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Número 305-306

Serie XXXI

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Francisco Elías de Tejada: Historia de la literatura política en las Españas

INFORMACION BIBLIOGRA.FICA
Elías de Tejada, Francisco: HISTORIA DE LA
· LITERATURA POLITICA EN LAS ESPilAS (")
. Desde su fallecimiento en 1978, Verba .no ha dejado de re­
cordar al maestro Elías de Tejada. ,No podía ser de otro modo,
pues, aparte de las obras
que ei;pecífkamente creó ·--romo el
Centro de Estudios Históricos y Políticos, «General Zumalacárre­
gui»
o la Asociación de Iusnaturalistas Hispánicos «Felipe Il»--,
nuestra revista y las reuniones de amigos de la Ciudad Cat6lica
contaron siempre
cdn su colaboración. Hasta el punto de haber
acercado hasta nosotros á buena parte de sus discípulos. Por eso,
Juan Vallet
de Goytisolo, en trance de tener que diferenciar los
distintos aportes que han allegado sus caudales a esta obra
de 1a
Ciudad Católica, no dudaba en señalar a Francisco Eiías de Teja­
da, junto con otros
significativos autores de la escuela tradicio­
nalista (tales como Rafael Gambra, Manuel. de Santa Cruz o Al­
varo d'Ors ), como uno de los más relevantes.
. Así, ·Ios lectores de nuestra revista han podido seguir alimen­
tándose de la sabiduría del llorado maestro, bien a través de la
publicaci6n de algunos inéditos suyos
-amablemente cedidos por
su viuda, hoy también desaparecida, Gabriella
Percopo-, bien
a través de diversos estudios o notas
sobre su pensamiento; bien
incluso
por el rastro de su influencia en algunas .temáticas. En
efecto, en Verbo aparecieron, tras su fallecimiento, sus artículos
sobre el jacobinismo, Bravo Murillo, el Estado de Derecho en los
autores de las Españas, etc. Taml,ién glosaron su figura o aspec­
tos de su pensamiento
J. F; Lorca Navarrete, Victorino Rodrí­
guez, O. P., el
padre Sánchez Abelenda,' Enrique Zuleta Puceiro,
reiterada y destacadamente Juan Vallet, o quien
firma estas líneas.
Finalmente,
en las referencias a las libertades ·concretas -por
oposición a la libertad abstracta-, a la tradición -como algo
dinámico y en absoluto incompatible con.la idea de progreso, sino
más
bien solidaria de éste-o a la antltesis Cristiandad-Europa,
en cualquiera de las plumas que se han asomado a estas páginas,
el eco ha sido permanente y unánime.
En el décimo aniversario del fallecimiento de nuestro autor,
Verbo (núm. 261-262, de enero-febrero de 1988) public6 el es-
(*) FRANc1sco EúAs DE TEJADA Y SPÍNOLA, Historia de la literatura
politica en las Españas, Real Academia de Ciencias Morales y Políticas, con
la colaboración de la Fundación Francisco E11as de Tejada y Erasmo Per­
copo, tres volúmenes, 886 págs. en total. Puede pedirse a la citada Funda­
dación, José Abascal, 38. 28003 Madrid.
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INFORM.ACION BlBLIOGRAFICA
tudio de Vallet, que traía causa de. acto de inauguración, en la
Real Academia de Ciencias Morales y Políticas, de la Biblioteca
Francisco. Elías de Tejada y Erasmo
Percopo, «Los inéditos de
Francisco Elías de Tejada». Para dar a la estampa, a continuación,
el preliminar -mejor dicho, su primera versión-escrito por el
propio
Eiías. para ¡ru entonces inédita Historia de la literatura po­
lltica en las Españas, y que hoy gozosamente celebramos. Precisa­
mente, el texto de Vallet sirve de presentación a los tres tomos
de la edición.
Nada mejor, a los efectos de valorar
la trascendencia de la
aparición de la obra que reseño, que repasar esos dos textos. Pues,
en
el primero, Juan Vallet, y nadie podría hacerlo mejor que él,
sitúa adecuadamente este estudio -por desgracia, y como casi
todos
los del autor, inconcluso---en el conjunto de sú obra; y
en el segundo, es el propio Eiías de Tejada el que explicita las
«premisas generales para una historia· de la literatura
poiítica es­
pañola». Así, pues, hacia 1952, que es cuando el catedrático ex­
tremeño debió de termínar la·· obra que ahora. ve la luz, y que
permaneció impublicada
por razones que Vallet conjetura en la
aludida presentación,
nos encontramos con un texto que delínea
con carácter general sus ideas sobre la
historia del pensamiento
poiítico español, ya esbozadas en 1937, con sus Notas para una
teoría del Estado según nuestros autores clásicos,
y en 1941, con
Acerca de una posible historia del pensamiento pol!tico español.
Un texto que viene a llenar, sobrepuesto a la ínfínidad de sus
trabajos dispersos sobre estas materias
.,-y algunos de tanta en­
tidad como su historia en tres tomos del pensamiento político ca­
talán-, una gran laguna que era dado apreciar en el conjunto de
sus estudios. · -,
Con todo, y por desgracia, la obra global quedó imposibilitada
con
la muerte prematura del sabio. Como en otro terreno, el de
la filosofía
jurídica, ocurrió con su Tratado de filosofía del Dere­
cho, del que los dos tomos publicados apenas pasaban de las
lecciones de
introdueción, pero· sín que penetrara en el núcleo
de la ontología jurídica. Y
es que un. íntento de continuación de
su obra enciclopédica, si es que fuese posible, requerirla la asocia­
ción de una pléyade de espedalistas dispuestos a aplicarse con
rigor. Piénsese en lo que atinadamente escribía Agustín de Asís
en prólogo a una obra de Francisco Puy: «Podría hacerse
.la His­
toria del pensamiento español a base de grandes· capítulos, dedi­
cados a las mentalidades
más señetas. Con ello conoceríamos las
reflexiones
de los grandes pensadores. Pero los grandes pensado­
res
solos no hacen la historia, síno que la proponen ( ... ). Se han
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INFORMACION-·BIBUOGR.A.FICA
elaborado Historias, o partes suyas, a base de señalar lo particu­
lar, lo llamativo,
como si la vida no fuese el hálito que la sus­
tenta, sino solamente lo externo ( ... }. Cuando nos proponemos
contemplar la vida, intelectual o real, de un pueblo, deberemos
prestar atención a todas
sus manifestaciones, las geniales, las
llamativas y las comunes. Las manifestaciones geniales del pensa­
miento señalan
los grandes hitos de la continuidad intelectual. Las
llamativas dicen mucho de los síntomas de la vida intelectual.
Pero,
las comunes son los segundos de la vida, los pies del cami­
nd. Sólo en atención a las tres formas de manifestarse el pensa­
miento, se puede conseguir la gráfica del pulso intelectual de un
pueblo». Francisco Elías de Tejada, historiador máximo de las
ideas políticas
en España, como le describió su fraternal y hoy
también llorado José Pedro Galviío de Sousa, comprendió
ejem­
plarmente las dificultades de una empresa histórica de esa. na­
turaleza. Y prestó particular atención a ese enjambre de pensado­
res que constituyen la trama
de la continuidad de una tradición
por encima de algunas excepciones y
como susttato de sus gran­
des
cimas. Francisco Ellas de Tejada, el Menéndez Pelayo de la
historia política, sigue
urgiéndon su obra -¿quién se atreverá?-, sí, al menos, al reconocimiento
de sus méritos.
MIGUEL AYUSO.
Cardona, Carlos: ETICA DEL QUEHACER EDUCATIVO (*}
Parece evidente que las ciencias de la educación han adquiri­
do gran desarrollo y son cada vez más estudiadas ; y últimamente
ha aumentado la preocupación por el sentido ético de todas las
actividades humanas, y entre ellas especialmente las pedagógicas.
Las teorías y métodos educativos se han multiplicado. Ante la
proliferación
y diversidad de teorías pedagógicas, a veces contra­
puestas, resulta muy interesante un análisis comparativo de
su
variada evolución y su desigual valor, como el que ha publicado
la profesora
Palmíra Laguéns, voz Pedagogia, en el tomo suple­
mento o tomo 25 de la Gran Enciclopedia Rialp (2.ª ed., Madrid,
1989,
col. 1497-1512). Pero ya en ese excelente trabajo se ve
enseguida que, a pesar de. la abundancia de estudios y preocupa­
ciones pedagógicas, falta
todavía el des.arrollo a fondo de algo
(*) Madrid, 1990, 180 págs., Ec!. Rialp. Co)ecci6n: · Monografías y Tra-
tados GER (Serie Educaci6n y F,i,ni/Ja). •. ·
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