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Número 245-246

Serie XXV

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Martirián Brunsó Verdaguer: El amor que siempre gana

INFORMACION BIBLIOGRAFICA
Martirian Brumó Verdaguer, Pbro.: EL AMOR QUE
SIEMPRE GANA (*)
El autor, sacerdote catalán estrechamente vÍllculado a la pu­
blicación periodística gironense
Nord, acertadamente orientada
en
la dirección que sugiere su nombre, escribe el .libro que pre­
sentamos

«con la mejor de las ilusiones».
Forman
parte de

una
triología . prometida a los jóvenes para
plsntar

cara a los retos que
el mundo actual presenta: el reto
político, el reto social y el reto religioso. Las otras dos partes ya
publicadas son: España entre la
QÍda y la muer.e y L' Amor que
no
pot morir.
En El

amor que siempre
gana, el
autor se enfrenta con el
reto religioso
.. La

obra se compone de una
Ílltrodµcción y
dos
capítulos, más una conclusión final, un epílogo y un anexo en el
qne recoge
la Carta a los Jóvenes, de Juan Pablo II, con moti­
vo del Año Internacional de la Juventud,
fechada el 31 de mar­
zo de 1985, considerada por
Btunsó como Ia más autorizada
síntesis de su libro.
.. .
El

capítulo I lleva el nombre de «El Yo,
mi Yo, Nosotros».
El capítulo

II trata de «Mi Yo, los Otros
y el Absoluto.
No cabe duda de que el planteamiento
es orlginal y, en su
desarrollo, se recogen ideas
.de la

metaf!sica, la teología,
la p,;i­
cología

y la larga
experiencia del

autor en medio de chicos y
jóvenes en unos hogares y sociedad
. cambiantes.
En

la
Ílltroducción se

ocupa de la
discusión y el diálogo,
el
dogma y
la moral, y dice: «Las pasiones humanas, la ignorancia,
los sudores cotidianos van entenebreciendo el ·sentido de Dios.
El Absoluto acaba en encerrarse dentro de los límites del hom­
bre. Y así se desfigura el Tu, los Otros. Ya no son imagen de
Dios. No verdaderamente iguales en su
naturaleza .. Ni

hermanos.
Y los egoísmos
de. unos

y otros
·. acaban
por imposibilitar
la dis-
cusión-diálogo».
· ·
En

el capítulo I se ocupa en definir el Yo, distinguiéndolo
en abstracto
y en concreto, relacionándolo con la persona (per­
sonalidad)
y la conciencia, estableciendo distinciones con cosas
y animales. .
Cualidad
,esencial de
la persona es su libertad, que se basa
en el conocimiento
Ílltelectual de
la
voluntad v
en el bien,
y se
manifiesta en relación a los demás y con el Absoluto -Dios-,
lo que constituye
el aspecto religioso· de la libertad.
(·) Editorial Speiro, 1986, 250+xxxvn págs., rústica.
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INFORMACION BIBLIOGRAFICA
En este punto hace un análisis de las ideas de Martín Hei­
degger, de Sartre, de
Feuerbach, Marx, Hegel y Engels. Se ex-.
tiende

en el estudio del
marxismo caracterizado por

su negación
de Dios, su materialismo, su concepto del hombre como
Abso­
luto y de la libertad como el · simple conocimiento de las leyes
de la necesidad_. «En esta perspectiva
-escribe--el horizonte
humano queda reducido a una ilusión fantasmagórica o bien di­ luido en Humanidad de millones
de años sin horizonte terminal».
A
continuación se

ocupa de la conciencia que ayudará a «una
visión psicológica de la persona para penetrar mejor en
la rela­
ción persona-amor-sexo, gracias a la libertad: mi Yo y Nosotros».
Luego trata
del amor y recoge no menos de cuarenta concep­
tos

del· mismo, manifestados en encuesta, que van desde lo más
material a lo sublime. En
el amor humano entre hombre y mujer intervienen el
cuetpo y

el
alma, el sexo y el espíritu, la razón· y · ]a voluntad.
Debe estar presidido por la dignidad y
la consideración al otro
como persona
y no como cosa u objeto de placer o satisfacción
del egoísmo subjetivo. El amor verdadero es recíproco
y supo­
ne una interrelación, buscando la felicidad de la otra parte tanto
o más que la propia. «El punto central en el que nuestro yo personal se
apre a

la
vida con y
pata los demás, es la familia. «Mi Yo + tu Yo =
=
Nosotros», es · el último apartado de este capítulo.
En el capítulo II trata .del Mi, Yo y los Otros, en el que
analiza, entre otras cuestiories~·-1os totalitarismos, tanto marxis­
tas como individualistas que desprecian la dignidad de la perso­
na .hwnana refiriéndose

concretamente a Marcuse, Erich Fromn
y Emest Bloch,
así .como al personalismo de

Mounier, Maritain
y al humanismo cristiano. Después de hacer mención al
ateísmo y ·sus diferentes mani­
festaciones, habla de Dios, Absoluto personal, en el que
aparece
la

magnificencia del .amor en
el principio y término de la per­
sona humana. «Del amor sale
y al amor se entrega más allá del
tiempo».
·
En este capítulo. hace una serie de consideraciones sobre ·
Cristo,

verdadero Dios y verdadero hombre, con delicadas apre­
ciaciones teológicas y filológicas referentes a. su conciencia
. me­
siái¡ica y al propfo sentimiento de su divinidad en cuanto hom­
bre
y de su hulJlanidad en cuando Dios.
En la conclusión final toca
el tema de la libertad religiosa y
contempla el amor horizontal al prójimo, manifestación del amor
vertical o amor· divino_;_ que Jesús nos vino a enseñar, con. refe-
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INFORMACION BIBLIOGRAFICA
rencias, a los místicos San Juan de la Cruz y Santa Teresa de
Jesús. Cierra el libro el
apéndice ya

indicado conteniendo
la carta
de Juan Pablo II a los
jóvenes,. que

aporta claridad. a la profun-
da y
peculiar exposición

del autor.
· ·
GABRIEL ALFÉREZ.
Basave Fernández del Valle, Agustín: FILOSOFIA DEL
DERECHO INTERNACIONAL (IUSFILOSOFIA Y
POLITOSOFIA DE LA SOCIEDAD l\fUNDIAL) (*)
El distinguido profesor mexicano de Filosofía del Derecho,
nos presenta en este documentado
libro. un
estudio que se
abor'.
da

por primera vez en América Latina y que está dirigido a
la
edificación del hombre y de la sociedad mundial dentro .del mal'­
co
del

derecho natural y basado en una concepción
existencial
-no

existencialist.a- de la filosofía, entendida ésta
--como sos­
tenía San

Agustín- como una preparación para la salvación a
base de un saber forma.tivo y terriblemente
comprometedor. Nos
define la

Filosofía del Derecho Internacional
.. como
el conoci­
miento
científico de la necesaria prc;,porción en las relaciones
esenciales a la convivencia en la sociedad
mundial, mediante
la
previa atribución .de lo que corresponde a hombres, Estados y
organismos
internacionales .. En

principio, este orden debe estar
provisto de jurisdicción
rbligatoria y de sanciones para asegurar
su efectividad. El
autor fundamenta

toda
.su. construcción
doctrinal sobre lo
que
él llama la «habencia», entendida como unidad trabada y
dinámicamente interrelacior¡ad.a ,de la totalidad de los entes y de
las posibilidades en susmutuos condicionamientos.
Hace hinca­
pié en que

el norte del derecho. internacional
es· la supresión de
la guerra para la solución de los conflictos interestatales, instau­
rando
el arbitraje de jurisdicción obligatoria. Y configura este
derecho
como la · objetivación
de
la justicia internacional, -pre­
sentando
Úila estructura

invariable
y pertqanen.te que se refleja
en constantes hiist6ricas_ aunque .Jo social séa em_inentem-ente va~
riable. Es por esta razón que la comunidad internacional no tie­
ne un fundamento contractual,
ni es una personalidad colectiva
compleja,
sino una

institución
r¡arural, anterior y superior a toda
sociedad de naciones.
Aquí. se inspira en

la doctrina de Francis.-
(º) México, Universidad Nacional Aut6nóma, 1985, pág: 396. 1
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