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Número 245-246

Serie XXV

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España y el catolicismo. Los valores esenciales del pueblo español

ESP~A Y EL CATOLICISMO.
LOS VALORES ESENCIALES DEL PUEBLO
ESP~OL
La

unidad religiosa de España ante la verdadera fe
y el amor mariano consolidó el alma cristiana de las gentes.
«Aquella unidad religiosa de España en torno a la verda­
,, dera

fe
en Cristo,
que
baio la
guia insigne de los Santos her­
"manos
Leandro e Isidoro tuvo concreci6n en lo,s Concilios de "Toledo;

aquel amor
mariano, que' desde

el Guadalupe
extre­
"meño halla

correspondencia en
tantos centros
de similar
adt10-"caci6n

mariana en tierras de América
íY Filipinas, ha consolida­
,, do

el alma
cristiana y mariana de vuestras gentes. Dos notas
"que las

distinguen, como a
sus herman.os y compatriotas de las "demás regiones españolas.
»Y en torno a esos dos polos se ha plasmado la fe de vues­"tro pueblo,

alimentada
y sostenida por la Iglesia a través de
"innumerables generaciones. Con una vivencia de esa fe, que les
"ha acompañado

en todo su acontecer
hist6rico, en
sus logros
y "fracasos, en la fidelidad y en el e,sfuerzo, en las luces e inevi­
"tables sombras que forman la realidad socio-religiosa de cada
"púeblo».
JuAN PABLO II: Alocución.a los obispos es­pañoles de la provincia eclesiástica de Toledo (España). L'OsservatQre Romano, edición sema­nal en lenguá española, año XIV, núm. 11
(689), donµngo 14 de marzo de 1982.
La gesta evangelizadora en el Perú.
« Vengo en peregrinaci6n de fe a las fuentes de 1a gesta "evangelizadora en el Perú, pa que de estas tierra, bajo la pro­
"tecci6n del Arcángel San

Miguel, partieron los pioneros del
"anuncio de Jesucristo, de su Buena Nueva y de su-Iglesia, hacia "el vasto territorio del antiguo Imperio Inca. Por ello, desde
neste lugar, nuestra mente se eleva de modo espontáneo. hacia "Dios para darle gracias por la evangelización del Perú, por sus
"héroes
y santos. Y nuestro espiritu se recoge en plegaria para "meditar

sobre aquella evangelizaci6n
y descubrir las exigencias
"que derivan

de la aceptaci6n del
Evangelio. ,, . . . . . . . .
»La obra evangelizadora de la Iglesia ·se despliega cuando
"Cristo Pastor
p evangelizador,
llama, prepara
y envla otros
507
Fundaci\363n Speiro

"evangelizadores, para anunciar en todas las lenguas y lugares
"la Buena

Nueva de la salvaci6n; y para congregar en la
comu­
"nidad

de los creyentes
-la Iglesia-

a los que han de salvarse.
»Ar/ se inauguró un día la obra de la evangelización de
"América. Y o mismo quise dar inicio, en Santo Domingo, a la
"novena de
4ños que prepare el

continente /Jmericano a celebrar
"el V

centenario de tan importante acontecimiento eclesial.
Asi,
. "también, y con la primera Misa celebrada aquí en Piura, en la
"primera villa
cristiana inicio la evangelización del Perú.
»Mi presencia hoy en vuestra noble ciudad, ¡unto con mis
"hermanos obispos, sacerdotes, religiosos, religiosas y fieles todos,
"quiere ser; a la vez
que una acción de gracias a Dios por la evan­
" gelización del Perú, un merecido homenaje a tantos esforzados
"misioneros qúe, de modo an6nimo, sembraron la semilla de la
"fe en esta tierra fecunda. Ellos, dejando sus tie"as nativas,
"consagraron su vida -y aqul dejaron sus cuerpos- a la ins­
"trucción en la fe de las poblaciones
indlgenas que

encontraron.
»Entre
mil obstáculos, debiáos a

la extensión del
país, a
las
"grandes montañas, a
la variedad de lenguas, a la falta de me­
"dios,
péro .confiando

en la fuerza
de la Palabra de Dios, lleva­
"ron a cabo aquella obra inmensa, que tantos frutos ha
de;ado.
»Al

pensar en el presente de la
evangelizaci6n, quizá la pri­
"mera

cosa que debemos hacer es
mirar bien a aquella empresa,
"para sacar motivos de aliento en vista del futuro».
JUAN PABLO II: Discurso al pueblo reuni­
do eri el Aeropuerto de Piura, lunes 4 de ~
brero, VOss.ervatore Romano, edici6n semanal
en lengua española, año XVII, núm. 7 (842),
domingo 17 de fefüero de 1985.
La tradición católica · de la nac,on española debe servir de
estímulo en la actual
fase de
sn historia.
«Esta mañana, la Iglesia entona un canto de júbilo y de
"alabanza al Señor. Es el canto de la Madre que celebra la bon­
" dad y

la miseriéordia divinas, al proclamar Beato a un
hijo
"insigne,

que se ha
distinguiJo por
el cultivo eminente de
las
''virtudes cristianas: el sacerdote Enrique de Oss6 y Cervelló,
"gloria de la amada
España, tierra de Santos.
,.
»Pido a Dios que la tradici6n católica de la naci6n españo­
"la, de

la que tanto habl6
y escribió el nuevo Beato, sea de
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Fundaci\363n Speiro

"estimulo en la actual fase de su historia y pueda ésta alargarse
"hacia metas superiores, mirando decididamente al futuro, pero "sin olvidar, más
aún, .tratando

de conservar
y vitalizar las esen­
"cias cristianas

del
pasado, para

que
.as! el

presente sea una
"época de
paz, de

prosperidad
material y espiritual, de esperan­
"Z/J en Cristo Salvador».
JuAN PABLO. II: Homilía durante la Misa
de la
beatifu:aci6n eelebrada en la basOica de
San Pedro, del día 14 de oetubre de 1979.
L'Osservatore Romano, edici6n _ semanal. ep. len­
gua española, afio XI, núm. 42 (564), dotningo
21

de octubre
de 1979,
En la nueva sociedad no han de sufrir menoscabo la solidez
de
la fe en el ámbito privado y ni en el pliblico, la .soli­
dez

de los
valores espirituales

esenciales del pueblo espa-
ñol.
·
«Dentro del pluralismo al que la sociedad presente ha · ido
"abriéndose, y dentro del respeto debido a las legitimas opcio­
"nes a;enas, los

católicos españoles habrán de sacar
inspiracii5n
"de

esos profundos valores cristianos
y humanos que han guiado
"su pasado,

para plasmar ahora una nueva
sociedad siempre
de
"mayor progreso cívico .y econ6mico, _de mayor sólidaf'úlad, jus~
"ticia y respeto muto, sin menoscabo de la solidez· de una fe -
"cada
vez más. consciente y vivida, en el ámbito privado y pu,
"blico,

o de la
orientación práctica

según
las "exigencias del hu.
nmanismo cristiano.
»En ese espíritu podrá lograrse una armónica superación de
"pasadas tensiones históricas, sin

abandonar principios que han
"configurado el alma de un pueblo
y sus expresiones vitales.
»Tengo

la confianza de que los valores esenciales del pueblo
"español
y su vigorosa espiritualidad no quedarán debilitados en
"esta nueva fase de su
hfrtoria, creando
condiciones cada
vez
"más /Jptas para que. cada persona desarrolle toda

la extensión
"de su

vocación propia; para que la familia no deie de consolidar­
" se

en
su cohesión y estabilidad inJernas y para que la sociedad
"entera pueda corroborarse
idealmente en la búsqueda de nue-
"vos horiíontes». ·
JuAN PABLO II: Aloeuci6o del 29 de no­
viembre de 1980, al nuevo Embajador de Es­
pafia. anté la Santa Sede. L'O_sservatore Romano,
edici6o semanal en lengua espaiiola, afio XII,
núm.
49 ( 623 ), domingo 7 de diciembre de
1980.
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Fundaci\363n Speiro

La vocación cristiana de los españoles ante el manaña.
«En 'el aspecto social, vuestras gentes han vivido su vida
"iluminadas por el Evangelio de Cristo,
y asl han contribuido
"a crear

esa cultura
y civilizaci6n cristianas, de las que quedan
"tantos testimonios
y espléndidos mónumentos de diversa Indo/e,
" ' ' .
»Aunque la prueba más auténtica es la que han ido dando
"con la

propia 'existencia,
eón la recitad6n del
Credo como pa­
"tr6n de creencia, con la alabanza y elevaci6n a Dios en la ple­
" garia,

en
lo profundo del propio espíritu o en la sacralidad del
ntemplo, con el arrepentimiento de sus extravíos, con el amor
"a la Iglesia, con el sentido trascedente de la vida y de la muerte,
»Es ésta
una·

realidad que no
puede olvzdarse, en

campo
"apost6lico
y aun sociol6gico. Pero las circunstancias del pre­
"sente. imponen

un examen realista
y bien actualizado de la
"situaci6n, mirando

sobre todo al futuro, para que en las nue­
"vas condiciones

en
.las. que

han de vivir vuestros fieles, puedan
"éstos responder plenamehte ·a su vocación cristiana, en un cli­
"ma de diálogo, ·dentro del contexto cada vez más pluralista de
"la sociedad española,
.
»Sin

perder, no obstante, la clara
visi6n de su propia
iden­
''.tidad cristiana.

Sin olvidar las exigencias que de ella derivan;
"no sólo en la esfera de la propia conciencia, sino también en
"el de una actuaci6n práctica de esos principios morales, que no
"son solamente cristianos sino humanos,
y que deben estar en la
"base de la
convivencia clvica,

de la
solidaridad comunitaria,
de
la
"ordenaci6n iurldica de la familia, de la escuela, de la legitima
·
"participaci6n

de cada uno en la
guia de

la sociedad. Tratando
"de descubrir
y fomentar, en el actual momento hist6rico. de
"vuestra patria, todo eso que es común a los ciudadanos de los
"diversos sectores, regiones ,y tendencias de la nación, y no lo
"que los divide o enfrenta».
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JuAN PABLO II: Alocución· a los obispos es-,
pafioles de la provincia eclesiástica . de Tokdo
(España). L'Osservatore Romano~ edición sema­
nal en· lengua espafiola, año XIV, núm. 11
(689), domingo 14 de marzo de 1982,
Fundaci\363n Speiro