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Número 405-406

Serie XLI

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Festividad de San Fernando 2002

CRÓNICAS:
FESTIVIDAD DE SAN FERNANDO 2002
Como cada año, al llegar el 30 de mayo los amigos de la
Ciudad Católica de Madrid nos hemos reunido para celebrar la
fiesta de nuestro patrón. Siempre es
un encuentro que tiene algo
de entrañable, y lo esperamos
con ilusión, especialmente los que
no podemos asistir a las reuniones de los martes o los jueves, o
no con la asiduidad que quisiéramos. Este año, además, tuvimos
el gusto de contar con la presencia de dos amigos de ultramar
que compartieron mesa con nosotros, privilegio que, por razones
obvias, no se prodiga mucho: el que foera embajador de Chile
ante la Santa Sede, Héctor Riesle, y el congresista y profesor
peruano Fernán Altuve-Febres.
Hace ya algunos años
que escogimos la iglesia de Santa Bár­
bara para la celebración de la Santa Misa, y también empieza a
ser costumbre que sea el Padre Agustín Arredondo quien se
encarga de celebrarla.
El Padre, que tanto camino ha hecho con
la Ciudad Católica, continúa hablándonos con novedad y con
acierto, y combina
la glosa de la figura del rey santo con consi­
deraciones prácticas para nuestra vida y nuestra acción. Este año
se centró
en la etapa de formación de San Femando, marcada sin
duda
por la ilegitimidad del matrimonio de sus padres.
Y después
de la Misa, la cena. También hemos hecho cos­
tumbre de reunimos para esta ocasión
en el Centro Riojano, de
donde siempre nos marchamos satisfechos y
con algún obsequio
bajo el brazo. En esta ocasión, su presidente, nuestro amigo
desde la primera época, Eugenio Marzón, nos ofreció la vida de
San Ezequiel Moreno,
un estudio sobre fray Juan Ramírez, y
diversas obras sobre
la historia y el arte de La Rioja.
A los postres, y presentados por Miguel Ayuso, que se ha
convertido ya en el maestro de ceren1onias para todos estos
Verbo, núm. 405-406 (2002), 475-496. 475
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CRÓNICAS
eventos, tuvimos el gusto de escuchar las palabras que nos diri­
gieron Antonio Sánchez y Consuelo Martínez-Sicluna.
El primero,
al que pudimos felicitar
por su recién ganada oposición los que
todavía
no lo hablamos hecho, nos habló en un tono hermoso y
melancólico, marcadas sus palabras
por la reciente muerte de una
monja cuyo trato
habla frecuentado desde niño. Y Consuelo esco­
gió,
por contra, un discurso inás combativo, en el que ironizó com­
parando (dicen que siempre es odioso, pero
en algunas ocasiones
el adjetivo más adecuado seria doloroso) a San Femando y a su
1nadre con quienes ahora detentan el trono de nuestra patria.
Tras los discursos nos despedimos, aunque algunos quisimos
prolongar todavía
un rato más la reunión y asi Jo hicimos, con un
paseo y una copa. El año que viene, con la ayuda de San Fer­
nando, otra vez.
M.' J. F. C.
HOMILÍA DEL P. AGUSTÍN ARREDONDO, S. J.
Un nuevo año nos concede el Señor del mundo volver a vivir
este agradable asueto, presidido por
Él, que está siempre en medio
de los que nos reunimos en su nombre
(Mt. 18,20),y por nuestro
santo patrono Fernando, que seguramente
nos escucha y goza
con este alectuoso recuerdo nuestro.
De Fernando dice
un biógralo suyo de nuestro tiempo, ser
"sin hipérbole, el español más ilustre de uno de los siglos cenitales
de la historia humana, el
xm, y una de las figuras máximas de
España;
quizá con Isabel la Católica, la más completa de toda
nuestra historia política.
Uno de esos modelos humanos que con­
jugan en alto grado la piedad, la prudencia y el heroísmo; uno de
los injertos
más felices, por así decirlo, de los dones y virtudes
sobrenaturales en los dones y virtudes humanas".
Porque religioso
fue él eminentemente, nos une en una cele­
bración religiosa su memoria; y porque hace
un momento nos
hablaba el Santo Espíritu palabras de vida eterna (10. 6,69}, a
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