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Número 305-306

Serie XXXI

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Carlos Cardona: Ética del quehacer educativo

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elaborado Historias, o partes suyas, a base de señalar lo particu­
lar, lo llamativo,
como si la vida no fuese el hálito que la sus­
tenta, sino solamente lo externo { ... ) .. Cuando nos proponemos
contemplar la vida, intelectual o real,
de un pueblo, deberemos
prestar atención a todas sus manifestaciones, las geniales, las
llamativas y las comunes. Las manifestaciones geniales del pensa­
miento señalan
los grandes hitos de la continuidad intelectual. Las
llamativas dicen mucho
de los síntomas de la vida intelectual.
Pero, las comunes son los segundos de la vida, los pies del
cami­
no. Sólo en atención a las tres formas de manifestarse el pensa­
miento,
se puede conseguir la gráfica del pulso inteleétual de un
pueblo». Francisco Elías de Tejada, historiador
máximo de las
ideas políticas en
España, como le describió su fraternal y hoy
también llorado José
Pedro Galviio de Sousa, comprendió ejem­
plarmente las dificultades de una
empres¡1 histórica de esa, na­
turaleza. Y prestó particular atención a ese enjambre de pensado­
res que constituyen la trama de la continuidad de una tradición
por encima de
algunas excepciones y como sustrato de sus gran­
des cimas. Francisco Elías de Tejada,
el Menéndez Pelayo de la
historia política, sigue urgiéndonos. Si no a la continuación de
su obra
-¿quién se atreverá?-, sí, al menos, al reconocimiento
de sus méritos.
MIGUEL AYUSO.
Cardona, Carlos: ETICÁ DEL QUEHACER EDUCATIVO (*)
Parece evidente que las ciencias de la educación han adquiri­
do gran desarrollo y son cada vez más estudiadas ; y últimamente
ha aumentado
la preocupaci6n por el sentido ético de todas las
actividades humanas, y
entre ellas especialmente las pedagógicas.
Las teorías y métodos educativos se han multiplicado. · Ante la
proliferación
y diversidad de teorías . pedagógicas, a veces contra­
puestas, resulta muy interesante un
análisis comparativo de su
variada evolución y su desigual valor, como el que ha publicado
la profesora Palmita Laguéns, voo: Pedagogía, en el tomo suple­
mento o tomo 25 de la Gran Enciclopedia Rialp {2.ª ed., Madrid,
1989, col. 1497-1512). Pero ya en ese excelente trabajo se ve
enseguida que, a pesar de. la abundancia de estudios y preocupa­
ciones pedagógicas, falta
todavía el des.arrollo a. fondo de algo
(*) Madrid, 1990, 180 págs., Ed. Rialp. Cólecd6n: Monográflas y Tra·
tados GER (Serie Educaci6n y Familia).... · ·· ·
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fundamental: la ética de la educación, o ---"illcho con otras pala­
bras-lo que en el Boletín de la Asociación Norteamericana de
Investigación Pedagógica
se ha llamado «la recuperación del dis­
curso moral» en la práctica educativa y en la investigación peda­
gógica. En esta línea, la última obra de Carlos Cardona que pre­
sentamos,
es un hito muy importante.
Cardona
es ya conocido como un notable representante de la
filosofía contemporánea, en la que
es difícil encontrar autores de
su envergadura,
por su profundidad teorética y por el realismo
vital de las cuestiones que afronta.
En él · se unen la búsqueda
intensa de las raíces del saber y una rica experiencia de humani­
dad. Nacido en Tiana (Barcelona), pasó su juventud en Andalu­
cfa; hizo el Bachillerato en el Instituto de Jaén; después estudió
Filosofía
en Barcelona y Roma, con doble doctorado. Ha residido
en Italia más de veinte años, desde donde ha trabajado y viajado
por varios
países europeos; para volver a su Cataluña natal, re­
siendo en Barcelona desde 1977. Entre sus libros internacional­
mente conocidos están:
Metaf!sica del bien común, Madrid, 1966;
Metaflsica de la opción intelectual, 2.ª ed., Madrid, 1973; René
Descartes: Discurso del
.método, 2.ª ed., Madrid, 1987; Metafí­
sica del bien y del mal, Pamplona, 1987 (los dos últimos ya tra­
ducidos al italiano, en 1975 y 1991; y en preparación la traduc­
ción
de algunos al francés). La última obra de este filósofo uni­
versal es precisamente Etica del quehacer educativo (publicada
por Ed. Rialp, Madrid, 1990).
En esta obra, en el relativamente
breve espacio de 180 páginas, se unen la importancia de los temas
educativos y pedagógicos
con· la trascendencia de la ética que ana­
liza su finalidad última.
Con una intrepidez que
asombró o ,desconcertó a muchos, en
su relevante
Metaf!sica de la opción intelectual abordó la carac­
terizacióri ética del quehacer filosófico, es decir, la íntima relación
-e incluso dependencia-entre la rectitud ética y el realismo
del conocimiento,
especialmente del filosófico. De la validez de
esa caracterización ha
dado la prueba en su Metafísica del· bien y
del mal, quizá una de las más importantes obras filosóficas de
este siglo.
En ella, el filósofo catalán sienta las bases para nue­
vos -y hasta sorprendentes-desarrollos de la ética, en la que
el polvo del tiempo
y del manoseo profesora! había borrado los
caminos abiertos por
la filosofía clásica y por su enriquecimiento
cristiano. No por azar, sino por
la dinámica misma: de su investigación
sobre
. el ser y el conocer de la persona humana, en su Etica del
quehacer educátiva, estudia el carácter y fundamento ético de toda
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actividad educativa, como . el. esencial ayudar· a ser persona, que
nos compete a todos ----<:0mo personas-y en especial a los pa­
dres, maestros y profesores: en suma, a cualquier educador. La
profundidad .habitual de Cardona -en provocador contraste con
la superficialidad frívola de la «cultura establecida»--se une
aquí a una sencillez expositiva, sin grandes tecnicismos
.de inicia­
dos, y a un. enfrentamiento directo con problemas vivos y cotidia­
nos (los «diálogos», que siguen a cada capítulo,
son reales y ob­
tenidos de la situaci6n contemporánea, en toda su rica variedad).
Esa unión, tan infrecuente, junto a su profundo y vivido sentido
ético, hacen de este libro
algo difícil de encontrar después del
clásico. De magistro de San Agustín.
El libro responde, pues, a temas muy vivos, de una manera
actual, asequible y profunda.
En su exposición forman un riguro­
so entramado: Cómo buscar la necesaria integraci6n de los cono­
cimientos, en función de. la persona que ha de ser educada.· La
misión y la interacción de la familia y del colegio en la educación.
La
libertad como sentido y meta

del quehacer educativo;
la. edu­
cación en la libertad y para la libertad; el respeto del pluralismo,
sin
caer· en escepticismos· o relativismos. El ejercicio· de la liber­
tad,
y el amor como acto propio de. esa libertad. Las · profundás
diferencias entre simple información
y• verdadera' educación ; la
educación hasta sus niveles
más profundos, en búsqueda de una
auténtica
per,¡onalidad; y de ·una cultura.armónica que llegue a las
últimas y verdaderas causas (la «sabiduría» de los•clásicos). · . .
El riguroso y ameno estudio ·de Carlos Cardona se completa
con tres análisis
muy interesantes sobre la función y educación de
la mujer, sobre
el influjo y valoración delambiente social, y sobre
la singularidad personal .( contrapuesta a la masificación desper­
sonalizante).
El filósofo catalán desarrolla, pues, en· este su último libro
---de manera sugestiva y profunda~ temas claves de la existencia
humana. Cada capítulo va
seguido de urios diálogos con pregun­
tas
y respuestas, que hacen más amena y viva la lectúra.
· Como dijo el profesor Pau L6pez Castellote, en la presentación
de esta Etica del quehacer educativo en Barcelona, en la enséñanza
se viene notando un. desinterés por el «ser» y por su estudio (la
metafísica),
y' una dedicación casi exclusiva al «hacer»; someti­
miento del
«ser» al «hacer», que produce un menosprecio por la
ética
y una creciente mediocridad; el libro de Cardona llama la
atención en este «desierto metafísico», en el que no importa lo
que la persona
es, sino

sólo para qué servirá, Y añadía
L6pez
Castellote, «plantearse, pues, la. ética a partir .de la metafísica y
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aplicarla a la educación-a la ayuda a la maduración· de la per­
sona-, teniendo en cuenta el pragmatismo en que vivimos, es
algd que cualquiera simplemente preocupado por el futuro de
nuestra sociedad tiene que agradecer»-
En .ese mismo acto de presentación, Eudaldo Forment, cate­
drático de metafísica barcelonés, indicaba que «la
rigllt9Sa y es­
clarecedora obra filosófica de Cardona adquiere hoy una singular
y relevante importancia. . . A la encubierta desesperación posmo­
derna del 'nada
es verdad', 'nada está bien' y .. 'todo vale', Cardona
ofrece lúcidamente la alternativa de la recuperación de la ética,
pero radicándola en el ser, para proporcionarle uno sólidos fun­
damentos. Su filosofía
es una respuesta, clara y racional, a los in­
terrogantes éticos actuales». Y lo
es -añadía Forment-de una
manera abierta, que invita a seguir pensando. Es todo «un signo
de esperanza», podría decirse que una confirmación de las posibi­
lidades y de la vitalidad
y fecundidad del espíritu humano. .
.
Bastan estas opiniones de personas con experiencia y· conoci­
miento
de las cuestiones tratadas en el libro para .entender que
estamos ante una obra muy
destacable. El libro interesará ¡;spe·
cialmente a profesores de todas clases, y de todos lds niveles de
enseñanza; pedagogos, profesores

o maestros, padres de familia,
sacerdotes, periodistas, políticos,· abogados, filósofos, humanistas,
educadores, etc. El libro va dirigido_ a todos los relacionados. con
el mundo de 1a educación ; peto conio «en cierto modo todo el
mundo educa a todo el
mundo» y comp el. libro contiene impor­
tantes aclaraciones
·sobre. la cultura' contemporánea, se trata de
un pequeño gran libro que interei;a á todos. · ·· · ·
Entre las muchas cosas . que ·podría· destacarse, · y que es . de
suponer pueden romper
la monotonía y la rutina de ciertos «edu­
cado.res», hay qu¡, mencionar la claridad con la que Cardona hace
ver
· que la educació11 · no. es simple enseñanza. o transmisión de
conocimientos, sino que ha de favorecer el nacimiento de actitudes
profundas en
la. persona, de algo que -de algún modo-ya está
en el
educando, No se trata de. enseñar sólo .ni promover un mero
aprendizaje o adiestramiento
para actuar, sino. que se. debe buscar
que la persona llegue a valerse por sí misma, forjarse una perso­
nalidad en libertad y responsabilidad.
Se trat!' de formar no sólo
buenos ingenieros, economistas, biólogos o abogados, sino de for­
mar, hombres que sepan ingeniería, economía, biología º· derecho.
En relación con este punto, y con otros muchos, la explicación de
la necesaria relación que debe haber entre padres
"l profesores,
entre familia . y Cl'lltro de enseñanza, no dejará de sorprender y
estimular al lector. ·
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INFORMACJON BIBLIOGRAJ.:'ICA.
Además del interés del libro en sí mismo, por ser un tema
capitsl de la educación hasta
ahoca poco tratado, es también gran­
de su interés por el momento en que se publica. Etica del queha­
cer educativo aborda con claridad las acuciantes necesidades de
la educación actual, en la
que no bastan buenas técnicas y méto­
dos pedagógicos, sino además otras muchas cosas como una buena
comprensión de lo que es la cultura y la persona humana, de su
responsabilidad y de la que asumen todos. los que intervienen en
procesos educativos, etc.
Un libro que, en su compendiosa bre­
vedad,
es útil y sug~tivo para todos.
JORGE lPAS.
AA. VV.: LIBERTAD, VIDA,. CULTURA Y CIENCIA (*)
Constituye para mí una gran satisfacción dar cuenta a los lec­
tores de
Verbo de la aparición del volumen Libertad, Vida, Cul­
tura
y Ciencia, que recoge las actas del «Primer Foro Juventud
Positiva», celebrado
bajd los auspicios de la Universidad Autó-­
noma de Guadalajara
(México) en 1991. En primer lugar, por la
propia iniciativa. Exponer al universitario
-como se dice en la
Introducci6n, inteligentemente escrita por Antonio Leaño Reyes,
presidente del Comité
organizaddr, y por el doctor Osear Soria,
su Director
académico-a la e,q,eriencia «pico» que surge del
contscto con destacados intelectuales y, precisamente,
en el de­
bate de las ideas que signan lo crucial de este nuestro tiempo, no
es empresa que deba quedar sin elogio. La sola enumeración de
los sustsntivds que lo rubrican es suficientemente expresiva, y no
únicamente en
su yuxtaposición -que no serla poca cosa-, sino
sobre. todo
en su interpenetración. La orientación que Leaño y
Soria explicitsn,
me parece, además, ajustsda a la realidad .aun­
que no muy extendida por desgracia en este tipo de eventos. Y,
así, no paran en el análisis del fracasd
de la ideología progresista
del materialismo histórico
en sus climensiones política, económica,
social,
científico-tecnológica y religiosa. Por el contrario, subra­
yan las debilidades e inconsistencias
de la cultura dominante de
Occidente, originadas precisamente en la adopción
de ideas her­
manas a las que
han sucumbido con el rasgarse del tel6n (si se
nos permite usar la metáfora con la que Luis María Sandoval pa
(*) AA.VV., Libertad, Vida, CUlt14ra y Ciencia. Memoria del· Primer
Foro «Juventud
Positiva», Universidad Autónoma de Guadalajara, Guada­
lajara (México), 1992, 268 págs.
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