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Número 341-342

Serie XXXV

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Javier del Hoyo Calleja: Profeta de nuestro tiempo. Tomás Morales, S.J. (1908-1994)

INFORMA.CION BIBLIOGRA.FICA
La Exposición de don Manuel Fal Conde al general Franco de
1939
es de suma importancia. También hay que situar la labor
realizada por los Gobiernos de Franco como fruto de una costosa
victoria militar,
de manera que el mérito principal reside en quie­
nes sufrieron en
la guerra y triunfaron en ella. Por lo mismo,
España no es Felipe II ni el general Francd; es muy posible que
de serlo se volviese contra ella misma, pues si estos gobernantes
murieron en
su tiempo, España ~lógica consecuencia-hubiera
muerto con ellos.
Sobre lo que conllevó la persecución de los Gobiemds fran­
quistas al Carlismo tradicionalista a carta cabal
y por ello foral
y garante de la continuidad de la legitimidad, las señeras
y repre­
sentativas figuras
-no pueden considerarse así los pocos carlis­
tas que colaboraron con el Régimen-de don Manuel Fal Conde
y don Mauricio de Sivatte -marqués de V allbona-mucho po­
drían decir al respecto, aunque desde posiciones diferentes a par­
tir de 1958. A ellos nos podemos remitir.
}OSÉ FERMÍN GARRALDA ARIZCUN
Javier del Hoyo Calleja: PROFETA DE NUESTRO TIEMPO.
TOMAS MORALES, S. J. (1908-1994) <•l
Javier del Hoyo, profesor titular de Filología Latina en la
Universidad Autónoma de Madrid, autor de diversos estudios
sobre epigrafía latina y jefe de redacción de la revista
Estar, ha
escrito esta biografía con
el cariño propio del discípulo admirador
del maestro. En todo caso, constituye un gran aciertd la publi­
cación de esta obra sobre
la vida, la obra y el pensamiento de un
sacerdote jesuita dedicado al laicado para que la acción de unos
pocos
se difundiera entre la masa como un fermentd de santidad.
El padre Morales falleció
en Alcalá de Henares el día 1 de
octubre de 1994, después de una vida consagrada a Dios, que se
desenvolvió de modo especial en la tarea de la formación de
laicos auténticamente católicos. que fueran fermento de catolicis­
mo y de santidad entre laicos en el mundo, sin salir de
él, ni dis­
tinguirse de otro modo
más que por su vida consagrada a Dios.
De vocación algo tardía, pues ingresó en
fa Compañía de Jesús
a la edad de veintitrés años, después de licenciarse en Derecho
(*) Presentación de Ellas Royón, S. J. y Prólogo del Cardenal Angel
Suqula, Ediciones Encuentro (Ceda=:os, 3), Madrid, 1995, 15 x 23 ons.,
414 págs., 2.300 ptas.
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INFORMACION BIBLJOGRAFICA
con Premio Extraordinario de Licenciatura y obtener el doctora­
do como
« bolonio» con una tesis sobre el impuesto sucesorio por
el que obtuvo el premio Víctor Manuel
II, su vida es un ejemplo
de los prodigios que obra el Señor cuando uno
se entrega a Él
permitiendo que se haga realidad el «hágase tu voluntad» que
pedimos en el Padrenuestro.
Gran educador, pedagogo.
y conocedor de la psicología de los
jóvenes, a los que considetaba que había que exigirles mucho
para que dietan aun más, pues si se les pide
pocd no dan nada,
fue apóstol tenaz al que
se deben múltiples obras e iniciativas
-entre ellas las famosas vigilias de la Inmacul'alÍa-y fundador
del
Hogar del empleado --n todas las obras surgidas a su am­
paro-, y de los Institutos Seculares masculino y femenino de
!Os Cruzados de Santa Maria ( dirigido por Abelardo de Armas)
y las
Cruzadas de Santa Maria (dirigido por Lydia Jiménez), con
los que desde hace muchos años nos ligan lazos de amistad para
la reconstrucción de la Ciudad Católica.
Sus ideas y su pensamiento han quedado consignados en va­
rios libros como For¡a de hombres, Hora de los laico, o Laicos
en
marcha.
La obra, además de una biografía escrita en parte sobre la
base de diversas
. conversaciones del autor con el padre Morales,
es una pequeña historia de esos Institutos, de la perseverancia
y de las múltiples dificultades que hubo que súperar hasta lograr
su constitución. En ella se
ve el acento que el padre Morales
ponía en la formación espiritual,
con los ejercicios de San Ignacio
y los retiros que una vez al mes los prolongaban ; en la formación
intelectual y apostólica, con los círculos de estudio; en la for­
mación humana, con
las · marchasi acampadas y campamentos y
en la dirección espiritual de cada uno (pág. 237 y passim ).
Aunque sin duda quienes más agradecerán esta obra serán
aquellos que, directa o indirectamente, enfocaron su Vida y en­
contraron su vocación a la sombra de la actividad del padre Mo­
rales, pues en ella podrán reconocerse, su lectura es sumamente
útil y estimulante para todOs aquellos que sin salir del mundo, se
dedican a hacerlo más cristiano, y especialmente para quienes,
conio nosotros, pretendemos instaurar y restaurar la civilización
cristiana, la ciudad católica, sobre sus fundamentos naturales y
divinos, como
exigía San Pfo X.
Unas palabras del padre Morales vienen como anillo
al dedo
para nuestra labor: «Las cosas no son difíciles,
se hacen difíciles
porque no nos atrevemos (Séneca).
Es maravilloso el númeto de
cosas imposibles que
la gente decidida logra realizar. Nos debe­
ríamos apuntar en el equipo de los audaces ( ... ) Atreverse, sigue
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JNFORMACION BIBLIOGRA.FICA
siendo la mejor manera de alcanzar el éxito» (pág. 228). Si desde
una perspectiva meramente humana así es, como atestigua la
di­
visa de una unidad francesa -Qui ose vaincra-, que estoy se­
guro desconocía el padre Morales, mncho más con una visión de
las cosas enraizadas en la
fe. Como él mismo añadía: «Uno se
atreve a todo cuando el amor de Dios arde dentro».
ESTANISLAO CANTERO
VV.AA.: JAIME EYZAGUIRRE. HISTORIA
Y PENSAMIENTO
<•J
El chileno Jaime Eyzaguirre ( 1908-1968) puede ser conside­
rado sin duda alguna una de las grandes figuras del hispanismo
c;:ontemporáneo. Más aún, estaría tentado de escribir del pensa­
miento hispánico o de la hispanidad contemporáneos... Porque
bajo el término hispanismo
se esconde en muchas ocasiónes mer­
cancía de contrabando y porque referida a los hermanos de
Amé­
rica la «philia» que expresa el vocablo resulta francamente insu­
ficiente para encerrar todo
el sentido de su auténtica hispanidad.
Así, si respecto de la primera actitud, encontrarse con un Jean
Dumont o un Philip Powell
-el del Tree of Hate, por favor
nó confundir con el «soi disant» historiador inglés Charles T.
Powell-es un magno y reconfortante hallazgo; en cambio, cuanR
do de un Eyzaguirre se trata, como cuando es un Osvaldo Lira,
o un Leonardo Castellani, o un Julio Menvielle, o un Alberto
Caturelli, o
-permítaseme la para mí imprescindible y emocio­
nante
referencia-un Galvao de Sousa, no podemos mirarlos
sino con los mismos ojos que a un Maeztu, un Morente o un
Ellas de Tejada.
La Universidad Alonso de Ovalle, que en 1993, al cumplirse
los veinticinco años del fallecimiento de quien fue su rector, or­
ganizó unas jornadas de estudio sobre su pensamiento bajo la
rúbrica «Jaime Eyzaguirre: historia
y pensamiento», hoy, dos
años después, presenta su contenido anudado
al del ciclo que con
idéntica finalidad le
dedic6 en 1985 el Instituto de Historia de
la Pontificia Universidad Católica de Chile. El resultado
es un
cuidado volumen de bolsillo de 245 páginas que reúne, además
de las palabras de presentación del rector de la Universidad
Alon­
so de Ovalle, coeditora del libro con la Editorial Universitaria,
(*) Universidad Alonso de Ovalle. Edicione~ Universitarias, Santiago
de Chile, 1995.
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