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Número 351-352

Serie XXXVI

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Pluralidad y pluralismo

CRONICAS:
PLURALIDAD Y PLURALISMO
Los pasados 1, 2 y 3 de noviembre de 1996, en la nueva casa de
ejercicios que los RR. PP. Cooperadores Parroquiales de Cristo Rey
tienen en Pozuelo de Alarcón (Madrid), tuvo lugar
la XXXV Reunión
de amigos de la Ciudad Católica. Estanislao Cantero, en las palabras
de bienvenida a los participantes en el encuentro, destacó adecuada­
mente la perseverancia de la obra de la Ciudad Católica-no abunda
en nuestro mundo la perseverancia tan firmemente sostenida, y
menos aún en tiempos de desolación como los que ha tocado vivir a
la Cristiandad y hasta a la Iglesia-, al tieinpo que animó a intensificar
la participación en la tarea.
Fue Miguel Ayuso, el encargado de introducir el tema general
de la reunión, con
una ponencia sobre pluralidad y unidad. En sus
palabras repasó la trascendencia de la necesaria imbricación entre
lo uno y lo múltiple desde el prisma teológico, metafísico y filosófico
político. El pluralismo, en cambio, así como el unitarismo, se mostra­
ron como errores capitales, por lo demás muchas veces convergentes,
de los que debe huir un planteamiento arraigadamente humano y
cristiano. Tras la Santa Misa, el profesor Eudaldo Forment expuso
su lección sobre la verdad, subrayando la noción clásica de adecuación
de la mente con la cosa, al tiempo que sometiendo a aguda crítica
los planteamientos contemporáneos popperianos, gadamerianos y
postmodernos en general, en cuanto disolventes de la misma.
En la tarde, y tras la primera serie de foros, Consuelo Martínez­
Sicluna, a la que con alegría vemos incorporada a nuestro equipo
intelectual de un tiempo a esta parte, ofreció una
brillarite considera­
ción en la que contrapuso la riqueza y complejidad del orden natural
Verbo, núm. 351-352 (1997), 157-161 157
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M.A.
con la rigidez del pluralismo ideológico. Para que, a continuación,
José Miguel Serrano, con
su agudeza acostumbrada, diseccionase
las falacias del
pluralismo moral hoy campante.
Al día siguiente, el notario Federico Cantero insistió en las condi­
ciones necesarias
para una sociedad rectamente constituida, deshechas
en la sociedad de masas tecnocráticamente y comunicacionalmen­
te teledirigida. Danilo Castellano, nuestro querido y admirado
colaborador italiano, a
quien no podemos agradecer lo bastante su
disponibilidad y generosidad para con todas nuestras iniciativas,
disertó sobre
el bien común, enfocando rigurosa y críticamente una
temática muchas veces azotada
por la banalidad. El prestigioso hacen­
dista Leopoldo Gonzalo,
por su parte, a quien quisiéramos ver más
frecuentemente
por nuestra casa y por nuestras páginas, puso al
alcance de los asistentes, y de manera bien pedagógica, la difícil
temática del
pluralismo económico. La libre iniciativa económica, la
necesidad de un sector público y sus correctas dimensiones, etc.,
despuntaron
por entre un discurso bien construido e impecable­
mente expuesto.
El
último día, finalmente, Juan Vallet nos regaló una nueva
muestra de su magisterio sobre
pluralidad, pluralismo y derecho. Al
tiempo que Juan Cayón ilustraba como fa tentación democrática distor­
siona la relación entre pluralidad y unidad, pervirtiéndolas además
a ambas, mediante
la negación de ésta y su sustitución por el sucedáneo
pluralista que resulta de la aniquilación de aquélla. José María Pe­
tit trajo, para la clausura, el aporte fraternal de la escuela barcelo­
nesa. de
Cristiandad, insustituible en nuestras reuniones. El sentido
cristiano de la historia fue su tema, un tema de filosofía de la histo­
ria, mejor aún, de teología
de la historia, pues no encierra la histo­
ria más sentido que el que desvela la teología, esto es, el sentido
cristiano, que conduce
al acabamiento del cuerpo místico de Cristo
y a
la restauración de la verdadera unidad, una unidad que rio destruye
la pluralidad.
los foros, seguidos siempre con interés, tuvieron por ponentes
a los ya
veterá.nos Elisa Ramírez, Araceli Herrera, Antonio Martín
Puerta, Evaristo Palomar y Fernando Claro; a los que van siendo
habituales Jorge Soley
y Javier Barraicoa; y a los debutantes María
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CRONICAS
del Carmen Palomares y José Joaquín Jerez. Sólo una palabra de
bienvenida a los últimos. A Carmen Palomares, siempre inteligente­
mente activa y atenta a los movimientos del enemigo. A José Joa­
quín Jerez, revelación de las jornadas, y del que esperarnos mucho
en el futuro.
El rezo del Santo Rosario y la participación en el Santo Sacrificio
de la Misa, como siempre, pusieron a los congresistas delante de la
«mejor parte». Gracias, pues, a los sacerdotes amigos que nos asistie­
ron en este orden: al padre Agustín Arredondo, de la Compañía de
Jesús, nuestro fidelísimo consiliario; a fray Victorino Rodríguez,
de la Orden de Predicadores, maestro de teólogos y filósofos, siempre
presto a auxiliarnos; al padre Manuel Martínez Cano, venido desde
Barcelona con sacrificio
y siempre con alegría; a los padres coopera­
dores
que quisieron unirse a nosotros en algunos de los actos. Como
colofón, reproducimos las palabras pronunciadas por el padre Victo­
rino Rodríguez en la bendición con el Santísimo que siempre cierra
nuestras reuniones.
M.A.
ESPLENDORES DE VERDAD
(Acto litúrgico final de la XXXV Reunión de Amigos de la Ciudad
Católica)
Señor, ¡qué bien se está aquí!, podemos repetir con San Pedro
en el monte Tabor, cuando una nube luminosa (símbolo del Espíritu
Santo) los envolvió, y el Padre dejó oír su voz dirigida al Hijo.
¡Escuchadle! Pluralidad Trinitaria abriéndose a los tres Apóstoles,
en comunión con Cristo.
Gracias, Señor,
porque estos días La Ciudad Católica, nos ha
confortado, una vez más, con los esplendores de la verdad, que esta
vez se nos
presentó en su unidad y multiplicidad.
Sí, Señor, sabemos que Tú eres simplicísimo en unidad de esencia
y pluralidad de Personas, y que te haces participar sobrenaturalmente
por la gracia y demás dones sobrenaturales en nuestro ser complejo
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