Jaime Morales Carazo: ¡Mejor que Somoza, cualquier cosa!

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peto de sus hbertades, que son el instrumento para. la creaci6n
hist6rioa. .
Así, pues, estimamos que esta síntesis que ofrecemos al lec-·
tor de este sugerente y documentado hbro del Rector de la Uni­
versidad Regiomontam,

de
Monterrey (México),

es suficiente para
su valoración, estando convencidos que viene a ocupar un lugar
destacado en

la
bibliografía de esta especialidad.
Lrno RonRÍGUEZ-ARIAS BusTAMANTE.
Jaime Morales Carozo: ¡MEJOR QUE SOMOZA,
. CUALQUIER

COSA!
(*)
Si quisiéramos sintetizar en unas líneas el mensaje de la
obra, habría de resumirse en que en la revolución que derrocó a
Anasrasio Somoza del «trono» de Nicaragua no fue sólo obra del
Frente
Sandlnista de

Liberaci6n
Nacional, que
después de la
vic­
toria del 19 de julio de 1979 la monopoliz6, sino de otras mu-.
chas fuerzas sociales, hartas del régimen tiránico que «manej6»
el país
centroamericano durante

medio siglo: empresarios,
profe­
sionales,

sacerdotes, medios de comunicación, etc.
El libro, del que es autor el empresario nicaragüense Jaime
Morales ·Carazo, está bien estructurado
y de .forma esquemática
va
contando los pasos por los que
se ha

desarrollado la historia
próxima de esta parte de la
tierra -que

es la «Cintura. de Amé­
rica»-en

su tránsito de estar
sojuzgado, del .Colt 45 al Ka-
lashnikov 74. · ·
A

dos semanas de barco, o catorce horas de avión,, es difícil
hacerse idea -si no se tiene um, vasta cultura sobre la zom,-,
de la importancia estratégica de esa franja de tierra que separa
las aguas del Océano
Atlántico de
las del Pacifico, origen del
problema· que
empezó a tomar .. verdadera

importancia en el siglo
pasado, con la
«fiebre del

oro» surgida con mayor fuerza en
California, y que obligó a buscar una alternativa
de viaje que
no
llevase por

tierra a las caravanas de
la costa Este a la Oeste
de los

Estados Unidos, por caminos inexistentes y continuamente
amenazados por las tribus indias celosas de
proteger sus

terri­
torios. Tuvo, pues, el «coloso del Norte» buen cuidado desde su
independencia de tener mecanismos eficaces para manejar a los países del istmo,
.de acuerdo con sus

intereses, interviniendo una
(*) CECSA, México, 305 págs., 1985.
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y otra vez en los asuntos de Nicaragua, inmadura al lgual que
los
demás
países· americános desde

su precipitada in de España,
y · continuamente enzarzada en luchas · intestinas.
Con
Cónstituciones liberales copiadas de
la de los Estados Uni­
dos, vfctimas

del utopismo
democrático-liberal, ajeno a la esen­
cia de las poblaciones indígenas.
El libro de Morales Carazo
nos sitúa perfectamente en la
fase en que, impotentes de mantener la Infantería de Marina en
suelo nicaragüense, con
el pretexto de ser gendarmes .de la paz
y sí vigilantes de esa «servidumbre de paso», innecesaria ya por
la c;:onstrucción del Canal de Panamá, crean a· su imagen y seníe·
janza la Guardia Nacional y se la confían al primero de la di­
nastía de los Somoza, Anastasio Somoza Garcia. Un hombre menudo, de mirada triste, hacia años
que había
enarbolado
la

bandera
del . nacionalis1110 y. había acelerado la
marcha de los
«gringos». Somoza

García «Tacho» lo
mitificada
ál
asesinarle y, desde entonces, su imagen y pensamiento fue­
ron para los «nicas» al menos
el desahogo frente a la agresión,
Augusto César Sandino.
·
En cincuenta años, -los Somoza se xepartieron el poder, que
residía en la Guardia Nacional, auténtica «defensora de la di­
nastía» y que permitió a la familia alternar la presidencia de la
República
y la jefatura de la Guardia, con breves ausencias de
la primera pero sin abandonar en
ningún momento el bastón de
mando de la segunda, obediente siempre a las órdenes de Was­
hington, muchas veces en forma de simples sugerencias.
Jaime
Morales formó

parte de esos empresarios que vivie­
ron en su propia carne la competencia desleal de los Somoza,
que se interferían en los negocios con la prepotencia del poder
que detentaban
y climanente de la inmensa fortuna que amasa­
ron en sus años, durante los que manejaron Nicaragua más como
una finca propia que como una nación. Hombre inquieto, nece­
sitó usar los
mecanis·mos a
su alcance ,para mantener una pos­
tura contestarla frente al régimen imperante, y de esta forma
forjó una gran
amistad con

Pedro Joaquín Chamorro, director
de
La Prensa, diario que nunca bajó. la guardia en su oposición
a los Somoza,
y en el que colaboró con asiduidad para expresar
sus ideas.
Ba sido testigo y notário excepcional del nacimineto de los
distintos movimientos que surgieron con idéntico propósito, el
de instaurar un régimen «democrático» para su Patria. La revo­
lución cubana fue decisiva para el nacimiento y desarrollo del
movimieoto sandinista que tardó en aglutinarse en
el Frente
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Sandinista de Liberación Nacional, por las distintas tendencias
habidas
én su

seno, y que tuvo las simpatías de la gran mayoría
del pueblo nicaragüense que posteriormente quedó defraudado­
al contemplar que sólo eran una alternativa de sistema totalita­
rio con clara
ideología marxista-leninista sin ninguna voluntad
de democratizar el país y, por el contrario, con unos objetivos
claros de afianzarse en
-el poder, ayudados por la Unión Soviéti­
ca, Cuba y todo el bloque de países del Este. De la dictadura
de Somoza, como de
otras similares

se puede salir, pero
el mar­
xismo-leninismo no es una dictaduta más como piensan los
Ji.·
berales occidentales; es una concepción toral de la existencia. No son las dictaduras maxistas-leninistas unos estados dictatoriales, son una nueva forma de la sociedad, son el Estado-Partido fren­
te al concepto clásico de Estado-Nación. · Un amplio y completo panorama de la realidad
nicaragüense
contemplado

hoy por Jaime Morales desde su exilio en México,
mientras como aclara en la obra, Daniel Ortega vive en
la casa
que le incautó en Managua.
ANGEL MAESTI\O.
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