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Número 345-346

Serie XXXV

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Calidad y extensión de la Suma Teológica

CALIDAD Y EXTENSION DE LA SUMA TEOWGICA
POR
VICTORINO RODRÍGUEZ, o. P. (*)
Introducción
Cuando empezaba a levantarse la Catedral gótica de Colonia
(1248), el maestro San Alberto
Magno con su mejor discípulo
Santo Tomás de Aquino
fundaban en aquella ciudad alemana un
Studium Generale. Con estos dos grandes dotninicos empieza a
consolidarse la ciencia teológica, cuyas principales funciones ha­
bían
aparecido ya germinal.mente en el Nuevo Testamento y en
la Patrística primitiva hasta la genial aportación de San Agustín.
Alberto y Tomás, extraordinariamente
dotados de inteligencia y
de gracia de Dios, con una enorme herencia intelectual de palabra
revelada, comentada
por los Santos Padres, de los esbooos de los
maestros que les precedieron
en los0 dos si¡Í:los anteriores singular­
mente vinculados a San
Agustín, y educados en la disciplina men­
tal
aristotélica que irrumpíá entonces en Europa, pudieron llevar
a cabo en
la segunda mitad del siglo XIII la estructuración funda­
mental del
corpus theologicum, tal como nos quedo en la Summa
Theologiae de Santo Tomás. La catedral de Colonia no se terminó
hasta el siglo
XIX; la Suma Teológica de Santo Tomás, empezada
en 1266, se acercaba a su fin en 1273.
No quiero decir que Santo
Tomás elaborase totalmente
la Sagrada Teológía ni que la Suma
(*) Con mucho gusto publicamos las palabras pronunciadas por el padre
Victorino Rodríguez, O. P;, Presidente de la Sección Española de la Socie~
dad Internacional Tomás de Aquino, en ·Ia sesi6n inaugural del Seminario
de Estudios Jurídicos de dicha Sociedad, celebrada en Madrid el pasado
10 de mayo, (N. de la R.)
Verbo, núm. 345-346 (1996), 527-541 527
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VICTORINO RODRIGUEZ, O. P.
Teológica contenga todo su pensamiento teológico. La teología de
Santo Tomás desbotda ampliamente la
Summa Theologiae, y el
haber teológico de los maestros coetáneos
y posteriotes a Santo
Tomás,
sintonizados o no con él, amplían en extensión y profun­
didad, en
indagación ·de las fuentes; en virtualidad discursiva y
en diálogo con las diversas culturas, el legado provetbial del Aqui­
natense. Lo que se me ha pedido para esta ocasión es la presentación
global del contenido, de
la estructuración, del estilo y de la ca­
lidad de esta obra cumbre de Sagrada Teología, empezando por
la idea que el mismo Santo Tomás tenía
de la Sagrada Teología.
El por qné de la Sum.a Teológica
.
A mediados del. siglo xr~, tras el impulso de los insig,,es doc­
tores San Anselmo
de, CántóÍ:bery y de Saµ Bernardo .. de Oaraval,
como tradición abiet1:a, <:9ntjnuada y glosada, de la doctrina de
los Santos Padres, nacen las Sententiae Patrum, de uso escolar.
A base de ellas
el , arzobispo de París Pedi:o .. Lombardo escribió
los
Quatuor Libri Sententiarum, que siguieron de texto .en. los
siglos siguientes, ,rep;,tidamente}:omentados, empezando por San­
to Tomás; Al empezar a es<:J."ibir un, segundo comentario a Pedro
Lombardo le vino
la idc:;a de. escribir una obxa petsonal, a su
gusto, tal
como.lo expresó en el prólogo a la Suma, modélico en
su género de. prólogo a una obra escolar. Dice así:
«El doctor de la vetdad católica no sólo debe instruir a los
adelantados, sino instruir
también a los principiantes, seg,µi aque­
llo de San Pablo I Cor. }, 1-2: Como a párbulos en. Cristo os di
a beber lecbe,
110 co,n!411, nµestro propósito en esta obra es tratar
de las cosas que pertenecen a
la religión cristiana de!_ mcxlo que
conviene a la instrución
de los incipientes.
Hemos considetado que, efectivamente, los novatos de esta
doctrina encuentran gran dificultad en los escritos de diversos
autores: en parte,
pot la multiplicación de cuestiones, artículos
y argumentos inútiles ; en parte, porque las cosas que necesitan
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CALIDAD Y EXTENS!()l{ .. ,P-J!:.~A.·,SUMA TEOLOGICA
saber no se: enseñan según el orden :de la disciplina, sino según
lo
requería la exposición de los. libros o según se presen.aba 1a
ocasión de · la disputa ; y en parte: también· porque la frecuente
repetición
de esos temas engendraba fastidio y confusión en. las
mentes de los oyentes.
.
Por tanto, deseando evitar estos y otros similares ,ia,c;c¡hvenien­
tes, intentaremoo, confiadc¡s en el divine¡ auxilio, prooeguir breve
y lúcidamente, según lo permita la materia, las cosas que perte­
necen a la sagrada d~ina~. Evitar.temas inútiles; c¡rd~ en.la
exposición de los temas en sí mismos ; no repetir los temas ; bre­
vedad
y claridad. «Ninguna obra teológi<::a de . texto ~oomenta
Ramírez-, antes ni después de la Suma, lui logra~o igu"1ar estas
cualidades .soberanas {orden, plenitud,
claridad, pro{m1didád). To­
das ellas nacen,. coi:no de su primer principio, del orden insupe:
rabie de su plan. Quien
ordená, np se repite; quien no se repite,
es breve y conciso; quien es bre~e. conciso y ordenado, es claro y
profundo, al mismo tiempo». (Intro;d. General a la Suma Teol6-
gica, BAC, 1957, pág. 162). ..
Plan dela.Suma de Teología
En el prólogo a la priµ\~ cuestión de la. Suma,, come¡ primer
paso en la ·planificación de
.la obra, empieza por indagar qué es y
a qué se extiende la sagrada doctrina ( «qualis sit et ad quae se
extendat» ). Tras ,esta introducción gei:teral, sentado el estatµto
científico de
la Teología, señala, en el prólogo a la cuestión se,
gunda, los tres grandes bloques de temas. a desarrollar: «Puesto
que el principal
h;,tento de la doctrina sagrad1,t es el de. dar a
conocer a Dios, y no s6lo como .es en sí mi.smo,. .sino también en
cuanto es principio y fin de. todas· las cosas, y especialmente de la
criatura racional, según
· hemos dicho, en el intento de exponer
esta doctrina trataremos prinieramente de Dios; después, del mo­
vimiento de la criatura racional hacia Dios; y, en tercer lugar,
d;e Cristo, que, en ruanto. hombre, es. nuestro camino-para ir a
Dios». Serán, pues, tres las partes de la Suma de Teología: Prima
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VICTORINO RODRIGUEZ, O, P.
Pars, sobre Dios en sí mismo, Uno y Trino, y principio de todas
las cosas; Secunda Pars, sobre el movimiento de la criatura ra­
cional hacia Dios, bien
en general {Prima Sl!cundae), bien en
particular
(Secunda Secundae); y Tertia Pars, sobre Cristo. De
las subdivisiones de estas ttes partes de la Suma nos ocuparemos
más adelante.
Calidad y extensión de la Sagrada Teología
La primera cuestión de la Suma es una introducción a la
Sagrada Doctrina, definiéndola en su
calidad y extensión y fijando
su propid método. Es una reflexión sobre el quehacer teológico.
Quien mejor puede definir una ciencia y
señalar su método· es
quien la
ha recorrido íntegramente. Si es verdad que el camino
se hace al andar, también lo es que mejor se anda por el camino
bien hecho en una zona
inexplorada. Es bien conocida la petulan­
cia del principiante que pretende señalar temas y método al
maestro.
Cuando Santo Tomás se puso a escribir la cuestión introduc­
toria a la Suma de Teología ya llevaba diez afios enseñando en
París
y Roma. Contaba, pues, con una gran expetiencia pedagó­
gica; con
el conocimientd total y meditado de la Sagrada Escri­
tura (nos cónsta que sabía de memoria toda la Biblia); con el
extensísimo conocimiento que tenía de
los Santos Padres ( como
revela su Catena Aurea) ; con el contacto con todo el corpus theo­
logicum
de las Sentencias de Pedro Lombardo y la confrontación
académica
de los demás maestros de París ; y con el arte de bien
pensar qne aprendió
de Aristóteles. Con todo este equipaje em­
prende la obra prometida en el prólogo.
Podría afirmarse que toda la sabiduría de la Suma Teológica
está condensada en
la cuestión primera, distribuida en diez artícu­
los, con
los siguientes temas:
530
l.º Si es necesario que haya una doctrina distinta de las
ciencias filosóficas.
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CALIDAD Y EXTENSION DE LA SUMA TBOLOGICA
2." Si la sagrada doctrina es ciencia.
3 .'
Si es ciencia una o múltiple.
4.'
Si es especulativa o práctica.
5 ." Si es superior a las otras ciencias.
6.º Si es sabiduría.
7
.º Si su sujetó es Dios.
8.º
Si es argumentativa.
9
.º Si debe usar metáforas.
10.'
Si un mismo textd de la Sagrada Escritura tiene varios
sentidos.
En los
seis primeros artículos se indagan las cualidades de la
Teología,
qualis sit, donde, aunque no se diga expresamente, se
calibran sus atributos transcendentales: su entidad o razón de ser ;
su verdad o valor científico; su unidad específica átoma; su bon·
dad o practicidad; su dignidad relativa ; su belleza. En la segunda
parte
o cuatro últimos artículos se indaga su extensión, ad quae
se extendat, tanto en cuanto a los objetos de estudio, como en
ruanto al proceso argumentativo,, y -en cuanto a su expresión o
lenguaje. Se presenta, por tanto, en dos perspectivas, una más
formal o en verticalidad de motivación ( arts. 1 ·6); y otra más
material, en horizontalidad de temas y en expansión argumenta·
tiva y ·comunicativa.
Quiero anotar, antes de pasar a más concreciones, la estruc­
tura general de cada uno de los artículos de la Suma. Se cons·
truye en cuatro partes, a saber:
a) planteamiento del problema o
enunciado de la cuestión ;
b) argumentos negativds ( que suelen
ser tres) y argumentos a favor (el «sed contra»);
e) solución ra,.
zonada; d) respuesta a las objeciones.
Cualidades de la Teología
Su necesidad. Su razón de ser en el hombre· o necesidad para
su perfección nace de su destino a un fin que trasciende la ca·
pacidad del conocimiento natural, y que debe ser conocido y con·
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VICTORINO RODRlf}UEZ,. O."P..
seguido responsablemente, para lo cual ,:,s. necesario un. orden de
conocimiento de orden sobrenatural, habido por re~eláci,ón divina.
Esta revelación no sólo es
indispc,nsable .para tener acceso ".a las
verdades sobrenaturales, sino
.que también. es sumamente conve­
niente para conocer las verdades naturales m~ elevada.s sobre el
verdadero Dios, la inmortalidad del
alma, la responsabilidad, el
amor a todos los hombres,
y cosas asL Sin la.4ívina revelación al
conocimiento de estas verdades «llegarían pocos hombres, después
de mucho tiempo
y con mezcla de muchos envres» (art. 1; doc­
trina que hizo suya el Concilio Vaticano I, DS,. J,005). Merece
subrayarse la perspicacia de Santo Tomás
ai' pre~~;,tar y resolver
las objeciones contra la. necesidad de la sagrada doctrina, que son
las recurrentes del fidefsmo, del racionalismo Y ·del positivismo
gnoseológico.
Su valor científico: Se trata no sólo de un conocimiento venla­
dero, del «verum», sino de un conocimiento. perfecto o científico
en el sentido riguroso aristotélico, de
conocimiento cierto por sus
causas. No contamos con principios evidentes para.nosot¡;os (aun­
que sí lo son para Dios y para los bienaventurados, de cuya cien­
cia beatifica es subalternada. nuestra teología), pero sí con prin°
cipios
certisÍlllos, que son las verdades de la fe infalible, basada
en la verdad y veracidad
de Dios que revela. Desde la fe, con la fe
y pdr la fe encarnada en su inteligencia el teólogo puede dar
razón de lo
qtic cree, defenderlo y hacerlo operante en su mente
y en
su vida. 'De hecho, en el mismo Evangelio y en las Cartas
de los
Apóstoles nos encontramos con las· funciones e,q:;licativas,
defensivas y argumentativas que usanlós teólogos.
Al decir que
la teología es ciencia no· se trata . de reducirla. a
la función puramente demostrativa. La argumentación forma un
todo con
los principios (artículos de la fe), con las consecuencias,
corolarios y aplicaciones, y con las ilustraciones de:los 'ejefuplds
concretos, que si son hechos revelados están por encima de la
contingencia histórica en cuanto a certeza. Por otra parte, .sostener
que la teología es ciencia no es afirmar que todo lo que se enseña
en
teología tenga certeza científica,; muchas cosas se· proponen
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CALIDAD Y EXTENSION DE_ LA. SUMA TEOLOGICA
como probables u opinables, sujetJis a,revisi6n. Basta que produz­
ca algunas .verdades cientificas para. inferir que es ciencia, como
basta saber que
un árbol da algunas peras buellllS para saber que
es un buen peral.
Teología .unitaria y pluralismo, teol6gico. La·,primera dificultatJ
contra la unidad especifica de la teología es la complejidad .de su
objeto:
trata de Dios, de los ángeles, de las costumbres de los
hombres
y h115ta de las cosas corporales. Todo esto, en el <>rden
natural, es .cometido de ciencias diversas, ¿Por qué no ocurre lo
mi.smo en el orden teológico? Porque lo que especifica a las cien­
cias, como.a
las potencias y

a los demás hábitos.
no son los objetos
Jllllteriales, sino. los. objetos formales. Ahora bien, este objeto
formal
en 1a teología es la. revelación divina, es decir, todos esos
objetos materiales
en cuanto revela~les, comd en la, visi6n lo que
da unidad
es el color que se encuentra en el hombre, en el ani­
mal o en la piedra.· .Pero Jo divinamente .revelado o revelable. no
es referible a la teología lo mismo que es tl'Íerible a la fe teofogal
en sí misma. A la. fe la define formal e inmediat,µnente; a la teo­
logía la define virtualmente, quebrada en la. razón teológica. Ello
no implica mayor dificultad:
también difieren esencialmente .. el
hábito de los primeros principios y
los hábitos científicos natu­
rales,
y, sin embargo, éstos dependen esencialmente de aquéllos.
Simto Tomás, que m81ltiene . la ,unidad específica átoma de
toda la Teología (no
distingue específiC'lfilente dogmática y moral;
antropología teológica y Cristología; Mariología y· Eclesiolc,gía;
tec,logía sacramentaria, pastQral
y escatología; teología bíblica y
patrística; y menos
las llamadas teolQgías «de. genitivo»), sí es­
tablece una múltiple y ordenada pluralidad de tratados y cuestio­
nes,
d~, funciones y géneros de e,¡:posición: Aparte c:le los tratados
sistemáticos
son de notar . sus comentarios a la Sagrada Escritura
y sus recopilaciones
patrísticas. Por otra parte, no se oponía a .la
coexistencia de diversas Escuel~s TeelógiCllS, .
Ciencia ,nás especulativa que práctica. La Teofogía versa· sobre
lo divino y
lo humanQ·, pero principalmente sobre ·Jo divino,. que
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VICTORINO RODRIGUEZ, O. P.
no es operable, sino contemplable. Por eso es máxime contempla­
tiva ; sin dejar de ser
práctica, conforme al mandato del apóstol
Santiago, 1, 22,

citado
por Santo Tomás en el artículo 4: «Poned
en
práctica la palabra y no os contentéis sólo con oirla». «Trata
de los actos humanos en cuanto que por ellos se ordena el hombre
al conocimiento
perfecto de Dios, en que consiste la bienaventu­
ranza eterna».
Dignidad de la Teología entre
las demás ciencias. La superior
dignidad o excelencia
de la Teología, en cuanto especulativa, se
basa en su principal objetd, que es Dios mismo y en la superio­
ridad de su motivo formal que es la divina revelación. Cierto que
el superior valor de los contenidos de la fe, de
cara a nuestra
débil inteligencia, puede tentar a incredulidad o a la duda ;
no
obstante, «el mínimo conocimiento que puede tenerse de las cosas
más altas es más deseable que el conocimiento certísimo que se
tiene de las cosas mínimas» (I, 1, 5 ad 1). Su singular dignidad
en cuanto
práctica se toma del supremo valor del último fin de la
vida humana
al que conduce. Por esd se sirve de las demás cien­
cias prácticas, no por ser inferior a ellas y subordinada a ellas,
sino utilizándolas
por sernos más afines y connaturales (I, 1, 5
ad2). ·
Sabiduria teol6gica. Si en los artículos cuarto y quinto Santo
Tomás presentó la bondad, el «bonum» de la Teología, en el
sexto nos
la· da a conocer en su esplendor o belleza, como «pulch­
rum». Santo Tomás recuerda la confesión
de San Pablo: «Yo,
como sabio arquitecto, puse los cimientos»
(1 Cor. 3, 10). Esta
doctrina
-razona Santo Tomás--es máximamente sabidutía
entre todas las sabidurías humanas, no sólo en algun género, sino
en absoluto. Pues como es del sabio ordenar
y juzgar, y el juicio
de las
cosas inferiores se da por la causa más alta, se llama sabio
en un determinado género al que considera la causa
más alta de
aquel género ... Y, a su vez, en el género
de toda la vida humana
se tiene por sabio prudente al que ordena
los actos humanos al
fin debido... Por tanto, aquel que considera absolutamente
la
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CALIDAD Y EXTENSION ·DE LA SUMA TEOLOGICA
causa más alta del universo, que es Dios, se tiene por máxima­
mente sabio ... Ahora bien, la sagrada doctrina trata propísima­
mente de Dios en cuanto causa altísima, nci sólo en cuanto que
es cognoscible por las criaturas .•. , sino también en cuanto a aque­
llo que
Él solo conoce de sí mismo y comunica a otros por reve­
lación. Es, por tanto, máximamente sabiduría» (I, 1, 6). En el
prologo a la exposición del libro de Boecio De hebdomadibus
nos dejó una sublime valoración de la contemplación gozosa de
la sabiduría, análoga al placer del juego que se busca
pot sí
mismo sin afán utilitario.
Extensión o
amplitud de la Teología
Desde
el artículo séptimo se expone «ad quae se extendat»
la sagrada doctrina.
Empieza por cuestionarse «utrum Deus sit
subiectum huius
scientiae». Por «subiectum» entiende aquí Santo
Tomás
el objeto formal terminativo o tema a tratar. La respuesta
afirmativa, que
Dios sea obieto de esta ciencia, la indica el mismo
nombre, pues «theologia» o deología no
es otra cosa que tratado
de Dios (Sed contra). Y así
es porque en esta ciencia se trata todo
«sub ratione Dei», bien
sea el mismo Dios o bien las demás cosas
en cuanto dicen orden a Dios, como a
principio o como a fin.
Es, por otra
parte, exigencia de los principios de esta ciencia o
motivo formal, que son los artículos de la fe que versa sobre
Dios, y es el mismo el «subiectum» de Ios principios y de toda
la ciencia que deriva de ellos, ya que toda la ciencia está conte­
nida virtualmente en los principios.
Es Dios, por tanto, el centro
de toda esta ciencia, en tomo al cual giran los tratados sobre
el
mundo y sobre el hombre, es decir, toda la sistematización de la
teología en
horizontal es teocéntrica, no cristocéntrica ni antro­
pocéntrica. Santo Tomás alude brevemente a otras tres posiciones histó­
ricas.
Segón la primera el objeto de la Teología son «res et signa»
( = las cosas a disfrutar o usar, y los sacramentos). Así pensaba
Pedro Lombardo. Hugo de San Víctor opinaba que el tema central
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VICTORINO RODRIGVEZ, -0. ·P.
son las obras de la reparación, es decir, la Encarnación y los sa­
cramentos.
Otros la centraban en el Cristo íntegro, Cabeza y miem­
bros. Cundi6 mucho
esta opini6n en te6logos del siglo XIII (fran­
ciscanos
y dominicos, ·y fue reasumida en el siglo xx por Emilio
Mesch
y otros muchos te6logos. A mediados de nuestro siglo Car­
los
Rahner propuso como objeto prioritario de la teología la exis­
tencia.humana sobrenatural; consiguientemente la sistematizaci6n
teol6gica
debérá"ser antropocéntrica).
Santo Tomás es muy expedito en el rechazo de estas teorías:
«Algunos, fijándose en las cosas que se tratan en esta ciencia,
y no a la razón formal con que son consideradas, señalaron otro
sujeto a esta ciencia: bien las cosas y los signos, bien las obras
de la reparaci6n, bien al Cristd total, cabeza
y mieml¡rps. Pues
de todas estas cosas se
trata en esta ciencia, pero según el orden
que guardan con Dios» (1, 1, 7). «Todas las demás cosas que se
tratan
en la sagrada doctrina caen bajo la perspectiva de Dios,
no . como partes,
especie~. o 11ccidentes, sino en cuanto ordenadas
de
algún modo a Él» (I, 1, 7 ad 2).
Carácter .argumentativo y lugares teológicos. Se . trata de. la
extensi6n gnoseol6gka o proceso discµrsivo de la T eologÍa, En
esta cualidad difiere fundamentalmente la. Teología de la fe teo­
logal y de los dones. del Espíritu Santo, que no son discµrsivos,
mientras que . la teología es. discµrsiva y se adquiere por estudio
(Cf.
I, 1, 6 ad 3; I, 1, 8, obj. 1). Estos últimos años se concret6
la cuesti6n
enla del método teológico.
Que la Teología pueda y deba argumentar lo muestra fácil­
mente Santo Tomás
pot" el hecho de que <;uenta con unos princi­
pios,
qtJe,son las verdades de fe, y con el instrumento de la razón,
a la
qlle «no anula la gracia sino ·que la perfecciona» (I, 1, 8 ad
2), y, a
-base. de ello;bien para·deducir nuevas verdades teológicas
de los principios ; bien para resolver unas verdades
de fe en otras
verdades. de fe
; bien para defender las verdades de fe apoyándose
en otras. verdades
de fe; bien para resolver las objeciortes ert con­
trario;. bien para explicar con analogías las verdades
de fe. «Como
las demás ciencias
no argumentan para ¡,robar sus principios, sino
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Fundaci\363n Speiro

CALIDAD Y EXTENSION DE LA SUMA TEOLOGICA
que argumentan desde los principios para manifestar otras verda­
des
en ellas, así la teología tampoco argumenta para probar sus
principios, que son los artículos
de· la fe, pero de ellos procede
a manifestar
alguna otra verdad, como San Pablo, en I Cor. 15,
12, argumenta por la resurrección de Cristo para probar la resu­
rrección común» (1, 1, 8). Y así como en el orden filosófico la
metafísica defiende sus principios, así la teología disputa con los
que niegan sus principios, argumentando de unos artículos a otros,
y, si no admiten ninguno, resolviendo sus falsos argumentos, «por­
que al apoyarse la fe en la verdad infalible, y ser imposible de­
mostrar lo contrario a
la verdad, es manifiesto que las pruebas
que se aducen contra la fe, no son demostraciones, sino argumen­
tos solubles» (1,
1, 8).
Concretizando
y matizando las fuentes. de la argumentación
teológica o «lugares teol6gicos», distingue los argumentos o fuen­
tes
.. «propias», que son la Sagrada· Escritura, la Tradición de los
Padres, y el Magisterio auténtico
de la Iglesia, que ofrecen cer­
teza; la autoridad
de los demás doctores de la Iglesia, que tam­
bién es propia, pero sólo. probable; y los argumentos de razón
y doctrina de los filósofos, asumidos en servicio de la fe, y que
son fuentes «extrañas» (I, 1, 8 ad 2).
En el siglo xvx el gran teólogo dominico. de Salamanca Mel­
chor Cano
escribió la monumental obra De locis theologicis, ex­
plicitando
en diez lugares teológicos esta respuesta «ad secundum»
del presente artículo. Me permito añadir que esta. «ratio narura­
lis», al entrar a-servir la fe, se convierte. en «raiid theologica»,
interiormente elevada y roborizacla, como se hizo ver en la discu­
sión de los ,µíos treinta sobre la naruraleza de la «filosofía cris­
tiana».
El uso de la metáfora en Teología. Al proceso del concepto
teol6gico a la palabra o lenguaje dedica Santo Tomás el artículo
nueve, fijando expresamente la atención en la metáfora, qíie pa­
rece ser la que ofrece mayor problema por su connotación niás
sensible y material; alejada del contenido' espiritual de los concep-
Fundaci\363n Speiro

VICTORINO RODRIGUEZ, O. P.
tos teológicos. Al tema más general del ]enguaje teológico analó­
gico dedicará
la amplia cuestión 13 de la Primera Parte.
Sobre el hecho
y la legitimidad del uso de la metáfora en
teología no
hay cuestión, dado que la misma Sagrada Escritura la
utiliza constantemente.
La lejana similitud de las realidades espi­
rituales con
las cosas sensibles, especialmente de orden dinámico,
v. gr., soplo .del Espíritu, ira de Dios, fuente de gracia, luz de la
revelación, fuego
de la caridad, etc., sirve para entender a unas
en función de las otras. Aparte de su utilidad catequéticá y mne­
motécnica, la metáfora aquí, como en toda actividad intelectual,
aporta el encanto
de su belleza o delectación espiritual, juntándose
a la delectación superior
de la contemplación de la sabiduría,
«cuya conversación no tiene amargura ni tedio su convivencia»,
según Prov. 8, 30, recordado por Santo Tomás en el prólogo a
Boecio De hehdomadibus.
«Dios tiene providencia de todas las cosas conforme a su na­
turaleza. Ahora bien, es natural al hombre que llegue a lo inte­
ligible por
lo sensible, pues todo nuestro conocimiento empieza
por el sentido.
De ahí que en la Sagrada Escritura. se nos comu­
niquen convenientemente
las cosas espirituales bajo metáforas de
cosas materiales. Es, ádemás, conveniente que la Sagrada Escritu­
ra proponga
las cosas espirituales bajo semejanzas corporales para
que
asf los más torpes puedan percibir las cosas inteligibles para
las que
no son idóneos» (I, 1, 9).
Plural significaci6n de la 'palabra revelada. Además de la flexi­
bilidad analógica del
término teológico que usa el hagiógrafo o el
teólogo (sentido literal propio o metafórico),
el pluralismo de sen­
tido teológlco de la palabra se da en otro ámbito en que se han
fijado los teólogos medievales con Hugo de San Víctor, referido,
ya no a la significación de la palabra en sf ( = sentido literal),
sino
al significado de la misma cosa expresada: sentido alegórico,
sentido moral, sentido anagógico. Hechos o figuras bíblicas que
significan o prefiguran otras cosas presentes o futuras. Tratan de
ellos
los teólogos bíblicos. «Estos sentidos se multiplican no por­
que, una misma voz signifique cosas diversas, sino porque las mis-
538
Fundaci\363n Speiro

CALIDAD Y EXTENSION DE ~A. SUMA T~OLOGICA
mas cosas significadas pueden ser signos de otras cosas» (I, 1, 10,
ad 1 ). Así Isaac significaba alegóricamente a Cristo; el lavado de
los pies
de los Apóstoles por Cristo significaba moralmente nues­
tras obligaciones
con el prójimo; la entrada a la boda significaba
anagógicamente la salvación eterna. Sin embargo, el sentido que
cuenta en la argumentación teológica
es el literal, no los otros
tres indicados (1, 1, 1 ad 1).
Estructuración de la Primera Parte
La Primera Parte comprende dos grandes secciones: A) Dios
en sí mismo, uno en esencia
y trino en personas; B) Dios como
principio eficiente de
todas fas cosas.
· A Dios Uno dedica las ce. 2-26: a) Existencia de Dios; b)
Atributos divinos (simplicidad, perfección, bondad, infinitud, ubi­
cuidad, inmutabilidad,
eternidad, unidad, cognoscibilidad y nom­
bres divinos); c) Operaciones divinas, inmanentes (ciencia, voli­
ción, providencia, predestinación»,
y transeuntes (potencia divi­
na);
d) Bienaventuranza de Dios,
A Dios Trino dedica las cuestiones 27-43: a) Las procesiones
divinas dentro de Dios; b) Las relaciones divinas; c) Las perso­
nas divinas, bien absolutamente consideradas, tanto en general
como en particular (Padre, Hijo, Espíritu Santo), bien relativa­
mente consideradas ( en orden a la esencia,
a las relaciones, a los
actos nocionales, a ia misión}.
De Dios como princi¡,io eficiente de todas las cosas; trata 'en
las cuestiones siguientes, de la 44 a la 119: a) De la producción
de las criaturas en general ;
b) De la distinción de las criaturas en
general
y de las criaturas buenas y malas, Luego de la distinción
de las criaturas espirituales
y corporales (ángeles, criaturas corpo­
rales, el hombre);
c) Del gobierno de las cosas creadas, bien en
general, bien en especial, en los efectos del gobierno divino: 1 )
de la conservación; 2) de la mutación de las criaturas: cómo
mueve Dios a las criaturas y cómo las criaturas se mueven a sí
mismas (los ángeles, los seres materiales, los hombres).
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Fundaci\363n Speiro

VICTORINO RODRIGUEZ; O. P.
Estructuración de la Prima Secundae
En laSegundi Parte se estudia el movimiento de la ·criatura
racional

a Dios, fin último
. de la vida humana, y la subdivide en
dos secciones: La Prima Secundae, sobre los actos humanos y sus
principios en general,
y la Secunda Secundae, sobre las virtudes y
dones
en particular, y estados de la vida humana.
La Prima Secundae, que actualmente llaman Moral Fundamen­
tal, comprende dos tratados
· de. desigual. extensión: A) Sobre el
último fin o bienaventuranza ;
B) Sobre los actos humanos, tanto
en
sí mismos, bien sean específicos del hombre, bien sean los co­
munes al hombre y a. los animales, como son las pasiones o emo­
ciones; como en sus principios, que Son unos intrínsecos, cuales
son los hábitos, buenos y malos (virtudes:y vicios). Y otros son
extrínsecos, cuales son la ley (principio directivo) y la gracia (prin­
cipio
activo),
Estructuración de la Secunda Secundae·
Es la parte·más ·extensa y admirable por la sabia ordenación
de una materia tan
compleja, cual es la vida humana con sú infi,
nidad de virtudes y vicios, dones del Espífitu Santo y estados de
vida. Distingue dos apartados: A) De las virtudes y vicios en par­
ticu1ar que se dan en todos los estados de la vida· humana (ce.
1-170).
B) De las virtudes y vicios peculiares de los dfstintos es­
tádos, como son los de los superiores y de los súbditos, de los
que se dan a la contemplación o a la acción.
En el primer apartado· se estudian · sucesivamente fas tres vir­
tudes
teologiles y las éuatro cardinales con sus respectivas virtÚ'
des anejas o potenciales; y .en oposición'á ellas se estudian los
vicios
contrarios, los preceptos positivos y negativos y Ios dones
del.Espíritu Santo corresponoientes.
En el segundo apártado (ce. 171-189) atiende a Iós hábitos
y actos que· se dan en unos hombres y no· en otros .. Estas diferén:
Fundaci\363n Speiro

CALIDAD Y EXTENSJON DE LA SUMA TEOLOGICA
cias pueden .deberse bien a .diferentes gracias gratis dadas ; bien a
los diferentes
modos de vida, cotn,o son la vida; activa y la vida
contemplativa; bien a la
diferencia de oficios o de estados (Cf.
prólogo a la cuestión 171). Resultan así tres tratados: a) la vida
profética;
b) la vida activa y co11-templatiya; e) los· oficios o esta­
dos de
perfección de determinadas· personas, como son el estado
episcopal y de
los religiosos.
Estructuración de la Tercera Parte
Aunque el tratado teol6gico sobre Cristo cabría colocarlo en
la Primera Parte, a continuación del tratado de la Trinidad o
como culminación de la obra más maravillosa de Dios, cual es
la Encarnación del Verbo, Santo Tomás prefirió reservarlo para
la Tercera Parte, fijándose en Cristo como Redentor y
.camino de
salvación de todos los hombres.
Distribuye la materia en dos secciones:
A) El misterio de
la Encarnación, estudiando sucesivamente:
11) cónveniencia de la
Encamación;
b) el modo de la unión hipostáticll!; e) consecuen·
cias derivadas de ella. B) La vida de Cristo:. a) en su entrada en
el mundo;
b) en su permanencia y progreso; .e) en su triunfo y
exaltación.
.
En total, 512 cuestiones y 2.639 artículos: de la Primera Par­
te, 119
ce. y 584 artículos; de la Prima Secundae, 114 ce. y 619
artículos; de la
Secunda Secundae, 189 ce .. y 892 artículos; de .la
Tercera Parte, 90 ce. y 544 artículos. Será difícil excogitar un
tema teológico que no haya tenido o tenga su
cabiqa en este ar­
ticulado de la Suma de Teología de Santo Tomás.
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