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Número 325-326

Serie XXXIII

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Pier Paolo Ottonello: La barbarie civilizzata

INFORMA.CION· BIBUOGRAFICA.
ferencia a las teorías, de Masaccio, Masolino, Leciruttdo, Alberti.
Pero aquí sé introduce otro ,elemento, el tiempo, en el modo de
hablar
de espacio-tiempo, se,agrega por @lto,al espacid una cuali·
ficación que ,no puede prescindir de la primera. El espado, cualifi·
cado del arte puede ser una' pintura o ui,a escul,tura. Una estatua.
En· Miguel Angel parece que los dos ro.ocios se identifiquen, por
cuanto la pintura es escultórea y
vjceveysa. Pero los temas se
acumulan y el análisis de Uscatescu se torna cada vez más fecundo.
El denso volumen no puede ser agotado en el espacio restrin­
gido de una reseña necesariamente parcial. No solamente debemos
dejar · de un. lado temas .interesantísimos, pero es. necesario incluso
sobrevolar la
abundan<;ia de sugestiones que nos agreden. Por ello,
en los comienzos
he teni~ que esquematizar al máximo. Pero
Uscátescu nos ofrece
cOl)clµsiones desde las primeras páginas, nos
conquista
y no nos abandona fácilmente. Se puede por ejemplo
admirar el pathos que prevalece en cuanto nos dice sobre Brancusi,
pero. nó .nos seduce. tanto .cierta euforia hacia Heidegger y Spirito.
GIORGIO GIANNINI.
Pier Paolo Ottonello: LA SARBARIE CIVILIZZATA (*)
A pesar de que el nombre de Juan Bautista Vico no aparezca
en ningún momento.eh el nuevo libto dePier Paolo Ottonello, el
titulo del libro y el espíritu que emana de su contenido, nos llevan
de
un modo natural con el pensamiento, y no por pura asoc;iación
de ideas, a la famosa «barbarie della riflessione» del grande y siem·
pré
aétual filósofo napolitano. Es Vico; sin duda alguna, y acaso
m:ás actual qµe_ nunca, el que nos ofrece ideas frescas para enten·
der el
sentido' de, .una época encaminada. hacia _la culminación del
nihilismo·
profetizada· por Federicd Nietzsche. ·
El Jibroque ahora cóinentamos brevemente, además de. acom·
paii@.t'nos -hacia una nueva «b~rh?-rie d·elle· riflessione», se nos
presenta: a primera vista eotn_o una <;ontinuáci6n, aunque eón to­
nalidad diversa, de los volúmenes que el propio profesor Ottonello
ha dedicado hace 119 mucho al nµtllismo contemporáneo. Cc;,ncre­
tamé! e dos it formas del nihilismo
CO!ltémpótáneo. Ensayos inttoductivos»
(1988) y «Nihilismo e irracionalismo», anticipan por su contenido
material
y sus diagnósticos el estilo y la finalidad . del libro que
(*) Edizioni. dell'ArcÍpÍelago, G\!nova, '199), p,lgs, 130.
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IN!'ORMACION fJIBLIOGRAFICA
analizamos. Todo viene a completar una actividad importante, en
el campo especulativo,
de Ottonello. Junto con su ilustre.esposa,
María Adelaide
.Raschini, ambos catedráticos de la Universidad de
Génova,
han creado en la capital ligur un· Centro de actividades
importantes que integran el mundo
de las Categorías culturales
europeas y que
han culminando en la reciente creación del Depar­
tamento de Estudios sobre el Pensamiento Europeo, que lleva el
nombre del maestro de ambos, Michele, Federico Sciacca. Hemos
tenido
el honor y el privilegio, en junio de 199 3, de tomar parte en
el Acto de inauguración de: este Depattatnento, presidido por el
Rector de la Universidad de . Génova. ·
Lo primer@ que nos ha llamado·Ja. atención eri el·nuevd libro
de· Ottonello es una cierta renovación de .m estilo de exposición
filosófica.
Hay algo lúdico en el nuevo modo .expositivo de Otto­
nello. No es extraño, podo tanto, que ponga al frente de su .libro,
las palabras de Platón: «E, quando scriva, scrivera per gioco».
Este elemento lúdico, hace que la culminación de cada libro se
identifique con el
pr6log0 del siguiente. Está, puesto en juego el
destino
mismo de libro, de los. libros, que no es sino el destino
del principio, del alfabeto mismo.
Es reconfortante que el profe­
sor
·de Génova nos lleve a la esencia y los peligros del alfabeto.
Peligro que ha hecho que nuestro buen. amigo Ricardo Paseyro,
haya publicado,
nada más ni. nada menos que «chez Flammaríon»,
nada
más ni nada menos que un libro. titulado «Elogio del analfa­
betismo».
La «barbarie de la reflexión» .é, «la barbarie civilizada» nos
ha llevado a esta situación límite. Y en. cuante tal,' muy éompli­
cada situación, «Cuanto más un escrito és .parte viva de aquel
entero incumplido
o incumplible · que es el libro solo, :escribe
Ottonelld, tanto,más es óigano del grari animal, a saber el vivien­
te, que es
la Alusió1L La 'Alusión· es, el, inmeriso bosque del. oon­
vivír y corimorir.de vivas :señales-que nutren, con.'.su crecet,.y,mu­
d;,r y cliocar y, romperse y englobar y generar, la •phenidad,del
alfabeto 'del rimtido».'(pág.
10). El cumplimiento del· mundo se
realiza cuando llega a ser
completamente Discurso o· Lagos. El
discurso perfecto es combinación en :la, unidad: de palabra :y .acción.
Así en su esencia el
Alfabeto· es libro perfectamente. escrite. Y
leido. Cuando
los hombres .«balbritiscono» el alfabeto, las pala­
bras,. el libro
no son otra cosa sino: liárbaros .. ·
De la esencia del hbro 1'.Ílce la esencia de Ja'. cultura. La natu­
raleza del iluminismo es que a partir de· él Já cultura se absolutiza
descartando
cualquier tipo de determinación .. Cuando se afirma
que
«tódo es cultura», se tornaimportante éualquier tipo-de limi-
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JNFORM.A.CION BISLIOGRAFICA
te determinante. Pero «la absolutización de la cultura y de su pro­
blema tiende a desintegrar la cultura
misma en su más propia
potencialidad, que es la formante y creadora a través de la exas­
peración y deformación de su problema, progresivamente vaciada
de su objeto. La contemporaneidad del problema de la cultura
confirma que tanto más esto es actual, con la potencia negativa
de lo inmediato recubierto de forma vacía de una universalización
y una generalización, tanto
más inactual se torna, con respecto a
esto, la cultura: y cuanto más actual, en acto, se pone la cultura,
tanto
más se relega en la inactualidad estéril cualquier problema­
tización
suya que no se identifique con la cultura misma como
autodeterminación
y. por lo tanto como autoconcepto y saber del
problema
limite como esencial de la propia estructura» (pág. 19).
Nos hemos detenido en este largo texto de Ottonello, por
cuanto a lo largo. de un libro complejo y de dificil transparencia,
lo aquí señalado vuelve continuamente como «leit
motivs» de una
temática
en que la cultura se abre en toda su gran aventura cada
vez más a una barbarie civilizada. Los factores morfológicos y
fenomenológicos ceden continuamente el paso a un ftuctuoso
des­
pliegue ontológico y lógico, tras el cual permanece viva una per­
manente exigencia metafísica en la inteligencia de lo que es y lo
que ocurre con la cultura en este apogeo del nihilismo. En primer
lugar la proclividad del autor por todo
lo que es clara definición.
Así ocurre que
lá condición esencial de la cultura es el ente inte­
ligente finito. Inteligencia crítica, mesurante, potencial e integrada
en una
filosofía de la integralidad. Una actualidad crítica, actuali­
dad «integral» que
· recuerda la filosofía de la integralidad del
principal maestro de Ottonello: Michele Federico Sciacca. Una
desintegración del organismo de los
. problemas de la cultura abre
el camino
hacia una civilización bárbara. Una criticidad integral
supone «una capacidad determinativa del
saber», que condiciona
la creatividad de
la cultura y da forma a su expresión orgánica
natural: el lenguaje, forma
· fundamental de la cultura misma. De
este principio fundamental nace
la categoría principal del hecho
cultura, con su carácter formativo, su acceso a la categoría de
paideia. Por una parte se trata de generar formas, por otra hacer
de la integralidad del hombre el fin intrínseco (
telos) de la cul­
tura. Una integralidad axiológica, una jerarquía de valores. Y hos ·
encontramos otra vez con el pensamiento de Vico, cuando se nos
dice que la historia es esencialmente
historia de la cultura. «Hacer
cultura» es, en sentido fuerte, «hacer historia»;
.
No faltan referencias históricas en la exposición de Ottonello,
aunque estas referencias resulten lo
más difuminadas posibles. Así
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INFORMA.CION BIBLIOGRAFICA
cuando se torna a Hegel y sus « Vorlesungen über di Geschichte
der Philosophie» al afirmar que todo se encuentra fuera de lo que
se retiene como filosofía. Hegelianamente se hace referencia
tam­
bién a aquella angustia de los tiempos que tanta importancia da
a los pequeños y vulgares intereses
de la vida cotidiana. Aquella
vida cotidiana que tanta importancia
alcanza en la filosofía post­
metafísica
de hoy. Referencia hay también a Nietzsche y la edad
desacralizan te por él profetizada, que da pie a Ottonello para una
detallada disquisici6n entre
laicidad y laicisma y a un peso activo y
contrapuesto en la barbarie civilizada. Laico y laicidad son con­
ceptos cristianos
por excelencia, mientras el laicismo es esencial­
mente opacidad hacia lo sagrado.
Se abre así un itinerario donde
tiene su papel el ateísmo,
y donde cultura, religi6n y ciencia ope­
ran curiosos encuentros. Todo ello amenazado.
por el dogma de
la facilidad, que es la gran amenaza
y la gran tentaci6n, cuyo fin
es evitar todo lo problemático. Facilidad e inmediatez que impli­
can la decadencia del
ente de su integralidad ontol6gica. Facilidad
e inmediatez que abocan
en el «espíritu del mundo», la mundani·
dad. La creaci6o deja de ser eterna.
La barbarie es reina. Ella
es pobreza de detetminaciones de
entes, pobreza
de instrumentos y lenguaje, impotencia para una
determinaci6n metafísica, horror a
lo esencial. Cuanto más civili­
zada es la barbarie
tanto más hambre tiene de consumo apresura­
do, de urgencia, de necesidad despiadada, de
homicidio humani­
tario, de fraude sistemático.
«Lo sublime y lo trágico están tritu­
rados
por el mercado pornocrático» con su necesidad totalitaria
del
pla= inmerso en la utilidad, con el supremo. poder del «opi­
nionmaker», de
la «persuasi6n unánime». Es el reino del simula­
cro, que decía Nietzsche.
El mito mismo de la ciencia se encuentra
de lleno con el mito plat6nico
de la caverna. Para el hombre, en
la barbarie civilizada, «las sombras son su única
verdad». Un mun­
do en el cual, el hombre que busca la verdad y quiere
huir de la
ilusi6n, después de
la difícil asoensi6n de la caverna hacia la luz,
si quiere volver a la caverna
y hacer partícipes de la luz a sus
compañeros de prisi6n, es objeto de risa
y «se diría de él que vuel­
ve de su viaje con los ojos enfermos».
JORGE UscATESCU.
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