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Número 305-306

Serie XXXI

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Galvão de Sousa en Verbo

GALVAO DE SOUSA EN VERBO
POR
EsTANISLAO CANTERO
Conotí personalmente a José Pedro Galviio de Sousa en oc­
tubre de 1984, cuando vino a España para participar en la XXIII
Reunión de amigos de la Ciudad Católica que sobre el tema ge,
neral de El cambio se desarrolló en la casa ejercicios de los Padres
Cooperadores Parroquiales
de Cristo Rey en Pozuelo de Alarcón.
Allí nos ilustró
con una magníficá conferencia sobre El cambio
del
Estado.
Intelectualmente le había conocido antes, pues le escuché por
primera
vez en el Congreso de Lausanne VII del Office celebrado
en 1972, donde nos deleitó disertando sobre la legalidad y la
le­
gitimidad, el totalitarismo revolucidnario y el deber de hacer
frente a
la subversión revolucionaria y la forma de hacerlo ( 1 ) ;
posteriormente, por la lectura
de dos de sus obras que reseñó en
Verbo Francisco Puy, una de las· cuales, bajo la dirección del ci­
tado protesor, había publicado la Biblioteca Hispánica de Filoso­
fía del Derecho: La historicidad del Derecho y la elaboración
legislativa
(2) y Da representar,¡'áo pol!tica (3); por la de su cdn­
ferencia en las «Primeras Jornadas Hispánicas de Derecho Natu­
ral» (4); porque desde
el año 1981 a 1985, traduje para Verbo,
(1) Cfr. «Vers un groupement de forces contre la subversion universe­
lle»; en AA.VV. Force e( violence, ActeS d1i O:,ngres de Lausanne VII,
lmprimerie Rouennaise, Rouen, 1972, págs;· 129~143.
(2) Verbo, núm. 109-110 (1972), págs. 1.031-1.036.
(3)
Verbo, núm. 109-110 (1972), págs. 1.036-1.042.
(4) «El derecho natural en el mundo lusitano del siglo xx»; en AA:VV.,
El derecho natural hispánico (Edici6n cuidada por Francisco Puy ), Biblioteca
Hispánica de Filosofía del Derecho, Eacelicer, Madrid, 1973, págs. 287-326.
Verbo, núm. 305-306 (1992), 541-551 541
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ESTANISLAO CANTERO
conforme Juan Vallet me los iba pasando, todos los artículos que
publicó
en la revista; finalmente, por la lectura del ensayo que
a
la significación de su obra le dedicó el profesor Elías de Teja­
da
y que Verbo publicó en el año 1984 (5).
A pesar de no volverle a ver hasta el año 1991, con motivo
de su segunda
participación en las Reuniones de amigos de la
Ciudad Católica, en Sanlúcar la Mayor, donde habló de «la cris­
tiandad de las Españas
en América», creo que sin duda alguna
puede decirse que nos unía una entrañable amistad, fruto de par­
ticipar en unas mismas ideas y sobre todo .de sintonizar en unas
mismas tareas encaminadas
al restablecimiento de la Ciudad Ca­
tólica. Al obsequiarme en octubre de 1984 con un ejemplar de
su obra
Da representa~ao política, .escribió: «Para Estanislao Can­
tero, em
recorda~o dos días inolvidáveis passados com ds amigos
da «Ciudad Católica», o amigo e correligionário que !be
é muito
agradecido» ;
y tras regresar a Sao Paulo, me envió un ejemplar
de
su imperecedero estudio sobre el Defensor P acis de Marsilio
de Padua,
O totalitarismo nas origens da moderna teoria do Es­
tado
(6), en el que estampó estas palabras: «Para Estanislao Can­
tero com os afetuosos votos e a amiz.ade reconhecida de José
Pedro
Galvao de Sousa».
De Galvao de Sousa se puede decir, sin ninguna duda, que
era un auténtico amigo de Verbo y de la Ciudad Católica, comen­
zando su colaboración
en el año 1972. Hombre de unas cualida­
des intelectuales y humanas
extarordinarias, era también de una
humildad
poco frecuente. Su sabiduría y prestigio, no le impedía
hablar «de igual a igual» con cualquiera en nuestras Reuniones,
aunque su interlocutor
no fuera un intelectual o fuera un estu­
diante.
En ellas participó integrándose plena y perfectamente, en
compkta armonía con el ambiente general de las reuniones, a lo
que contribuía su gran sencillez. En múltiples ocasiones he teni­
do ocasión
de comentarlo con su joven y gran amigo Miguel Ayu-
(5) FRANCISCO EúAS DE TEJADA Y SPfNOLA, «José Pedro Galviío de
Sousa en la caltura brasileña», Verbo, núm. 221-222 (1984), págs. 49-88.
(6) Indústria Gráfica Sara!va, Sao Paulo, 1972.
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GALVÁO DE SOUSA EN «VERBo»
so y con nuestro común.amigd y maestro de todos posotros, Juan
Vallet. Lejos de mí intentar hacer una semblanza de su
persona o un
estudio de su obra.
Tan sólo me voy a ocupar, haciendo un es­
bozo con brevedad, de un aspecto de ella: lci que publicó en nues­
tra revista
Verbo.
Aun cuando en Verbo no escribió mucho, pues si bien en quin­
ce ocasiones sus páginas se honraron .e ilustraron con su presencia,
en general · se publicaron artículos de poca extensión, elld no
constituye
ningún obstáculo para encontrar en ellos lo que con­
sideramos
lo nuclear de su pensamiento.
Así, su catolicismo; la concepción integralmente católica de
la vida humana
y de la sociedad, su esp!titu tradicional, su his­
panismd,
el amor a lo concreto, sin que su cariño por la tradición
de las Españas fuera en detrimento del que
sentía por su patria,
el respeto
y admiración por los grandes maestros del pensamiento
y de la tradición, las cuestiones. de la legitimidad
y la legalidad,
el totalitarismo moderno, la concepción católica del poder, el re­
chazo por todd lo que se enfrentó a la Cristiandad y se opone a
la .cosmovisión católica: el inmanentismo, la
filosofía y el mundo
moderno surgido del protestantismo, la Revolución francesa y
el marsismo y el comunismd, etc.
Su catolicismo en absoluto acomodaticio o light y su concep­
ción integralmente católica de
la sociedad y del hombre aparece
en. casi todos sus artículos, de lo que es una muestra el artículd
sobre la «actualidad de Louis Veuillot», en el que no se limita a
ser meramente-expositivo, sino que se identifica con la obra réa­
lizada en defensa de la verdad, de la Iglesia y de la sociedad cris­
tiana, como
Id haría con todos los que pertenecen a la gran he­
rencia de
la. tradición cristiana, manifestando, también su espíritu
militante a favor de
· la restauración social del Reinado de Cristo
Rey. Por eso, de Veuillot destaca por encima de
todo su catoli­
cismo: «Pero lo que por encima de todo realza
a este hombre
notable en tantas manifestaciones del genio literario, lo que
más
perfectamente caracteriza su vida y su obra, es el cuño católico
y de un
catc:1licismo sin mancha», ya que «sirvió a la. Iglesia sin
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ESTANISLAO CANTERO
desfallecimiento y sin contemporizaciones y sin retrocesos de nin·
guna clase». Por eso, no pertenece al pasado, sino que
es ejemplo
para nuestros días:
«Ahí se en por Louis V euillot, la razón de su gran actualidad en nuestros
dias» (7).
Galvao muestra su oposición a un mundo moderno cuya
característica más general, como tendremos ocasión de ver, es su
rechazo a Dios: « Vivimos en medio de tal confusión entre el
bien y el mal que, los mismos católicos son, muchas veces, los
primeros en patrocinar las causas de los enemigos de la Igle­
sia. Hasta la misma distinción entre el bien y el mal va desapa·
reciendo y
se· llega a aliar la práctica de los Sacramentos con
cierta mentalidad pagana y materialista. Son los últimos frutos
de la «secularización de la sociedad» que los Pontífices están
denunciandd y que, en
el siglo pasado, hombres de la estirpe de
un monseñdr Gaume y
un Veuillot, en Francia; de un Balmes
y un Donoso Cortés, en Esj:>aña, supieron comprender con tanta
nitidez y sentir tan vivamente en la esencia de los movimientos
sociales nacidos del protestantismo y de
.la Revolución france·
sa» (8). «El verdadero espíritu católico va desapareciendo en mu·
chos, incluso en algunos que se presumen opuestos al espiritu
del mundo y pioneros
de un Cristianismo rejuvenecido. . . Algu·
nos
se preocupan en adaptar la religión al mundo, en lugar de
procurar llevar al mundo hacia la verdad religiosa.
De ahí la men­
talidad que hizo posible la vergdnzosa táctica llamada la politique
de
la main tendue. Pretenden, a toda costa, establecer un modus
vivendi entre la Iglesia y la sociedad secularizada de hoy, una
alianza del Cristianismo y la Revolución» (9).
Del tema
de la Cristiandad como ¡,lasmación social e institu·
cional de la doctrina católica, y como ejemplo a seguir ¡,ara
tras­
ladar a la. sociedad moderna su espíritu se ocupó en diversas
(7) «Actualidad de Louis Veuillot», Verbo, núm. 219-220 (1983),
pág. 1.219.
(8)
«Actualidad de ... », pág. 1.219.
(9)
«Actualidad de ... », pág. 1.219.
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GAL VÁO DE SO USA EN «VERBO»
ocasiones. Más o menos. directamente·relacionados con dicha cues·
tión, tratan los artículos «Comunidad hlspánica y Cristiandad»,
« Verdad y mentira del colonialismo» y «El transnacionalismo
hlspano, una doctrina para
las Américas». Así, en el primero de
ellos destacó el que la Cristiandad, que se rompía en Europa, se
trasladó,
por obra de España y Portugal, a las Américas, formán­
dose la Cristiandad de las Españas. Y tras referirse a la obra de
civilización realizada, manifestada en el espíritu que impulsó aque­
lla obra y se reflejó en las instituciones, escribe: «De
ahí la Cris­
tiandad, que, siendo una consecuencia
'del Cristianismo en el orden
temporal,
se vuelve también instrumento de propagación del Cris­
tianismo y de la realización
efectiva de la civilización cristiana,
entendiéndose por civilización la
perfección social Para que esta
sea completa no basta · 1a acción· sobre las inteligencias y los co­
razones, es preciso . también que las . instituciones la corroboren y
favorezcan. Pues así como hay
instituciones que corrompen a "los
hombres, hay también otras que contribuyen a su elevación y
perfección» (10).
En la obra de civilización cristiana, llevada a cabo
por nues­
tros mayores, debíamos encontrar el ejemplo que encendiera nues­
tros corazones y' nos impulsara a emularlos. «El mejor medio de
hacerles frente
{se refiere a quienes introducían el marxismo en
la Iglesia de Hispanoamérica),
de defender la Cristiandad sitiada
por sus enemigos y
minada interiormente por los que la traicio­
nan, en una palabra, de restaurarla en su plenitud,
será antes
qtie nada seguir el ejemplo de los reyes católicos, de los misio­
neros y de los conquistadores que también fueron misioneros:
Queaerite primun regnum Dei ... » (11). ·
Esa concepción Hispánica · de una nueva Cristiandad en los
países americanos es la que
Galviio propone como solución in­
dispensable para que no pierdan su ser: «Nacidas bajo el signo
de la Cruz
... las· naciones hispanoamericanas tuvieron toda su
trayectoria histórica marcada por los ideales de la Cristiandad,
(10) «Comunidad hispánica y Cristiandad», Verbo, núm. 111-112 (1973),
p.ig. 149.
(11)
«Comunidad hispánica y ... », pág. 152.
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ESTANISLAO CANTERO
hasta que vinieron a sufrir los efectos disgregautes de las influen­
cias ideol6gicas revolucionarias y de las costumbres europeas o
yanquis, a partir del siglo
xvm, pero priucipalmente después de
haberse constituido en Estados independientes» (12); por eso, a
esas naciones, entre las que iucluye, naturalmente, al Brasil, les
importa .«estar alerta para la preservaci6n de su patrimonio de
cultura» y «requiere también urgentemente
un esfuerzo intrépido
para que los valores éticos de . la comunidad no se vengan a per­
der o a dismiuuir» ; de tal modo que «esa . obra de defensa y
preservaci6n en el plano del transnacidnalismo hispánico repre­
senta la última esperanza de que la
propia civilizaci6n occidental
no llegue
a perecer». Para ello es .necesario suscitar «una actitud
defeusiva frente
al enemigo», y además «importa mucho la afir­
maci6n de los valores de la civilizaci6n cristiana, consubstanciales
a nuestros pueblos y de
los cuales· .ellos fueron siempre los aban­
derados, valores
hoy esfumados en la conciencia de Occiden­
te» (13).
La obra civilizadora de Portugal constituye el núcleo de su
artículo «Verdad y mentira del éolonialismo», en el que distingue
las dos formas con que Europa se acerc6 a las naciones africanas,
distinguiendo el colonialismo europeo y la colonizaci6n portugue­
sa y arremetía contra «el mundo occidental [que], con iucreíble
ceguera, deja el campo libre a· aquellos que quieren destruir la
sustancia hist6rica
y espiritual de su civilizaci6n» (14). Hoy, cuan­
do el mundo comunista ha caído en Europa, sus palabras sobre
el nuevo
colonialismo marxista.· a que se entregaban las· provincias
portuguesas,
demuestrári su clarividencia; y lejos de dejarse me­
cer po'r «los vientos de la historia» los hombres debemos ser
conscientes del valor y del peso de nuestras acciones y de nues­
tras obras para. modificar su· torcidos rumbos.
El tema del
poder, de un poder éonforme a la doctrina cat6-
(12) «El. ttansn:acionalism.o .. hispano, una doctcina:para · las Américas»,
Verbo, núm. 157 (1977), págs. 861-862. ·
(13) «El transnacionalismo hispano ... ,, pág. 862.
(14) «Verdad y mentira dd colonialismo», Verbo, núm. 143-144 (1976),
pág. 357.
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GALV.ÁO DE SOUSA EN ((VERBO,.
lica, que procede de Dios y que se legitima en razón al bien CO·
mún, es una cuestión crucial en el pensamiento de Galvíío de
Sonsa. En todos los artículos publicados en Verbo se encuentra
expresa o tácitamente, desarrollada. o apuntada,
lo que para él era
una cuestión capital.
En dos ocasiones se refirió a ello al expo·
ner el pensamiento
de Santo Tomás ( 15); en otras dos ocasiones
al mostrar las diferencias y antagonismos ante una concepción
clásica del poder y las concepciones surgidas con el pensamiento
moderno ( 16) y de forma maestra en «Trascendencia e inmanen­
cia del poder» quintaesenció las
características del pensamiento
moderno hoy dominante que «está marcado por un profundo
inmanentismo, no sólo
en el plano ideológico, sino también en
el de las instituciones establecidas y en el de las prácticas habitua­
les» (17), en el que se pretende colocar al pueblo «en el lugar
de Dios» (18); el inmanentismo
«explicalá corrupción del poder
y el que las formas de gobierno, en
si mismas legítimas, pueden
pervertirse»
(19).
Admirador del realismo político de . Aristóteles y de Santo
Tomás (20),
para Galvíío el contenido ético de la política (21) es
presupuesto indispensable. El bien común es el fin de la co­
munidad política y los principios de totalidad y subsidiariedad
(15) «De las relaciones entre el hombre y la sociedad segón Santo
Tomás de Aquino»,
Verbo, núm. 126-127 (1974), págs, 837-850; «El pen·
samiento político d_e Santo Tomás de ~q~o», Verbo~ núm. 197M198 (1.981),
págs. 833-853;
(16) «El cambio del Estado», Verbo, núm. 235-236 (1985), págs. 595'
609;· «La constitución é:ristiaiia del Estádo y ]Wi ·constituciones mbdernas
(A prop6sito del centenario de la endclica Inmortale Dei)», Verbo, núm.
239-240 (1985), págs. 996-1.004.
(17) «Trascendencia e inmanencia del poder», Verbo, núm. 233-234
(1985), pág. 279.
(18) «Trasc~dencia e ... », pág. 281.
(19) «Trascendencia e ... », pág. 285.
(20) «El pensamiento político de Santo Tomás de Aquino», Verbo,
núm. 197-198 (1981), págs. 833-840.
(21)
«El pensamiento. polltico de ... », pág. 834.
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EST ANISLAO CANTERO
e>aplkan la armonía que debe reinar en la comunidad (22). Claro
que . para ello es preciso comprender y admitir que el poder po­
líticd se deriva del orden natural y por ello del orden divino, por
lo que no
puede identificarse con el poder de la voluntad, ya sea
de uno, de pocós o de muchos (23). Por ello Galviio, siguiendo
también a Santo Tomás, se
ocupó de la resistencia al poder, por­
que
el. poder tiránico, o, en nuestros días el poder totalitario, no
es poder legitimo (24 ).
Su concepción cat6)ica de la política le llevó a prestar atención
a
1a cuestión legalidad,legitimidad, tanto en aspectos históricos
cómo sobre todo
dc;x:trinales siendo condición esencial del poder
la legitimidad (25).
Al . conmemorar el centenario de la endclica Inmortale Dei,
contrapuso las dos concepciones del derecho
públlco: el de la tra­
dición
de las sociedades cristianas y el revolucionario moderno;
frente al poder
Umitado. por múltiples poderes, un régimen de
libertades y de bien común, surgió el poder ilimitado del Esta­
do moderno (26). Reflexión que al hilo de
las enseñanzas de
León XIII, insistía en lo que había planteado al hablar del cam­
bio del Estado: el sentido totalitario de las democracias surgidas
de la Revolución francesa (27).
. Galviio, al exponer el pensamiento de los maestroo, muestra
su sentido tradicional y su piedad
y amor fillal hacia ellos, como
se ve en los dedicados a Veuillot o Blanc
de Saint-Bonnet, pero
(22) «El pensamiento político de ... », págs. 841-845; «De las relacio­
nes ... », págs. 839-846.
. (23) «El pensamiento político de ... », pág. 847; «La legitimidad en
el ...
», págs. 348-349.
(24) «El pensamiento político de ... », págs. 850-S52;. «El cambio dei
Estado», pág. 609; «Trascendencia e ... », págs. 285-290.
(25) «La carta de la Princesa de Beira entre las fuentes para el cono­
cimiento de la teoría tradicional de la legitimidad del poder en España»,
Verbo, núm. 211-212 (1983), págs. 203-212; «La legitimidad en el pensa­
miento de Blanc de Saint-Bonnet», Verbo, núm. 213-214 (1983), págs. 335-
351.
(26) «La constituci6n cristiana ... ».
(27) «El cambio del Estado», págs. 603 y 608.
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GALV.AO D/1 SOUSA EN «VERBO~
de forma muy e,c,c;epcicmal con el Do<;tor. ~co: «Sólo con la
mayor veneración podemos . acercarnps ¡¡ la .ob,:a¡ monumental le­
gada a la posteridad por el Angélico
Do<;tor... Y

a medida que
meditamos sobre sus
enseñanzas, o releemos páginas ya conocidas
profundizando en ellas, vamos quedan de
la verdad y descubrimos con eµtusiasmo, en el inagotable _te­
sord de los escritos de Santo Tomás de Aquino, cosas nuevas y
viejas,
n()Va et vetera ... En, cuanto a nosotros, sus discípulos, pe­
regrinos por este valle de lágrimas ... , sólo nos queda lamentarnos
de
no ir con más frecuen¡:ia, diariamente, tras las huellas del maes,
tro» (28). Y de la obra del aquinatense dice. que «su alcance y
sus aplicaciones superan a
los pensadores de todos los tiem­
pos»
(29); y su doctrina es «espléndida, llena de objetividad;
fecunda y
ubérrima por &ns aplicaciones en. todos los campos del
saber y de la
acción». ( 30 ). •
Igualmente, fue discípulo e hijo fiel de los pontífices, cuyas
enseñanzas se esforzó en divulgar (31) y forman parte de sus
propias reflexiones, que acompañan siempre a la exposición del
pensamiento de aquellos autores de
los que se consideraba deu­
dor. Sentido
tradicional que aparece también con plenitud al sen­
tirse heredero
-y continuador añadimos por nuestra parte--de
la historia
.de la-civilización cristfana, de la Cristiandad y de la
contrarrevdlución.
Las referencias. que encontramos en sus pági­
nas
no son sólo descri¡,tivas, .ni siquiera elogiosamente valoráti,
vas, sino que se percibe en ellas que Su autor vibraba con las
gestas de las naciones y
. de los hombres que le precedieron en
el combate
por Cristd Nuestro Señor. .
Como no podía faltar en quien fue· una abanderado del cato­
licismo, su oposición a la
RevÓlución, petféctamente ""mprendi­
da
y caracterizada -rebelión contra el ordeli natural y exaltación
(28) Cfr. «De Ías ~ones ... ~, ,P,i¡;., 837-83$.
(29) «El pensamiento político de.-.• »;¡ pág. 838,
(30) «El pe,isamionto . político de, .. », pág, 839,
(31) «La constituci6n cristiana del Estado y ... »; «De la R.erum:novarum
a la ilusión neoliberal», Ve,bo, núm. 297-298.(1991),. págs. 993-1.000.
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ESTANISLAO CANTERO
de la voluntad de poder del hombre (32)-, fue continua y ab­
soluta,. puesto . que «la Revolución viene a ocupar el lugar de
Dios en la Historia» (33
).
Su altísima concepción del gobernante, naturalmente de los
que conciben la política como 'Ull· ·servicio y entienden que el fin
del Estado es . el bien común, y no de los que se sirven de la
política para intereses particulares o partidistas, ligada a su pro­
funda
fe, le permitió escribir: «La rehabilitación del poder, con
la restauración del poder cristiano, sólo será posible mediante la
intensidad de la vida espiritual
-la vida sobrenatural de la gra­
cia-en quienes lo asuman, capacitándose, de esta manera, para
ser
lo que verdaderamente deben ser: ministros de Dios para el
bien»
(34 ).
Galviid ha terminado su peregtinación 'que se caracterizó por
su militancia católica contrarrevolucionaria. Esperamos que,
al­
gún día, cuando la nuestra termine, podamos encontrarnos de
nuevo en la casa del Padre.
Artículos publicados en Verbo
«Comunidad hispánica y Cristiandad•, núm. 111-112 (1973), págs. 139-152.
«De las relaciones entre el hombre y la sociedad, según Santo Tomás de
Aquino», núm.
126-127 (1974), págs. 837.jj50.
«Verdad
y mentira del colonialismo», núm. 143-144 (1976), págs. 337-357.
«El transnacionalismo hispano, una doctrina para las Américas», núm. 157
(1977), págs. 859.jj63.
«El pensamiento político de Santo Tomás de Aquino», núm. 197-198 (1981),
págs. 83}-853.
«La cartá de la princesa. de Beira entre las fuentes pará el conocimiento de
de la teoría tradicional de la legitimidad del poder en España», núm. 211-
212 (1983),
págs. 203-212.
(32)
Cfr. «De la ideología al holocausto», Verbo, núm. 229-230 (1984),
págs. 1.221-1.225; «La legitimidad en el ... », págs; 340-343 y passim en
buena parte de los artículos ·de V erho. .
(33) «La Revolución y las señales del Reino de Dios», Verbo, núm. 273·
274 (1989),
p,lg. 324.
(34) «El transnaciónalismo hispano ... •, pág. 290.
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GA.LYÁO DE SOUSA EN «VERBO»
«La legitimidad en el pensamiento de Blaoc de Saint-Bonnet», núm. 213·
214 (1983), págs. 335-351.
«Actualidad de Louis Veuillot», núm. 219-220 (1983), págs. 1.215-1220.
«De la ideología al holocausto», núm. 229-230 (1984), págs. 1221-1225.
«Trascendencia e inmanencia del poder», núm. 233-234 (1985), págs. 279-
290.
«El cambio del Estado», núm. 235-236 (1985), págs. 595-609.
«La constitución cristiana del Estado y las constituciones modernas (A pro­
p6sito del centenario de la encíclica Inmortale Dei)», núm. 239-240 (1985),
págs.
996-1.()04.
«La revolución y las señales del Reino de Dios», núm. 273-274 (1989), págs.
323-327.
«De la Rerum novarum a la ilusión neoliberal», núm. 297-298 (1991), págs.
993-1.000.
«la cristiandad de las Españas de América» (pendiente=-· de publicación}.
Obras reseñadas en V erbó
La historicidad del Derecho y la elaboraci6n legislativa (apéndice sobre la
elaboración legislativa y la historicidad del derecho en España, de Juan
Antonio Sardina Páramo), por FRANcrsco PuY, núm. 109-110 (1972),
págs. 1.031-1.036.
Da represent(lfáo política, por FRANCISCO PUY, núm. 109.110 (1972), págs.
1.036-1.042
Estudios sobre· Galvao de Sousa
FRANCISCO EÚAS DE TEJADA Y SPfNOLA: «José Pedro Galv80 de Sousa en
la cultura brasileña», núm. 221-222 (1984), págs. 49-88.
"'
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