Índice de contenidos
Número 405-406
Serie XLI
- Textos Pontificios
- Estudios
-
Crónicas
-
Festividad de San Fernando 2002
-
Homilía del P. Agustín Arredondo, S. J. [San Fernando 2002]
-
Discurso de Antonio Sánchez [San Fernando 2002]
-
Discurso de Consuelo Martínez-Sicluna [San Fernando 2002]
-
Dos nuevas revistas italianas de historia I
-
Dos nuevas revistas italianas de historia II
-
El derecho natural hispánico en Oporto y Udine
-
Nueva tesis italiana sobre Vallet de Goytisolo
-
-
Información bibliográfica
-
Miguel Ayuso Torres: La cabeza de la Gorgona. De la Hybris del poder al totalitarismo moderno
-
Miguel Batllori: Recuerdos de casi un siglo
-
Fernán Altuve-Febres: Homenaje a Álvaro D'Ors
-
Mario Soria: Chateaubriand o un espíritu incorrecto
-
Álvaro d'Ors: Bien común y enemigo público
-
Massimo Borghessi: Posmodernidad y cristianismo
-
José Luis Molina Martínez: Anticlericalismo y literatura en el siglo XIX
-
Enrique Berzal De La Rosa: Remigio Gandásegui (1905-1937). Un obispo para una España en crisis
-
Jordi Canal: El carlisme català dins l'Espanya de la Restauració. Un assaig de modernització política (1888-1900)
-
Giancarlo Giurovich: Filosofia, politica, religione
-
Autores
2002
Álvaro d'Ors: Bien común y enemigo público
INFORMACIÓN BIBLIOGRÁFICA
con detenimiento y la erudición acostumbrada así como su exo
neración
-expulsión-del ministerio. Todo lo que dice de nues
tro Villaurrutia me parece acertadísimo. Y otra leve reserva. Piensa
Soria
que tal vez se equivocara nuestro hombre al no aceptar las
ofertas de
Luis Felipe y al separarse irremisiblemente de la nueva
situación. Porque cree
que hubiera podido influir decisivamente
a favor de
la causa católica que estaba por encima del rey derro
cado. Como
no ocurrió, no lo sabemos. Pero no veo yo a Luis
Felipe, rey de los franceses, propicio a dejarse influenciar por las
ideas católicas de Chateaubriand. Según Maurois, como
en 1804,
volvió a elegir en 1830 "el honor y la pobreza" (pág. 416). Es al
menos
un hermoso epitafio.
Y el libro de Soria es
un hermoso libro. Quizá su título más
adecuado fuera el de
Consideradones sobre Chateaubriand. Eru
ditas y amplísimas consideraciones sobre Chateaubriand.
Que
nos aproximan a un personaje que no merece ser olvidado.
Como católico, como político, como literato, como historiador.
..
Quien lo lea terminará sabiendo mucho más. Sobre la persona y
su época. Y sobre otras muchas cosas.
FRANCISCO FERNÁNDEZ DE LA 0G01'A
Álvaro d'Ors: BIEN COMÚN Y ENEMIGO
PÚBLICO(~
¡Deslumbrante! Tal es el calificativo primero que me vino a la
cabeza
al terminar la lectura de este nuevo y breve trabajo de
Alvaro d'Ors. Deslumbrante por la precisión y encadenamiento
lógico de
los razonamientos; una lógica a la que bien cabe defi
nir como la definió
don Antonio Maura en su Discurso de ingre-
C-) Colección "Prudentia Iuris", Ed. Marcial Pons, Madrid-Barcelona, 2002,
100 págs.
511
Fundaci\363n Speiro
INFORMACIÓN BIBLIOGRÁFICA
so (29-XIl-1903) en la Real Academia Española, "La lógica es la
moral del raciaclnid'.
Deslumbrante por la precisión filológica de las palabras, toda
vez
que conocedor como pocos del latín y del griego, el profe
sor d'Ors encuentra
en sus palabras la intrinseca realidad de los
conceptos. Deslumbrante,
en fin, por el interés actualísimo de
las materias tratadas y de los problemas
que surgen al intentar
resolverlos; máxime cuando los Estados, sus gobernantes y sus
políticos parten para ello -y el autor lo demuestra en toda oca
sión-de falsas premisas e ilógicos planteamientos; todo lo con
trario al planteamiento jurídico de contraponer los términos
bien
común
y enemiga pública, partiendo de la diferencia entre cosas
comunes y cosas públicas, entre lo común y lo público como
distintos. Tal es la clave utilizada
por d'Ors, que, apoyado en el
Derecho romano (¿qué
no procede de éste?) desgrana lo co
mún -bien universal, de lo público -interés o bien que no es
común a todos; y cuya confusión lleva a considerar público lo
estatal y sólo lo estatal. En
la Iglesia es donde se identifica el
bien de .un grupo
con el bien universal, el bien común es el de
la Iglesia (cánones
223, 264 y 323), aunque hoy, en algún
supuesto (cánones 795 y 287), se ad1nite
un bien común del
Estado, distinto del universal
de la Iglesia. Lo pública se distin
gue
de lo común en que no es universal; por eso no puede
hablarse de bien común, sino de interés público, siempre relati
vo. Tampoco
debe hablarse de enemigos totales de la humani
dad; la enemistad es siempre particular, sea bélica o simplemen
te delincuente.
Cómo discriminar el Bien del
Mal; la variedad de opciones
de Adán y Eva y
su rebelión contra Dios; la ley natural y los
derechos humanos
(derecho a la vida; protección del matrimo
nio; igualdad
de oportunidades en la educación; la libertad reli
giosa; la seguridad ciudadana) a la luz del derecho natural
católico,
que nada tiene que ver con la Ética de la palitical
correctness; asf co1no el patriotismo y sus contradicciones y
el arbitraje para resolver los conflictos, son objeto de los lógi
cos y paradójicos razonamientos de d'Ors, que,
como solía
512
Fundaci\363n Speiro
INFORMACIÓN BIBLIOGRÁFICA
subrayar Cherteston para las paradojas, son tan válido medio
de demostración como un silogismo, aunque mucho más di
vertido. En el capitulo III del
pequeño libro se comprenden eplgra
fes tan relevantes y actuales
en el planteamiento y posibles rela
ciones como los
de la amistad y enemistad; la declaración de
enemigos públicos y sus consecuencias; la distinción entre ene
mistad y hostilidad; la falsa idea
de aldea universal (porque la
aldea convertida
en mundo es una contradicdón aniquilante);
la guerra civil y la traición; la guerra agonlstica y la guerra ani
quiladora
(que siempre desemboca en la guerra sucia por parte
del agredido); la guerra
de secesión Oa del separatismo regio
nal), que
no tiene solución juridica por lo que la decisión no
puede ser otra sino la militar; las invasiones bélicas y las pacffi
cas (con los hoy gravlsimos problemas de las minarlas raciales
mal asimiladas
por la comunidad en que se hallan); el genoci
dio; las guerras
de Religión (más civiles que internacionales,
como lo fue la Cruzada española del 36
al 39; y el conflicto per
manente
en tomo a Jerusalén); los conceptos de orden público
y Constitución; todos -repito-encadenados por un razona
miento subyugante.
En el capitulo
N, el discurso del profesor d'Ors, versa sobre
la delincuencia (con variados aspectos y matices, civiles, milita
res y eclesiásticos) y sus distintas penas, desde la muerte al des
tierro, el confinamiento y reclusión penitenciaria, y las
penas de
inhabilitación legal y de excomunión.
Como seguramente deducirá
el lector de esta recensión no
cabe mayor interés en este reciente trabajo de Álvaro d'Ors; su
reducido formato, propio de la colección "Prudentia iuris" en la
Editorial Mardal Pons, as! como la claridad de su texto -en el
fondo y
en la forma, incluso en la tipográfica-lo hacen muy
. recomendable.
El lector conseguirá ideas clarisimas sobre el
deber de evitar términos como el de bien común estatal, y el de
enemigo público de la humanidad, pues, como concluye nuestro
autor:
"Del mismo modo que el Estado sólo puede alegar su inte
rés particular, la
humanidad no puede declarar enemigos totales
513
Fundaci\363n Speiro
INFORMACIÓN BIBLIOGRÁFICA
de ella. Esta precisión terminológica me parece ser fecunda en
consecuencias tan lógicas como útiles".
Al terminar la lectura del librito, he recordado este pensa
miento de Gracián:
"No consiste la perfección en la cantidad sino
en la calidad. Todo lo bueno fue siempre poco y raro; es des
crédito lo mucho".
JAVIER NAGORE Y ÁRNOZ
Massimo Borghessi: POSMODERNIDAD
Y CRISTIANISMO c•i
Es un libro que, en mi opinión, deberían leer todos los cató
licos
en situación personal de jerarqufa, sea cacramental -sacer
dotes u obispos--, sea intelectual -profesores, etc.-pues abor
da
un tema ineludible: "La compatibilidad o incompatibilidad de
la actual cultura civil y la doctrina católica", pues, como dice
T. Parsons (1), "el movimiento religioso, a causa de su relación
con la integración general de los valores, pretende una jurisdic
ción total sobre las orientaciones de valor humanas
que tienen
que estar de alguna manera integrada con los valores institucio
nalizados del Estado".
Es decir, no se puede ser cristiano priva
damente
y no cristiano socialmente. Y esto es particularmente
nocivo
y socialmente peligroso cuando el cristiano sea simultá
neamente piadoso, familiar y lo
que se dice una buena persona,
pero que no tiene interés en el desarrollo de la Iglesia a quien
ama y no quiere juzgar con lo que, sin duda involuntariamente,
está perjudicando,
en primer lugar, en la formación de sus pro
pios hijos y además involuntariamente ayuda a
una opinión
pública anticristiana.
(+) Ediciones Encuentro, 1997.
(1) T. PARTSoNs, ªEl Sistema Social", en Revista de Occidente, 1966, pág. 178.
514
Fundaci\363n Speiro
con detenimiento y la erudición acostumbrada así como su exo
neración
-expulsión-del ministerio. Todo lo que dice de nues
tro Villaurrutia me parece acertadísimo. Y otra leve reserva. Piensa
Soria
que tal vez se equivocara nuestro hombre al no aceptar las
ofertas de
Luis Felipe y al separarse irremisiblemente de la nueva
situación. Porque cree
que hubiera podido influir decisivamente
a favor de
la causa católica que estaba por encima del rey derro
cado. Como
no ocurrió, no lo sabemos. Pero no veo yo a Luis
Felipe, rey de los franceses, propicio a dejarse influenciar por las
ideas católicas de Chateaubriand. Según Maurois, como
en 1804,
volvió a elegir en 1830 "el honor y la pobreza" (pág. 416). Es al
menos
un hermoso epitafio.
Y el libro de Soria es
un hermoso libro. Quizá su título más
adecuado fuera el de
Consideradones sobre Chateaubriand. Eru
ditas y amplísimas consideraciones sobre Chateaubriand.
Que
nos aproximan a un personaje que no merece ser olvidado.
Como católico, como político, como literato, como historiador.
..
Quien lo lea terminará sabiendo mucho más. Sobre la persona y
su época. Y sobre otras muchas cosas.
FRANCISCO FERNÁNDEZ DE LA 0G01'A
Álvaro d'Ors: BIEN COMÚN Y ENEMIGO
PÚBLICO(~
¡Deslumbrante! Tal es el calificativo primero que me vino a la
cabeza
al terminar la lectura de este nuevo y breve trabajo de
Alvaro d'Ors. Deslumbrante por la precisión y encadenamiento
lógico de
los razonamientos; una lógica a la que bien cabe defi
nir como la definió
don Antonio Maura en su Discurso de ingre-
C-) Colección "Prudentia Iuris", Ed. Marcial Pons, Madrid-Barcelona, 2002,
100 págs.
511
Fundaci\363n Speiro
INFORMACIÓN BIBLIOGRÁFICA
so (29-XIl-1903) en la Real Academia Española, "La lógica es la
moral del raciaclnid'.
Deslumbrante por la precisión filológica de las palabras, toda
vez
que conocedor como pocos del latín y del griego, el profe
sor d'Ors encuentra
en sus palabras la intrinseca realidad de los
conceptos. Deslumbrante,
en fin, por el interés actualísimo de
las materias tratadas y de los problemas
que surgen al intentar
resolverlos; máxime cuando los Estados, sus gobernantes y sus
políticos parten para ello -y el autor lo demuestra en toda oca
sión-de falsas premisas e ilógicos planteamientos; todo lo con
trario al planteamiento jurídico de contraponer los términos
bien
común
y enemiga pública, partiendo de la diferencia entre cosas
comunes y cosas públicas, entre lo común y lo público como
distintos. Tal es la clave utilizada
por d'Ors, que, apoyado en el
Derecho romano (¿qué
no procede de éste?) desgrana lo co
mún -bien universal, de lo público -interés o bien que no es
común a todos; y cuya confusión lleva a considerar público lo
estatal y sólo lo estatal. En
la Iglesia es donde se identifica el
bien de .un grupo
con el bien universal, el bien común es el de
la Iglesia (cánones
223, 264 y 323), aunque hoy, en algún
supuesto (cánones 795 y 287), se ad1nite
un bien común del
Estado, distinto del universal
de la Iglesia. Lo pública se distin
gue
de lo común en que no es universal; por eso no puede
hablarse de bien común, sino de interés público, siempre relati
vo. Tampoco
debe hablarse de enemigos totales de la humani
dad; la enemistad es siempre particular, sea bélica o simplemen
te delincuente.
Cómo discriminar el Bien del
Mal; la variedad de opciones
de Adán y Eva y
su rebelión contra Dios; la ley natural y los
derechos humanos
(derecho a la vida; protección del matrimo
nio; igualdad
de oportunidades en la educación; la libertad reli
giosa; la seguridad ciudadana) a la luz del derecho natural
católico,
que nada tiene que ver con la Ética de la palitical
correctness; asf co1no el patriotismo y sus contradicciones y
el arbitraje para resolver los conflictos, son objeto de los lógi
cos y paradójicos razonamientos de d'Ors, que,
como solía
512
Fundaci\363n Speiro
INFORMACIÓN BIBLIOGRÁFICA
subrayar Cherteston para las paradojas, son tan válido medio
de demostración como un silogismo, aunque mucho más di
vertido. En el capitulo III del
pequeño libro se comprenden eplgra
fes tan relevantes y actuales
en el planteamiento y posibles rela
ciones como los
de la amistad y enemistad; la declaración de
enemigos públicos y sus consecuencias; la distinción entre ene
mistad y hostilidad; la falsa idea
de aldea universal (porque la
aldea convertida
en mundo es una contradicdón aniquilante);
la guerra civil y la traición; la guerra agonlstica y la guerra ani
quiladora
(que siempre desemboca en la guerra sucia por parte
del agredido); la guerra
de secesión Oa del separatismo regio
nal), que
no tiene solución juridica por lo que la decisión no
puede ser otra sino la militar; las invasiones bélicas y las pacffi
cas (con los hoy gravlsimos problemas de las minarlas raciales
mal asimiladas
por la comunidad en que se hallan); el genoci
dio; las guerras
de Religión (más civiles que internacionales,
como lo fue la Cruzada española del 36
al 39; y el conflicto per
manente
en tomo a Jerusalén); los conceptos de orden público
y Constitución; todos -repito-encadenados por un razona
miento subyugante.
En el capitulo
N, el discurso del profesor d'Ors, versa sobre
la delincuencia (con variados aspectos y matices, civiles, milita
res y eclesiásticos) y sus distintas penas, desde la muerte al des
tierro, el confinamiento y reclusión penitenciaria, y las
penas de
inhabilitación legal y de excomunión.
Como seguramente deducirá
el lector de esta recensión no
cabe mayor interés en este reciente trabajo de Álvaro d'Ors; su
reducido formato, propio de la colección "Prudentia iuris" en la
Editorial Mardal Pons, as! como la claridad de su texto -en el
fondo y
en la forma, incluso en la tipográfica-lo hacen muy
. recomendable.
El lector conseguirá ideas clarisimas sobre el
deber de evitar términos como el de bien común estatal, y el de
enemigo público de la humanidad, pues, como concluye nuestro
autor:
"Del mismo modo que el Estado sólo puede alegar su inte
rés particular, la
humanidad no puede declarar enemigos totales
513
Fundaci\363n Speiro
INFORMACIÓN BIBLIOGRÁFICA
de ella. Esta precisión terminológica me parece ser fecunda en
consecuencias tan lógicas como útiles".
Al terminar la lectura del librito, he recordado este pensa
miento de Gracián:
"No consiste la perfección en la cantidad sino
en la calidad. Todo lo bueno fue siempre poco y raro; es des
crédito lo mucho".
JAVIER NAGORE Y ÁRNOZ
Massimo Borghessi: POSMODERNIDAD
Y CRISTIANISMO c•i
Es un libro que, en mi opinión, deberían leer todos los cató
licos
en situación personal de jerarqufa, sea cacramental -sacer
dotes u obispos--, sea intelectual -profesores, etc.-pues abor
da
un tema ineludible: "La compatibilidad o incompatibilidad de
la actual cultura civil y la doctrina católica", pues, como dice
T. Parsons (1), "el movimiento religioso, a causa de su relación
con la integración general de los valores, pretende una jurisdic
ción total sobre las orientaciones de valor humanas
que tienen
que estar de alguna manera integrada con los valores institucio
nalizados del Estado".
Es decir, no se puede ser cristiano priva
damente
y no cristiano socialmente. Y esto es particularmente
nocivo
y socialmente peligroso cuando el cristiano sea simultá
neamente piadoso, familiar y lo
que se dice una buena persona,
pero que no tiene interés en el desarrollo de la Iglesia a quien
ama y no quiere juzgar con lo que, sin duda involuntariamente,
está perjudicando,
en primer lugar, en la formación de sus pro
pios hijos y además involuntariamente ayuda a
una opinión
pública anticristiana.
(+) Ediciones Encuentro, 1997.
(1) T. PARTSoNs, ªEl Sistema Social", en Revista de Occidente, 1966, pág. 178.
514
Fundaci\363n Speiro