas;
no permita
tal maldad el Señor, antes los confunda o pe
rezcan, y dé fuerzas y valor · a los gloriosos defensores.
Doy a V m.
mil enhorabuenas por su acierto y talento
que ha
demostrado en · las
ocasiones que se han ofrecido
de batir a los enemigos que intentan entrar a destruimos
la tierta, y tanto más glorioso para Vm. y los paisanos cuanto ser por una gente que, faltándoles la disciplina
militar, les sobra valor y acierto, como lo han acreditado
en· las
ocasiones pasadas para batir con ignominia a los
franceses, y espero que durante estas inquietudes
prose-
tura, la. forma o d alma, que hace de aquella 'tierra y ~tes una patria
.... :.fas. leyes, _las costumbres, la mortarqufa-y' establece una continuidad
entre -las generaciones: todo aquelle .que puede ser violado o conculcado.
La Religi6n, en fin, es como el lazo de unión (o re-ligación) de la ciudad
t_errena con_ su fundamento sob_renatural: aquello que puede ser profa
nado, Es como, si co~ referencia a un edificio, dijéramos: Jos materiales
que lo componen, la :estructura u orden de sus estanciaS y el cimiento en
que se sustenta. _ -
Obsérvese que el orden jejárquiar de estos valores se. expresa en sen
tido inverso,.
de menor a mayor, como se acostumbra en el protocolo ecle
siástico: en una procesión, por· ejemplo, desfilan primero los acólitos, los
clérigos después, la presidencia más tarde y, por último, la imagen sagrada
o el Santísimo Sacramento. Es también de notar que-el grito o aclama·
ción
más usual entre los realistas
y. carlistas en las guerras del siglo pasado
fue el de
¡ Viva la Religión!, que se oponía precisamente al ¡ Viva la Cons.
titución!
de los liberales. Aquel grito fue sustituido en nuestro
siglo por
el de· ¡Viva Cristo Rey!, usado.·. pritnetamente por los cristeros· en las gue·
rras
religiosas
de
-Méjico. _ .
(2)
Nuestra Señora de
Ariaco: ermitá situada a
corta distancia de los
puertos de fronter/, que fue saqueada por . una partida infiltrada de los
sans.culotte. -
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Fundaci\363n Speiro
UN FRAILE ESPA1WL Y LA REVOLUCION FRANCESA
guirán co11 igual tesón y cuidado en los lances que se
ofrezcan, no decayendo
jamás de
ánimo, antes sí con una
santa cólera procuren cuanto es de su parte mantener la
antigua gloria del Valle, dando ejemplo a todos para
ha
cer
lo mismo en una guerra tan
santa y
justa, que no se
interesa manos que la causa ded Dios
y del Reino, espe
rando
que el Señor les
dará acierto, conocimiento, su gta·
cía y ayuda para triunfar gloriosamente como hasta aquí
lo
han experimentado. Así será en adelante, y para esto,
deponiendo las propias fuerzas y sólo mirando al Señor
de quien son las victorias, y
atribuyendo todo
a su
divi
no
poder, poniéndose .bien con su Divina Majestad,
po·
drán
Vms.
tener segura la victoria en esta vida,
y des
pués
en la otra, en donde nos veamos por eternidades de
siglos
sin los disgustos y afanes de esta miserable vida.
Amén. Encargo a Vm. y a todos tomen especial devoción a
·
Ntra.
Sra. del Carmen y a, su Santo Escapulario,
trayén
dolo
consigo, y no dudo les servirá de mejor defensa en
las ocasiones que podrían servir los mejores arneses y
, petos, como la experiencia lo muestra en sus. devotos, de
cuyos triunfos logrados ¡ior medio del Santo Escapulario
en todos tiempos está llena
la tierra; y aunque no dudo
de la piedad de mis amados paisanos, estarán defendidos en esta parte, pues según me acuerdo ví en mi lugar
bas
tante
testimonio de esto; sin embargo, encargo a Vms.
sobremanera dicha devoción, asegurándoles que
la Santí
sima
Virgen les ayudará a medida de la devoción de cada
uno, como testifican los milagros sin número que . se leen
y oyen cada día, y para esto no sea con_ vana confianza,
sí con resignación y voluntad hacia el Señor, deponiendo
todo pecado que· es lo que impide
la gracia, que sea con
todos. Amén.
· Después
de todo esto,
y en prueba de lo mal que quie
ro
a una nación que ha vuelto· a Dios la ,espalda, como son
los insensatos franceses, con quienes usar de misericordia
es darles armas, leída esta carta, si les falta a Vms. taco (3)
para con los mosquetones y escopetas derribarlos por los
puertos abajo, puede servir este papel para ello.
(3) Taco: Cilindro de trapo o de papel que se colocaba entre la pól
vora y el proyectil. en las armas de fuego para que · el tiro adquiriera ma~
yor fuerza.
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RAFAEL GAMBRA
También sentí sobremanera cuando les llevaron a los
nuestros tanto
ganado ( 4 ), según
corrió. por
cierto, y mu
cho más me admiré del descuido, y paraje de tanto riesgo
donde los tenían, y cierto no sé cual
podía ser la con
fianza para
tanta seguridad, a no
ser que pensaran que
los franceses jamás
tentarían ninguna hostilidad; pero la
experiencia les habrá desengañado _aunque tarde, debiendo
estar ciertos, y
la experiencia enseña, que si pueden ha
cer eón engaño cualquier género de mal, en tal caso lo
hacen, por mas que den seguridad de lo contrario, por lo que
-siempre
será muy del caso vivir contra ellos hechos
unos Argos
(5), particularmente mientras duren en su re
volución, que será largo; de lo contrario llorarán sin re
medio el descuido que logren; por tanto, como tan inme
diatos, no hay que
fiar, pues de cada día será mayor su
insolencia, aunque ahora estarán Vms. defendidos de las
nieves»
(6).
«Reciba Vm. mis cordiales afectos, su cása, paisanos
y
particularmente los de mi lugar, parientes y hermanos,
lo mismo de parte de mis amadas las monjas y de Fray
Cipriano, que está bueno, que deseándoles lo mismo que
damos
· rogando
a Dios les dé acierto, felicidad y paciencia
en los trabajos presentes, que bien lo necesitarán, y mande
Vm. como puede a este· su afmo. capuchino que desea
verlo colmado de triunfos y b. s. m.
Fr.
MIGUEL DE UzTÁRROZ.
( 4) Se refiere a una captura o robo de ganado lanar por parte de los
franceses en la· zona próxima a la frontera. ·
(5) Hechos u~os Argos: significa estar «todo ojos».
( 6) Defendidos de las nieves: quiere decir .que para esa época del
año (noviembre),
-la ni~e impedirá ya en los altos puertos de la frontera
cualquier sorpresa de los
revolucionarios.
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