Índice de contenidos
Número 239-240
- Textos Pontificios
- Estudios
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Monográficos
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Homilía del señor cura párroco de la iglesia de la Concepción, don Demeterio Pérez Ocaña,en el funeral de Eugenio Vegas Latapie (23-9-85)
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Religión
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Doctrina y acción. Antología de textos de Eugenio Vegas Latapie
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Otro mártir ignorado. Último artículo de Eugenio Vegas Latapie
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Una trayectoria invariable. Nota biográfica de Eugenio Vegas
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Obras publicadas por Eugenio Vegas
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Lealtad, fidelidad, servicio en Eugenio Vegas
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Fidelidad y Verdad. La lección de una muerte
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El pensamiento político de Eugenio Vegas Latapie
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«Romanticismo y democracia» vistos por Vegas Latapie
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El «ralliement» en el pensamiento político de Vegas Latapie
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Eugenio Vegas: Deber y servicio de la política
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Acción Española: exigencia de un deber religioso
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El apostolado político de un caballero cristiano y español
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El realismo político de Vegas Latapie
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Eugenio Vegas y «La Cité Catholique». Carta a los amigos de la Ciudad Católica
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Eugenio Vegas y la Ciudad Católica
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- Ilustraciones con recortes de periódicos
- Información bibliográfica
- Actas
- Verbo
José Frias O’Valle: Nuestra guerra y nuestra paz
José Frías O'Valle: NUESTRA GUERRA Y NUESTRA PAZ, Servicio de Publicaciones del Estado Mayor del Ejército de Tierra (Colección Adalid), Madrid, 1985, 329 págs.
Lo primero que nos ha sorprendido, gratamente, ha sido la existencia de toda una editorial —el servicio de Publicaciones del Estado Mayor del Ejército de Tierra, que, calladamente, está editando dos colecciones: «Ejército» y «Adalid», con 27 títulos ya publicados y dos segundas ediciones.
En «Ejército» —Biblioteca Básica del Militar Profesional— en guaflex, se recogen títulos consagrados y de interés general, clásicos como Qausewitz, o contemporáneos como Sokolovky, Quatrefages o New Straehan.
«Adalid» es la Biblioteca de Pensamiento Militar, al que añadiríamos el adjetivo «Español», ya que sus autores son profesionales de la milicia, cosa que nada tiene de extraño, ya «que nunca la lanza embotó la pluma, ni la pluma la lanza». Gárate Córdoba, Salas López, Martínez Jiménez, Munilla, y el autor de Nuestra guerra y nuestra paz. Una estrategia para la paz, que por no trillados caminos llegó a nuestro poder.
Como nos dice el autor en su prólogo: «Estos folios pueden parecer un grito, pero también son una llamada de ilusión y de esperanza».
Es un libro de vasto horizonte, profundo y denso, lo que no le resta amenidad, estilo y, a veces, humor y desenfado.
Nuestra guerra es la lucha contra la «Subversión»: droga, aborto, divorcio, ataque a la familia, descrédito de toda autoridad, etc., y contra el «Terrorismo», calificado como menos grave y peligroso, porque sólo ataca al cuerpo, mientras que aquélla puede destruir el alma, y éste crea, mártires, aunque la sangre a todos nos salpique, afecte o impresione.
Para resaltar la importancia de todo ello nos trae a la memorio el recuerdo del pensador chino Sun-Tzu (500 años a. C): «Si no se comprende la naturaleza, la esencia y la causa primera de esta guerra sucumbiremos en todas las batallas», y el más inmediato de Brian Croizer: «La Tercera Guerra no ha llegado y podría no llegar jamás. Mientras tanto, la verdadera Tercera Guerra mundial ha estallado y está librándose bajo nuestras propias narices y pocas personas han advertido lo que está sucediendo.
Nuestra paz es una paz activa, dinámica, con «un proyecto sugestivo de vida en común», capaz de ilusionar y movilizar a toda una juventud amenazada por la droga y el paro. Este proyecto está en Iberoamérica.
Muchas cosas y temas profundos se tocan en este denso libro, como si su autor se vaciase en él con el oculto temor de no dejarse nada en el tintero, pero tiene el innegable valor de ser como un índice de temas a desarrollar con mayor amplitud, sobre los que es necesario y obligado meditar, pero sobre los que se apuntan, se esbozan, posibles soluciones.
Esta ventana abierta, la colección «Adalid», creemos que puede llegar a ser una tribuna y el medio para dar satisfacción a esa pregunta que tantas veces se hace la opinión pública: «¿Qué piensan los militares?», porque lo que es absolutamente cierto, en contra de lo que algunos opinan, es que los militares piensan.
ANGEL MAESTRO