Índice de contenidos
Número 295-296
Serie XXX
- Textos Pontificios
-
Estudios
-
El «Reino de Dios» no es utopía
-
Al César, lo que es del César
-
Reflexión sobre la relación entre moral y política en el cristianismo
-
Un camino para Rusia: la tradición política cristiana
-
De la nada al hombre
-
San Ignacio y Tierra Santa
-
Reconquista de la historia: Santa Isabel la Católica
-
Ciencia histórica: investigación y didáctica
-
Inteligencia de la poesía
-
Mario Ferreira dos Santos y su filosofía concreta
-
Malcolm Muggeridge (1903-1990)
-
La previsión en las ciencias humanas. (La bioética como ejemplo)
-
Reflexiones sobre la «New Age»
-
- Crónicas
- Información bibliográfica
- In memoriam
Autores
1991
Inteligencia de la poesía
INTELIGENCIA DE LA POESIA
POR
JORGE UscATESCU
La cultura italiana y su capacidad creadora, pero sobre todo
su capacidad hermenéutica que engloba la estética, la crítica lite
raria y del arte y el permanente encuentro entre «teoresis» y
«poeticidad», están marcadas desde hace más de un siglo por
aquel descubrimiento revolucionario
de Juan Bautista Vico que
fue la
sabiduria poética. La sapienza poética. Ni la crítica di
ferencial de Francesco de Sanctis, fundacional por su moder
nidad
y criticismo, ni el iealismo de la Estética de Croce que da
sitio preferencial al sentimiento como fuerza potencial de la
creatividad, ni
la admirable e irrepetible Filosofia del arte (1937)
de Giovanni Gentile,
se han podido o han querido librarse de la
herencia básica de Vico. Croce
y Gentile le reivindican pública
mente como
lo hará en el segundo centenario de Vico el profe
sor Fubini, de la Universidad de Turín.
El excelente, riguroso, penetrante, ponderado y serend libro
de Vittorio Stella sobre la
Inteligencia de la poesía (1) refuerza
y ennoblece aún más esta bella tradición de una idea anticipa
dora en
el moderno proceso de la creatividad. Tras la estética
marxista
de Galvano della Volpe y el neoidealismo de Cario
Ragghianti, el profesor de Florencia que sobre la estética cine
matográfica ha escrito trabajos de primerísima calidad. Vittorio
Stella, titular
de la cátedra de Estética de la Universidad de
Roma (La Sapienza), ocupa acaso el primer lugar, con una obra
dilatada
y fecunda de la actual ciencia estética italiana. Junto
acaso --cdmo prestigio-solamente con Luigi Pareyson, que fue
el primer estudioso, ya muy joven entonces, hace cincuenta años,
del existencialismo en I talla. Bastaría con detenernos sobre el am
plio estudio, lo más «al día» y lo más completo que se puede
tener ahora
y aquí a disposición del interés de lectores alerta,
(1) VITTORIO STBLLA: Intelligenza della poesía (Baudealaire.Verga-L'er
metismo-Fubini), Bonacci Editare, Roma, 1990, 245 págs.
779
Fundaci\363n Speiro
JORGE USCATESCU
sobre Baudelaire, para damos una imagen más que preliminar
sobre lo exhaustivo del trabajo de Stella sobre una vasta «inte·
ligencia de
la poesía» y lo poético. Verga y la gran novela na
turalista italiana. El hermetismo en algunos poetas ejemplares
italianos del siglo-emblemático entre todos Mario Luizi, uno
de
los supervivientes de los grandes poetas italianos del siglo. Fu
bini o la solidez de una obra estética italiana durante un largo
medio siglo. Son capítulos que completan el libro de Vittorio
Stella, donde una documentación seria
se combina idealmente
con una actitud crítica personal de verdadera solidez.
-
El estudio sobre Baudelaire, aunque resulte de lo más com
pleto y global, parte de una intencionalidad parcial. Analizar los
conceptos de gouffre y elevación en el pensamiento de Baude
laire sobre el arte. El libro de Pierre Richard Poésie et profon
deur es el punto provocativo del cual Stella arranca para su
«Excursus» baudelairiano
de amplio vuelo. Desde el debate ini·
cial sobre la religiosidad o ateísmo pesimista de un
poeta, que
junto con Leopardi y Poe inicia la perspectiva moderna
lato
senso
de una poesía occidental que ha seguido rumbos distintos
de la gran poesía tradicional europea fijada a través del tiempo en
sus momentos culminantes: los poetas latinos, Dante, Shakespeare.
Vuelve el discurso a
la corriente crítica francesa de principios
de siglo, desde Brunetiere que proclama el radical ateísmo del
poeta, hasta los defensores de su religiosidad poética y artística.
También
se recuerda el desarrollo de la tesis de la religiosidad
«satánica» instaurada
por Croce (Poesía e non poesía). Antes de
sus incursiones a través de la sutil exégesis de Walter Benjamin,
Stella
se fija en la posición revelada por los textos, instaurado
res aunque breves, de Paul Valéry, en realidad último retoño
de nobleza del propio Baudelaire, de las conexiones directas en
tre la revolución poética y artística integral baudelairiana y los
factores determinantes de toda la gran
poesía francesa desde
Rimbaud y Mallarmé
al propio autor de la J eune Parque. En
palabras de V aléry que
así suenan y están destinadas a una gran
receptividad. Se trata ni más ni menos que de la Sítuatíon de
Baudelaire.
Para Valéry la mayor gloria de Baudelaire no fue
aquella
de ser él mismo, sino k, de «avoir engendré quelques
tres grands poetes. Ni Verlaine, ni Mallarmé, ni Rimbaud, n'eus
sent été se qu'ils furent sans la lecture des Fleurs du Mal a
l'iige décisif». Para Valéry, que no se excluye ni .mucho menos a
sí mismo de la noble lista, Baudelaire presenta una unidad clá
sica de un fen6meno poético y artístico evidente en su recepti
vidad de Poe y luego de Wagner, la
música y la correspondencia
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Fundaci\363n Speiro
INTELIGENCIA D.E LA POESIA
de las artes y los elementos de la naturaleza y aparece como «un
écrivain qui porte un critique en soi m&ne et l'associe intime
ment
a ses travaux». Stella configura a través de la repercusión
de las tesis de Valéry, Benjamín y Georges Blin, una soberanía
del racionalismo en la visión de un Baudelaire siempre presente
en la modernidad
de la poesía. Se trata de colocarse ante un
poeta de la plenitud visto por Blin como «le scrupuleux, le tati
llon, le competeur systématique del l'accomplk'est celui qui
ru
mioe au lieu de vivre, ses vies gachées, celui que les irréels du
passé tiennent en pereptuelle insomnie».
Baudelaire poeta, progresista y crítico, que completa
la ar
quitectura perfecta de su angustia con la parábola intelectual
Poe W agner, Stella lo configura, a través de sus «corresponden
cias» como un caso de permanente tensión hacia la unidad de
la función artística.
En su búsqueda de la unidad de las artes
y las analogías es natural que Wagner le atraiga. Para Stella
«les
parfums, les couleurs et les sons répondent», constituye a
la
vez un «movimiento intencionalmente teórico y una imagen»,
a saber, «uno
de tantos ejemplos de la materia voluptuosamente
sensual de Baudelaire elevada a
poesía». Siguiendo los momen
tos esenciales del pensamiento poético
y crítico de Baudelaire
-ron su unidad profunda entre poesía y prosa-«tiene impor
tancia el que las correspondencias, además de tematizar la
fas
cinación de la naturaleza, se acerquen, de un modo diremos
prelógico, al principio unitario del arte».
Se trata de un pro
ceso de espiritualización subjetiva de la naturaleza como energía
fecundante de la conciencia.
Lo cierto es que Baudelaire se adentra en el universo musi
cal de Wagner, con una penetración superior a la posterior del
propio Federico Nietzsche.
Su estudio de la música de Wagner
y de la concepción wagneriana del arte como unidad total, ofrece
al estudiosd
claves para la comprensión del mismo universo
poético
de Baudelaire. Pero como observa el propio Stella, si por
una parte
el trabajo de Baudelaire sobre Wagner da una idea
de su propia concepción de la poesía, por otra parte, dfrece ob
servaciones justas sobre la misma naturaleza de la música. El
poeta
se siente atraído por la voluntad del universo wagneriano
de
la melodía y los sonidos. Se trata de un arte de liberación,
que se parece a un procesd
de levitación y abre horizontes in
mensos y alcanza una luz difusa: «una inmensidad que no tiene
otro marco u omamentaci6n que a sí misma». El ser orgiastico,
la intensidad nerviosa y de pasión wagnerianos, Baudelaire quie
re distinguirlos
de su propio universo poético, con el cual, sin
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Fundaci\363n Speiro
JORGE USCATESCU
embargd, se encuentran emparentados. En su estudio Baudelaire
introduce un principio de racionalidad, afirmando que Wagner
no sabe distinguir entre el universo poético
y el universo musi
cal. Oocasión para SteUa para en cierto modo concluir el dis
curso en esta materia: «junto con Poe y Delacroix, Hoffmann
y Gautier, Wagner es por tanto, entre los más grandes, el artista
que ha sido comprendido
pot Baudelaire con mayor agudeza».
Todo ello para abundar por otra parte en la idea, que la obra
poética
y la obra en prosa y crítica de Baudelaire no correspon
den a una fractura en su personalidad
artística, sino que reve
lan dos facetas importantes de su compleja y unitaria persona
lidad de genio, abriendd nuevos horizontes en la creación poética
moderna.
Las otras dos partes, importantes, del libro de Stella, desti
nadas a integrar una original «inteligencia
de la poesía» tienen
como objetivo dos capítulos impottantes de
la literatura italiana.
Uno se refiere a algunas interpretaciones de resonancia de la
dbra del gran novelista Giovanni Verga. Se trata de una labor
de investigación crítica de largo alcance
y documentación sobre
los estudios en la materia de Capuana, Croce, Pirandello
y el
crítico e historiador literario Luigi Russo el mejor estudioso
de Verga
y el verismo. Para quien quisiera tener una idea clara,
desde fuera
y desde dentro, de algunas líneas maestras de la
narrativa italiana de nuestro sigld, este trabajo de Stella tendrá
una indudable importancia, como información de primera mano
y como despliegue estético esclarecedor. En la misma línea de
interés para un público lo más extenso posible se sitúa el estu
dio de Stella sobre Mario Fubini, catedrático de Estética de
Tur!n, que hace
añds llamara nuestro propio interés por un ex
celente trabajo sobre Juan Bautista Vico ya ampliamente citado
por nosotros mismos en nuestro libro
Juan Bautista Vico y el
mundo histórico
(1956). La obra de Fubini destaca por otra
parte
pdr sus estudios siempre actuales sobre Leopardi y pot el
mérito de haber introducido en la crítica italiana, sobre las hue
llas de Croce, el
intetés por la literatura y la cultura francesas.
Stella sabe sacar el fruto merecido de las ideas de Fubini sobre
el encuentro entre filosofía y poesía a propósito de la personali
dad artística de Leopardi.
Se trataba de buscar las llaves de una
profunda inquietud intelectualista de un poeta grande sobre to
dos en la difícil tarea de conciliar una inmensa cultura clásica
y una poesía donde la esencia artística sea determinante.
Queda por aludir a una rigurosa lectura textual realizada
por Stella en la última parte
de su obra, al tratar de la «religiosa
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INTELIGENCIA DE LA POESIA
anámesis» y la «poética y lírica del hermetismo en algunas lec
turas de Sinisgalli y de Luzi». Dos poetas importantes de las
últimas fecundas generaciones líricas italianas. Quien desease te
ner una idea precisa de la experiencia, muy original por otra
parte, del hermetismo poético italiano
· de nuestro tiempo, en
cdntrará en este estudio de Stella una línea de orientación con
horizontes nada difuminados.
El autor parte de la «cesura» pro
ducida en Italia comd acontecimiento peculiar del
hermetismo
poético italiano. Es un universo éste bien distinto del de Mon
tale. A una rica información crítica en la materia, teniendo por
objeto algunas
poesías de Leonardo Sinisgalli y Mario Luzi,
poetas sin duda, sobre todo éste último que entran
de lleno en
las preferencias del propio Stella, conviene agregar una serena
. y sosegada exégesis estética del profesor Stellá, digno seguidor
de una tradición noble en la materia, a la cual aludíamos al
inicio de este comentario.
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POR
JORGE UscATESCU
La cultura italiana y su capacidad creadora, pero sobre todo
su capacidad hermenéutica que engloba la estética, la crítica lite
raria y del arte y el permanente encuentro entre «teoresis» y
«poeticidad», están marcadas desde hace más de un siglo por
aquel descubrimiento revolucionario
de Juan Bautista Vico que
fue la
sabiduria poética. La sapienza poética. Ni la crítica di
ferencial de Francesco de Sanctis, fundacional por su moder
nidad
y criticismo, ni el iealismo de la Estética de Croce que da
sitio preferencial al sentimiento como fuerza potencial de la
creatividad, ni
la admirable e irrepetible Filosofia del arte (1937)
de Giovanni Gentile,
se han podido o han querido librarse de la
herencia básica de Vico. Croce
y Gentile le reivindican pública
mente como
lo hará en el segundo centenario de Vico el profe
sor Fubini, de la Universidad de Turín.
El excelente, riguroso, penetrante, ponderado y serend libro
de Vittorio Stella sobre la
Inteligencia de la poesía (1) refuerza
y ennoblece aún más esta bella tradición de una idea anticipa
dora en
el moderno proceso de la creatividad. Tras la estética
marxista
de Galvano della Volpe y el neoidealismo de Cario
Ragghianti, el profesor de Florencia que sobre la estética cine
matográfica ha escrito trabajos de primerísima calidad. Vittorio
Stella, titular
de la cátedra de Estética de la Universidad de
Roma (La Sapienza), ocupa acaso el primer lugar, con una obra
dilatada
y fecunda de la actual ciencia estética italiana. Junto
acaso --cdmo prestigio-solamente con Luigi Pareyson, que fue
el primer estudioso, ya muy joven entonces, hace cincuenta años,
del existencialismo en I talla. Bastaría con detenernos sobre el am
plio estudio, lo más «al día» y lo más completo que se puede
tener ahora
y aquí a disposición del interés de lectores alerta,
(1) VITTORIO STBLLA: Intelligenza della poesía (Baudealaire.Verga-L'er
metismo-Fubini), Bonacci Editare, Roma, 1990, 245 págs.
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sobre Baudelaire, para damos una imagen más que preliminar
sobre lo exhaustivo del trabajo de Stella sobre una vasta «inte·
ligencia de
la poesía» y lo poético. Verga y la gran novela na
turalista italiana. El hermetismo en algunos poetas ejemplares
italianos del siglo-emblemático entre todos Mario Luizi, uno
de
los supervivientes de los grandes poetas italianos del siglo. Fu
bini o la solidez de una obra estética italiana durante un largo
medio siglo. Son capítulos que completan el libro de Vittorio
Stella, donde una documentación seria
se combina idealmente
con una actitud crítica personal de verdadera solidez.
-
El estudio sobre Baudelaire, aunque resulte de lo más com
pleto y global, parte de una intencionalidad parcial. Analizar los
conceptos de gouffre y elevación en el pensamiento de Baude
laire sobre el arte. El libro de Pierre Richard Poésie et profon
deur es el punto provocativo del cual Stella arranca para su
«Excursus» baudelairiano
de amplio vuelo. Desde el debate ini·
cial sobre la religiosidad o ateísmo pesimista de un
poeta, que
junto con Leopardi y Poe inicia la perspectiva moderna
lato
senso
de una poesía occidental que ha seguido rumbos distintos
de la gran poesía tradicional europea fijada a través del tiempo en
sus momentos culminantes: los poetas latinos, Dante, Shakespeare.
Vuelve el discurso a
la corriente crítica francesa de principios
de siglo, desde Brunetiere que proclama el radical ateísmo del
poeta, hasta los defensores de su religiosidad poética y artística.
También
se recuerda el desarrollo de la tesis de la religiosidad
«satánica» instaurada
por Croce (Poesía e non poesía). Antes de
sus incursiones a través de la sutil exégesis de Walter Benjamin,
Stella
se fija en la posición revelada por los textos, instaurado
res aunque breves, de Paul Valéry, en realidad último retoño
de nobleza del propio Baudelaire, de las conexiones directas en
tre la revolución poética y artística integral baudelairiana y los
factores determinantes de toda la gran
poesía francesa desde
Rimbaud y Mallarmé
al propio autor de la J eune Parque. En
palabras de V aléry que
así suenan y están destinadas a una gran
receptividad. Se trata ni más ni menos que de la Sítuatíon de
Baudelaire.
Para Valéry la mayor gloria de Baudelaire no fue
aquella
de ser él mismo, sino k, de «avoir engendré quelques
tres grands poetes. Ni Verlaine, ni Mallarmé, ni Rimbaud, n'eus
sent été se qu'ils furent sans la lecture des Fleurs du Mal a
l'iige décisif». Para Valéry, que no se excluye ni .mucho menos a
sí mismo de la noble lista, Baudelaire presenta una unidad clá
sica de un fen6meno poético y artístico evidente en su recepti
vidad de Poe y luego de Wagner, la
música y la correspondencia
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INTELIGENCIA D.E LA POESIA
de las artes y los elementos de la naturaleza y aparece como «un
écrivain qui porte un critique en soi m&ne et l'associe intime
ment
a ses travaux». Stella configura a través de la repercusión
de las tesis de Valéry, Benjamín y Georges Blin, una soberanía
del racionalismo en la visión de un Baudelaire siempre presente
en la modernidad
de la poesía. Se trata de colocarse ante un
poeta de la plenitud visto por Blin como «le scrupuleux, le tati
llon, le competeur systématique del l'accomplk'est celui qui
ru
mioe au lieu de vivre, ses vies gachées, celui que les irréels du
passé tiennent en pereptuelle insomnie».
Baudelaire poeta, progresista y crítico, que completa
la ar
quitectura perfecta de su angustia con la parábola intelectual
Poe W agner, Stella lo configura, a través de sus «corresponden
cias» como un caso de permanente tensión hacia la unidad de
la función artística.
En su búsqueda de la unidad de las artes
y las analogías es natural que Wagner le atraiga. Para Stella
«les
parfums, les couleurs et les sons répondent», constituye a
la
vez un «movimiento intencionalmente teórico y una imagen»,
a saber, «uno
de tantos ejemplos de la materia voluptuosamente
sensual de Baudelaire elevada a
poesía». Siguiendo los momen
tos esenciales del pensamiento poético
y crítico de Baudelaire
-ron su unidad profunda entre poesía y prosa-«tiene impor
tancia el que las correspondencias, además de tematizar la
fas
cinación de la naturaleza, se acerquen, de un modo diremos
prelógico, al principio unitario del arte».
Se trata de un pro
ceso de espiritualización subjetiva de la naturaleza como energía
fecundante de la conciencia.
Lo cierto es que Baudelaire se adentra en el universo musi
cal de Wagner, con una penetración superior a la posterior del
propio Federico Nietzsche.
Su estudio de la música de Wagner
y de la concepción wagneriana del arte como unidad total, ofrece
al estudiosd
claves para la comprensión del mismo universo
poético
de Baudelaire. Pero como observa el propio Stella, si por
una parte
el trabajo de Baudelaire sobre Wagner da una idea
de su propia concepción de la poesía, por otra parte, dfrece ob
servaciones justas sobre la misma naturaleza de la música. El
poeta
se siente atraído por la voluntad del universo wagneriano
de
la melodía y los sonidos. Se trata de un arte de liberación,
que se parece a un procesd
de levitación y abre horizontes in
mensos y alcanza una luz difusa: «una inmensidad que no tiene
otro marco u omamentaci6n que a sí misma». El ser orgiastico,
la intensidad nerviosa y de pasión wagnerianos, Baudelaire quie
re distinguirlos
de su propio universo poético, con el cual, sin
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embargd, se encuentran emparentados. En su estudio Baudelaire
introduce un principio de racionalidad, afirmando que Wagner
no sabe distinguir entre el universo poético
y el universo musi
cal. Oocasión para SteUa para en cierto modo concluir el dis
curso en esta materia: «junto con Poe y Delacroix, Hoffmann
y Gautier, Wagner es por tanto, entre los más grandes, el artista
que ha sido comprendido
pot Baudelaire con mayor agudeza».
Todo ello para abundar por otra parte en la idea, que la obra
poética
y la obra en prosa y crítica de Baudelaire no correspon
den a una fractura en su personalidad
artística, sino que reve
lan dos facetas importantes de su compleja y unitaria persona
lidad de genio, abriendd nuevos horizontes en la creación poética
moderna.
Las otras dos partes, importantes, del libro de Stella, desti
nadas a integrar una original «inteligencia
de la poesía» tienen
como objetivo dos capítulos impottantes de
la literatura italiana.
Uno se refiere a algunas interpretaciones de resonancia de la
dbra del gran novelista Giovanni Verga. Se trata de una labor
de investigación crítica de largo alcance
y documentación sobre
los estudios en la materia de Capuana, Croce, Pirandello
y el
crítico e historiador literario Luigi Russo el mejor estudioso
de Verga
y el verismo. Para quien quisiera tener una idea clara,
desde fuera
y desde dentro, de algunas líneas maestras de la
narrativa italiana de nuestro sigld, este trabajo de Stella tendrá
una indudable importancia, como información de primera mano
y como despliegue estético esclarecedor. En la misma línea de
interés para un público lo más extenso posible se sitúa el estu
dio de Stella sobre Mario Fubini, catedrático de Estética de
Tur!n, que hace
añds llamara nuestro propio interés por un ex
celente trabajo sobre Juan Bautista Vico ya ampliamente citado
por nosotros mismos en nuestro libro
Juan Bautista Vico y el
mundo histórico
(1956). La obra de Fubini destaca por otra
parte
pdr sus estudios siempre actuales sobre Leopardi y pot el
mérito de haber introducido en la crítica italiana, sobre las hue
llas de Croce, el
intetés por la literatura y la cultura francesas.
Stella sabe sacar el fruto merecido de las ideas de Fubini sobre
el encuentro entre filosofía y poesía a propósito de la personali
dad artística de Leopardi.
Se trataba de buscar las llaves de una
profunda inquietud intelectualista de un poeta grande sobre to
dos en la difícil tarea de conciliar una inmensa cultura clásica
y una poesía donde la esencia artística sea determinante.
Queda por aludir a una rigurosa lectura textual realizada
por Stella en la última parte
de su obra, al tratar de la «religiosa
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INTELIGENCIA DE LA POESIA
anámesis» y la «poética y lírica del hermetismo en algunas lec
turas de Sinisgalli y de Luzi». Dos poetas importantes de las
últimas fecundas generaciones líricas italianas. Quien desease te
ner una idea precisa de la experiencia, muy original por otra
parte, del hermetismo poético italiano
· de nuestro tiempo, en
cdntrará en este estudio de Stella una línea de orientación con
horizontes nada difuminados.
El autor parte de la «cesura» pro
ducida en Italia comd acontecimiento peculiar del
hermetismo
poético italiano. Es un universo éste bien distinto del de Mon
tale. A una rica información crítica en la materia, teniendo por
objeto algunas
poesías de Leonardo Sinisgalli y Mario Luzi,
poetas sin duda, sobre todo éste último que entran
de lleno en
las preferencias del propio Stella, conviene agregar una serena
. y sosegada exégesis estética del profesor Stellá, digno seguidor
de una tradición noble en la materia, a la cual aludíamos al
inicio de este comentario.
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