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Número 239-240

Serie XXIV

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Eugenio Vegas Latapie

ILUSTRACIONES CON RECORTES DE PERIODICOS
EUGENIO VEGAS LATAPIE
El 20 de _septiembre apareció en la prt:nsa de Madrid _la dolorosa no­
ticia· de

que, el
dia anterior, había .fallecido nuestro promotor, fundador,
animadO'I', maestro y ami~o, Eugenio Vegas 'La'tapie (d. e. p.). La noticia
fue
acompañada de varios artículos y notas evocadoras de su memOria,
así como de texJos del propio ,Vegas La.tapie. En especial; ABC le de­
dicó el . artículo de-su tercera plana, un efiitorial y. su cuaderno cen,trat,
pági.rtps_,Sl. a 57. ·Dt:spués han sa!,ido a la luz ot-ro.r,articulos en el mismo
ABC, en EL ALCAZAR, en Y A y en otros periódicos. Tratarem_os de
ordena( temáticttmente- loS recortes· que hemos extraído de los téxtos
que
nos ht:in parécido de mayo, lnterés.
l. LA PERSONA
Su ·esquela mortuoria, tras··de su nombre y apellidos, di~e:
«Capitán jurídico militar~ letrado y secretario general del
Consejo de Estado -(jubifo.do); Académico de la Real de Cien­
cias Morales
y Polí~cas,. Caballero de la Real y Militar Orden
de
S~n ~ermen:egildo y CBba}lero ~egionario».
Y después:
«Vivió y murió fiel a· eus ideales».
Francisco de Gomis, en su artículo ALDABON'AZO EN LA POLÍTICA
ESPA:Ñ'OLA,
pendiente de aparecer en ABC, resume én un apretado párrafo:
1208
«Eugenio Vegas Latapie, hombre maduro a los IS años, Li­
cenciado en

Derecho a los
17, Teniente
Jurídico a los 19, Le­
trado del Consejo de Estado a
los 23,

Presidente de la
Juventud
Monárquica

de Madrid a los
24, Fundador
de Acción Española
a los
25, conspirador

contra la República y exiliado a los 26,
publicista, editorialista
incisivo y

certero, de solidísima cultora
Fundaci\363n Speiro

y talento inexpugnable, Académico de Ciencias ·Morales ·y Políti­
ca~
Secretario

del Consejo
de· Estado, coinbatiente · de la GO:erra
Civil

de
1936, miembro de la Primera Junta Técni~ del, Esta­
do (o Gobierno) de la España Naci~~- miemhl°O del Primer
COnsejo
Nacional
y cesado.
a los pocos

días por
telegrama con
.orden
de

destierro,
Caballero Legionario
de la
4.ª Bandera de
la Legión, antifranquista convencido
y ·combatido, campeón de
la Monarquía tradicional, conspirador, varias veces· desterrado
y expulsado del Consejo de Estado, Secretario POlltico 'del Con­
de de Barcelona, Primer Preceptor del Príncipe Don Juan
Car­
los y que, finalmente, ahan_dona toda luch_a política en 1948,
a sus 40 años>.
Y, pregunta:
e¿ Quién es este hombre ardiente, iluminado, que irrumpe en
la derecha española en el
a~o 1930, y actúa .-®mo .. coordinador
de
iniciativas, como
galvani.zador, y consigne agruparla en un
frente
~nico de

pensamiento -ACCIÓN
EsRA.Ñou-, que
contra­
pone a
un~ inte!ectualidad qne

_ se
declaró republicana po:r es­
cepticismo,
y levanta _ bandera victoriosa y entusista con otros
intelectu,ales que

se declaran
monárqui-t.:os por conviccion y
como única esperanza, aglutinando las últi_nias l;'lnergías para
oponerse
a
la riada marxista?».
Gabriel Alférez Callejón, u.no de los más íntimos colaboradores de
Eugenio' Vegas, en una de lds tres evocaciones de éste aparecidas en la
página 44 de ABC del dia 21, expone una breve biograjia dR,, nuestro
amigo. Como sea que en este número de
VERBO aparece más ampliamente
expuesta
por

el propio
Alférez, a,q_uí nos limitareinos a recoger· los dos
últimos párrafos
de e&a evocación:
«Eugenio Vegas ha sido, desdé SU juventud hasta su muerte,
absolutamente fiel a las ideas
y p~dpios que -apreitdió en so
familia y de sus primeros maestros •. Católico íntegro . y monár­
quico
sin fisuras,

procedió siempre
cOn ejemplar honestidad y
leall:ad, sin ocultar nunca ésta, sino todo lo contrario, so criterio
veraz a las personas e instituciones
a quienes sirvió con entr_1;1·
ñahle

amor.
:,.De él

podría .decirse, con el poeta,
-que IÍó fui:, como el pá­
jaro

que
caprichosamente. vuela donde

quiere, sino
com-ó el

árbol
que firmemente arraigado muere
do'nde nace>.
'1209
Fundaci\363n Speiro

,a) El prim(!r .calificativo expresado en . el primero de estos párrafos
es _el_ de_ "católko· íntegro''.
1 avier Tu.seU~ elii Y A· del díá 21, te califica de "Fervororo católico".
Vallet
de Goytisolo
titula su artículo de la página 53 de ABC del
d/a 20:
UN CATÓLICO FiERVIBNTE y UN GRAN ESPAÑOL
--. El. primer título ~ell lo explic~ así:
e:... partiendo de un sentido criad.ano del deber firmemente
arraigado
por su · religiosidad, su vocación fue la de buscar y en­
señar lo políticamente verdadero y, por ello, bueno para los
pueblos.
' >El mismo lo explica, al comienzo de sus Memorias políticas
(Barcelona, Editorial Planeta, 1983), respondiendo a su propia
pregunta: "¿Dónde
podría contribuir yo de manera más eficaz
a
la
gl_oria de Dios?" ... ,.
José María Escudero, desde una posición hoy totalmente divergente,
· señala --.en YA del día 24-que se dio en Vegas:
c... la particularidad de vivir la política con una entrega ab­
solutamente ·religiosa;

la política era para
e1 el campo de acti­
vidad que, por pura y desnuda
lógica, bah.fa escogido,

cuando
sólo tenfa quince años de edad, para servir
más eficazmente

a
·. o,os. Hacía

política como un monje hace _oración, y era tan
inflexible como un hombre

puro,
si no se vigila, pue'de llegar
a sen.
Francisco de Gomis es rotundo:
cEngenio Vegas es lo opuesto a un tibio, es el ardor de la
caridad que ilumina su alma y le impulsa a emprender todas
1~ batallas

guiado
. sólo' por .la idea de servicio a los ideales
religiosos que 1:aicieron de

España cgonfaloniera de la
Iglesia>
y a 108 Monarcas· españoles campeones. de la Cristiandad».
b) El segundo calificativo que le dedica Alférez es el de '~onár­
Gonzalo Fémández de la Mora, de quien, el mismo dia 20, apare­
cieran_
d~ artfc_ulos: VEGAS IMJC'tRlNAIUO, en ABC, y UN ANIMADOR INTE·
LECTUAL, en EL _ALCAZAR, dice en tiste -último de Vegas, que
1210
Fundaci\363n Speiro

« ... se entregó tenazmente a la empresa de establecet en Es­
paña
una mo_narquía
tradicional.
Aquí pugnaban su integrismo
tradfoion.al con su legitimismo

borbónico. Por eso postuló que
la dinastía fuera
"deslibetalizada y

desdemocratizada", para lo
cual apoyó la abdicación de Alfonso XIII y se consagró a ase­
sorar

en Lausanne
y en Estoril al Conde de Barcelona y a su
hijo,

el entonces Príncipe Juan Carlos, de quien fue precep­
tor ...
,.
Y más: adelante añade:
c ... queda patente una esencial paradoja bio'gráfica: luchó
por
el nuevo Estado, del
que pronto
se apartó
por no coincidir
plenamente
con su proyecto monárquico; pero, al producirse en
1975. la restauración, permaneció ·a1 margen, porqu~ tampoco co­
incidía con el esquema que propugnaba ...
».
Pues. excluía
c ... la llamada monarquia constitucional que Vegas repudiaba
y qne, en eentencia'famoea, calificó de ''república·'corónada" ... >.
Con otrar palabras, Vallet de Goytisolo indica que Eugenio Vegas
habta mo~rado: ·
c... un concepto de la monarquía que no era adecuado ni
adaptable a los vientos que venían impulsando nuestro caminar,
ni
la
historia abierta después de la última guerra mundial. Esta
no era
aquella por

la que había escrito
y luchado tanto y por
la
que hubiera

dado en
vida ... >.
Raúl Morodo, en un breve artículo, EUGENIO VEGAS ~ MAURRAS
Y SPBNGLllR, en ABC del 20, habla de que hubo e.n Vq¡as
c... una intransigencia eerrada a la monarquía cesarista, sin
rey,

que establecerá el general
Franco:>.
Pero especialmente, como noto Javier Tusel1,
c... fu.e un monárquico cónvencido, de una monarquía cató­
lica
y tradicional que, des.de luego, poco tenía que ver con lás
fórmulas democráticas».
1211
Fundaci\363n Speiro

Según pf;ecisa García Escudero,
c ... su oposición a Franco no la hacía Vegas en nombre de
la monarqnía que

don Juan Carlos iba a traer, sino de
la mo·
narquía tradicional ...
>.
Francisco de Gomis esboza el monarquismo d;e Vegas en estas
frases:
c.... Cual nueva J nana de Arco, y- 'gtria.do ~~lo · por un ideal
sobrenatural, también pide ver
al Rey en plena juventud (1930)
y le anuncia su destronamiento
si no cambia de rumbo políti·
co, y condena aquella
degeneración de
la Institución que
limi­
ta las posibilidades de la" Corona y denomina nada»,
términos antitético~ porque afirma, con
Donoso, que "la
idea de la Monarquía es opuesta a las ideas revolucionarias.
Un trono es su contradicción y no puede ser nunca su
conse­
cuencia">.
e) Sigue Gabriel Alférez indiccmdc que V~as "procedía siempre
con ejemplar honestidad". Es una trayectoria que, en uno breve nota
en la página 56 de ABC del 20, EL TESTIMONIO VIVO oo LA PALABRA,
Pablo Beltrán de Hen:dia, muestra en este pá.rrafo:
«Vencido pOr las amarguras· y decepciones de la vida, ha
llegado hasta los umbrales de la eternidad en la situación de
ánimo reflejada en el segundo tomo inédito de sus
Memorias.
Acerca· de sus actividades como vocal de la Comisión de Cultura
y Enseñanza de
la Jullta Técnica

del Estado,
ha podido escribir
lo

siguiente: "Creo
que actué

movido siempre por rigurosos
cri­
terios

de justicia y de équidad. No quiero,
sin embargo,
decir
· con

esto que mi actuación, en su conjunto, fuera intachable. De
lo que sí respondo es de que a nadie quise hacer conscientémente
el mal. Y, mucho
merios, de

manera premeditada. Las posibles
imperfecciones de
mi actuación

habrán de ser juzgadas, en su
momento, por
Dios">.
En la mis~a página del cuaderno central del propio ABC Se repro­
ducen un'Os [Já,rraf-os del a.in inédito

volumen II de
los MEMORIAS POLÍ­
TICAS Je, Vegas Lata.pie, con el tftulo EN EL PALACIO DE GoLFINES DE
ARRIBA, en el cual el mismo Eugenio narra su entrevista con- el General
Franco, que tuvo lugar en -dicho palacio el _22 de septiembre de 1936:
1212
Fundaci\363n Speiro

cEl segundo tema que me interesaba exponerle a Franco ba­
hía de .resultar mucho más
d~icado y espin-0so. Se trataba del
problema de
los -famosos paseos. Claro es que me anticipé a
decirJ~ como

era
cierto, que yo no había sido testigo presencial
de ningún -hecho delictivo de
esa clase.
Pero un rumor general
muy extendido permitía suponer la
e:sisten~ia de

asesinatos in­
controlados en la España nacional,
aw ¡que, desde

luego, en me­
nor número
y con caract,erísticas distintas -que· en la zona roja·.
No creí~ sin embargo, que el problema debiera abordarse en
esos
términos cuantitativos, sino en función de u'nos principios
de

estricta índole
moral, fundamentales
para quienes proclamá­
bamos estar luchando

movidos por
un impulso
religioso.
»Era normal

y hasta obligado que funcionasen Tribunales
tiu­
marísimo~
con

criterios de severidad
y rigor: pero siempre· que
a
,los acusados

se les permitiera una amplia y libre defensa.
Pro­
ceder

de
otra man.era, coger casi indi~<:riminadamente a

un ciu­
dadano, por muy adversario que fuese,
y pegarle cuatro tiros,
representaba un atentado a
la moral, además de resultar el medio
más seguro para desacreditarnos políticamente>.
Con amistad, pero partiendo de su opini6n polUica distinta de la de
Vegas, en la tercera página de ABC del 20, Ricardo Gullón escribe:
cNada me impresionó tanto en estas conversaciones como la
integridad
del hombre, la sinceridad con que exponía sus opi­
niones y el respeto con
que escuchaba

las ajenas. Nada más
alejado del trogloditismo
que se le atribuía 1 en los círculos de
la vieja izquierda santanderina. Daré un ·detalle de la tolerancia
de que personalmente era capaz. Por vías clandesti~as llegó a
Santander cierto exiliado español
que cireulaba bajo D.ombre
supuesto,

No tardé en
conocerilo y
tampoco en conocer su
nom•
hre:

el que
habitualmente usaba y el pasaporte eran falsos, Se
llamaba Planell o Granell,
bahía sido
diputado en las últimas
Cortes,
republicanas y

en
la guerra mundial formando parte .de
lá: división

Leclerc. (Nos
enseñó una pequeña-

foto hecha
ell: el
París

recién liberado, donde
se veía
al general De Gaulle entre
un
grupo de soldados victoriosos de fisonomía ceJtibérica incon­
fundible). Eugenio le
habí'a colocado
en
1~ empresa d~ un ami,
go, y no se· recataba para pasear con él por el muelle:>.
Y añade:
c... En la conversación, Ellgenio se mostró flexible y razo•,
nador,

y la de ese
día, acaso

más que la de otros,
me permitió.
1213
Fundaci\363n Speiro

ver que bajo la máscara doctrinaria se ocultaba un rostro tole­
rante. No ignoraba él
mi~ ideas, pero. las diferencias de opinión
nunca se interpusieron entre nosotroo.
Este último párrafo de Gullón es una muestra que en Eugenio Ve­
gas, junto a la intolerancia en las ideas, habúz una gran comprensi6n de
las pers_onas. Lo dice también Garcfa. Escudero, desde su actual disere­
pancia, con estas palabras:
c... Sentía como propios· los textos juveniles de Menéndez
Pelayo sobre le intolerancia con las ideas y esto explica la
du­
reza

de
sus juicios
sobre algunas
pe?sonas, pero quien· le
trató
ha
· testimoniado

cómo hubo en él, en general, una humana
tran·
sigencia, un profundo respeto por la manera de pensar de los
demás>.
Y J avieir Tuse1l erplica:
c... Quiénes no teníamos nada que ver con su forma de pen­
sar le oíamos con interés siempre, porque, aunque a él poco le
podría
haber gustado
este calificativo, era enormemente liberal
en el trato. Precisamente porque siempre apreció
el valor de las
ideas,

nada más lejano a tratar de imponer las propias a las
suyas
y especielísima a la monárquica le dedicó toda una vida.
Su nobleza,

imperturbable,
cuando en

realidad tenía tantos mo­
tivos para
sentirse descorazonado,

dignifica ese teórico entregar­
se a un id"eal que es la poh'tic~, aunque tantas veces se desmienta
en
la práctiCB>.
Con quien mayor intransigencia tuvo fue consigo mismo, como tam­
bi6n lo ·erp/ica Tusell:
c... Hobo monárquicos que pactaron con el regunen; los
hubo
que dejaron de serlo, incluso por una golosa prebenda.
Hubo, en fin,
quienes se insp~ron originariamente

en un mo­
narquismo de
extrema derecha y luego se convirtieron en libe­
rales.
La trayectoria de Vegas fue, sin embargo, rectilínea: él
siempre mantuvo su posición
orignaL Venía
a ser
un caso excep­
cional

de
resistencia al régimen de Franco, pero de8de una óp­
tica política inesperada».
Miguel Ayuso Torres, en su articulo EUGENIO VEG.As y LA VOCACIÓN
POLfricA, publicado en EL ALCAZAR del ·4 de octubre, insiste en la
asm>eraci6n de

que, en
Vegas,
1214
Fundaci\363n Speiro

c... lo qne es imborrable es una trayectoria política rectilí­
nea. Entre el joven que tena~ente consiguió que Maeztu, Pra­
dera, Pemán o Calvo Sotelo, por citar algunos de los más lim·
pios ,-políticos y escritores de los treinta, formaran un equipo
inielectnal
capaz de alumbrar una España nueva desde la Co­
vadonga de. Acción Española~ y-el anciano que ha di.ctado sus
Memorias con
una lucid"ez y una memoria -y no es una re•
dundanci~ cuando la debilidad de tantas muestras del género
es precisamente la
falta de la misma-fa.era de lo común, hay
una coherencia tan perfecta que es el secreto de su indestructi­
bilidad: el cumplimiento perseverante
y sin desmayo de una
vocación que columbró todavía niño y que con la ayo.da de
Dios no ha dejado de dar frutos hasta el final.
:>Sí puede habla~ en su sentido más purísimo, de voca·
ción ---consagración a Dios-política, y estoy convencido de
ello, es
Eugenio Vegas uno "de _sus ejemplos niás salientes, al
tiempo. que su vida aparece como una muestra incomparable
de los distintos puertos a que lleva la política. Alen_tó la lucha
contra la República sin encontrar el reconocimiento del moví­
.
miento

desencadenado,
luchó por la Monarquía sin gustar de
las mieles de la recompensa. No conoció -ni antes _ni ahora­
el
oportunismo, ni anduvo por las sendas de la adulación. Per­
maneció solo con sus libros, con sus ideas... y con quien qui•
siera escucharle. ''Entre los muertos vivo", cual Menéndez Pe·
layo, hoy, a su muert~ no· se puede esperar el homenaje de na­
die. Católico a machamartillo pero enemigo. de ]a democracia
cristiana, impulsor del Alzamiento pero crítico del franquis­
mo,

novio
de la Monarquía pero debelador de la demacra,
ciá ... >.
e) Termina .Gabriel Alférez; destacando la lealtad vivida por Vegas
Latapie, "sin ocultar nunca", "su criterio Ye!Tiiz".
El titulo del artículo en YA de Javier Tusell es Precisamente:
"EUGENIO VEGAS LATAPm: UN HOMBRE ENI'ERO Y FIEL"
Y el de José Maria García Escudero, en el mismo diario, se titula:
""EUGENIO VEGAS O LA FIDELIDAD"
-Según José Luis Vázquez Dodero, Eugenio Vegas
c... Poseía una propensión al pesimismo que corría parejo
con su irreprensible moral y su concepto sagrado de]
mando po­
lítico, que anhelaba ejer~do por quienes tuviesen_ el único y
1215
Fundaci\363n Speiro

vehemente deseo de servir al bien colllún. · No es que no com­
prendiese la realidad
de las concupiscen~ que para él, como
para todos los
tertulianos, era una verdad

teológica indiscutible,
sino que
el espíritu de sacrificio de aquel joven -singular le lle­
vaba a renunciar cualquier oficio bien
remunerado, para

el que
le sobraba capacidad.
Su actitud se i-evestía ·de una 'severidad
que
podt'kl, incluso olvidar

las
más lícitas

y
acons.ejables conce­
siones

de la
prudencia>.
El editorial do ABC del dfa 20 lo dice paladinamente:
c ... Vegas era también un hombre de legendaria lealtad a las
propias convicciones en unos años en los que el desprecio a la
ideología y el oportunismo sin norte han sido los grandes males
de la clase política>.
c
...
Hubiera podido llegar a los más altos puestos de poder.
Pero prefirió

mantenerse fiel a su conciencia
... >.
Alfonso García Valdecasas, en el texto que dict6 telef6nicament-e y
que aparece en

un
recuadro ~ la página 55 de ABC del 20, destaca que
''vida política", para Eugenio Vegas,
c... era una política inspirada por una doctrina y al mismo
tiempo por un sentimiento del deber. La política ·no
fue para
Eugenio

Vegils nunca una- carrera política, sino
el ejercicio de
un deber que cumplió abnegada y generosamente>.
Pérez Mateos, en su columna de evocación a Vegas Latapie, de ABC
· del 21, también lo resalta:
cAhora, en este instan"' de su. despedi·da -"se canta lo que
se pierde"-,

Eugenio Vegas era, ante todo,
un hombre sólido,
inquebrantable, recto, fi~l
a

su ideario. En el régimen anterior,
por ejemplo, pudo haber gozado de buenas prebendas. Pero,
como buen

conocedor
del alma

humana, prefería
"perderse' se­
rename~
casi

ascético y escéptico, por
el Retiro, mieritras re­
citaba a M-ánrique entre

el amor a
su gran
mujer, Leonor, y a
811 bella hija, Leito> .
. Javier Tusell, por su parte, expdne: .
1216
arraigadas en
una España en la que lo más frecuente en la época
Fundaci\363n Speiro

contemporánea ha sido precisamente pasar h~c-.n,ente de una
posición

a otra en ejercicio del
más desdeñable oportoniamo.
>Precisamente
esto

es lo
que siempre
me llamó la atención
en
él. Se puede admirar en un personaje la capacidad de expre­
sar un
ideario

o de enjuiciar
una situ.ació~ pero también se
puede

apreciar de forma especialísima la voluntad
de mantener
una iconsecuencia con

sus propias ideas. Vegas Latapie
era un
hombre
qué nunca cambió de forma de ver las cosas ... >.
Queda de él, según García Escwlero,
c •.. la fidelidad hasta la muerte a unos principios ... >.
Y Vallet de Goytisolo comienza su artfculo con estaa frases:
cEugenio Vegas Latapie ha sido, en todo momento y sobre
todo, un ferviente
crietiano y un gran· español. Ha vivido ente­
ramente entregado

al servicio. de Dios y de
España, con
una
generosidad sin
límites y plena renuncia a toda ambición per­
sonal mundana. Los puestos
de gobierno, los honores ni el di­
~o, ni siquiera le tentarón. Pudo haber sido todo en el régi­
men
que siguió al 18 de julio de 1936, con tal de que lo hubiera
querido, por

encima de
81l8 ideales tal como él los sentía. Y
también
podría haberlo sido en el régimen
de la transición ... ,.
TI. Su PASO POR LO QUE YA ES lllSI'ORIA DE. E.sPAÑA
El antes refe.rido editorial, de ABC del dia 20. VEGAS, CONTRA CORRIEN­
TE, resalta que éste
c... era una figura de primer orden en la historia subterrá­
nea

del siglo
xx español.

Era un intelectual que aborrecía el
brillo y
despreciaba a los incontables

pavos reales que inundan
con su vacuidad nuestra vida pública. Es posible que
la mayoría
de sus compatriotas desconozcan hoy hasta su mismo nombre,
y por eso le

despedimos
desde ABC con lo$ honores debidos a
los
grandes ... >.
García Escudero, ref-jriéndose a -las Memorias rÍe J:!ugenio, escribe:
c... no se trata sólo de sus obras de historia: historia era él,
y
es
toda una parte de la vida de' la España contemporánea la
que con

él
ha desaparecido ... >.
1217
Fundaci\363n Speiro

Tusell explica:
c ... Fervoroso católico' y no Dlenos fervoroso antiliberal, Ve­
gas ·Latapie apareció en la vida política en el momento en que
la
crisis de la monarquía española enunciaba el advenimiento
de la Repúbliea •. En· ella su oposición fue radical y tajante contra
el mantenimiento de. unas institucfonee que juzgaba perversas.
Su labor -no fu.e propiamente· política, sino intelectual: sin él
no puede
entenders"9 por
ejemplo,
la gran labor de divulgación
de las ideas de
extrema derecha

procedentes
de Francia y, más
concretamente
de la Acción Francesa, reslizada a través de sn
casi homónima Acción Española. Había prObablemente entre los
redactores de esta revista personajes más brillantes, como, por
ejemplo, Ramiro de Maeztn; Vegas Latapie aportaba la devo­
ción por la causa y la capacidad organizativa en un segundo
plano .•. >.
V o/viendo al editorial de ABC del 20, seguimos leyendo:
cVegas fue una pieza clave en el enfrentamiento contra la Re­
pública, cuando el régimen del 14 de abril quedó en manos del
Frente Popular.
Era mio de eeoe hombres sin los cuales la Historia
hubiera discurrido por otros cauces ~-->·
Al dar la noticia de ,u muerte, en la pdgina 51 del mismo ABC del
20, valora:
Eugenio

Vegas ha
sido una figura inteleetnal y política de
primer orden en la España contempo.rán8' aunque su presencia
quedara frecuentemente
difuminada, por voluntad propia, en 9B
segundo plailo ... >.
De especial calidad a, el testimonio de Alfonso García Valdecasas:
c...
veo en Eugenio Vegas Latapie una de las personalidades
más interesantes y más impol'tllntes de nuestro tiempo en la TI.da
política>.
1218
cTa~ién tuvo una influencia política ·grande en bastantes mo•
mentos de nuestra historia, pero siempre
fo.e ejercí~ como digo,
de
una manera muy directa, muy

abnegada·
y sin que represen­
tara nunca la pretensión de una carrera personal.
,La importancia que-ha tenido Eugenio Vegas en un periodo
Fundaci\363n Speiro

no corto de nuestra historia e& dificil de apreciar hoy, pero vale
la pena que se aprecie, y yo espero que se hagan los trabajos y
estudios necesarios para ponerla de
relieve>.
Su primer paso. lo dio en la entrevista q.ue solicitó de Alfonso XIII,
y que tuvo lugar en enero ~e 1930. ABC del 20. reproduce, en la página
52, la ntJrración de· esta entrevista que el propio Vegas Latapie hizo a
Blanca
Berasategui, aparecida en ABC del JO

de
septiembre de 1983, con
ocasión

de
publicarse el

primer volumen
de Sll8 MEMORIAs POLÍTICAS DE
MEDIO SIGLO:
cLe dije que el ambiente de España entera estaba entregado a
la
República; que todas

las
propaganda~ los intelectuales y los
estudiantes estaban
en contra de la inonarquía y a favor de la
República. Y que mientras, por
co·ntraste, se extendía en Francia
un gran movimiento intelectual a favor de la institución monár­
quica. Yo

le decía
al rey que todavía era posible enderezar el
rumbo.
El rey me _escuchaba atentamente, pero yo pienso que nó
se
lo

creía. No
se lo creyó. Pero yo había tranquilizado mi con­
ciencia después de haberle dicho lo que entendía que
era mi
obligación>.
Ricardo de la Cierva, en su articulo 'TR.AOEDIA CULTURAL DE LA DE­
RECHA ESPAÑOLA, aparecido en EPOCA, de los dtas. 14 al 20 de octu­
bre, 8SCribe:
cPara Eugenio Vegas la Dictadura de Primo de Rivera cayó
por un vacío
doctrinal. Que
Vegas quiso colmar después de la
caída de la Monarquía con la fundación de
Acción Española,
mediante una de las conjunciones más asombrosas y patéticas
de la historia cultural española: la
del propio
Vegas con
el
dos veces converso Ramiro de Maeztu, otro gran desconocido
de la derecha española ...
».
Llegada la II República; y, según explica Gonz;,Io Femánclez de la
Mora:
cComo político, se entregó tenazmente a la empresa de esta·
bleeer en España una monarquía tradicional
en la
persona del
Conde de Barcelona, previa
la abdicación de .Alfonso XIII. El
fue quien, desde la
columna editorial
del periódico
_La Epoca,
acuñó con V aldeiglesiaa el con(:epto de "instauración" en lugar
de

la
simple restauración.
A este objeto, participó en
las varias
1219
Fundaci\363n Speiro

conspiraciones antirrepublicanas y, después de la segunda guerra
mundial, en las conspiraciones dinásticas,,.
En su aludida entrevista con el ·oenera1 Franco, en el palacio de
Golfines de

Arriba,
acompañado por José Maria Pemán y por Eugenio
Montes, antfls de 'exponerle el tema al que ya nos hemoS referido, le
habia
planteado -según él mismo narra y reproduce ABC del día 20,
pág. 57-en primer .lugar,
c... en relación con la fuerza de que disponía la prensa y lá
radio

para la formación de
una conciencia popular bien
orienta­
da, complementada, por supuesto, con la- labor que se desarro·
liara en
.los centros
de enseñanza. Como reiteradamente había
mantenido, la
fundamentación de tóda sociedad siempre es ideo­
lógica. En apoyo
de esto, tal vez repitiera ante Fraiico la frase
de Fichte, muchas veces recordada por mí en los editoriales de
Acción Espaííol,a, de que ''las ideas gobiernan a los pueblos".
De ahí el interés y la trascendencia de los medios de comunica­
ción y de los
centros de enseñanza a todos los niveles. Cité,
incluso, los nombres de
alguDos posibles orientadores·

del ambi­
cioso plan
de una formación cnltural. estructorada socialmente:
Pedro
Sáinz Rodríguez, Alfonso García V

al de casas... y dos de
los allí
presentes: José María Pemén y Eugenio Montes>.
Nombrado Secretario Nacional de Prensa y Propaganda, dimite y
marcha al frente como voluntario, alistándose en la I Bandera de Fa­
lange de Marruecos.
Mdr tar.de es mimbrado Consejero Nacional,; y,
otra

vez en
desacuerdo, se

alista,
con el nombr;e supuesto .de José L6-
pez Vega, como simple legionario --sielldo como iera capitán del Cuerpo
Jurfdico
Militar- y es dé.Jtinodo a la 4.ia Bandera que o'-peraba en

el
frente de
Lérida.
YA del día 20, en la breve noto en la que da noticia del fallecimiento
de
Vegas Latapie, sintetiza lo que después ocurri6: ·
1220 cTras la
guerra, desarrolla
una
gran actividad política entre
los generales de mayor prestigio, lo que
provoca su
confinamiento
en
Canarias, a

donde
no llegó a viajar al huir .a Suiza. Nom­
brado secretario polítioo del Conde
de Barcelona, Vegas Latapie
renuncia
al cargo en septiembre de 1947. Al mes siguiente, don
Juan
le requiere para que acepte el cargo de preceptor del Prín­
cipe
Juan Carlos en Suizo.
Fundaci\363n Speiro

Ea de resaltar,. como hace el editorial de ABC. del 20, un dato sig­
nificativo de
c6mo era Vegas Latapie:
c...
Nunca
se consideró un

perseguido, sino un político que
bah~ jugado sus ca$s, _con todas sus consecuencias,.
El mismo ABC, en su página 55, con el titulo Dos CARTAS POCO CO­
NOCIDAS, publica la que el Conde de Barcelona escribió a &genio, en
Estoril, el 5 de noviembre de 1947: y la de i!ste, despid/i!ndnse un tiem­
po después del entonces niño Príncipe de Asturias. Las doa son expre­
sivas del~ respectiv05I. finales de lar. dos funciones y misione& que Vegas
La.tapie, durante su erilio, desempeñó en la.'Casa Real española.
De la primera carta recortamos los párrafos que siguen:
cPero, amigo Eugenio, todo esto, siendo verdad, pienso que
no

es posible
que se despilfarre toda una vida dedicada al es­
tudio y defensa de la monarquía para el mejor servicio de Dios
y de la Patria. Pienso
que, en el mismo consejo inapelable del
padre
Schaf, podemos

encontrar la solución de
tu problema, y
aqtri entro

de lleno en lo que te pido estudies y medites con toda
serenidad.
:>Desde haee tiempo

venimos preocupándonos todos de la
edu~
cación

y formación del Príncipe de Asturias.
La responsabilidad
que

sobre
mí pesa en esta materia es muy grande, pu.es las con­
diciones de vida
que nos
impone el destierro no facilita nada
mi
labor. En los últimos meses tú, has sido testigo de las diferentes
gestiones que se
han hecho para dotar a don Jnan de profesores,
y hasta ahora nada hemos logrado.
»Dada tu resolución de retirarte por el momento de la polí­
tica activa, ¿no podrías ser tú
el preceptor del Príncipe? Conoz.
co el

cariño entrañable
que le

tienes, y, por mi parte,
¿ quién
de más confianza en el orden moral, doctrinal y religioso para
llevar a cabo
con paciencia

y perseverancia esta educación?
:,Para la

realización práctica
de este propósito .ya hablaríamos
de
detalles, pero yo
creo que

podría pensarse en una educación
mixta que

uniera
las ventajas · de

la
estancia en
un
colegio reli­
gioso

a
la disciplina de una vida de internado, todo ello bajo
tu vigilancia y orientación y con la ohHgación, por tu parte, de
enseñarle e ·iniciarle en
todas aquellas
materias que
puedan serle
necesarias

para el porvenir y
que constituyen
la preparación de
un
Príncipe.
>Piensa bien que no hay -hoy en España quien haya acumu­
lado

con su trabajo
un caudal

de doctrina
sana monárquica
t:omo
tú, y que tengo un' deber en procurar que este tesoro no se pier-
1221
Fundaci\363n Speiro

da para España y ta monarquía. Seria: mi máxima aspiración que
fuera mi
hijo el

depositario de esa
doctrina, la cual tú sólo pue­
des imbuirle.
>Como consecuencia
de

esto,
creo que la mejor manera de
dar
forma a los dos puntos fundamentales arriba citado~ o sea,
educación

del hombre cristiano y educación de Príncipe, sería
meter
a don Juanito en un colegio, por ejemplo el de Friburgo,
que tú bien conoces y hasta me atrevo a decir que descubriste.
>Ahí, bajo tu vigilancia, podría· seguir los cursos que a ti te
parezcan necesarios, pero con la condición de que tú, personal­
mente, te ocupes de·
enseñarle Historia, Gramática castellana,
principios de
Dei,,cho político, etc., es

decir, todo aquello
que
te aconseje tu experiencia en formación de juventudes y su apli­
cación en la de
un Príncipe>.
La segunda carta dice asf:
cA S. A. R. el Príncipe de Asturias.
>Mi queridi'eimo Señor:
>Perdón por no haberle dicho que ~ iba. El beso que ano­
che le di
al marcharme era de despedida. Muchas veces le he·
repetido

que
los hombres no lloran, y para que no me viera llo­
rar he decidido
i'egresar a Suiza la víspera de sn posible marcha
a España.
»Si alguien

se atreviera a decir a V. A. que le he abandonado,
sepa que no es verdad. No
han querido que yo

siguiera a su
lado y me
tengo que

resignar. Cuando vuelva yo a
España para
quedarme
allí para siempre iré a visitar a V. A.
>Que sea

muy bueno,
que Dios
le bendiga
y que alguna vez
rece por mí, desea

y le pide
811 fiel servidor que le quiere con
toda el alma
EUGENIO VECü
José María Cervera resume bien, en su columna de evocación en
ABC del dio 21:
1222
cLas circunstancias de la vida han hecho que, siguiendo fiel
a
sus ideas, no haya podido actuar y representar
las mismas, para
cumplir los preceptos que él consideró fundamentales a través
de la
Institución y de las personas, y por Jo que él mismo es­
timó su decisión de dar su vida y, como pocos españoles, dio
·su única

hacienda en 1932 y
1942.
Fundaci\363n Speiro

>Cuando vio que las ideas por las que 'él había luchado r,
se

desarrollaban, se refugió en
:1a "Cittda,f CS.tóli~"-y

su órgano
de düusión,
Verbo, además de escribir sus Memorias>.
En fin, en au columna de la misma pdgina de tMfJS TRES EVOCACIO­
NES# escribe Pérez Mateos:
cEn los últimos años, Eugenio VegQs v1via casi obsesionado
con las célebres coplas de
Jol'ge. Manriqne.
En
sns paseos
sere­
nos
por el Retiro las meditaba con espíritu franciscano, como si
este hombre, recio caballero montañés, envuelto con el mundo,
llevara en su
interior un claustro de

silencios y esperanzas. La
agitada
vida, aventurera vida de Eugenio Vega~ bien merecía
un ·

descanso en la recta final de
su existencia. Los

avatares
qui.
sieron, s·in embargo, que su convulso corazón reposara en una
vida tan de~a, tan caudalosa coDlO la ·suya cuando babia mucho
trecho
aún por

delante. Acaso la decepción y
su· inqu~brantable
rectitud

le condujeron a un
vivir cotidiano
más
"burocratizado"
cerca

del Consejo de Estado
Y de la Academia de Ciencias Mo­
rales y Políticas.
Atrás quedó ese espíritu. inquieto que llenó, con
protagonismo, hechos muy importantes en la época más
turbu­
lenta

y trágica de nuestra
hi~toria>,
Como resume Francisco de Gomis:
te, porque
es el-mismísimo Don Quijote,..redivivo, pero cuerdo
y sin confundir gigantes por molinos, el
que toca
a rebato
y
pone

en guardia, contra unas huestes coordinadas y
seguras
que

van a intentar el
saqueo definitivo
del
ace"o espiritual de
España.
:.Frente a

lo_s
eternos y
ciegos
m~dores de
la política,
Eugenio Vegas es la clara luz
de la inteligencia puesta al ser­
vicio

de un gran
ideal, al

que no pide
_nada, al que se sacrifi­
ca por enter_o>.
lli. Su LABOR DOCTRINAL
Recuerda Vallet de. Goytisolo la re:spuesta de Eugenio Vegas --según
este mismo explica en el tomo I de ms MiEMoRIAS--a la autopregunta
que
se habfa fe>rfflillodó OCerca de qué manea m4s eftcaz. podrta contri­
buir
a la gloria de Dios:
1223
Fundaci\363n Speiro

c ... ~al fin, no -_dudé de qa,e lo más necesario seria dar a co­
nocer las _verdaderas doctrinas políticas y sociales, puesto qne
la prensa . de izquierdas difundía a diario el error~ con los más
poderoso$ medios".
De ahí su

labor
en La Epoca y, muy en
especial, en
Acción Espaiio~ de la que fue impulsor, animador
y motor
incansable.
:i,Eepaña -escribía
en

el número
85 de esa revista, en sn ar­
til.culo La causa del mal, al que le fue concedido el premio "Lnca
de
Tena 1936"-agoniza de ignorancia desde que olvidó los ver­
daderos
principio1:, religioso~ sociales

y políticos. Hace
· dos siglos
que sm clases directora~ las que

en toda sociedad digna de
tal
nombre hacen el oficio de cabeza, han venido abdicando lenta­
mente sus funciones, con lo que dejaron a
la mnltito.d sin pas­
tores
ni maestros en el ma,:or abandono y en la más tremenda
confusión. El mal de Ea~ no es otro que el de la carencia de
minorías directoras
dignas ~e tal nombre.
:.Faltaba "una escuela seria y fecunda que enseñase y defen­
diese los dogmas
fundamentales de

la verdad política y los
postu­
lados

del derecho
público cristiano, fuera de

los cnales
es impo­
sible ~ la salud e inútil perseguirla". "Para llenar este vacío
-seguía explicando--. nació Acción Española">.
Vegas explicó a Blanca Berasategui, .regún reproduce en la página
52 ABC del dla 20:
c •.• El problema grave, en fin, era que la monarquía no sabía
defenderse y que .el propio rey no sabía qué era la monarquía ... ».
Y añade seguidamente:
c... Ese desorden llevado al extremo es precisamente el que
también
hundió a la República. Se hundió por la anárquía ab­
soluta que imperaba en toda Eepaña. Así lo reconocían los pro­
pios azañistas, Por eso,
muchísima gente
se apuntaba a la Fa,
lange sin

saber qué era eso.
Pero se apuntaban por salir de donde
estaban. Esto lo decía Gaciel desde su periódico republicano ...
».
Em tarea intelectual la realizó Vegas Lata.pie sin olvidar la importan­
cia de la
politit:o. Como escribe Ga:refa Esoudero:
1224
c ... Si en alguna persona se ha hecho carne.la expresión "po·
litique d'aborcr, fue

en
él ... >.
Fundaci\363n Speiro

Y no tan sólo no subestimó la acción política, sino que la consideró
como un deber. Precisamente, LA POLÍTICA COMÓ DEBER es el tftulo de
una de SU8 obros. LA IMPORTANCIA DE LA POÚilCA ea el de su ponencia
en

la
III Reunión de amigos Monasterio de Santa Maria del Paular, rodeado de nieve, las últNnos dias
de

octubre de 1966. Esa
importancia se· la ~xpUcoria a Blanca Berasate­
gui en su ref~rlda entrevista.
«... Dice el Eclesiastés que los pueblos son lo que quieren sus
gobernantes. Yo así lo creo. No lo contrario
de ello, que se
dice ahora.
V ale como ejemplo histórico . la España de finales
del
siglo xv,

que
era un desastre bajo el reinado de Enrique IV.
Le sucede la Reina Católica. Y en veinte años E8paña es otra.
¿Es que España
se había vueito buena? No; era la misma de
antes, Pero es que los
Reyes Católicos habi'an puesto orden. Y
el orden es la premisa principal dél progreso ... >.
Centrándonos ·eli la labor doctrinal de Vegas Lata.pie se advierte que
la
realizó -de un triple modo:
can sil catequeW ara!, con la pluma,

y
como promotor,
animadór, organizador y director;
a} De sus obras escritas refiere Gonzalo Fernández de la Mora, en
El Alcázar del dio 20:
c... En nuestro primer encuentro, auspiciado por _ .. _el fraternal
Florentino
Pérez~Emhid,. me

obsequió con
s11& libros_

de juventud:
Romandcismo y democracia (1938), El pensamienso político de
Calvo.Sorelo (1941) y Escrito, políticos (19,j()).
_>Su libro más_ importante. y maduro -Consideraciones sobre
la democrdcia (1965)-es·. un análisis de~olédor del_ sufragio
universal individualista,
encauzado_ monopolísticamente
por los
partidos. Esta

es su tesis:
"La dem_ocraeia moderna constituye un
arquetipo de institución corruptora" (pág_, 273). Y este es el mo­
delo constitucional que proponía en
1938: "Mando de una sola
persona, asistida
per los

consejos y la colaboración de las per­
sonas más inteligentes del
país y un pueblo que, organizado en
corporaciones
y gremios, asiente, hace presentes sus necesidades
y colabo~ co,npenetrado a posteriori, con el Caudillo". Hasta
la aparición
de las Consideraciones no había en la bibliografía
española

una obra tan
sistemáticamente adversa al d"emolihera­
lismo

en todas sus formas ...
>.
b) Su labor oral la realizó Eugenio durante toda su vida y en todas
partes.
José Luis Vázquez Dodero, _en su "articulo ·EuoBNIO VBOA8 Y LA
1225
Fundaci\363n Speiro

TERTIJLIA, aparecido en la p4gina 54 de ABC del dia 20, narra cómo en
A0ci6n Española desarroll6 dsta labor de la que fue testigo el propio
Vázquez Dodero,
clmágino el p!ll'tido que Antonio Díaz-Cañabate hubiese· --sa..­
cado
en
la
tertulia de Acción Española do haber tenido la suerte
de figurar
entre sUB componentes.

Era él
tertu.Iiano casi
de pro­
fesión, y poseia la pluma excepcional que tantos lectores cono·
ceD. Por eso; en esta hora en que ha desaparecido una persona­
lidad sin la
cual aquel grupo probablemente nunca: hubiese Jle.
gado a formarse, se echa de menos al cronista que merecían tales
· reuniones. Co~stituían la parte anecdótica, jovial y solazante de
un movimiento de · raíz cultural que se proponía valorar la tra­
diciól española a fin de que sirviese de cimiento político a la
constmcción del futuro. Tanto la
revista como

la
eciltorial se
atareaban

en propugnar que nuestro
pasado· más

glorioso, es
decir, el siglo o los
siglos de oro, inspirase~ con su_ concepción
del hombre y con s_us instituciones
públicas, de
fondo católico,
la labor de
· los políticos. Estaba, pues, fundamentalmente,

en
una posición
pugnaz y

aguerrida contra
loa principios de la Re­
volución francesa y pretendía que la arquitectura política des­
cansa~ en la visión del Estado que hizo posible la obra de los
Reyes Católicos.
Precisamente esta era la conclusión a que lle·
gaha Vicior Pradera en

el
más ·representativo de los estudios
que publicó la editorial Cultura Española:
El Estado Nuevo.
Tan. ~~du empre_sa trat.ha de justificarse en la visión de la his­
toria
d~ España que Ramiro de Maeztu expuso sobriamente, y
rio _sill. i,ntuiciones· originales y muy perspicaces puntos de vista,
en su Defensa ·de la Hispanidad.
:,La tertulia tuvo su preludio mando la idea fundacional de
un joven
~-clara ini_eligencia y
copiosas lectoras históricas,
,Eu­
genio Vega& Li,.tapie, que además posfiia sólida

preparación ju­
rídica acreditada por el ingreso en el Cuerpo Jurídico Militar
y el de Letrados
del ·cO.:isejo de EstadQ, ~ó conocimiento

y
amistad con ·
Maeztu y co_n el marqués de Quintanar, Fernando
Gallego de
C~aves __ y Calleja, ingeniero de Caminos y escritor
de
fá~ y elegante p~uma. Tenía éste el mism!l proyecto que
·v egfts y comenzaron a trazar su dibujo reuniéndose los dos pri­
meros en casa de
Maeztu y despu,é~ ya los tres, en la de Qu.in­
tanar>.
Précisa Vázquez Dodero qu•,
1226
Fundaci\363n Speiro

cEugenio Vegas compartía con Maeztu y con Pradera el poder
espiritual y la autoridad moral en aquellas
conversaciones que
pasaban de lo grave a lo anecdótico con suma facilidad>.
La reseña de la página 51 de ABC del mismo día, refiere:
«Eugenio Vegas Latapie simboliza en el pensamiento político
español al
grupo de intelectuales que

durante
el primer tercio
del siglo
actual se

sintieron atraídos por
fas tesis

de Charles Mau­
rras y los restantes teóricos de Acción Francesa. En torno. al
grupo de
Acción Española, que se fundó en 1931, y que se de­
sarrolla en medio de incontables
polémicas, Vegas
Latapie
y sus
amigos, entre

los
que se contaban ·víctor Pradera, Jorge Vigón,
Ramiro de
Maeztu, Eugenio Montes, José
María
Pemán y
Pedro
Sáinz Rodríguez, representaban

los ideales monárquicos y cató­
licos, no sólo frente a los partidos de
izquierda, sino

también
frente a otras
tendenciaS que

en principio hubieran podido con­
siderarse afines, como los discípulos de Angel Herrera Orla y
la Falange>,
En toda esta labor Vegas :Latapie no improvisaba. Pocas personas -o
tal. vez ninguna otra como é'l-tenían un conocimiento tan amplio y pro­
fundo de la historia y del pensamiento político fT'lJnCes~ y españoles de
los últimos siglos. El editarz'al de ABC del día 20 advierte:
cHay, sin embargo, más allá de la peripecia política, una di­
mensión superior en el español
que acaba de. morir.
Desde
su
oceánica
biblioteca,

encerrado en su fascinante mundo interior,
Vegas bajaba a la
arena del

combate político por estricto
sen­
tido

del deber. Sabía
que las

ideas son las que
conducen a los
pueblos

y lo repetía
sin cesar.

Con
sus_ tres
mil volúmenes
dedi~
cados

a la Revolución francesa, creía que el seísmo de 1789
se
había saldado eon una enorme mentira hist6rica para la Europa
que él defendía.
·creia que nuestra nación
había sido
arrasada
entre

1808 y 1814 por una especie de catástrofe nuclear
"evant•
la-lettre",
con

todas las secuelas de la devastación napoleónica
todavía presentes en la España de hoy.
Pensaba y

explicaba, con
inagotable energía interior, cómo la
única solución

posible para
los males europeos
venía de

la vuelta a la espiritualidad, frente
al torpe pecado de materialismo en que había desembocado el
pensamiento enfermo de
RousseaU>.
Esa vocación y entrega a la enseñanza oral pudo tener su culminación
en la tarea más fundamental que podría haber ·r-eal.izado · y que .........cotno
1227
Fundaci\363n Speiro

antes hemos .vi.rto que él escribió-- quedó fruatrada. De ello_ también
habUJ Péréz Mateos, en 8U evocación:
cEugenio Vegas fue, entre otras cosas, un buen preceptor del
rey don Juan Carlos.
Ambos convivieron
muchas jornadas
c118.ndo
el

Príncipe de Asturias
era un
niño inquieto
y-chispeante q'ne
jugaba

con
la nieve en Gstaad, o paseaba _por las orillas del lago
Léman, o

viajaba en tren siempre _ en compañía de este hombre
que le enseñaba al rey de España
a recitar "apurar cielos pre­
tendo ...
" o

versos
de Lope y canciones militares. Ese niño rubio,
príncipe encantador, que llamaba la atención, fue, en numerosas
ocasione~ una bueria panacea para la pesadumbre de su cargo
como secretario
poliítico del
Conde de Barcelona. Es esa una
etapa de vidas paralelas, de afectos mutuos,
de compe~etraeión
entre

profesor
y alu,mno. Después, Frihurgo, cuando el Príncipe
estudia en el
colegio marianista
de Ville Saint-Jean ...
Y Estoril.
Allí está, solícita y cariñosa siempre, la presencia de Vegas. Los
avatares de la vida despidieron, tristemente, al profesor de su
querido alumno.>.
e) · De $U tercera faceta de animacion y promoción doctrinal habla
Fernández de la Mora, en VEGAS DOCTRINARIO, y lo remacha, en, UN ANI­
MADOR IN:J'ELECTUAL:
c ... Eugenio Vegas pasa a la historia de España com9 el pro­
motor del
grupo que

dio una
hase intelectual

al
Al~iento y
al Estado nacido entonces. Aunque más actualizador que creador,
pasa también a la historia de nuestras ideas políticas _como el
más puro representante coutemporáneo del tradicionalismo polí­
tico integral>.
Por su parte, VaJJ.et de Goytiso]o testimonia:
1228
c ... Unos años después de su regreso a España, retirado defi­
nitivamente de toda actividad política,
su enseñanza
oral seguía
incansable. Pero

aún promovería
y acometería otra empresa. Un
amigo suyo le
di-? a

conocer
la obra de formación que desarra­
llaha
Jean
Ousset, entonces oon en

nombre de
La Cité Catho•
lique. De ahí nacería Speiro y la revista VERBO, que está con•
cl.uyendo su año

XXIV.
La labor de formación en ésta apunta
más

a las
raíces, a

los principios. A ella ha
coasagrado Eugenio
sus últimos

veinticinco
añoe>.
Fundaci\363n Speiro

IV. Su PENSAMIENI'O EN LO ESE,NCIAL
Juan V~ de Goytisolo explica ló que,. él esti11UJ ·esencial en el pen­
samiento de Eugenjo Vegas Latapie:
cFue · incompatible con todo voluntarislÍlo: sea el de uno, el
de
varios, o

el de la mayoría, Creyó en la verdad. No en la
suya,
sino

en una verdad objetiva trascendente al hombre,
que tenía
por fuentes la revelación y el orden
natural que la

historia y
la experiencia de
los hombres y

de·
la:s sociedades

nos muestran.
No estimaba honesto opinar
sin haber estudiado .a fondo la cue&­
tión y. sin haberse documentado a través· de los más solventes
autores.-Creía

indecente lanzar opiniones acerca de lo que no se
sabía a fondo. Tampoco le parecía lícito enseñar
el error y en­
geñar,
aunqlie fuera poi- Ílegligencia, ni informar falazmente,

mal
que Íll;&ra por ignorancia.
»Si en

una escuela no debe enseñarse
que 2 .+ 2 son 5 ó 6
ó 3, ni se
admite que

en la Facultad
.de Medicina se enseñe a
curar conforme oPine la

mayoría
del pueblo
o el
di.ctadOr, , ni,
en la de Farmacia se acepta ill:1e cada farma~éutico pueda com­
binar
segü.n le pareZca los
fármacos que se le ocurran,
sino de
acuerdo

con el
arte de curar, ¿po_r qué en derechó y en política
puede decidir la
voluntad de
uno o
de.los. más
y no se busca la
solución·
obj~tivam.ente mejor

y
más justa? ¿Por

qué aquello
se confía a la búsqueda
·científica y esto a

la voluntad del
que
manda

o de
u~ mayoría
movim:1 por
la propaganda?
>Recordaba a menudo esta frase de Kelsen:
"De hecho,
la
cau.sa de

la democracia resulta desesperada (es decir, indefendi­
ble) si. se parte .de la idea
de-· que· el hombre puede accéder: a
verdades. y ·captar
valores ahsOlutos''. El creyó·, sin desfallecer, en
esos valores

absolutos;
erejó firmemente en que misten verdades
objetivas

acerca de
las. cuáles

no
cabe sino

estudiarlas. Por tanto,
Do podía admitir: que la. mayoría pudiera .decidir lo bueno y
lo malo,
ni lo justo y lo injusto; que pudiera permitir el aborto,
la eutanasia, el emponzoñ-amiento moral.
Su discurso de ingreso
Como numerario

en la Real Academia de
Ciencias Morales
y Po­
líticas,
Algunas· consideraciones sobre

la
democracia, qo.e consti­
tuye

un
documentado y exten·so volumen,

muestran claramente
8118 fundadas y rat!onadas 'convicciones politicas,,
Gonzalo Fernández de la Mora, en El Alcázar, •efíala:
c... El joven Vegas fue el promotor. y el cóordinador de &qnel
1229
Fundaci\363n Speiro

laboratorio en el qoe se forjaron las razones del Alzamiento
Nacional

y las
bases de un nuevo Estado confesional, corpora­
tivo
y_ monárquico, que ienía su antecedente en el de nuestros
-siglos áureos ... >.
Pero
Feanández de la Mora añade algo más, al concluir ABC:
cLo más vivo de la aportación de Vegas y de Acción Espa­
ñola es
una reactaalización de la interpretación histórica de Me­
néndez Pel_ayo,
y la

teoría de la democracia orgánica, cuya fuente
estaba en

el idealismo
alemán, y

muy especialmente
en Krause
y sus discípulos hispan.oc.
De rs"tas dos afirmaciona f!&lamos seguros que Eugenio Vegas estaria
totalmente disconforme con
la segunda. Rogamos a nuestro amigo Fer­
nándm: de la Mora que lo medite.
En primer lugar, siempre rechazó la expresión "democracia orgánica",
estimando que ambos términos se repelen; y cittJba estas frasés de Char­
les
Maurras replicando a Marc Sagoie!, en LA DEMOCRATIE RELIGIBUSE:
cNo se organiza la de1Docraci~ No se democratba la orga­
nización. Organizar
la democracia es instituir aristocracias; de­
mocratizar
una organización. es introducir en ella la desorgani­
zación. Organizar significa diferenciar, es decir, crear desigual­
dades útiles;
democratizar es igualar, o sea, estah:lecer en lugar
de las
diferencias, de

las
desigualdades, de

las organizaciones, la
igualdad que
es estéril, incluso mortal>.
En segundo "lugar, Vegas Latapie no-necesitaba influjo alguno, directo
o indirecto de Krause, ni le interesó nada de é.rt~ --dé quien ya a finalts
del posado siglo dijo el ilustre jurista catedrático de la Universidad de
Barcelona Juan de Dios Trías y Giró: "hoy ya ntJdie .habla de_ Ahrens
ni de Krause, como no sea pam recordar las ·extravagancias de aua adep­
to., y la estultez de lios gobiernim moderodoN y progresistas patrocinadores
de tan ex6tica importación en las Universidades de Españd' ....... ni comul­
gaba nada con el idealismo alemán. Su concepción de los cuerpos inter­
medi09 --municipios,
gremios, regiones-- se basaba en au reaüdad hia­
t6rica aempitema, que vive y revive todtJ cultura cuando alcanza un
determinado nivel y mientra, el &todo no loa a.rfhia. Vallet de Goyti­
solo ha dicho de ¡,alabm ~ vez que, sin dudo, ya estarían en el
código

genético
que, con

la
vida,. Di09 infundió a

Adán.
La concepción
política de
Vegas recuerda el régimen que Montesquieu denominó go­
bierno gótico, y del que e.scribió -en El espíritu de las Leyes, XI,
XIII-que produjo tal concierto:
1230
Fundaci\363n Speiro

c ... que no creo haya habido sobre la tierra -gobierno tan bien
temper.,do como

lo fue éste
en cada parte de Europa en el tiem­
po en que $Ubsistió>.
Aunque, a m juicio --que añade en XXX, 1-, se tratara de
c... un acontecimiento llegado una vez en· el mundo y que
tal vez no se producirá nunca más ••• >.
Cier.to que Montesquieu no captó el principio de este gobierno, del
que
tanto admi1'0ba Rl aparición y .ru desarrollo. Principio que no era
0110 sino la fe .común y &, reciproca fidelidad, de cuya necesidad tan
percatado
ha e>tado VegaB, Es/~ gobierno florec/6 en España en el Baio
medievo -con Ul8 cortes, los municipios

con
sus fueros y loa gremio&-,
y se mantenfa con los Reyes Cat6licos y los Austrias. ¡Nunca pudo
ocurrírsele a
Eugenio Vegas. buscar ese régimen en el krausismo ni en
otra
versi6n alguna

del idealismo alemán/
Ricardo de la Cierva dice que Vegas fue:
c... un intelectual monárquico sumido, hasta la muerte, en
l_a tarea
imposihl_e de modei:nizar el
antiguo régimen; que
para
él no era lo que todo el mundo, es decir, el despotismo ilns•
trado

del siglo
xv111; ni' siquiera la gloriosa decadencia barro­
ca, que también era plenitnd,· en el siglo XVII: sino el Siglo de
Oro histórico de
España, es

decir,
desde 1485 a

1598,
ni un
año más ni un .año menos>.
1"-, añade en la página siguiente:
«...
C(>n él ha muerto el último enemigo de la Revolución
francesa, enemigo

temible porque venteaba
los orígenes de aque­
lla

convulsión con
t0da la
energía de
un contemporáneo. Euge­
nio Vegas nunca

mintió, nunca disimuló.
Ei 25 de abn, de
1931 proclamaba: "La democracia es el
mal, la

democracia
es
la

muerte de los
pueblos"'».
José de Armas Díaz en JSU artfculo EUGENIO VEGAS, MAESTRO DE LA
TRADICIÓN, publicado en 'el diario LAS PROVINCIAS de Las Palmas
de Gtan
Canaria

del
día 18

de octubre,
matiza que Vegas Latapie fue
tradicionalista y mOnárquico:
1231
Fundaci\363n Speiro

«Tradicionalista, SÍ> ••• «Ahí están su vida y sus obras.
Leánlas y

estúdielas
quien quiera y opinese despuée>.
cEugenio
Vegas, pues, fue monárquico tradicionalista -re­
nunciando .digna y elegantemente a todo. cuanto de mundano
se le ofrecía, desde
·el mismo instante en

que
sus lecciones CO•
menzaron a ser desoídas- en la misma línea y en igual medida
que lo fue, por ejemplo,
J)onoso Cortée>.
V. JUICIOS ACERCA DE SU PENSAMJÉNTO
Según Ra111 Morodo, len Vegas Latapie
c ... hay algo inustial y atípico en el comportamiento político:
coherencia,
honesti~d e
intransigencia. Coherencia, en
cuanto
a ·unidimensionalida~ intelectual: una coherencia integrista sin
fisuras,
y a lo que ·será fiel en toda su vida. Honestidad, ert
cuanto como buen maurrasiano, le llevará a no aceptar claudi­
caciones ni
asumir transacciones ... >.
Añade Raúl Morodo:
<.Anticipación y frustración se unen en una vida política e
intelectual azaros&>,
cComo
en Spengler, hay anticipación y, como en Maurras,
hay frustración ... >.
En cambio, García Escudero no ve en Vegas anticipación alguna,
sino, por

el
contrario, petrificación. Asf explica:
1232
c... mientras otros, que pasamos por lo mismo que él, nos
apoyamos precisamente en esa experiencia para retirarnos de ella,
desprendiéndonos
de las adherencias que nos habían ~tenido al
borde
de nuestro tiempo, con una fe demasiado vinculada a las
fórmulas del pasado para que
la pudiésemos encarnar en formas
nuevas,
él fortaleció su -creencia en

las que siguió considerando
doctrinas verdaderas
y salvadoras. Culpaba a las personas que las
hahi'an aplicado mal. Fiel a la dura dicotomía donosiana de la
historia, había
trazado una

línea
i.nfraD.qo.eable ante lo qoe él
llama
agresivamente revolución

y -otros llamábamos
ya, amorosa
y receptivam.ente, mundo modemo>.
Fundaci\363n Speiro

Revolución, según Vegas, es "receptivamente", para García Escudero,
"mundo moderno". _Pidamos a Santa 1.;ucía por la v&-.ta de García Es­
cudero. r~ qf.{e le COflCedp peTSIJ,fCtiv_a y visión larga, hist6rica, _ del pro­
ceso de causas y ef'ec-tos, en el tránsito de nue.sitra civilizadón al. mundo
modenw, es decir, a lo_ que otro -inolvidable. maestro 'nuestro, el prufesor
Michele Federjco Sciacca, denomina el "occidentalismo que asi la muerte
histórica dsl. Occidente''. Son patente& ya lo descristianización, la degra­
dación de los costumbres, el permisiviamo moral en un ambiente de in,..
moralidad que se contempla omoralmente, el materialismo, el egoísmo y
el
hedonismo, la desintegración de las familias, el aborto, la laicización
de la educación, la información tendenciosa dominante, la eclosión de la
homosexualidad, el terroriNmo, la drogadicción, el pasotismo, la náusea ... ,
que
avanzan en el mundo moderno y tienen su raiz en lo que Eugenio
llama uagresivamente revolucióri'.
Ricardo de la Oerva se fija· en este párrafo de la página 278 de
la, MEMORIAS de Vegas Latapie:
cSegún he dicho en más de una ocas1on, procuraba mante­
nerme (habla
de· 1936) al margen de actividades políticas con•
cretas para

poderme dedicar por entero a la
que estimaba mi
tarea fundamental: infundir una clara conciencia ideológica a
la derecha española para que algún día pudiera implantar el
sistema antiliberal que propugnábamos desde
Acción Española,.
Y la apostilla:
«Aquí están, de una pieza:, la gloria y la tragedia de Euge­
nio Vegas Latapie. La gloria es que nadie como él,
en el siglo
XX, ha tratado de construir. ,una base ideológica y de conferir
una dimensión cultural a la derecha española.
>La tragedia f'!:S que se quemó en ese empeño imposible de
construir la base
Ideológiffl y conferir la dimensión cnltllral
en c~ntra de

la democracia; en contra del liberalismo; en con­
tra de una corriente
manchada de sangre y de barro, pero que
es la corriente
reál de

la
~storia moderna.

Y
-esto ahonda
la
tragedia-
que no

contradice ni a la
fe cristiana, ni al ser his­
tórico de
Españ~ ni

a las
-raíces

y el horizonte, a la vez, de
Europa
y de Occidente.
>Eugenio
Vegas,
con
insigne coherencia,·
publicó en
Acción
,Española-el discurso de la Comedia pronunciado ·por José An­
tonio

Primo de Rivera en
octubre de 1933. Hace desfilar en su
libro,
implacablemente,

una galería de políticos
·que· después
1233
Fundaci\363n Speiro

fueron -a_rdienteS demócratas y poco antes de la guerra civil - des­
potricaban no menos ardientes de
la democracia ... >.
buscó la defensa de altos ideales -la religión, la monarquía,
el

servicio al
Estado-Por un camino cortado ya. siglo y medio
antes, definitivamente. Pero su
gloria consiste

en
que valoró
con
hondura,
y quiso fomentar con decisión práctica, la necesidad
ideológica
y cultural de la derecha española, sin advertir la
veta JovellanoS-Balmes-Cánovas-Menéndez Pelayo-Maeztu que era
también, aunque
él no se reconociese más que en dos de esos
nombres, la suya>.
Nos parece más cierto, sin embargo, que no # desee y quiera- una veta común ,«Jovellanos-Balmes-Cánovar-Menén­
dez Pelayo..,Maeztu», sino varía$ vetas
distintas

de
las que alguno, tal
vez, mezclara ms aguas que, al confundirse, contaminaron los más gew­
nuinf13 en béne/icio, a

la larga, de las corrientes
revolucionarias.
Pasando
a

otro juicio
crftico, leemos en el terto de Gonzalo Femán­
dez de la Mora en ABC:
cEn su noble idealismo político había una fuerte dosis de uto­
pía que prácticamente le incapacitaba para la acción de gobierno>.
'
José Luis Vázquez Dodero matiza mejor:
el.as utopías son utopías, pero Vegas no era,_ sin embargo,. en­
teramente utópico, porque

creía
que, defectos apart~ Isabel y
Fernando,

Carlos I y
su hijo

Felipe
IT. por dar sólo cuatro nom~
hres, habían hecho

verdad el mandar como Dios manda, es decir,
no diviname~ sino según los divinos preceptos.
»Si se compara esta aspiración con la tétrica realidad humana
que en todos los tiempos ha prevalecido, podrá tacharse de qui­
mérica. Pero, por otra parte, no sabe uno si llorar o reír si se
ponen al lado de la llama árdiente de un espíritu como el de
Eugenio
Vegas, los Himalayas. de basura amontonados por insa­
ciables devoradores

del
poder,.
Cremas necesario distinguir aquello que resulta imposible-en un mo­
mento hlst6rico dado

y lo que
ea Ut6pico. Son cosas muy distintas. La
utopfa no

está
en parte algrina del espacio ni del tiempo. Lo ut6pico no
es posible ni

lo
será nunca;
y
e~, sempiternamente, pantal/,a de espejis-
1234
Fundaci\363n Speiro

mos y fuente de engaños. En cambio, lo 1'mpasible en un momento dado
puede
haberse alcanzado en

otros
anterior,ea y cabe que vuelva a. lograrse.
Hay
CastJS imposibles en •un tiempo dado, pero que, can el común es­
fuerzo perseverante a· largo pl~, indliso de varias generaciones, puede
llegar a hacerse realidad. En cambio, los propugnadores de utopías pueden,
ayudados con

su
señuelo, alcanzar el poder, pero ni aun así lograrán ins­
taurarlas ·sino nominalmente y con su nombre sólo mostrarán un espe­
jismo. Así ocurre
con el comunismo, e incluso con la verdadera demo­
cracia. En parte alguna exi-ste comunismo entre gobernantes, que lo im­
ponen a sus gobernados, y éstos que ruitán sometidos al poder absoluto
de
aquéllos. Y las que hay SlOn denominada., democracias occidentales no
serían
·conside,radas como tales por Montesquieu, y menos aún por Rous­
seau, que no admitía la representacián poütica ni los partidos, y para
quien la voluntad
general, para serlo real:mente, tiene que ser siempre
justa y razonabk,.
Bajando a lo concreto, no era ·utópico en 1930 lo que Eugenio Vegas
propuso a Alfonso XIII; ni, en 1939, el régúnen que Acción Española
queria que reinstaurase el Movimiento nacional del l& de íuUo. Por el
contrario, previó con
anticipación realista la venida de la República y
su catastr6fico desarrollo. También, muy pronto -por su conocimiento
de historia y, en fflpedal, por la experiencia del final de la dictadura -del
General Primo de
Rivera-, se perctJt6 de que

el régimen de
Franco
tendría
un inevitable final y padeceríamos lo

que
ahora sufrimos y aú,r
lo peor que, él
pensaba, e.$tá por venir. En

fin, cuando
le fallaron toda&
$Jl8 esperanzaa de reinstauraci6n de la monarquta tradicidnal. se retiró de
la
pormca y, cuando, incluso, escapó de sus posibilidades la educaci6n y
formaci6n doctrinol del Príncipe, se de,dic6 a sembrar sw idt!m donde
pudo

hacerlo.
Pero
Gonzalo Fernández de la Mora, en "Un animador intelectual",
dice algo más:
cEl modelo constitucional de Vegas apenas tiene ya viabilidad
patria, porque la
Iglesia postCOnciliai-ha renunciado a la con­
fesionalidad
del Estado

y ha aceptado el pluralismo ideológico. Y,
ademá~ porque la

realeza se ha pronunciado a favor de unos
esquemas institucionales incompatibles

con los preconizados por
Vegas. Una
"ortodoxia legitimista"

desautorizada por
su iglesia
y su dinastía es algo bastante parecido a lo que loa franceses de­
nominan un
"chatean en Espagne'". En este doble desprendimiento
de raíces se funda la frustración dogmática y, consecuentemente
política, de
Vegas:..
También -rogamos a nuestro amigo que reflexione y revise esta de­
claración de

inviabilidad, presente y futura, que
no pO(lemos compartir.
1235
Fundaci\363n Speiro

La primera razón en . que la apoya se funda en que "La Iglesia post­
conciliar
ha renunciado iz la ·confesionalidad del Estad_d'. En esto parece
que Fernáru!,,z de la Mora coi11C1'de con Garoía Escudero, y, sin duda,
con un sector eclesiástico, tal vez mayoritario en la Iglesia es¡,afíola y en
los med_ios de comunicación. Sin embargo, la mísma Declaración sobre
la
libertad religiosa del Concilio Vaticano II dice clarame1'1e:
<.Ahora bien: como quiera que la libertad religiosa que exigen
los

hombres
par& el
cumplimiento de su obligación de rendir
culto a Dios se refiere a la
inmunidad de coacción

en la sociedad
cifflt deja

íntegra la
doctrina tradicional
católica acerca del
deber
moral

de los hombres
y de las sociedades para con la verdad.era
religión
y la única Iglesia de Cristo».
En su discurso de investidura, como numerario de /ti Real Academia
de Jurisprudencia, eJl Catedrático-Isidoro Martín Martínez m cdndusión, que el ideal de toda nación católica consiste. en la existencia
entre Iglesia y Estado de "distinción Sin separación y de, colaboración sin
confusión". Y cita, entre otras declaraciones del documento de los obW­
poa eSipaiíoles, publicado en 1973, LA IGLiBSIA Y LA COMUNIDAD POLÍTICA,
la que sigue:
c ... será necesario eslorzarse por acomodar toda nuestra legis­
lación a la ley
de Dios, tal como la interpreta la doctrina de la
Iglesia>.
No pretendió Otra casa Eugenio. Vegas·. El no querfa confusión de
;erarquta religiosa y gobierno civil, sino que las leyes y la actuación po-.
lftica de los gobe~ea sei acomodara a la ley de Dios. Por liso, entre
otras razones menos. importantes, no podfa ser demócrata
en el signifi­
cado moderno

de
la. palabra, surgido ·de'. la Revolución francesa, implica..
tivo de. que la ley y la iusticia emtJnan de la voluntad del pueblo. Y, en
esto,
no
se separaba de Juan XXIII, en. su enciclica PACEM IN TBRRIS,
al decir éste que,
« .. , no p~de BeJ' aeeptada eomo verdadera la posición doctri­
nal de aquellos
que erigen la voluntad d~ cada ·hombre o de
ciertas sociedades como fuente. primaria y única de donde brotan
derechos y deberes y de
<1:0nde provenga

tanto la obligatoriedad
de
las eonstituci.9nes como la autoridad. de los poderes públicos>.
La segunda razón 'adúcida· ·ea qu·e "la ·realeza se ha pronUnciado a
favor de
unos esquemas institucionldes incompatibles · i:on los preconiza-
1236
Fundaci\363n Speiro

dos por Vegas". Pero, al a.rgüirlo, olvida que la monarquía es la 'cima
preferible,

pero no el
fundamento d~ la concepci6n pr,opugnada por Eu­
genio Vegas. Por aro recluJzal?a la monarquía abroluta. Y no olvidemos
su conferencia que reproduce en primer lugar este número de VERBO-­
que, en los tÍempo8 modernos, mejor llevó a la práctica el derecho pú­
blico cristiano, fue un presidente de una República, García Moreno.
Entre lru amigos de la Ciudad Cat6li<:a no predicó doctrina monárquica
-aunque él siguiera considerando que la monarquía tradicional era el
régimen
6ptim0r---, sliw los principios del derecho -público cristiano y de
la doctrina social de la Iglesia. ·
Pensaba lo mismo que expuso Vallet de Goytisolo en el último pá­
rrafo de su conferencia "Constitución orgánica de la nación".
cNo· proponemos un programa político, sino que promovemos.
un cambio me'ntal. Para que sean desechados todos los. falsos
mitos en
los que, desde la modernidad, . se apoya nuestro mundo
político
y tantas utop'ias poi-las cuales se trata hoy de huir hacia
adelante ante
los reiterados fracasos de las ideologías basadas
en
ellos>.
Por su parte, Francisco de Gomis hace estas precisiones:
cLa Política tiene sus exigencias muy concretas adaptadas a
la realidad dél hombre ..
,>.
cLa Verdad es espiritual y no puede admitir deformaciones
que
la limiten y que se hallan en .la misma naturaleza de la li­
bertad del hombre. La Verdad pugna por dar estímulos y orien•
tación

a
esá Lihertád. Nunca

será
adécuadÓ condenar
a la
Igle­
sia, que afirma y aconseja, por el alejamiento de stis fieles cuan­
do ésto~ en

alas de su libertad, escogen otros caminos. Y la
Verda,d absoluta

proclamada por Cristo no es menos Verdad
porque en un momento
dado la mayoría se aleje o la deniegue .•
Hay

verdades del
espíritu que son

inalterables,
que se encuen­
tran
proclamadas desde la
más remota

antigüedad,
euyos condi­
cionamientos
a

las circunstancias de
cada momento
son , tam­
bién enunciables.
:>Eugenio Vegas

Latapie es un clásico del pensamiento. No
tiene
la pedantería del fichero. Sólo analiza su entorno. Aeude­
al

patrimonio espiritual de otros pensadores y
de la
Iglesia y
propone
las conclusioi::t.es que · le parecen más adecuadas. Habrá
quien-pueda

disentir de éstas;· es cuestión de
contraponer-· la:
1237
Fundaci\363n Speiro

fuerza de las argDmentaciones y la solidez de las preV1s1ones.
Pero

siempre
habrá que reconocer el

talento, la
cultura, la
dealtad sin límites>, la fidelidad y la misión de quién ha sido
el aldabón

de
muchas Verdades

que
se hallaban

dormidas y
cuyo despertar ha influido decisivamente en el rumbo de nues­
tra más reciente historia>.
No hay utopía en lo propuesto fK)r Vegas. sino conciencia de que
aólo-sembraba fJOrtJ que alguien pudiera recoger mañana. El mismo Juan
Vallet, en ABC del dio 20, interpretando y mostrando el sentir de Euge­
nio Vegas, escribe:
cEl nombre griego Speiro significa sembrar. La idea de adop·
tarlo la
suscitó una

poesía titulada
Sembrad, de sor Cristina de
l_a
Cruz de

Arteaga y Falguera. A Eugenio le gustaba recitarla.
Co,mienza así: "Sin saber quien recoge, sembraif'. Su tercera
estrofa la inicia este verso,. "No os importe no ver germinar".
>¡Sembrar! Esto es lo que Eugenio hizo toda su vida; aunque,
desde hacia muchos años, sabía que no vería germinar la semilla
por él esparcida ... Pero la poesía de sor Cristina de la Cruz sigue
y ooncluye:
>"Las espigas dobles romperán después.
Y o abriré la mano
para echar el grano
con una armoniosa promesa de mies
, en.. el swco humano.
Brindará
la tierra su fruto en agraz;
otros aegadores
cortarán las flores ...
Pero
habré cumplido mi deber de paz,
mi misión de amores ... ">.
VI. APÉNDICE
Comenzada la elaboraci6n de los an~eriorea epígrafes de e.rtos recor­
tes.
ha aparecido,

en la página
34 de ABC del día 27, ~l articulo de
nu~tro amigo Francisco José Femández de la Cigoña, ENcuBNrRo CON
LOS AMIGOS. En una maravillosa radiografia psicológica y anímica de
Eugenio;· que no es posible rrecortar siii desarticularla. Por eso la publi­
camos entera

(con
la restituci6n de

un
pdrrafo que contenta el

original
y que, por raz6n de· espacio, fue suprimido al 'f!Xpla11ar--el-artículo en
la página
correspmldiente del
diario):
1238
Fundaci\363n Speiro

cA las- dos Leonores que tanto amó:
>Muchos años de ·tratar a Eugenio Vegas con enorme intimi•
dad creo que me autorizan, si no más que a nadie, al menos tanto
como al que más, a afirmar que· lo que voy a decir no es litera­
tura, sino absoluta verdad aprendida eil mil conversacio~es. La
inmensa personalidad de Eugenio -seguro e&toy que por muchos
años que Dios quisiera concederme de vi~ no voy a conocer
a _ &tro hombre as.il-era, en algún sentido, paradógica. Eugenio
era de
gran timidez.
Y como tímido se
resistía treméndamente
a
abrir
·el fondo de su alma que rebosaba generosos impulsos. Como
coraza protectora se vestía de un carácter arisco
que los amigos
no le tenían en cuenta y que los años
fueton "dulcificando hasta
qa,e desapareció para convertirse en una enorm,,-bondad.
»Fo.e entonces cuando me di cuenta de su inmensa sensibili­
dad, de cuánto quería a sus Q.migos, de cómo le dolieron desvíos
y traiciones que nunca terminó de entender, pues su rectísima
conciencia
no alcanzaba a comprender cómo por una
'Embajada o
un Consejo de administración se podián olvidar creencias y fi.
delidades.
,Pues bien,

ese
bmido arisco creó,_ a los veintipócos años, la
más
formidable
ol'ganización intelectual de la derecha qne España
conociera.
Ante Eugenio,

todos
-y me refiero á ~cadémicos, ca•
tedráticos,

poetas, políticos ...
, que es ralea difícil de manejar­
deponían

personalismos
y vanidades para trabajar a sus órdenes
y escribir y obrar a su dictadO. ·y su ·amistad ·imprimió de algún
modo carácter. Ante
su cadáver, que era el de un hombre que
llevaba muchos años alejado de toda
actiVidad · públtca y,

por
tanto, la presencia alli nada suponía en
~l mertado de

ascensos
y C_l!lldecoraciones, se congregaron personajes 'de un espectro tan
amiftil que el que no

conociera a Eugenio- no
lo podría entender.
Y es
·qne siempre, o en algún. momento de su vida, habían sido
amigos
de Eugenio. Así, sin apéllidos. De Eugenio.
> Y cuando en el cementerio de Algete, · en un día · hellisimo,
de luces claras
y dilatad.os· ·horizontes, como fue su vida, un grupo
de

amigos quisimos llevar a hombros hasta su última
mora~ te•
rrenal un ataúd que en verdád era carga: suave, éramos en seguida
relevados por otros
concurrentes que 'querían· también sostener
por
un
moménto los

despojos del
amigo, porqué "la. parte prin­
cipal
volóse al cielo". Al encuentro de sus viejos :Y mejores ami­
gos. De

los
que tantas veces,' Y con tanta devoción, le había oído
hablar.
>Eugenio vivió permanentemente el más allá. Su fe-era incluso
llamativ8. Informaba

de tal modo
su vida que en

ocasiones
sus
1239
Fundaci\363n Speiro

1240
amigos, 4e creencias ¡t0r desgracie más flacas y descaecidas, pen­
sábamoa
si

no
eataríem.os en presencia

de un visionario. Por eso,
el primer amigo,

Aquel al que ofrendó vida y
.hacien~ habrá
sido
el primer encuentro gozoso e inefable-. Cristo, a quien quiso
servir sobre todas las cosas, le habrá

recibido en las puertas
del
cielo diciéndole: bienVenido, siervo bueno y fiel. Porque toda
su vida fu.e
una entrega

consciente a su causa. Eso era lo que en
verdad le preocupaba. Él mejor servició
al Rey de reyes y Señor
de los
señores. Los

humanos podrán
peDSBr que
acertó o
se equi.
vocó. Esas son pequeñas. accidentalidades que pocO importan

cuan­
do una voluntad
recta e

ilustrada pretende
ser fiel
a los manda­
mientos de Dios.
> Y después de Dio$, sus santos. Los santos amigos de Eugenio.
Siempre, pero
acentuadamente en sus últimos

años, recomendaba
a sus amigos la lectura de
las vidas

de los santos. Y entre ellos,
sobre todo,
aquel que a los ojos del mundo parecía tener menos
atractivo
que
nadi~ San Juan Maria Vianney. El primero de los
muchos libros
que Eugenio

me dio a leer,
diría que

casi me obli­
gó a

leer,
fue una biografía del santo cura de Ars.
>Y
Teresa

de Jesús. Nunca le
o.L llamarla

Teresa de Avila. Era
demasiado poco _apellido para

quien llevaba tanto. Con su hábito
carmeli~ fu.e

enterrado. Y me pareció un acierto pleno de Leonor.
Supo
interpretar lo que a Eugenio le hubiera gustado.
>¿Otros santos?

Todos
le eran propios. Pero por lo qne le oí,
Ignacio de Loyola, Domingo de Guzmán,

Tomás
de Aquino y
Agustín de

Hipona. Las debilidades de sus hijos
de hoy le dolían
tan profundamente que enfermedades le costaron. Y de tremenda
gravedad •
. :,,¿Papas?: dos,

Pío IX y
San Pío X. Fueron sin duda sus
favoritos.
~ SyUabus y la condena del model'llUlmAtieron pauta
que marcaron fidelidades y amores. Creo que una de sus últimas
alegrías _fue cuando

le
-c_omuniqué que la

Iglesia, concluido el
proceso
de sus virtudes, estaba a punto de beatificar al Papa de
la Quanta cura y el Syll.abus, del · primer CONCILIO V ATIGANo, del
dogma de la Inmaculada y
-el despojo de los Estados Pontificios.
Sus.

ojos
cansados_ y

moribundos
se encendieron
en
1IJl.8 luz que
me
recordó_
aquello de: "Ahora puedes

dejar
ir en paz a tu sier­
vo, Señor,
según tu palabra, porque mis ojos han visto al. Sal­
vador".
>Y dos

reyes santos: Fernando y
Luis. El

"novio de
la monar­
quía", como le bautizó
Pemán, hablaba

de
ambos con
rostro
iluminado. Su
sangre española y francesa se encendía ante los
dos
paradi¡pnas a

los
qDe le

hubiera gustado servir.
Fundaci\363n Speiro

>Pero hubo más reyes que nutrieron su acendrado monarquis­
mo:
Isabel de Castilla, el emperador Carlos, eÍ segundo de nues­
tros Felipes. Y
el conde de Chamhord. "Mi bandera no es nada,
mi principio lo
es todo". ¡ Cuántas veces se lo oi repetir!: "Sin
él no
seria más que un pobre cojo". Eugenio nunca quiso servir
a un pobre cojo, sino a un principio regenerador y vivificante.
>Sus santos, ,sus reyes

y sus
clásicos. Jorge
Manrique, Lop·e y
Calderón.
¡ Con cuánta frecuencia los recitaba! Murió como había
ansiado: "cercado de
su mujer y / de hijos y de hermanos / y
criados". No en una UVI -inmisericorde y aséptica, sino en el
calor cordial
del amor y la amistad.
:.Y aquellos amigos
más recientes: fraf Jerónimo Zevallos, el
"Rancio"; fray

Rafael
Vélez,· y Donoso.

La tetralogía
que infun­
dió saberes y germinó A.éci.ón Española. DonoSo, con quien tanto
tuvo en común, salvo

la
elocuencia. Don
que Dios,
tan pródigo
en
gracias con él, no le concedió.
:.Años después, Marcelino Menéndez Pelayo.

Nadie pudo
pen­
sar

en mejor discípulo.
Acción Española fue su herencia actuali­
zada y revivificada por

obra
y gracia ~e Eugenio Vega&.
:.Después

sus
amigos de

luchas y trabajos. Don
Ramiro, siem­
pre

le llamó así,
Víctor Pradera, CalvO -Soteló. La meD'.loria de
los
mártires fue siempre en Eugenio vivencia y acicate. Maeztu
le
dedicó
una fotografía que permanentemente tuvo tras su mesa
de despacho. Muchos años después me
escribió a mí niia idéntica
que hoy
miro con

emoción incontenible:
"con un abrazo

cuasi
paternal". •
> Y con ellos, los que cayeron en aquella lucha. Me habló de
muchos,
cori. unción
reli_giosa.
Militares_ admiró
y
quiso, sobre
todo

a cuatro: Y
agüe, Mola, Ortiz de
Zárate
y Orgaz. Volunta­
rios
sólo mencionaré

a
los hermanos Miralles. Tnvo con

ellos
divergencias. Violentas incluso. Pero antes
~ que murieran por
sns ideales

hubo una reconciliación
frater:rial y emocionante. Y
de
Eugenio
fue . una idea que luego se multiplicó bajo miles de
cruces. "Murió por Dios

y
por España ... El primero de los Mi~
ralles

tuvo la primera de esas lápidas
que Eugenio acu¡ñó.
>D_os extranjeros:
Maurras

y García Moreno. El primero fue
el ejemplo a
seguir. La monarquía d_ejó

de ser un
sentimiento
para convertirse: en razón. La monarquÍ_a que Eugenio soñaba,

tan
distinta al rey poste o augusto céro démoliberal. Su conversi6~
-Teresa

de
Lisieux, una vez más

Santa Teresa- fue
una gracia
del

cielo
que confirmó ora'ciones y fidelidades de Eugenio, Gar­
cía
Moreno, el gran defensor del derecho público cristiano, fue
paradigma y devoción.
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Fundaci\363n Speiro

> Y dos hombres. de Iglesia por los qlle Eugenio tuvo especial
predilección: el
te6logo dominico
Santiago
Ramírez y el cardenal
Gomá. Tras-conoc~se -en seguida se produjo una identidad de
sentimientos y de anhelos. Pocas muertes fueron más sentidas
por Eugenio, en
el ámbito

público,
que la del cardenal de Toledo.
>Más tarde.H, José Ignacio Valdeiglesias, Martín Almagro,

sor
Cristina de Arteaga ..• _Al fin de sus días casi nadie pensaba como
él. Y así nos va. Otra fidelidad entrañable de Eugenio Vegas:
doña Victoria
Eugenia. El

artículo
que un republicano como
Ricardo Gullón le dedicó en ABC es ilustrativo y definitivo. Por
lo qoe
dice y por lo que calla.
»Sé que omito a muchos. De su vida pública. Y a todos los
ae su vida privada. Su madre, su hermano Pepe, los suyos a los
que tanto quiso, ~uertes recientes que s'Dfrió con inmenso dolor
del que .fui testigo: Juan-José, Rafael, Mari.ta .. _. Pero ese fue
dolor
de amigo

y no Historia
de España.
>Hoy ya

ha sido
abrazo el encuentro. Ya están juntos. Ya
concluyó para
Eugenio el valle

de lágrimas
para convertirse en
presencia
gozosa de

Dios
y de los suyos.
,Sólo . quiero hacer mención aquí de un testimonio oído de
sus
labios, -José Antonio Primo de Rivera y Eugenio Vegas eraa
de muy parecidas edades. Se conocieron y trataron, y llegaron a
divergencias serias e infranqueables. Pienso que por el alto cono­
cimento
que ambos

tenían
del otro.

Eugenio Vegas deseó que
José Antonio fu.era el verbo· florido y arrebatador que difundiera
sus ideas. Y Primo de Riven quiso. que Eugenio fuera el orga­
nizador

de
sus ideales, Divergencias parciales les

impidieron un
acuerdo en lo sustancial
que los dos dese~ _y ello les llevó
a
un distanciamiento mucho más formal que real.

Cuando
Euge­
nio me relató

la historia
de aquella enemistad sobrevenida, hace
apenas unos -

años,
me dijo:
ante la
muerte que
inevitablemente
será
ya próxima, espero qoe en el cielo se reanudará con un fra­
ternal
abnzo una amistad que se ·frustró. Con a y con todos
sus amigos muerto~ ya se _habrá reanudado, eternamente, hoy,>
Fernández de la Cigofia no habla de las (,/timas actividades de Eu­
genio, con lm que él mismo colaboró -Spei:ro y sus MEMO~, que­
no_ pueden consideror9e
vida públic;a. De

ambas
se ocupa ese mismo nú~
mero de_
VERBO. De la primera, en el artículo Eucmmo VEGAS Y LA Cm­
DAD., CATÓU~; y de kJa MEMORIAS el que está firmado por el miamo
Francisco José.
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