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Número 245-246

Serie XXV

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Homenaje a la memoria de don Manuel García Morente en el centenario de su nacimiento (1886-1986)

HOMENAJE A LA MEMORIA DE DON MANUEL
GARCIA MORENIE EN

EL CENTENARIO
DE SU NACIMIENTO (1886-1986)
El pasado día veinticuatro de abril se celebró,
en los salones
del CESPE, un acto de homenaje a
la memoria de don Manuel
García
Morente con motivo de celebrarse el centenario de su
nacimiento,
en Arjonilla, el
22 de abril de 1886.
Ante el numeroso público que
abarrotaba la
sala, convocado
por Iglesia-Mundo, Roca Viva, Fundaéi6n Stella y el propio Cen­
tro de Estudios Sociales, Políticos
y Econ6micos, intervinieron,
por este orden,
Bias Piñar, Juan Pablo

D'Ors, Miguel Ayuso,
Rafale Gambra y el
padre José Todolí, O.

P.
Bias Pifiar comenzó
refiriéndose, usando

una
expresión del
propio

Morente, al «recobro de
la unidad» que experimentó, reco­
bro que se produce mediante el reencuentro de la fe religiosa, me­
diante «lo que
él llama modestamente hecho extraordinario de
la noche parisina del veintinueve al treinta de abril del mil no­
vecientos treinta y siete, que es en realidad
una expériencia mís­
tica». A continuación se centró en lo que significó el Alzamiento
para

su trayectoria posterior: «Por lo que se refiere a la contien­
da singular de la que es testigo de · excepción, García Morente
elabora la
doctrina del ejército invisible que ha invadido Espa­
ña y que
aspira, por

penetración e impregnación de los órganos
vitales, a destruir la nacionalidad, a déshispanizarla y a
borrar
su

obra en el mundo. La
reacción, podría decirse

que no sólo
metafísica y racional, sino biológica e instintiva contra ese
ejér­
cito

invisible
y contra sus 1>ropósitos, explica el Alzamiento Na­
cional del 18 de julio, al que
García Morente se une

de todo
corazón en carta que el
25 de octubre de 1936 dirige al gene­
ral Dávila y

a la Junta de Burgos».
El siguiente orador fue
Juan Pablo D'Ors quien,

en tono in­
timista, comenzó

afirmando que la función de enseñar se
plasma
en

poner ejemplos, de tal modo que García Morente fue un
hombre «que de tanto poner ejemplos a lo largo de su vida de
profesor, se convirtió en ejemplar».
De aquí pasó a describir
la tarea del que filosofa como un
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Fundaci\363n Speiro

LUIS MARIA SANDOV AL
«subir al piso de arriba», un «salir al balcón» para, desde el mis­
mo, contemplar· el panorama que componen las cosas y los
se­
res.

Para terminar haciendo
una sucinta
explicación de las raíces
de la filosofía morentina y de las corrientes que influyeron en el
gran filósofo.
.
Mi¡¡uel Ayuso,
que

se levantó a hablar acto seguido, justificó
el
homenaje que se

estaba c.elebrando como una exigencia de la
piedad hacia quienes

«nos han precedido en el servicio de Dios
y el amor ·a España»; como un desagravio ante la condena de
silencio que
~sa sobre
Morente
y coflio un intento de resaltar
su verdadera imagen. Porque, continuó
dici'1ldo, si

para la inteligencia izquierdista
«Morente no existe» y para
Sl!S antiguos coQDñlites de la Ins­
titución Libre de Enseñanza
«no existe

su conversión», para Ju-
·
lián Marías -hoy tranbordado en catolicísimo filósofo-y de­
m,ú; pensadores

liberales
«lo que no existe es la obra del Mo­
rente converso».
Subrayó, con ironía, que arrancó los aplausos del público, la
incongruencia
de ese planteamiento y, tras preguntarse por las
causas de tal incoherencia, respondió: «Este olvido de la obra
de Morente posterior a su conversión está motivado
por su po­
sición ante la España católica. Y esto no tiene ~rdóti. Es el úui­
co ~cado que no puede ser perdonado: el llamado nacional-ca­
tolicismo es el pecado contra el Espíritu Santo ,para la Iglesia
progresista». '
. Migual

Ayuso
terminó su intervención

trazando un parale­
lismo entre
las· «trayectorias

convergentes» de Morente
y Maeztu.
El siguiente en consumir su turno fue
el catedrático de fi­
losofía Rafael Gambra. Alumno de Morente, pertenece a esa pro­
moción -de la que también salieron Millán Puelles o Artigas­
que se abrió al conocimiento de la
Filosofía bajo el magisterio
inmediato, cercano y sugerente
de Manuel García Morente.
Evocó sus recuerdos de las clases de Morente en la Facultad
. de

Madrid, en las que brillaba
el maestro como un pedagogo ex­
cepcional. Se refirió al reencuentro de Morente con la filosofía tras su conversión, lo que llamó el conferenciante
«el reencuen­
tro

del hombre
.nuevo con

la vieja tarea»
y el esfuerzo que su'
puso

para don Manuel la reconstrucción de su edificio concep­
tual después
de la extraordinaria irrupción de la gracia en su vida.
A continuación tuvo palabras para
la profundidad de la con­
versión de Morente.
Podría --'-
llegado a un «cris­
tianismo
su~rpuesto» . que

no le hubiera obligado a modificar
sus opiniones filosóficas o políticas. Por eso; lo que más admira
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Fundaci\363n Speiro

CENTENARIO DE GARCIA MORENTE
de su caso es cómo llegó, por el efecto de su nueva fe, a una in­
núción clarísima sobre el sentido católico de la Historia de Es­
paña
y sobre el carácter antiespañol y anticristiano de la postura
europeizadora liberal. El último en hablar fue el padre José T odolí, de
la Orden de
Predicadores,
y catedrático de Etica.
Todolí, que también conoció a Morente, se ciñó exclusiva­
mente al tema de su conversión, pues no en vano·
-afumó--su
vida puede dividirse en tres etapas: «antes, durante
y después
de su conversión». Tomando
como base

la narración moren
tina
de El hecho exttaordinario y las observaciones del jesuita Mau­
ricio de Iriarte en su famoso libro «El profesor García Morente,
sa=dote», fue

desgranando las mociones espirituales
y desenvol­
viendo los acontecimientos con
gran precisión y convicción.
Las
hijas de

don Manuel García Morerite, que se encontra­
ban presentes en
primera fila, siguieron con gran atención el dis­
currir del

acto
y en los momentos. más notables se vio asomar la
emoción en sus rostros.
Ltrrs MARfA SANDOVAL
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