Índice de contenidos
Número 337-338
Serie XXXIV
- Textos Pontificios
- Noticias
-
Aniversarios
-
La formación doctrinal. La Ciudad Católica. Su introducción entre nosotros por Eugenio Vegas Latapie
-
Eugenio Vegas Latapie, apóstol del Derecho Público Cristiano
-
Eugenio Vegas Latapie, dignificador de la política
-
El Eugenio Vegas que conocí
-
Eugenio Vegas Latapie y Francisco Elías de Tejada y Spínola: dos pensamientos coincidentes a la sombra de Menéndez Pelayo
-
Ley y democracia (A los diez años de la muerte de Eugenio Vegas Latapie)
-
- In memoriam
- Estudios
- Crónicas
- Información bibliográfica
Autores
1995
Bernardino Montejano: La universidad del siglo XXI
INFORMACJON BlBLIOGRAFICA
mente a afinar en estas discusiones: «La biografía que merece
Santo Tomás no ha sido todavía escrita, a pesar de los estudios
de que disponemos».
EunALDO FoRMENT.
Bemardino Montejano: LA UNIVERSIDAD
DEL SIGLO
XXI (*1)
Bernardino
Montejano, catedrático de Derecho Natural y
Filosofía del Derecho de
la Universidad Católica Argentina, es
un buen y viejo amigo de esta casa que es Verbo. Así, va para
veinticinco años que publicamos dos brillantes contribuciones
suyas
-«Actitud del jurista ante el derecho natural» {núm. 80/
1969) y «Orden natural y subversión en el pensamiento ponti
ficio» (núm.
87-88/1970)-, sin que la relación se haya interrum
pido desde entonces. Igualmente participó activamente en los
afanes de la Organización Internacional de
Iusnaturalistas Hispá
nicos «Felipe JI», fundada por el profesor Elías de Tejada a
principios de los setenta con
el concurso de tantos. queridos ami
gos
-también de estas páginas-como José Pedro Galvíío de
Sousa, Fredetick
D. Wilhelmsen o Gonzalo Ibáñez, entre otros.
Entre su obra destaca
el importante libro Ideología, racionalúlad
y realidad (Buenos Aires, 1981), que constituye una profunda
investigación sobre «el papel de los principios y
de las circuns
tancias en lo político y jurídico.
Con mucho gusto presentamos
hoy su trabajo La universidad
del siglo
XXI, premiado pot el Club Universitario de Buenos
Aires,
y que erudita y originalmente al tiempo, se interna por los
senderos, un tanto escarpados en nuestros días, del «alma mater».
Comienza con un capítulo -rubricado como «el hogar de los
saberes»-donde aborda la naturaleza de la universidad. Con
rigor analítico observa que, desde una perspectiva metafísica,
«la universidad aparece como una realidad accidental»,
mientras
que desde el ángulo sociológico «la universidad es un grupo so
cial». Todo grupo social, en efecto, pertenece al accidente de re
lación, pues necesita insertarse en las personas que lo integran.
Pero, al mismo tiempo, se distingue de los simples agregados,
en los que la vinculación
es puramente física, mientras que en
aquéllos sus integrantes hacen algo que los vincula bajo la direc,
ción de una autoridad, sujetos a ciertas normas y en pos
de un
objetivo común. ~a naturaleza de la universida4, que no cambia,
(*) Oub Universitario de Buenos Aires, 1994, 63 págs.
9U
Fundaci\363n Speiro
INFORMACION BlBLJOGRAF.lCA
es, pues,. la de «comunidad de profesores y estudiantes reunidos
en forma estable en un lugar adecuado, que tiene por finalidad
la búsqueda, transmisión y contemplación
dela verdad bajo modo
de saber».
Un primoroso repaso y comentario de las «reglas para
estudiar» de
San Bernardino de Siena, completa el contenido del
primer capítulo.
El segundo, se ocupa de la inserción de la universidad -<:uya
naturaleza ya nos es cclnocida-en la historia. En efecto, la uni
versidad
es una «realidad histórica», plenamente desenvuelta en
el tiempo, lo que hace que
--en palabras del maestro Alvaro
d'Ors que reproduce
Montejano-no podamos encontrar una
imagen de universidad sin más reproducible hoy. De ahí que la
la historia de la universidad
-en la que el autor no se entretiene,
limitándose a ofrecer unas pinceladas
expresivas-nos permita
distinguir lo que en ella hay de permanente y de cambiante.
Aparece, pues,
el tema eterno de la tradición y la innovación,
que el profesor Montejano aborda muy adecuadamente: «La uni
versidad debe integrarse en
una tradición cultural auténtica y
viva». Esto quiere decir que la universidad, como institoción
humana, debe mantenerse fiel al medio cultural específico,
al
tiempo que mostrarse viva y abierta a la época y a sus exigencias.
En este punto, no pueden resultar
más acertadas las considera
ciones críticas de la situación universitaria acrual que desgrana el
autor: la universidad debe recuperar su vida interior, para bien
asentada en
sus fundamentos proyectarse al extetior.
El tercero y último de los capítulos se vuelca sobre el futo
ro:
es «la universidad del mañana» la que aparece en el punto
de mira de su pluma. Con
sus problemas: la fragmentación de
las carreras, la multplicación de los universitarios, la insubordi
nación de la técnica y los límites de la ciencia, etc.
Y con la es
peranza .de que la «interminable fila» de que habló Carnelutti
continúe en el mañana.
MIGUEL AYUSO.
Cristián Garay Vera y Cristián Medina Valverde: CIDLE
Y LA GUERRA CIVIL ESPM
Cristián Garay, colaborador de Verbo desde hace años, y por
tanto
condcido de sus lectores, es un prolífico historiador chileno
que ha prestado atención a la historia reciente de España, desta-
(*) Fundación Mario Góngora del Campo, Santiago de Chile, 1994,
80 pilgs.
912
Fundaci\363n Speiro
mente a afinar en estas discusiones: «La biografía que merece
Santo Tomás no ha sido todavía escrita, a pesar de los estudios
de que disponemos».
EunALDO FoRMENT.
Bemardino Montejano: LA UNIVERSIDAD
DEL SIGLO
XXI (*1)
Bernardino
Montejano, catedrático de Derecho Natural y
Filosofía del Derecho de
la Universidad Católica Argentina, es
un buen y viejo amigo de esta casa que es Verbo. Así, va para
veinticinco años que publicamos dos brillantes contribuciones
suyas
-«Actitud del jurista ante el derecho natural» {núm. 80/
1969) y «Orden natural y subversión en el pensamiento ponti
ficio» (núm.
87-88/1970)-, sin que la relación se haya interrum
pido desde entonces. Igualmente participó activamente en los
afanes de la Organización Internacional de
Iusnaturalistas Hispá
nicos «Felipe JI», fundada por el profesor Elías de Tejada a
principios de los setenta con
el concurso de tantos. queridos ami
gos
-también de estas páginas-como José Pedro Galvíío de
Sousa, Fredetick
D. Wilhelmsen o Gonzalo Ibáñez, entre otros.
Entre su obra destaca
el importante libro Ideología, racionalúlad
y realidad (Buenos Aires, 1981), que constituye una profunda
investigación sobre «el papel de los principios y
de las circuns
tancias en lo político y jurídico.
Con mucho gusto presentamos
hoy su trabajo La universidad
del siglo
XXI, premiado pot el Club Universitario de Buenos
Aires,
y que erudita y originalmente al tiempo, se interna por los
senderos, un tanto escarpados en nuestros días, del «alma mater».
Comienza con un capítulo -rubricado como «el hogar de los
saberes»-donde aborda la naturaleza de la universidad. Con
rigor analítico observa que, desde una perspectiva metafísica,
«la universidad aparece como una realidad accidental»,
mientras
que desde el ángulo sociológico «la universidad es un grupo so
cial». Todo grupo social, en efecto, pertenece al accidente de re
lación, pues necesita insertarse en las personas que lo integran.
Pero, al mismo tiempo, se distingue de los simples agregados,
en los que la vinculación
es puramente física, mientras que en
aquéllos sus integrantes hacen algo que los vincula bajo la direc,
ción de una autoridad, sujetos a ciertas normas y en pos
de un
objetivo común. ~a naturaleza de la universida4, que no cambia,
(*) Oub Universitario de Buenos Aires, 1994, 63 págs.
9U
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es, pues,. la de «comunidad de profesores y estudiantes reunidos
en forma estable en un lugar adecuado, que tiene por finalidad
la búsqueda, transmisión y contemplación
dela verdad bajo modo
de saber».
Un primoroso repaso y comentario de las «reglas para
estudiar» de
San Bernardino de Siena, completa el contenido del
primer capítulo.
El segundo, se ocupa de la inserción de la universidad -<:uya
naturaleza ya nos es cclnocida-en la historia. En efecto, la uni
versidad
es una «realidad histórica», plenamente desenvuelta en
el tiempo, lo que hace que
--en palabras del maestro Alvaro
d'Ors que reproduce
Montejano-no podamos encontrar una
imagen de universidad sin más reproducible hoy. De ahí que la
la historia de la universidad
-en la que el autor no se entretiene,
limitándose a ofrecer unas pinceladas
expresivas-nos permita
distinguir lo que en ella hay de permanente y de cambiante.
Aparece, pues,
el tema eterno de la tradición y la innovación,
que el profesor Montejano aborda muy adecuadamente: «La uni
versidad debe integrarse en
una tradición cultural auténtica y
viva». Esto quiere decir que la universidad, como institoción
humana, debe mantenerse fiel al medio cultural específico,
al
tiempo que mostrarse viva y abierta a la época y a sus exigencias.
En este punto, no pueden resultar
más acertadas las considera
ciones críticas de la situación universitaria acrual que desgrana el
autor: la universidad debe recuperar su vida interior, para bien
asentada en
sus fundamentos proyectarse al extetior.
El tercero y último de los capítulos se vuelca sobre el futo
ro:
es «la universidad del mañana» la que aparece en el punto
de mira de su pluma. Con
sus problemas: la fragmentación de
las carreras, la multplicación de los universitarios, la insubordi
nación de la técnica y los límites de la ciencia, etc.
Y con la es
peranza .de que la «interminable fila» de que habló Carnelutti
continúe en el mañana.
MIGUEL AYUSO.
Cristián Garay Vera y Cristián Medina Valverde: CIDLE
Y LA GUERRA CIVIL ESPM
tanto
condcido de sus lectores, es un prolífico historiador chileno
que ha prestado atención a la historia reciente de España, desta-
(*) Fundación Mario Góngora del Campo, Santiago de Chile, 1994,
80 pilgs.
912
Fundaci\363n Speiro