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Número 305-306

Serie XXXI

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55 tesis sobre la Contrarrevolución

55 TESIS SOBRE LA CONTRARREVOLUCION
POR
LUIS MARiA SANDOVAL
La tesis que a continuación presentamos. no son sino el con­
junto de afirmaciones que se sostenían y argumentaban en nuestro
anterior trabajo «Consideraciones sobre
la Contrarrevolución» ( 1 ),
publicadas ahora con el fin· de servir de base de debate para las
XXXI Jdrnadas de Amigos de la Oudad Católica (1992) convo­
cadas bajo el tema «La Contrarrevolución».
Motivación y ptopósitos.
l. Incluso entre las filas simpatizantes, son r¡¡ás conocidos
los nombres e ideas de
la Revolución que se combate que los de
la Contrarrevolución.
Por motivos de coherencia, de piedad,
de desarrollo propio y
por necesidad de contrarrestar el ambiente, ,es preferible cultiyar
el estudio de la Contrarrevolución, especialmente en ocasión de
haber alcanzado su bicentenario.
La consideraeión del nombre.
2. El origen del término contrarrevolución es francés, e ini­
cialmente un vituperio de los revolucionarios, luego adoptado y
recuperado. .
(1) Lurs MARÍA SANDOVAL, «Consideraciones sobre la Contrarrevolu­
ci6n», en Verbo, núm. 281-282 (1990), págs. 211-290.
Verbo, núm. 305-306 (1992), 501-515 501
Fundaci\363n Speiro

LUIS MARIA S.A.NDOVAL
Conviene apuntar que la historia del empleo del término es
una interesante tarea pendiente.
3. El término contrarrevolución no tiene difusión y uso uni­
versales, sino sólo cultos y los Papas no lo han empleado nunca (2).
4.
· El término contrarrevolución resulta poco atractivo por
incómodo
y aparentemente negativo. No es propicio para la di­
vulgación.
En cambio tiene las ventajas de poseer valor universal en es-
(2) Sin embargo, conviene recordar dos pasajes del magisterio pontifi­
cio particularmente significativos para
el empeño contrarrevolucionario:
«Que estén convencidos {los sacerdotes que se dediquen
al estudio de
las cuestiones soc,iales J qu_e la cuestión social y la ciencia social no son de
ayer; que en todos los
tiempoS la Iglesia y el Estado, felizmente concerta­
dos, han creado con este fin · organizaciones fecundas; que la Iglesia, que
nunca
ha traicionado la dicha del pueblo con alianzas comprometedoras,
no tiene que
separarse del pasado, y que le basta volver a tomar, con el
concurso de los verdaderos obreros de la restauración social, los organismos
rotos por
la Revolución y adaptarlos, con el mismo espíritu cristiano que
los
ha inspirado, al nuevo medio creado por la evoluci6n material de la
sociedad contemporánea, porque los verdaderos amigos del pueblo no son
ni revolucionarios, ni innovadores, sino tradicionalistas» {S. Pío X, Notre
charge
apostolique (1910), § 44).
«Nos albergamos una gran esperanza de que la festividad anual de Cris­
to Rey, que en adelante se celebrará, acelerará felizmente el retorno de
toda la humanidad a nuestro
amantísimo Salva4c,r. Sería, sin duda alguna,
misión propia de los católicos la preparación y el aceleramiento de este
retorno por medio de una activa colaboración; sin embargo, son muchos
los
católicos que ni tienen en la convivencia social el puesto que les co­
rresponde ni gozan de la autoridad, que razonablemente deben tener los
que alzan a
la vista de todos la antorcha de la verdad. Esta desventaja
podrá atribuirse tal vez a la
apatía o

a la timidez de los buenos, que se
retiran de
la lucha o resisten con excesiva debilidad; de donde se sigue
como natural consecuencia que los enemigos de la Iglesia aumenten en su
audacia temeraria. Pero
si los fieles, en general, comprenden que es su
deber militar
con infatigable esfuerzo bajo-las banderas de Cristo Rey, en­
tonces,
inflamados ya en el fuego del apostolado, se consagrarán a llevar
a Dios de nuevo los rebeldes e ignorantes y trabajarán por mantener
in­
cólumes los derechos del Señor» (Pío XI, Quas primas (1925), § 12. Los
subrayados son nuestros).
Ambos textos se
han tQIDado de Doctrina pontificia. Docum,entos po­
llticos, BAC, Madrid, 1958, págs. 421 y 510-511.
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55 TESIS SOBRE LA CONTRARREVOLUCION
pacio y tiempo, de no haber padecido por d uso confusión o
desgaste
y, sobre todo, de garantizar entre quienes lo emplean una
sólida identidad en la comprensión dd mundo moderno.
Manteniendo una filosofía contrarrevolucionaria
. es perfecta­
mente admisible que
se adopten banderas públicas más . atractivas ;
lo que no se puede aceptar es que se combata explícitamente d
lenguaje contrarrevolucionario y con él, insensiblemente, su noción.
La referencia a la Revolución.
5. La noción de Contrarrevolución suwne y requiere la
aprehensión previa de lo que se entiende por Revolución con ma­
yúscula.
6.
La Revolución con mayúscula alude a la francesa, revolu­
ción por antonomasia, paradigma
y fuente de las posteriores. Se
ha de entender como un haz de tendencias e ideologías propio de
los tiempos modernos, que posee una unidad profunda en su
an­
tropocentrismo y su enemiga a la Ley Divina, tanto natural como
revelada, y que se desarrolla siguiendo un proceso que no excluye
conflictos internos.
Este concepto ha sido de uso común entre
!Os polemistas ca­
tólicos, está respaldado por abundante magisterio pontificio ( que
ha empleado incluso
el propio término j y ha sido reconocido -con
valoración opuesta-por los revolucionarios. Aunque la fórmula
'la Revolución' haya decaído, el concepto se encuentra fácilmente
bajo otras expresiones o circunloquios (3 ).
(3) Al acopio de pasajes del magisterio tclesiástico en que el concepto
Revolución
encuentra acogida debe sumarse, después de 1989 la Declaración
final del Sínodo de los obispos especial para Europa (14-XII-1991), al que
corresponden estos dos párrafos:
«Por lo que se refiere a las Partes occidentales y centrales de Europa,
a partir de las guerras de religión, por la ruptura de la unidad de la Igle­
sia en los siglos XVI~XVII, la vida,. sobre todo la vida pública y social, se
ha entendido de otro modo, regulada por la sola facultad racional. No se
pusieron
directamente en duda todos los valores · .que habían nacido de la
fe cristiana; más aún se procuró conservarlos de modo que se apoyaran
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LUIS MARIA SANDO-YAL
· 7. Las principales notas de la noción de Revolución son:
Su origen se remonta a
la 'filosofía' de ilustrados y enci­
clopedistas,
con ·raíces en el protestantismo y el Renacimientd.
Existen precedentes más
remotos, pero insistiendo en ellos se piet­
de la especificidad de
la Revolución.
-· La Revolución es una época ; algo diferente a todo ; la he­
rejía que marca· nuestra época. Y esa herejía ha sido y es particu­
larmente social aunque
ahora se desplace al terreno de la cultura.
-En la Revolución hay un visible móvil anticristiano, y eso
incluye el sentido más profundo: es
antinatutal tanto como anti­
eclesiástica.
No retorna al paganismo por cuanto rechaza lo que
en él hay de
natiu'al.
- Aunqu~
el fenómeno revolucionario es propio de los paí­
ses de tradición cristiana, algunos de sus etrores se han extendido
después a otras
.civilizaciones combimindose con factores autóc­
tonos.
-La Revolución, en suma, tiene unos límites temporales y
geográficos.
Nd se debe incurrir en el reduccionismo de explicar
toda la historia
'de la humanidad a partir de la dialéctica Revolu­
ción versus Contrarrevolución.
-Existe en la Revolución. una dimensión satánica en sus
corrientes y figuras.
Pero deben evitarse los. ertores de concebir
la Revolución como un Petsonaje en. vez de una abstracción, d
como una sola, .Y vasta conspiración univetsal, casi omnipresente
y
todopoderosa;]o cual, por excesivo, es etróneo y desacredita la
vetdad que contiene.
en un nuevo fundamento inmanente. La debilidad de este fundamento sólo
se ha manifestado realmente en este siglo y así· se ha puesto en discusión
en la conciencia comU.Il de mu&os y la legislación civil».
«El colapso· del comunismo pone en,_ crisis todo el itinerario cultural,
social y político ·del humanismo europeo, én cuanto que está marcado por
el ateísmo, no s61o en· su forma marxista., y demuestra con hechos, no sólo
con principios, que no se puede separar la causa de Dios de la causa de
los_ hombres».
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55 TBSIS SOBRB LA CONTRARREVOLUCION
Lo contrario de la Revolución.
8. «La Contrarrevolución no será una Revolución contraria,
sino lo contrario de
la Revolución». El retruécano de Maistre es
rico en
enseñanzas, pero debe ser matizado. Los contrarios . son
excluyentes dentro de un género común.
9. Revolución y Contrarrevolución participan de:
-Ser acciones. La Contrarrevolución no puede ser un lúcida
contemplación
pasiva. Tiene que oponer un dinamismo.
-Ser globales. Afectan a todos los ámbitos de la vida hu­
rr.ana, pero se centran sobre todo en el campo social, político, y
ahora cultural.
-Los mismos límites espaciales y temporales. Un nuevo
período, en este caso contrarrevolucionario, también se
ha abierto
en el mundo católico.
-
Ser abstracciones históricas. Aunque en el caso. de la Con­
trarrevolución su unidad intrínseca
es mucho m¡¡yor por partici­
par de
la verdad y la Gracia.
10. Revolución y Contrarrevolución
se oponen en:
-Los principios y fines: la Contrarrevolución tiene por ideal
y
meta la defensa y restauración de la Realeza Social de Nuestro
Señor Jesucristo.
-La Contrarrevolución no es una acción espontánea-sino
inducida, una reacci6n.
-La naturaleza de sus respectivas acciones. La dinámica del
bien no puede tomar por patrón la del mal, aunque pnedan em­
plearse algunos medios técnicos -no todos-comunes.
Lo que no es la Contrarrevolución.
11. No debe extenderse con confusión el concepto de Con­
trarrevolución, que se refiere a una acción histórica, ni a nociones
metafísicas y perennes como el Orden cristiano,
ni que abarquen
todu
el devenir humano en vez de un período. Esto es aplicable
. 505
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LUIS MARIA SANDOVAL
tanto respecto de la Tradición como de la Cristiandad, ya se en­
tiendan del segundo modo o del primero.
12. Tampoco cualquier oposición a
una crisis revolucionaria
merece el título de contrarrevolucionaria. Una coincidencia nega­
tiva y aislada nunca puede ser suficiente. El mal menor no es la
Contrarrevolución.
Una. aproximación histórica.
13. Definir la Contrarrevolucón es difícil porque se trata de
una noción compleja. Como no
es una ideología, primero inven­
tada y luego aplicada
de modo voluntarista, sino una abstracción
histórica a
partir de hechos. ¡¡arios.. con raíz común, para delimitar
la noción
de Contrarrevolución es necesario empezar por una
aproximación histórica.
14. La aproximación histórica debe contemplar todos
los
países cristianos, cuidando particularmente de no olvidar los his­
panoamericanos.
Y debe citar en primera instancia todas las reali­
dades que evocan la Contrarrevolución: pensadores desde la época
ilustrada, insurrecciones populares, movimientos políticos y
socia­
les, determinados gobiernos, etc. Siempre con un criterio inicial
abierto, puesto que las circunstancias nacionales otorgan muy
dis­
tintos rasgos secundarios.
Noción análoga, realidad compleja.
15. El arquetipo ideal de contrarrevolucionario completo
es
el que:
-Conoce el Orden, la Revolución y la Contrarrevolución
en
sus espíritus doctrinas y métodos.
-Ama el Orden y la Contrarrevolución y aborrece la Re­
volución y sus frutos.
-Constituye en eie de su vida entera, ese amor y esa repug­
nancia.
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55 TESIS SOBRE LA CONTRARREVOLUCIO}(
Pero aunque ese es el idéal al que se débe tender conscien­
temente, excluir a todos los que no
lo han alcanzado satisfactoria­
mente
es desorientador e injusto, y podría eliminar buena parte
dé las páginas de la Contrarrevolución.
16. No
es admisible hacer unívoco el título de contrarrevo­
lucionario, por la doble dinámica a que conduce: dé exclusiones
sin fin, y
dé sacralización dé los propios maestros.
17. El concepto dé Contrarrevolución es análogo, y se cons­
truye a partir de la superposición de ttes nociones: reacción, ca­
tolicidad y tradición. Dentto de cada una de las cuales existe
gradación,
y entte ellas jerarquización.
Los· criterios de juicio son, dé menos a más, lo rechazado, lo
propuesto y lo realizado.
Además, la
Contrarrevolución recoge aportaciones parciales
dé hombres que no fueron plenamente contrarrevolucionarios.
18.
La reacción es el componente más amplio, vago y dé
n.enos
valor de la Contrarrevolución. Constituye un escalón más
alto que la mera oposición puesto que implica revuelta contta
los
principios causantes del mal .. Pero la magnitud dé una reacción
está en proporción
directa a lo agudo de la crisis.
19. No todas las reacciones son contrarrevolucionarias, por­
que algunas sólo son
retractaciones parciales, mientras que otras
incurren en una huida hacia delante por la que finalmente
se re­
torna a la Revolución.
Sin
embargci, la creciente confusión del mundo moderno puede
justificar ignorancia inculpable, y, por tanto, reacciones implícita
o imperfectamente contrarrevolucionarias.
20.
La naturaleza cristiana de la Contrarrevolución es su ras­
go más importante. No se entiende como defensa de los cristia­
nos,
ni dé los derechos de la Iglesia, sino con exactitud de la ci­
vilización cristiana.
Dentto de este móvil existen grados: se · han de considerar
contrarrevolucionarios los que persiguen como
fin la Realeza So­
cial de Cristo o también fines más concretos que pueden orde­
narse a ese.
21. Una reacción contra la Revolución y en pro de una so-
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LUIS MARIA SANDOVAL
ciedad crisúana es ya Contrarrevolución, pero carecería de la nota
distintiva de la contrarrevolución histórica:
d entronque y la
inspiración
en el pasado institucional de la Cristiandad. Este ter­
cer factor caracteriza a lo que llamaremos contrarrevolución por
excelencia o integral.
22. Contrarrevolución es
el conjunto de. hombres, organiza­
ciones
y acontecimientos en que se manifiesta una reacción radi­
cal contra la Revolución
y que pretende establecer la constitución
católica de la sociedad. Históricamente
ha procurado continuar
la tradición institucional anterior,
y cuando conserva este rasgo
es la Contrarrevolución plena o integral.
23.
Hay que recordar que los contrarrevolucionarios con­
cretos, por obra de la indicada superposición de esos
.tres rasgos
se han presentado en la historia entrelazados con
· otras corrien­
tes: rómattticismo,, nacionalismo, C011$etvadurismo, cristianismo so­
cial, democracia crisúana ..•
24. Se pueden establecer para su análisis diversas distincio­
nes
· en la Contrarrevolución, válidas incluso cuando presenta la
plenitud
de las tres notas. Así; se pueden · distinguir:
- Contrarrevoluciones
existenciales y predicadas.
-
Contrarrevoluciones heredadas y redescubiertas.
-Contrarrevoluciones en Revolución aguda, en · Revolución
mansa, en semi-contra'.Revolúción
y triunfántes.
-
Y tres tipos de acciones contrarrevolucionarias: conten­
ción, · reacci6n -y renacimien-td.
La natural~za de la Contrarrevolución.
25. De ser una reacción,
lo cual es natural y no malo, se
le siguen a la Contrarrevolución provechos
y defectos:
-Beneficioso es el espíritu militante que infunde, y prome­
tedora
la posibilidad de recuperar las críticas a la Revolución
ajenas en cualquier caso, e incluso a quienes las formulan.
-Perjudicial es la deformación hacia la crítica negativa, y
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55 TESIS SOBRB LA CONTRARREVOLUCION
peligrosa la posibilidad de entrar en colusión desnaturalizadora
con
l~s falsas derechas por la vía de la crítica común. ·
26. Los contrarrevolucionarios poseen un especial sentido
histórico.
En primer lugar, serlo implica poseer una visión de la historia
moderna; luego,
optar por un sentido constitutivamente tradicio­
nalista (4), en cuanto continuador.de
la tradición prerrevoluciona·
ria ; y, finalmente, esa aceptación de la herencia. de los anteces.ores
ha permitido prolongar
la contrarrevolución pese a la continuada
adversidad.
27. Su sentido histórico distingue a
la Contrarrevolución de
las falsas derechas:
-Los moderados son conservadores, pero no tradicionalis­
tas;;
y carecen de todo espíritu de reconquista.
-Las 'nuevas vías' usan arbitrariamente episodios deLpa­
sado como pretexto para respaldar sus preferencias pero no se
sienten vinculados a la totalidad de la tradición nacional:
28.
La Contrarrevolución acentúa el a.mor por lo concretq,
propio de la cosmovisión cristiana para . oponerse a causa de los
excesos del racionalismo uniformista revolucionario, lo cual
se re­
fleja especialmente en la defensa de los fueros concretos y del
regionalismo. Ese apego a lo concreto
. multiplica los grupos contrarrevolu­
cionarios
y puede suscitar otros obstáculos; sin embargo, es, con
mucho, más fuente
de fortaleza que causa de debilidad, porque,
merced a los amores concretos la
Cc¡ntrarrevolución ha poseído
arraigo, eficacia y perdurabilidad.
Una época nueva y . sus peculiaridades.
29. La Contrarrevolución constituye una etapa nueva, origi­
nal y sin precedentes en la situación social del catolicismo,
Su originalidad se percibe ya
en varios rasgos peculiares.
(4) Vid. LUIS MARíA SANDOVAL, «El espíritu tradicional», en Verbo,
núm. 301-302 (1992), págs. 81·91.
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LUIS MARIA SA-NDOVAL
30. En los dos siglos transcurridos desde 1789 se pueden
diferenciar dos etapas:
-en la primera, hasta los años 1870-1876, predominó una
contrarrevolución integral,
de tipo existencial, de resistencia y
reacción;
-en la segunda, a partir de los graves fracasos· políticos de
aquella
época,: la contrarrevolución. se ha ido restringiendo a la
condición de pensada
y predicada, con pérdida de autoridad sobre
las masas
populares que quedaron disponibles para las sucesivas
'derechas' emergentes. Además, por lo
mismos motivos se pro­
duce desde entonces la superposición de grupos contrarrevolucio­
narios,
no todos integrales ya, sea por fragmentación o por redes­
cubrinúento.
31. Como consecuencia de la ruptura de la armonía de prin­
cipio entre la Religión
y la sociedad civil imperante en la Cris­
tiandad, en la
época nueva de la Contrarrevolución aparecen los
movimientos católicos y especificamente contrarrevolucionarios,
entidades antes desconocidas.
32.
En la actualidad es un hecho que el fundamento de la
Contrarrevolución es crecientemente intelectual,
y no sólo doctri­
nal sino pedagógico.
Con las deficiencias y peligros que ello pueda
llevar consigo.
33.
La acción de la Contrarrevolución es armónica, no dia­
léctica ni maquiavélica.
En consecuencia, predica el principio de armonía de fines y
medios, el cual conduce a un proceso natural -gradual y de
largo aliento por consiguiente-- por
ir erigiendo una sociedad
sana completa, de forma embrionaria
y paralela en lo preciso.
34. La acci6n contrarrevolucionaria debe conservar siempre
un carácter dual, arquitectó;.ico y militante. La Contrarrevolu­
ci6n no puede consistir s6lo en acción social porque sabe que los
males de la Revolución
no· son mera deficiencia, sino deliberada
eficiencia. Y, por motivos
análogos, también es un error el apoli­
ticismo.
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55 TESIS SOBRE LA. CONTRA.RREVOLUCION
Preferencias contrarrevolucionarias.
35. La Contrarrevolución histórica -y no sólo la heredada,
también las redescubiertas-, se ha manifestado contraría a mu­
chas innovaciones políticas unidas a la Revolución aunque no in­
separables de ella, mientras ha manifestado siempre su preferencia
por instituciones de tipo tradicional: poder monárquico, estruc­
turas corporativas, representación orgánica. Todo ello no
es sns­
tantívamente cristiano sino secundario, pero de ningún . modo
irrelevante.
36. Son estas preferencias, lícitas, fundadas y experimenta­
das, las que distinguen una
Contrattevalución integral de una
nueva Cristiandad todavía hipotética pero siempre dentro
de una
Contrarrevolución en su sentido
más amplio.
De modo que entre quienes tengan al respecto posturas diver­
gentes existe el deber recíproco
de respetarlas y no descalificarse,
en tanto exista común oposición a la Revolución y propósito de
fundar una sociedad constitutivamente católica.
Contrarrevolución e Iglesia.
3 7. Si la Contrarrevolución no es divina será nula. Su núcleo
es ineludiblemente la Religión Católica.
38. Sin
embargó, Iglesia y Contrarrevolución no coinciden;
ninguna incluye a la otra completamente. Y si ambas se ayudan
mutuamente, es siempre el orden civil el que es deudor de
ma­
yores auxilios.
39.
La Contrarrevolución en su sentido lato es un deber de
estado para los católicos, especialmente para los seglares.
La plu­
ralidad política o social sólo cabe en su interior.
40. Pese a
lo que pudiera creerse, las relaciones entre los
contrarrevolucionarios y la jerarquía eclesiástica no han sido nunca
estrechas.
La jerarquía eclesiástica está obligada, en orden a su fin, a
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LUIS MARIA SANDOVA-L
practicar un realismo diplomático, y por ello no puede atarse a
nioguna legitinúdad inoperante.
Los contrarrevolucionarios deben
saber que
no pueden reclamar el apoyo de la Iglesia para objeti­
vos que rebasen el modus vivendi que
la. jerarquía estima conve­
niente:
sólo deben contar con sus propios recursos de seglares.
41. Sin embargo, la Iglesia presta una contribución a la
Contrarrevolución importante y cierta, bien que genérica y a lar­
go
plazo, La siembra de una educación cristiana profunda es la
que asegura la continuidad de
la recluta contrarrevolucionaria.
42. La jerarquía eclesiástica y la contrarrevolución como
empresa civil tienen órbitas propias con obligaciones recíprocas.
Como fieles, los contrarrevolucionarios tienen los mismos
de­
beres que los demás católicos, agravados por su público compro­
miso ; pero igualmente tienen derecho a reclamar a los pastores
respeto a sus opciones, comprensión, afecto
y diálogo.
El fracaso de la Contrarrevolución.
4 3. Hasta ahora la Contrarrevolución ha fracasado en la
consecución de sns objetivos sociales.
Lo cual no implica otros
tipos de fracaso,
ni que no se hayan conseguido logros parciales.
44. Las causas
de ese fracaso pueden encontrarse en tres
tipos
de explicaciones:
- que la Revolución, originada por una perversión inicial
de
las ideas y las minorías, explotó después su ventaja inicial con
determinación implacable, mientras la reacción quedaba lastrada
por
la falta de unanimidad moral ;
- la superioridad alcanzada por los revolucionarios sobre los
contrarrevolucionarios en determinadas técnicas y ámbitos moder­
nos, a
causa de las disímiles inclinaciones respectivas, desventa­
jas que no son ineludibles o irreversibles;
-una visión providencialista del ocaso de la Cristiandad.
45. La
Contrarrevolución, al menos en sentido lato, tiene
motivos para mantener una esperanza viva. No se debe olvidar
que la
grey católica sigue pujante y tiende naturalmente siempre
a erigir una ciudad católica.
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55 TESIS SOBRE LA CONTRARREVOLUCION
La tentación crónica.
46. La frustación de las derrotas ha conducido periódica­
mente a muchos
contrarrevolucionarios a considerar la necesidad
de adecuarse a las circunstancias dominantes
para 'salvar lo esen­
cial'. Por este camino se han introducido una polémica periódica,
y la división, desvirtuación y desmedro crecientes de los efectivos
contrarrevolucidnarios.
4 7. Entre los contemporizadores apuntan siempre tenden­
cias como
la incapacidad de sobrellevar la derrota, el prurito de
novedades
y el deseo de contarse entre los vencedores. Además,
respecto de la estrategia de
acomcidación existen reparos morales,
un riesgo cierto (los beneficios son hipotéticos, no
as! el coste),
y
la ~rienda advierte que se produce apego interno a las po­
siciones alcanzadas y al mal menor.
Por
todo ello, las maniobras tácticas de adaptación, moder­
nización o contemporización, si son honestas,
deben emprenderse
con
límites severamente fijados con anterioridad.
48. La diversidad de los contrarrevolucionarios exige que
se conlleven los de temperamento intransigente y maniobrero.
Pero es cierto que
la personalidad integrista es la más caracterls­
tica
y nm;lear, por diferenciada, por constituir la referencia fija
y por insustituible.
La continuación de la Contrarrevolución.
49. Ciertamente, se está iniciando una etapa histórica sus­
tantivamente nueva, .determinada .por los episodios totalitarios,
las guerras mundiales, la descolonización y
el Concilio Vaticano II.
Los cambios registrados en todos los órdenes son lo suficien­
temente trascendentes como
para efectuar una revisión profunda
de
la postura contrarrevolucionaria, pero no se concluye de todos
igualmente que su tiempo haya pasado para siempre (5).
(5) La descolonización, por extender la óptica mundial más allá del
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LUIS MARIA SANDOVAL
50. Era necesario corregir el exceso de dependencia que los
contrarrevolucionarios habían llegado a adquirir respeto de
la
Iglesia. Por lo demás, pasado un corro período de confusión, se
manifiesta de nuevo la necesidad de una civilización cristiana. La
Contrarrevolución en sentido lato sigue estando plenamente vi­
gente.
· 51. Respecto de las preferencias históricas de la Contrarre­
volución, hace falta gran discernimiento de espíritu para concluir
si las signos de los tiempos reclaman la humildad de la renuncia
definitiva o la energía
de la perseverancia final.
52. El completo abandono de tales preferencias contrarrevo­
lucionarias no podría hacerse sin participación de
los laicos, ni
sin demostrar la máxima consideración hacia los predecesores.
53.
Y, por ahora, hay muchos argumentos que abogan por
la conrinuación pura
y simple de la Contrarrevolución integral:
la ausencia de movimientos que en la órbita política propugnen
la 'sana democracia' tal y como fue definida ;
el antlcristianismo
congénito del mundo moderno tal
y como fue establecido ; y la
crisis de la Iglesia, aún no superada.
marco de la pugna Revolución-Contrarrevolución; la aparición del nazismo
y lriego la consolidación del comunismo como potencia mundial, por co:Q­
tribuir a una aproximación ·de los·-católicos al liberalismo establecido frente
a la
amenza totalitaria; el gran cambio conciliar en la lgÍesia, que -.abando­
naba el tono de tensión con el mundo moderno; todo ello parecía cerrar
el tiempo histórico de la Contrarrevolución.
Pero
la caída del bloque soviético, que convierte a los totalitarismos en
un breve
episodio a escala histórica, vuelve a dejar tan sólo dos grandes
protagonistas:
el mundo moderno, demQCtático, liberal y capitalista, y la
Iglesia y
la grey cat6licas, que, pese a su mejor voluntad, no· pueden apro­
barlo en bloqrie -e identificarse con él. 'En un tono quizá distinto al del
siglo
XIX, pero se vislumbra la reanudáci6n del enfrciitamiento interrum­
pido entre el naturalismo _ político, cuya pretensión de universalidad está
ahora firmemen_te asentada, y las exigencias sociales cristianas a las que es
imposible renunciar. El conflicto en cuestiones · puntuales como el aborto
o d malthusianismo obedece a una incbmpatibili.dad -máS profunda entre
los fundamentos
de ambas cosmovisiones. Y en ese· combate, más que nue­
vo renovado, encontraría su lugar
la bisecular experiencia contrarrevolucio­
naria.
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55 TESIS SOBRE LA CONTJURREVOLUCION
Para todos esos problemas el sentido histórico y militante de
los contrarrevolucionarios brinda antídotos ciertos.
54. Nuestra primera consigna debe ser cultivar
la histotia
de la Contrartevolución. Leerla y escribirla. Y no eludir la
nece­
saria autocrítica.
En segundo lugar, profundizar en la doctrina y aclarar los
puntos conflictivos que hoy están más necesitados de ello.
Sólo entonces puede decidirse bajo que modalidad,
Integra o
sólo lata,
se ha de continuar la Contrarrevolución.
Y después de ello habrá llegadd el momento
de elaborar una
doctrina estratégica general para aplicarla a cada caso concreto.
Y durante todo ese tiempo. hay que
enlazar con los sectores
sociales que
se presenten como más favorables de entrada.
55. Pero lo principal
es cambiarse a sí mismo, pidiendo el
auxilio de la Gracia de :Oios, sin la que nada podemos, y menos
mantener
sin desmayo un desigual combate en su nombre.
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