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Número 341-342

Serie XXXV

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España, tierra de María

ESPAl',A, TIERRA DE MARIA
POR
FRANCISCO JOSÉ fERNÁNDEZ DE LA CIGOÑA (*)
Son tantas las cosas que se pueden decir de nuestra Santísi­
ma
Madre la Virgen, que es necesario acotar el tema. Y pensé
que, estos
tiempos difíciles para la religi6n y la patria, y hasta
para
la humanidad misma, recomendaban especialmente una her­
mosa advocación mariana:
María Mediadora de todas las gracias.
Y cuando me ponía a considerar qué os iba a decir sobre
esto, también
se me ocurri6 que en vez de hablaros de los fa.
vores de
María, podtíamos pedir a María más favores.
Si España es de la Virgen, la Virgen es de España. De es.ta
tierra llena de ermitas y santuarios consagrados a ella, en los
que rezaron a la Madre de Dios generaciones
y generaciones de
nuestros mayores. Y, fijaos,
en estos días de fe flaca y descae­
cida, casi lo único religioso que queda en muchos de nuestros
compatriotas
es un rescoldo de amor a la Virgen de su pueblo.
Os propongo una excursi6n.
Una peregrinaci6n de amor, una
romería. Vámonos, con el coraz6n, a ver a las Vírgenes de Es­
paña, a algunas, porque evidentemente no podemos visitar a
todas. Y, en primer lugar, vayamos a la España amenazada,
ame­
nazada como en los días de Guadalete por los moros. V amos a
Ceuta, que, con Melilla, son
las únicas. ciudades en todo el in­
menso norte de Africa en las que se tnbuta al Dios verdadero
(*) Conferencia pronunciada en el XX Aniversario de la fundación de
la Uni6n Seglar Beato Raimundo Lulio de Mallorca.
Verbo, núm. 341-342 (19%), 127-145
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FRANCISCO /OSE FERNANDEZ DE LA CIGO!vA
el único culto que Él desea. A aquella hennosa ciudad que he­
redamos del hermano Portugal. Y antes de hablaros de la Virgen
quiero contaros otra hermosa historia de nuestros mayores, que
es la historia de la unidad católica de España. La conquista
portuguesa
de Marruecos fue difícil porque unos pocos hombres
tuvieron que enfrentarse a una: inmensa morisma. Dos hermanos
del rey acaudillaban a los valientes soldados de Portugal. Y uno
de ellos cae prisionero.
Le ofrecen· al hermano, que era don
Enrique
el Navegante, la libertad del infante prisionero y de los
caballeros que habían con él caído en poder de la morisma, a
<:ambio de la ciudad de Ceuta recién conquistada.
Y don Enrique, con lágrimas
en· los ojos, contestó: · «Ceuta
no
es mía, Ceuta es de Dios». Y el hermano murió en prisión.
Y Ceuta
aún hoy es de Dios. Y allí está, en el corazón de todos
los
ceutíes, Nuestra Señora de Mrica. Con el hijo muerto entre
Ios brazos, protegiendo, hoy como ayer, no al Africa española,
sino a la España africana, que no
es lo mismo. A ella, y a aquella
imagen, dirigieron sus miradas en los asedios de _ los moros, en
las pestes, cuando el «Convoy de la Victoria» cruzó milagrosa­
mente
el estrecho llevando a los soldados de Franco a reconquis­
tar España el 5 de agosto de 1936, mientras el mar lo dominaba
la escuadra roja. Y otra vez 'la Virgen ayudó a sus hijos. Invo­
quémosla de nuevo, a esa Piedad que inclina su cara dolorida
sobre el cuerpo inerte de su Hijo, para que con el amor de
Madre que siempre
tuvo a España, la recoja en su regazo en
prenda segura de resurrección. Nuestra Señora de
Mrica, rogad
por España. . .. .
Y vámonos a la Virgen de la fe y de la canción, del heroísmo
y, seguramente por eso, de la Guardia Civil, aquella de
Patria Y.-Virg~_n es mi leiµa,
P_atria y Vir$en,_ mi cantar.
Mi -patri~ es España elltéra:
mi Virgen, la del Pilar.
La que no quiere ser francesa sino ca¡,itaná de la gente aragonesa.
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ESPARA, TIERRA DB MARIA.
El Pilar de Zaragoza, donde la imagen se hace chiquita por,
que lo grande es la piedra sobre la que la Madre de Dios puso
sus
benditos pies cuando vino a bautizar a España en carne
mortal. Pilar bendito, trono de gloria,
· ttl a la victoria nos lle­
varás. Los milagros del cojo
de Calan.da, de las bombas que ne, ex­
plotaron en nuestra guerra, de los enfermos que cubiertos con
su manto recobraban la salud, palidecen y son apenas nada si
los comparamos con el gran milagro de la Virgen de abrir
al
amor de su Hijo los corazones duros de unos pueblos belicosos
e insolidarios.
.
Ese fue el gran milagro· de la Virgei;i. Ese fue el gran regalo
de la Virgen.
Y España agradeció milagro y regalo devolvién­
dole amor.
En nuestra tierra europea y en nuestra tierra ame­
ricana. Amor como no se Jo profesó nación alguna. Amot que
hizo una patria católica como no lo fue ninguna. La gloria· de
España, la historia de España, tienen su
raíz y su razón de sér
en el Pilar bendito zaragozano.
Y, curiosamente, una piedra no es símbolo de catolicismo
inmóvil sino dinámico y apostólico,· misionero y conquistador,
martirial y victorioso. La heroica resistencia de Zaragoza a los
ejércitos de Napoleón le valieron el
título de inmortal. Pero ya
lo era. Inmortal porque allí estuvo la Virgen a bautizar a España.
Virgen
del Pilar, rogad por la Guardia Civil, rogad por lós
muertos, por los asesinados de la Beriemérita, por sus viudas,
por sus huérfanos, por sus madres, rogad
por. España,
Nuestra Señora de la Antigua.
De la Antigua de Guadalajara,
patrona de la ciudad, de la Antigua de Zumárraga én Guipúzcoa,
de la Antigua de Lavállés en Salamanca, de la Antigua de Mora
de Toledo y de la Hába de Badajoz, de Orcluña en Vizcaya y
de Sevilla.
Si
parece que el mismo nombre habla de · nuestra viejísima
devoción.· A mi me encanta el nombre. Porque nuestro · amor
á
la Virgen no es de ayer ni de antes de ayer. Es tan antiguo que
así · llamamos a la Virgen.
Nuestra
Señora de la Antigua, por la fe de los españoles,
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FRANCISCO /OSE FERNANDEZ DE LA ClGORA
que es tan antigua como la historia de nuestta pattia, rogad por
España.
Y una advocación preciosa. Estamos en Monzón, provincia
de Huesca. Venimos a cantarle
los gozos:
Tu, que en las Cellas hallada
fuiste goi.o de pastores;
fuiste torrente
de amores
que se deshizo
en cascada.
Tu, que en tu ttono enclavada,
y en afán de lejanía
te haces divina vigía
de toda pena humanada,
Muestra ser, madre adorada,
causa. de nuestra alegría .
. Nuestta Señora de la Alegria. ¡ Qué hermoso invocarla as!!
¡Cómo no vamos a ser alegres los cristianos! En la esperanza
del cielo, donde nos aguarda
la madre. ¿Hay mayor causa de
nuestta alegría? ¿No
se lo decimos así en las letanías del Ro­
sario?
Por eso, pese a abatimiento tanto
cdmo hoy se cierne sobre
nuestta patria, pese a traiciones,
. pecados, tristezas y desánimos,
Nuestra Señora de la Alegría, rogad por España.
Y no
cabría alegría sin esperanza.• Esperanza Macarena y
Esperanza de Triana. Las Vírgenes guapas de Sevilla. Esperanza
de Logroño. Esperanza de Resurrección
de Cristo, esperanza de
Cielo. Esperanza de reconquista de España. Esperanza de que
nuestra pattia vuelva a ser
la nación de Cristo y de María. Por
nuestto trabajo
y, sobre todo, por el auxilio de Ella, en los días
de dolor y de muerte. Cuando Cristo está muerto en la Cruz y
nuestta patria se muere en el olvido de Dios. Nuestra Señora
de
la Esperanza, rogad por España.
· A Valencia. A la tierra de las flores, de la luz y del color.
De esas hermosas flores que parecen nacer para ser llevadas a
los pies ·de María. Inclinándose sobre su pueblo, los desampara­
dos, como para
oír mejor sus penas y sus ruegos. «La Mare­
deueta Xaperudeta». La Madre
tle todos, sí, pero en especial
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ESPARA, TIERRA DE MARIA
«deis innocents, folls e orats». De los inocentes, de los locos.
De todos esos que, pareciéndonos una
desg;acia humana, han
nacido especialmente bendecidos por Dios, ya que tienen
el Cielo
seguro, pues no pueden pecar, no saben pecar.
Los inocentes, los locos, los desamparados. Y así como aque­
lla protección, que los valencianos quisieron para sus seres más
desvalidos, se extendió a todos los valencianos, así nosotros de­
biéramos hacernos inocentes para María. Locos de Maria, y, como
desamparados, ponemos bajo su segura protección.
En el desamparo
personal y en el desamparo en que hoy se
ve nuestra patria. Madre de los Desamparados, rogad por España.
Volvamos a cru,,ar el mar. Hasta Canarias. A ver a la más
honita, a
la más morena. Ya sé que todas son bonitas y muchas
morenas. Y

a todos la suya les parece la más bonita. Pero los
tinerfeños han conseguido que todos los españoles
nos hayamos
aprendido
la canción de la Virgen de la Candelaria. Aquella que
la leyenda dice que veneraban ya los guanches antes de la llegada
de
los españoles. Vírgenes de las islas españolas, Virgen de los
Dolores de Lanzarote, que detuviste el río de lava en la puerta
de tu santuario. Nuestra Señora de Monte
Tord de Menorca,
que recién conquistada la isla por los cristianos hiciste
bajar una
columna de
Ju,, para señalar el escondite en que te habían ocul­
tado para evitar· la, profanación musulmana. Virgen de Lluch de
Mallorca, hallada también, entre cantares angélicos y luces de
alborada, por un
monje y un pastor ; Virgen del Pino canatia,
que sois, junto a otras advocaciones, amor, luz, alegtía y cónsuelo
de los españoles insulares, «las más bonitas, las más morenas»,
rogad por España.
Nuestra Señora del
Camind, de León. Y a veréis qué hermosa
historia: «El sitio era yermo
y despoblado. El pastor se llamaba
Alvar Simón Femández. Aquella mañana de verano no olvidó
ni su honda ni sus cantos redondos. Perdiendo de vista su pue­
blecito de Velilla de la Reina, guió
sus ovejas hasta lo alto. Se
detuvo cnando en la lejanía apuntaban las agujas de la catedral.
Centró su pensamiento en la iglesia de Santa María del Mercado
y, con fe profunda, comenzó su oración. Pero en aquella mañana
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FRANCISCO /OSE FERNANDEZ DE LA CIGOfilA
solemne todo parecía rezar con nuestro pastor_. El viento se re­
cogió y permanecieron mudos los árboles. Le pareció a Alvar
Simón que aquellas
dos ovejas que se habían separado del rebaño
se habían puesto de rodillas. Y, cuando se internó en la maleza,
una imagen de la Virgen
le sonreía: Ve a la ciudad. Avi.sa al
obispo que venga y coloque dignamente esta
mi imagen, donde
cayere esta piedra que
yo arrojaré con tu honda. Y como prueba
de que ésta es
mi voluntad, hallarás esta piedra tan grande que
no la podrás mover. Fue creída la palabra del pastor
y comenzó
la historia de un nuevo santuario».
Desde esa· hermosa advocación, para .
que nuestra patria siga
los caminos de Dios, Nuestra Señora del Camino, rogad por
España.
¡Oh Virgen de los Milagros
de Orense joya preciosa! -
lJ;i.tercede por nosotrqs,
Virgen Madre milagrosa.
Una pastorcita, en el interior de un añoso roble, encontró ha
muchos años esta imagen de la Virgen que atrae a innumerables
romeros gallegos. No son sólo las gentes del
amplio valle las
que desde sus
casas dirigen todos los días su mirada a la colina
en que
se eleva e1 Santuario para saludar a la Virgén de los mi­
lagros. Allí van gentes de toda Galicia cou devoción incontenida
a
dar gracias por favores recibidos. Milagros hechos en favor de
sus hijos, milagros de situaciones desesperadas con é¡ue todas
las Vírgenes han sido pródigas en obsequios a quienes las invo­
caban, pero en algunas, por la singularidad de algunos de ellos,
o por la mulritud de los mismos, hicieron que la Madi:e se
quedara cou ese hermoso
nombre. Virgen de lós Milagros de
Órense, Virgen de los Milagros de Amil en Pontevedra," Nuestra
Señora
de los Milagros de Couso de Salas, también en Orense,
Nuestra Señora
de los Milagros de Saavedra en Lugo, es como
si la Virgen no supiera estar en Galiciá sin hacer milagros. Y
Nuestra Señora del Milagro
dé Balagúer en Lérida, de donde es
patrona,
hallada por una mora. Virgen de los Milagros del Puerto
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ESPANA, TIERRA DE MARIA
de Santa María, encontrada por el rey Sabio y a la que dedicó
sus Cantigas. De tantos milagros como habéis hecho, en esta hora
triste de nuestra patria, Madre de los Milagros, rogad por España.
Si
·hay Vírgenes morenas, morenitas, «morenetas», también
hay Vírgenes blancas. Virgen Blanca de El Castañar de Toledo,
Nuestra Señora la Blanca de Pasar6n en Cáceres, Nuestra Señora
de la Blanca, patrona de Vitoria, amor de los alaveses y profana­
da recientemente. ¡Profanada una Virgen en las provincias
vas­
congadas, en las provincias que eran las más católicas de la ca­
tólica España! ¡En aquellas tierras que llenaban España y el
mundo .de sacerdotes y monjas!. ¿Qué ha pasado, Madre Blanca?
¿ Qué vendaval
demoníaco se ha apoderado de tus tierras hasta
convertirlas, de idílicos lugares de fe y de oración, en horribles
escenarios de innumerables crímenes donde molesta hasta la Vir­
gen Blanca?
Para que los seminarios vacíos: se vuelvan a llenar, para que
los obispos sean cual· los quiere Juan Pablo II, para que los
Caínes
se vuelvan Abeles, Virgen Blanca, rogad por España.
Y hora
es · ya que vengamos a Madrid. A invocar a nuestras
Vírgenes de Madrid, a la de la Almudena, a la de Atocha, a
la
Paloma ... Benditas Vírgenes por las que. no puedo pasar sin_ sa:
ludarles con el Ave María. Pero no. me detendré ante .ellas, no
porque no las ame, que bien saben ellas que sí, sino porque hoy
quiero llevaros
ante otra. Vamos a peregtinar unos kilómetros,
pocos. A pie. Es un día
.de primavera y el sol mañanero calienta
nuestros rostros. Cruzamos
el Manzanares .y emprendemos la· leve
cuesta que nos encamina a San
CrisÍób,tl: A San Cristóbal de
los Angeles. Pasados los últimos edificios . de este pueblo, que
oculta la lejanía,
se divisa un cerro . y. sob~e él, en el corazón
mismo
. de España, el Sagrado Corazón de Jesús. El Sagrado
Corazón restaurado, ya que, como bien sabéis, el anterior fue
fusilado y dinamitado por la España roja, o mejor, por los rojos,
pues aquello no era España.
·
Siempre está la Virgen protegiendo al Hijo. Al Hijo niño o
al Hijo muerto. Aquí, en este santo cerro,
es al revés. Es como
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FRANCISCO JOSE FERNANDEZ DE LA CIGORA
si el Hijo tendiera sus brazos protectores sobre la Madre. Sobre
Nuestra Señora de los Angeles. Sobre la Virgen
y sobre España.
Nuestra Señora de los
Angdes. Nuestra Señora del Cerro de
los Angeles,
al Sagrado Corazón de Jesús, rogad por España.
Dale limosna mujer,
que no hay en d mundo nada
como la pena de ser
ciego en Granada.
La Alhambra, el Albaicín ... y la Virgen de las Angustias.
Cualquier granadino renunciaría a todas las bellezas de la ciudad
por
su Virgen. Que es la patrona de la ciudad y de los alféreces
provisionales, que le ofrendaron un manto cuajado de sus
es­
trdlas. Nuestra Señora de las Angustias, patrona de Arévalo,
Nuestra Señora de las Angustias de Corla, en Cáceres, de Durón
en Guadalajara, de Alcalá la Real en Jaén,
de Valdesamario en
León, Nuestra Señora de las Angustias de Abajo, patrona
de la
diócesis de Cuenca.
Nada son nuestras angustias, por pesadas que puedan
pare­
cemos, comparadas con las de María camino del Calvario y al
pie de la Cruz. La muerte de Dios. La muerte de España. Nues­
tros padres gritaban a los enemigos de Cristo en el siglo pasado
aquello de ¡Viva Dios, que nunca muere y, si muere, resucita!
En la angustia de la agonía de España podemos gritar a sus
enemigos lo mismo: ¡Viva España, que nunca muere y, si muere,
resucita!, porque Cristo lo va a querer así. Virgen las las An­
gustias, rogad por España.
Llegamos
de nuevo a Sevilla. Cuando huele el azahar, a ver
a la patrona de la ciudad
y de la archidiócesis. A la Virgen de
los Reyes. A la Virgen de Femando Rey. Los reyes de España
que querían a
su pueblo al servicio de Cristo. Recaredo, que
convirtió a nuestra patria a una religión que jamás, hasta hoy,
había abandonado.
Los Alfonsos y los Jaimes, Fernando el Santo,
Isabel la Católica. Qué apellido
más hermoso para una reina que
no es la primera, es la Católica, el primero de nuestros Carlos
y el segundo de nuestros Felipes ...
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ESPAfeA, TIERRA DE MARIA
España quiso a sus reyes, católicos, con todo lo que ello
implica. Y la Virgen, también. Por eso, Virgen de los Reyes,
rogad por España.
De Sevilla a Toledo. Y otro bellísimo título. La Virgen del
Sagrario.
La Virgen que amaba tanto San Ildefonso que en Ílna­
gen, aunque la que hoy veneramos no sea la misma, presenció
cómo la representada
se le aparecía en persona al santo arzobispo
para regalarle
la casulla en agradecimiento de su amor y de sus
libros a ella dedicados. En estos días de sagrarios olvidados, de
sagrarios preteridos, de sagrarios profanados, Virgen del Sagrario,
rogad por España.
El Santuario muere, pero no se rinde. Otra vez la Virgen
con la Guardia Civil y la Guardia Civil con la Virgen. Nuestra
Señora de
la Cabeza, patrona de Andújar y de la diócesis de
Jaén
y Capitán General del Ejército español.
Esta
íntúna vinculación de nuestras armas con nuestra fe nos
hizo grandes en la historia. Para que vuelva a ser así, Nuestra
Señora de
la Cabeza, rogad por España.
En muchos lugares de España
se venera la Virgen con la ad­
vocación de la Peña. Y con bellísúnas leyendas sobre sus apari­
ciones en muchos de los· casos. Como
el de la mora Eluna, a la
que
se le apareció la patrona de Brihuega, o la de «la moza santa»
y el peregrino Súnón, que hallaron a la patrona de Salamanca,
nuestra Señora
de la Peña de Francia. O el hallazgo de la patrona
de Sepúlveda, el de la de Graus. Y el de
la Virgen de Calatayud.
Y el de la de
la Encina de San Silvestre, en Salamanca. También
es invocada con tal nombre en Alfajarín, .en Fuerteventura, en
Calvarrasa de Salamanca.
En días calamitosos para la fe es preciso que ésta sea firme
como la Peña en la que se asientan tantas ig]esia.s marianas, como
la piedra sobre la que Cristd edifioó su Iglesia, como · Pedro,
piedra, roca, peña. Por eso, Virgen
de la Peña, rogad por España.
Cientos
de Vírgenes se aparecieron, con inmensa alegría del
pueblo, a sencillos pastores. Habían sido ocultadas para salvarlas
de las incursiones musulmanas y, seguramente muertos los de­
votos ocultadores, se perdió la noticia del lugar h¡¡sta que tiempo
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FRANCISCO JOSE .FERNANDEZ DE LA CIGORA
después, y en muchas ocasiones en medio de grandes prodigios,
eran encontradas y veneradas por el pueblo. Vamos a visitar a
otra de ellas.
En un paisaje precioso de la provincia de Santander,
de la que
es patrona así como de su di6cesis. Fijaros qué nombre
más bonito. Es la Virgen Bien Aparecida.
A aquellos hijos devotos de la montaña no
se les ocurrió
mejor nombre para su
Virgen. Y es que no se les podía ocurrir.
Nuestra Señora Bien Aparecida, para que toda nuestra patria os
siga, siempre, hasta la consumación de los siglos, considerando
así, rogad por España.
Y ahora no podemds
ir a ningún sitio concreto. Porque, en
todos los puertos de mar, donde
sus hombres conocen bien los
riesgos de temporales y galernas,
os encontraréis a la Estrella
de los Mares. Son miles las imágenes de la
Virgen del Carmen.
Y miles los hombres del mar que a lo largo de los siglos
han
encontrado entre las olas la mano de la Virgen que les sostenía
cuando las fuerzas
ya se habían agotado y la muerte era segura.
Es emocionante
el amor de esos hombres duros y bravíos
y
el de sus familias a esas imágenes, generalmente humildes,
muchas incluso poco artísticas, pero que indefectiblemente tienen
a sus pies
el mar embravecido en el que se debaten unos pobres
marineros.
Y el 16 de julid los mares de España ven surcar miles de
barcos, engalanados de fiesta,
y entre ulular de sirenas, que
siguen, en procesión fervorosa, a aquel que lleva a la
Virgen del
Carmen.
Marineros
y marinos de España que la cantan en la emocio­
nante Salve. Pero, si alguien pensara que eran aún pocas las
imágenes de esta Virgen tan propicia a atender las llamadas de
socorro,
se multiplican en elevadísimo número, pues nd sólo
echa su mano misericordiosa a
los náufragos, sino también a las
almas del purgatorio. Pero aún hay más. Millones de españoles,
hombres, mujeres y niños, han hecho de sus pechos una capilla
a la Virgen del Carmen
llc,vando sobre ellos el escapulario.
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De tu pueblo, los pesares,
tu cleÍnencia de · consuelo.
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ESPARA, TIERRA DE MARJA
Fervoroso_ llegue al cielo,
y hasta ti,
y hasta ti, nuestro clamor."
Virgen del Carmen, rogad por España.
Barcelona nos espera. Y allí su santa patrona. La
«Mare de
Deu de la Mercé». Que es Virgen de Misericordia, pues se apa­
reció a San Pedro Nolasco para que fundara una Orden que re­
dimiera cautivos.
Hoy que en nuestra patria
hay tantos cautivos del pecado
que atenaza con grilletes más fuertes que los de hierro. Nuestra
Señora de la Merced, rogad por España.
Y desde Barcelona vayamos a saludar a la patrona de Cata­
luña. A la Rosa de Abril, Morena de la Sierra, Estrella de Mont­
serrat.
Y pidámosle, con los bellísimos versos del Virolai, · que
ilumine
la tierra catalana y nos guíe al cielo.
Ella, de los catalanes, siempre será princesa, de los españoles,
estrella del
oriente: Y esa comunión de creencias que nos hizo
patria y que nos hiw grandes, pese a burlas· blasfemas de des­
creídos de hoy, a separatismos estrechos que
quieren romper unos
lazos que anudaron indisolublemente la
fe común, la historia y
la Providencia, será indestructible por la oración a la Moreneta
de los catalanes y de sus devotos del resto de España. Por· eso,
Nuestra Señora de Montserrat, rogad por España.
Otra advocación de coníianza y de gratitud. Nuestra SeñOra
de los Remedios. Patrona de Mondoñedo y de Vélez-Málaga, de
Fregenal de
·¡a Sierra. Verteradísima en Orense, Alicante, Murcia
y. Segovia. Su solo nombre es consuelo y esperanza. En todos los
males que nos aquejan, Nuestra Señora de los Remedios, rogad
por España.
Las Vírgenes de Navarra. Santa María
de !rache, al pie de
Montejurra. Santa
María de Roncesvalles. Santa María de Ujué,
patrona de
la Ribera. Nuestra Señora la Real de Pamplona. Santa
María del
Puy de Estella. Es la fe de Javier y los carlistas. Con
la enrrega de miles y miles de navarros y navarras qúe se diérmi
a Cristo coino sacerdotes y religiosas. Al pediros · que esa asom,.
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FRANCISCO /OSE FERNANDEZ DE LA CIGORA
brosa región vuelva a ser lo que nunca debió dejar de ser, os
estarnos pidiendo, rogad por España.
Otta historia de pastores. Que enconttaron a la Vitgen. Y
dejando rebaños e imagen salieron disparados al pueblo para
ttaer a los vecinos junto a la Virgen encontrada. Y sólo sabían
decirles:
«Sus ojos son soles». Sonsoles: pattona de Avila y de
todo el valle del Amblés. Los ojos
de la Vitgen. Que a veces
son todo sol y otras veces una inmensa ttisteza. Pero siempre
bellísimos y llenos de amor. Al Hijo y a los millones de hijos
que
el Hijo le dio. Ojos grandes de la patrona de Lugo y su
provincia, que así la llaman los lucenses. Nuestta Señora de los
Ojos Grandes, Nuestta Señora
de Sonsoles. Vuelve a nosotros
esos tus ojos misericordiosos,
por ellos, para que nunca los se­
paréis de nuestta patria, rogad por España.
Cuentan las crónicas que un día, como tantos de nuestta
historia, arremetían
los españoles a una tropa musulmana y que,
por
más esfuerzo que ponían en la batalla, resistía la morisma
y la noche
se llegaba. Quien acaudillaba a los nuestros, viendo
que
la oscuridad iba a ser el refugio de los bijas de Mahoma y
que ello iba a ser en perjuicio de la patria y de la religión, se
le ocurrió invocar a
la Virgen para que el día se alargara y poder
así vencer a los moros. Y mirando al cielo, en plena batalla,
gritó: «¡Santa María, ten
tu día!». Y el día se tuvo, la luz se
alargó hasta dar tiempo a vencer completamente a los moros y
las tierras del sur de Exttemadura contaron con una madre que
nunca ya abandonaron con su amor.
Hoy, como entonces, son pocas las horas de la jornada para
vencer a los enemigos de España que al igual que en aquella
época son también los enemigos de Dios. En estos días cortos,
ante esta batalla que
no sabemos cómo ganar, Nuestra Señora
de Tentudía, rogad por España.
La Asunción de María, mucho antes de que fuera proclamado
dogma, era
ya venerada en España. Y muy particularmente en
Elche.
Su antiquísimo Misteri es buena prueba de ello. ·cuando
la Madre de Cristo ascendió a los cielos, los mortales que la
veneraban tuvieron que sentir una indecible sensación de · sole-
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ESPAf.lA, TIERRA DE MARIA
dad. Y de tristeza. Tal vez semejante, salvadas las distancias, a
la que hoy padecemos. Por eso, Nuestra Señora
de la Asunci6n,
rogad por España.
Las Vírgenes vascas. !ciar, Begoña, Aránzazu, Estíbaliz ...
Aquella fue tierra de María y parte constitutiva y entrañable de
España. Hoy los obispos de aquellas di6cesis y el de Pamplona
se niegan a asistir a Toledo para conmemorar con todos los demás
obispos españoles
el catorce centenario de la conversi6n de Es­
paña a Cristo. Aquella fue tierra de María. Para que vuelva a
serlo, para que los obispos necios de hoy sean santos obispos
mañana. Vírgenes españolas vascas, rogad por España.
Qué hermosa advocaci6n también la de la Consolaci6n o
el
Consuelo. En Jerez de la Frontera, en Logrosán, en mi humilde
parroquia
de Pozuelo ... Consolatrix aflictorum. Consuelo de los
afligidos. Rogad por España.
Y la Virgen
de la Victoria por excelencia. La de la cueva de
Pelayo.
La que acudi6 en auxilio de los soldados ctistianos que
peleaban por la cruz. La Virgen que
bendijo los albores de la
Reconquista porque quería una
España Cat6lica. La Virgen de
Asturias que
es también la Virgen de España. Nuestra Señora
de Covadonga, rogad por España.
Qué hermoso milagro el segovíano. La judía Esther, acusada
falsamente de adulterio, fue conducida por los suyos para ser
arrojada desde lo alto de las pefias grajeras. Los que
conoceis
Segovía recordais la inmensa caída. Desde lo alto del lugar del
suplicio se divisaba la ermita
de la Virgen y la judía la invoc6:
«Virgen Santísima, pues amparas a los cristianos, ampara tam~
bién a una judía». Y lleg6 al suelo inc6lume. ¿No os dice esto
que la Virgen está deseando ser invocada para protegernos?
La hermosísima plaza del Azoguejo, con
el Acueducto como
telón de fondo, recibe todos los años a
la Virgen de la Fuencisla
entre
el amor del pueblo de Segovía. Qué bonitos los acordes de
la marcha real, que ejecuta la banda de la Academia de Artillería,
en honor de la Reina del Cielo y
de la ciudad de Segovia. Me
temo que, en un Estado laico, esos honores hayan dejado de tri­
butarse a la Virgen. Para que la marcha real siga siendo el acom-
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FRANCISCO JOSE FERNANDEZ DE LA CIGOivA
pajíamiento de Cristo y de su Madre, pues nadie lo merece más,
Nuestra Señora de la Fuencisla, rogad por España.
Guadalupe. Cáceres.
La Virgen de los conquistadores. La
Virgen que dio nombre a la reina de Méjico, de la Nueva España.
Por aquellas tierras tan nuestras en las que la
fe de nuestros
padres te
dio millones de hijos, por la obra más hermosa de
nuestra patria, el acontecimiento
más grande que vieron los si­
glos después de la Encarnación y muerte de Nuestro Señor Jesu­
cristo, Virgen de Guadalupe, rogad por España.
Nuestra Señora de Mezonzo. Aldea perdida del interior
de
Galicia donde San Pedro te compuso la más bella oración que
te han dirigido los humanos salvada la invocación del ángel.
¿ Os
dais
cuenta que la Salve es española? ¿Os dais cuenta que el
Rosario es español? Por eso, Santa María de Mezonzo, rogad
por España.
Santa María de la Rábida. Santa María del amor a América.
Si hasta la carabela capitana se llamaba Santa María. Por Isabel,
Vasco de Quiroga
y Motolinia, por Junípero y la Rosa de Lima,
por
Martín de Parres y Pedro Oaver, por los santos de América,
por los millones de hijos americanos que te veneran por obra
de
esta nación, Santa María del Descubrimiento, rogad por España.
Nuestra Señora del Rosario de Santo Domingo de Guzmán,
Nuestra Señora del Rosario de
Cádiz, ·o dé Perelada en Figueras.
Miles de millones de avemarías te
ha dirigido el mundo porque
un fraile burgalés, de Caleruega, te ofrendó esa hermosa
oración.
Por las cuentas desgastadas de amor, Nuestra Señora del Ro­
sario, rogad por España.
Me he dejado
infinitas Vírgenes, no por olvido sino por
tiempo: Santa María de
Alartcis en Ciudad Real, Nuestra Señora
de Altagracia de Garrovillas, Nuestra Señora de Araceli de Lu­
cena, Nuestra Señora de Arbás de León, la Virgen de Arcoriada
de Ampudia, la Virgen
de los Baños de Fuencaliente, Nuestra
Señora de la
Barca de Mugía, la Virgen de Bienvenida de Puente
del Arzobispo, Nuestra Señora de Bonrepós de Lérida, Nuestra
Señora
dd Buen Suceso en varios lugares, Nuestra Señora del
Burgo de Alfara, Virgen
de los Caballeros de Villavieja de YeJ:
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ESPAfilA, TIERRA DE MARIA
tes, Virgen de la Calle, patrona de Palencia, Nuestra Señota de
la Candela de V alls, Nuestra Señora de la Capilla, patrona de
León, Nuestra Señora de
la Caridad de Illescas, Nuestra Señora
del Castañar de Béjar, Nuestra Señora del Casteller de Villarrubia
de Santiago, Nuestra Señora de la Cinta, de Tortosa, Nuestra
Señora del Qaustro, de Solsona, Nuestra Señora del
Corpiño, de
Silleda, Nuestra Señora de Cortes, de Alcaraz, Nuestra Señora
de la Ermita, de" Viana del Bollo, Santa María del Espino, pa­
trona de Soria, Nuestra Señora de la Fuensanta, de Murcia,
Nuestra Señora
de Gracia, patrona de Villarreal de los Infantes
y de Carmona, Nuestra Señora del Henar de Cuellar, Nuestra
Señora de la Hiniesta, de Zamora, Nuestra Señora de la Hoz,
de Molina de Arag6n, la Virgen de Linarejos, de Linares, Nues­
tra Señora de los Llanos, de Albacete, la Santísima Virgen del
Mar, patrona de Almería,
la Virgen del Martirio de Ugíjar, Nues­
tra Señora de la Murta, de Alcira, la Virgen Peregrina, de Pon­
tevedra, Nuestra Señora de
la Herrería, de El Escorial, Nuestra
Señora de la Piedad, de Almendralejo, Nuestra Señora del Portal,
de Rivadavia, la Virgen del Prado de Talavera, de Ciudad Real
y de Valladolid, la Virgen del Puerto," de Santoña y de Plasencia,
Nuestra Señora del Pueyo, patrona
de Barbastro, Nuestra Señora
del Puig de Pollensa
y de Sagunto, Nuestra Señora de Regla en
Chipiona, Nuestra Señora de Riánsares, en Taranc6n, Nuestra
Señota del Rocío en Almonte, Nuestra Señora de Ronda, de
Carpio
de Tajo, Nuestra Señota de la Salud en Barbatona, Nues­
tra Señora de la Soterraña, en Santa María la Real de Nieva,
la Virgen del Tránsito, patrona de Zamora, Nuestra Señora del
Val, patrona de
Aléalá de Henares, la Virgen de Valvanera, pa­
trona de La Riojá, la Virgen de la Vega, de Raro, Nuestra Se­
ñora de la Victoria, patrona de Málaga, la Virgen de las Viñas,
de Aran
da de Duero, la Virgen de las Batallas que llevaba San
Fernando en el arzón y que le conducía a la victoria, y tántás
y tantas más, veneradas en sus pueblos, en los que las madres
les presentan a sus hijos al nacer y esos niños, ya hombres, ale­
jados por la emigración, olvidados posiblemente todo el año de
la Iglesia,
acuden en el d!a de la fiesta de la Virgen y sienten
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FRANCISCO IOSE FERNANDEZ DE LA CIGORA
un nudo en la garganta cuando la ven aparecer por las calles de
su pueblo portadas por el amor de
sus gentes.
Vírgenes españolas en vuestras mil advocaciones, rogad por
España.
Quinientos años
hace. Isabel de España, Isabel la Católica,
pensó que si
había almas para Cristo valía la pena la empresa,
aunque
se empeñara. Y la Santa María, llevó a Santa María.
España llevó a Santa María. Y los indios descubrieron una
Madre a la que amaron tanto como la amaban
los que les des­
cubrieron.
Pero si inmenso fue su amor, mayor fue el de la Madre por
ellos. Que los quiso tanto que hasta
se hizo indita la Guadalu­
pana. Vírgenes
de América, Nuestra Señora de Luján, patrona
de Argentina y del Uruguay, Nuestra Señora de Copacabana,
pa­
trona de Bolivia, Nuestra Señora de Aparecida, patrona de Brasil,
Nuestra Señora de Chiquinquirá, patrona de Colombia, Nuestra
Señora de
los Angeles, patrona de Costa Rica, Virgen de la
Caridad del Cobre, patrona de Cuba, de esta Cuba hoy
sojuz­
gada por la dictadura comunista, Nuestra Señora del Carmen,
patrona de Chile, Nuestra Señora del Quinche, patrona del Ecua­
dor, Virgen de Supaya, patrona de Honduras, Nuestra Señora
de
la Paz, patrona del Salvador, Nuestra Señora de Guadalupe,
patrona de Méjico, Nuestra Señora del Rosario, patrona de Gua­
temala, Nuestra Señora de la Asunción, patrona de Nicaragua y
de Guatemala, Inmaculada Concepción, patrona de Panamá, Nues­
tra Señora de la Merced, patrona del Perú, Nuestra Señora de
la Divina Providencia, patrona de Puerto Rico, Nuestra
Señora
de Altagracia, patrona de la República Dominicana, Nuestra Se­
ñora de Coromoto, patrona de Venezuela, por haberos entregado
tantos
hijos que os adoran y que os rezan en español, cuando
pidais al Cristo que llevamos a América por vuestras patrias,
Dios que todo lo sabe, Dios que todo lo entiende, sabrá que
también estais pidiendo
por España.
Rogad
por España de la que sois patrona · en vuestro más
hermoso título, después del de Madre de Dios. Concebida sin
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ESPARA,. TIERRA DE MARIA
=cha de pecado. Elegida por Dios entre todas las creaturas y
preservada por especiallsimo designio divino de toda mácula de
imperfecci6n. La Inmaculada Concepción, patrona de España.
No hubo naci6n más convencida de este dogma aun muchí­
simo antes de que lo fuera.
Aunque no quiera Malina,
ni los frailes del Regina,
ni su padre provincial.
Digan que
fue concebida
sin pecado original.
Y se amotinaban los pueblos contra quien dijera que no. Y
hasta los niños, apenas abandonado el pecho materno, aprendían
a decir aquello de:
«Si quiso y no pudo, no es Dios; si pudo
y no quiso, no es hijo: digan, pues, que pudo y quiso».
La Inmaculada Concepci6n que hemos conseguido, los hijos
que te amaban, que vuelva a ser fiesta en España. En esta tierra,
única en el mundo
que, por especial concesión de Roma, tiene
un color litúrgico
más. El azul purísima, con el que los sacer·
dotes
de España pueden revestirse el día 8 de diciembre para
celebrar la Misa de la Inmaculada. Ni en Roma. Ni el Papa.
S6lo
en España.
La Concepci6n de Getafe, de Mazarrón, de Sevilla, la In­
maculada
Concepci6n de Horcajo de Santiago, en cuya fiesta todo
un pueblo pasa veinticuatro horas dando vítores a la Inmaculada
Concepción de María Santísima. Inmaculada de Murillo
y de Ri­
bera. Inmaculada Patrona de la Infantería española. · De los co­
legios de Abogados. De la Orden de Carlos III. Inmaculada
Concepci6n que miles de ciudades y pueblos juraron sostener, en
voto
públiro y solemne, aun muchísimo antes de que fuera de­
finida por la Iglesia. La excelsa inteligencia de Santo Tomás de
Aquino no comprendi6 este dogma, que era evidencia para todos
los españoles, hasta los
más rudos e ignOrantes.
Por tanto amor, por tanta fe, por tantos siglos de devoción,
en estos
días tristes en que la tierra de María Santísima parece
olvidarte, Inmaculada Concepción, patrona·
de. nuestra patria,
rogad
por España.
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FRANCISCO JOSE FERNANDEZ DE LA CIGORA
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· ·Sefiora Inmaculada de las gentes de España.
De victoria en Lepanto, de dolor en Rocroi,
rezada
a flor de espadas desde el mar de Corinto
a la ribera virgen del río Paraná.
¡Sefiora Inmaculada de los indios ingenuos
y del hidalgo altivo y de la Inquisición!
Como
ayer, como siempre, como cuando hizo falta,
España,
de rodillas, te ofrece el coraz6n.
¡Sefiora
Inmaculada del Pilar Jacobeo!
Consuelo de
amarguras en· empresas de amar.
El fruto que sembraste para la fe de Cristo
salido de tus manos, ¿no había de granar?
¡Sefiora Inmaculada del ap6srol del Trueno,
de la hazaña dificil y la rribulaci6n!
Viniste
a Zaragoza para salvar a España,
y Espafia, desde entonces, parece una oración.
¡Señora Inmaculada de los Picos de Europa!
¡CU.ántós ·te parecían pues cuánta era su fe!
Y vino de · los cielos
tu auxilio y la victorí"a.
del Dios de las batallas, del Santo, de Yahvé.
¡Señora
Iruq.aculada de esperanzas de patl;'Ía!
Se eleva una plegarla de Astorlaa a Arag6n.
Sus ecos en· las rocas, los boSques y los muertos
hablaron en romance
y hablaron en canció~ ..
¡Sefiora Inmaculada de la Santa María,
de los vientos propicios y de la tempestad! ..
Temblando amor de madre llegaste al nuevo mundo ..
· y el indio fue i:::l hermano y Cristo la verdad.
¡Señora Inmaculada del· santo misiOllero,
de los conquistadores y del emperadOr ! ..
Resuena aún · el 'Caribe las voces de Triana
y rezan todavía
los indios al Señor.
¡Sefiora inmaculada del indio inejicano!
América es España, y España es para: ti.
El inca y el azteca cayeron de ródillas
y·fue el ·Ave María. caricia en, guaraní
¡Señora Inmaculada
d~ lá ROli~ d~ Lima1
de García Moreno, de la. persecuciPn!
Son hijos de ·espáñoles, aniándote nacieron:"
no saben de mentira, ni saben de traici6n.
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ESPAii/A, TIERRA DE MARIA
¡Señora Inmaculada del Valle de los Muertos,
del niño asesinado y el viejo requeté!
Ganaron la victoria, la sangre y el martirio
de la España de Cristo por la España sin fe.
¡Señora Inmaculada del muerto por la vida!
En tus brazos de madre morir es salvación.
Y la semilla santa rebrota en patria nueva
con ecos del Prudente y voz de Calder6n.
¡ Señora Inmaculada de la historis de España!
Tu misma nos la hiciste y huele a santidad,
Derrotas son honores, que las guerras de Ctisto,
se ganan en el cielo y allí está la verdad.
¡Señora
Inmaculada! Somos aquellos mismos
que siglos defendieron
tu pura Concepción.
Como ayer, como siempre, como cuando .hizo falta,
España, de rodillas, -te ofrece el coraz6n.
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