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Número 245-246

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Ilegitimidad del gobierno del Frente Popular de 1936. (Consideraciones de un eminente liberal)

ILEGITIMIDAD DEL GOBIERNO DEL FRENTE POPULAR DE 1936
CONSIDERACIONES DE UN EMINENTE LIBERAL
POR
JOSÉ AN~ONIO GARciA NoBLEJAS
Académico
Correspondiente de la Real de-la
Historia.
Notario y Abogado.
El carácter legal y legítimo proclamado constantemente por
el
Gobierno del
Frente
Popular de
1936 que
presidió desde
sus
poltronas el
Alzruniento del

18
de julio, y por los gobiernos que
a
lo largo de
la guerra ~e suoedieron

en Madrid, Valencia y Bar­
celona, es

punto
neurálgico, acaso el de mayor trascendencia,
para

el enjuiciamiento
bístótico--legal de los hechos cuyo cin­
cuentenario conmemoramos.
La cuestión ha sido reiteradamente invocada por los partidos
de ambos
fados, aunque
en términos muy diferentes: del lado
rojo o republicano, apoyados en
el resultado de las elecciones del
16 de febrero, sin admitir juicio crítico de ellas, y del lado na­
cional en base a numerosos hechos y
consideraciones eh tomo
a las propias elecciones y
al consecuente

desenvolvimiento de las
Cortes y de los gobiernos, recogidos en
numerosas publicaciones
críticas, entre

las que desta¡:a
-el conocido «Dictamen sobre

ile­
gitimidad de
poderes actuantes el 18 de julio de 1936»_ apare­
cido
en 1939.
A propósito de tan importante cuestión, ofrecemos
ahora ,un
comentario

poco divulgado,
pero de
gran
interés por la objeti­
vidad,
independencia y

acusada
personalidad de

su autor, de ta­
lante netamente

libéral
y publicado en Buenos Aires en plena
guerra, fuera

de la tutela de los contendientes:
-La guerra civil
española, de don Me!chor Almagro San Martín.
645
Fundaci\363n Speiro

]OSE ANTONIO GARCIA NOBLEJAS
Contaba el señor Almagro 54 años de edad al producirse el
Alzamiento. Granadino de nacimiento,
Licendiado en
Derecho
por la Universidad de Madrid, ampliados estudios en
las de Jerui
y Heidelberg, ingresó en la carrera diplomática en 191 O. Repre­
sentó

a España en
Parls, Viena, Bucarest y Bogotá, ,así como en
San Petersburgo, donde vivió en 1917
el derrocamiento del Zar,
el Octubre Rojo
y todos sus episodios, enriqueciendo singular­
mente sus experiencias políticas. Regresado a España
.y retirado de la política, se entregó en­
teramente a

las letras, la investigación histórica
y los comenta­
rios de actualidad,
colabórando asiduamente en· los diarios ABC
y Ahora, y publicando ·obras de lilstoria contemporánea, tales
Ba;o los tres últimos Borbones, Cr6nica Je Alfonso XI1I y de su
· época y el que ahora nos ocupa.
Intelectual riguroso e

independiente, tocado de ta!ente libe­
ral
y aun republicano, sociable y romunicativo, relacionado per­
sonalmente con políticos e intelectuales de todos los colores, den­
tro de España
y fuera de ella, fue requerido en el crítico año
1936 por el Presidente del Gobierno de la
República, el
modera­
do
y masón Portela Valladares, para participar con su partido
de centro en las elecciones del 16 de febrero, como lo hizo, aun­
que
sin entusiasmo, en su provincia de Granada. Su información,
pues; sobre aquel acontecer
político, es
directa
y de primera
mano.
El 18 de julio se hallaba en Madrid; su inquietud por la vida
pdblica fo llevó

a presenciar en la noche del 19 el
asedio e in­
vasión del Cuartel de la Montaña
y su sangriento desenlace, cuyo
relato hace

en el libro
a que nos referimos.
Pronto aprovechó la
oportunhlad de

un congreso de escritores en Buenos
Aires para
escapar del infierno rojo
y escribir en la paz lejana del Plata el
testimonio de

cuanto
había vivido y sabido de nuestra guerra.
* * *
Sobre tres puntos singulares enjuicia don Melchor Almagro
la legitimidad del Gobierno del Frente Popular,
a saber:
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Fundaci\363n Speiro

ILEGITIMIDAD DEL GOBIERNO DE 1936
-Elecciones del 16 de febrero y segunda 1/Uelta. de ellas.
-Toma

del Gobierno por
el Frente PopJ,ilar.
-
Destitución

del Presidente de la
República.,
V

amos a
limitarnos a la transcripción de los párrafos corres­
pondientes
a cada
una de

estas tres cuestiones en el
libro del
señ,or Almagro San Martín, ordenándolos sistemáticamente, sin
alteración
de
SÚ contenido.
Las elecciones de febrero de 1936. «Debieron determinar, por su pureza,
el derecho a cons­
tituir mayoría y después gobierno salido de ella. Estudiémoslas
con
cuidJ!do y

objetividad porque de su
examen . depende

que el
gobierno de
Azaña pueda ser o no considerado como el legíti­
mo de
Espl!Íia».
«Puesto

a decir toda
la verdad, confesaré que nunca fueron
absolutamente puras nuestras elecciones, entendiendo por tales
el libre y espontáneo testimonio
de la voluntad popular, desli­
gado del
influjo ejercido

desde
el Ministerio del Interior».
«Para triunfar con masa arrolladora usaron los republicanos
del 14 de
abril, en las elecciones de las Constituyentes, el con­
sabi
desacreditado recurso de
hacer. influir a los gobernado­
res y de remover los ayuntamientos a favor de los candidatos mi­
nisteriales. Don Miguel Maura, a la sazón Ministro de la
Go­
bern'1ción, desmochó cuantos ayuntamientos le estorbaron, nom­
btando, como
Primó de Rivera, «comisiones gestoras» que los . . .
pusietan á la entera disposición del gobierno».
«Legó
el temido por muchos y anhelado por otros 16 de
fe­
brero de 1936, domingo que amaneció en toda España despe­
jado y
claro»,
«El día 17 por la mañana, antes de las ocho, conferencié con
el secretario de Portela, me dio a
entender que
aunque faltaban
aún muchos datos,
podían darse. a

las derechas con
el centro
como mayoría triunfante».
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Fundaci\363n Speiro

JOSE ANTONIO GARCIA NOBLEJAS
«En Granada reinaba tranquilidad, pero no así en el resto
de
España. Comienzan

a llegarnos noticias de
desórdenes produ­
cidos

por las
izqúierdas, iniciados,

según
parece, al conocer las
declaraciones

oficiales del Ministro de
la Gobernación, indicando
la posibilidad de un triunfo
derecho-eentrista».
«En

Cáceres, donde
el escrutinio se suspendió durante la
noche
del 20
al 21., las

actas auténticas fueron sustituidas de la
caja donde se guardaban por otras falsas,
hecho que

las fotogra­
fías e,cl,ibi cumplidamente».
«Llevando
mi acta de diputado por Granada que había con­
seguido
con 50.000 votos de mayoría sobre
la candidatura Frente Popular, salí pata Madrid».
«El
Gobierno repone
a
fos · Ayuntamientos del

14 de abril,
es decir, sólo a
los municipios

izquierdistas
elegidos · en

las
cé­
lebres

elecciones que derrocaron a la Monarquía;
excluyendo a
los munlcipios de

derechas, que
tenían exactamente igual título
de

limipeza
política que

aquéllos. Según se susurraba, esta me­
dida «rusificó»

como se dijo
gráficamente, a

8.000 municipios
españoles».
«Muy ufano con el acta de diputado a Cortes, que acababan
de
otorgarme mis paisanos

de Granada,
la presenté en. la Secre­
taría:
de la Cámara ... En estos días lo único que interesaba en
la casa es
1a discusión .de actas. Las credenciales se agrupan en
actas limpias, graves y leves o menos graves. Para dicha clasi­
ficación no

hay medida ni ley que rija. Se
hace a
ojo de buen
cubero, po,r no ~cribir irrespetuosamente '-'a tontas y a locas",
o a medida de la conveniencia presión exacta».
«Las izquierdas, presididas por Azaña, que ya en los escru­
tinios definitivos y en segundas vueltas han apretado los tor­
nillos ferozmente para
:asegurarse la mayoría, continúan forzando
la máquina

en
la Comisión de actas ... La minoría socialista se
ha reunido en una de las secciones de
la Cámara, acordando pe­
dir al Gobierno la anulación de las actas de Granada para que
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Fundaci\363n Speiro

ILEGITIMIDAD DEL GOBIERNO DE 1936
se celebren nuevas elecciones bajo el signo y dirección del Fren­
te Popular». «Perdonará el lector mi insistencia y prolijidad en tratar de
las actas de Granada, lo que
hago solamente

apoyándome en el
proverbio castellano
de que «qµien conoce un reino» o en el
refrán, también españolísimo,
"para muestra
basta un
botón",
sino

porque este asunto fue el primer, disentimiento serio que
hubo parlamentariamente entre
faquierdas y

derechas. Saltando
sobre todo
moti'Vo legal,

dando como actas notariales, simples
documentos privados y sin querer siquiera examinar los
datós
aducidos

por nosotros,
resolvió la mayorfa "anular
por impre­
sión moral" las actas de Granada».
«Examen objetivo de las elecciones: De un total de 13.528.609
inscritos con derecho a votar,
lo habían ~jetcido solamente
9.418.514. Wladimir Ormesson

apunta que la mitad exacta de
esta
votación, 4

. .570.000 sufragios, fue
favorable a
los partidos
de derecha, debiendo, añadirse a ellos por analogía los 340.000
sufragios que obtuvimos los centristas. El Frente Popular con­
signó un

total de 4.350.000 según datos ministeriales, es decir,
que prácticamente, el Frente Popular estaba en minoría. Según
otro observador, aquellas elecciones generales registraron 200.000
votos
más en total para las, derechas que para las izquierdas.
¿En qué, pues, consistió que lograse aparecer con mayoría en
las Cortes? ... En el empleo de los
pl'9Cedimientos anulatorios

y
de fraude, con los cuales se
llegó a la

soñada supremacia parla­
mentaria».
«El verdadero resultado de los comicios nos dice que si se
hubiera respetado el resultado de las urnas, el Parlamento hu­
biese estado con escasa, muy débil diferencia, dividido entre de­
rechas, centro

e izquierdas; pero
en modo
alguno hubiese dado
pretexto al avasallamiento de una mitad de
España por

la otra
mitad». «El 6 de marzo las turbas se desencadenan de nuevo con
inoendios, asesinatos
y saqueos. Madrid, Cádiz, La, Coruña, To­
ledo,

Huesca, Ecija, Segovia, Badajoz, Jerez de la Frontera son
teatro de sucesos terribles...
Sabfase a ciencia cierta

que las ju-
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JOSE ANTONIO GARCIA NOBLEJAS
ventudes socialistas y comunistas recibían educación militar, dada
por oficiales de asalto.
'Por las

afueras
y también en Madrid se
las
veía evolucionar libremente ... muchos chavales iban arma­
dos de pistolas y revólveres que exhibían entre sus amigos, con
inocente petulancia. A
mí me

las enseñaron, sonriendo, más de
de una
vez».
«En

Granada
y Cuenca celébranse comicios para reemplazar
las

actas anuladas, casi todas de derechas o centro ...
Cumple el
Gobierno
de tal modo su promesa de sinceridad electoral, que
después de escenas extraordinariamente violentas, los candida­ tos de derecha idos
a Granada

para
dirigir sus
elecciones, tienen
forzosamente que

renunciar a la lucha... por arte de birlibirlo­
que se volatilizaron totalmente los
150 .000

sufragios que dos
meses antes recibieran las derechas». «Los demás candidatos de derecha
. en

las segundas vueltas
de diversos distritos callan vencidos por las izquierdas en elec­
ciones tan
limpias como
las de
·Granada».
Toma del Gobierno por el Frente Popular.
«Antes de conocerse los resultados oficiales de las eleccio­
nes el Frente Popular toma el poder, precedido por violencias. Gil Robles declara públicamente en la capital de España que
el deber del Gobierno es mantenerse en su puesto basta
termi­
nar

los escrutinios, saberse el resultado· de las elecciones
y pre­
sentarse después a las nuevas Cortes». «Esto era evidentemente lo legal, parlamentario y
constitu­
cional.

Pero estábamos a 18. Los escrutinios de las Juntas del
censo serían el día 20. ¿Entonces? Entonces se produce un plan­
te en el penal de Burgos.
Hay disturbios callejeros en Madrid,
Valencia, Murcia
y Alicante».
«En las elecciones de
ningún Parlamento del mundo se co­
nocen inmediatamente los resultados oficiales, sino que es pre­ ciso aguardar tanto a la serena
y detallada computación de los
votos por Juntas especiales de escrutinio, como a los resultados
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ILEGITIMIDAD DEL GOBIERNO DE 1936
de segundas vueltas ... La más rigurosa lógica-y el deber elemen­
tal

de respeto a la
ley imponían 1a espera hasta conocer el re-
sultado

final».
. ,¡ , -
«Pero... no fue así. Las izquierdas _ no querían aguardar al
término legal de las elecciones. En Barcelona es nombrado Go­
bernador

el señor Moles, amigo de Azaña, y no sólo el Alcalde,
sino también parte de los concejales separados-por el movimiento
revolucionario de
octubre, toman

posesión nuevamente de sus
antiguos puestos. En Granada un grupo de dirigentes se
pre­
senta

al
Gobernador civil
pidiendo les
entregue el
gobierno en­
seguida».
«Portela declara el martes 18 que
hasta el jueves 20 no se
sabrá el verdadero resultado de las elecciones celebradas,
sin
contar con que habrán de celebrarse segundas vueltas en muchas
provincias».
«¿Qué hará

Portela? ¿Resistirá el alud turbulento como es
su deber? ¿Aguantará también D. Niceto? ¿Triunfará
la violen­
cia

sobre la legalidad?
Los madrugadores se desayunan el día 19
con
la nueva extendida ·por el peri6dico El Socialista de que el
Frente Popular pide sin espera el poder. Este procedimiento es
revolucionario a tocias luces. Lo legal es aguardar, pero ...
».
«Mientras tanto D. Niceto, quien resueltamente afirma que
debe supeditarse
la entrada del Frente Popular en el poder a la -
reunión de Cortes, forcejea con Portela, el cual quiere irse a
tocia costa, sin atender argumentos de
ninguM especie. ¿Cuál
podía -
ser la raz6n de este deseo testarudo de Portela, por di­
mitir enseguida?».
«La suposición de falta de aplomo para
resistir_ la algarabía
callejera, versión que se ha propalado mucho, no parece
vero­
símil

en hombre cuyo valor estaba reiteradamente probado.
Ene
tonces,

¿cuáles eran las
misteriosas causas que le obligaban a la
declinación prematura del poder? ¿Qué
secretas influencias po­
dían pesar sobre este hombre entero? Enigma que acaso descifre
la historia algún dia».
(Los
subrayados son· nuestros).
«Portela había

dimitido
yá irrevocablemente. Y Alcalá Za-
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JOSE ANTONIO GARCIA NOBLEJAS
mora des,pués de reprocharle falta de coraje, deserción de sus de­
beres, se veía obligado a entregar el
poder al Frente Popular».
«El día 20 se despertaron los madrilefios con
la novedad
de
·que se

anunciaba inminente un Gobierno de Frente Popular pre­
sidido por Don Manuel Azaña».
Destitución del Presidente de la República.
«El Gobierno del Frente Popular se dispuso a realizar la
decapitación del Presidente de la República, utilizando el articu­
lo 81 de
la Constitución, arma que habían afilado las derechas,
pero

que iba a servir a las izquierdas
para lo

que ellas
llamaban
«ejecución de altas

justicias».
Según el ya célebre artículo, el Presidente de la
Repúblics
''podrá

disolver las Cortes
hasta. dos

veces durante su mandato".
En el caso de segunda disolución, el primer acto de las nuevas
Cortes será
examinar y

resolver sobre la necesidad del Decreto
de disolución de Ias anteriores. El voto desfavorable de
Ja ma­
yoría

absoluta
de las Cortes llevará anexa la destitución del Pre­
sidente». «El 3 de abrll preséntase a
las· Cortes

del Frente
Popular la
moción

adobada por las derechas. Ahora la hacian suya los
di­
putados

izquierdistas. El Congreso, cuya mayoría era de Azaña,
resolvió la consulta afirmando, naturalmente, que el Presidente
no podía ya
disolver el Parlamento por estar agotadas las pre­
rrogativas que para ello le
concedia la
Constitución».
«Remarquemos,
también, siempre

en procura de la objetivi­
dad de nuestra narración, que el consejo de
disolver se

lo ha­
bían dado al Presidente y venian dándosele en todas las crisis
del
bienio· derechista,
precisamente y con unanimidad las izquier­
das, que
.hora le

reprochaban
la disolución aconsejada tan reite­
rada.mente por

ellas».
«Si el Presiente no
debla ni podía disolver,

¿por qué le
instaron las izquierdas a la
segunda disolución?

¿Es que ellas,
.,.¡ aconsejarle el acto, no se hicieron moralmente. solidarias? Y
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ILEGITIMIDAD DEL GOBIERNO DE l9J6
si éticamente era esa su posición, ¿por qué exigían responsabi­
lidades?».
«A pesat de

la votación recaída, el
primet rna¡µstrado de la
República no acababa de despojarse por sí mismo de su alta
in.­
vestidura. Se acentúa entonces la violencia contra él, destituyén­
dole en la sesión
dd 7
de abril» .
• * *
Las anteriores coinsideraciones. formuladas por don Mdchor
Almagro
llevan aparejada la conclusión o resumen que apare­
ce en uno de los párrafos de su obra: «Todo
poder, para ser legal, necesita la legitimidad de ori­
gen. El
dd Frente

Popular se apoderó de la
Cámara y dd Go­
bierno, como es notorio, antes de que se supiera oficial y jurídi­
caniénte quién había triunfado

en las elecciones del
l(i de
fe­
brero. El poder
lo consiguieron, no por d resultado de las urnas,
sino con violencia y amenaza en las calles. Esto lo sabe todo
d
mundo.

En cuanto a la otra palanca de mando de la República,
o sea, la presidencia de ésta, se logró por
la retorsión dd artícu­
lo 81 de la Constitución, basándose sobre la inmoralidad de acu­
sat al

Presidente aquellos mismos que aconsejaron la acción ata-
. cada,

o sea, la disolución de la Cámara. Esto es indudable. Son
hechos
y no opiniones».
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