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Número 277-278

Serie XXVIII

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El temporalismo y la secularización

EL TEMPORALISMO Y LA SECULARIZACION
El orden moral y el secularism;, que diviniza el mundo.
«El orden moral, que tiene en El su fundamento, ha de rei­
"nar en nuestra existencia. Su voluntad -su santa voluntad­
" ha de tener preferencia. De aquí proviene, al mismo tiempo,
"la unidad interior de nuestra vida:
»En efecto, el hombre no puede estar al servicio de dos amos,
"como enseña Jesús, no puede servir a Dios y al dinero (cf. Mt
'16, 24).
»"No te harás !dolos" (Ex 20, 3), dice Dios por medio de
Moisés.
ȼIdolosn --es decir,
otros '"dioses"-, como por ejemplo
"el "din(!ro" mencionado por Jesús.
»Así fue prescrito durante el tiempo en que Israel vivía ro­
" deado de pueblr,s paganos, que se hablan creado unos "dioses"
"a medida de las debilidades y de ~ deseos humanos. .
»Hoy estos "idolos'.', estas 4ivinidades, estos dioses falsos
"han tomado otra forma. El dinero se ha hecho precisamente el
"simbo/o de esa "idolatría", en virtud de la cual el hombre con­
"sidera como su fin exclusivo y último uno u otro bien tempa­
"ral
y caduco. El "mundo", y especialmente el comple¡o mundo
"de los productos del _mismo hombre~ .se coflvierte, de alguna ma­
'.'nera, en un .dios para el .hombre.
»El secularismo "diviniza", por decirlo as!, al mundo.
»Ello hace que el hombre viva cerno si Dios no existiese,
"como si Dios. mismo no fuera el Creador del mundo y de todo
"lo que contiene, de todas sus riquezas y recursos. Pero nosotros
"consideramos que todo lo que en el mundo es obra del hom­
''hre, de su ingenio y de sus capacidades, de suyo tiene su fuente
"y su principio en la obra divina de la creación».
JuAN PABLO 11: Homilía en la Misa cele-.
btada ·durante la visita pastoral a la parroquiá ro-
, mana del Santísimo Nombre de Marla, t · de
marzo. _VIII domingo del tiempo ordinario.
L'Osserv'ato~e Romano, edición semanal en len­
gua· española, año XIX, núm. 10 (949), domin­
go 8 de marzo de 1987.
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La secularización y sus consecuencias.
«Si las ideologías, nacidas de las luchas sociales y de las uto­
"plas
ateas del sigla XIX, .manifiestan aún vigor en ciertas regio­
"nes del mundo; sin embargo· tienden a permanecer inertes o a
"debilitarse, incluso
ali! donde gozan de una posición oficial.
"Por el · to'ntrdrio, una vaga secularización se ha extendido a tra·
"vés del mundo. En las sociedades de consumo se manifiesta me­
" diante el hedonismo, el pragmatismo y la búsqueda de la efica­
·"cia, Sin tener .en -cuenta las normas éticas, y mediante el desco­
'.'nocimiento del carácter sagrado de la vida. Todo esto conduce
"con demasiada frecuencia al relativismo moral y a la indiferen­
"cia reli!,iosa. En consecuencia, como bien la indican-'vuestras in­
"v'estigaciones, se puede decir que hay menos ateos declarados,
"pero muchos no creyentes, muchas personas que viven como si
"Dios no existiese y que se sitúan fuera de la problemática fe­
"no crencia, como si Dios hubiese desaparecido de su horizonte
"existencial..
»Por otra parte, aparece un nuevo tipo de mentalidad neo­
"cientificista, que tiende a restringir el juego de la razón. La es­
"tructura razonable dél acto de fe es asi desvalorizada como un
"modo de conocimiento simbólico no pertinente, en la óptica de
." úna racionalidad que se considera como la única actitud de es,
"piritu rigurosamente "cientlfica".
»Esta visión, que se ha geperalizado bastante en los ambien­
"tes cientlficos y que impregna ampliamente la mentalidad po­
"pular, influenciada por los medios de comunicación, tiende, no
"obstante, a perder
su seguridad, dado que los desencantados del
"progreso tecnológico son cada vez más numerosos. ¿La. acción
"del hombre sobre .la naturaleza no · corre el riesgo de provocar
,, con una frecuencia acelerada, catástrofes ecológicas como las que
"las medios de comunicación nos han hecho conocer en los úl­
"timos años? Por no hablar del peligro de una conflagración ter­
"monµclear y de los amenaza.ntes riesgos de manipulacionJJ4 ge­
"néticas.
»Ante estos angustiosos interrogantes, que cuestionan los
"postulados de la mentalidad cientlfica y tecnológica, se abren
"nuevos espacios de diálogo entre la Iglesia y lo que algunos lla­
"mán ya la "posmodernidad". Por su experiencia incomparable,
"por su sabiduría milenaria,. extraída de las fuentes de la Reve­
"lación, la Iglesia está llamada, cada vez más, a proponer, en
"nombre de la antropologla que le es propia, su visión integral
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'.'del hombre, pers.ona libre y responsable a imagen y, semeiam:a
"de Dios». JUAN .PABLO II: Discurso • la Asambloa.ple­
naria del S~ariado : para los no creyet;1.t~s.
L'Osservatore Romano, edición semanal en len­
gua española, afio XX, núm. 12 (1.003 ), domin-
go 20 de marzo de 1988. .· · ·.
El proceso de secularización que ahsolutiza valores m~ndanos.
«El . proceso d!! secularización, que se va extendiendo cada
"vez más, lleva consigo el peligro de absolutizar los valores mun­
"danos
como el poder, el placer o el dinero. Es de lamentar el
"deterioro de valores éticos
básicos, como el de la honradez pú·
"blica y privadaF que ha llevado a numerosas expresiones de,.c()·
"rrupci6n, que minan las bases de. la organ~aci6n de .la sociedad . . ,. . .
» Jesucristo, que en su serm6n de la montaña nos ofrece el
"inensa;e de las bienatfenturtinzas, conduce al hombre hacia el
"reino.
El reino de Dios. es esta "núepa tierra donde habita la
"iusticia y cuya bienaventuranza es capaz de saciar y rebasar to­
" dos los anhelos de paz que surgen en el coraz6n humano" (Gau­
"dium et spes, 39). Esta es la enseñanza del último Concilio.
»En esta
perspectiva se puede cumplir de ·manera d11finitiva
"aquello de que nos habla el Salmo de la liturgia de hoy: "La
"lealtad. y la fidelidad. se encuentran, la ¡usticia y la paz se. he­
"san"» (Sal 85, 11). . .. ·
· juAN' PAB1.¡o ÍI: Honiilía durante la -Misa_·~
celebrada en el aeropuerto «El Trompillo»,· de
· -· Santa-.Cruz, , vi~es 13 de mayo. L'Osservatore
Romano, edición semanal-en lengua española,
año XX, núm. 28 (1.013), domingo 29 de mayo. de 1988. · ·
La falacia de la secularización;
«No os deiéis conformar · por la fuerte tendencia hacia la
nsecularización que hay-en vuestra. sociedad. A veces parece como
"si del lado de los creyentes no fuese posible ninguna iffupci6n
"en
las esferas satisfechas de un ·mundo secularizado. Parece como
"si no hubiera necesidad de religi6n y de Iglesia.· Pero, la apa­
"rie.ncia llevarla a una autonomfa autosatisfecha en la casa cons·
"truida por mano propia. Ciertas grietas mue.stran que la casa se-
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"culár amenaza ruinas: se despla%1ln las, cuestiones elementales de
"la vida;
se destie"a la verdad plena acerca de sí y de los otros;
"muchas ofertas, que pretenden asegurar la propia felicidad en
"exclusiva para si mismo, conducen al tedio y a la desesperaci6n.
'' A la larga, al hombre no le bastan los simples sucedáneos en
"respuesta a sus cuestiones vitales. La evasi6n en la actividad, la
"acumulaci6n de bienes te"enos, el placer, la borrachera y las
"drogas son un claro indicio de ello.
»La fe cristiana quiere aportar su testimonio en este mundo
,,concreto. Debe contar de antemano con la oposición y el re­
"chazo. En este sentido, tendrá que estar también en permanen­
"te estado de enfrentamiento y lucha contra poderes adversos y
"malvados. No se puede dar en el mundo testimonio cristiano sin
"valor ni valentía. El convencimiento propio de la verdad debe
"ser convalidado simple y llanamente,
en primera línea, en la
"propia lengua, conducta y vida».
JUAN PABLO II: Discurso a la Asamblea ple­
naria del Secretariado para los no creyentes.
L'Osservatore Romano, edición semanal en len­
gua española, año XX, núm. 12 ( 1.003 ), domin­
go 20 de mat20 de 1988.
El secularismo de nuestro tiempo escinde al hombre.
«As!, pues, la advertencia de Cristo se dirige también contra
"las distintas formas de secularismo, t!picas de nuestro tiempo.
"También a nosotros, hombres
y muieres de hoy, Jesús nos dice:
""Nadie puede estar al servicio de dos amos. Porque desprecia­
"rfl a uno y que"á al otro; o, al contrario, se dedicará al pri­
"mero y no hará caso del segundo" (Mt 6, 24).
»El hombre no puede estar dividido. El hombre debe
de;arse
"guiar en la vida por una clara jerarquía de valores: debe buscar
""sobre todo" (!) el reino de Dios y su ;usticia (cf. Mt. 6, 33).
»De
lo contrarío, el orden interior del corazón humano está
'' amenazado.
» Todo orden moral ha de echar sus fundamentos en el te­
"
"en o seguro de un válido realismo. Es decir, debe fundarse en.
"lil realidad, esa realidad ob¡etiva que reconoce el puesto de Dios,
"el primer puesto debido a Dios, creador de todas las cosas.
"Donde se niega el lugar a Dios, donde se reivindica una auto­
"nom!a
de lo humano respecto tk,Jo divino, se niega la hase fun­
" damental de los deberes y de los derechos y se cae en una in-
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"subordinación de valores que redunda después en daño para
"el hombre. Sólo'til hombre que busca "sobre todo" a Dios, su
"reino y su ¡usticia se conforma a la "realidad", a lo que es
"iusto y a lo que garantiza el bien me¡or para la persona y para
"todas las personas.
»Si el hombre concede en si mismo la prioridad a los "otros
"dioses" -a los ídolos antiguos y contemporáneos-, cae en el
"peligro real de ndespreciar" o de 11odiar" a Dios.
»A lo largo de la historia de la humanidad --desde el co­
"mienzo del Génesis-, este peligro ha existido y continúa dán­
"dose de diversos modos. Las palabras de 'Cristo tienen por ello
"una incesante
actualidad».
JuAN PABLO II: Homilla en la Misa cele­
brada durante la visita pastoral a la parroquia :to­
maoa ·del Santísimo Nombre de María, 1 de
marzo, VIII domingo del tiempo ordinario.
L'Osservatore Romano, edición semanal en lenM
gua eapañola,. año XIX, núm. 10 (949), domin­
go 8 de ma= de 1987.
Peligros del temporalismo.
«No está fuera de lugar llamar aqui la atención ante un pe­
"ligro que puede presentarse en el proceso de integrar la fe en
"la cultura, esto es, el peligro del temporalismo como criterio
"reduccionista del mensa¡e cristiano .. En pueblos que están bus­
"cando con.indecible tesón una maiyor vivencia de la ¡usticia, don­
"de las desigualdades socio-económicas son muy grandes y las
"condiciones de vida para muchos.son a veces infrahumanas, apa­
"rece con frecuencia la ·tentación de reducir la misión de la Igle­
" sia a la búsqueda de un proyecto meramente temporal o incluso
"a la acción polltica. De esta manera, el punto de llegada a to­
" dos es evidente: se vacía el mensaje cristiano de sus contenidos
"esenciales,
se adultera la fe, se traiciona el Evangelio».
JuAN PABLO II: Discurso al mundo de la
cultura y a los empresarios, en el seminario
Santo Toribio de Mogrovcjo, Lima, domingo
15 de mayo. L'Osservatore Romano, edici6n se­
manal en lengua española, año XX, núm. 23
(1.014), domingo 5 de junio de 1988.
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Debilitación. de la. fe cristian~ por obra de la secuiart.ación.
• «Todo vuestra pueblo y vuestra país está impregnado por la
"fe cristiana y por una rica tradici6n religiosa. . .
. »Una
herencia preciosa, que es necesaria redescubrir c.ontinua­
''mente, custodiarla. y tlenarla de nueva vida,. Demos gracias a
"Dios porque etJ. muchas persolJ(ls .de esta tierra ·se conserva· aún
"una fe profunda, fuerte; graci(Zs, . porque muchos. se esfuerzan
"verdaderamente por
vivfr de l¡,)e y .testimoniarla mediante obras
'.'de amor. Pero también sabemos que, par desgracia, la fe se ha
"debilitada en na pacas personas; en otras, se ha.convertido en
"una costumbre a simple tradici6n. Por lo demás, en los últimas
''.afias no han sida pocos los · qr,e, por el motivo que sea, han
"abandonado·
la Iglesia. El alcance de la secularizaci6n .coma con­
"secuencia del bienestar y de la indiferencia religiosa es cada vez
"mayor también entre vosotros, tanto en la vida del individuo y
"de la familia, como sobre todo en la vida pública. La fe ha per­
,, dido fuerza en la vida concrl!ftt' de cada día. Hoy no se exigen
"s6lo
algunas iniciativas pastorales aisladas, sino que resulta cada
"vez más necesaria una amplia reevangelizaci6n, que comience con
"los individuos, las familias y las comunidades y hagd surgir de'
"nuevo las fuentes rebosantes de la fe y de un seguimiento can­
"vencido . de qyisto. 1 npit,:.mos .q·•ntJl{stros cristianas a un sí reno­
'!vado
a la fe; que. puede C<.lffúertirse en un nuevo sí a· la vida;:a
"u11a ,vida:en la amistad [iberadota y beneficiosa con Dios». · •·
912'
. )u~ f1BLQ H; Alo,;m;ióp. .« !~ ob\spos .d•
Austria· .en · el nos;. 'vierilés 24 'de junio.-I/OSieroafore Rl>niiitlo,
··edición·: SCIDBllal,, en-1~á -española;· ·ano: XX,
o,úm. 3~ (1,023), domingq 7 de agQSto de 1988.
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