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Número 335-336

Serie XXXIV

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Plinio Corrêa de Oliveira, pensador contrarrevolucionario y teólogo de las diferencias sociales

PLINIO CORRtA DE OLIVEIRA PENSADOR
CONTRARREVOLUCIONARIO Y TEOLOGO
DE LAS DIFERENCIAS SOCIALES
POR
GrnvANNI CANTom (*)
Con ocasi6n del ochenta aniversario del nacimiento del Papa
Pío XII el 2 de marzo de 1956, el profesor universitario brasilclío
Plinío Corr~a de Oliveira -fundador en 1960 de la Sóciedad
Brasileña de Defensa de la Tradici6n, Familia y Propiedad, la
TFP brasileña,
y desde 1980 Presidente vitalicio de su aínsejo
Nacional-en homenaje al Vicario de Cristo, recogía y comen­
taba en tres amplios artículos los pasajes principales de las alocu­
ciones dirigidas por el Santo Padre al Patriciado y a la Nobleza
romana de 1940 a 1952, en trece audiencias con motivo de
la
felicitaci6n del año nuevo (1).
(*) Intervención del autor, fundador y presidente de Alleanza Catto­
líca y director de la revista mensual Cristiantta, en la -reunión internacional
cdebtada en Roma d día 30 de octubre de 1993 con motivo de la edición
italiana
del libro de Plinio Corr&i de Olivcira, Nobleza y élites tradiciona­
les análogas. Traducción de Estanislao Cantero, revisada por ·el autot, del
original. italiano publicadO en Cristianita', afio XXII, núm. 235', · noviembre
1994, págs. 17-24. Las citas pontificias se han tomado de la versi6n'ciisfe.
llana oficial salvo cuando en las COrréspondientes notas apá.rece la· obra
italiana; en cuyo caso se han traducido de dicha lengua.
(1) «Um hino de amor sobe ao trono do Pontifice imortal», Catolicismo
(Campos, Brasil) alío VI, núm. 63, marzo 1956: ·. «Missiio hodietna das
elites ttádicioná.is»-, Católicismo, núm. 64, abril 1956 y «A importancia
das elites ttadicionais. na solu~ao da crise hódiema'»; Catolicismo, núm. 65,
mayo 1956 (traducción integral italiana de Giovañ.ni Cantoni, con el título
común de «Sulla funzione e sulla tesponsabilltil delle "élite" tradizionali»,
Cristianita (Plásencia, Italia), alío IX, núm. 77, septiembre ·de' l'i81, pó-
ginas 5-17). ·
Verbo, núm. 335-336 (1995), 593-613
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GIOVANNI CANTONI
Desde marzo de 1953 el Papa Pío XII recibiría aún en una
ocasi6n al Patriciado y a
la Nobleza romana, precisamente en
1958, de tal forma que
-en el Magisterio del Pontífice----se fue
constituyendo
un importante corpus de catorce alocuciones, con
unidad, tanto material por sus destinatarios, como sustancial por
el tema tratado.
Respondiendo a una petici6n
de · la Sociedad Cultural Recon­
quista-TFP Portuguesa -la Sociedad de Defensa de la Tradición
Familia y Propiedad
Portuguesa-Plinio Corréa de Oliveira,
no sólo ha
comentado la intervenci6n pontificia de 1958, sino
que ha revisado sus comentarios anteriores, ampliándolos y
po­
niéndolos al día en razón de los cambios sociales verificados desde
entonces.
As! nació la obra Nobreza e elites tradícionais análogas
nas alocu9óes de Pio XII ao Patriciado e a Nobreza romana, pn­
blicada en portugués en Oporto en 1993 (2). En el mismo año
ha visto la luz en italiano
(3), castellano (4), inglés (5) y fran­
cés ( 6 ), estando prevista una edición en alemán.
No pretendo presentar al autor en los
múltiples aspectos de
su personalidad y de su actividad
-en una primera aproximación
habría que distinguir entre el pensador y el hombre de acción­
ni tampoco voy a tratar de situar la obra en relación a su prolífica
producción ( 7
). Me limitaré a enunciar una tesis y a sostenerla,
(2) Llvraria CiviliZ89lo-Editora, Oporto, 1993,
(3) Nobiltil ed élites tradizionali analoghe nelle allocuzioni di Pio XII
al Patriziato ed alla Nobilttl romana, Marzorati Editare, Milán, 1993.
(4) Nobleza y élites tradicionales análogas en las alocuciones de Pio XII
al Patriciado y a la Nobleza romana, Editorial Fernando III el Santo,
Madrid, 1993.
(5) Nobility and Analogous -Traditional Elites in the Allocutions of
Pius XII.
A Theme Illuminating American Social History, Hamilton Press,
Lanham (Maryland), 1993.
( 6} Nob!esse et élites traditionelles dans les allocutions de Pie XII
au Patriciat et a la Noblesse romaine, Éditioni Albatros, París, 1993.
(7) Para una aproximación en torno al significado y desarrollo··de su
obra, cfr. Meio sé_culo de epopéia anticomunista, Editora Vera Cruz, Sao
·Paulo, 1980; Sociedade Brasiletia de Defesa ·da Tradii;iio, Famflia e· Pro­
priedade, Um h0il1Zem, uma obra, uma wsta. Homenagem das TFPs·a Plinio
Corréa de Oliveira, EdicOes Brasil de Amanha, Siio Paulo, s.d. (pero 1989};
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l'LINIO CORREA DE OLIVEIRA PENSADOR Y TEOLOGO
aduciendo las pruebas que me parecen estrictamente necesarias.
He aquí la tesis: Plinio Correa de Oliveira, in genere, es expo­
nente, en el siglo xx, de la escuela de pensamiento católico con­
trarrevolucionario; por consiguiente, in specie, es teólogo moral;
y el libro Nobleza y élites tradicionales análogas en las alocuciones
de Pio XII al Patriciado y a la Nobleza romana es una obra de
teología moral.
l. En la plenitud de los tiempos, Nuestro Señor Jesucristo
vind a mostrar a los hombres «la imagen de Dios invisible» (8),
a anunciarles la Buena Nueva
y a solicitar su conversión ; y tal
anuncio
y solicitud, no sólo no supone la abolición de la ley na­
tural, sino que, · por el contrario, es indispensable su memoria,
necesaria para rendir cuentas post peccatum y no sólo por lo que
respecta al hombre individualmente, sino también a la comunidad:
de hecho,
el decálogo, síntesis revelada de la ley natural, tiene
como destinatarios tanto al hombre individualmente
considerado
como a la comunidad, y se presenta por Moisés con la fórmula:
«Oye, Israel, las leyes y los mandamientos_ que
hoy hago resonar
en tus oldos; apréndete/os y pon mucho cuidado en guardar­
los» (9); y la misma fórmula la toma el Señor cuando recuerda
los mismos diez mandamientos enunciado «el primero
de todos
los mandamientos» (
10 ).
2. Cuando se encarna Nuestro Señor Jesucristo, los hom­
bres viven de las
más diversas culturas: «Genus humanum arte
Com.isi6n de Estudios de las TFPs, Tradición, Familia, Propiedad. Un ideal,
un lema, una gesta: La Cruzada del siglo XX, Artpress, Sao Paulo, 1990.
Pará una primera aproximaci6n doctrinal,· cfr. LIZANIAs DE SouZA LIMA,
Plínio Co"fa de Olíveira. Um Cruzado. do Século XX; tesis de licencia~
tura presentada en el Departamientó de Historia de la Facultad de Filo­
sofía, Letras y Ciencias Humanas de la Universidad· de Sao Paulo, Sao
Paulo, 1984 (dirigida por el profesor Augustin Wemet).
(8)
Col. 1, 15.
(9) Dt. 5, !.
(10) Cfr. Me. 12, 28-29.
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OIOVA.NNI CANTONI
et ratione vivit» ( 11 ), y «( ... ) la cultura no pertenece sólo a los
hombres de ciencia,
como tampoco debe encerrarse en los museos.
Casi
dirfa que esa es -eontinúa el Papa Juan Pablo II-lamo­
rada habitual del hombre, lo que caracteriza todo su comporta­
miento
y su modo de vivir, incluso.el de habit:tr y de vestir, lo
que encuentra
bello, su modo de concebir la vida y la muerte, el
amor, la familia
y el compromiso, la naturaleza, su misma exis­
tencia, la vida de sociedad e incluso a Dios» ( 12).
3.
Del encuentro entre. la fe y la cultura se inició inmediata­
mente la obra llamada de
· «inculturación de la. fe»,. cuyos aspectos
fundamentales son dos:
a) El primer aspecto se refiere a la relación entre la fe y
la cultura entendida
-'-por así decir-como integración y como
colaboración: la cultura está marcada por
el pecado original y,
por consiguiente, necesita ser restaurada por la fe, y la fe -por
su parte--necesita de un vehículo humano, en analogía con la
encarnación. Por eso,
segw, Pablo VI, «lo que importa es evan­
gelizar -no de una manera decorativa, como un barniz superficial,
(11) SANTO ToMÁS .DE AQUIN07 In Aristotélis «Post Analyt», 1; cit. en
JuA~ PABLO· II, A.1:ocución a la Organización de la Naciones_ Unidas pai;a
la Educación, la Ciencia y la Cultura del 26 de junio de 1980, en Insegna­
menti di Giovanni Paolo II, vol. 111, 1, pág. 1639, que comenta:· «Estas
palabras de uno de los
más grandes genios del cristianismo, que fue en su
tiempo un continuador
fecundo del pensamiento antiguo, van más allá del
círculo y del significado contemporáneo de la cultura occidental, mediterránea
o atlántica. Su significado se aplica a la humanidad ~ su conjunto, en la
que se encuentran las diversas tradiciones que constituyen su herencia espiri·
tual y las diversas épocas de su cultura. El significado esencial de la cultura,
según
estas palabras de Santo Toniás -de Aquino, consiste en el hecho de
que constituye una característica de la vida· humana en cuanto· tal. El hom·
bt'e .. vióe una vida Verdaderamente· humana gracias a la cultura. La vida
humana es cultura: incluso en el sentido en que el hombre se distingue y se
diferencia a través
de ella de todo cuanto existe en Otra parte en el mundo
visible:
el hombre no ,puede nada sin la cultura».
(12)
JuAN PABLO II, Discurso a la Comunidad Universitaria de Lo­
vaina, de 20 de me.yo de 1985, núm. 1, en Insegnamenti di Giovanni
Paolo Il, vol. VIII, 1, pág. 1590.
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PLINIO CORR.S:A DE OLIVEIRA PENSADOR Y TEOLOGO
sino de manera vital, en profundidad y hasta sus mismas raíces--e­
la cultura y las culturas del hombre en el sentido rico y amplio
que tienen sus términos en la
Gaudium et spes (n. 53 ), tomando
siempre como punto de partida la persona y teniendo siempre
presente las relaciones de
las personas entre s! y con Dios».
«El Evangelio
y, por consiguiente, la evangelización no se
identifican ciertamente con la cultura y son independientes con
respecto a
todas· las culturas. Sin embargo, el reino que anuncia
el Evangelio es vivido por hombres profundamente vinculados
a una cultura,
y la construcción del reino · no puede por menos
de tomar los elementos de· la cultura y de las ·culturas humanas.
Independientes con respecto a
las culturas, Evangelio y evange­
lización no son necesariamente incompatibles con ellas; sino ca­
paces de impregnarlas a todas sin someterse a ninguna» ( 13).
b) El segundo aspecto se re,fi~ a la relación entre fe y cul­
tura como comparación y como juicio: la Iglesia, que continúa
la obra. del Señor Jesús en
1a historia, en la historia encuentra
culturas, en contacto con
las cuales ha ido produciendo, en los
siglos
y en los !,echos, una inculturaci6n, y constituye, también,
«medida» al efectuar una obra de
«juicio» del Evru¡gelio sobre
las diversas culturas de los hombres. Lo ¡,;, il~strado de modo
ejemplar Juan
Pablo· II en lo que, a justo título, se puede con­
siderar el «manifiesto de la 'nuc;va evan¡¡elización'», y que, ,por
ello, es, simpliciter, el mauifiesto de la evangelización, desde el
mqm.ento que .«la nµeva evangelización. no cÓnsiste en un 'tnuev.9
Evang<;lio", que nacería siempre de nCJsotros mismos, .de nuestra
cultura o de nuestro análisis
de las necesidades del hombre. Esto
no
serla "Evangelio", sino pura invención humana y no habría
en ello salvación. No consiste, tampooo, en suprimir del Evan­
gelio todo aquello que parece difícilmente asimilable. No
es la·
cultura la medida del Evangelio, sino que es Jesucristo la me­
dida de toda cultura y de toda obra humana. No, la nueva evan-
(13) PABLO VI, Exhortación .apostólica Evangelii· nuntiandi sobre la
evangelización del mundo contemporáneo (S:.XII-1975), núm. 20, PPC,
12." ed., Madrid, 1985, págs, 24-25.
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GIOVANNI CANTONI
gelizaci6n no nace del deseo de "agradar a los hombres" o de
"buscar su favor"
(dr. Gal 1, 10), sino de la responsabilidad del
don
de Dios hecho en Cristo, por el que tenemos acceso a la
verdad sobre Dios y sobre el hombre y a la posibilidad de la vida
verdadera» ( 14).
4. Por tanto, la Iglesia«( ... ) no se identifica con ninguna
cultura,
ni siquiera con la cultura occidental, a la que todavía su
historia está estrechamente ligada»
(15). Pero si «una fe que no
se hace cultura
es una fe no acogida plenamente, no totalmente
pensada, no fielmente vivida» (16),
cuando -por el contrario-­
la fe es plenamente acogida, totalmente pensada y fielmente vi­
vida, se convierte en cultura, y de la uni6n entre fe y vida nace
una
civilizaci6n cristiana.
De la inculturación de la fe en Occidente naci6 -bajo la
guía de la Providencia_:_ una civilizaci6n cristiana, la civilizaci6n
cristiana romano-germánica, con la que
la Iglesia tuvo -y tiene
aún hoy con
todo aquello que todavía permanece---la mayor y
más duradera convivencia.
«A menudo -advierte el Papa Pío XII-se tiende a iden­
tificar
Medievo y civilización cat6lica. La asimilación no es per­
fectamente exacta. La vida de un pueblo, de una naci6n, se mueve
en
un terreno muy variado, qúe va más allá de la actividad es­
pecíficamente religiosa. Cu1111do, en toda la extensión de ese vasto
terreno, una sociedad respetuosa de los derechos
de Dios se im0
pone la prohibición de traspasar los límites señalados por la doc­
trina y la moral de la Iglesia, puede, legítimamente llamarse cris-
(14) JUAN PABLO II, Discutso Nueva Evangelización, Promoción hu­
mana, Cultura cristiana: . .Jesucristo ayer, hoy y siempre, de 12 de octubre
de 1992,
II, 6, en suplemenm a· L'Osseroatore Romano, núm. 238, 14 de
octubre de 1992.
(15) JuAN XXIII, Discurso • los participantes en el II Congreso Mun­
dial de Escritores y Artiatas Negros, de 1 de abril de 1959, en Discorsi
Messaggi Colloqui del Santo Padre Giovanni XXIII, vol. 1, pág. 224.
(16) JUAN PABLO II, Discurso a los patticipantes en el Congreso Na­
cional del Movimiento Eclesial de Compromiso Cultural, de 16 de enero
de 1982, núm. 2, en Insegnamenti di Giovanni Paolo II, vol. V, 1, pág. 131.
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PLINJO CORRbA DE OLIVEIRA PENSADOR Y TEOLOGO
tiana y católica. Ninguna cultura podría considerarse en bloque
como tal; ni siquiera la cultura medieval (
... )».
«Hecha esta reserva
-prosigue el Papa-es justo recouocer
al Medievo y a su mentalidad una nota· de auténtica catolicidad:
la certeza indiscutible que la religión y la vida formaban, en la
unidad, un todo indisoluble. Sin abandonar el mundo, sin perder
el sentido verdadero de la vida, ordenaba toda la existencia hu­
mana hacia un único objetivo: el 'adherere
Deo', el 'prope Deum
esse' (
... ) hacia la relación con Dios, hacia la amistad de Dios,
convencido de que no
se habría podido dar de otro modo nin­
guna paz consistente, ni para el corazón del hombre, ni para
la
sociedad, ni para la comunidad de los pueblos» ( 17).
5. Pero
la relación correcta y fecunda entre fe y cultura,
entre fe y vida, es la aceptación del juicio de la fe sobre la vida
y sobre la cultura; es decir,
la restauración de la vida y de la cul­
tura, nunca son definitivas en la historia, esto es, definitivamente
adquiridas, pues están continuamente expuestas al riesgo de una
ruptura, de una reactualización temporal del pecado original, de
la
ruptura entre el hombre y Dios (18).
«La
ruptura entre Evangelio y cultura -observa Pablo VI­
es, sin duda alguna, el drama de nuestro tiempo, como lo fue
también en otras épocas. De ahí que hay que hacer todos los es­
fuerzos con vistas a una generosa evangelización de
la cultura,
o
más exactamente de las culturas. Estas deben ser regeneradas
por el encuentro con
la Buena Nueva. Pero este encuentro no
se llevará a cabo si
la Buena Nueva no es proclamada» ( 19).
(17) Pfo XII, Discurso a los peregrinos suizos reunidos en Roma con
motivo de la can'Ollización de San Nicolás de Flúe, el 16 de mayo de 1947>
en Discorsi e Radiomessaggi di Sua .SantitlJ Pio XII, vol. IX, pág. 77.
(18) Cfr. mi «La Contro-Rivoluzione e le liberta», trad. esp., «La con­
trarrevolución y las libertades», Verbo, núm. 283-284 (1990), págs. 451-473
(en especial núm. 7, págs. 462-467).
(19) PABLO VI, Exhortación apostólica Evangelii nuntiandi sobre la
evangelización del mundo contemporáneo (8-XII-1975), núm. 20, ed. cit.,
pág. 25.
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GIOYANNI CANTONI
Si la relación correcta y fecunda entre fe y vida produce una
civilización cristiana,
la civilización occidental conoció esa rela­
ción fecunda
y ha sido una civilización cristiana; sin embargo,
esa civilización cristiana
ha sufrido una degradación capaz de ser
descrita como un 'proceso con ritmos sustancialmente «lógicos»,
es decir -más allá de la acumulación, a primera vista confusa,
de los sucesos histórico&-'--caracterizado dicho proceso, por, una
racionalidad de
-la que deriva y por· la comprensión del motor del
proceso
de secularización --em, proceso que consiste en la « ( ... )
exclusión de los motivos y de los
fines religiosos de todo acto de
la vida humana» (20)-así como por la estructura de la realidad
que degrada (21).
6. Este
proceso de degradación ha motivado intervenciones
del magisterio que, de ocasionales
y episódicas, se han convertido
en. organizadas_ y orgánicas: de esa manera la Iglesia ha ido ela­
borando
y explicitando su doctrina social, es decir, una teología
moral sobre
la sociedad, a partir de los acontecimientos relativos.
a una. determinada sociedad histórica (22), «sobre todo en
los
últimos dos siglos» (23).
En primer lugar -según el modo de elaboración doctrinal
intraeclesial, que
parte de abajo y no coincide con la expresión
autorizada del juicio, que desciende de lo alto--el proceso de
degradación ha suscitado, también, la reacción del mundo cató-
(20} JuAN PABLO II, .Annuciare il valore religioso della vita humana.
Discorso «Sono lieto» (1 de marzo de 1991), núm. 1, 2.~ ed., Cristia.nita,
Piacenza, 1993, pág. 11.
(21) Cfr. mi «Dopo Mane, i maghi? La riscoperta del pensiero magico
in una cultura postmarxista» en . Centro Studio sulle Nueve Religioni
{CESNUR),
Il ritorno della magia. Una sfida per la societtl e per la Chiesa,
a cargo de Massimo Introvigne, Effedieffe, Milán, 1992, págs. 35-70 (es­
pecialmente núm. 3, págs. 47-54).
(22) Cfr. JUAN PABLO II, Centesimus annus (1 de mayo de 1991),
núm. 53, Ediciones paulinas, Madrid, 19911 págs. 92~93.
(23). JuAN PABLO 11, Veritatis splendor, sobre algunas cuestiones fun.
damentales de la enseñanza moral de la Iglesia (6 de agosto de 1993),
núm. 4, San Pablo, Madrid, 1993, pág.
10.
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PLINIO CORRitA DE OLIVEIRA PENSADOR Y TEOLOGO
lico y, en el mundo católico, clérigos lato sensu definidos como
tales, «intelectuales»,
miembros de la «intellighenzia», han ido
elaborando análisis
de esa degtadaci6n, juicios y propuestas para
hacerle frente e intentar superarla. Han
manifestado su aprecio
por la realidad sometida a la degradación,
según una actitud
-más o menos acentuada, pero ampliamente difundida-, que
induce a apreciar
un bien, especialmente, cuando se ha perdido
o está a punto de perderse.
Así,
ha nacido una escuela de pensamiento que indica con la
palabra
«Revolución», bien sea el motor de esa degradación o
bien
el mismo proceso; escuela calificada como contrarrevolucio­
naria, que cuando encuentra en
el Magisterio de la Iglesia las
categorías para enjuiciar la valoración de cuanto somete a su
análisis, así
como las indicaciones operativas, se define mejor
como escuela católica contrarrevolucionaria.
Además, la mayor o menor atención explícita y temática al
Magisterio de la Iglesia permite distinguir ---ron el paso de los
años y no sólo orientarivamente-- entre cultivadores de la «doc­
trina social cristiana»1 es decir, «cristianos o no cristianos culti­
vadores de doctrina social», y cultivadores de la «doctrina social
de la Iglesia»; lo que, por consiguiente, permite considerar a
estos últimos
como teólogos moralistas, aunque nunca, o al me­
nos raramente, se les considere º' defina 'como tales: in genere,
debido a un sentido técnico y «estricto» del término «teólogo»,
que sin embargo, solo
es uno de los posibles significados y no el
único;
in specie, porque «moral» en su ,sentido corriente parece
decir relación tan sólo
al individuo.
7. En
el desarrollo de la denuncia y de las oposiciqnes cul­
turales a la Revoluci6n, se pueden distinguir -en analogía con
el desarrollo del pensamiento cristiano latu sensu considerado-,
tras la breve fase constituida por
los polemistas antirrevolucio­
narios del primer momento, una «patrística» y una «escolástica»,
por
lo tanto expresiones distintas de la oposici6n a este o a aquél
«pecado social»
-ya sea mortal o venial-en analogía con el
desarrollo de la literatura espiritual. Rafael Gambra ha indicado
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GIOVANNI CANTONI
una primera periodización, cúando escribe que «el proceso debe
hacerse arrancar (
... ), del último decenio del xvm, de lo que se
ha llamado primera reacción contra la revolución, pero que
es
también la primera autoconciencia del antiguo régimen, hasta
entonces no discutido en sus fundamentos políticos
y espitituales».
«El primer testimonio crítico de la Revolución francesa
se
debe al irlandés Edmundo Burke» (24), sostiene el mismo pen­
sador
y estudioso español, que poco después, se refiere a José de
Maistre
y a Luis de Bonald, que nosotros situamos entre los
«padres apostólicos» del pensamiento contrarrevolucionario,
se­
gún la clasificación a que nos hemos referido anteriormente. Es
precisamente a partir de Luis de Bonald
-según el mismo autor­
cuando « ( ... ) el pensamiento tradicionalista sufre una neta bifur­
cación» (25); por una parte se. desarrolla un «tradicionalismo de
izquierdas», una escuela contrarrevolucionaria naturalista, prag­
matista, caracterizada
por «( ... ) una visión 'desde fuera', ajena al
(24) RAFAEL GAMBRA CIUDAD, La monarquía social y representativa
en, el pensamiento tradicional, 2.ª ed., Sala, Madrid, 1973, pág. 16.
La obra en la que aparece la periodización y la estructuración que sigo,
es un estudio dirigido a exponer el pensamiento de Juan Vázquez de Mella
y Fanjúl (1861-1928); la aguda periodización y la luminosa estructuración
se encuentran en la introducción (págs. 9-22, especialmente en laa págs. 16-
22). Para una clasificación más específica de Plinio Cottea de Oliveira y
para un encuadramiento más preciso, sería necesario ilustrar también la
relaci6n entre
Medievo en el Viejo Continente y Edad Colonial en el Nuevo
Continente, para lo que me remito -pata una primera aproximación-a
JosÉ
PEDRO GALVAo DE SousA, «Brasilianita lusitana e ispanica», Cristiani­
ta, año XXI, núm. 222 (octubre 1993), págs. 19-22; más ampliamente en
Introdufáo a Hist6ria do Direito Politico Brasileiro, 2.• ed., Saraiva, Slío
Paulo, 1962, passim, pero sobre todo, págs. 111-128; también, cfr. ALBER­
TO CATURELLI, El Nuevo Mundo, Universidad Popular del Esrado de Pue­
bla y EDAMEX, MéxiC'O, 1991, Il Nuovo Mondo riscoperto. La scoperta,
la conquista, l'evangelizza%ione dell'America e la cultura occidentale, trad.
it. a cargo de Pier Paolo Ottonello, Ares, Milán, 1992, passim, pero sobre
todo
págs. 288-301; y al mismo PLINIO CORRÍA DE ÜLIVEIRA, «En el Brasil
colonial, en el Brasil imperial y en la Rep~blica brasilefia: génesis, des~
llo y ocaso de la "Nobleza de la Tierra"», en Nobleza y élites tradicionales
análogas, ed. cit., apéndice I, págs. 159-201.
(25) R. GAMBRA ÚUDAD, op. cit., pág. 17.
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PLINIO CORRhA. DE OLIVEIRA PENSADOR Y TEOLOGO
espíritu o principio interno que creó a la sociedad medieval, muy
apta para penetrar en nna extensa zona de
dpinión con la fuerza
apodíctica que en el mundo moderno tiene. lo experimental y
científico ( ... ) pero incapaz de crear el impulso y los sentimien­
tos que
podrían engendrar una restauración» ( 26) ; por otra, se
desarrolla nna visión «desde dentro» (27), un «tradicionalismo
de derechas», una escuela contrarrevolucionaria católica, del que
es exponente cualificado Juan Donoso Cortés, consejero
para la
redacción del
Sytlabus, y a partir del cual Ia corriente de pensa­
miento se entrelaza con
la expresiones, siempre más frecuentes,
del Magisterio eclesiástico
(28).
Por consiguiente, los términos cronol6gicos de la «patrística»
contrarrevolucionaria van desde la Revolución francesa ;-preci­
samente del 1790, fecha de la publicación de las Reflexion_es sobre
la Revolución francesa de Edmun Burke (29}-al Pontificado
(26) R. GAMBRA CIUDAD, op. cit., pág. 20.
(27)
R. GAMBRA Crn»AD, op. cit., pág. 20.
(28) Como he escrito en otro lugar, «( ... ) expresión evidente y alta·
mente significativa de la sinergia mencionada está por ciertó-constituida
por la relación ideal -dejo sub iudice el problema de la relación real-­
entre la carta escrita por Donoso Cortés en 1852 al Cardenal Rafael For­
nari, Prefecto de la
Sagrada Congregación de Estudios, y el Syllabus del
Papa
Pío IX; cfr. J. DoNoso CoRTÉs, Marqués de Valdegamas, «Carta al
Cardenal Fomari», de 19-VI-1852, en Obras completas, edición, in¡roducción
y notas de Carlos Valverde, S. J., BAC, Madrid, 1970, vol. II, págs, 744-
762; sobre la ocasión de la carta y la relación con el Syllabus, cfr. C. Val­
verde, op. cit., vol. I, págs. 73-74; trad. it. de la carta en Sillabo avvero
sommario dei principali errori del!' eta nostra che sono notaii nelle allOCtr
z.íoni consistoriali, encidiche ed a/,tre leitere apostoliche del SS. Signor N-0sR
tro Pio Pappll: IX, nueva edición italiana· con, texto lat_ino y apéndiCe dOCUR
mental de Gianni Vannoni, Cantagalli, Siena, 1977, págs. 111-135, en «Dopo
Marx ... »-, loe. cit., pág.· 53, nota 37; la citada carta de Donoso Cortés
quede verse en Verbo, núm. 3 (1%2), págs. 35-57.
(29) Cfr. EDMUND BURKE, Riflessioni su/la Rivoluzione francese, pró­
logo de Domenico Fisichella, trad. it., Cia.rrapico, Roma, 1984 y la recen~
sión de Paolo Ma=anghi en Crfrtianitá, año XIV, núm. 132, abril 1986,
págs, 11-12.
Reflexiones sobre la Revoluci6n francesa, Instituto de Estudios PolítiR
cos, Madrid, 1954, o Rialp, Madrid, 1989, con prólogo de Esteban Pujals.
603
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GlOVA.NNl CANTONI
del siervo de Dios, el Papa Pío IX. Del Pontificado de León XIII,
cuyo corpus magisterial señala el paso de las intervenciones episó­
dicas de la suprema autoridad de la Iglesia a una primera orga­
nización
de esas intervenciOireS con un horizonte tendencial glo­
bal, se puede fechar la «escolástica» contrarrevolucionaria, que
-en sustancial y emblemática coincidencia con el paso del Ma­
gisterio social de la Iglesia de ·la «'terapia' social a la educación
social integral» (30) verificado
en 1961 con la publicación de la
encíclica Mater et MagiStra, del Papa Juan XXIII...:._ en 1959
produce, con el libro Revolwción y Contrarrevolución, de Plinio
Correa de Oliveira (31 ), un texto de «ascética social» (32), análo­
go sub· specie societatis de los Ejercicios Espirituales de San Ig­
nacio de Loyola. Y en
Revolución y Contrarrevolución, el autor
remite explícitamente a
la triada Joseph de Maistre, Louis de
Bonald
y juan Donoso Cdrtés' (33), y afirma programáticamente
que «en este duro trabajo intelectual, las doctrinas de verdad y
de orden existentes
en el depósito sagrado del Magisterio de la
Iglesia son, para el contrarrevolucionario,
el tesor~ del cual va
sacando cosas nuevas y viejas
(dr. Mt 13, 52) para rclutar la Re-
(30) Cfr. la periodización y la fórmula, en }EAN-YVES CALVEZ, S. J.
y J.,.C(l~ PERRIN, S. J:, Chiesa e societO economica. L'ins_egnamento sociale
dei Papi da Leone XIII a .Giovann.i XXIII (1878-1963), trad. it., Centro
S.tudi Sociali, Milano, 1965, ¡,ágs. 24-30.
(31) .Cfr. P. Coruu!A DE ÜLIVIIIRA, Revolr,fiíO .• Contra-RevolUfiío,
3/ ed_., Oievalerie, Sao Paulo, 1993 (l.ª publicación en Catolicismo, año IX,
núm .. 100, abril 1959; trad. it. d~ G. CANTONI, Rivoluzione e Contro-Rivo­
lÚµone, 3.U ed. it. aumentada, Cristia.nita, Piacenza,-1977, por la que citaré).
De la primera edición italiana a cargo de G. Caotooi (Edizioni dell'Albero,
Turfn, 1964), .cfr. mi l'!'=lSÍÓn en Il Secolo d'Italia, 26-VII-1964.
(Las referencias a esta _obra en su traducción _española, Revolución y
Contra-Revoluci6n, de entre; las varias-ediciones qtÜ! se hicieron, se harán
por la .de la editorial Fernando III el Santo, Bilbao, 1978).
(32)
Cfr. mi «La Contro-Rivolw:iooe e le liberta», trad. e,paiínla, «La
Contrarrevolución
y las libertades», Verbo, núm. 283-284, marzo.abril 1990
(págs. 451-473), núm. 8, págs. 467-472.
(}3) Cfr .. P. CoRREA DE ÜLIVEIRA, Revoluci6n y Contra-Revplucí6n1
ed. ·cit., psxte I, cap. VIII, pág. 73.
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PLINIO CORRBA DE OLIVEIRA PENSAD_OR Y TEOLOGO
voluci6n, a medida que va viendo más profundo en los tenebrosos
abismos
de ésta» (34).
8.
Todo lo anterior --que no es más que marco situacio­
nal-permite comprender hasta que punto y qué en acepci6n
de términos, se puede calificar a
Plinio Corr€a de Oliveira, ante
todo,
in genere, como exponente. de la escuela católica contrarre­
volucionaria; y in specie, como te6logo. moral; y como obra de
teología moral, su estudio Nobleza y élites tradicionales análogas.
Si Revolución y Contrarrevolución .es un texto de ascética
social, Nobleza y élites tradicionales análogas es una obra. e;q,o­
sitiva de moral social. De hecho -según explícita declaraci6n
de
su autor, que, salvo prueba en contrario, es siempre el intér­
prete de sí mismo
más digno de. atención, al m!'nos de modo pre­
liminar-ante todo, intenta t!!presentar, es. decir, «presentar -de
nuevo», volver a proponer documentos del Magisterio social de
la Iglesia (35), por tanto, exponerlos, comentarlos y sostenerlos
con argumentos
y con soportes documentales: de esta fortna hace
correcta teología moral, puesto que
-<:orno. enseña el Papa Juan
Pablo
II-«compete a los te6logos moralistas exponer la doc­
trina de la Iglesia», «profundizar las razones de sus enseñanzas»
«ilustrar
los'·fundámentos de sus prec!!ptos y su obligatoriedad,
mostrando
su mutua .COl\exión y la relaci6n con el fin último del
hombre» (36).
La obra no .tiene intención sistemática,. es decir, nQ es un
(34) Ibíd., parte II,.cap. VII, 2, C. pág. 106.
(35)
.C&. Idein, «Pío XII: grandi mete ed . enonni mezzi per la res­
taurazione dell'oi:dine sociale cristiano», interv~ci6n de l?~X·199-3, con
ocasión de lo presentación en Milán de su 'libro Nobiltil ed élites tradWo­
nali analogbe nelle allocu:doni · di Pio XII al Patriziato ed alla Nobiltil ro­
mana, Cristianita, año XXI, núm. 222, octtibre 1993, págs. 15-18; ldem,
«Apologia delle disuguaglianze», intervención de 28-IX-1993, con motivo
de ·Ja presentaci6n en. Washington de la· edición inglesa de.· esa -misma. obra,
Cristianiti;, afio XXII, núm. 22.5-226, enero-febrero de 1994, págs. 13-21.
(36) JuAN PABLO II, encíclica Veritatis spl,endor sobre algunas cues­
tiones fundamentales de la ensefianu moral.de-la Iglesia, b.'Úm. 110, e págs. 141-142.
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GIOVANNI CANTONI
manual de doctrina social de la Iglesia, ni una introducción a
esta doctrina, pero afronta
de modo específico una consistente
masa documental, constituida, sobre todo, por las catorce alocu­
ciones que el Papa Pío
XII, dirigió de forma periódica, con una
cadencia anual
-no siempre respetada-, al Patriciado y a la
Nobleza romana, desde 1940 a 1958 (37), a la que se añade una
del Papa Benedicto XV, de 1920 (38).
La ocasión de las intervenciones pontificias está constituida
por el encuentro del Sumo Pontífice con esta particular categoría
de fieles
-una aristocracia político-militar durante un tiempo
jurídicamente
reconocida'-, pero la exposición doctrinal tras­
ciende ampliamente ese evento, por lo que
la serie de interven­
ciones del Papa Eugenio Pacelli
--como ya he indicado-- cons­
tituye un
corpus recuperado unitario, no sólo por sus destinatarios,
sino también por los
temas abordados. Análogas consideraciones
--que fundamentan la exégesis formal que he propuesto--se
podrían efectuar reuniendo documentos --escritos y orales--di­
rigidos por uno o por varios Papas, por ejemplo, al cuerpo di­
plomático, a los médicos, etc.
Así, del contexto -patricios y nobles romanos en visita
peri6dica
al Sumo Pontífice-emerge el texto -'1as alocucio­
nes-; y en las alocuciones al Patriciado y a la Nobleza romana
toma cuerpo el
Magisterio del Papa Pío XII, cuyo examen permite
calificarlo como «comentario a la parábola
de los talentos». La
razón del calificativo es, ante todo· y ciertamente, intr!nseca, es
decir, se refiere a la materia tratada, ya que la diversa distribu­
ción de los «talentos» y su «tráfico» genera aristocracia, de la
que
la nobleza constituye un caso jurídicamente relevante . y re­
conocido. Pero el calificativo tiene también, significativamente,
µna· razón extrlnseca: de hecho, la remisión a la parábola de los
talentos, expuesta en Mateo 25, 14-30, si no es ciertamente la
(37) Cfr. «Alocuciones de Pío XII al Patriciado y a la Noble>a Ro­
mana», en P. CoRR.flA DE ÜLIVEIRA~ Nobleza y élites tradicionales ... , ed. cit.,
págs. 255-280.
(38) Cfr. «Alocución de Benedicto XV al Patriciado y a la Nobleza
Romana», de 5 de enero de 1920, ibld., págs. 281-283.
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PLINIO CORR~ DE OLIVEIRA PENSADOR Y TEOLOGO
única remisión a la Escritura del. corpus examinado -si bien las
renúsiones escrirurales directas son escasas-, sin embargo, es la
única no tangencial, la única inherente al tema general reitera­
damente expuesto y tratado
(39).
9. El tema general lo constituye una valoración de la desi­
gualdad entre los hombres, que va acompañada
por su articulación
con la igualdad fundamental de los hombres. y por los problemaB
de su transmisibilidad.
Ya en Revolución y Contrarrevolución, Plinio Cdrrea de Oli­
veira había sintetizado el argumento en una tesis: «Los hom­
bres, por naturaleza, son todos iguales,
y diversos s6lo en· sus
accidentes. Los derechos que les vienen del simple hecho de ser
hombres son iguales para todos: derecho a la vida, a la
honra, a
condiciones de existencia suficientes,
al trabajo y a la propiedad,
a la constitución de familia, y sobre todo al conocimiento
y a la
práctica de la verdadera Religión. Y las desigualdades que aten­
ten contra
esos derechos son contrarias al .orden de la Providen­
cia. Sin embargo, dentro de estos límites, las desigualdades proce­
dentes de accidentes
como la virtud, el talento, la belleza, la
fuerza, la familia, la tradición, etc., son justas
y conformes con
el orden del universo» ( 40). Y remitía al
Magisterio del Papa
Pío
XII expresado en el radiomensaje de Navidad de 1.944 ( 41.).
(39) Cfr. Pío XII, «Alocución del 15 de enero de 1949», ibíd., págs.
273-274.
(40) P. CoRRil:A DE ÜLIVEIRA, Revoluci6n y Contra-R.evoluci6n, ed. cit.,
parte 1, cap. VII, •. A. n), pág. 69; cfr. también la relación de la tesis con
la definición de los términos «derecha» e «izquierda», en ldem, «A justi~
está na desigualdade cristií>, en Jornal da Tarde, 9 de junio de 1979 (rrad.
it. «Giustizia e disuguaglianza cristiana•, Cristianita, afio VII, rrúm. :54,
octubre de 1979, págs. 11-12), que se corresponde básicamente con No'R.;
BERTO BoBIO, Destra e sinistra. Ragioni e significati di una distifltione po­
litica, Donzelli, Roma, 1994, passim, pero especialmente págs. 71-90.
(41) Cfr. Pío XII, Radiomensaje de Navidad de 1944 Benignitas et
bumanitas, 1, 14-17, en Doctrina Pontificia. DoCUmentos PolítiCos .{Edición
preparada por José Luis Gutiérrez García), BAC, Madrid, 1958, pilga. 875-
876.
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Fundaci\363n Speiro

GIOV .ANNI C.ANTONI
En Nobleza y élites tradicionales análogas la tesis se desarro­
lla con amplitud basada en el Magisterio del mismo Papa Pío XII ;
a continuación, se .inserta en un cuadro más amplio, en dos apén­
dices dedicadds, respectivamente, al trinomio revolucionario Li­
berté Égalité Fraternité (42) y a las formas de gobierno (43),
siempre siguiendo el Magisterio de la Iglesia. Un tercer apéndice
proporciona elementos pastorales y ascéticos ( 44). Por último,
la transcripción de las alocuciones de los Papas Pío XII y Bene­
dicto XV, va seguida por otras diez secciones de documentos ( 4 5).
Por tanto, «todos los hombres somos iguales», peto también:
«todos los hombres somos divetsos».
La igualdad fundamenta la
común dignidad humana, la diferencia, los honores. El Estado,
que
expresa parcialmente --en el sentido que no la agota-la or­
ganización social,
y garantiza políticamente la subjetividad (46),
tiene el deber no sólo de reconocer la igualdad fundamental entre
los hombres, sino también
sus diferencias, y obtiene no pocas
ventajas
de. ese reconocimiento.
10.
· Me he referido a la doctrina social de la Iglesia y me
ha parecido posible definir á Plinio Correa de Oliveira como
teólogo moralista.
Sobre «el aspecto del pensamiento cristiano que atañe direc·
tamente a
la. sociedad y que, por tanto, se conoce con el nombre
de 'docrrina social'» (47),
es decir, sobre el aspecto social de la
(42) .Cfr. P. CoRR.ílA DE ÜLIVEXRA, «La trilogía revolucionaria: Líber·
tad, Igualdad, Fraternidad: hablan diversos Papas», en Nobleza .y élites
tradicionales. análogas, ed. cit., págs, -203-211.
(43) Cfr. Idetn, «Las formas de gobierno a la luz de la doctrina social
de la Iglesia: en teoría · en concreto», ibid., págs. 213-239.
( 44) Cfr. Idem; «La aristocracia en el pensamiento de un Catdenal del
siglo xx, controvertido pero nada sospechoso de parcialidad a favor de
ella», Ibíd., págs. 241-251.
(45) Cfr. Ibíd., págs. 285-327.
(46) JuAN PABLO II, Redemptor hominis (4 de marro de 1979), núm. 17.
(47)
JuAN PABLO II, Discurso a los representantes del mundo de la
cultura
en la Universidad de Riga, de 9 de septiembre de 1993, L'Osser·
vatore RQmano, ed. ~anal en lengua espáñola de 17 de septiembre de
1993, año XXV, núm. 38 (1.290), pág. 13.
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Fundaci\363n Speiro

PLINIO CORRSA DE OLIVEIRA PENSADOR Y TEOLOGO
moral católica, expuesto en el Catecismo de la Iglesia Católica,
se lee: «Al venir al mundo, el hombre no dispone de todo lo que
es necesario para el desarrollo de su vida corporal y espiritual.
Necesita de los demás. Ciertamente hay diferencias entre
los
hombres por lo que se refiere a la edad, a las capacidades físi­
cas, a las aptitudes intelectuales o morales, a las circunstancias
de que cada uno se pudo beneficiar, a la distribución de las ri­
quezas. Los «talentos» no están distribuidos por igual» ( 48); y
la remisión del Catecismo es a Mt 25, 14-30 y a Le 19, 11-27.
En el parágrafo siguiente del mismo Catecismo, la considera­
ción prosigue: «Estas diferencias .pertenecen al plan de
Dios, que
quiere que cada
uno reciba de otro aquello que necesita, y que
quienes disponen de «talentos» particulares comuniquen sus be­
neficios a los que los necesitan.
Las diferencias alientan y con
frecuencia obligan a las personas a la
m~dad, a la bene­
volencia
y a la comunicación. Incitan a las culturas a enrique­
cerse unas a otras» (
49). Y a continuación se transcribe una cita
de Santa Catalina de Siena, tomada del
Diálogo, rico, como las.
Cartas, en «máximas de gobierno civil» (50).
En relación a los artículos del Catecismo de la Iglesia Cató­
lica,
las alocuciones del Papa Pío XII constituyen un tratamiento
procedente
de la temática de las diferencias entre los hombres
que
«( ... ) pertenecen al plan de Dios»; y la obra Nobleza y élites
tradicionales
análogas es una acertada exposición, efectuada en
el momento en que la caída del igualitarismo ahsolut~ obliga
-rectius, «obligarla»:_ a tratar conjuntamente la doctrina de la
igualdad con la de la diversidad, mientras que la tentación del
«hombre, este
desequilibrado» (51), estriba en abandonarse al
movimiento pendular y a la horizontalidad dialéctica de la con-
( 48) Catecismo de la Iglesia Católica, núm. 1.936.
(49)
Catecismo de la Iglesia Católica, núm. 1.937.
(50) Cfr. ANNA ·MARIA BALDUCCI, Massime di reggimento civile di
Santa Caterina da Siena, Edizioni Catetin.iane1 Roma, 1971.
(51) Cfr. MrcHELE FEDERICO SCIAccA, L'uo.mo, .questo «squilihrato».
Saggio sulla condizione umana, 5.ª ed. revisada, Mar.zorati Edítore, Milán,
1963.
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GIOVANNI CANTONI
tra¡,psición «igualdad-desigualdad», en lugar de buscar continua­
mente
el equilibrid entre los dos términos por medio de la refe­
rencia
dialógica a un tercer elemento, es .decir a través de la re­
ferencia
vertical a Dios y a su Ley.
«En nuestros días -ha señalado el Papa Juan Pablo II en
Santo Domingo, el día
12 de octubre de 1992-se percibe una
crisis cultural de proporciones insospechadas. Ciertamente
el
sustrato cultural de hoy presenta un buen número de valores
positivos, muchos
de ellos fruto de la evangelizción; pero, al
mismo tiempo, ha eliminado valores religiosos fundamentales y ha
introducido concepciones engañosas, que no son aceptables desde
el punto de vista cristiano».
«La ausencia en la cultura de
la modernidad de estos valo­
res cristianos fundamentales, no ha obscurecido solamente la di­
mensión trascendente, conduciendo a muchas personas
al indi­
ferentismo religioso
-también en Amética Latina--, sino que,
al mismo tiempo,
es causa determinante de la desilusión social
en
la que ha madurado la crisis de esta cultura. Después de la
autonomía introducida por el racionalismo, hoy se tiende a fun­
damentar los valores sobre todo en
el consentimiento social sub­
jetivo que, no raramente, conducen, también, a posiciones con­
trarias a la misma ética natural. Piénsese en el drama del aborto,
en los abusos de la ingeniería genética, en los atentados a
la vida
y a la dignidad de
la persona».
«Frente a
la pluralidad de opciones que hoy se ofrecen, es
precisa una profunda renovación pastoral
¡x,r medio del discer­
nimiento evangélico
respecto a los valores dominantes, las actitu­
des, los comportamientos colectivos, que con frecuencia repre­
sentan un factor decisivo para optar tanto por
el bien como
por el mal.
En nuestros días es necesario un esfuerzo y un tac­
to especial para inculturar el mensaje de Jesús, de modo tal
que los valores cristianos puedan transformar los diversos nú­
cleos culturales, purificándolos, si es necesario, y haciendo po­
sible la consolidación de una cultura cristiana que renueve, di­
late y unifique los valores históricos pasados y presentes, para
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PLINIO CORRBA DE OUVEIRA. PENSADOR Y TEOLOGO
responder, así, de un modo adecuado a los desafíos de nuestro
tiempo
(cf. Redemptoris missio, 52)» ( ... ).
«La Iglesia mira con preocupación la fractura existente entre
los valores evaogélicos
y las culturas modernas, porque .éstas
corren el riesgo
de cerrarse en sí mismas en una especie de in·
volución agnóstica y sin referencia a la dimensión moral (cf. Dis­
curso al Pontificio Consejo
de Cultura, 18 de ene.ro de 1983)» ( ... ).
«La Iglesia, que considera al hombre como su
«camino» ( cf.
Redemptor hominis, 14), debe saber dar una respuesta correcta
a la crisis de la cultura. Frente
al complejo fenómeno de lamo­
dernidad, es necesario dar vida a una alternativa cultural plena­
mente cristiana.
Si la auténtica cultura es la que expresa los va­
lores universales de la persona, ¿quién puede proyectar mayor
luz sobre
la realidad del hombre, sobre su diginidad y su razón
de ser, sobre su
libertad y sobre su destino que el Evangelio de
Cristo?» (52).
Con Nobleza y élites tradicionales análogas, Plinio Corréa de
Oliveira efectua una contribución importante y digna a la cons­
trucción de la «alternativa cultural» auspiciada
por el Pontífice
feli2mente reinante para hacer frente «al complejo fenómeno de
la modernidad», favoreciendo el despertar del tino y del esfuerzo
especial, necesario para el indispensable «discernimiento evangé­
lico sobre los valores dominantes». Y a los que, por no haber
leído la obra y tampoco. haber meditado brevemente sobre la
expresión «élites tradicionales análogas», pensasen que se
la pue­
de «liquidar» como una manifestación de «arqueologismo» (53),
se les puede recordar que la perspectiva de tal «alternativa cul-
(52) JUAN PABLO II, DiSCúrso Nueva evangeli2ación, Promoción hu­
mana, Cultura cristiana. «Jesucristo ayer, hoy y siempre», ed. cit., IV, 21-22.
(53} P. CoRRflA DE ÜLIVEIRA, Revoluci6n y Contra-Revoluci6n, ed. ci_t.,
parte II, cap. III, 1, C, pág. 92. La cita implícita es de Pfo XII, endclica
Mediator Dei sobre sagrada liturgia de 18 de diciembre de 1947, en Dis­
corsi e Radiomessaggi di Sua Santita Pio XII, vol. IX, pág. 559, en donde
el Papa advierte del «nimium restituendae in liturgjcis rebus antiquitatis
studium», expresión traducida oficiosamente -en italiano por «un eccesivo
archeológismo in ·materia liturgica».
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GIOVA·NNI CANTONI
tural» implica «la ronsolidación de una cultura cristiana que re­
nueve, dilate y unifique los valores históricos pasados y presen­
tes»; y recordar una vez más la observación de Pío XII: «¿Una
vuelta a
la Edad Media? ¡No lo piense nadie! Más bien un retor­
no a esta síntesis de la religión
y la vida. No es un monopolio de
la Edad Media: supeta infinitamente todas las contingencias tem­
porales, es siempre .actual, porque es la clave indispensable de
toda
civilización, el alma de la que toda cultura debe vivir, so
pena de destruirse con sus propias manos, de precipitarse en el
abismo de la maldad
humana, que se abre bajo sus pies en el
momento en que, con la apostasía, comienza a dar la espalda a
Dios» (54).
Al describir la función
de los teólogos moralistas según las
enseñanzas de Juan Pablo 11, he subrayado -como expresión
fundamental y
cualificada de su ejercicie>--la e,¡posición de la
doctrina de la Iglesia, la profundidad de las razones de sus en­
señanzas, la ilustración del fundamento de sus preceptos y de su
obligatoriedad, mostrando la mut¡¡a conel!:ión y .la .relación con
el fin último del hombre; se trata de elementos que se encuen­
tran en
su totalidad y sin dificultad en, las obras de Plinio Corr~a
de Olivefra y como tales han encontrado puntual y autorizado
reconocimiento (55).
En conclusión, es preciso y oportuno recor-
{54) Pío XII, Di$curso a los peregrinos suizos reunidos en Roma con
motivo
de la canonización de Sán NicoláS de FlUe, ed. cit., pág. 78.
(55) Cfr. por todos -auoque la· elecci6n no es fácil-la carta de
felicitaci6n-de 26 de fébrero de 1949, relativa al volumen Em-de/esa da
A'°áo Católica (con un prefacio del Nuncio Apostólico S. E. mons. Bene­
Paulo, 1943), enviada en nombre del Papa Pío XII por el Sustiruto de la
Secretaría de-Estad.O, mosefior Juan· Bautista Montini; después Papa Pa­
blo VI; la carta de la Sagrada Congregación de Seminarios y de Universi­
dades, de 2 de diciembre
de 1964, en la que el prefecto del dicastetio
vaticino para la educación cit6lica, S. E. el cardenal Gillseppe Pizzardo,
alaba el estudio A liberdade da lgre;a no Estado comunista. A Igreia, o­
décalogo e o direito de propriedade (l.ª publicación definitiva· en Catoli­
cismo, año XIV, núm. 161, mayo 1964; trad. esp. La libertad de la Iglesia
en el Estado comunista; editorial ero, 4.' ed., Madrid, 1971), definiéndolo
«Un
eco fidelísimo de los Documentos del· Supremo Magisterio de la Igle-
612
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PLINIO CORRBA DE OLIVEIRA PENSADOR Y TEOLOGO
dar, también, un último carácter del te6logo cat6lico, indicado
por el
Santc;, Padte -:-e-Y que antes he omitido .. ind,icar-,, consis­
tente en
~;d.lr (.. l ejempló de 1ln asentimiéittci 1eaCiilterno y
externo,_a la .ense~a.del n:iagisteri9, sea~ e1 campo pe! dogma
como en el de
la moral». (56). . • .. . .• .
Hace ya veinte años,' el 12 de 'octubre de' 1974, el Papa Pa­
blo VI, durante una audiencia general en la que participaban los
miembros
del Consilium de Laicis, observaba, entre otras cosas,
que «el hombre contemporáneo escucha con
más gusto a los tes­
tigos que a los
i:nae~trós, o. si escucha ~ fos ihaestÍ;o~ 'estx,rque
son testigos» (57). Pues bien, el ejemplo de un ~enthniento leal,
interncJ y extei'nii, a la enséñiim:a del Magisterío,:Cillltc,. érú!l cam­
po del dogma como en el de la moral, dado por Pllnió ~.
de Oliveira a Jo L!tg., ,de tllllU'9s ~ de fecundo»ap0Stolado; se
cdnfirma en la obra Nobleza y élites tradicionales, y constituye
aquel tl'Stimonio.que, .(>lira .«l hoQlbre: co11tempo~, es. g¡iraptja
para atender a un maestro.
sia»; o el folleto. en=sa gas, con testimonios de aprecio de S. E. el ~: Sil¡¡¡o Oddi, p~
emérito de la Congregación del Clero, el catdenal Mario Llugi Ciappi, O. P.,
que fue ieólogo de la Casa Pontificia• y eir actualmente presidente de la
Academia ·Pontificia Romana de' Santo Tonuis de A~úino y 'de Religi6n Ca­
tólica, el cardenal Alfons M. Stickler SD.B:, que fue•!Biblioteeario y AJ,.
chivista de la Santa Romana Iglesia, y de dos teólogos dominicos de fama
internacional, el italiano Raimondo Spiazzi y el español Victorino Rodríguez
Rodrlguez.
(56) JuiN PABLO II, V eritatis splendor, núm. 110, ed. cit., l?~S, 142.
{57) FABLO VI, Discurso en la audiencia general de 2 de octubre de
1974, en Insegnameti di Paolo VI, vol. XII, págs. 895-898 (págs. 895-896).
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