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Número 333-334

Serie XXXIV

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Geraldo Bezerra de Menezes: A vida substancial do espirito

INFORMACION BIBLIOGRAFICA
Geraláo Bezerra de Menezes: A VIDA SUBSTANCIAL
DO
ESPIRITO (*)
En cuatro opúsculos, publicados entre los años 65 y 85, reúne
el autor la semilla de un auténtico programa de vida, capaz de
transformar hacia la verdad y el bien a la sociedad brasileña, y
aun al mundo en general.
Apenas se sobrepasan las noventa páginas, llenas de afirma­
ciones que son poco más que sentencias o refranes, siempre orien­
tadoras, nunca
ociosas, sobre temas vitales, necesarios, y suficien­
tes. Sólo un cerebro familiarizado con la ciencia y con la vida es
capaz de lograr su objetivo disparando el menor número posible
de tiros, que tampoco
es exiguo en este caso, dado lo aprovechado
de cada línea
y de cada párrafo.
Y la personalidad del Ministro Geraldo
Montedl
io Bezerra
de Menezes nos revela de por sí
su capacitación para ello. Orga­
nizador del Tribunal Superior de Trabajo, del que fue Ministro
y primer Presidente por elección y reelección unánimes, siempre
fue
su ámbito profesional, tanto al frente de este alto puesto,
como en otras múltiples instituciones y numerosas publicaciones,
el cultivo de
las ciencias jurídicas y sociales.
Sus vastos conocimientos le permiten moverse con la más cla­
ra madurez entre Marx o Hegel por un lado y Paulo VI o el úl­
mo Concilio por otro. Y a· medida de su fecunda difusión, ha
surgido
la aceptación lógica por parte de lectores y oyentes que
han asumido sus tesis en cátedras brasileñas,
y en otros foros in­
ternacionales.
El primero de los cuatro capítulos se encabeza con el mismo
título adoptado para todo el libro. El autor
se ha inspirado para
ello en una fuente que
él mismo nos revela: «A los que persisten
en dar primacía a los valores materiales,
se les presenta la ocasión
de recurrir a la palabra alentadora del P. Leonel Franca,
S. I .. al
analizar "La crisis en el mundo moderno" (2.ª ed., 1942, pág. 288):
(*) GERALDO BBZERRA DE MmmzE.s, 'A vida substancial do espirito'.
Dinigraf, Rlo de Janeiro, 1994.
Verbo, núm. 333-334 (1995), 409-435
409
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lNFORMACION BlBLIOGRAFICA
"Sin la vida sustancial del espíritu no se forma un carácter, ni se
consttuye una ciudad"».
Doce puntos explica este primer capítulo sobre esta materia­
lización de la vida que caracteriza a
la modernidad, como el fal­
seamiento de la imagen de Cristo y de los Apóstoles, o la dimen­
sión exageradamente social y apenas espiritual que se considera
en la Iglesia, o la sustitución de la ortodoxia por la ortopraxia,
o
el desprecio del magisterio de los auténticos intérpretes del
mensaje cristiano.
En los otros tres capítulos se abordan temas tan sugerentes
ahora como cuando
se fueron escribiendo: la dignidad de la per­
sona humana, el diálogo, y finalmente diversos comentarios sobre
la pseudoteología de
la. liberación. El primero le lleva a establecer
a la persona humana como fundamento de la doctrina social
ca­
tólica, y a proponer temas como la discriminación racial o la fa­
milia. El capítulo del diálogo le hace recordar al autor la encíclica
Ecclesiam suam de Paulo VI, y la cerrazón antípoda del diálogo
tan propia de ciertas mentalidades comunistas. Finalmente la hbe­
ración auténtica, efectuada por Ctisto y la Iglesia,
se orienta con
las enseñanzas del cardenal Ratzinger, y reclama la integridad de
verdad religiosa y
la pureza de la fe.
En semejantes trabajos tan polémicos, siempre fieles a la ver­
dad, este lector echa de menos con frecuencia una mayor urgencia
y estímulo, por parte de
los autores, que clamen y exijan de las
filas católicas la
práctica ejecución, tan frecuentemente descafeina­
da,
de· ese fermento que es la verdad del Evangelio. Y evitemos
una y otra vez, a fuer de laudables defensores de la ortodoxia,
que
nos quedemos a mitad del· camino en la realización de una
decisiva v auténtica ortopraxia.
Se corona, en fin, esta obra, con veintiocho páginas adiciona­
les que incluyen
en un Anexo varias docenas de comentarios de
estimables juristas,
profesores, eclesiásticos, religiosas y religiosos,
y otros intelectuales, que manifiestan
sus. impresiones laudatorias
sobre todos o parte de los opúsculos que integran el volumen. Lo
cual
es muy digno de ser valorado ; que no nos basta con escribir,
ni con escribir bien: es menester ingeniarse para que se nos lea.
Y
fas tres cosas parece haberlas logrado aquí satisfactoriamente el
digno Ministro Geraldo Bezerra de Menezes.
· Reciba por ello nuestro merecido reconocimiento.
AGUSTÍN ArulEDONDO, s. L
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