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Número 205-206

Serie XXI

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Familia, sociedad y política

FAMIIJA, SOCIEDAD Y POLITICA
La familia da vida a la sociedad.
«Es precisamente la familia la que da la vida a la sociedad.
"Es en ella donde, a través de la obra de la educación, se for­
"ma la estructura
misma de

la humanidad de cada hombre sobre
"la tierra.
"
"Si. La misión de cada familia cristiana es la de salvaguar­
"dar y

conservar los valores fundamentales. Es salvaguardar y
"conservar al hombre.»
JuAN PABLO 11: Homilía en ·1a misa de la inauguración Celebrada en la Capilla Sixtina, 26 de septiembre de 1980. L'Osservatore Ro­mano, edición semanal en lengua espafiola, año
XII, núm. 40 (614), domingo 5 de octubre de
1980.
Atención privilegiada a la familia con el apoyo de los cuer­
pos intermedios.
«Como una vez más ha señalado el reciente Sinodo, el cris­
"tiano concede una atención privilegiada a la familia, que es la
"célula primera y fundamental de la sociedad y que ha de en­
" contrar en las leyes la máxima protección y ayuda,· cuenta tam­
"bién el Sinodo con el apoyo de los cuerpos intermedios.»
JUAN PABLO 11: Alocución al «grupo de es­piritualidad» de las asambleas parlamentarias francesas, el 3 de marzo de 1981. L'Osservato­re Romano, edición semanal en lengua españo­
la, año XIII, núm. 11 (637), domingo 15 de
, marzo de 1981.
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Complementariedad de familia y sociedad.
«Por otra parte, la sociedad debe comprender que está al
"servicio de la familia. La familia
y la sociedad tienen una fun­
" ci6n

complementaria en la .defensa
y en la promoci6n del bien
"de todos
los hombres y de "todo hombre.» ..
JuAN PABLO II: Alocución al Cuerpo Diplo­
mático -acreditado en la Santa Sede, d s4bado
16 de -enero de 1982. L'Osservatore Romano,
edición semanal en lengua española, año XIV,
núm.
:; (683),
domingo 31 de enero de 1982.
Acciones sociales de las familias sol~s o asocia-das.
«La funci6n social de la familia no puede ciertamente reducir­
,, se a la acción procreadoi'!_ _ y educativa, aunque encuentra en
nelld su primera e insustituible forma de expresión. ·
»Las familias, tanto solas como asociadas, pueden y deben
"por tanto dedicarse a
muchtJs obras

de servicio social, especial­
"mente en favor de los pobres
y de todas aquellas personas y
"situaciones a las que no lógra llegar la organizaci6n de previ­
"si6n
y asistencia de las aútóridades públicas.»
JuAN PABLO II: Exhortación Apostólica «Fa­
miliaris consortio». L'Osservatore Romano, edi­
ción semanal en lengua española, año XIII, nú­
mero 51 (677), domingo 20 de diciembre de 1981'. .
Conexión entre la familia y· la sociedad, El principio de suh­
sidiariedad.
· «La conexi6n íntima entre· la familia y la" sociedad, de la mis­
" maner-a que exige· ta· apertura y la· participaci6n de la familia
"en la sociedad
y en su desarrollo, impone también que la sacie­
,, dad no

deje de· cumplir su deber fundamental de respetar
y
Np_romover la familia misma.. ·
»Ciertamente

la
familia y la sociedad. tienen una funci6n com­
"plementaria en ·za .defensa y en -la prorlioci6n del bien de todos
"los hombres
y de cada hombre. Pero ld sociedad, y más especí­
"ficamente el Estado, deben reconocer que la familia es una ''so­
" ciedad

que goza de un derecho propio
y primordial" (111) y
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"por tanto, en sus relaciones con la familia, están gravemente
"obligados a atenerse el principio de subsidiariedaá. · ·
»En

virtud de este principio, el Estado no puede ni debe
"substraer a las familias aquellas funciones que
pueden igualmen­"te realizar bien, por si solas· o asociadas librementer sino favo­
nrecer
positivamente _y CStimular ·lo_ más posible la iniciativa res­
"ponsable de las familias. Las autoridades públicas,· convencidas
"de que
el bien de la familia constituye un valor indispensable
"e irrenunciable

de la comunidad civil, deben hacer cuanto pue­
" dan

para asegurar a las familias todas aquellas ayudas
-eco­
"nómicas, sociales, educatiVas, politicas, culturales- que nece­
"sitan para afrontar de modo· humano todas sus responsabili-
"dades.» -
)uAN PABLÜ 11: · Exhortación Apostólica «Fa­miliaris consorcio». L'Osservatore Romano, edi­
ción semanal en lengua españqla, año XIII, nú-, mero 51 (677),' domingo ·20 de diciembre de
1981.
Función social de las familias en _la polítieá.
«La función social de las familias está llamada a manifestarse
})también en la forma de intervención política, es decir, las fa­
nmilias·
deben

ser las
primeras eh procurar que· _lá5 leyes· y las
"instituciones del Estado
no sólo nO-'Ofendan,_·s_im? que sosteng(!n "y defiendan positivamente los derechos y los deberes de la fa­
"milia. En

este sentido las familias deben
crecer en
la conciencia
"de ser t•protagonistas" de la llamada· ttpolítica fal11iliar! y asu­
"mirse la responsabilidad de transformar la sociedad; de otro
"modo las familias serán
las primeras
victimas de aquellos males
"que se han
limitado· a

observar con
indiferencia;· La
llainada
"del Concilio Vaticano II a superar la ética individualista vale "también para
la familia como tal.» . .
JuAN PABLO II: Exhortación Apostólica «Fa­miliaris consorcio». L'Osservatore Romano, edi­ción semanal ·en lengua española, afio -XIII, nú­mero 51 ( 677 ), domingo 20 de diciembre de 1981.
li:ttervenciories social y_ política de la· familia.
«Las familias, solas o en grupo, pueden y deben dedicarse a
"múltiples obras de servicio social, especialmente en beneficio
"de los

pobres; y su
labor social

está
llamada 'también a

encon-
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"trar expresión baio la forma de intervención política. Dicho de
"otra manera, las familias deben ser las primeras en traba¡ar
"para que las leyes e instituciones del Estado se abstengan de "lesionar, y sobre todo apoyen y defiendan positivamente los
"derechos y los deberes de la familia. En este sentido las familias
"deben ser cada vez más conscientes de que son las t'protagonis­
"tas" de la "política familiar" y asumir la responsabilidad de
"transformar la sociedad».
JuAN PABLO II: Alocución al Cuerpo Diplo­
mático acreditado en la Santa Sede, el sábado
16 de enero de 1982. L'Osservatore Romano,
edici6n semanal en lengua española, año XIV,
núm. 5 (683), domingo 31 de enero de 1982.
Derechos de la familia frente la sociedad y el Estado.
«El ideal de una recíproca acción de apoyo y desarrollo en­
"tre

la familia y la sociedad choca a menudo, y en medida bas­
"tante grave, con la realidad de su separación e incluso de su
,, contraposición.
"
»Por esto la Iglesia defiende abierta y vigorosamente los
"derechos de la familia contra las usurpaciones intolerables de
"la sociedad y del Estado. En concreto, los padres sinodales han
"recordado, entre otros, los siguientes derechos de la familia:
»-a existir y progYesar como familia, es decir, el derecho
"de todo hombre, especialmente aun siendo pobre, a fundar una
"familia, y a tener los recursos apropiados para mantenerla;
»-a eiercer su responsabilidad en el campo de la transmi­
" sión de

la vida y a educar a los hi¡os;
»-a la intimidad de la vida conyugal y familiar;
•-a

la estabilidad del vinculo y de la institución matri­
"monial;
•-a creer y profesar su propia fe, y a difundirla;
»-a educar a sus hiios de acuerdo con las propias tradicio­
"nes y valores religiosos y culturales, con los instrumentos, me­
" dios

e instituciones necesarias;
»-a obtener la seguridad flsica, social, politica y económi­
,, ca, especialmente de los pobres y enfermos;
> el derecho a una vivienda adecuada, para una vida familiar
"digna,-
»-el derecho de expresión y de representación antes las
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n autoridades públicas, economzcas, sociales} cultura/.es y ante las
ninferiores, tanto

por si misma como por medio de asociaciones;
»-a crear asociaciones con Otras familias e instituciones,
"para cumplir adecuada
y esmeradamente su misión;
»-a proteger a los menores, mediante instituciones y leyes
"apropiadas, contra los medicamentos per¡udiciales, la pornogra­
"fia, el a/.coholismo, etc.;
»-el derecho a un justo tiempo libre que favorezca, a la
nvez, los valores de la familia;
»-el derecho de los ancianos a una vida y a una muerte
ndignas;
»-el derecho a emigrar como familia, para buscar me;ores
"condiciones de vida (112).
»La Santa Sede, acogiendo la petici6n explícita del Sínodo,
"se encargará de estudiar detenidamente estas sugerencias, ela­
" borando una "Carta de los derechos de la familia", para pre­
"sentarla

a los ambientes y autoridades competentes.
JUAN PABLO 11: Exhortaci6n Apost61iC:a «Fa­
miliaris consottio». L'Osservatore Romano, ecli­
ci6n semanal en lengua española, año XIII, nú­
mero 51 (677), domingo 20 de diciembre de
1981.
La familia y la defensa de la vida privada frente la autoridad
pública.
«La Iglesia está convencida de que la familia se encuentra
"inserta en una sociedad más amplia en la que se mueve y hacia
"la cual tiene responsabilidades. Pero la Iglesia afirma y sos­
"tiene

también el derecho que todo hombre tiene de fundar una
"familia
y de defender su vida privada, así como el derecho de
nlos esposos a la procreación y a la decisión concerniente al nú­
"mero de sus
hi¡os, sin

constricción indebida por parte de la
"autoridad pública, y el derecho de educar á sus hiios en el seno
"de la familia (cf.
Gaudium et spes, 52 y 87).
"
»La promoci6n de la familia, como célula primera y vital de
"la sociedad y} por tanto, como institución educativa de base o,
"por

el contrario, la disminución progresiva de sus competencias
"e incluso de los deberes de los padres, dependen en una gran
"parte del proyecto social influenciado por las ideologías y
con­
"
cretado

en ciertas legislaciones modernas, las cuales llegan a
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"estar en contradicción evidente con la letra de los derechos del
"hombre reconocidos por los documentos internacionales solem­
"nes como la Convecíón Europea de los Derechos del Hombre. »Entonces se impone necesariamente el deber de someter
"las leyes

y los sistemas a una continua revisión desde el punto
"de
vista de

los derechos objetivos· o inviolables del hombre.
»Es de desear, en fin de cuentas, que todo programa,
tádo
"plan di!
desarrotlo sácial, económico,

polltico,
cultural de
Euro­
"pa ponga

siempre en primer lugar
al hombre
con
su dignidad
"suprema y con sus derechos imptescripribles, fundamento in­
" dispensable

de progreso auténtico.»
JUAN PABLO 11: Alocuci6n, el 10 de noviem­
bre de 1980, alos Jueces de la Corte ele Euro­
pa _para : los derechos del hombre y a los juris­
t_as· participantes en

el Coloquio Internacional
·celebrado -en Roma con motivo del XXX ani­
versario de la firma de la Convenci6n Europea
de los Derechos del Hombre. L'Osservatore Ro­
mano, edición semanal en lengua española, año
XIII, núm. 15 (641), domingo 12 de abril de
1981.
Fundaci\363n Speiro