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Número 365-366

Serie XXXVII

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Francisco Elías de Tejada: Realismo jurídico e instituciones hispano-napolitanas

CRÓNICAS
FRANCISCO ELÍAS DE TEJADA: REALISMO
JURÍDICO E INSTITUCIONES HISPANO-NAPOLITANAS
Con motivo de haberse cumplido el mes de febrero el vigé­
simo aniversario del fallecimiento del profesor Francisco Elías
de
Tejada, el Centro di Relazioni Culturali de Nápoles y la madrile­
ña Fundación Francisco Elías
de Tejada han celebrado en la
segunda semana del pasado mes de mayo en la capital del viejo
Reino
un Convegno sobre la obra del ilustre polígrafo. Reunión
preparada cuidadosamente por los anfitriones y precedida por
una serie de artículos y reportajes de prensa, alguno en sede tan
difundida como el suplemento regional del milanés JI Giornale.
Pero el acto central fue precisamente el del día 15, en la "Sala San
Tommaso", del Convento "San Domenico Maggiore", donde la
tradición dice que enseñó el propio Santo Tomás de Aquino. El
Cónsul General de España en Nápoles, don José Luis Los Arcos,
auspició y presenció el evento,
que fue presidido por el presti­
gioso historiador profesor
Di Vana, de la Universidad Federico 11.
Intervino en primer lugar el profesor español Miguel Ayuso,
de la Universidad Pontificia de Comillas de Madrid, que centró la
personalidad del homenajeado,
de la que tan buen conocedor es,
como acredita especialmente su libro La filosofia jurídica y polí­
tica de Francisco Elías de Tejada (Madrid, 1994), y que se ocupó
de trazar las grandes líneas doctrinales de su obra: el realismo
juridico-político clásico y
la tradición política hispánica, ambos en
la estela del santo de Aquino y de los juristas y teólogos de las
Españas áureas y argénteas. Destacó, asimismo, que si bien el
profesor Elías de Tejada es uno de los máximos historiadores de
las ideas políticas españolas -y casi sin esta última especifi­
cación también-de este siglo, no es menos notable el vigor de
su producción iusfilosófica y filosófico-política. Siguió el profesor
Roberto
de Mattei, de la Universidad de Cassino, que desarrolló
el eje España-Europa, mejor España contra Europa, como una de
las claves conceptuales que explica la obra historiográfica teja­
diana. A este respecto destacó la finura de su concepción de la
Cristiandad y del proceso revolucionario que condujo a su des-
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CRÓNICAS
trucción de derecho por medio de la Paz de Westfalia, a través de
las fracturas religiosas del protestantismo, ética del maquiavelis­
mo, política del bodinismo y jurídica del hobbesianismo. Igual­
mente recorrió las páginas
en que el homenajeado opone al naci­
miento
de Europa la continuidad de España en el servicio a la
concepción organicista
de la Cristiandad. Precisando, para termi­
nar,
cómo encuentra la radical oposición entre España -sería
mejor decir, según el gusto de Elías de Tejada, las Españas-y
Europa, tocada
por un cierto maximalismo. Sin embargo, las agu­
das precisiones del profesor
De Mattei, en vez de centrarse en la
excesiva identificación
de Europa con el proceso secularizador
propio
de la modernidad -ya que es cierto que Europa también
es Carlomagno y el Sacro Romano Imperio,
por poner un ejem­
plo significativo, y
no sólo Lutero, Maquiavelo, Hobbes o
Bodino-, encontró el error en la reducción hispánica de la resis­
tencia al proceso revolucionario. Y esto, excepciones aparte, y
cierto es que
pueden espigarse en número nutrido, no deja de
ser cierto en términos generales.
Tomó la palabra,
en tercer lugar, el abogado e historiador
Silvio Vitale. Amigo íntimo
de Elías de Tejada de sus correrías
napolitanas, socio fidelísimo luego
de sus empresas intelectuales
concernientes al Reino otrora hispánico, sigue
con la bandera
enhiesta a través
de las páginas de su L 'A!fiere, símbolo de la his­
toriografia tradicionalista
y, en consecuencia, anti-risorgimental.
Sus palabras, de marcado
tono intimista, recordaron escenas de
la vida del profesor Elías de Tejada, enmarcando en una pers­
pectiva vital
la gran gesta emprendida por aquél en los años cin­
cuenta
de rehabilitar el período hispánico del Reino de Nápoles.
Gesta que Cario
Curdo o Giuseppe Toffanin, prestigiosos histo­
riadores también del pensamiento político, elogiaron cumpliclísi­
mamente
y que, en cambio, no logró horadar el muro de incom­
prensión
de la cultura oficial. Gran mérito el de Vitale haber
mantenido, casi solo, durante años difíciles, una posición histo­
riográfica
que hoy, poco a poco, empieza a abrirse camino en
cuanto a la rehabilitación del período borbónico, pero aún queda
lejos de avanzarse en cuanto al peñodo hispánico. También en
este orden, débese a Vitale el haber emprendido, solo, la tarea de
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CRÓNICAS
traducir el magno Nápoles Hispánico de Elías de Tejada al italia­
no.
El primer volumen, prácticamente concluso, es una llamada
a otros amigos y discípulos
de la escuela del pensamiento tradi­
cional, y pensamos singularmente
en el profesor Paolo Caucci, de
la Universidad de Perugia, gran hispanista, si no propiamente his­
pánico, y amigo también
que fue de El!as de Tejada.
En cuarto lugar,
en un nivel propiamente filosófico, o filosó­
fico-po)ítico, el profesor Giovanni Turco, del Instituto Oriental,
esto es otra de las universidades napolitanas, de gran prestigio, y
que en su nombre guarda el recuerdo de su extraordinaria
influencia en las Indias, conocido tomista napolitano, desarrolló
la temática de la libertad en la obra del pensador tradicionalista
español.
Así destacó la diferencia entre la concepción de la liber­
tad del pensamiento moderno (protestante o europeo),
que Elías
de Tejada denominaba "libertad abstracta", frente a las "liberta­
des concretas" del pensamiento clásico (católico o español).
Preciosa y sugestiva lección,
amén de reveladora de los senderos
de nuestro mundo, de la modernidad romántica a la postrnoder­
nidad desvergonzadamente ya anticristiana. Y cerró la interven­
ción de Daniela Cappacio, historiadara de la Universidad de
Federico II, que repasó muy cuidadosamente las aportaciones del
Nápoles hispánico desde el
status questionis de la historiografía
hodierna. Desde luego
que resulta innecesario subrayar el interés
de la última de las comunicaciones, que --en cambio--quizá
pecó de falta de perspectiva temporal en algún punto, por no
reparar que cuando el profesor Elías de Tejada elaboró su obra
no corrían vientos favorables para el napolitanismo, y que se vio
obligado
·a construir prácticamente ex nihilo su edificio. Hoy, en
cambio, y en buena medida merced a esa misma obra, pues pese
al silencio que cayó sobre ella no ha dejado de influir decisiva­
mente en esa inflexión, hay otros alientos y apoyos para la tarea.
En fin, innecesario insistir más en la brillantez y significación
del acto, del que la prensa napolitana se hizo eco notable, y que a
no dudarlo también lo ha tenido en distintos ambientes de su inte­
lectualidad. Además de la presencia del Cónsul de España y del
profesor Piero di
Vona, vimos entre los presentes a distinguidos
representantes de las órdenes de
Malta y Constantiniana de San
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CRÓNICAS
Jorge, al historiador napolitano afincado en Bolonia Mauricio di
Giovinne,
al periodista y profesor Maurizio Dente, a la profesora
Mariolina Spadaro, al propagandista católico Guido Vignelli, a
Gianni Fomicola
-dirigente de Alleanza Cattolica--, a la periodis­
ta Daniela Quaranta, a Vinzenzo Esposito, Paola D'Alconzo, etc.
Pero
no concluyó con este acto la actividad del profesor
Miguel Ayuso
en su estancia napolitana, pues --como se ha
dicho-se entrevistó con distintos periodistas y participó tam­
bién
en distintas reuniones de la Fraternita Cattolica, la Sociedad
Cooperativa Il Giglio y
el movimiento Neoborbónico. Para los
miembros
de este último precisamente pronunció, la v'!Spera de
su partida, una conferencia sobre la historia y la doctrina del car­
lismo,
que dio lugar a un vivo coloquio.
MARINA CARRESE
SIETE DÍAS DE LUCHA SOCIAL
En la semana del 25 al 31 de mayo 0998) se han celebrado
en Madrid distintos actos públicos y colectivos bajo la común
rúbrica de "Siete Días de Lucha Social". Su exigüidad se ha dilui­
do en la inmensidad de la capital y han pasado desapercibidos
para la mayoría
de sus habitantes; mas esto también se ha debi­
do a la pereza y a la desidia de muchos y a su desinterés por el
valor doctrinal y simbólico de las cosas;
toman a broma o como
pintoresca amenidad, que minimizan, cosas más graves de lo que
parece. Una visión superficial de esos actos puede generar la
creencia
de que son sólo políticos y sociales; pero una observa­
ción más atenta descubre unos entramados ideológicos y casuís­
ticos morales, religiosos, y
por eso los traemos aquí. Porque
como tantas veces se repite, con razón, la moral cristiana no se
reduce, solamente, al sexto mandamiento.
Transcribimos
de un cartel de la Ciudad Universitaria: "Todas
las actividades se realizarán
en la nueva casa okupada si la situa­
ción lo permite, si
no es así, se realizarán en la Parroquia de
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